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Materia: Antropología económica

Nombre de estudiante: Díaz Platero, Emmanuel Vladimir


Autor discutido: Fernando Ortiz
Fecha: 13 de junio del 2023

Muchos productos presentan un punto de inflexión a nivel mundial y regional, este desde nuestra
perspectiva salvadoreña puede ser entendido con el café y la importancia que tuvo en el devenir
histórico del país. Las potencias basan su producción en un único producto y fomentándolo,
creando así leyes para poder favorecer a los propietarios como al gobierno en turno.
En el presente trabajo se presenta como los ingenios de caña de azúcar tuvieron actitudes de la
corona y resistencia de los dueños de la producción ante la iglesia para poder salvaguardar las
ganancias. La manera en que se fomenta es con leyes que exoneran a las personas poseedoras de
ingenio de la perdida de estos, bajan el diezmo para poder mantener las ganancias, obtienen
prestamos grandes, obtienen maquinaria y mano de obra calificada, esclavos para mantener a
flote este tipo de actividades agrícolas.
A pesar de las diversas adversidades, el azúcar sale a flote, pero tras eventos como la aparición
del liberalismo, se pone en duda este accionar y comienzan a tomar decisiones, como evitar el
aglomeramiento de poder por medio del cultivo.

Del Capitalismo Privilegiado que siempre ha sido el Ingenio del Azúcar.

Cristóbal Colon, tras su segundo viaje llevo consigo raíces de caña de azúcar, las cuales tras ser
sembradas retoñaron, tras esto se observa el brillante futuro que le deparaba a este producto y la
industria que traería consigo. Pero se presentaron problemáticas de mano de obra calificada y
capital para invertir y como se sabe, que tener caña es una cosa, pero tener la azúcar en el ámbito
comercial es otra. (Ortiz 2002 [1940]) La demanda en Europa era muy fuerte y por ello se
realizaron medidas para poder impulsar los ingenios, pero todo lo que se requería (maestros,
maquinaria, oficiales de azúcar, maquinaria de molino, tachos, calderas y receptáculos para la
decantación) debía de ser traído por Ultramar. Aunque las tierras estuvieran listas para la
producción, no se podía comenzar a mercantilizar debido al origen capitalista de lo que se
buscaba realizar.
Tras poder saltar la barrera de carencia de capital, la caña comenzó a ser negocio en España y
otros países. Los europeos lograron hacer una red articulada con esfuerzo y dinero, creando así
una compañía ajena a las anteriores que giraban en el mundo de la conquista, explotación y
poblamiento.

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La “Compañía de Azúcares” fue de los primeros ingenios en España (1515) y estaba integrada
por tres socios: Francisco de Arcos, Luis Fernández y Pedro Hortíz, posteriormente, en América
se da el primero que fue fundado en Santo Domingo, poco después de 1515, el cual igualmente
está constituido por tres personas: Gonzalo de Velosa (técnico especializado y fundador del
primer trapiche en España) y los hermanos Tapia que eran veedor de oro y alcaide de fortaleza.
Con el tiempo se vuelven a presentar problemas, la escasez de maestros que trabajan la caña de
azúcar y el pago porque las personas no se interesaban en estos por el pecado que la iglesia había
anexado, sumado a ello se presenta el diezmo. El interés de la corona e iglesia se presenta tras
una carta de un testigo que informa al Emperador Carlos V “de hermosos cañales y de ingenios
que se están instalando” (Ortiz 2002 [1940]: 634)
“El diezmo era un impuesto que se debía pagar a la iglesia para que ésta lo invirtiera en sus fines.
El diezmo era precisamente la décima parte de todos los frutos o productos vegetales de la tierra,
así como de todos los frutos o productos vegetales de la tierra…” (Ortiz 2002 [1940]: 635) y
estos debían de ser pagados en especie y no en dinero, de esta manera se veía afectado todo el
trabajo realizado y en la caña se cobraba del diez por cien de toda la molienda, esto sin que nadie
pudiera llevarse alguna otra cosa. Esto era pedido para proveer a la iglesia de clérigos,
ornamentos y cosas que se llegase a necesitar.
Esto presento una baja en la ganancia del producto y los azucareros se quejaban y no pagaban los
diezmos o defraudaban a la iglesia y al rey, tras esta presión de fuerza se vieron obligados a
darles derechos a los propietarios de los cañales ya que estos eran magnates. Tal fue la reducción
que se pasó a pagar el cinco por el cien del refinado y el cuatro por el cien de mieles y remieles.
Estos beneficios es la prueba de que este privilegio fue ratificado por los reyes azucareros y que
se iba continuar con estos derechos gracias al beneficio que presentaban a la Corona.
Este lucro era tanto que se potenciaron estas actividades, ya que, si un “poblador que quiere ser
azucarero le pide todo lo necesario al rey, fuera de su audacia y empuje… casi siempre el
azucarero obtiene cuanto pide y a pesar de todo fracasa todavía es favorecido con moratorias y
quitas y hasta con previas inmunidades de toda ejecución judicial por de dudas.” (Ortiz 2002
[1940]: 639)
El Fraile y Juez, Lcdo. Luis de Figueroa presenta la idea de poner ingenios bajo la Real
Hacienda, la cual fue aceptada pero luego realiza otra de libre comercio y fue negada, ya que iba
en contra del monopolio español y los intereses que este presentaba, pero posteriormente, tras
tres siglos accedieron.
Sumado a los beneficios de poseer un ingenio de azúcar, se agrega la exoneración de la
posibilidad de ejecuciones de estos, y nada más queda en pago deudas al rey e impuestos, lo cual
dio vía a que los remates sean hacia el producto, mas no al capital y maquinaria. Con esto “los
hacendados azucareros se convirtieron en unos señores inmunes a toda la acción judicial contra
la fuente de su riqueza que era el instrumento productor de azúcares en su integridad
industrial...” (Ortiz 2002 [1940]: 641)

