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Presentado por: Sonia Marcela Hernández Navas 460570

Presentado a: Francisco Ortega

Dejad hacer, dejad pasar. La noción de laissez faire en Manuel Murillo Toro

Introducción
El pensamiento del siglo XIX ha sido uno de los temas que mayor interés ha generado en
los académicos colombianos pues allí se sentaron las bases de las ideologías que iban a
predominar durante el siglo XX y por las que muchos dieron su vida.
Hacia 1848 se reconocían dos tendencias ideológicas distintas en Colombia que se
empezaron a denominar liberal y conservadora, en ese mismo año se formaron los partidos
que llevarían tales denominaciones; sin embargo estas diferencias ideológicas se habían
empezado a formar desde la gesta independentista1 debido a las diferentes formas de pensar
la sociedad y las funciones del Estado.
En los últimos años ha aumentado el interés por estudiar el pensamiento de los distintos
hombres públicos del siglo XIX, al tiempo que se estudian las ideologías como conjuntos
que reúnen el pensamiento de varios hombres. En este trabajo se pretende hacer un
acercamiento el pensamiento de Manuel Murillo Toro quien ha sido reconocido como el
símbolo del radicalismo liberal.
En la propuesta de trabajo presentada anteriormente partía de la hipótesis que Murillo
aceptaba el laissez faire desde que fue Secretario de Hacienda de José Hilario López
aunque en la práctica fuera intervencionista, luego durante su gobierno en Santander aplicó
el dejad hacer y al ver su fracaso reevalúo su posición. Esta hipótesis resultó equivocada
pues el pensamiento de Murillo es más complicado que la simplificación de fases que había
hecho con base en el análisis hecho por David Johnson.
La nueva hipótesis es que Murillo tenía una fuerte convicción en la intervención estatal
para el buen funcionamiento de la sociedad sin que esto se convirtiera en una cadena para
las libertades individuales; por esa razón su pensamiento parece contradictorio en distintos
momentos lo que da a pensar que él desarrolló sus ideas en distintas fases. El pensamiento
de Murillo está atravesado por sus estudios, por su práctica como gobernante y diplomático
pero también por la realidad de Colombia en el siglo XIX; estos factores condicionaron sus
creencias liberales.
El desarrollo de este trabajo parte de la exposición de un marco teórico que puede parecer
ecléctico al tratar de reunir distintas corrientes del estudio de las ideas políticas, pero creo
que cada corriente aporta elementos para un estudio más completo de las ideas políticas.
Luego hago un balance historiográfico de lo que se ha escrito sobre el pensamiento de
Murillo y del liberalismo radical colombiano del siglo XIX. La siguiente parte se dedica a
Murillo, algunos datos biográficos, sus fuentes de estudio y sus opiniones sobre las
principales ideas del liberalismo relacionadas con la noción de laissez faire. Finalmente
concluyó mostrando por qué resulta tan contradictorio el pensamiento de este “radical”.

1
Esta información puede ser profundizada en: Jaramillo Uribe, Jaime. El pensamiento colombiano en el siglo
XIX, Bogotá, Temis, 1982.

1
Marco Teórico
En la introducción he hablado de ideas políticas, de pensamiento liberal, de ideologías, en
esta parte me detengo un poco en estos conceptos para aclarar a que hacen referencia. Antes
de iniciar es necesario resaltar que al reflexionar sobre estos conceptos y sobre los que se
estudian en el pensamiento de Murillo constantemente viene el autocuestionamiento sobre
los prejuicios con los que el investigador se acerca a su objeto de estudio lo cual sesga su
entendimiento, como lo señala Koselleck 2 es necesario que el historiador reflexione sobre
los términos que aplica en su investigación pues puede querer llevarlos a su significación
actual lo cual complica el entendimiento de la época.
Cuando se habla de ideas políticas se puede sesgar la investigación hacía las nociones
expresadas en los textos o actos orales de los políticos o de pensadores que sin hacer
práctica política se dedican al estudio o análisis de estos. Las ideas políticas incluyen ambas
expresiones pero también hacen parte de ellas las nociones que articulan las personas
comunes para “actuar sobre sí y sobre la sociedad” 3 .
Es importante aclarar que estas ideas son expresadas a través del lenguaje bien sea los actos
de los políticos, los analistas, los campesinos, los artesanos, los indígenas, las mujeres o
cualquier otro actor social. En este trabajo se va dar primacía al lenguaje escrito no porque
sea la única forma de expresión del lenguaje sino porque fue a través de este que hice el
acercamiento a las ideas políticas de Murillo.
Tomando la amplia definición de discurso político de Pocock: “los discursos políticos no
sólo se refieren a estructuras de actividades políticas, instituciones y valores
conceptualizados, sino también esas actividades, instituciones y valores que se ponen en
práctica” 4 . Se puede decir que en los escritos de Murillo es posible extraer la
conceptualización que él hizo de su práctica política.
Haciendo la reflexión sobre los conceptos es necesario tener en cuenta la recomendación
que hace Pocock a los investigadores5 , él dice que el historiador debe identificar el lenguaje
o vocabulario con el que el autor opera, para Pocock ese vocabulario usado en los discursos
políticos está cargado de términos teológicos, económicos y legislativos usados en la
sociedad. Esta salvedad hecha por Pocock permite pasar a la historia de los conceptos del
alemán Reinhart Koselleck.
Koselleck fue más exacto al denominar el vocabulario de Pocock, para el historiador
alemán existen unos conceptos creados por los actores sociales que se van modificando a
través del tiempo por los distintos usos que se les dan; en sus palabras: “Los momentos de
la permanencia, del cambio y de la futuridad contenidos en una situación política concreta
quedan comprendidos en la adquisición del lenguaje. Así, se tematizan ya […] los estados
sociales y sus cambios” 6 . Esa tematización se la dan los propios actores de la época y no el
historiador pues este último ha reunido en su formación la tematización de varias épocas
incluyendo la suya por lo que al acercarse al estudio de tiempos anteriores pretende ver lo
que no existe, como lo dice Koselleck: “hay que investigar los conflictos políticos y

2
Koselleck, Reinhart. Historia conceptual e historia social, en: Futuro pasado, Barcelona, Paidos, 1993.
3
Rosanvallon, Pierre. Hacer la historia de lo político, en: Memoria y Sociedad, Vol. 10, No. 20, Enero-Julio
de 2006, p. 78.
4
Pocock, Politics, language and time, Chicago; London, Teh University of Chicago Press, 1989, p. 21.
5
Ibíd.
6
Koselleck, Ibíd., p. 110.

