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Ensayo Sobre El Abandono Escolar
Ensayo Sobre El Abandono Escolar
Introducción
El presente ensayo tiene como objetivo analizar el fenómeno del abandono escolar en España,
considerando tanto la situación actual y las tasas de AET como los factores que influyen en
su aparición. Además, se explorarán las políticas y estrategias que han sido implementadas
para reducir el AET, así como las posibilidades de intervención desde la institución escolar
para abordar este desafío.
El abandono escolar en España ha sido una preocupación constante desde el inicio del
sistema educativo moderno en el siglo XX. Durante el régimen franquista (1939-1975), la
educación no fue una prioridad, lo que llevó a tasas de analfabetismo y abandono escolar
elevadas. Con la Transición y la promulgación de la Constitución de 1978, la educación se
estableció como un derecho fundamental. Desde entonces, se han implementado diversas
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leyes y reformas educativas con el objetivo de disminuir las cifras de abandono escolar, como
la LOGSE en 1990 y la LOMCE en 2013.
A pesar de los esfuerzos realizados, España sigue registrando una tasa de abandono escolar
temprano (personas entre 18 y 24 años que no han completado la educación secundaria y no
siguen estudiando) superior al promedio europeo. Según datos del Instituto Nacional de
Estadística (INE), en 2020 la tasa de abandono escolar en España se situó en torno al 16%,
mientras que la media europea era del 10%.
Las tasas de AET varían significativamente entre las comunidades autónomas, lo que indica
que factores regionales pueden estar influyendo en el fenómeno (Bayón Calvo, 2016; García
et al., 2013). Martínez (2012) sostiene que estas diferencias pueden deberse a políticas
educativas y enfoques pedagógicos diversos, así como a desigualdades socioeconómicas
entre regiones. Las regiones con mayores índices de abandono escolar incluyen Andalucía,
Baleares, Canarias y Extremadura, con cifras superiores al 20%. Por otro lado, las
comunidades con menores tasas de abandono escolar son el País Vasco, Cantabria y Navarra,
con porcentajes inferiores al 10%. La situación actual del AET requiere de una atención
especial, ya que está directamente relacionada con el futuro laboral y la inclusión social de
los jóvenes.
Los factores que influyen en el AET son múltiples y complejos, y pueden variar según el
contexto y las circunstancias individuales de cada estudiante. Para facilitar su análisis, se
pueden categorizar en cuatro grupos principales:
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b) Factores familiares: El nivel educativo de los padres y las expectativas que tienen
respecto a la educación de sus hijos pueden influir en el abandono escolar temprano. Las
familias con menor nivel educativo pueden tener dificultades para brindar apoyo académico a
sus hijos o valorar la importancia de la educación en el futuro laboral y social de los jóvenes.
Además, la falta de comunicación y el desinterés de los padres en el proceso educativo
pueden generar desmotivación en los estudiantes (Fernández Enguita et al., 2010).
Es importante destacar que estos factores no actúan de forma aislada, sino que se entrelazan y
se potencian mutuamente, conformando un entramado complejo que dificulta el abordaje del
abandono escolar temprano. La comprensión de estos factores y sus interacciones es
fundamental para diseñar políticas y estrategias eficaces y adaptadas a las necesidades de
cada contexto y población.
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Consecuencias del abandono escolar
El abandono escolar temprano genera una serie de consecuencias negativas que afectan tanto
a los individuos como a la sociedad en su conjunto. Fernández Enguita et al. (2010) señalan
que los jóvenes que abandonan la escuela antes de obtener una titulación tienen menos
oportunidades laborales, ya que cuentan con menos habilidades y competencias en
comparación con aquellos que finalizan sus estudios. La falta de una educación adecuada
limita sus posibilidades en el mercado laboral y, en muchos casos, les condena a trabajos
precarios, temporales o mal remunerados.
Además, Bayón Calvo (2016) destaca que las personas que abandonan la educación antes de
finalizar su formación tienen mayores dificultades para encontrar y mantener un empleo,
siendo más vulnerables a las crisis económicas y a los cambios en el mercado laboral. Esto
implica un mayor riesgo de desempleo para los jóvenes que no han completado su educación.
Otra consecuencia derivada del abandono escolar temprano es un mayor riesgo de pobreza y
exclusión social, como afirma Carabaña (2013). La falta de educación y habilidades dificulta
la integración social de estos jóvenes y aumenta su vulnerabilidad a situaciones de
marginación y desigualdad. Por otro lado, Feito (1990) sostiene que las personas que
abandonan la escuela antes de obtener una titulación suelen tener peores condiciones de salud
y menor esperanza de vida en comparación con aquellos que completan su educación. La
falta de educación puede afectar el acceso a la información y los recursos necesarios para
mantener una vida saludable y tomar decisiones informadas sobre la salud y el bienestar.
En cuanto a la participación ciudadana, Martínez (2009) señala que los jóvenes que
abandonan la escuela temprano suelen tener menos oportunidades de participar activamente
en la vida política y social, lo que limita su capacidad para influir en las decisiones que
afectan sus vidas y comunidades. La falta de educación también puede disminuir la confianza
en las instituciones y en la democracia, y generar descontento y desencanto en relación con el
sistema político y social.
