Yo te quiero pedir perdón por la falta de luz en mi rostro.

Porque me ves y no te
encandilo. Porque me ves a mi y quizás ves lo mismo que en cualquier otra persona. Yo
estoy buscando el rostro de Dios. Yo no queería estar acá. Hace muchos años le dije
“yo te quiero servir” y eso es lo que hice. NO soñaba con este día, con una iglesia como
esta, con un título. Dios me regaló amar cada paso, cada metro cuadrado de mi
caminar, sin esperar nada más. Hoy esta palabra que tantos años le dije a Dios por
favor no, es la que tengo que terminmar de asumir, de hacemre cargo. Y sé que vos,
aunque no te des cuenta, me necesitás. Yo quiero dar lo mejor para vos este año. Voy
a necesitar qu eme ayudes, que no me dejes solo con esto. Que busques el rostro de
Dios conmigo. Que dejemos de mirarle las manos y nbusquemos su rostro. Que nos
muestre todos los pedacigos de su manto al pasar que nos quiera mostrar. Que cada
vez que nos regale una zarza no le pidamos otra, este mensaje va a swer una zarza
nada más. Las zarzas no liberan cautivos, no anotan a nadie ne l libro, es un grito, un
caretel, un mensaje, es un “te estoy buscando”. La respuesta empiezsa hoy.