Está en la página 1de 12

Ensayo sobre el abandono escolar

Andrea Broch Escrivá


Sociedad, familia y educación.

Introducción

El abandono escolar temprano (AET) representa un problema social y educativo de gran


relevancia en la sociedad actual, especialmente en España, donde las tasas de AET han sido
históricamente más elevadas que el promedio de la Unión Europea. La educación es un
derecho fundamental y un pilar clave en el desarrollo económico y social de un país, y el
abandono escolar temprano puede tener consecuencias significativas en la vida de los
jóvenes, limitando sus oportunidades laborales y su integración social.

El presente ensayo tiene como objetivo analizar el fenómeno del abandono escolar en España,
considerando tanto la situación actual y las tasas de AET como los factores que influyen en
su aparición. Además, se explorarán las políticas y estrategias que han sido implementadas
para reducir el AET, así como las posibilidades de intervención desde la institución escolar
para abordar este desafío.

El abordaje del abandono escolar requiere de un enfoque multidisciplinario y la colaboración


de diversos actores involucrados en el ámbito educativo. Es fundamental comprender las
causas y los factores subyacentes que llevan a los jóvenes a abandonar prematuramente sus
estudios y, a partir de este conocimiento, diseñar e implementar políticas y prácticas que
permitan abordar el problema de manera efectiva y sostenible.

Situación actual y tasas de abandono escolar en España

El abandono escolar en España ha sido una preocupación constante desde el inicio del
sistema educativo moderno en el siglo XX. Durante el régimen franquista (1939-1975), la
educación no fue una prioridad, lo que llevó a tasas de analfabetismo y abandono escolar
elevadas. Con la Transición y la promulgación de la Constitución de 1978, la educación se
estableció como un derecho fundamental. Desde entonces, se han implementado diversas

1
leyes y reformas educativas con el objetivo de disminuir las cifras de abandono escolar, como
la LOGSE en 1990 y la LOMCE en 2013.

A pesar de los esfuerzos realizados, España sigue registrando una tasa de abandono escolar
temprano (personas entre 18 y 24 años que no han completado la educación secundaria y no
siguen estudiando) superior al promedio europeo. Según datos del Instituto Nacional de
Estadística (INE), en 2020 la tasa de abandono escolar en España se situó en torno al 16%,
mientras que la media europea era del 10%.

Las tasas de AET varían significativamente entre las comunidades autónomas, lo que indica
que factores regionales pueden estar influyendo en el fenómeno (Bayón Calvo, 2016; García
et al., 2013). Martínez (2012) sostiene que estas diferencias pueden deberse a políticas
educativas y enfoques pedagógicos diversos, así como a desigualdades socioeconómicas
entre regiones. Las regiones con mayores índices de abandono escolar incluyen Andalucía,
Baleares, Canarias y Extremadura, con cifras superiores al 20%. Por otro lado, las
comunidades con menores tasas de abandono escolar son el País Vasco, Cantabria y Navarra,
con porcentajes inferiores al 10%. La situación actual del AET requiere de una atención
especial, ya que está directamente relacionada con el futuro laboral y la inclusión social de
los jóvenes.

Factores que contribuyen al abandono escolar

Los factores que influyen en el AET son múltiples y complejos, y pueden variar según el
contexto y las circunstancias individuales de cada estudiante. Para facilitar su análisis, se
pueden categorizar en cuatro grupos principales:

a) Factores socioeconómicos: La situación económica de la familia y el entorno en el que


viven los jóvenes pueden afectar su rendimiento académico y, en última instancia, su decisión
de continuar con sus estudios. La falta de recursos económicos puede llevar a los jóvenes a
abandonar la escuela para ingresar al mercado laboral y contribuir al sustento familiar.
Asimismo, vivir en entornos desfavorecidos puede limitar el acceso a servicios y
oportunidades educativas de calidad, lo que puede incrementar el riesgo de AET (Feito, 1990;
Fernández Enguita et al., 2010).