2
sociales del pasado en el medio de la limitación conceptual de su época y en la
autocomprensión del uso del lenguaje que hicieron las partes interesadas en el pasado” 7 .
Antes de continuar con los elementos teórico-conceptuales que se tienen en cuenta en este
trabajo es necesario aclarar lo que se entiende por político y política pues aquí se habla de
uno de los personajes más conocidos de la política colombiana del siglo XIX. Siguiendo la
definición de Rosanvallon: “Referirse a lo político y no a la política es hablar del poder y
de la ley, del Estado y de la nación, de la igualdad y de la justicia, de la civilidad, en suma,
de todo aquello que constituye a la polis más allá del campo inmediato de la competencia
partidaria por el ejercicio del poder, de la acción gubernamental del día a día y de la vida
ordinaria de las instituciones” 8 , se puede decir que Manuel Murillo Toro haría parte de la
política colombiana en la medida que era participe de las prácticas electorales, de la acción
gubernamental (como senador, gobernador, presidente, y secretario) y de la participación
partidaria; pero también es un reflejo de lo político en la medida que “las grandes obras
cristalizan las preguntas que se plantea una época y las respuestas que intentan darse” 9 ,
aunque los escritos de Murillo no sean considerados grandes obras sí son parte de los
problemas políticos de la época y se refieren al Estado, a la igualdad, a la justicia o a la ley.
Es complicado estudiar el pensamiento político de Murillo pues se le ha enmarcado como
pensamiento liberal radical por hacer parte de una corriente política del siglo XIX, sin
embargo su pensamiento es muy difícil de encajonar pues él tenía muchas contradicciones
con sus copartidarios sobre cuestiones fundamentales del Estado y la sociedad. Tal vez en
el estudio del pensamiento de Murillo se ha caído en lo que Skinner 10 llama la mitología de
las doctrinas es decir, tomar unos comentarios de un autor como el reflejo de su doctrina.
En Murillo no se puede hablar ni de la creación ni del seguimiento de una doctrina, él
articula todos los elementos de su estudio y práctica para hacer propuestas que puedan
llevar al país por un mejor camino con igualdad, justicia, democracia y progreso, estos
elementos hacen parte tanto de la doctrina liberal como de la conservadora en Colombia.
El pensamiento liberal en Colombia no se puede definir como la reunión de las ideas de
libertad del individuo, federalismo, antimonopolismo, poco poder del ejecutivo o relaciones
con la iglesia católica; todos estos elementos eran compartidos con conservadores. Tal vez
los pocos elementos que diferencian el pensamiento liberal son su extremo federalismo al
contrario de la mayoría de conservadores centralistas; esto lleva al fortalecimiento o
debilitación del ejecutivo, para los conservadores y liberales draconianos tanto el ejército
como el ejecutivo debían ser fuertes e imponer su voluntad a las provincias; y por último la
separación total de la iglesia y el Estado, públicamente los conservadores no admitían la
descarada participación en política del clero pero sí creían necesaria la colaboración en la
dirección de la educación y la familia para que la sociedad no se degenerara.
La intención de dar al autor una coherencia es otra mitología señalada por Skinner, para él
todos los autores caen en contradicciones que se deben al contexto e intencionalidad desde
la que escriben en cada momento lo cual no deslegitima el pensamiento del autor. Para
Skinner identificar la intencionalidad de un autor no significa hacer un estudio psicológico
del autor sino ver la razón por la cual se hace el acto de comunicación, pues estos actos

7
Koselleck, Op. Cit., p. 111.
8
Rosanvallon, Pierre. Por una historia conceptual de los político, México DF., Fondo de Cultura Económica,
2006, p. 20.
9
Ibíd., p. 48.
10
Skinner, Quentin. Visions of politics, Cambridge University, 2002.

3
constituyen una toma de posición en relación a un argumento anterior 11 ; en los escritos de
Murillo es explícita su intención pues en todos está dando respuesta a argumentos
anteriores o problemas del país.
Al hablar de ideología se debe aclarar que no se toma el significado dado por Marx y
Engels en la Ideología Alemana, ellos señalan que la ideología es el conjunto de ideas y
valores morales, religiosos, políticos y jurídicos con los que se legítima un modo de
producción 12 . La ideología se toma según la definición del diccionario de la Real Academia
Española como: “conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una
persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político” 13 .
El conjunto de ideas liberales o ideología liberal reúne nociones políticas y económicas que
se hicieron reales luego de las revoluciones burguesas en Europa y Estados Unidos, sin
embargo no se pueden encajonar los partidos o pensadores políticos pues cada uno tomaba
elementos del liberalismo que le parecían convenientes. Por ejemplo en la Francia
revolucionaria la libertad del individuo se levantó como bandera en contra de la monarquía
y las corporaciones, en Inglaterra la libertad del individuo no reñía con la permanencia de la
monarquía y las leyes de protección a los cereales y en Estados Unidos la libertad del
individuo no era opuesta a su pasado colonial, el cual valoraban como una etapa de su
desarrollo como nación.
El concepto liberal no fue siempre entendido de la misma forma, según Javier Fernández,
liberal se le decía en el siglo XVIII al hombre imparcial y de juicio razonable 14 . Sin
embargo en el siglo XIX liberal se convirtió en un conjunto de ideas sobre la sociedad, el
Estado y la economía. Este se basaba en el individuo como base de la sociedad, que por
voluntad propia se asocio con otros hombres para establecer y proteger sus derechos 15 ,
estos individuos se desarrollan de acuerdo a sus capacidades y recursos libremente y su
desarrollo redunda en beneficio de la sociedad 16 .
Teniendo claros los principales fundamentos del liberalismo es necesario resaltar que este
no se postró como una idea pura en ningún lugar del mundo, en todos fue necesaria la
intervención estatal en los intereses individuales para mantener el orden, la justicia o la
igualdad. De acuerdo con esto es necesario resaltar el aporte del mexicano Leopoldo Zea
quien en reacción a la historia de las ideas Estadounidense de los 50’s señala que las ideas
no se reproducen en cada lugar al que llegan sino que en ese lugar sufren transformaciones
y aportes que deben ser tenidos en cuenta 17 . Murillo conoció los fundamentos de la
ideología liberal y simpatizaba con algunos de ellos pero al ver que la aplicación a ciegas
de muchos postulados del liberalismo podían empeorar la situación social del país no dudo
en criticarlos y oponerse a quienes pretendieran aplicarlos.

