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Lucha contra los insectos biblisfagos en las Bibliotecas de Catalufia por el Profesor GARCIA DEL CID OZ = transcurtido ya desde que, por mediacién de que- ridisimos profesores, recibimos el honroso encargo de estudiar los estragos que causaban los insectos en la Biblioteca de la Univer- sidad de Barcelona, proponiendo, ademés, los medios de lucha més idéneos para acabar con ellos. Comunicamos un resumen de nuestras observaciones al IV Con- greso Internacional de Entomologia, apareciendo en sus actas en 1940. No obstante, nos ha parecido conveniente redactar otra nota més extensa para complacer a los bibliotecarios que asi nos lo han pedido. Los insectos que viven en los libros, a expensas del papel y de todas las substancias que se utilizan para fabricarlos, son conocidos de antiguo y su néimero és muy elevado. La Micrographia de R. Hooke, aparecida en Londres en. 1665, es el trabajo més antiguo que hemos podido hallar sobre esta cuestién. De tan curiosa obra reproducimos un grabado (figura 8) que representa al conocido tisanuro Lepisma saccharina, frecuente en todas partes donde éxistan papeles abando- nados, al cual se da en ella el arbitrario nombre de gusano de los libros. El mencionado grabado hillase reproducido en el optisculo «Les ennemies des livres» impreso en Lién en 1879, bajo el pseud6- nimo de «Un Bibliophile» (3). Es curioso sefialar que el autor dedica paginas enteras de su libro a Lepisma saccharina, designandole con este mismo nombre cientifico a pesar de lo cual, cuando lo reproduce en el grabado, ignora que se trata del mismo insecto al que ha llamado hasta entonces, «gusano de los libros», Esta curiosa anomalia y muchas otras incorrecciones que se advierten en la mencionada obra, no tienen nada de sorprendente si tenemos en cuenta que el autor no es un naturalista, sino un biblidfilo. 292 ANALES Sucede lo mismo con otro autor mucho mas conocido por los que han estudiado esta cuestién. Nos referimos a William Blades (4) quien nos legé bajo el titulo «Les livres et leurs enemies» un estimable trabajo que,se publicé, traducido al francés, en 1883. Nos habla Blades del invisum pecus también Mamado pestis chartarum, animal invisible y misterioso, conocido por sus estragos y que, segin el autor, viene siendo objeto de observaciones e investigaciones racionales a partir de la primera mitad del siglo xvii. Afirma también Blades que este animal habfa constituido una seria plaga, pero que hace ya cincuenta afios (escribe en 1883) que ha dejado de serlo debido al cuidado con que se tratan los libros viejos, cuyo valor aumenta de dia en dia, ast como al hecho de qite ya no se hacen tantos. libros comestibles para sus enemigos; es decir, impresos sobre papel muy rico en celulosa, glicido que buscan los insectos como una verdadera golosina. Blades recomendaba a los entomélogos que estudiasen urgentemente la cues- tién por considerar que, en otro caso, hallarian agotado el material de estudio. Medio siglo después de publicadas las optimistas palabras del autor inglés, comenzaron nuestras observaciones y no tenemos temor de que legue a faltamos material de estudio EI primer hallazgo de valor cientifico referente a insectos biblié- fagos, lo hizo Frisch, en 1721, en Berlin, al aislar la larva de uno de los més temibles entre ellos, Anobium paniceum, nutriéndola con pan seco. La plaga debié de extenderse por las bibliotecas puesto que; en 1774, Ia Academia de Ciencias de Gottinga, deseosa de emprender la lucha contra los insectos que invadian su biblioteca, anuncié un con- curso para premiar el mejor trabajo sobre este problema, No dié el concurso resultado alguno y en 1842 se convocé de nuevo por la Sociedad de Bibliéfilos de Mons, en Bélgica, con resultado igualmente negativo. Cinco afios después, Quatrefages (20) ponia de relieve la necesidad de plantear racionalmente la lucha contra este enemigo de los libros, arrinconando definitivamente los antiguos métodos. Esta llamada fué un gran avance que sirvié de punto de partida para todas las experiencias de laboratorio que culminan en el estudio realizado en