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El eje de la turbina está conectado al rotor del alternador que, al girar, transforma
la energía mecánica en electricidad alterna, que se transmite al transformador.
Éste aumenta el valor del voltaje hasta 132.000 voltios y lo versa a la red de
distribución, el vapor que sale de la turbina se vuelve a convertir a estado líquido
en un condensador, mientras que los gases no condensables presentes en el
vapor subterráneo se dispersan en la atmósfera tras unos tratamientos específicos
para reducir los principales contaminantes, como el sulfuro de hidrógeno y el
mercurio (plantas de reducción de mercurio y sulfuro de hidrógeno, AMIS). Una
torre de enfriamiento permite refrigerar el agua producida por la condensación de
vapor. Es en ese momento cuando el agua fría se utiliza en el condensador para
bajar la temperatura del vapor, o se reinyecta en las rocas profundas gracias a los
pozos de reinyección, para iniciar un nuevo ciclo de producción de energía
renovable.
Vapor seco: es la tecnología más utilizada, que implica el uso de vapor a alta
temperatura (más de 235 °C) y presión para activar una turbina acoplada a un
generador de energía eléctrica.
Vapor de destello: los depósitos de agua dominantes (temperatura superior a
150-170 °C) se utilizan para abastecer las centrales eléctricas de destello simple o
doble. El agua llega a la superficie a través de unos pozos y, debido al rápido
cambio de presión del depósito a la presión atmosférica, se separa en una parte
de vapor que se envía a la central y una parte de líquido que se reinyecta en el
depósito (destello simple). Si el fluido geotérmico llega a la superficie a
temperaturas especialmente altas, se puede someter al proceso dos veces
(destello doble).
Ciclo binario: en los depósitos que producen agua a temperaturas moderadas
(entre 120 y 180 °C), el fluido geotérmico se utiliza para vaporizar, mediante un
intercambiador de calor, un segundo líquido (que suele ser isobutano o
isopentano), con una temperatura de ebullición más baja que la del agua. El fluido
secundario se expande en la turbina, se condensa y vuelve a enviar al
intercambiador en un circuito cerrado, sin intercambio con el exterior.
La energía térmica liberada se utiliza para calentar agua hasta convertirla en vapor
a alta presión y temperatura. Este vapor hace girar una turbina que está conectada
a un generador, que transforma la energía mecánica del giro de la turbina en
energía eléctrica. Existen distintos tipos de reactores nucleares, pero se pueden
destacar dos diseños que suponen más del 80% de las casi 450 unidades en
funcionamiento en el mundo:
La fisión del uranio se lleva a cabo en el reactor nuclear, liberando una gran
cantidad de energía que calienta el agua de refrigeración que circula a gran
presión. Esta agua se lleva mediante el circuito primario a un intercambiador de
calor (generador de vapor), en el que se produce vapor de agua.
Este vapor se transporta al conjunto turbina–generador mediante un circuito
secundario. Una vez ahí, los álabes o palas de la turbina giran por la acción del
vapor. El eje de la turbina mueve el alternador, que trasforma la energía mecánica
en electricidad, Cuando el vapor de agua ha pasado por la turbina, se envía a un
condensador donde se enfría y se convierte de nuevo en agua líquida.
Después, el agua se transporta de nuevo al generador de vapor para volver a
conseguir vapor, en circuito cerrado.