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Evangelismo #08

Dando el Mensaje
I. Leer con claridad – Neh. 8:8
Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que
entendiesen la lectura.
A. Volumen suficiente para que se escuchan cada palabra– CM 233.3
“El debido uso de los órganos vocales beneficiará la salud física, y acrecentará la
utilidad y la influencia. Al caer en malos hábitos de expresión algunos se vuelven
lectores y oradores tediosos; pero los que son considerados como bastante inteligentes
para llegar a ser obreros misioneros o hacer transacciones comerciales, deben tener
bastante inteligencia para reformar su manera de hablar. Por un ejercicio juicioso
pueden expandir el pecho y fortalecer los músculos. Prestando atención a la debida
instrucción, siguiendo los principios del sano vivir acerca de la expansión de los
pulmones y el cultivo de la voz, nuestros jóvenes y señoritas pueden llegar a hablar en
forma que se les oiga; y el ejercicio necesario para esta realización prolongará su vida”.
{CM 233.3}
1. Si la gente se esfuerza por oír, los cansan
2. Habla lentamente. No ayuda si la gente no escucha
B. Habla claramente – CM 227.3
“Los ministros y maestros deben dedicar atención especial al cultivo de la voz. Deben
aprender a hablar, no de una manera nerviosa y apresurada, sino con enunciación lenta,
distinta y clara, y conservando la música de la voz. La voz del Salvador era como
música a los oídos de aquellos que habían estado acostumbrados a la prédica monótona
y sin vida de los escribas y fariseos. El hablaba lenta e impresionantemente, recalcando
las palabras a las cuales deseaba que sus oyentes prestasen atención especial. Ancianos
y jóvenes, ignorantes y sabios, todos podían comprender el pleno significado de sus
palabras. Esto habría sido imposible si él hubiese hablado en forma apresurada,
acumulando frase sobre frase sin pausa alguna. La gente lo escuchaba con mucha
atención, y se dijo de él, que hablaba no como los escribas y fariseos; porque su palabra
era como de quien tiene autoridad.”. {CM 227.3}
1. Distintamente, no adivinando las palabras
2. Pronunciar las palabras correctamente
3. Practicar con un lápiz en la boca
C. Habla despacio– VEUC 284.3 al 285.1
“Cuando el orador habla en un tono alto, disminuye considerablemente su utilidad. Hay
otros, que hablan tan bajo, que apenas se los puede oír. Otro obrero habla con rapidez,
amontonando las palabras, unas sobre otras. La mitad de lo que dice se pierde, porque
el oyente no puede captar las preciosas palabras que salen de sus labios. Estos son
defectos que se deben vencer. {VEUC 284.3}
“Debe adquirirse el hábito de hablar despacio, aunque con fervor y solemnidad, con
toda la seguridad que la Palabra de Dios puede dar. Entonces el oyente recibe el
beneficio de cada oración. Se pronuncia claramente cada palabra, y hace su impresión
en la mente. Hablar rápido y subir el tono de la voz, es una imperfección que todos
deben vencer, si han de hacer la impresión más favorable, cuando presenten el mensaje
de Dios al mundo. Que la Palabra de Dios llegue a ser un sabor de vida para
vida”. {VEUC 285.1}
D. Habla con el diafragma – VEUC 286
“Siendo que tiene que hablar ante grandes congregaciones, es su deber dar a sus
cuerdas vocales todo el descanso posible. Cuando hable, haga inspiraciones profundas.
Use los músculos del abdomen, poniendo así sobre ellos, la carga que ahora está
colocando en la garganta y los pulmones. {VEUC 286.2}
“El Señor no quiere que usted perjudique sus órganos vocales, por un esfuerzo
prolongado y continuo. Sus palabras serán mucho más potentes, si usted da a sus
pulmones más aire, y habla menos palabras. Cuando hable, dedique tiempo a hacer
inspiraciones profundas. Ponga en acción los músculos del abdomen. Párese derecho,
respire profundo, y hable sus palabras con toda la fuerza que quiera”. {VEUC 286.3}
1. La garganta debe ser solamente un canal
2. Debe que respirar correctamente
3. Reservar su voz y esfuerzo
E. Cómo habló Jesús
1. “[Él]Pronunciaba cada palabra claramente” – VEUC 81.1
2. “ Su voz calmada, intensa y musical”– VEUC 81.2
3. “ Hablaba lenta e impresionantemente” – CM 227.1 (VEUC 82.2)
4. “en su voz había una dulce melodía” – Ev 486.1 (VEUC 83.2)
5. “les hablaba en forma conmovedora” – 2T 615.1 (VEUC 83.3)
II. Poniendo el sentido – Neh. 8:8
Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que
entendiesen la lectura.
A. Usar énfasis correctamente
1. No imitar a otros
2. Sé natural
B. Variar su voz
1. Tono
a) Usar los registros bajos de la voz
b) No hable en un tono muy alto.
2. Rapidez
3. Volumen
C. Postura – mantenerse erecto
D. Gestos
1. Nadie debe pensar en ellos (tú tampoco)
2. Los gestos deben ser naturales
3. Eliminar distracciones no verbales
E. No
1. Hablar en monotonía
2. Aparecer condescendiente
3. Disculparse
III. Haciéndoles entender – Neh. 8:8
Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que
entendiesen la lectura.
A. Meta de cada sermón
B. El mensaje es primordial – no tu elocuencia, conocimiento, etc.
1. Entender mejor la palabra de Dios—éxito
2. Amar más a Jesús – éxito
3. Motivado más a seguir al Señor – éxito
C. Póngase así mismo en el mensaje
1. Dese a sí mismo a la congregación hasta que no quede nada más
2. “Los sermones que sanan y elevan tienen la sangre roja del corazón del
predicador”. – C.E. Jefferson
3. Saber la responsabilidad
4. Haz tu mejor que puedas, cada vez

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