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el rescate y la memo: Dresden, el 28 de diciembre de 1828 y se gradué de médico en Berlin ent 1854, Comenab su carrera clt- nica como ayudante del asilo de Wehlau en la Prusia Oriental conquistando mas tarde el cargo de Privat-Dozent en la Universidad de Konisberg. El fracaso de sus posteriores pretensiones académicas lo Ilev6 a alejarse de los claustros y a in- sgresar a trabajar en una clinica privada: el Sanatorium Psiquidtrico de Gorlitz, del que legé a ser Director y en el que falleci6 el 15 de abril de 1899. En 1863 publicé una Clasificacion de las enfer- ‘medades mentales (*Die Gruppirung der psychischen Krankheiten”) en la que prefiguré su condicién de pionero de la escuela clinica en Alemania, En efec- to, aunque surgido del tronco comtin que representaba el pensamiento de Griesin- er, con su concepto de psicosis tinica, Kalhbaum llamado por algunos el *]. P. Falret alemén”- elabord desde 1865 en adelante una clinica basada en la descripcidn de unidades mrbidas dife- renciadas, caracterizando a cada una de ellas por una semiologta y una evolucién ‘Propias. Su obra en la que se ha setala- do la influencia de Spletman y New- ‘man, aunque no logr6 en su momento una trascendencia mayor en sw pats, se inscribié resueltamente en el paradigma siquidtrico de la segunda mitad del si- slo XIX, el de las enfermedades menta- les, y abrié la via a Kraepelin, quién fue 1 primero que lo reconoct6 y que rescaté sus contribuciones. Filas estuvieron falonadas por finas ‘observaciones semiol6gicas, como la de Tas alucinaciones aperceptivas que Mi- chéa llamé alucinaciones intrapsiquicas y luego Kandinsky, Hagen y Hoppe pseudo alucinaciones y que se caracterizan por la ausencia de todo aspecto sensorial y su extraReza respecto del lenguaje interior, Pero fue en la descripcion de los cua dros clinicos que Kathbaum marcé su impronta fundamental. En 1874, pre- Ké: Ludwig Kathbaum naci6 en Sent6 su cGlebre trabajo sobre la catato- nia 0 locura de tensién (“Die Katatonie der das Spannungsireisen”), Poco an- tes, en 1871, Ewald Hecker (1843-1909) ~uno de sus discipulos y tinico colabora- dor sistematiz6 la enseRanza que su maestro le habia transmitido acerca ve otro cuadro clinico: ta hebefienia (“Die hebephrenie”) de la que sefalé ...*su eclosi6n en la pubertad,... su répida cul- minacién en un estado de debilitamiento Psiquico y ta forma particular que reviste ‘sta estupidez terminal cuyos indices se dejan reconocer desde los primeros esta- dios de la enfermedad”. Fue precisamen- te-en ese grupo de las psicosis hebéticas que Kaliaum incluy6 otro cuadro con el nombre de heboidoftenia haciendo hhincapié en que en él, que también apa- rece en la adolescencia, ta sintomatolo- ‘sla se manifiesta sobre todo en el com- portamento social bajo la forma de des- viaciones de la vida pulsional y de la ‘moralidad sin caer en la locura moral, Llanta la atencién, como lo sefala Via- Nard, que en su monografia Kalhbaum nos presenta pacientes cuyas conductas saparecen como banales (presentarse sin ello duro en las reuniones sociales, ro- bar dulces en el hogar, hacer caprichos 0 rabietas, desobedecer la autoridad pater- na...) en contraste con la deseripcién que se encuentra en posteriores Tratados de clinica psiquidtrica en los que la heboi dofrenia, aijetivada de pseudopsicopati- a, aparece cargada de conmotaciones de- Jincuenciales mucho mids graves y peyo- rativas para la vida del sujeto. Mientras la hebefienta y la catatonia ‘mantuvieron su vigencia en la obra de Kraepelin, quien la intesr6 a su descrip- cid de la demencia precoz, 1a heboido- frenia, luego de un cierto eclipse, suscité algunos trabajos de G. Halberstadt y P, Guiraud en los ahos ‘20, votviendo a ser de interés en nuestra época, en opinién de G, Lanterf-Laura y L. del Pistoia, en el plano médico-tegal Juan Carlos Stagnaro VERTEX 60) La heboidofrenia* Karl Ludwig Kahlbaum un estado psiquico mérbido ‘que aparece en la juventud y que tlene particularidades sinto- ‘méticas de una naturaleza tal que no se superpone con ninguna de las otras formas de enfermedades psiquicas establecidas hasta el presente, He aqui en qué consis ten esas particularidades. Ee por heboidofrenia + En desviaciones del conjunto del comportamiento, en desvia- clones y extranezas de ese com- plejo de cualidades psiquicas que constituyen preferencialmente la Individualidad del ser humano bajo ef Angulo social y que lama mos a veces carctet, a veces per- sonalidad o aun temperamento, + Esas particularidades consis- ten (también) en desviaciones y extranezas de la vida pulsional, que deben comprenderse como insuficiencias