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LA ESPIRITUALIDAD DE LOS REFORMADORES DEL SIGLO XVI

Pbro. Alfredo Galván Guel Th. M.

INTRODUCCION

Iniciaremos esta exposición de hechos, citando a Martin Lutero, enseguida a Juan


Calvino y concluiremos con Ulrico Zwinglio.

Hubo otros grandes hombres de la reforma, fuertes en el espíritu, por esta ocasión y por
el tiempo y espacio que tenemos, solo citaremos a los ya mencionados.

Estos hombres protagonistas de la reforma protestante del siglo XVI, fueron solo un
grupo de académicos en sus respectivas naciones y culturas o aunado a eso fueron
grandes hombres de Dios? Hombres con una espiritualidad intensa?

Hoy más que nunca necesitamos ser hombres letrados y espirituales como dijera Teresa
de Jesús contemporánea de Lutero.

Como bien dijo Karl Rhaner un teólogo progresista de la Iglesia Católica, para ser
cristiano hoy necesitamos ser Místicos.

Cuando hablamos sobre los aspectos académicos de los personajes mencionados, no nos
resulta difícil entender lo que estamos diciendo.

Pero cuando tocamos el tema que tiene que ver con la ESPIRITUALIDAD aquí es
donde nos detenemos y nos preguntamos que es este concepto.

Como bien decía Teresa a sus superiores, para que nos venga a visitar a nuestro
convento y celebren los actos culticos, decía ella, queremos que el sacerdote que nos
visite sea un hombre Letrado y Espiritual.

Las dos cosas juntas.

Que queremos decir con la palabra ESPIRITUALIDAD?

Cuando Dios creó al hombre lo adorno con muchos dones, entre otros: físicos, morales,
intelectuales, el más bello de todos, lo ADORNO CON LA CAPACIDAD DE TENER
COMUNION CON EL.

A esta comunión le llamamos ESPITIRUALIDAD.

El hombre es un ser Espiritual, porque tiene la capacidad para tener comunión con su
creador, para tener y sostener una relación intima, no solo extensa si no también intensa.

El hombre en el huerto y el hombre ahora en Cristo, tienen una espiritualidad que


cultivar. Dicho de otra manera, tiene una Vida Espiritual que ha recibido del Padre.

El teólogo francés Adolphe Tanquerey S.S.


Así escribe:
La espiritualidad en lenguaje bíblico es una dimensión concreta de nuestra existencia
en la que afirmamos que Dios ha llegado a nuestro encuentro y que la voz del Espíritu
Santo sigue presente en la predicación de la Iglesia y es la fuente pura y perenne de la
vida espiritual de los cristianos.

La Iglesia vive la espiritualidad bíblica en la actividad cultica los domingos así como
también en los ejercicios espirituales personales y cotidianos (lo que está en negrillas
es del que esto escribe)

En la vida del cristiano, ministro, religioso, misionero o laico, la Biblia es la fuente de


vida como creyente y como invitado a hacer suya la riqueza de la revelación.

COMPENDIO DE TEOLOGÍA ASCÉTICA Y MÍSTICA Adolphe Tanquerey S.S. 8 DE DICIEMBRE DE 1924

Lo hasta aquí dicho es enriquecido por el Teólogo Español José Rivera:

Así escribe:

El estudio de los caminos del Espíritu, al paso de los siglos, ha recibido nombres
diversos: mística, ascética, teología ascético-mística, teología de la perfección cristiana.

Actualmente se habla sobre todo de Espiritualidad y de Teología Espiritual.

En el XVI, San Juan de la Cruz entiende la teología mística como una sabiduría secreta,
infundida en el alma por el Espíritu, a oscuras del entendimiento y de las otras potencias
naturales (II Noche 17,2).

Podemos definir, pues, la teología espiritual como una parte de la teología, que
estudia el dinamismo de la vida sobrenatural cristiana, con especial atención a su
desarrollo perfectivo y a sus connotaciones psicológicas y metodológicas.

