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La légende du ciel

“Petit Ange” un ángel parte de la realeza. El ángel débil que quiere que
crean.

Uno de los más antiguos, con una muy clara realidad de este mundo junto
con los enemigos a los que se enfrenta su amado reino del que,
lamentablemente no puede hacerse cargo gracias a su “debilidad”. Se
cree que tiene miedo por su seguridad y la de su gente. No se supone que
alguien de su rango actual sepa mucho más allá que lo que se conoce
actualmente por la mayor parte del reino de los cielos, que en su
totalidad no son más que mentiras y hacer acciones amenazantes contra
esas creencias podrían traer grandes consecuencias.

Aparentemente su padre y hermano son más tontos que él. Siempre lo


catalogaron como un ángel defectuoso con virtudes que no debería
poseer uno común, pero ¿Cómo va a verse como un ángel si no es un
uno? Cada detalle en él se desconoció. Jamás se le dio la mínima
importancia por sus aparentes superiores.

¿Cómo todo acabó de una forma tan... Extraña y amarga? Una guerra
entre ángeles y sus distintos rangos, incluyendo a los Dioses que siempre
se ha creído en ese lugar, no existen. Los hubo y los hay, camuflados
entre los ángeles y sus inferiores. Una guerra que no llevaría a nada más
que perdición en busca de un poco más de poder que jamás conseguirían,
ya que, algo que es bien sabido; la fuerza de los ángeles no depende de
cuanto aprendas, si no del como naces para infortunio de muchos de
nosotros.

“Pouvoir” junto con otros seis Dioses de los que hasta este momento no
se mucho tiene conocimiento, se encargaron de restaurar cada detalle en
el reino de los cielos junto a sus memorias, aún si el riesgo de otra guerra
existe por como esos seres siempre se mantienen hambrientos por más
poder, por ahora han mantenido todo lo suficientemente controlado.

Hasta antes de la guerra, los Dioses no se escondían, incluso eran amados


y queridos por su pueblo gracias a la gentileza y cuidado que les daba
cada uno, pero algo que debieron predecir fue, que ver tanto poder a
muchos les dio esa envidia junto a sus ganas de querer ser como ellos,
tener todo lo que ellos, su fuerza, el amor de la gente, su sabiduría, Todo.
Y no sólo eso, al saber de la existencia de esos Dioses y tenerlos tan de
cerca; los ángeles sólo eran una de las muchas amenazas que
presentaban, ya que, demonios de alto rango así como diferentes
deidades con poder similar al suyo amenazaban con atacar sólo por la
necesidad de ser los más poderosos en ese universo.

Dioses fueron corrompidos, destruidos desde dentro por el pecado que


no permitía a otro pensamiento de paz y justicia hacer aparición en sus
mentes. No había más que eso, seres poderosos luchando unos contra
otros en busca del poder que no se les sería otorgado, no importaba
cuanto lucharán o si sus manos llegaban a sangrar. Se creía que separar lo
bueno y lo malo con el Cielo y el Infierno traería no más que beneficios.

No hay recuerdos de una aparente guerra, sólo libros, historias y diarios


que después de siglos fueron olvidados y algunos quemados, otros tantos
se encuentran en bibliotecas donde sólo ciertos miembros son
bienvenidos y algunos otros son bastante exclusivos, lo suficiente como
para que ni siquiera se encuentren en el cielo.

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Soy un afortunado.

Se desconoce el paradero de muchos de estos Dioses, pero es claro que al


haberse alimentado de no más que egoísmo, sus cuerpos acabaron
vagando por la tierra y sus dimensiones, sin posibilidad de regresar a su
antiguo reino y mucho menos a recuperar aquel poder del que gozaban y
nunca se sintieron satisfechos. Puedes ser castigado, pero no más
premiado de lo que ya lo estás siendo.

Pouvoir intentó borrar sus propias memorias en un intento desesperado


de parar disputas entre su gente y demás razas, si no había Dioses a los
cuales envidiar, no habría pecado que cometer. Para su mala suerte, esto
no fue posible y claramente estúpido. Decidió olvidar cada uno de esos
detalles, y, aunque por un período de tiempo funcionó, era claro que algo
como eso no sería posible. Su misión era proteger a sus habitantes y cada
persona en la tierra así como en el cielo, no podría deslindarse de sus
responsabilidades por más que esto se viera como una solución para un
período corto de tiempo, seguía siendo una solución tonta dejar
vulnerables a sus hijos por guiarlos a la paz.

Dolía saber que muchos de sus amigos habían acabado en la nada,


perdidos en el mundo y sus grandes dimensiones. Aún podía hacer
mucho, pero cada movimiento significaba el riesgo de una nueva
amenaza, no sólo para su gente, si no el mundo entero. Sus decisiones
estaban bien contadas, y un mal movimiento podría provocar el accidente
más lamentable que pudiera imaginar.

Tampoco importaba que renunciar a su nombre fuera a darle desprecio


por considerarlo un mocoso inservible, él siempre iba a amarlos y
protegerlos, porque sabía bien que, como el ser humano, los ángeles
siempre han sido egoístas y no tienen la mínima idea de las
consecuencias que pueden traer sus palabras y acciones. Eran sus hijos, y
bien sabía que su destino no había sido el peor, tal vez los demás se

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habían equivocado, tal vez también había sido culpable de como muchos
acabaron, pero siempre iba a llorar sobre las flores plantadas en honor a
ellos.

No eran nada, y dolía saber que no había nada más que hacer, no había
un buen camino y claro que para llegar a esa estabilidad y paz en el
precioso reino, siempre habrían sacrificios. No podía hacer mucho, sentir
culpa no traería nada que fuera a ayudarle, y si alguien más estuviera en
su lugar, sería lo que querría, que no sufriera por historias que no habían
sido su culpa.

Las cosas parecían tranquilas e incluso hasta ese momento, la presión y el


dolor seguían frescos. A día de hoy, puedo seguir escribiendo cada detalle
de aquel dios que cree que nadie recuerda, ese dios que puedo observar
cuidar de los más débiles así como de los más fuertes.

Duele leer las palabras de sus paneles de cristal y saber que cada palabra
escrita en ellos no son más que mentiras, leyendas y otro intento de ser
ocultada la verdad que de cree, es una amenaza. Las leyendas existen, los
escritos y testigos están ahí, cada libro exclusivo y secreto está bien
escondido en algún rincón del mundo. Cada detalle de la gran guerra que
duró siglos y se cree perdida, está ahí, en alguna parte.

“Jean Candle” no más que un ángel.

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“Pouvoir: Integrante número uno de los siete dioses guardianes. Se
conoció por su inmenso amor por sus habitantes y su arte en la guerra
hasta haber sido vencido por nuestro gobernante.”

— Señor, lamento informarle que no puede entrar aquí en este


momento.—

— Lo lamento. ¿Podría darme unos minutos para acabar mi pintura?


No daré más molestias.—

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