desviaciones de las costumbres y de la moralidad, Y que se expresan en casos extre mos por tendencias 0 acciones criminales. Otros sintomas puc- den igualmente estar presentes en ciertos casos, tales como el de bilitamiento de la inteligencia, w aun a la inversa, un alto desarro: ilo intelectual, una naturaleza ex- teemadamente genial y también debilitamientos 0 exageraciones de la viea afectiva; pero ellos no son caractetisticos y pueden tam- bien estar totalmente ausentes Como se sabe, ya he hecho uso de esos caracteres sintomaticos * Comunkcacién a la Asoclai6n de Alle- nists del Este de Alemania, reallzada el 29 de junio de 1889 en Goi. Publica. do por primera vez en Allgemeine Zeitschrift fr Psychiatrie, vol 46, 1980, pigs. 461-474, Tradueldo de Ia version francesa U'Alain Villard apareekda en la Revue Internationale d'listare de la Paychiatite Val. 2, 81, 1984 ‘Tradueeidn de J.C. Stagnaro, cen el cuadro mérbido que he des- crito como hebefrenia 0 locura juvenil. En efecto, parti de la hebefrenta para fundar este nuevo cuadro mérbido. En la medida en que procedi, ulteriormente a mi des- Cripeién de la hebefrenia, a una observacién y una comparacion ‘ms precisas de casos de jovenes tenfermos que examine, y una vez que el numero de historias de en- fermos de esta especie fue muy importante, se verificé como ne- cesario de entre esos casos, aparte de Jos que pertenecen a otro gru- po mérbido -por ejemplo Ia disti- mia o la paranoia se verificé ne- cesario, decia, distinguir por lo ‘menos dos series. 1. Los casos de tuna de esas series evolucionan mucho mas tumultuosamente y Iuego de diferentes estados condu- cen finalmente -y en general bas~ tante precozmente, luego de una evolucién relativamente breve a tun perecimiento de las fuerzas ‘mentales. Esto es lo que se produ- ce en Ia hebefrenia propiamente dichs, tal como yo la he concebi- do precedentemente en su con- junto y tal como ha sido descrita por Hecker sobre Ia base de mi ‘material ¥ mis discusioncs. 2. Los dde'la otza serie evolucionan me- ‘nos impetuosamente y si bien pueden también presentar un ‘cambio en el humor quedan esen- clalmente en el mismo estado de ‘eapacidad de sus logros mentales, ‘caracteristicos de su nivel indivi- ‘dual y generalmente no caen en la ‘confusion ni en la debilidad de es- piritu. En una observacién co- rriente superficial 0 profana estos ‘iltimos casos llevan mucho me- nos el sello de la enfermedad mental que el de la mala educa- cién o el de la makdad. Por otro la- do la diferencia debe también en- tenderse de Ja manera siguiente: los casos de la primera serie son Jos mas ricos en sintomas, los mis graves; los de la segunda son mis estrechamente limitados y mien- tras los primeros son generalmen- tea definir como incurables los dl- mos son generalmente a consi- derar como curables. Pero como por otro lado las dos formas estén estrechamente ligadas, y la ditima no es en cierta medida mas que tun tramo de la primera, he con- servado la vieja denominacién de hebefrenia o locura juvenil para la primera y he creido deber nom- brara la diltima (a partir del mode Io de tifus-tifoide, cancer-cance- roide) heboldofrenia o mis breve- ‘mente heboide por que desgracia- damente no encontré ain una pa- labra alemana apropiada -si bien podtlamos quizas decir provisoria. ‘mente “Jugendhalbiereisein” (se- milocura juvenil)- ‘A continuacidn voy a condu- irlos inmediatamente al centro del tema que nos ocupa a través de la descripcién de un caso pre- ciso. El hijo de una acaudalada familia de industriales de una ‘VERTEX Rev. Arg. de Psiquiat. 1994, Vol. V:61-67 Por qué quieres guardar una duda, mientras yo mismo, quien al finy al cabo he sido quien mas ha tenido que sufrir por esas desgraciadas relaciones y para quien la felicidad de vivir parecia perdida para siempre, he rechazado toda incertidumbre y recuperado un nuevo coraje!? Que el pasado sea olvidado, Yo creo que tt también, querido padre, no dudaras tampoco de mis buenas intenciones, y que no limitaras mas la independencia que necesito por miedo a que yo haga mal uso de ella —EE gran cludad, Richard M., quien aparentemente se desarrollé nor- ‘maimente hasta la edad de 12-13 afios, comienza progresivamente 4 tomnarse alunado ante los extra- os ¥ sobre todo con su madre que lo ha consentido mucho en tanto hijo Gnico. El padre, un hombre muy recto, severo, con buenos principios concientemen- te cultivados, lo habia educado muy seriamente; desde su mis pequefa infancia habia exigido rigurosamente un buen nivel de resultados escolares y lo habia re- tado cada vez que no habia vuel- toa casa con buenas notas del co- legio. Si bien su padre nunca le hhabia levantado