Si queremos, pues, conocer cómo obra normalmente el Espíritu Santo en los cristianos,
estudiemos con atención las vidas y escritos de los santos, pues ellos fueron hombres
perfectamente dóciles a la acción divina de la gracia.

Digámoslo de otro modo: espiritualidad cristiana verdadera es aquella que en la


práctica hace santos a quienes la siguen.

Camino cierto de perfección cristiana es aquel que de hecho conduce a ser perfecto
como el Padre celestial es perfecto.

Por el contrario, son falsas aquellas espiritualidades que no conducen a la perfecta


santidad, sino que producen confusión, dudas, cansancio, amargura, egoísmo,
infecundidad apostólica. «Todo árbol bueno da buenos frutos, y todo árbol malo da
frutos malos. Por los frutos, pues, los conoceréis» (Mt 7,17.20).

La verdadera espiritualidad cristiana cuida bien de relacionar el significado de la


enseñanza con la experiencia, y concede siempre primer lugar a los principios
doctrinales. (Autor)
Así procedieron los grandes maestros espirituales, como Santa Teresa de Jesús; ella en
las cosas espirituales daba a la experiencia una gran importancia: «No diré cosa que
no la haya experimentado mucho» (Vida 18,7 +Camino, prólogo 3).

Pero ella valoraba también mucho el saber teológico, y no acababa de dar crédito a la
experiencia -aunque fuera la suya propia-, en tanto no se viera autorizada por la
doctrina. «No hacía cosa que no fuese con parecer de letrados» (Vida 36,5). Y decía:
«Es gran cosa letras, porque éstas nos enseñan a los que poco sabemos y nos dan luz, y
allegados a verdades de la Sagrada Escritura hacemos lo que debemos; de devociones a
bobas líbrenos Dios» (13,16)..

Ciencia y experiencia dan conocimiento, y cuando de los caminos del Espíritu no se


tiene ciencia ni se tiene experiencia se padece ignorancia.

El que aspira a transfigurarse con Cristo en la cima del monte de la perfección


evangélica, para llegar allá arriba necesita procurarse buenos planos -doctrina
verdadera- y guías experimentados -maestros espirituales-.

Santa Teresa confiesa que «siempre fui amiga de letras, aunque gran daño hicieron
a mi alma confesores medio letrados, porque no los tenía de tan buenas letras como
yo quisiera.

He visto por experiencia que es mejor -si son virtuosos y de santas costumbres- que no
tengan ningunas, porque ni ellos se fían de sí mismos, sin preguntar a quien las tenga
buenas, ni yo me fiara de ellos; buen letrado nunca me engañó» (Vida 5,3).))

Espiritualidad y espiritualidades

La Espiritualidad estudia cómo el Espíritu Santo actúa normalmente sobre los


cristianos.

Podemos distinguir en la acción del Espíritu divino que reciben los cristianos una
espiritualidad común y varias espiritualidades peculiares.

1.-La espiritualidad cristiana es una sola si consideramos su substancia, la santidad, la


participación en la vida divina trinitaria, así como los medios fundamentales para crecer
en ella: oración, liturgia, abnegación, ejercicio de las virtudes todas bajo el imperio de la
caridad.

«Todos los fieles, de cualquier estado y condición, están llamados a la plenitud de la


vida cristiana y a la perfección de la caridad» (40b).

La infinita riqueza del Creador se manifiesta en la variedad inmensa de criaturas: no


diez o cien, sino miles y miles de especies de plantas, de animales, de peces... También
las infinitas riquezas del Redentor se expresan en esas innumerables modalidades de
vida evangélica.