Por último, García et al. (2013) argumentan que el abandono escolar temprano representa un
coste económico y social significativo para la sociedad en su conjunto, incluyendo la pérdida
de ingresos fiscales, el aumento del gasto público en servicios sociales y de salud, y el
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impacto en la productividad y la competitividad económica. Además, la falta de educación y
oportunidades para los jóvenes puede generar tensiones y conflictos sociales, y debilitar el
tejido social y la cohesión comunitaria.
A lo largo de las últimas décadas, se han implementado diversas leyes educativas en España
con el objetivo de mejorar la calidad y equidad del sistema educativo, así como de reducir el
abandono escolar. A continuación, se analiza el impacto de algunas de estas leyes en el
abandono escolar:
1. Ley General de Educación (LGE) de 1970: Esta ley sentó las bases del sistema
educativo moderno en España, estableciendo la educación obligatoria y gratuita hasta
los 14 años. Aunque la LGE contribuyó a una mayor escolarización, no logró reducir
significativamente el abandono escolar debido a la falta de un enfoque integral y una
estructura educativa adecuada para atender a las necesidades de todos los estudiantes.
3. Ley Orgánica de Educación (LOE) de 2006: La LOE buscó abordar algunas de las
deficiencias de la LOGSE, como la falta de atención a la diversidad del alumnado y la
rigidez del currículo. Se introdujeron medidas como la creación de programas de
diversificación curricular y la implementación de planes de atención a la diversidad.
Aunque estas medidas tuvieron un impacto positivo en algunos aspectos, la tasa de
abandono escolar en España siguió siendo alta en comparación con otros países
europeos.
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4. Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) de 2013: La LOMCE
fue una reforma controvertida que introdujo cambios en la estructura y evaluación del
sistema educativo, como la incorporación de pruebas externas de evaluación y la
introducción de itinerarios en la educación secundaria. A pesar de que sus defensores
argumentaron que estas medidas podrían mejorar la calidad de la educación y reducir
el abandono escolar, sus críticos señalaron que la LOMCE no abordaba
adecuadamente las causas subyacentes del abandono escolar y podría agravar las
desigualdades educativas.
En resumen, las diferentes leyes educativas han tenido un impacto variable en el abandono
escolar en España. Si bien algunas reformas han contribuido a mejorar el acceso y la
permanencia en el sistema educativo, ninguna de ellas ha logrado reducir de manera
significativa y sostenida las tasas de abandono escolar. El abandono escolar es un problema
complejo que requiere un enfoque integral y políticas educativas que aborden sus causas
fundamentales, como la desigualdad socioeconómica, la falta de motivación y el apoyo
adecuado a los estudiantes en situación de riesgo. A continuación, vamos a analizar las
diferentes políticas específicas que se han implementado para intentar frenar este fenómeno.
Las políticas de reducción del abandono escolar son cruciales para abordar este problema y
mejorar la calidad y equidad del sistema educativo. A continuación, se describen algunas de
las políticas y estrategias más relevantes que se han implementado o propuesto para reducir el
abandono escolar temprano en España y otros contextos:
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herramienta eficaz para mantener a los jóvenes en el sistema educativo y ofrecerles
opciones de formación más acordes con sus intereses y aptitudes. Esto puede motivar
a los estudiantes a seguir estudiando y obtener una cualificación que facilite su
inserción en el mercado laboral (Martínez, 2009).
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formación continua y capacitación a los docentes en áreas como la atención a la
diversidad, la educación inclusiva, la prevención del fracaso escolar y el desarrollo de
habilidades socioemocionales. Además, se debe fomentar la colaboración y el trabajo
en equipo entre los docentes para facilitar el intercambio de experiencias y buenas
prácticas (Perrenoud, 1990).
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y realidades específicas de cada contexto, se logrará abordar de manera efectiva el desafío del
abandono escolar y garantizar el derecho a la educación de todos los jóvenes.
Las instituciones escolares deben ofrecer apoyo académico y emocional a los estudiantes en
riesgo de abandono escolar, implementando programas y recursos que les ayuden a superar
las dificultades y a desarrollar habilidades y competencias clave para su éxito educativo y
personal. Algunas posibilidades que se plantean incluyen:
● Trabajo colaborativo con las familias: Según Feito (1990), es fundamental que las
instituciones escolares trabajen en colaboración con las familias de los estudiantes
para prevenir y abordar el abandono escolar. La comunicación regular, la realización
de actividades conjuntas y la implicación de las familias en el proceso educativo
pueden ser clave para crear un entorno de apoyo y compromiso con la educación.
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diversificación curricular, incluyendo la oferta de itinerarios formativos y la
posibilidad de cursar materias optativas, puede contribuir a reducir el abandono
escolar temprano.
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Conclusión
Bibliografía
Feito, R. (1990). Nacidos para perder: un análisis sociológico del rechazo y del abandono
escolares. Madrid: Ministerio de Educación y Ciencia: CIDE.
Fernández Enguita, M., Mena, L., y Rivière, J. (2010). Fracaso y abandono escolar en
España. Barcelona: Fundación LaCaixa.
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Martínez, J.S. (2012). Fracaso escolar y Comunidades Autónomas. En Puelles, M. (Coord.),
El fracaso escolar en el estado de las autonomías. Madrid: Wolters Kluwer.
Perrenoud, P. (1990). La construcción del éxito y del fracaso escolar: Hacia un análisis del
éxito, del fracaso y de las desigualdades como realidades construidas por el sistema escolar.
Madrid: Morata.
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