11
Skinner, Op. Cit.
12
Engels, Friedrich y Marx, Karl. La Ideología Alemana, Barcelona, Grijalbo, 1970.
13
http://buscon.rae.es/draeI/srvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=ideologia
14
Véase la definición de liberalismo en: Fernández Sebastián, Javier, y Fuentes, Juan Francisco (dirs.).
Diccionario político y social del siglo XIX español, Madrid, Alianza, 2002.
15
La definición del liberalismo político se encuentra en: Jaramillo Uribe, Jaime. El pensamiento colombiano
en el siglo XIX, Bogotá, Temis, 1982.
16
Esta idea se desarrollara más adelante con base en: Smith, Adam. La riqueza de las naciones, Tomo II,
Barcelona, Folio, 1996.
17
Zea, Leopoldo. El positivismo en México: nacimiento, apogeo y decadencia, México DF., Fondo de Cultura
Económica, 1968.

4
Balance historiográfico
El pensamiento de Murillo Toro no ha sido ampliamente estudiado hay algunos apartes de
libros en los que se hace un análisis de sus postulados principales, incluyendo el laissez
faire.
En el libro Santander siglo XIX cambios socioeconómicos de David Johnson se dedica un
capítulo al estudio de Manuel Murillo Toro puesto que él fue presidente del Estado de
Santander en 1857. Johnson caracteriza a Murillo como una de las principales figuras del
radicalismo colombiano, este radicalismo era “opositor de las doctrinas económicas
conservadoras vigentes en 1820” 18 , seguidores de Jean Baptiste Say y Jeremy Bentham;
Johnson también señala que: “Ante todo, los liberales hicieron hincapié en el predominio
del individuo sobre la comunidad y de la administración local sobre un gobierno nacional
central” 19 , para ellos el Estado no debía intervenir mucho en el desarrollo nacional y se
declaraban anticolonialistas. Según Johnson, Murillo durante el gobierno de José Hilario
López tenía una tendencia más demócrata y pensaba que la intervención estatal debía ir en
beneficio los pobres e ignorantes, “cuando Murillo ocupó la presidencia del Estado de
Santander aparentemente se había convertido en un seguidor incondicional de la doctrina
del laissez faire * y el individualismo” 20 , finalmente después del experimento radical y su
fracaso Murillo habría moderado su posición haciéndose más partidario del
intervencionismo.
Tengo dos objeciones a los planteamientos de Johnson primero el hablar de unas doctrinas
económicas conservadoras con sus seguidores opuestos a los seguidores de Say y Bentham,
las diferencias sobre el funcionamiento de la economía no son suficientes para identificar a
uno u otro grupo pues el mantenimiento de los monopolios coloniales era bien visto tanto
por conservadores como por quienes después van a ser llamados liberales, así mismo los
que se autodenominaron conservadores a mediados de siglo y quienes luego serían liberales
pugnaron por la abolición de los monopolios. La segunda objeción es esa visión etapista del
pensamiento de Murillo pues él mantuvo durante toda su vida pública unas ideas contrarias
que le resultaban complementarias.
La otra persona que ha dedicado algún estudio al pensamiento de Murillo es el liberal Jorge
Mario Eastman quien en un pequeño libro titulado Trece pensadores del liberalismo social
hace breves análisis de personajes del liberalismo; es interesante ver como Eastman trata de
resaltar las ideas de igualdad y protección a los débiles en Murillo pues el libro es
publicado después que el Partido Liberal se adscribe a la Internacional lo cual fue mal visto
por muchos militantes de dicho partido y con desconfianza por los socialistas europeos que
identificaban los partidos liberales como los principales ideólogos del capitalismo. Eastman
amplía este mismo análisis en el prólogo hecho a la publicación de las Obras Selectas de
Murillo, en ese momento Eastman es miembro del Congreso y se le encarga recopilar los
documentos de varios pensadores colombianos para publicarlos bajo la serie Grandes
Pensadores.
Más ampliamente se ha estudiado el radicalismo y el liberalismo en Colombia, el primer
investigador que se interesó por el tema fue Jaime Jaramillo Uribe quien con la

18
Johnson, David Church. Santander siglo XIX cambios socioeconómicos, Bogotá, Carlos Valencia Editores,
1984, p. 25.
19
Ibíd., 27.
*
Cursiva en el original
20
Ibíd., 48.

5
colaboración y ánimo de Leopoldo Zea decidió hacer un estudio sobre las ideas en el siglo
XIX colombiano. Aunque su investigación fue hecha en los sesentas no se pudo publicar
hasta 1982, sin embargo eso no fue impedimento para que otros autores la conocieran antes
de la fecha. El libro se titula El pensamiento colombiano en el siglo XIX allí Jaramillo
abarca desde los pensadores preindependencia, pasando por los liberales, conservadores y
románticos; estudia tanto las fuentes que estudiaron algunos pensadores colombianos, como
sus obras y las ideas que imperaban en el mundo. Este es un estudio muy completo puesto
que estudia a los pensadores en su evolución individual, dentro de los sistemas en los que
se inscriben y también la evolución misma de esos sistemas. *
Un estudio clásico sobre el liberalismo es el de Gerardo Molina Las ideas liberales en
Colombia 1849-1914, allí hace algunas menciones a Murillo. Molina se dedica a
profundizar sobre las ideas fundamentales que ha abanderado el partido liberal, por eso la
delimitación cronológica pues inicia un año después de formado el partido y termina en el
gobierno de José Vicente Concha uno de los conservadores ultramontanos del país. El
estudio de Molina queda incompleto pues no profundiza en las fuentes de ese liberalismo,
no tiene en cuenta la herencia de los pensadores anteriores a 1848 o las rupturas que tuvo el
partido con ellos. Molina juzga demasiado duro a los radicales pues no los entiende desde
su época sino que usa las concepciones de 1970 para medir a los radicales, por esa razón
señala que ellos no pensaron en los riesgos que implicaba el libre comercio pues se imponía
una nueva forma de colonialismo al convertir al país en productor de materias primas para
las potencias; este es uno de los principales planteamientos de la teoría cepalina de la
dependencia tan conocida por los intelectuales de los setentas pero no por los radicales del
siglo XIX. Los radicales confiaban en el libre comercio porque consideraban a todas las
naciones como iguales aunque unas tuvieran un mejor desempeño económico, para ellos la
meta era alcanzar ese desempeño económico a través de los recursos propios del país que
en ese tiempo era la exportación de materias primas.
Finalmente se encuentra el trabajo hecho por varios académicos de la Universidad Nacional
de Colombia y editado por el profesor Rubén Sierra Mejía titulado El radicalismo
colombiano del siglo XIX, los ponentes se distinguen por sus distintas posiciones
académicas y políticas lo cual enriquece el estudio del radicalismo que no sólo es visto
desde sus ideas políticas sino también desde sus prácticas literarias, desde las relaciones
iconográficas con las personas de su época, desde las visiones de género, desde la historia
de la educación, entre otras.