San Juan de la Cruz: «A cada uno lleva Dios por diferentes caminos; que
apenas se hallará un espíritu que en la mitad del modo que lleva convenga
con el modo de otro» (Llama 3,59)
La vida Cristiana empieza en un momento histórico en el Creyente, Esta vida debe
de crecer, crecer, crecer. No debe de quedarse en el primer momento al que la
escritura le llama nuevo nacimiento, el recién nacido debe de Crecer hasta la
estatura del varón perfecto: Jesucristo. (nota del autor de este ensayo)

El Teólogo arriba citado continua con su exposición, así escribe:

En la Escritura la vida de la gracia siempre exige crecimiento, es algo que se


desarrolla en un constante dinamismo perfectivo. Son frecuentes las imágenes
vegetativas: «El justo crecerá como palmera, se alzará como cedro del Líbano» (Sal
91,13).

El Reino de Dios en el corazón del hombre es como una semilla que «germina y crece,
sin que él sepa cómo» (Mc 4,26-27).

«Primero hierba, luego espiga, en seguida trigo que llena la espiga»; y en la madurez, la
muerte: «cuando el fruto está maduro, se mete la hoz, porque la mies está en sazón»
(4,28-29).

Igualmente, la vida cristiana es un paso constante de lo imperfecto a lo perfecto (1


Cor 2,6; 13,9-10s). Es un avance, una carrera sin pausa hacia la perfección
evangélica (Flp 3,9-14).

Todos los fieles han de ir adelantando en la vida en el Espíritu hasta llegar a ser
«perfectos en Cristo» (Col 1,28; +Ef 4,15-16).

Algunos cristianos son como «niños en Cristo»: piensan, hablan y razonan en las
cosas de la fe como niños, y han de ser alimentados con «leche espiritual» (1 Cor 3,1-3;
+13,11-12; 14,20; 1 Pe 2,2).

«El manjar sólido es para los perfectos, los que en virtud del hábito tienen sus
facultades ejercitadas para el discernimiento (diácrisis) del bien y del mal» (Heb 5,11-
13).

En los que todavía son como niños falta este discernimiento, y por eso «fluctúan y se
dejan llevar de todo viento de doctrina»; lo que muestra cómo necesitan crecer «cual
varones perfectos, a la medida de la plenitud de Cristo» (Efesios 4,12-13). (nota del
autor)

Así los cristianos, nos hemos de ir configurando a Cristo. Con la incisiva afirmación de
Jerónimo, cerramos la aportación de este teólogo, arriba citado.: “No crecer es un
delito”

Todos los conceptos arriba expuestos, nos ayudan a entender lo que es la espiritualidad
bíblica. Aunque hay mucho más que decir, por el momento nos quedamos con lo ya
dicho.

Veamos a nuestro primer personaje.


1.- MARTIN LUTERO EL ACADEMICO (1483 – 1546)

Fue un fraile agustino, en cuyas enseñanzas se inspiró la Reforma Protestante.

En 1501, a los 19 años, Lutero ingresó en la Universidad de Erfurt, recibió el grado


de bachiller en 1502 y una maestría en 1505

El 19 de octubre de 1512, Martín Lutero recibió el grado de Doctor en Teología.

El 21 de octubre de 1512 fue “recibido en el Senado de la Facultad de Teología",


dándole el título de Doctor en Biblia. Durante esta época estudió el griego y el hebreo

El 31 de octubre de 1517, clavo las 95 tesis en la puerta de la Iglesia del Palacio de


Wittenberg como una invitación abierta a debatirlas. Las tesis condenaban el paganismo
en la Iglesia. También declaraba que el papado no formaba parte de la inmutable
esencia de la Iglesia .Negó que la pertenencia a la Iglesia católica occidental bajo la
autoridad del Papa fuera necesaria para la salvación, manteniendo la validez de la
Iglesia Ortodoxa de Oriente.

Escribió: Comentario a Romanos y Gálatas y su Trabajo en los Salmos , Sermón el


Sacramento Bendecido, del Verdadero y Santo Cuerpo de Cristo, y sus Hermandades,
Preludio en el Cautiverio Babilónico de la Iglesia, la libertad de un Cristiano, A la
Nobleza Cristiana de la Nación Alemana (1520) Tradujo el Nuevo Testamento al
alemán .