la mano, la acti- tud del hijo se tornd progresiva- ‘mente recalcitrante hacia él tam- bién, y por fin se produjo un es- tallido en Ia escuela que motive su expulsion del liceo. Inmediata- mente fue enviado a un pen- sionado de una pequena ciudad de provincia, drigido por un pro- fesor de liceo conocido por ser un pedagogo eficaz y severo. Alli per- manecié algunos afos, En cada oportunidad que volvia a su casa de vacaciones, en donde gustaba a sus anchas de los placeres de Ia gran ciudad, hubo disputas con Sus progenitores y volvia a partir pleno de animosidad contra su padre, Richard no vivia tampoco en la mejor inteligencia con su anfitrién y una vez para hacerle tuna broma apil6, en presencia de otto escolar, una gran pirdmide de cajas y otros objetos similares dolante de la puerta cerrada de su Alojamiento y les prendid fuego. Cuando los vecinos alertados por Ja espesa humareda pretendieron ‘entrar, se rehus6 a abrir preten- diendo ser amo en su habitacion ¥ por ende poder hacer en ella lo {que quisiera. Al fin se hizo nece- sario Hamar @ la policia. Su ar- diente deseo de volver de la pe- queria ciudad a la grande y reen- contrat la casa paterna fue enton- ces satisfecho y volvi6 a su ciu- dad natal, a otto liceo. Las incon- gruencias anteriores se renova- ron. Se paseaba en pleno dia des- nnudo bajo su bata en la residen- cia de verano, se presentaba en las reuniones sociales sin cuello duro en Ia camisa, se ausentaba sin raz6n de una reuni6n familiar en Ia casa paterna, y como un amigo de la familia le pregunto VERTEX 62 un dia por qué era tan extrafo y rng se comportaba como los otzos, @1 Ie contests groseramente que no tenfa derecho a darle drdenes, Una vez le dijo a un pariente, jo- ven médico con quien sus rela- ciones se habian estrechado a lo largo del tiempo y con quien te- nia particular confianza, que ha- bia actuado inoportunamente con sus padres durante toda su existencia, y habia debido amaes- trarlos a Su gusto mostrindose siempre violento con ellos. Y al mismo tiempo emitié la opinién de estar enfermo, sentirse agredi- do luego de todas esas escenas y no poder encontrar un hospital donde hallar una mejoria. Su pa- dre -quien lo habia considerado hasta entonces como un infame inGtil- comenz6 también a pre- sentir que se trataba de un enfer- mo. Por esa raz6n se decidié a tratarlo, en adelante, mas suave- ‘mente. Pero bajo ese régimen de com: placencia y perseverancia del pa- Are, el hijo se tornd cada vez mas rebelde y casi no observabs las for- mas del decoro que le debia. No deseo retenerlos en todos los deta- lies de los acontecimientos que so- brevinieron en la familia. Les con: taré solamente que Richard Levan 16 la mano rabiosamente sobre un tio que le hacia amistosamente re- proches por su comportamiento y le grit6 "(Sino te callas ahora mis- mo, te pego hasta matarte!” y tres ‘cuartos de hora mis tarde lo envi6 a buscar y le dijo: “Me siento en fermo, no soy capaz de actuar co- mo deberia, me siento forzado a ‘veces a actuar de una manera que nno es buena, lo mejor seria que vaya aun loquero”. Finalmente pidieron, a su instigacién, consejo 2 un especialista y conforme al mismo fue transferido a nuestro establecimiento. En un escrito que remitié al especialista, leemos, en- tre otras cosas: “Me maravillo yo mismo de Ia iniciativa que he to- mado queriendo ir al asilo de lo- 0s por que en este momento no plenso en otra cosa que en el ex men y el asesinato”. Atendiendo a la aparente es- pontancidad de su entrada al asi- lo, intentamos internarlo con los enfermos leves. Pero al cabo de seis dias apenas, sus bizarrerias e Incongruencias se habfan acumu- Jado hasta tal punto, que hizo fal- ta transferitlo a la seccién para tenfermos del grado siguiente de gravedad. Decia haber venido para hacer de una buena vez un retiro completo y reposar”, no hablaba con nadie y se quedaba sentado ante la mesa bien dere- cho y rigico, fijando la mirada en 1 vacio delante de él; extendia la mano de una manera muy parti- ‘cular por sobre los alimentos y la descendia para cerrarla frecuente- mente al costado de ellos por que no miraba donde la ponia, Re- chazaba un vaso de agua, por ejemplo, por que habia un pe- ‘queno glovo de aire en el fondo. En las dedlaraciones sobre st pa- sado se extendia sobre Ia impro- piedad de la educacién que le dicton sus padres y sus profeso- res; habria sido tratado injusta- mente y 81 padie se habria mos: trado como un tirano sin coraz6n con él, En apoyo de esas asevera- iones recordaba historias com- pletamente insignificantes que se femontaban a su mis tierna in- fancia pintando un cuadro de su padre tal, que ni un perro le ha- bria aceptado un