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IE01 S21091870 Lectura 06 C
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Inducción y deducción constituyen dos formas o modos generales de razonamiento. Como tales, los
utilizamos continuamente en nuestro pensar cotidiano y común con más o menos rigor y acierto.
Empleados rigurosamente, ambos constituyen instrumentos indispensables en el quehacer científico.
Veamos a continuación en qué consisten estas formas generales de razonamiento.
La inducción
Inducción y generalización
Las ciencias se caracterizan por establecer enunciados universales. Un enunciado universal es una
proposición que afirma o niega algo acerca de todos los individuos pertenecientes a una clase. Así, la ley
según la cual a temperatura constante, el producto de la presión por el volumen de un gas, es constante
se refiere a todos los gases en cualquier lugar y en cualquier momento. Del mismo modo, el principio de
Arquímedes se considera aplicable a todo cuerpo en el seno de un fluido y así sucesivamente.
Los enunciados empíricos universales son generalizaciones a partir de la experiencia. En este punto en
particular, los científicos no actúan de manera distinta a como actúa el hombre común, cuya vida y
conducta se rigen por generalizaciones. La gente está convencida de que el pan de trigo alimenta, de que
el fuego quema, de que el agua calma la sed. Todos estos son ejemplos de generalizaciones a partir de la
experiencia: la experiencia pasada ha demostrado que quienes han puesto la mano en el fuego se han
quemado, y de esta experiencia concluimos que el fuego quema siempre y seguirá quemando en todos los
casos. Lo mismo en los demás ejemplos.
1) Premisa: en algunos casos (a saber, en los casos observados) el calor ha dilatado metales.
2) Conclusión: en todos los casos el calor dilata los metales.
El razonamiento inductivo plantea un interesante problema de carácter lógico, como hemos visto, en él se
parte de una premisa particular y se concluye en una afirmación general o universal que, por tanto, va más
allá de la información contenida en la premisa ¿con qué derecho se concluye qué todos los individuos de
una clase poseen cierta propiedad a partir de hecho observado de que algunos la poseen? Este problema
se ha debatido ampliamente y continúa debatiéndose en la actualidad:
1) Para justificar lógicamente la inducción, algunos filósofos de la ciencia han sugerido que, en
realidad, en todo razonamiento inductivo hay implícita una premisa generalizadora del tipo: “Todos
los individuos pertenecientes a una clase natural se comportan del mismo modo”, o bien –La
naturaleza se comporta de manera uniforme–. Esta premisa, implícita suele denominarse –principio
de uniformidad de la naturaleza–.
Esta propuesta, más que resolver el problema lógico de la inducción, lo que hace es trasladarlo al principio
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mismo de uniformidad de la naturaleza. En efecto, ¿cómo demostrar que la naturaleza se comporta de
modo uniforme? ¿Tal vez porque en algunos casos hemos observado que se comporta uniformemente?
¿No se cae, entonces, en un círculo vicioso al justificar la inducción recurriendo a este principio y al
justificar, a su vez, este principio recurriendo a la inducción?
2) A la vista de esta dificultad, no parecen quedar sino dos posibilidades en relación con el
fundamento lógico de la inducción:
a) La primera de ellas consiste en renunciar a justificar lógicamente la inducción,
reconociendo que es lógicamente injustificable.
La deducción
La deducción es una forma de razonamiento distinta de la inducción. Cuando deducimos, la mera del
proceso es un enunciado (conclusión) que se deriva de modo necesario de las premisas iniciales. Nada
cuenta aquí la observación, nada importa de dónde han sido extraídas las premisas. Lo que cuenta es la
relación lógica entre los enunciados.
Un sistema axiomático consta esencialmente de dos tipos de enunciados: axiomas y teoremas. Los
axiomas son enunciados primitivos de los cuales se parte y que, por tanto; no se demuestran, sino que
simplemente se establecen; los teoremas, por el contrario, son enunciados derivados lógicamente, que se
demuestran deduciéndolos, bien directamente a partir de los axiomas, bien a partir de otros teoremas
previamente deducidos de los axiomas.
Referencia: Kerlinger, Fred y Howard Lee (2002). Investigación del comportamiento: métodos de
investigación en ciencias sociales. México: MCGRAW HILL.
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1. Es aplicable a las ciencias reales, tanto naturales como sociales. No es aplicable, en cambio, a las
ciencias formales como la .matemática y la lógica, aunque puedan haber con ellas analogías interesantes.
2. Tiene que ver básicamente con la función' característica de la ciencia desde el punto de vista
epistemológico: la explicación científica. En este sentido veremos que hay descripciones científicas que no
admiten el planteamiento de hipótesis, mientras que la predicción sirve para probar hipótesis, lo mismo
que la aplicación de los conocimientos científicos.
Los problemas explicativos se suelen formular por medio de preguntas, tales como; ¿Por qué caen los
cuerpos?, ¿Cuál es la causa de la fiebre puerperal?, ¿Qué ha producido la expansión del universo?, ¿A
qué se debe la extinción de los dinosaurios? También se pueden expresar en forma no interrogativa, como
cuando mencionamos el problema de la causa del cáncer. Cuando el problema científico no se formula en
una pregunta específica, como: ¿Cuál es la causa de la vida?, o cuando el problema es demasiado
general, como; ¿Por qué existe la ley de gravitación?, la ambigüedad en primer lugar y los límites de
nuestro conocimiento en segundo lugar hacen difícil plantear hipótesis adecuadas.