Participo también en la redacción del documento teológico más importante de los


luteranos: Los Artículos de Esmalcada y Los Catecismos Menor y Mayor.

Lutero proponía: la disminución del número de cardenales y demandas de la corte


papal; la abolición de los ingresos del Papa; el reconocimiento del gobierno secular; la
renuncia del papado al poder temporal; la abolición de los interdictos y abusos
relacionados con la excomunión; la abolición del peregrinaje dañino; la eliminación del
excesivo número de días santos; la supresión de los conventos de monjas, de la
mendicidad y de la suntuosidad; la reforma de las universidades; la abrogación del
celibato del clero; la reunificación con los bohemios y una reforma general de la moral
pública.

El 3 de enero de 1521 fue publicada en Roma la bula papal, Decet Romanum


Pontificem, por la que León X excomulgaba a Lutero.

El emperador Carlos V inauguró la Dieta imperial de Worms el 22 de enero de 1521.


Lutero fue llamado a renunciar o reafirmar su doctrina y le fue otorgado un
salvoconducto para garantizar su seguridad.

Lutero se presentó ante la Dieta el 16 de abril. Johann Eck, un asistente del Arzobispo
de Tréveris, presentó a Lutero una mesa llena de copias de sus escritos. Le preguntó a
Lutero si los libros eran suyos y si todavía creía en lo que esas obras enseñaban.
Lutero pidió un tiempo para pensar su respuesta, el cual le fue concedido. Lutero oró,
consultó con sus amigos y mediadores y se presentó ante la Dieta al día siguiente.
Cuando se trató el asunto en la Dieta, el consejero Eck le pidió a Lutero que respondiera
explícitamente:

"Lutero, ¿rechaza sus libros y los errores que en ellos se contiene?", a lo que Lutero
respondió: "Que se me convenza mediante testimonios de la Escritura y claros
argumentos de la razón y por los textos de la Sagrada Escritura que he citado, estoy
sometido a mi conciencia y ligado a la palabra de Dios. Por eso no puedo ni quiero
retractarme de nada, porque hacer algo en contra de la conciencia no es seguro ni
saludable".

Lutero entonces dijo estas palabras:

"¡No puedo hacer otra cosa; esta es mi postura! ¡Que Dios me ayude!"

El emperador redactó el Edicto de Worms el 25 de mayo de 1521, declarando a Martín


Lutero prófugo y hereje, y prohibiendo sus obras.

Federico el Sabio dispuso que una escolta enmascarada a caballo capturase a Lutero y lo
llevase al castillo de Wartburg en Eisenach, donde permaneció cerca de un año.

2.- SU ESPIRITUALIDAD

Hombre Valiente, de oración y fe en el Dios todopoderoso.

Como hombre Valiente defendió su fe en el altísimo ante la dieta de worms, como


varón de Fe en el Dios todopoderoso, plasmo sus afectos y sentimientos en su
composición musical la cual se ha hecho famosa en la iglesia luterana y en todo el
mundo evangélico hasta el día de hoy, me refiero al himno: Castillo Fuerte es nuestro
Dios, además de expresar su fe en confesiones y catecismos.

Era un asiduo lector de las sagradas escrituras, su contacto frecuente con ellas lo llevo a
entender por la iluminación del Espíritu Santo que EL HOMBRE ES JUSTIFICADO
POR LA FE.

Esta convicción teológica lo movió a hacer cambios poderosos no solo en su vida sino
también en la iglesia de su tiempo.

Hombre de Fe firme en su Señor. Hombre de oración confiada en su Salvador, Lector


frecuente de la doctrina de su salvador. Así concebimos a Lutero como un hombre con
una Vida Espiritual intensa, con una espiritualidad fuerte, con una comunión intima y
continúa en el Dios Trino y Uno.