pedazo de pan. En una oportunidad en la que 4quiso enviar a su casa algunas de Sus cosas y que éstas fueron ret radas del paquete y se le devol- vieron, hizo un gran eseéndalo pidiendo explicaciones a los mé- dicos de manera singularmente inquisitoria, como si se tratara de tuna investigacién de un Alto Tri- bunal sobre un asunto de vida 0 muerte. Fue en esa ocasion que se transfirid de Ia unidad de enfer- ‘mos levesa la siguiente. ‘Al dia siguiente hizo una esce- na rehusindose a comer. Como recia pilido y miserable, que alto y de fuerte contextura, nos pareeio bien no dejarlo dete riorarse permitiendo que siguiera el ayuno, sino quebrar enseguida su mala voluntad y alimentarlo a la fuerza, Cuando se le tendié la comida tome una actitud rigida y torcida heciéndose apiticamente un ovillo en un éngulo del silén. eto fue alimentado a la fuerza y evado después al jardin. Al dia siguiente volvi6 a comer solo ya salir solo a jar En cuanto a la continuacién de su evolucién me contentaré con. ‘mencionar brevemente que como Uds. pueden imaginar hubo fre- cuentemente toda suerte de co- medias. Una vez que se hubo in- tegrado hasta un cierto punto en ‘el modo de vida del asilo y que ddcbi6 empezar a trabajar un poco, declar6: “Yo no tengo necesidad de trabajar, los ticos no tienen ne- cesidad de ello sino solamente los pobres”. Finalmente, al cabo de Siete meses, comenzé a hacer tra- bajos clentificos. Agreguemos al- agumos pasajes de sus cartas: * De una carta a su padre: "Cuando td me dices en tu carta que mi amor por mis padres reto- ma su amplitud, me permito su- brayar que el amor que he ali- mentado por ustedes, mis queri- dos padres, ha sido siempre el mismo, aunque a veces las cl unstancias me han impedido ex- teriorizarlo en un mismo grado, Repito que en lo que me concier- ne voy a contribuir al estableci- miento de la relacién adecuada con mis queridos padres. Durante tun tiempo yo tuve Intensas dudas sobre la posibilidad de establecer tuna buena relacion, y estaba muy cercano de la desesperaniza com pleta por no poder encontrar mi felicidad mas que en la resolucion de todos los malentendidos y en la realizacion feliz de nuestra mu- tua relacién. Sin embargo, esas dudas dejaron lugar a la convic~ ion de que ese objetivo no es fix Gil pero no es tampoco completa mente inaccesible. zPor qué quie- res guardar una duda, mientras yo mismo, quien al fin y al cabo he sido quien més ha tenido que su- fir por esas desgraciadas relacio- nes y para quien la felicidad de vi- vir parecia perdida para sempre, he rechazado toda incertidumbre y recuperado un nuevo coraje!? ‘Que el pasado sea olvidado. Yo creo que ti también, querido pa no dudaris tampoco de mi buenas intenciones, y que no mitards mids la independencia que necesito por miedo a que yo haga mal uso de ella, sino que por el contrario me proveerds de buena gana la ocasién de mostrarme n- dependiente, por que ti sabes que yo la usaré en mi honor yen el de tmis padres. En realidad, el respeto dde la persona y una confianza sin reservas son necesarias y'si ellas faltan, todo esfuerzo sera en vano. EL lugar que me corresponde a mi edad se encuentra en la casa pa- tera” VERTEX 63 Estoy muy contento de que tengas tan buena opinion de mi, ... , pero no me causas placer elogiandome, nunca he apreciado que me elogien. Y ademds temo que te equivoques acerca de mis cualidades y capacidades que dejan atin mucho que desear. Ciertamente tengo la voluntad de hacer las cosas bien, que es lo principal, pero me faltan la fuerza moral e intelectual para poner realmente mi voluntad en marcha. + "En lo concerniente a mi salud debo ain ‘quejarme de una gran melancolia. Trato de ‘ocuparme un poco mas seriamente”. “Esto puede todavia durar afios antes de que esté completamente liberado de mi melancolia, pues mi humor moroso no esté atin bastante Alejado de ser un trastorno mental como para {que se pueda preveer con precisin el momen- to de mi partida del asilo de Gorlitz” + *Si ta emites la idea de que voy a dar una fiesta en ocasién de mi retorno a la casa pa tera te responderé sobre ese punto que: 1° he estado muy enfermo, 2° por el hecho de haber permanecido tanto tiempo en un esta- blecimiento para tratamiento de enfermos mentales, adonde se Ileva una existencia muy particular, no me seré nada facil acostumbrar- me a la cxistencia corriente de todo el mun- do"... "Puedo garantizarte que yo dejo a los médicos de aqui, que son tan afectuosamente comprensivos conmigo, ejercer el mayor con- trol posible sobre mi comportamiento” + scribe a su padre una carta expresa di- ciendo, con muchas redundancias y formalis- ‘mos hebefrénicos que como ha entrado en su