2
b) Factores familiares: El nivel educativo de los padres y las expectativas que tienen
respecto a la educación de sus hijos pueden influir en el abandono escolar temprano. Las
familias con menor nivel educativo pueden tener dificultades para brindar apoyo académico a
sus hijos o valorar la importancia de la educación en el futuro laboral y social de los jóvenes.
Además, la falta de comunicación y el desinterés de los padres en el proceso educativo
pueden generar desmotivación en los estudiantes (Fernández Enguita et al., 2010).

c) Factores institucionales: El sistema educativo y las prácticas escolares pueden contribuir


al AET de diversas maneras. Por ejemplo, la rigidez del currículo y la falta de adaptación a
las necesidades y características de los estudiantes pueden generar desmotivación y falta de
interés por el aprendizaje. La LOGSE, por ejemplo, tuvo un impacto significativo en el
aumento del AET, al cambiar la estructura y las exigencias del sistema educativo (Carabaña,
2013). Por otro lado, Perrenoud (1990) señala la importancia de analizar cómo el sistema
escolar construye el éxito y el fracaso de los estudiantes, lo que puede llevar a la
estigmatización de aquellos que enfrentan dificultades académicas y, en consecuencia, a su
abandono escolar.

d) Factores individuales: Las características personales de los estudiantes, como sus


habilidades, intereses y motivaciones, también pueden influir en su trayectoria educativa y en
su decisión de abandonar los estudios. Cada joven es único y enfrenta retos específicos en su
proceso de aprendizaje. La falta de atención a estas diferencias individuales por parte del
sistema educativo puede generar frustración y desánimo en los estudiantes, lo que puede
conducir al AET (Fernández Enguita et al., 2010).

Es importante destacar que estos factores no actúan de forma aislada, sino que se entrelazan y
se potencian mutuamente, conformando un entramado complejo que dificulta el abordaje del
abandono escolar temprano. La comprensión de estos factores y sus interacciones es
fundamental para diseñar políticas y estrategias eficaces y adaptadas a las necesidades de
cada contexto y población.

3
Consecuencias del abandono escolar

El abandono escolar temprano genera una serie de consecuencias negativas que afectan tanto
a los individuos como a la sociedad en su conjunto. Fernández Enguita et al. (2010) señalan
que los jóvenes que abandonan la escuela antes de obtener una titulación tienen menos
oportunidades laborales, ya que cuentan con menos habilidades y competencias en
comparación con aquellos que finalizan sus estudios. La falta de una educación adecuada
limita sus posibilidades en el mercado laboral y, en muchos casos, les condena a trabajos
precarios, temporales o mal remunerados.

Además, Bayón Calvo (2016) destaca que las personas que abandonan la educación antes de
finalizar su formación tienen mayores dificultades para encontrar y mantener un empleo,
siendo más vulnerables a las crisis económicas y a los cambios en el mercado laboral. Esto
implica un mayor riesgo de desempleo para los jóvenes que no han completado su educación.

Otra consecuencia derivada del abandono escolar temprano es un mayor riesgo de pobreza y
exclusión social, como afirma Carabaña (2013). La falta de educación y habilidades dificulta
la integración social de estos jóvenes y aumenta su vulnerabilidad a situaciones de
marginación y desigualdad. Por otro lado, Feito (1990) sostiene que las personas que
abandonan la escuela antes de obtener una titulación suelen tener peores condiciones de salud
y menor esperanza de vida en comparación con aquellos que completan su educación. La
falta de educación puede afectar el acceso a la información y los recursos necesarios para
mantener una vida saludable y tomar decisiones informadas sobre la salud y el bienestar.

En cuanto a la participación ciudadana, Martínez (2009) señala que los jóvenes que
abandonan la escuela temprano suelen tener menos oportunidades de participar activamente
en la vida política y social, lo que limita su capacidad para influir en las decisiones que
afectan sus vidas y comunidades. La falta de educación también puede disminuir la confianza
en las instituciones y en la democracia, y generar descontento y desencanto en relación con el
sistema político y social.

Por último, García et al. (2013) argumentan que el abandono escolar temprano representa un
coste económico y social significativo para la sociedad en su conjunto, incluyendo la pérdida
de ingresos fiscales, el aumento del gasto público en servicios sociales y de salud, y el

4
impacto en la productividad y la competitividad económica. Además, la falta de educación y
oportunidades para los jóvenes puede generar tensiones y conflictos sociales, y debilitar el
tejido social y la cohesión comunitaria.

Las leyes educativas y el abandono escolar

A lo largo de las últimas décadas, se han implementado diversas leyes educativas en España
con el objetivo de mejorar la calidad y equidad del sistema educativo, así como de reducir el
abandono escolar. A continuación, se analiza el impacto de algunas de estas leyes en el
abandono escolar:

1. Ley General de Educación (LGE) de 1970: Esta ley sentó las bases del sistema
educativo moderno en España, estableciendo la educación obligatoria y gratuita hasta
los 14 años. Aunque la LGE contribuyó a una mayor escolarización, no logró reducir
significativamente el abandono escolar debido a la falta de un enfoque integral y una
estructura educativa adecuada para atender a las necesidades de todos los estudiantes.

2. Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE) de 1990: La


LOGSE introdujo cambios significativos en el sistema educativo español, como la
ampliación de la educación obligatoria hasta los 16 años y la creación de la Educación
Secundaria Obligatoria (ESO). Estas medidas mejoraron el acceso a la educación y
contribuyeron a una disminución gradual de las tasas de abandono escolar. No
obstante, la LOGSE también fue criticada por la falta de flexibilidad curricular y la
escasa atención a la diversidad del alumnado, lo que limitó su efectividad en la
prevención del abandono escolar.

3. Ley Orgánica de Educación (LOE) de 2006: La LOE buscó abordar algunas de las
deficiencias de la LOGSE, como la falta de atención a la diversidad del alumnado y la
rigidez del currículo. Se introdujeron medidas como la creación de programas de
diversificación curricular y la implementación de planes de atención a la diversidad.
Aunque estas medidas tuvieron un impacto positivo en algunos aspectos, la tasa de
abandono escolar en España siguió siendo alta en comparación con otros países
europeos.

5
4. Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) de 2013: La LOMCE
fue una reforma controvertida que introdujo cambios en la estructura y evaluación del
sistema educativo, como la incorporación de pruebas externas de evaluación y la
introducción de itinerarios en la educación secundaria. A pesar de que sus defensores
argumentaron que estas medidas podrían mejorar la calidad de la educación y reducir
el abandono escolar, sus críticos señalaron que la LOMCE no abordaba
adecuadamente las causas subyacentes del abandono escolar y podría agravar las
desigualdades educativas.

En resumen, las diferentes leyes educativas han tenido un impacto variable en el abandono
escolar en España. Si bien algunas reformas han contribuido a mejorar el acceso y la
permanencia en el sistema educativo, ninguna de ellas ha logrado reducir de manera
significativa y sostenida las tasas de abandono escolar. El abandono escolar es un problema
complejo que requiere un enfoque integral y políticas educativas que aborden sus causas
fundamentales, como la desigualdad socioeconómica, la falta de motivación y el apoyo
adecuado a los estudiantes en situación de riesgo. A continuación, vamos a analizar las
diferentes políticas específicas que se han implementado para intentar frenar este fenómeno.

Políticas de reducción del abandono escolar

Las políticas de reducción del abandono escolar son cruciales para abordar este problema y
mejorar la calidad y equidad del sistema educativo. A continuación, se describen algunas de
las políticas y estrategias más relevantes que se han implementado o propuesto para reducir el
abandono escolar temprano en España y otros contextos:

● Programas de apoyo educativo y atención a la diversidad: Estos programas tienen


como objetivo brindar apoyo académico y personal a estudiantes con dificultades de
aprendizaje, adaptando los contenidos y metodologías a las necesidades de cada
individuo. Entre estos programas, se encuentran la educación inclusiva, la atención a
las necesidades educativas especiales y el apoyo a estudiantes con problemas de
conducta o absentismo escolar (García et al., 2013).

● Formación profesional y educación alternativa: La oferta de formación profesional y


programas educativos alternativos a la enseñanza secundaria obligatoria puede ser una

6
herramienta eficaz para mantener a los jóvenes en el sistema educativo y ofrecerles
opciones de formación más acordes con sus intereses y aptitudes. Esto puede motivar
a los estudiantes a seguir estudiando y obtener una cualificación que facilite su
inserción en el mercado laboral (Martínez, 2009).

● Inversión en educación y recursos para las escuelas: Aumentar la inversión en


educación y garantizar una distribución equitativa de los recursos entre las escuelas y
comunidades autónomas puede contribuir a reducir las desigualdades educativas y
mejorar la calidad de la enseñanza en áreas desfavorecidas (Bayón Calvo, 2016;
Martínez, 2012).

● Programas de orientación y asesoramiento: La orientación educativa y profesional es


fundamental para ayudar a los jóvenes a tomar decisiones informadas sobre su futuro
académico y laboral. Estos programas pueden ofrecer información sobre las diferentes
opciones de formación y empleo disponibles, así como apoyo en la elaboración de
planes de vida y proyectos personales (Fernández Enguita et al., 2010).

● Estrategias de prevención y seguimiento del absentismo escolar: El absentismo es un


factor de riesgo importante para el abandono escolar temprano. Por ello, es
fundamental implementar estrategias de prevención y seguimiento que permitan
detectar y abordar situaciones de absentismo antes de que deriven en abandono
escolar. Estas estrategias pueden incluir la colaboración entre escuelas, familias y
servicios sociales, así como la implementación de medidas correctivas y de apoyo
para los estudiantes que presenten problemas de asistencia (Feito, 1990).