Esta es una propuesta de solución al problema o una solución provisional. A los cuatro primeros
problemas se puede presentar las siguientes hipótesis o propuestas de respuesta: los cuerpos caen por la
ley de gravitación universal, la causa de la fiebre puerperal es la materia cadavérica, la expansión del
universo ha sido producida por una gran explosión de la materia concentrada del universo y los
dinosaurios se extinguieron por el impacto de un gran meteorito sobre la Tierra.
Es decir que se pueda someter a observación o experimentación. Carl Hempel denomina “implicación
contrastadora” a esta deducción. La consecuencia contrastable debe ser un hecho. Este paso es
necesario porque rara vez se puede someter una hipótesis a verificación o refutación directa a través de la
observación o experimentación.
Son deducciones a partir de las hipótesis de los ejemplos: Si la gravitación universal causa la caída de los
cuerpos, entonces una fuerza que la equilibre hará orbitar al cuerpo correspondiente. Si la materia
cadavérica es la causa de la fiebre puerperal, entonces la eliminación de la materia cadavérica de las
manos de los médicos por medio del lavado con un antiséptico potente, producirá una baja de mortalidad
por fiebre puerperal en la Primera División de la Maternidad del Hospital General de Viena. Si una gran
explosión es la causa de la expansión del universo, entonces debe existir una radiación de fondo en los
confines del universo. Si la extinción de los dinosaurios se produjo por el impacto de un gran meteorito,
entonces los restos fósiles de dinosaurios deben ir acompañados de las sustancias que componían el
meteorito.
Mario Bunge plantea que antes de este paso hay que arbitrar técnicas para someter las hipótesis a
contrastación y luego someter a contrastación dichas técnicas. Pero esto es la excepción, más que la
norma; pues existe por lo general un conjunto amplio de técnicas probadas de observación y
experimentación en cada disciplina científica a las que se puede recurrir en el proceso de contrastación.
Lanzar un cohete con la fuerza necesaria para ver si entra en órbita alrededor de la Tierra hubiera sido una
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buena contrastación de la hipótesis de Newton. Aunque el principio de acción y reacción, que es el
principio básico de la cohetería, fue planteado por el mismo Newton, éste habría tenido que esperar hasta
el siglo XX cuando recién se puso a punto la tecnología de los cohetes que ponen satélites artificiales en
órbita circunterrestre. Arno Penzias y Robert Wilson, de los Laboratorios Bell, sin conocer la hipótesis de la
gran explosión ni la consecuencia derivada de la existencia de una radiación de fondo en el universo,
probaron en 1962 una antena súper sensible para detectar los ruidos" (radiaciones) mínimos que era
imposible eliminar al hacer telecomunicaciones; sondearon con su antena diversas regiones del universo.
Para su sorpresa encontraron una radiación de fondo Un grupo de científicos de la universidad de
Princeton había diseñado una contrastación similar, pero se enteraron de los resultados obtenidos por
Penzias y Wilson.
Luis Álvarez y Walter Álvarez, padre e hijo, plantearon en 1980 la hipótesis del impacto del meteorito como
causa de la extinción de los dinosaurios. Desde entonces han ubicado en más de setenta lugares, donde
se había desenterrado restos fósiles de dinosaurios, una cantidad de iridio, un metal raro en la Tierra,
compatible con la hipótesis del meteorito.
5. Análisis de resultados.
En los ejemplos mencionados, el descenso de la mortalidad de la fiebre puerperal fue dramático. Aunque
impactante, la muerte posterior de once pacientes revisadas por el mismo Semmelweis, indicó
dolorosamente que ningún resultado, ninguna verificación puede tomarse como definitiva. Cuando en 1959
los soviéticos pusieron por primera vez un satélite artificial en órbita circunterrestre obtuvieron una
verificación más de las leyes de Newton. Poner en órbita un satélite bastaba para la confirmación, pero ¿si
a pesar de ello, el satélite no tenía la fuerza equilibrante necesaria o tenía una fuerza superior?
La contrastación que sin quererlo hicieron Penzias y Wilson de la hipótesis de la gran explosión se ha
repetido varias veces. Recientemente se ha reportado que la radiación de fondo es homogénea en todos
los puntos medidos del universo con una exactitud de uno en diez millones de partes. ¿Y si éste no
hubiera sido el caso? ¿Se seguiría pensando que la radiación de fondo es una buena implicación
contrastadora?
En Escocia se han encontrado pruebas fósiles de una extinción masiva de especies, similar a la de
dinosaurios que desaparecieron con cerca de 2,000 especies más. Pero aquella extinción data de hace
243 millones de años, mientras que, la de dinosaurios es de hace 65 millones de años. Sin embargo, un
miembro del equipo de investigación de los Álvarez, de la Universidad de Berkeley, Estados Unidos, se ha
dirigido a Escocia en 1986 para estudiar las posibles trazas de iridio en los fósiles encontrados y si están
relacionados con un cráter prehistórico ubicado en la zona. A pesar de los hechos que acabamos de
mencionar, la ciencia ha considerado que la contrastación de las cuatro hipótesis tuvo como resultado la
verificación de las mismas, en mayor o en menor grado.
Los detalles mencionados y las posibilidades planteadas revelan que siempre es necesario un análisis de
los resultados de la contrastación. Pocas veces los resultados son unívocamente rotundos. EI análisis
puede revelar, por ejemplo, como en el caso de la hipótesis sobre la extinción de los dinosaurios, que se
necesitan otras implicaciones contrastadoras. O, como en las preguntas planteadas sobre la puesta en
órbita de los satélites artificiales, que es necesario medir otros aspectos aparte de la puesta en órbita.
Referencia: SANZ ELGUERA, Julio (1987), Introducción a la ciencia. Lima, Amaru editores.