vigésimo aio de edad debe enrolarse como voluntario por un aio *y como creo que en ese caso el padre se encarga de censar al hijo afectado, te pido encarecidamente, mi querido padre, no desculdar ese entolamiento de tu Gnico hijo”... “Es la primera ver que voy a ‘ocupar una Suerte de posicién en Ia vida pa- bilca y no deseo faltar a mi deber de cludada- no, un deber que forma parte de los deberes mas honorables del hombre aun si €1 es de po- ca significacién para mi”. + Escribe a su padre y a su madre, le ruega nuevamente a esta diltima no enviarle dulces por que no los merece y dice a su padre entre otras cosas que todavia se conduce de vez en cuando con bajeza, Luego a su primo; “Estoy muy contento de que tengas tan buena opi- nnion de pero no me causas placer elo- glindome, nunca he apreclado que me elo- gien. Y ademas temo que te equivoques acer- ca de mis cualidades y capacidades que dejan atin mucho que desear. Clertamente tengo la voluntad de hacer las cosas bien, que ¢s lo principal, pero me faltan la fuerza moral ¢ in- telectual para poner realmente mi voluntad fen marcha. En lo que concierne a tu visita, mi querido primo... ella me seria ciertamente muy agredable, pero seria en Ia actualidad ab- solutamente nefasta a mi salud”. Recibi6 entonces cursos privados dictados por profesores de la ciudad y aunque lenta- mente, los aprovechs tan bien que al cabo de dos aftos y tres meses de estancia en el asilo puco ser admitido en el liceo local. En rea dad habia dejado su educacion en nivel sub- primera de! lieeo, pero sus conocimientos eran Zoloft A) Stlion ten CAMBIA LA CARA DE LA DEPRESION “sri ace ent eve ements Seer ree ee Pao ephe atieradeed eeesntate veces Sareea nc treme eo eigen Seen 2 eeiewet nbn iis inate omen u KOH Broce muscocrweRwcrearoaA REREAD oy ee se a ear a reecertenonitse Serpe stecharerhier inert ton See = EP Epa enactment Proeart Pee reece reat iatenr ete fetes Pon pieeep gelesen nana og sinensis Ee eee entree tempeh penne eee re aes Piece Serer ‘ee ions pe ron eso: ge ere Fe celal re elise sang por mente Secreto ch eheeereine eee ad ESS rt cea cheney nonin tae Serie Seareuan pa genermmncaren H ereedsr nares ieee Stee or earn hae Baie oman Fo [sed pane ope © os rr enn sk TRE tn sete mrgnanre oe 25 te itch ram 3590 pierre erento 0 VERTEX 64 tan extraordinarlamente lacuna res que los cursos privados sélo sirvieron para colmar esas lagunas y devolverlo al ticeo local en sub- primera ruevamente. ‘A propésito de la evoluctén ul- terior, me contentaré con men- cionar que los padres ~y espectal- ‘mente la madre- no pudieron a pesar de todo, resalverse a seguir mis consejos hasta el fin. Richard, Juego de frecuentar el liceo de Gorlitz durante seis meses con re- sultados relativamente buenos, fue aceptado en su hogar; las co- sas fueron nuevamente muy mal y sélo luego de muchos anos y ‘con la ayuda de numerosos profe- sores privados logré pasar su ba- chillerato al que se presents como alumno libre. Luego estudié Dere- cho, pas6 el doctorado y fund una familia con una numerosa progenie, cuya subsistencia slo fue asegurada con el trabajo del padre y eventualmente del abuelo. del paciente, mientras que 61 mis- mo solo pudo encontrar una si tuaciGn como rentista. Todos los casos que en gran ndimero podria presentarles, son mis 0 menos andlogos. Ustedes también han tenido sin duda co- nocimiento de casas parecidos, Lo que entiendo como esencial enclloses: 1, EL hecho de que las personas. ‘en cuestidn no caen en [a invall- dez mental. En tal caso ellas per- tenecerian al cuadro mérbido de fa hebefrenia. El cuadro mérbido de la hebefrenia presenta por otto lado una evolucion que atra- viesa bastante regularmente dife- rentes estados. La enfermedad es inaugurada por estados distimi- cos a las cuales suceden estados de frenesi, en el curso de los cua- les Jos enfermos en cuestin rea- lizan con violencia no solamente toda suerte de actos reprensibles sino que con frecuencia también manifiestan un contenido afecti- vo expansivo, una fuga de ideas y todo lo que pertenece al cuadro de la mania. Luego del fin de ese estado pa roxistico aparecen una confusion general y una Invalidez mental mis 0 menos profundas. En lugar de esta evolucién, que recuerda fuertemente el cuadro mdrbidn de la Vesania typica, ve= mos cicrtamente en nuestros ca sos una oscilacién entre humores melancdlicos y afectos expanst- vos, pero jamas un cuadro de conjunto tan acabado, Lo que constatamos es dnicamente un estado mis 0 menos pronunciado de afectos y pensamientos pueri- les ¢ insuficientes. Es justamente en ello que consiste el caricter del heboide, en ese pensamiento insuficiente ¢ inadecuado en la medida