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Para Difundir Los Principios de Hong Kong - Revista Pesquisa Fapesp
Para Difundir Los Principios de Hong Kong - Revista Pesquisa Fapesp
E
n un artículo publicado el año pasado en la revista PLOS Biology se analizaron
en forma pormenorizada los cinco Principios de Hong Kong, un conjunto de
directrices definidas en 2019 en el marco de la 6ª Conferencia Mundial de
Integridad Científica con miras a evaluar exhaustivamente el desempeño de los
investigadores y recompensar los comportamientos éticos y transparentes. El paper está
firmado por el epidemiólogo David Moher, de la Universidad de Ottawa, en Canadá, junto
a otros ocho científicos que participaron en la organización de la conferencia. El grupo
también enumeró otras iniciativas de instituciones académicas y de agencias de fomento
de la investigación en consonancia con las cinco recomendaciones, que conforman una
especie de guía de buenas prácticas para promover una cultura de la integridad
empleando criterios apropiados de evaluación. “Desarrollamos los Principios de Hong
Kong centrándonos en la necesidad de impulsar la calidad en la investigación científica,
garantizando el reconocimiento y una recompensa a los científicos que promuevan
acciones para reforzar la integridad”, explicó Moher en su cuenta de Twitter, al momento
de la publicación del artículo.
El primer principio propone valorar las prácticas responsables en todas las etapas de un
proyecto científico, desde su concepción hasta la publicación de los resultados. Moher y
sus colegas critican la utilización aislada de indicadores cuantitativos para distinguir el
mérito académico, como la cantidad de artículos publicados y sus citas. Se recomienda
premiar también a los investigadores comprometidos en actividades tendientes a reforzar
la fiabilidad de los resultados. Uno de los buenos ejemplos mencionados es el de los
Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, que en 2018 modificaron las
instrucciones para la presentación de proyectos. En ellas se orienta a los proponentes para
que utilicen una herramienta disponible en forma online, el Asistente de Diseño
Experimental (EDA, en inglés), que ayuda en la planificación de los experimentos con
animales de laboratorio, calculando el tamaño adecuado de las muestras y orientando la
adopción de métodos de análisis para evitar los sesgos.
El segundo principio vela por garantizar que los datos consignados en un estudio sean
sólidos y puedan reproducirse en trabajos ulteriores. La propuesta consiste en hallar las
maneras de considerar el conjunto completo de los datos obtenidos en un experimento
científico, incluyendo los resultados negativos, como una forma de evitar que se divulgue
información parcial o selectiva que distorsione las conclusiones. Esta preocupación ha
motivado que las plataformas de publicación en acceso abierto de la organización
Wellcome Trust y de la Fundación Bill & Melinda Gates les exijan a los autores que
suministren los protocolos de sus trabajos junto con los resultados finales, con el
propósito de verificar si las hipótesis iniciales fueron modificadas en el transcurso del
proyecto. Algunas instituciones, como la Universidad de Toronto, en Canadá, establecen
para sus investigadores el uso de la Herramienta de Protocolo Electrónico Spirit. Se trata
de un software que se encuentra disponible en forma online y que genera y gestiona
protocolos de ensayos clínicos registrando automáticamente su información en el banco
de datos clinicaltrials.gov.
En tanto, la tercera recomendación se refiere a recompensar a aquellos que adoptan los
principios de la ciencia abierta, esto es, un conjunto de prácticas que promueven la
transparencia en la investigación y el trabajo cooperativo. Entre los ejemplos apuntados
figura el de la Facultad de Medicina de la Universidad Tecnológica de Nanyang, en
Singapur, que audita los planes de gestión de datos de sus investigadores para constatar
que los datos brutos hayan quedado realmente disponibles en el repositorio de la
institución.
El texto del artículo en PLOS Biology fue traducido al portugués en el mes de enero por la
Asociación Brasileña de Editores Científicos (Abec) y se encuentra disponible para
consultas en el sitio web de la institución: bit.ly/3dUIM4b. “Estos principios son
importantes para promover la integridad científica, como así también para valorar el rol
de la investigación y el trabajo de los científicos, a los que se les ha reconocido un papel
fundamental en la lucha contra la pandemia”, dice el odontólogo Sigmar de Mello Rode,
presidente de la Abec e investigador de la Universidade Estadual Paulista (Unesp), quien
ayudó a traducir el artículo junto a las investigadoras Sonia Vasconcelos, de la
Universidad Federal de Río de Janeiro y Carmen Penido, de la Fundación Oswaldo Cruz.
Según De Mello Rode, Brasil cuenta con ejemplos convergentes con los principios de
Hong Kong. “En el estado de São Paulo tenemos un estímulo creciente para que los
investigadores compartan sus datos de investigación, lo que facilita el trabajo de quienes
vayan a replicar los estudios y permite reaprovechar la información en nuevos trabajos”,
dice, en referencia a las iniciativas de la FAPESP, como la que establece la exigencia de
que todas las modalidades de proyectos de investigación presenten su plan de gestión de
datos. “Hay una revalorización de la ciencia abierta”, sostiene.