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En lo más profundo de mi ser, en mi esencia, Reside un amor que no tiene

comparecencia. Es el amor propio, un tesoro valioso, Que ilumina mi camino y me


vuelve poderoso.

Me miro al espejo y encuentro un reflejo, Un ser extraordinario, completo y perfecto.


Acepto mis defectos, abrazo mis virtudes, Porque en mi ser único, encuentro multitudes.

El amor propio es una llama que arde, Una fuerza interior que nunca se desvanece. Es
creer en mí, en mis sueños y metas, En cada paso que doy, en cada vuelta completa.

Me nutro de cariño, de cuidado y respeto, Pues sé que merezco lo mejor, sin objeto. No
busco validación, ni en los demás me apoyo, Soy mi propio faro, mi luz y mi abrazo.

Aprendo a decir "no" cuando es necesario, A fijar límites y a ser extraordinario. El amor
propio me guía en el sendero, Me enseña a ser valiente, a ser verdadero.

En cada desafío, me fortalezco y crezco, Porque en mi corazón, el amor es un tesoro


fresco. Me perdono por errores, aprendo de ellos, Y sigo adelante, rompiendo mis
cadenas, vuelo.

El amor propio es un regalo invaluable, Un vínculo eterno, un lazo inquebrantable. Es la


base de todo amor y compasión, Y desde ese amor, se construye mi canción.

Así, en este poema, celebro mi ser, Y a todos invito a amarse y a renacer. Porque el amor
propio es el inicio y el final, El motor que impulsa el amor universal.

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