en que el pensamiento espontaneo de estos enfermos ‘eae siempre fuera de lugar. Los hheboides aprenden muy bien de ‘memoria, a veces pueden discutir muy bien, pero lo singular es la comprension imprecisa de lo que s¢ les ha presentado y también el pensamiento fuera de lugar, €o- mo yo desearfa lamarlo. Esto ocurre también en la hebefrenia, cn ciertos casos, asi como duran- te el estado de confusion de di- versas formas de trastornos psi- quicos, pero en e508 casos ello también ecurre con las ideas deli- rantes que en el heboide no estin presentes. Lo que es esencial en muchos asos de este cuadro morbido es Ja aparicion de la apropiacién de bienes ajenos, que a veces proce- dde de la glotoneria o del deseo de pposeer, ¥ por lo tanto responde a tuna utilidad comprensible y po- dria ser interpretada como no mérbida, pero que a veces tam- bign sobreviene sin utilidad apa rente. Un caso que tuvimos aqui en Gorlit, aclarard,perfectamen- te en qué circunstancias, sorpren- dentes al mas alto grado, pueden producirse tales hurtos y raterias por glotoneria y ser por ese he- cho comprendidos por todo el mundo como pruebas de un tra- zo mérbido de la constitucion psiquica: {segunda observacion} Un muchacho de 15 aftos, ben jamin de una familia de cuatro hiljos, bien acomodada, fue sor- prendido por un profesor, al final de la exposicién comercial de Gorlitz, mientras sustraia unos dulees del mostrador de una con- fiteria. El machacho ya habia ro- ado algunas golosinas a su ma- die a la edad de 6 afios'y a los 11 fue enviado pupilo por haber r0- bado dulces del pupitie de un companero. A pesar de no haber- le faltado nunca lo necesario para ‘VERTEX 65 satisfacer su glotoneria ni tampo- co el dinero de bolsillo, este mu- chacho protagonizé una serie ininterrumpida de pequefios ro- bos de golosinas y dinero que lle- ‘garon hasta billetes de 100 mar- os. EI joven habia sido frigil des- de su infancia suftiendo de enu- resis nocturna hasta casi los 15 afios y accesos de pesadillas y so- nambulismo desde los 10 afios. Hasta esa edad tuvo una parasito- sis intestinal. Varias veces se fug6 de su casa por motivos nimios, durmiendo a la intemperie y su- friendo hambre por periodos bas- tante prolongados. Luego de ser del liceo de la ciudad en e] que cursaba subtercera— a ‘causa del incidente en la exposi- ‘ci6n, ef muchacho fue admitido ‘en nuestro asilo. Ya habia estado ppupilo en diversas pensiones con 1 objetivo de ser seriamente en- ‘caminado en el plano moral. En nuestro asilo formé parte de los casos mis dificiles que ha- yamos tenido en observacién. Si bien no estaba mal dotado era muy dificil hacerlo progresar en las materias escolares debido a su. reticencia para encarar un trabajo honesto, y de su incapacidad pa- ra mantenerse atento sin esfuerzo aunque mas no fuera un cuarto de hora. Pero por sobre todo era una verdadera cruz pata su sec cidn debido a su propension a mentir, su inclinacién a hacer bromas’y molestar a los otros, su desobediencia, su testarudez y su orgullo. Aunque con mucha pru- dencia, debido a su tendencia a 1 a amargura, le fueron gradualmen- te aplicadas las medidas discipli- narias a nuestra disposicién, las que pronto se demostraron ago- tadas. Lo que sorprendia era que acompafiando a su actitud recal- itrante poseia una tendencia a lorar facilmente y que sus incon- gruencias aumentaban en fre- ‘Cuencia e intensidad en la época de luna lena. A pesar de todas ‘esas dificultades logramos disci- plinarlo en el plazo de un ano y medio. Fue entonces que habien- do logrado completar sus estu- dios, su madre 10 sacé del aslo. Nos fue imposi- ble entonces, hacernos una opi- mn sobre su capacidad de curar; sin embargo, pudimos poner su- ficientemente en evidencia que a pesar de Ia dificultad extraordina- Hamente grande del caso, el mu- chacho no entré en una invalida- cidn psiquica progresiva y que existia una posibilidad de infuen- lar en él Conozco otro caso de un jo- vencito que se apropiaba de relo- jes u otros objetos de similar valor y luego los regalaba o no los utill- zaba dejando de prestarles aten- ccién de tal forma que uno estaba forzado a llegar a la hipstesis de que era el hecho mismo de sus- traer los objetos lo que lo atraia, Cuando ti me dices en tu carta que mi amor por mis padres retoma su amplitud, me permito subrayar que el amor que he alimentado por ustedes, mis queridos padres, ha sido siempre el mismo, aunque a veces las circunstancias me han impedido exteriorizarlo en un mismo grado. Para no extenderme demasiado en el tiempo debo limitarme a los casos que he presentado. Debo también renunciar a presentar al- {80 mis especifico para la descrip- ‘i6n de la