● Involucración de las familias y la comunidad en la educación: Fomentar la


participación de las familias y la comunidad en el proceso educativo puede ayudar a
crear un entorno de apoyo y compromiso con la educación. Las escuelas pueden
implementar acciones para mejorar la comunicación con las familias, organizar
actividades conjuntas y promover la colaboración en la toma de decisiones y la
planificación educativa (Fernández Enguita et al., 2010).

● Formación y capacitación del profesorado: Un profesorado bien preparado y


comprometido es esencial para abordar el abandono escolar. Es necesario ofrecer

7
formación continua y capacitación a los docentes en áreas como la atención a la
diversidad, la educación inclusiva, la prevención del fracaso escolar y el desarrollo de
habilidades socioemocionales. Además, se debe fomentar la colaboración y el trabajo
en equipo entre los docentes para facilitar el intercambio de experiencias y buenas
prácticas (Perrenoud, 1990).

● Programas de mentoría y apoyo entre pares: La implementación de programas de


mentoría y apoyo entre pares puede ser una estrategia efectiva para reducir el
abandono escolar. Estos programas pueden involucrar a estudiantes más avanzados o
graduados que brinden apoyo académico, emocional y social a los jóvenes en riesgo
de abandono escolar, ayudándoles a superar las dificultades y a desarrollar habilidades
y estrategias para enfrentar los retos académicos y personales (Fernández Enguita et
al., 2010).

● Evaluación y seguimiento de las políticas y programas: Para garantizar la efectividad


de las políticas y programas de reducción del abandono escolar, es fundamental contar
con sistemas de evaluación y seguimiento que permitan medir los resultados y el
impacto de las intervenciones en el corto y largo plazo. Esta información puede ser
utilizada para ajustar y mejorar las políticas y prácticas, asegurando que se adapten a
las necesidades y realidades de los estudiantes y las comunidades (García et al.,
2013).

● Promoción de la equidad y la inclusión en el sistema educativo: Finalmente, es


fundamental abordar las desigualdades educativas y promover un sistema educativo
equitativo e inclusivo que ofrezca oportunidades de aprendizaje de calidad para todos
los jóvenes, independientemente de su origen socioeconómico, cultural o geográfico.
Esto implica garantizar el acceso a la educación, la permanencia en el sistema
educativo y la igualdad de oportunidades para el éxito académico y personal de todos
los estudiantes (Bayón Calvo, 2016; Martínez, 2012).

En última instancia, reducir el abandono escolar temprano requiere un compromiso sostenido


y una acción coordinada de todos los actores involucrados en el ámbito educativo. Solo
mediante la implementación de políticas y estrategias integrales y adaptadas a las necesidades

8
y realidades específicas de cada contexto, se logrará abordar de manera efectiva el desafío del
abandono escolar y garantizar el derecho a la educación de todos los jóvenes.

Posibilidades de intervención desde la institución escolar

Las instituciones escolares deben ofrecer apoyo académico y emocional a los estudiantes en
riesgo de abandono escolar, implementando programas y recursos que les ayuden a superar
las dificultades y a desarrollar habilidades y competencias clave para su éxito educativo y
personal. Algunas posibilidades que se plantean incluyen:

● Tutorías y mentorías: Las tutorías y mentorías, como mencionan Fernández Enguita et


al. (2010), pueden ser una estrategia efectiva para brindar apoyo individualizado a los
estudiantes en riesgo de abandono escolar. Los tutores o mentores pueden ser
docentes, profesionales externos o estudiantes de cursos superiores que acompañen y
guíen a los jóvenes en su proceso de aprendizaje, ofreciéndoles consejo y orientación
en aspectos académicos, emocionales y sociales.

● Trabajo colaborativo con las familias: Según Feito (1990), es fundamental que las
instituciones escolares trabajen en colaboración con las familias de los estudiantes
para prevenir y abordar el abandono escolar. La comunicación regular, la realización
de actividades conjuntas y la implicación de las familias en el proceso educativo
pueden ser clave para crear un entorno de apoyo y compromiso con la educación.

● Programas de orientación educativa y profesional: Como señalan García et al.


(2013), la orientación educativa y profesional es un elemento importante en la
prevención del abandono escolar. Las instituciones escolares pueden ofrecer
programas de orientación que ayuden a los estudiantes a tomar decisiones informadas
sobre su futuro académico y laboral, a identificar sus intereses y habilidades, y a
elaborar proyectos de vida y metas personales.

