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1. Cierra tus ojos y respira profundo 3 veces.

Pon a atención en tu respiración y


empieza a percatarte de tu cuerpo. Toma consciencia de como se siente estar viva.

2. Imagina a la persona con quien quieres cerrar el ciclo que tienes abierto.
Imagínala enfrente de ti a un metro de distancia, más o menos.

3. Imagínate ahora como hay cables o conexiones entre tú y él. Estas conexiones
pueden ser cadenas, resortes o cualquier cosa que simbolice para ti la conexión que
aún tiene uno con otro.

4. Estos cables salen de él y de ti al mismo tiempo.


Los conectan de los brazos, piernas, cabeza y de todos los lugares que tu mente
diga en ese momento. Visualízalo con calma y observa el color de los cables, su
textura y su forma. Mientras más detalles mejor.

5. Con tu imaginación crea una herramienta en tu mano derecha que sea capaz de
cortar dicha conexión.
Puede ser unas tijeras, una navaja, un machete o cualquier cosa que pueda cumplir
el cometido.

6. Vas a decirle a los ojos a la persona que está enfrente de ti, y con una
sonrisa, vas a decir lo siguiente:
"muchas gracias por lo que enseñaste, ya no te necesito más" y al mismo tiempo
cortarás una de las conexiones.

7. Lentamente repite el proceso con todos los cables.

8. El último cable será difícil, siempre lo es, pero no te preocupes, es ahí cuando
decides realmente que tipo de vida quieres. Hazlo.

9. Estando las conexiones cortadas, quedarán colgando. Gentilmente imagina como tu


lado de las conexiones regresa a tu cuerpo y, mientras lo hace, te llena de vida y
energía.

10. Imagina como la imagen de esta persona se aleja. Se hace cada vez más pequeña,
hasta que desaparece en el horizonte, convertida en un puntito.

Repítela varias veces, hasta lograr integrarla. Si persiste la ansiedad, cierra los
ojos y vuelve a realizar esta técnica (normalmente, después de practicarla varias
veces, se integra).

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