forma mérbida No creo que haga falta presen- tar sino lo que sirva para asentar y fundar la deseripelon de esta forma mérbida. En primer lugar hay que pre- guntarse si casos como estos son verdaderas enfermedades 0 quizis producto de una mala disposicion de caricter o ef resultado de una educacién err6nea y deficiente En otros términos, la aparicién de tun comportamiento incongruen- te acompaniado de actos inmora- les ges el producto inmediato de condiciones orgénicas con efectos fisicos o es el resultado de una mala voluntad que el interesado hubiera podido reemplazar por ‘otra mejor? Es efectivamente una pregunta importante y en ciertos casos no ¢ facil decidirse. Es la misma pre- gunta que ha sido también repeti damente objeto de investigacio- nies judiciales y que fue respondi- en detrimento de la concep- in médica en un caso muy céle- bre. Me refiero al caso E.... de tris- te memoria, al que, por muy inte- resante que sea, debo renunciar a profundizar aqui." Sin embargo en la gran mayo- ria de los casos las condiciones cefectivas son tales que la prueba de la morbilidad no es muy difi- cil de darse. Un punto de vista esencial es aquél segin el cual, en la mayoria de los casos, las condiciones hereditarias estan netamente en favor de una tara otgiinica. En muchos pacientes se puede encontrar en la ascenden- ‘cla casos notables de perturba- ion mental comprobada o de ‘grave nerviosismo, Es asi que en ‘1 primer caso que he citado pu- ddimos verificar que la abuela pa- terna habia muerto enferma mental en un asilo de locos y que su marido era aleohélico, El pa- dre y uno de sus tios son coléri- cos e irascibles. Una hermana del padre es sumamente histérica y Una hija de esa mujer sufre de epilepsia, En el segundo caso ci- tado habia habido en el linaje de ambos padres familiares con tras- tornos nerviosos y por otro lado la madre habia estado gravemen- te enferma mientras portaba el embarazo de este nino. En otros * Quisiera solamente mencionar, inci- dentalmente, que por mi parte ya pesar de Ia evolucion ulterior del cato, que aparentemente ha dado la raza los {que negaban la naturslezs patoligica el mismo, yo conservo Ta convicelén de que se trataba verdaderamente de luna enfermedad mental. Sin embargo es cierto que habia una cosa inexacta en 10 (que decian los médicos que declaraban 2 ese joven un enfermo y era la firma: ‘lon seytin ia eval habia sido incurable En ml opinion, ese caso marbido perte necia a este grupo de Ia heboidofeenis y tenis por ello un pronéstio relatiwa- ‘VERTEX 66 casos en que la herencia estaba probada de una manera menos decisiva es necesario ineriminar a las enfermedades cerebrales de 1a primera infancia y en ellos gene- ralmente se revela que el nifio ya habia sido dado por condenado y que el médico requerido habia dicho, a guisa de consuclo a los padres, que de todas maneras, el nifio no habria llegado a ser nada vilido y que no seria otra cosa que un producto para el asilo de locos. Existen generalmente en el portador de la enfermedad sinto- ‘mas netos de alguna inhibicién del desarrollo o de otros trastor- nos nerviosos. Asi es que en el primer caso pudimos constatar al ‘menos que el mentén estaba sor- prendentemente poco desarrolla- do. En el segundo era observable la talla sorprendentemente pe- quefia en relacién a la del padre, muy alto, y algo muy patol6gico ‘como era Ia tendencia 2 mojar la cama hasta la edad de 15 6 16 ‘afios como asf también las pesa- dillas nocturnas y el sonambulis- mo. Sin embargo, junto a todo esto ‘uno podra frecuentemente impu- tar a la educacién una parte fun- damental en el desarrollo mental deficiente. Pero esos sujetos opo- nen dificultades muy particulares a los esfuerzos educativos y debo subrayar que entre los casos que he observado, hay varios en los ‘que los padres se han esforzado por asumir sus deberes educativos ‘con una reflexién y una escrupu- losidad muy particulates y esta- ban calificados para ello. Es también sin duda particular- mente significativo que estos j6- Venes se consideren a sf mismos como enfermos, que digan Justa- mente y con frecuencia que son ‘enfermos del espiritu 0 enfermos mentales 0 que deben ir a un asilo de locos, como lo decia Richard, 0 que se lamenten muy precisa- mente del cardcter compulsivo y forzado de sus actos. Sin duda la vox populi, la opi- nién del entomo, que declara a esas personas como “chiflados”, enfermos mentales, también me rece atencién, ‘Creo haber respondido positi- vamente la pregunta acerca del catcter mérbido en general En lo que respecta al presente de la posicién del cuadro mérbido mo siendo consecuencia de un heboidofrenia 0 heboide (deriva- al que he llamado