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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTIN

ING. ELÉCTRICA

DISTRIBUCIÓN DE ENERGÍA ELÉCTRICA


INTRODUCCIÓN
METODOLOGÍA A LA TECNOLOGÍA
DEL TRABAJO ELÉCTRICA
INTELECTUAL UNIVERSITARIO

TEMA:
RESUMEN HISTORIA DE
SUBESTACIONES
ARMADOS EN
DEFORMA
PRÁCTICA
TRABAJO GIS
12 YHORIZONTAL
13
INVESTIGACIÓN
LA ELECTRICIDAD

DOCENTE:
ING.
DEIDAMIA
ING.HOLGER
CACERES
GIOVANNA
HOLGER MEZA
RIOJA, DELGADO
JESUS
CHANI
MEZA MARTIN
OLLACHICA
DELGADO

PRESENTADO POR:
FIGUEROA
FIGUEROAHUARACALLO
ALEJANDRO HUARACALLOALEJANDRO
ALEJANDRO
FIGUEROA HUARACALLO

CUI: 20111551
FECHA: 11/06/2020
18/06/2020
09/09/2020
20/07/2020
23/06/2020
PROPIEDADES ELÉCTRICAS DE LOS MATERIALES

La posibilidad de transmitir corriente eléctrica en los materiales depende de la

estructura e interacción de los átomos que los componen. Los átomos están

constituidos por partículas cargadas positivamente (los protones),

negativamente (los electrones) y neutras (los neutrones). La conducción eléctrica

en los conductores, semiconductores, y aislantes, se debe a los electrones de la

órbita exterior o portadores de carga, ya que tanto los electrones interiores como

los protones de los núcleos atómicos no pueden desplazarse con facilidad. Los

materiales conductores por excelencia son metales, como el cobre, que

usualmente tienen un único electrón en la última capa electrónica. Estos

electrones pueden pasar con facilidad a átomos contiguos, constituyendo

los electrones libres responsables del flujo de corriente eléctrica.

En todos los materiales sometidos a campos eléctricos se modifican, en mayor

o menor grado, las distribuciones espaciales relativas de las cargas negativas y

positivas. Este fenómeno se denomina polarización eléctrica y es más notorio en

los aislantes eléctricos debido a que gracias a este fenómeno se impide liberar

carga, y por lo tal no conducir, característica principal de estos materiales.


Conductividad y resistividad

La conductividad eléctrica es la propiedad de los materiales que cuantifica la

facilidad con que las cargas pueden moverse cuando un material es sometido a

un campo eléctrico. La resistividad es una magnitud inversa a la conductividad,

aludiendo al grado de dificultad que encuentran los electrones en sus

desplazamientos, dando una idea de lo buen o mal conductor que es. Un valor

alto de resistividad indica que el material es mal conductor mientras que uno bajo

indicará que es un buen conductor. Generalmente la resistividad de los metales

aumenta con la temperatura, mientras que la de los semiconductores disminuye

ante el aumento de la temperatura.

Los materiales se clasifican según su conductividad eléctrica o resistividad en

conductores, dieléctricos, semiconductores y superconductores.

Conductores eléctricos. Son los materiales que, puestos en contacto con un

cuerpo cargado de electricidad, transmiten ésta a todos los puntos de su

superficie. Los mejores conductores eléctricos son los metales y sus aleaciones.

Existen otros materiales, no metálicos, que también poseen la propiedad de

conducir la electricidad, como son el grafito, las soluciones salinas (por ejemplo,

el agua de mar) y cualquier material en estado de plasma. Para el transporte de

la energía eléctrica, así como para cualquier instalación de uso doméstico o

industrial, el metal más empleado es el cobre en forma de cables de uno o varios

hilos. Alternativamente se emplea el aluminio, metal que si bien tiene una

conductividad eléctrica del orden del 60% de la del cobre es, sin embargo, un

material mucho menos denso, lo que favorece su empleo en líneas de

transmisión de energía eléctrica en las redes de alta tensión. Para aplicaciones

especiales se utiliza como conductor el oro.