Manuel Murillo Toro


Nació en Chaparral, Tolima en 1816 es decir, hace parte de la generación
postindependencia que no tuvo nada que ver en las guerras libradas contra Morillo, que
apenas pudo conocer la práctica política de Santander, que se enteró de oídas de las hazañas
y errores de Bolívar y que vivenció las ataduras de la herencia colonial.
Estudio leyes en Bogotá por lo que se puede deducir que conoció a Bentham, durante el
gobierno de Santander se decretó la difusión y estudio del jurista inglés. Jaramillo Uribe
*
Aunque en ese tiempo los trabajos de Koselleck apenas se empezaban a desarrollar, la forma como Jaramillo
abarca el estudio del pensamiento colombiano recuerda los planteamientos que hace el alemán en su libro Los
estratos del tiempo. Koselleck identifica tres estratos el primero que se limita a la vida biológica del
individuo, el segundo abarca las generaciones y el tercero el que los supera a ambos está antes de ellos y
continúa después de ellos. Koselleck, Reinhart. Los estratos del tiempo: estudios sobre la historia, Barcelona,
Paidos, 2001.

6
señala que “el benthamismo, como doctrina filosófica, era sólo uno de los aspectos de la
tendencia del espíritu moderno hacia la investigación de la naturaleza, a la observación de
los hechos como base de la elaboración de la ciencia, sea esta natural o de la sociedad, y
una expresión del deseo de entrar en contacto con la realidad política” 21 , se puede entender
el interés por la ciencia cuando se va hacía atrás en la historia del pensamiento de los
granadinos pues a finales del siglo XVIII floreció la corriente de criollos interesados en los
desarrollos científicos del mundo, que aprendieron distintas disciplinas e hicieron varios
estudios científicos del país pensando que así encontrarían el mejor camino para el
desarrollo de la Nueva Granada.
Según Jaramillo Bentham no era demócrata, creía en la ética burguesa y tenía una visión
racionalista del derecho pues no aceptaba la existencia de los derechos naturales del
individuo porque los derechos eran dados por un Estado, no aceptaba la soberanía popular y
no reconocía límites a la acción del Estado, tampoco aceptaba la noción de laissez faire “si
alguna vez acepto el laissez faire en economía, lo hizo contrariando los principios mismos
de su sistema, pues no había razón para pensar que en el campo de la conducta económica
los intereses del hombre podían equilibrarse espontáneamente y llegar por sí mismos a la
armonía, mientras se presuponía que por otros aspectos eran naturalmente inarmónicos y el
equilibrio debía imponerlo la ley del Estado” 22 .
Aunque Murillo participó de la guerra de 1840-1841 estaba muy alejado de las ideas que
tuvieron los militares de las guerras de independencia que creían que su deber debía ser
reconocido con la adjudicación de tierras. Sus ideas sobre la guerra son poco conocidas
pues son pocos los escritos que dedicó al tema pero siempre mantuvo reservas ante la
autoridad militar y los caudillos, esto se puede notar en los comentarios despectivos que
hace de Bolívar y Mosquera.
Un hecho que se debe resaltar de la vida pública de Murillo es su asignación como
embajador en Estados Unidos lo cual le permitió vivenciar los cambios que allí se estaban
dando. Su carrera diplomática en este país le permitió conocer la forma de organización
federal en su mejor funcionamiento y las ventajas de la libertad de cultos, también lo
deslumbró el avance económico del país y lo relacionó con su sistema político federal y
parlamentario.
Como Secretario de Hacienda del gobierno de José Hilario López mostró sus convicciones
sobre la mejor forma de llevar al país por el camino del avance económico. Su primer año
de gestiones (1850) conoció la abolición del monopolio sobre el tabaco y por eso pugnó por
la abolición de los monopolios que aún se mantenían. Murillo estuvo tres años en este cargo
y tuvo fuertes enfrentamientos con el presidente por su posición frente a la tenencia de
tierras, para Murillo la propiedad debía ser limitada y “José Hilario López se oponía a las
propuestas de Murillo Toro, porque los baldíos servían para recompensar a los oficiales del
ejército y eran base también del crédito público” 23 . También se ganó mucha oposición por
el intento de imponer un impuesto gradual y directo que acabara con todos los impuestos
indirectos coloniales.
Su primera experiencia como gobernante la tuvo en el Estado de Santander en 1857, según
Johnson él aplicó toda la utopía radical y el laissez faire durante este gobierno. Las medidas

21
Jaramillo, Op. Cit., 136.
22
Ibíd., p. 137.
23
Kalmanovitz, Salomón. La idea federal en Colombia durante el siglo XIX, en: Sierra Mejía, Rubén (ed.).
El radicalismo colombiano del siglo XIX, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 2006, p. 101.