heboide, en re- desarrollo defectuoso de la afecti- do de hebefrenia). lacién a las otras formas de enfer- vidad, del sentido mor: Hoy me ha sido imposible asu- ‘medades psiquicas, me ha sido una fo un deficit afecti- mir la tarea de presentar el tema ‘objetado que no era necesario vos. Pero Ia vida afectiva esti de manera sistemitica y comple proponer un nuevo nombre de muy vivamente desarrollada en ta, agotindolo, dado todo lo que enfermedad y que en estos €3505 nuestros enfermos:el sentimiento habria para decir sobre esta forma no seria nada nuevo sino, pore de ¥ mérbida. Me interesaba ante todo contrario, algo bien conocido. por mis reavivar en Yuestra memoria vues- Justamente: tales casos mérbidos. ‘ra propia experiencia de casos a no han aparecido en época re i través de la presentacion de algu- lente solamente sino que han so- ; 1nos llamativos y someter mis con- brevenido ya anteriormente ¥ s¢ 60 cepciones a juicio critico de vues- ‘convirtieron en familiares para to- 543 t tra experiencia, Por todo ello es dos los psiquiatras y pedagogos. que querria concluir mis ideas Pero zdénde se los ha ordenado : 3 entrales en las breves frases que hasta el presente? Algunos han si dero siguen: do objeto de tratamiento clentifi- E bitorios €o 0 moral bajo la denominacion c 1, Existe un grupo de casos de locura moral. Sin embargo, en € mérbidos de la edad juvenil que ‘cada ocasion que el concepto de no se dejan clasificar en ninguna Jocura moral fue evocado durante c de las formas mérbidas conoci- los peritajes de casos que fueron E das; objeto de causas penales, fue siempre cuestionado en su solidez westro 2, Ese grupo se caracteriza por cientifica por los alienistas mais presentar modificaciones del ser competentes. Si la heboidofrenia ssa _humano en su conjunto y espe- fuera concebida como una locura ‘ealmente de la parte psiquica de ‘moral quedaria como un concep- sus manifestaciones vitales, de tal to en claire y por el contrario yo ‘manera que no se puede calificar creo haber demostrado el cardcter 4 estos casos de trastornos psiqui- general mOrbido de este estado. 16 ‘cos parciales o eventualmente de Luego seria la debilidad de es- so ‘simples enfermedades del com- piritu fa que se presentaria como cl ‘portamiento; base de comparacidn; debilidad creenci r de espiritu en la que tienen efecti- c 4. Ademas de sintomas de ca- vamente costumbre de ordenar s _ricter general, estos casos se sin- estos casos los psiquiatras que 0 _gularizan por la presencia de sin- nniegan kexistencia de la locura tomas morales. Pero esos sinto- moral en tanto tal. Pero como lo "mas morales no constituyen el he sefalado al principio, estos ca~ rse con | conjunto del registro sintomitico sos con frecuencia no muestran el n C 'y por ello no podemos erigir una menor indice de disminucién de particularidades forma de locura moral a partir de su inteligencia, Sin duda se ma ellos; fiestan Gertas particularidades del 0 pensamiento y una capacidad ge- 4. Lo esencial en estos casos, es eral de rendimiento disminuida b “su constitucién en los afios de in- pero el cuadro mérbide de la de i fancia y juventud, Toda aparicion mencia tiene de todas maneras a de trastornos psiquicos con. pre~ un tipo tan preciso que el diag- ‘precisasylasiste- dominancia de sintomas morales néstico deberia ser citcunscripto matizacion de represe ss ana edad mas avanzada debe ser mucho mis. Ni el cuado mérbi- delirantes os selgana sos ddistinguida de manera precisa; do de la demencia aguda, ni el de _delirante principal. De la misma la demencia terminal 0 secunda- manera Jas acciones absurdas y el _5. Estos casos se ligan bastante Hla son comparables a estos casos. comportamiente alocado del he- estrechamente a los casos morbi- ‘Algunos de ellos podrian, cierta- bode podrian ser puestos en el dos de la edad juvenil que debe- mente, scr vistos como de Imbeci- mismo plano que la actividad in- mos distinguir como hebefrenta y lidad, pero esto esté lejos de ser cesante del manisco. pueden ser ligados en el seno de vilido para todos, y en todo caso Queda s6lo reunir estos casos un grupo mis vasto bajo el nom- Ia posibilidad de mejoria notable en un grupo particular que debe bre de “formas hebticas de per- vva en conta de su subordinacién ponerse en relacin muy estrecha turbaciGn psiquica” entre las cu al cuadro mérbido de imbecili- con la hebefrenia y que mientras les se deben distinguir, como gé- dad. Hemos explicado la aparl- nose le encuentre mejor nomhre- _neros, dos categorias: hebefrenia clon de perversiones morales co- puede ser dotado de Ia apelacién y heboidofrenia ‘VERTEX 67

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