Dieléctricos. Son los materiales que no conducen la electricidad, por lo que

pueden ser utilizados como aislantes. Algunos ejemplos de este tipo de

materiales son vidrio, cerámica, plásticos, goma, mica, cera, papel, madera

seca, porcelana, algunas grasas para uso industrial y electrónico y la baquelita.

Aunque no existen materiales absolutamente aislantes o conductores, sino

mejores o peores conductores, son materiales muy utilizados para

evitar cortocircuitos (forrando con ellos los conductores eléctricos, para

mantener alejadas del usuario determinadas partes de los sistemas eléctricos

que, de tocarse accidentalmente cuando se encuentran en tensión, pueden

producir una descarga) y para confeccionar aisladores (elementos utilizados en

las redes de distribución eléctrica para fijar los conductores a sus soportes sin

que haya contacto eléctrico). Algunos materiales, como el aire o el agua, son

aislantes bajo ciertas condiciones pero no para otras. El aire, por ejemplo, es

aislante a temperatura ambiente pero, bajo condiciones de frecuencia de la señal

y potencia relativamente bajas, puede convertirse en conductor.

El diseño óptimo de un componente conductor requiere el compromiso de una

buena conformación, de acuerdo a las funciones específicas para la que se

destina, y el buen dimensionamiento, de acuerdo con la adecuada selección

del material. La selección y el dimensionamiento requieren el conocimiento de

los índices que califican y cuantifican las cualidades de cada uno de los

materiales alternativos para esos componentes.

En las unidades anteriores se han adquirido conocimientos sobre la

estructura cristalina de los materiales, sus características mecánicas, la


conformación y los posibles tratamientos que influyen sobre su

microestructura y comportamiento mecánico, particularmente centrado en el

caso de los metales.

La importancia del estudio de las propiedades eléctricas de los materiales

es algo fuera de discusión. Basta con mirar a nuestro alrededor para

percatarnos del campo de aplicación: líneas de tendido eléctrico,

instrumentos electrónicos de medición, equipos de telecomunicación,

ordenadores y computadoras, generadores y motores eléctricos,

electrodomésticos, etc. En suma, el dominio de la energía eléctrica a través del

conocimiento de las leyes físicas y del comportamiento de los medios

materiales activos del fenómeno conductor.

El campo de aplicación de los materiales semiconductores es muy

extenso: regulación de potencia, intensidad, tensión, rectificación o

amplificación de señal. Toda fuente de alimentación de precisión debe de

construirse inexorablemente con dispositivos semiconductores. Elementos

como diodos, transistores o tiristores son habituales en los diseños

electrónicos. Otros tipos de componentes para aplicaciones ópticas y de

comunicación lo constituyen los fotodiodos, fototransistores, células

fotovoltaicas y fotodetectoras, láseres semiconductores para comunicaciones

por fibra óptica.


Los avances en electrónica moderna en campos como las telecomunicaciones,

informática y control asistido por ordenador han sido propiciados por

investigaciones y tecnología de procesamiento de semiconductores, con los

que se han conseguido diseñar y construir circuitos integrados de alta

capacidad de memoria y velocidad de procesamiento de las señales.

La figura nos permite comparar la resistividad de algunos metales con la de los

semiconductores, deducimos que el rango de conductividad en estos últimos

materiales es más bajo que el de los metales. A pesar de ello, su aplicabilidad

como material base para los dispositivos semiconductores para la industria

electrónica es muy importante, debido a que los valores de conductividad son

los requeridos para una gran parte de las condiciones de funcionamiento,

intensidad, voltaje y temperatura de trabajo, que se dan en los equipos

electrónicos a las tensiones eléctricas actuales de funcionamiento.


La determinación de los índices que miden esas cualidades, o características

de respuesta de los materiales ante un determinado requisito, se realizan por

medio de ensayos y equipos normalizados. Estos deben de suministrar los

parámetros de respuesta para la correcta selección del material más

conveniente, bien en valor absoluto, permitiendo el dimensionamiento, bien

en valor relativo, definidor de niveles de aceptación.