7
tomadas fueron la aplicación de impuesto gradual y directo tomando como base gravable la
declaración de cada individuo, como no funcionó tuvo que aumentar la burocracia estatal
para que esta fijara las declaraciones, finalmente el impuesto cayó con el levantamiento de
los conservadores en 1860. 24 Más allá del impuesto hay que ver los objetivos que tenía
Murillo al imponerlo, el primero era que quien necesitaba la protección del Estado la debía
pagar y el segundo llevar gradualmente hacia una mayor igualdad social. Este segundo
objetivo muestra como Murillo no confiaba en el principio que los intereses individuales
redundan en el beneficio de todos y por tanto el Estado debía intervenir para garantizar el
bienestar de la sociedad. Pero por otro lado “la idea del «dejad hacer» que Murillo Toro no
aceptaba en el nivel social fue la guía de su política de construcción de vías de
comunicación” 25 y no sólo de vías sino de educación, Johnson señala que se dejó en manos
de los particulares la construcción y manejo de escuelas; esta decisión le costó a Santander
el atrasó en vías de comunicación y un bajo nivel de educación que sólo iba ser superado en
1870.
Finalmente la carrera pública de Murillo alcanzó la presidencia entre 1864-1866 y 1872-
1874. Sus administraciones son poco conocidas y estudiadas, la primera se da un año
después de la convención de Rionegro (en la que no participó), de esta convención salió la
Constitución de 1863 en la que se limita el poder ejecutivo y se crean los Estados Unidos
de Colombia adoptando el sistema federalista; desde ese momento el gobierno estará en
manos de los radicales. El segundo período se encuentra enmarcado en la etapa conocida
como el Olimpo Radical en el cual las reformas económicas, educativas, sociales y políticas
más extremadamente radicales fueron aplicadas.
Como se señaló anteriormente durante sus estudios de leyes Murillo tuvo acercamientos al
utilitarismo de Bentham, es bastante difícil conocer cuáles fueron las fuentes que Murillo
estudio puesto que en sus escritos no las nombra. Es a través de los planteamientos de
Gerardo Molina y Jaime Jaramillo que se pueden conocer las fuentes comunes de los
radicales.
Molina señala lo siguiente: “La suerte quiso que la generación rebelde de mitad del siglo
recibiera simultáneamente dos mensajes, contradictorios en muchos aspectos. Si el de 1789
era individualista, si partía de la base de que el hombre es titular de derechos
imprescriptibles y de que en la sociedad rige un orden natural que deja al Estado sin tareas,
si él estaba bañado en un optimismo incurable pues creía en el progreso indefinido, ahora,
en 1849, llegaban ecos de acontecimientos rebosantes de esencias comunitarias, porque ya
el viejo mundo conocía los rigores del capitalismo, con su séquito de crisis periódicas y de
protestas de los desamparados” 26 . Se podría pensar que la generación de liberales que tuvo
noticias sobre las revoluciones europeas de 1848 criticó y reformó las nociones del
liberalismo que conocían de la economía, sin embargo no todos hicieron este proceso.
Murillo fue uno de esos jóvenes expuestos a las críticas al liberalismo económico que
mostraban cómo muchos no eran participes de los avances económicos de sus países, pero
distinto a lo que cree Molina la influencia de los revolucionarios no llegó directamente de
Saint-Simon, Fourier o Proudhon sino a través de Víctor Hugo y los literatos románticos
que se traducían y daban a conocer por entregas en los periódicos de la época, luego sí se

24
La información completa sobre el impuesto y la rebelión se encuentra en Johnson, Op. Cit.
25
Kalmanovitz, Op. Cit., p. 109.
26
Molina, Gerardo. Las ideas liberales en Colombia 1849-1914, Bogotá, Universidad Nacional de Colombia,
1970, p. 18.

8
conocerán las obras de los socialistas utópicos, lo cual no implica un distanciamiento del
pensamiento francés sino al contrario un nuevo acercamiento, según Jaramillo: “Los años
comprendidos entre 1850 y 1870, que verán surgir en la Nueva Granada una frondosa
literatura política de carácter radical romántico y utópico, están marcados por una
ascendente influencia francesa en la cultura nacional” 27
La influencia de esta literatura llevó al uso de nuevos conceptos y palabras, las viejas
palabras se cargaron de nuevas significaciones “palabras cargadas de electricidad como
«pueblo», «los oprimidos», «humanidad», entraban en el vocabulario cotidiano para no
abandonarlo más” 28 , su cotidianidad es el pasó de la política a lo político a esas preguntas
que se hace la sociedad sobre sí misma pues un amplio sector de los nacionales se acercó al
estudio de estos autores y estas nociones a través de las Sociedades Democráticas de
Artesanos, allí los artesanos sentían como la teoría se hacía realidad en sus vidas y cómo
esas teorías abrían caminos para solucionar sus problemas por lo que autores como
Proudhon y su sociedad de pequeños propietarios debieron tener mucha acogida.
En el nivel del liberalismo económico sólo se sabe que los radicales leían al francés Say
quien creía que el desarrollo mercantil impedía una crisis de superproducción y se acogía a
los principios propuestos por Smith 29 .

Laissez faire y Murillo


Antes de dedicarme a los que escribió Murillo sobre laissez faire es necesario hacer varias
aclaraciones. En primer lugar es necesario conocer el concepto como se define hoy y
establecer las diferencias con el que se conocía en el siglo XIX, luego es importante
ubicarlo en una red de conceptos con los que tiene relación y finalmente ver cómo lo
entiende Murillo de acuerdo con esa red de conceptos.
La Enciclopedia Británica define laissez faire como:
(French: “allow to do”), policy based on a minimum of govermental interference in the
economic affairs of individuals and society. The origin of the term is uncertain, but it is
usually associated with the economist known as physiocrats, who flourished in France
about 1756 to 1778 [...].
The pervading theory of the 19th century was that the individual, pusuing his own desired
ends, would thereby achieve the best results for the society of which he was a part. The
function of the state was to maintain order and security and to avoid interference with the
initiative of the individual in pursuit of his own desired goals. 30
Esta definición permite conocer varias cosas del desarrollo del concepto en primer lugar se
trata de un galicismo que desde el mismo siglo XIX fue difundido por todo el mundo; este
galicismo traduce dos palabras “allow to do” o “dejar hacer”, es decir el concepto se
adhiere a dos verbos que forman una expresión. La definición actual del concepto lo limita
a los asuntos económicos y se puede preguntar por qué pues la expresión dejar hacer se
puede conectar a varios elementos ¿dejar hacer qué, a quién?, se puede dejar hacer
política, industria, atentados… a alguien o a algunos, pero la expresión me limita a los
asuntos económicos. Inmediatamente la respuesta es dada, se encuadra el concepto en su
contexto de aparición los fisiócratas franceses, una escuela económica. Pero luego muestra

27
Jaramillo, Op. Cit., p. 158.
28
Molina, Op. Cit., p. 50.
29
El único autor que hace referencia a las fuentes económicas del liberalismo conocido por los radicales es
Johnson, Op. Cit.
30
Enciclopædia Británica, Volume 7, Chicago, 1998, p. 106.