JUAN CALVINO (1509-1564)

1. EL ACADEMICO
Calvino ha sido, es y será el teólogo bíblico de la iglesia. Realizo estudios de Teología,
Humanidades y Derecho.

La iglesia reformada tiene en Calvino el prototipo de lo que es un estudioso de las


sagradas escrituras además de esto un expositor bíblico ante la congregación de
ginebra.

Fue un poliglota, dominaba varias lenguas: el francés, y el latín; hebreo y griego.

Como Jurista, dominaba las leyes de su época.

Su obra teológica alcanza su culmen con su magna obra comparable a la suma teológica
de Tomas de Aquino: la Institución de la religión cristiana (1536)

En su máxima obra teológica, LA INSTITUCION DE LA RELIGION CRISTIANA,


toca los siguientes temas:

LIBRO PRIMERO
Del conocimiento de Dios en cuanto es creador y supremo gobernador de todo el
mundo.,

LIBRO SEGUNDO
Del conocimiento de Dios como redentor en Cristo, conocimiento que primeramente fue
manifestado a los patriarcas bajo la ley y después a nosotros en el evangelio.

LIBRO TERCERO
De la manera de participar de la gracia de Jesucristo. Frutos que se obtienen de ello y
efectos que se siguen.

LIBRO CUARTO
De los medios externos o ayudas de que Dios se sirva para llamarnos a la compañía de
su hijo Jesucristo y para mantenernos en ella.

Fundó la academia de ginebra en 1559.

También fue llamado el exegeta de la reforma, Calvino comenta el texto directamente


del griego y del hebreo, veía en el método alegórico un ardid de Satanás y en razón de
eso enfatizo método gramático-histórico de interpretación de la Biblia.

Casi la totalidad de los libros de la biblia fueron comentados por él con excepción del
libro de apocalipsis.

Calvino fue un hombre erudito, culto, aunque no obstante fue un hijo de su tiempo. En
palabras de Teresa de Jesús, Calvino fue un hombre letrado, un hombre de letras.

Un Cristiano que Creció y alcanzo grandes alturas en el conocimiento de nuestro Señor


Jesucristo. ¡Digno ejemplo para nosotros hoy. Sin duda
2.- SU ESPIRITUALIDAD

En su libro De oro de la verdadera vida Cristiana, En este se refleja la espiritualidad de


Calvino, es también un manual de la espiritualidad Cristiana.

En este libro lo inicia elevando a Dios una sentida oración:

“Dios y Padre Todopoderoso, en esta vida hemos tenido muchas luchas, danos la fuerza
de tu Espíritu Santo, para que vayamos en medio del fuego y de las muchas aguas con
valor y así someternos a tus reglas, para ir al encuentro de la muerte sin temor, con total
confianza de tu asistencia. Concédenos también que podamos llevar todo el odio y la
enemistad de la humanidad hasta que hayamos ganado la última victoria y podamos
llegar al bendito descanso que tu único Hijo ha adquirido para nosotros por medio de su
sangre. Amén”

Leer y reflexionar en este libro, nos bendice, nos edifica y lo que es más importante nos
sirve como guía para que nuestra Espiritualidad o Vida Espiritual crezca en intensidad y
para gloria del Nuestro Buen Padre Celestial.

El contenido de este libro nos lleva a considerar asuntos tan importantes tales como:

Reconocer la Sagrada Escritura como la norma para nuestra vida. La Santidad es la


clave, sin santidad nadie vera al Señor, y como bien dice, la Santidad significa una total
y plena obediencia a la voluntad de nuestro Salvador Jesucristo.

Debemos de Crecer ante los ojos de Dios y de esta manera nuestro progreso espiritual
será visto por los que estén en nuestro entorno. Se nos notara que somos cristianos, que
estamos y andamos con el Señor.

Cuán importante como decía Calvino, Reconocer que no nos pertenecemos a nosotros
mismos, pertenecemos al Señor, Si vivimos para el vivimos y si morimos para el
morimos, sea que vivamos o que muramos, somos del Señor.