● Flexibilización y diversificación curricular: La adaptación del currículo a las


necesidades e intereses de los estudiantes es esencial para mantener su motivación y
compromiso con el aprendizaje. Carabaña (2013) sugiere que la flexibilización y

9
diversificación curricular, incluyendo la oferta de itinerarios formativos y la
posibilidad de cursar materias optativas, puede contribuir a reducir el abandono
escolar temprano.

● Formación del profesorado: La formación y capacitación del profesorado en aspectos


relacionados con el abandono escolar es crucial, como indica Perrenoud (1990). Las
instituciones escolares deben promover la formación continua de los docentes en
áreas como la atención a la diversidad, la educación inclusiva, la prevención del
fracaso escolar y el desarrollo de habilidades socioemocionales, y fomentar la
colaboración y el trabajo en equipo entre ellos.

● Evaluación y mejora continua: La institución escolar debe implementar sistemas de


evaluación y seguimiento de las intervenciones y programas dirigidos a reducir el
abandono escolar, como sugiere Martínez (2009). Esto permite identificar buenas
prácticas y áreas de mejora, y ajustar las estrategias y recursos en función de los
resultados obtenidos y las necesidades específicas de los estudiantes y la comunidad
educativa.

En resumen, las instituciones escolares tienen un papel crucial en la prevención y reducción


del abandono escolar temprano, y pueden implementar diversas intervenciones y estrategias
que, apoyadas en la investigación y la evidencia, contribuyan a mejorar la retención y el éxito
educativo de los estudiantes. La clave para abordar eficazmente el abandono escolar desde la
institución escolar es adoptar un enfoque integral y adaptado a las necesidades y realidades
específicas de cada contexto, y fomentar la colaboración y el compromiso de todos los
actores involucrados, incluidos los docentes, las familias, los estudiantes y la comunidad.

Es fundamental que las instituciones escolares sigan investigando y compartiendo sus


experiencias y conocimientos en relación con la prevención y reducción del abandono escolar
temprano, y que se establezcan redes de colaboración y aprendizaje entre las escuelas, los
profesionales de la educación y los investigadores. Solo mediante la acción conjunta y el
intercambio de saberes será posible enfrentar este desafío y garantizar el derecho a la
educación de todos los jóvenes, independientemente de su origen socioeconómico, cultural o
geográfico.

10
Conclusión

En conclusión, abordar el abandono escolar en España requiere un enfoque integral que


considere los factores socioeconómicos, familiares, institucionales e individuales que
influyen en este fenómeno. Las políticas de reducción del AET y las intervenciones desde la
institución escolar son fundamentales para mejorar las oportunidades educativas y el futuro
de las generaciones venideras. La colaboración entre las instituciones educativas, las familias
y la comunidad, así como la adaptación constante de las políticas y estrategias a las
necesidades cambiantes de la sociedad, son esenciales para enfrentar de manera efectiva el
problema del abandono escolar en España. Si no conseguimos abordar este fenómeno desde
las perspectivas adecuadas nunca seremos capaces de frenarlo.

Bibliografía

Bayón Calvo, S. (2016). El abandono escolar temprano: Un estudio de los factores


explicativos en las comunidades autónomas españolas. Tesis Doctoral, Universidad de
Valladolid.

Carabaña, J. (2013). El efecto de la LOGSE sobre el abandono escolar temprano. Praxis


Sociológica, 17, 15-44.

Feito, R. (1990). Nacidos para perder: un análisis sociológico del rechazo y del abandono
escolares. Madrid: Ministerio de Educación y Ciencia: CIDE.

Fernández Enguita, M., Mena, L., y Rivière, J. (2010). Fracaso y abandono escolar en
España. Barcelona: Fundación LaCaixa.

García, M. y otros (2013). «Itinerarios de abandono escolar y transiciones tras la enseñanza


secundaria obligatoria». Revista de Educación, 361, pp. 65-94.

Martínez, J. S. (2009). «Fracaso escolar, PISA y la difícil ESO». Revista de la Asociación de


Sociología de la Educación, 2 (1), 56-85.

11
Martínez, J.S. (2012). Fracaso escolar y Comunidades Autónomas. En Puelles, M. (Coord.),
El fracaso escolar en el estado de las autonomías. Madrid: Wolters Kluwer.

Perrenoud, P. (1990). La construcción del éxito y del fracaso escolar: Hacia un análisis del
éxito, del fracaso y de las desigualdades como realidades construidas por el sistema escolar.
Madrid: Morata.

12

También podría gustarte