9
el concepto predominante en el siglo XIX en el que no es explicita la delimitación
económica del concepto pues muestra que el desarrollo de los deseos individuales de un
individuo puede lograr buenos resultados a la sociedad, en esa medida el Estado se debe
limitar a garantizar la seguridad y el orden pero no el bienestar porque este puede ser
logrado por las acciones de los individuos.
Mi noción de laissez faire era la misma que la definida en la enciclopedia Británica, la veía
como una política en la cual el gobierno tenía poca intervención en los asuntos económicos;
esta noción está completamente ligada al Estado mínimo neoliberal en el que vivo y del que
tanto se ha estudiado en las dos últimas décadas, si me acercaba con esta noción tan
limitada al estudio del pensamiento de Murillo tal vez no habría encontrado la red de
conceptos en la que se encuentra envuelta.
En los diccionarios del siglo XIX de la Real Academia Española no se encuentra definición
de laissez faire o dejar hacer, por eso es necesario encadenar esa expresión con otros
conceptos con los que se relaciona.
Antes de dar a conocer la red de conceptos es necesario acercarse a la fuente más citada en
la “cuestión” del laissez faire el economista clásico Adam Smith que marcaría el
pensamiento económico mundial durante todo el siglo XIX. En su famosa Investigación
sobre la riqueza de las naciones él afirma lo siguiente:
[…] cada individuo en particular pone todo su cuidado en buscar el medio más oportuno de
emplear con mayor ventaja el capital que puede disponer. Lo que desde luego se propone es
su propio interés, no el de la sociedad en común; pero estos mismos esfuerzos hacia su
propia ventaja le inclinan a preferir, sin premeditación suya, el empleo más útil a la
sociedad como tal. 31
[…]cuando prefiere la industria doméstica a la extranjera, sólo medita su propia seguridad,
y cuando dirige la primera de forma que su producto sea el mayor valor posible, sólo piensa
en su ganancia propia; pero en este y en otros muchos casos es conducido, como por una
mano invisible, a promover ese fin que nunca tuvo parte en su intención. 32
[…] Cuál sea la especie de industria doméstica más interesante para el empleo de ese
capital, y cuyo producto puede ser probablemente de más valor, podrá juzgarlo mejor un
individuo interesado que un ministro que gobierna una nación. 33
Como se puede ver en estos apartes del texto de Smith en ninguno se hace referencia al
laissez faire o dejar hacer, sin embargo son muestras de la definición que hace la
enciclopedia británica para el siglo XIX. Ambos verbos existían en el lenguaje cotidiano de
los franceses, ingleses o españoles del siglo XVIII, la expresión que forman ambos también
existía; sin embargo es un neologismo en el sentido que señala Koselleck 34 pues es un
concepto nuevo y además cargado de novedad, provoca novedad. La novedad que provoca
es la nueva visión de la sociedad conformada por individuos y no por cuerpos; esos
individuos actúan siguiendo sus intereses y no los de una colectividad, autoridad o
divinidad; esos intereses redundan en el beneficio de la sociedad y el bienestar ya no es
alcanzado por la acción del monarca o de Dios; y finalmente el gobierno (sea del tipo que
sea) no debe entrometerse en la acción de los individuos pues NO TIENE el suficiente
conocimiento sobre los intereses de la nación. Como esa sociedad aún no existe debe

31
Smith, Op. Cit., p. 189.
32
Ibíd., p. 191.
33
Ibíd., p. 191 y 192.
34
Koselleck, Reinhart. Historia conceptual e historia social, en: Op.Cit.

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formarse en el futuro más inmediato y perfeccionarse en el largo plazo, ahí estaría el
“horizonte de expectativas” que ha abierto este nuevo concepto.
Como se puede ver aunque el concepto haya nacido con una connotación económica tiene
cargado tras de sí una concepción de la sociedad, esa concepción se fundamenta en el
individuo concepto que también adquiriría una nueva significación.
Según Javier Fernández en España aparece un nuevo concepto de individualismo que se
relaciona con el neologismo egoísmo, el individualismo fue tomado por todas las corrientes
políticas. Individualismo se entiende de dos formas distintas “El primero, herencia del siglo
XVIII, deriva de una idea abstracta de individuo que constituye la base de la política
moderna y se asocia a la lucha del liberalismo por la universalización de ciertos derechos y
libertades consideradas intangibles (el individuo es aquí entendido como sujeto de derechos
y átomo social)” 35 , desde este concepto se puede remitir a una noción de igualdad; el otro
concepto es el que toma al individuo como ciudadano que hace parte de una nación y tiene
participación en el poder público.
De allí se va a dividir en dos el concepto de libertad la libertad civil del individuo y la
libertad política del ciudadano. La primera se puede ver en “un radical demócrata como
Sixto Cámara [que] no se aparta mucho del de un Stuart Mill […]:«Por libertad del hombre
entiendo yo que el individuo se halle desembarazado en la vida práctica para emplear todos
los recursos naturales en la conservación y desarrollo de su propio ser. Que pueda ocuparse
en las funciones sociales más conformes con sus inclinaciones, obtener la justa recompensa
de ellas, e invertirla en lo que tenga por más conveniente.” 36
De los conceptos hasta ahora señalados se puede deducir una visión positiva del egoísmo
como la de Smith o Cámara que ven en el desarrollo de los intereses individuales un
beneficio propio y de los demás; pero el egoísmo va a tener una connotación negativa que
será más importante y que se limitaría al simple desarrollo de cada quien sin pensar las
consecuencias que sus actos puedan tener en la sociedad.
Las afirmaciones de Smith dejan claro que el gobierno no es el más apto para intervenir en
asuntos de industria, pero luego la poca intervención gubernamental se va a extender a
todas las instituciones del Estado y la industria se va a convertir en los asuntos económicos.
Entonces el Estado juega un papel fundamental en la noción de laissez faire pues se trata de
limitar sus funciones para que no intervenga en los intereses del individuo.
Hasta el momento en la red de conceptos tenemos individuo, individualismo, egoísmo,
libertad y Estado, Murillo en sus escritos va a agregar otros tres propiedad, democracia e
igualdad. Estos tres conceptos hacen parte de la crítica y solución que Murillo va a hacer y
dar a la noción de laissez faire.
En el primer informe presentado como Secretario de Hacienda en 1850 inicia con la
siguiente frase “estáis resueltos a ocuparos con patriotismo y lógica en dictar las medidas
conducentes a su mejoramiento [el de la nación]” 37 , lo cual muestra como el
intervencionismo hacía parte de su pensamiento desde muy temprano. Sin embargo más
adelante dice: “aquí todo está por crear, y basta que la libertad proteja la industria para que
desenvolviéndose la riqueza nacional, aparezcan nuevos y fecundos recursos para el
tesoro” 38 , puede parecer que Murillo creyera en la acción de la mano invisible de la que

35
Fernández, Op. Cit., p. 372.
36
Ibíd., p. 436.
37
Murillo Toro, Manuel. Escritos Económicos, Bogotá, Editorial Incunables, 1985, p. 5.
38
Murillo, Op. Cit., p. 6.