Planteamos, como objetivos, el estudio de las propiedades eléctricas de los

materiales conductores: metales, aleaciones, y semiconductores, los modelos

teóricos que justifican la conducción eléctrica y las variables de influencia

sobre el comportamiento conductor en metales y semiconductores.

En los materiales y dispositivos conductores, la propiedad principal para su

diseño es la resistividad, o su inversa, la conductividad. Otras propiedades

interesantes que completan el cuadro calificador de estos materiales se han

visto ya, características resistentes, o aparecerán en los próximos

capítulos: propiedades térmicas, ópticas y contra la degradación.

Las propiedades eléctricas de los metales tienen su origen en su

microestructura cristalina y en su estructura electrónica asociada. Existen dos

modelos físicos que tratan de justificar la conductividad de los metales:

el clásico y el cuántico. Este último lo posponemos para la parte dedicada a

semiconductores.

El modelo clásico, conocido también como modelo corpuscular, considera


que los metales son sólidos cristalinos y ordenados, en los que los átomos

están vibrando alrededor de ciertas posiciones espaciales, unidos por un gran

colectivo de electrones de valencia que constituyen el gas electrónico, en la

figura dichos electrones se mueven al azar, libremente por el interior de la red

cristalina.

¿Qué experiencia apoya el modelo corpuscular? La de emisión de rayos X, en

su primera parte. Si sometemos un filamento de W, inmerso en una ampolla

sellada al vacío, a una diferencia de potencial tal que haga pasar a su través

una importante corriente eléctrica, se calentará hasta incandescencia,

produciendo una termoemisión de electrones, como muestra la figura. Estos

electrones se aceleran al paso por una zona donde se aplica un campo

eléctrico, E, adquiriendo una velocidad, v, directamente proporcional a E. Al


impacto contra la superficie de un ánodo metálico: Cu, Mo, Pt..., éste emitirá

un haz de RX.

El electrón de masa m (9,1·10-28 g) adquiere una cantidad de movimiento P =

m·v y una energía cinética . El electrón posee una naturaleza

corpuscular, con una masa m y una carga e comportándose de acuerdo a las

leyes de la dinámica clásica.

Con este modelo corpuscular podemos justificar la conductividad de los

metales. Supongamos que aplicamos un campo eléctrico E a una porción de

material conductor, cobre por ejemplo. El gas electrónico, formado por

partículas cargadas que hemos denominado electrones, se movilizará. La

dinámica nos indica que el electrón es sometido a una fuerza F = m·a. En el

caso anterior:

La velocidad del electrón, en función del tiempo t será:


La intensidad media, I, para un colectivo de N electrones que atraviesa una

sección S vendrá dada por:

Donde A es una constante y el producto E·t representa el potencial V asociado

al campo eléctrico. La intensidad es lineal con el campo y el tiempo, y por tanto

con dicho potencial. No observamos que aparezca magnitud alguna

relacionada con la naturaleza del material, y que bajo esa hipótesis, la

intensidad sería invariante para cualquier material.

Las experiencias llevadas a cabo por Ohm, demostraban que había una

dependencia directa entre la corriente eléctrica que circula por un conductor,

la diferencia de potencial y una característica intrínseca del material, llamada

conductancia  y cuyo significado físico es el de "facilidad para el

movimiento de los electrones en el interior del material". Comparando con

8.3 vemos que la constante A es precisamente la conductancia, o en la forma

clásica de la ley de Ohm, la inversa de la resistencia eléctrica: 1/R.

Para diferentes conductores, todos ellos de longitud L y sección S, Ohm

constató que la resistencia no era la misma, por lo que introdujo una magnitud

intrínseca de cada material llamada resistividad, , de manera que en su ley

aparecía explicitada como:


En la en la que I es la corriente eléctrica y V la caída de potencial en el

conductor de longitud L y sección S. Aparecen reflejadas distintas

resistividades para diferentes metales. Para justificar la resistividad,

establecemos previamente dos hipótesis:

1. Existencia de fuerzas de rozamiento que se oponen al movimiento de los

electrones, limitadoras de su velocidad en el interior de la red cristalina.

2. Las fuerzas de rozamiento son de carácter intrínseco a la calidad de cada tipo

de metal.

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