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| Ane FINAL ORQUESTADO 1 piblico empevaba a Ilenar la sala y por primera vez estaba arreglindose, sin la ayuda de nadie, el corbatin y la leva de director. El sonido de los instrumentos afinandose inundaba el ambiente, le pareeia que las cuerdas rechinaban, 20 eran sus dientes? Un escalofrio le recorrfa las piernas. Estaba nervioso, era su momento. Desde su infancia habia estudiado muisica y desde hacia apenas un aio estaba alcanzando el reconocimiento sofiado. Esta era la noche de su consagracién. Y la disfrutaria solo, sin que nadie le dijera con quién hablar, a quién dirigse, qué beber, a qué hora retirarse ¢ ir a descansar. Lo fotografiarian. con importantes personalidades, desde los que se duermen en el n con aspavientos de melémanos, hasta Jos més reputadoscrticos musicales. Era su composicién ya igiria con toda la fuerza que le habia costado tomar la decisién. concierto, pero lo fli de seguir escalando, pero so)o. Se miré frente al espejo, lucta perfecto. Records cémo a Aida la excitaba verlo asi vestido, Afda, cémo se le ocurria tener el nombre de la épera de Verdi y ser tan sorda. Hasta ahora todo va perfecto, se repiti6, ensayando un movimiento con la batuta Sobre la partitura todo estaba escrito, slo faltaba la ejecucté, Nada podlia fallar, habia planificado la muerte de Aida y creado su gran obra musical al mismo tiempo. En cada momento que contenfa la rabia por esa mujer que lo ahogaba con su vor dlisonante, las notas se dibujaban casi solas sobre el pentagrama, ccreando unos stacatos que incontenibles se alargaban por varios compases. FI piiblico amaba esa fuerza creativa, ese fmpetu ‘musical. Ni siquiera eso le pertenecia, hasta esa irreverencia le surgia por ella. La sorda y antimusical Afda, Aquellos pianissimos le Hegaban cuando debia callar ante los reproches de Aida porque ella trabajaba para mantenerlos, porque dilapidaba Ja herencia de su papi en maestros y ‘Merisaje'en tinal Rotella ‘conservatories y encima se daba tiempo para hacer los contactos ‘con sus amigos influyentes y porque la ignoraba metido entre 0s papeles llenos de signos indescifrables como él. Y ass 1h cantata, mientras él convertéa sus chillidos en misica Los corns y fortisimos estaban pensados para acallar los gritos de Aida mientras In apufalaran, a ahorcaran, golpearan, 20 wsarfan un revdlver? Pum, intervendefa entonces el gong Los golpes en la puerta del camerino lo dévohieron a la realidad. En cinco minutos empezaria el co! rto, En estos momentos Aida estarfa angustiada buscando en el departamento cl anillo que él usaba en todas sus presentaciones y sin el que se sentia incapay de subir al podium, el que clla le haba re desp ilo yal que él decidié darle ese acerlafelizy convencerla de pagarle és de su primera presenta cabalistico destino para asf [a Julliard, la escuela de los grandes, Esta noche estaria entre los agfandes y sin esa pesada carga sobre su dedo y su vida, Cuando salié al escenario las luces Jo enceguecieron, El sonido de los aplausos lo ené de una enorme satifacie Les clio la espalda, sacudi6 su segura mano golpeando con la batuta eLatril, Qué liviana la sentia sin cl vidiculo anillo, En un arranque de semicorcheas iniciaron los violines la introduccién, como para acompafiar a Aida en su carrera hacia el ascensor sosteniendo el anillo sobre cl pecho. En ligatos, los vientos marcarian la respiracién agitada de su mujer. Al abrirse el ascensor del garaje con sti mecénico sonido, sonarfa la flauta traversa cerrando la obertura. Ahora toda la orquesta iniciarfa Pianissimo el momento que mis o extasiaba desu obra y que en crescendo culminaba en un fortissimo acompaitado de las voces del coro que desde el fondo del escenario acallarian los latidos S corazén de su mujer. La miisica era su vida y hubiera dado lo que sea por estar considerado como uno de sus mis grandes creadores. Hasta ahora le habfa dado sus noches de fue una Angelbateda Iujer que no amaba, pero con la que habia sido mucho més corto el camino para llegar a esa noche de triunfo, Sentia cémo el piblico lo acompafiaba en su mésica, Los instrumentos sonaban con més fuerza, como el motor del auto de Aida que descsperada por llegar aplastaba el acelerador con Ja misma pasién que é1 movia sus brazos, confiada en que 4 retrasaria tn poco el concierto para que ella puciera legar con ‘Lanillo y con su amor incondicional a apoyarlo, Ella munca falt6 ‘uno de sus conciertos, Y no lo haria esta noche. Ta conocfa tan bien como a sus partituras y sabia que tomaria un atajo por esas callejas sombrias, como el fragmento. que ahora intexpretaban los bajos y trombones. Justo en la esquina més oscura otro carro la intereeptaria. Las trompetas en un sf sostenido a tempo. Un firenazo. Estaba seguro que empezaria a vociferar con sutaltisonante voz para que la dejaran seguir. Las flautas irrumpian con molto brio. El matén la insultarfa, Los trombones en soto voce le responden acompafiados con los graves del contrabajo. Y luego el silencio, E] momento decisivo era ahora, Su batuta parecia actuar sola, su pelo ensortijado caia totalmente mojado de sudor sobre su frente. Ahora sonarfan los timbales y luego de virar la pigina, veloz, él veria los éiltimos compases y Ada sus tltimos minutos de vida, Habia creado un movimiento dolce en decrecendo para acompafiarla en su agonfa, Para el bis habia pensado en algo allegro hasta cantabile Tas gotas de su sudor helado y fio empezaron a nublarle los ojos, se le metfan entre los pérpados y lo hacfan llorar. Estaba llorando por Afda, Sabia que si seguia ella moritfa, Sus brazos no se detenian, Sonaron los timbales. Un disparo se perdié entre Jos orquestados sonidos de la noche. Sintié un terrible dolor en cel pecho y sus brazos se congelaron. Los miisicos siguieron unos ‘cuantos compases més, Poco a poco se acallaron creando un “Mensaje ina Botell patético silencio frente a la pilida presencia del director que no se inmutaba, Un rumor en tono muy bajo sc inicié y desaparecis cuando, como un estertor, un despistado violoncello se lanzé un solo como de compas y medio, una coda inesperada para una ‘obra inconclusa, El ltimo sonido To causé la batuta al caer. Ese 0 llené todo el salén, Ese la, si, do, no previsto lo lend de esperanza, Esperaba haberla salvado,

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