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habla Smith y en realidad ocurre así pues en ese momento el Estado no podía hacerse cargo
del desarrollo de la industria porque lo aquejaban las deudas contraídas durante las guerras
de independencia, así que su función era garantizar la paz y abolir los monopolios para que
los individuos pudieran desarrollar la industria. Esto no significa que el Estado deje la
industria abandonada, Murillo sugiere en su informe de 1852 que este debe ayudar en el
mantenimiento de la industria:
[…] para que aquí la industria pueda marchar, para que pueda entrar en el movimiento
general del mundo, para que pueda tomar parte en la concurrencia, aparecer en los
mercados, es preciso que se la exonere de toda traba y todo gravamen; la más pequeña
dificultad, el más pequeño impuesto la amedrentan, la anonadan, la matan; es preciso que
por lo menos hasta que haya cobrado bastantes fuerzas, se la deje libre, enteramente libre en
todos sus actos, y se auxilie en cuanto sea posible; de otro modo el país no puede rehacerse
de la postración, de la especie de parálisis en qué se halla, y de que apenas empieza a salir. 39
Murillo confiaba en que el desarrollo industrial individual podía terminar en el beneficio de
toda la nación pero creía que en las condiciones del país se hacía necesario el auxilio
estatal, era una posición conciliadora debido a las circunstancias pues el Estado no podía
sacar avante la industria y por tanto había que animar el interés individual y dado el caso
auxiliarlo.
Sin embargo en el mismo informe cae en una contradicción frente a la libertad industrial
pues atacando el laissez faire para defender a los desprotegidos termina atacando la misma
libertad industrial:
[…] de esas leyes que no han provisto a la subsistencia segura de la mayoría trabajadora y
sufrida, y la han entregado indolentemente a la despiadada codicia de los más fuertes, de los
más ventajosamente situados para sacar provecho del dejar hacer, del dejar pasar, de lo que
se ha llamado la concurrencia libre, cuando ya unos pocos se habían adueñado del teatro en
que debe representarse la farsa de libertad industrial. 40
No estoy cayendo en la mitología de la coherencia de la que habla Skinner pues esta trata
de dar coherencia a todo el pensamiento del autor, la contradicción que presento la hizo
Murillo en el mismo informe en el que decía que había que dejar a la industria marchar
libremente. Hay una explicación a esta contradicción, para Murillo la base de la industria
del país estaba en la tierra y la alta concentración de esta limitaba el desarrollo de esa
industria, por tanto él identificaba la concentración de tierras con la libertad que había
reinado sobre la propiedad y había dejado a muchos en la pobreza allí tenía que intervenir
el Estado para garantizar una equitativa distribución de la tierra.
Pero en el nivel político sí era necesario que los individuos actuaran libremente pues era la
única forma de contener el autoritarismo ejercido desde el ejecutivo. En su escritos sobre la
Reforma Constitucional propone “la organización de un gobierno que concilie la libertad
con el orden, la justicia con el desenvolvimiento progresivo de las facultades físicas y
morales del individuo” 41 . Pugnaba por el sufragio universal señalando que: “Proclamando
la República como la ley o el régimen que ha de constituir nuestra existencia política,
hemos proclamado el principio de libertad y de autocracia individual; o lo que es lo mismo:
el derecho de cada uno a ser el regulador exclusivo de sus acciones, su propio legislador, su

39
Ibíd., p. 81.
40
Ibíd., p. 101.
41
Murillo, La Reforma Constitucional, Gaceta Mercantil, No. 57, Santa Marta, 1848, en: Obras Selectas,
Bogotá, Cámara de Representantes, 1979, p. 55.

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soberano; y hemos consagrado como el primero de nuestros dogmas que el mejor juez de
los intereses propios es el individuo mismo.” 42
Ese mismo camino seguiría para defender el federalismo pues creía que sólo las regiones
eran las mejores conocedoras de sus necesidades, y al tiempo se descentralizaba el gobierno
conteniendo el ejecutivo, refiriéndose a Inglaterra y Estados Unidos afirma: “allí las
asambleas no pueden abusar ni tiranizar, como sí lo ha hecho en Francia y España y lo hace
constantemente en Suramérica, el Poder Ejecutivo, porque en estos países no se ha llegado
a realizar la descentralización administrativa, y porque no se ha sabido ni procurado crear y
robustecer la soberanía individual que son los verdaderos contrapesos del Poder general.” 43
Murillo era conciente de los peligros que podía tener el sufragio universal para su partido,
por eso en su máximo escrito Dejad Hacer señala que este sólo es posible cuando la
mayoría de los individuos tienen propiedad. Pero antes de pasar al análisis de este escrito es
necesario retomar a Skinner y su teoría del significado que tienen los actos de
comunicación para su autor: “It is equivalent, that is, to being able to say that he or she
must have meant * the work as ** an attack on, or a defence of, as a criticism of, or as a
contribution to, some particular attitude or line of argument, and so on.” 44
Los anteriores actos de comunicación se dividen en dos, los informes como Secretario de
Hacienda y los artículos de periódicos; en los primeros el autor está tratando de persuadir al
Congreso para que aprueben sus medidas económicas, al tiempo que hace una defensa de lo
que él cree es el correcto manejo de la economía; en los segundos sienta una posición frente
a temas de actualidad nacional y trata de persuadir a otros para que defiendan esa posición.
El artículo Dejad Hacer apareció en el Neogranadino en 1853 y es una crítica a un artículo
que Miguel Samper hace en defensa de la “doctrina egoísta y funesta preconizada por Juan
Bautista Say” 45 , esta frase con la que Murillo abre su artículo muestra como la visión
negativa del egoísmo está conectada con lo que entiende Murillo por laissez faire. Su
definición de laissez faire es muy clara, para él es lo mismo que “dejad robar, dejad
oprimir, dejad a los Lobos devorar a los Corderos” 46 .
Como señalaba anteriormente para Murillo el sufragio universal sólo es posible por una
equitativa distribución de la tierra pues “¿Qué quiere decir el sufragio universal y directo,
aunque sea secreto, en una sociedad en que de cada mil individuos votantes 199 no tienen
la subsistencia asegurada y dependen por ello de uno sólo?” 47 Para él la democracia se
basaba en la soberanía del individuo lo cual no era posible cuando este dependía de otro,
por eso era necesario hacer las reformas que fueran necesarias para garantizar la igualdad
social.
Le reclama a Samper que después de haber escrito un artículo sobre la situación de
dependencia en que se encuentran los trabajadores de Ambalema ahora defienda a Say y
sus seguidores. Murillo afirma que en este país sólo hay un pueblo agricultor y no más,
esta es la base de la industria y la gran propiedad es el limite al desarrollo de esta: “Para mí
el mal viene del modo como está constituida la propiedad territorial; ese es el hecho