Todo lo que hagamos debemos de hacerlo con un espíritu humilde y todo para la gloria
de Dios, no para alabanza de nosotros mismos. Calvino nos invita a recordar que no
hay felicidad sin la bendición de Dios. Como bien dice la escritura, la bendición de
Jehová es la que nos enriquece y no añade tristeza.

Hemos de estar dispuestos a Sufrir y Morir por Cristo, como bien decía Calvino no hay
corona sin cruz.

Mientras estamos aquí, vivamos con sabiduría y moderación, siempre poniendo nuestra
mirada en la vida futura, en nuestro destino feliz el cual es Vivir plenamente en la casa
del Padre.

Calvino como hijo de su tiempo, vivió tal y como escribió, tal vez con debilidades y
pecados como cada uno de nosotros. No obstante, hizo grandes cosas para la gloria de
Dios. El nos ha dejado un ejemplo a seguir, así como nuestro Señor Jesucristo y sus
apóstoles nos sirven de ejemplo de nuestra vida como cristianos hoy.

ULRICO ZWINGLIO (1484 - 1531)

1.- EL ACADEMICO

Estudió la educación básica en Weesen, Llegó a Viena en 1498 y se inscribió en la


Universidad de Basilea, donde hizo un posgrado en 1504 y un doctorado en 1506.

Zuinglio se convirtió en presbítero en Glarus, tras graduarse como doctor en teología


(1506). Allí estudió griego y hebreo, leyó a Erasmo de Róterdam y llegó a la conclusión
de que muchas de las doctrinas de la Iglesia estaban en contradicción con las enseñanzas
de la biblia.

Dentro de sus obras teológicas se destacan las siguientes:

1.- Las sesenta y siete conclusiónes (1523)


2.- Breve instrucción cristiana (1523)

3.- Breviario (1523) 4.-

4.- EL año de 1525 fundó una escuela de teología.

5.- En 1525 publica su libro De la verdadera y falsa religión.

6.- Exégesis Amigable (1527).

Como Lutero, Zuinglio era también un estudiante y admirador de Agustín de Hipona.

2.- SU ESPIRITUALIDAD

Como hombre y cristiano de su tiempo, se observa en nuestro personaje una


espiritualidad profunda, arraigada en su contacto con la Palabra de Dios la cual para él
era la única fuente no solo de su fe como cristiano, sino también de su teología.

Era un hombre de oración, así se expresa de ella:

Orar no consiste en hablar mucho, sino que es alabar y gloriar a Dios en primer lugar y,
luego, invocar a Dios confiadamente y exponer ante El nuestras preocupaciones.

Era un hombre de fe, así se expresa:

Donde hay fe, no cabe la duda. La fe es un tesoro tan único que el hombre jamás podrá
poseer fuera de ella algo que conceda más gozo y valentía. El que tiene fe es libre; pero
quien no la tiene siempre será un esclavo.
Conclusión

Por toda la exposición de hechos, no nos queda la menor duda que estos grandes
Varones de Dios, fueron no solamente grandes académicos si no también hombres
espirituales.

La Lectura de las Sagradas Escrituras, Su vida intensa de oración y toda una vida de fe
en el Dios Soberano, fueron las notas distintivas de Lutero, Calvino y Zwinglio.

Lo que nos queda hoy a nosotros es imitarlos y si fuera posible superarlos no solo en lo
académico si no también en lo espiritual.

Estos hombres sin duda han sido nuestros maestros y ojala en cada uno de nosotros se
cumpla aquella sentencia antigua: “El alumno supera al Maestro”.

Esa es nuestra consigna, nuestro desafío en esta época postmoderna en la que nos ha
tocado vivir, en donde todo es relativo, hoy como nunca hemos de ser hombres y
mujeres, Varones y Varonas de Dios, Hombres Letrados pero También Varones
Espirituales.

SOLI DEO GLORIA.

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