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Cualquiera fuera el problema que no sea relacionado con los reyes o impuestos, no se podía
embargar el ingenio ni nada relacionado a este, lo que es lo mismo, no se le podía quitar la
posición de privilegio que tenían. Pero pronto se comprendió que esto era excesivo, ya que
imposibilitaba a los demás a crear ingenios, pues los prestamos presentaban riesgos para la
persona que da el dinero, esto gracias a la inmunidad de los propietarios del azúcar.
Carlos V, quien dio vigencia a la ley, la modifica en 1529, esta modificación menciona:
“Declaramos y mandamos que, si la deuda fuere tan grande que monte todo el precio del ingenio,
con esclavos, pertrechos y aparejos de su avío, y no tuviere el deudor otros bienes de que el
acreedor pueda ser pagado, se mande a hacer y haga ejecución en todo el ingenio, esclavos y
pertrechos y pago de toda la deuda, dando la persona en quien se remate, fianzas llanas de
conservarlo entero, bien reparado, molinete y corriente, como lo tenía el deudor” (Ortiz 2002
[1940]: 642)

Dándonos a entender que si la deuda es del tamaño del ingenio este puede ser privado del
proveedor.
Diego Velázquez, el primer gobernador de Cuba, solicita que se favorezca a la “isla” con
préstamos de dinero a las personas que quisieran implementar ingenios de azúcar. Inclusive, la
escasez de esclavos, son favorecidos los azucareros del lugar. Tras obtener el dinero prestado este
es usado para compra de esclavos y así favorecer a los ingenios.
“Todas las cédulas indicadas se promulgaron en general para las Indias, particularmente las del
privilegio de exención de embargo y ejecuciones, de 1529 y 1538, cuando al declinar del siglo
XVI se quisieron establecer ingenios en la comarca habanera…” (Ortiz 2002 [1940]: 645) dando
paso a la era de azúcar en Cuba e impulsando como se había hecho con anterioridad, el rey
mando a prestar a los ingenios hasta cuarenta mil dólares para incrementar el cultivo. Tras este
favoritismo gracias a la tierra fértil de la zona, se limitó la ayuda para evitar que los otros
ingenios cayeran y mantener la variedad de producto. Con el tiempo y la llegada del liberalismo
económico se presentan cambios radicales y fuerzan a estas actividades a detenerse, destruyendo
la aristocracia azucarera de Cuba. La exoneración de los ingenios, que se encontraba vigente en
la “isla” es erradicada y los ingenios que se encuentran están sujetos a derecho común.
Las posturas de inmunidad son vistas como inmorales y fomentadoras de fraude. “Cae entonces
el privilegio inmobiliario e industrial del hacendado, cae la trata, cae la esclavitud; el liberalismo
se impone, impulsado desde afuera por la revolución industrial y por el capitalismo bancario.”
(Ortiz 2002 [1940]: 647)

Reflexiones
Ortiz aborda temas como el impacto de la producción azucarera en la estructura social, y la
desigualdad, la dependencia económica de España y Cuba en el azúcar.

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El azúcar monopolizo el poder, creando vacíos a la hora de implementar otro tipo de cultivo, esto
creo una dependencia y una necesidad de mantener a flote este tipo de actividad agraria,
afectando así a las personas que no poseen un ingenio, gracias a esto se explota de manera
continua la tierra e imponiendo la falta de mano de obra e insumos industriales. España se vio en
la necesidad de implementar leyes y facilitar la movilidad de todo lo relacionado con la creación
de ingenios.
El apartado " Del capitalismo privilegiado que siempre ha sido el ingenio del azúcar” es clave en
el estudio de la sociedad que examina el azúcar, destacando el papel dominante del ingenio como
representante del capitalismo privilegiado en Cuba.

Preguntas

1. ¿Cuál es el papel del ingenio del azúcar en el desarrollo del capitalismo?

2. ¿Cómo se comparan el café y el azúcar en términos de su importancia histórica,


económica y cultural en el contexto salvadoreño?

3. ¿Cómo afectó la presencia del ingenio del azúcar en la estructura social y a las relaciones
de poder?
4. ¿Cuáles fueron las medidas que impulsaron a la caña de azúcar?
5. ¿Qué impacto socioeconómico se presentó con las leyes?

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