42
Murillo, El Sufragio Universal, El Tiempo, No. 39, 1855, en: Op. Cit., p. 90.
43
Murillo, Informe sobre el proyecto de la Constitución Federal, 1855, en: Ibíd., p. 294.
*
Cursiva en el original.
**
Cursiva en el original.
44
Skinner, Op. Cit., p. 100.
45
Murillo, Dejad Hacer, El Neogranadino, 15 de Octubre de 1853, en: Op. Cit., p.69.
46
Ibíd., p. 69.
47
Ibíd., p. 70.

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generador que con la doctrina del dejar hacer, está agravando esta deformidad social,
haciendo estériles los progresos de la industria y de la civilización. Es pues preciso afrontar
la cuestión no hay que tener miedo, y ahora que se trata de reformas es preciso acometerlas
todas” 48

Conclusión
La anterior exposición muestra cuan difícil es clasificar el pensamiento de un autor en una
u otra corriente de pensamiento, cuando se muestra a Murillo Toro como el símbolo del
radicalismo liberal se tiende a pensar que era un fiel seguidor y practicante del laissez faire,
pero como se demuestra su posición era moderada entre permitir el libre desarrollo de los
individuos para ir hacia el avance económico del país e intervenir en el momento que las
acciones individuales fallaran o necesitaran auxilio.
Pero este no es el caso particular de Murillo pues en los dos países que él admiraba
Inglaterra y Estados Unidos no hubo alguien capaz de aplicar en su forma pura el laissez
faire. El mismo Smith cree que en algunos casos la intervención del Estado en las
actividades de los individuos es necesaria para que el avance económico del país no esté en
peligro.
Como Murillo lo decía en este país está todo por hacer pero el Estado se encuentra
endeudado para emprender la gran tarea de sacar adelante el desarrollo industrial, por eso
fue mejor entregar el manejo del monopolio del tabaco a manos privadas. Sin embargo la
entrega a manos privadas agravó la concentración de la tierra y provocó el surgimiento de
una población que sólo tenía su trabajo para sobrevivir; Murillo consideraba la situación de
dependencia muy peligrosa para la democracia por eso el Estado debía tomar medidas que
garantizaran la igualdad social.
Retomando los análisis que se han hecho del pensamiento de Murillo caigo en lugares
comunes con Eastman y Molina. Eastman en el prólogo a las Obras Selectas señala que
“Murillo había sostenido tesis que, si no eran en un todo las del laissez faire, guardaban con
ellas serias aproximaciones” 49 , como se ha mostrado Murillo acudía al libre desarrollo de la
industria particular como medio de avance del país por eso dejó las vías y la educación de
Santander en manos de los individuos; pero esto no era impedimento para que tratara de
hacer una reforma a la propiedad de la tierra e impusiera un impuesto que buscaba la
igualdad.
Estas razones llevan a Molina a afirmar que Murillo tenía dos dimensiones la de reformador
económico y social, y la de guardián de las libertades individuales. Esas dimensiones han
llevado a algunos como Johnson a diseccionar el pensamiento de Murillo para organizarlo
en unas etapas que cambian de acuerdo con los momentos de su vida, pero Murillo
mantuvo esas nociones fundamentales durante toda su vida pública y si unas resaltaban más
en un momento que en otro era porque él sentía que en ese momento esa sería la mejor
decisión para el país.
Finalmente es necesario resaltar que Molina ha acertado cuando afirma que el pensamiento
de Murillo es bastante complejo pues se movía entre la teoría y la realidad del país, por
tanto no ha sido fácil comprenderlo, ni siquiera los contemporáneos lograron hacerlo.

48
Murillo, Op. Cit., p. 75.
49
Murillo, Op. Cit., p. 11.

14
Fuentes primarias:
Murillo Toro, Manuel. Escritos Económicos, Bogotá, Editorial Incunables, 1985.
----, Obras Selectas, Bogotá, Cámara de Representantes, 1979.
Smith, Adam. La riqueza de las naciones, Tomo II, Barcelona, Folio, 1996.

Bibliografía:
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Liberal, 1979.
Enciclopædia Británica, Volume 7, Chicago, 1998.
Fernández Sebastián, Javier, y Fuentes, Juan Francisco (dirs.). Diccionario político y social
del siglo XIX español, Madrid, Alianza, 2002.
Jaramillo Uribe, Jaime. El pensamiento colombiano en el siglo XIX, Bogotá, Temis, 1982.
Johnson, David Church. Santander siglo XIX cambios socioeconómicos, Bogotá, Carlos
Valencia Editores, 1984.
Koselleck, Reinhart. Futuro pasado, Barcelona, Paidos, 1993.
---. Los estratos del tiempo: estudios sobre la historia, Barcelona, Paidos, 2001.
Molina, Gerardo. Las ideas liberales en Colombia 1849-1914, Bogotá, Universidad
Nacional de Colombia, 1970.
Pocock, Politics, language and time, Chicago; London, Teh University of Chicago Press,
1989.
Rosanvallon, Pierre. Hacer la historia de lo político, en: Memoria y Sociedad, Vol. 10, No.
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---, Por una historia conceptual de los político, México DF., Fondo de Cultura Económica,
2006.
Sierra Mejía, Rubén (ed.). El radicalismo colombiano del siglo XIX, Bogotá, Universidad
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Zea, Leopoldo. El positivismo en México: nacimiento, apogeo y decadencia, México DF.,
Fondo de Cultura Económica, 1968.
http://buscon.rae.es/draeI/srvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=ideologia

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