el Congreso Internacional de Bibliotecas, en 1900, en Paris, con su correspondiente concurso para premiar el mejor trabajo sobre insec- tos papiricolas. La infecciém de diversas bibliotecas pertenecientes a varios paises, hizo que se intensificasen de nuevo los estudios y hoy podemos afirmar que si bien es cosa resuelta el tratamiento a emplear, la entomologia SECCION DE ORIGINAL 293 aplicada hallaré todavia un buen campo para sus actividades en el tema gtie nos ocupa. No somos nosotros las Gnicas victimas de los insectos bibliéfagos Limiténdonos al tltimo decenio y a una sola nacién, mencionaremos los dafios producidos por los insectos en las bibliotecas italianas de Ja regién de Puglia, en la Universidad de Cagliari, en el Archivo del Estado en Palermo y en muchas otras més de la parte meridional de aquella peninsula y de sus islas adyacentes. Por lo que a Espafia se refiere tenemos datos de serias plagas aparecidas en Galicia y Andalucia y referencias que nos permiten con- siderar como infectadas, en grados de variable intensidad, todas las bibliotecas mediterréneas que conservan gran cantidad de libros anti- guos = En Catalufia adquiere la plaga caracteres endémicos, Dondequiera que se han almacenado libros 0 documentos viejos. han surgido los insectos bibliéfagos ocasionando perjuicios que. como es Iégico, estén en relacién con el cuidado 0 abandono, asi como con las posibilidades de los encargados de cada biblioteca o archivo. En uno de estos tilti- mos, excepcionalmente importante y enclavado en Barcelona, nos ha llamado la atencién el hecho de que los documentos presenten lesio- nes producidas por los andbidos, pero no aparezcan entre los legajos insectos vives en ninguna de sus fases. Segtin parece el fenémeno se debe al celo de un modesto y benemérito subalterno del archivo, ya fallecido, que durante sus largos afios de servicio, dedicé sistemati- camente sus actividades a la limpieza manual de documentos, logrando detener una plaga que hubiera sido funesta en aquel centro. Las Bibliotecas Provinciales, la Universitaria, la del Seminario Conciliar y las pertenecientes a distintas érdenes religiosas, que hemos tenido oportunidad de inspeccionar, todas han pagado crecido tributo a las carcomas. ibliotecas es facil de comprender. Ya hemos dicho que los insectos que atacan a los libros, son endémicos en las costas del Mediterraneo que retinan El mecanismo que determina la infeccién de las las condiciones de temperatura y humedad requeridas por aquéllos para su procreacién. Los insectos pasan a los libros, desde el exterior, debido a la accidental legada de un volumen portador de huevos, larvas o imagos, los cuales, al hallar en la biblioteca un habitat épti- mo, se multiplican répidamente extendiendo la plaga. La celulosa contenida en el papel; la cola utilizada en las encuadernaciones; la cera que se emplea para dar brillo a los cantos de los libros, son 294 ANALES otras tantas causas de atraccién para estos insectos. Merece subrayarse el hecho, repetidament2 comprobado por mi, de que las orugas de os coleépteros bibliéfagos, pese a su pretendido polifagismo, han respetado constantemente los estantes de los armarios donde se encie- rran los libros, si bien es cierto que en la biblioteca mejor estudiada, la estanteria es de cedro y ya se sabe que las maderas excesivamente duras y las arométicas son impropias para alojar insectos La entomofauna bibliéfaga paledrtica cuenta hasta ahora con unas 70 especies distribuidas de este modo: 32 especies de coleép- teros, 4 de ortépteros, 9 de tisanuros, 6 de pseudo-neurépteros, | de * himenépteros, 8 de lepidépteros, 2 de ardcnidos y el resto mal preci- sado. Nosotros hemos encontrado las siguientes: Insectos_perjudiciales (bibliéfagos 0 papirivoros): 4 coledpteros, Nicobium hirtum ( Anthrenus museorum; | psocdptero, Liposcelis divinatorius (fig. 9) y I tisanuro, Lepisma saccharina. ‘Artrépodos titiles (pardsitos de los anteriores): | himenéptero, Scleroderma domestica y | Acaro, Pediculoides ventricosus. Entre los insectos perjudiciales, tan sélo hay dos dignos de es- tudio, en virtud de su abundancia y por hallarse én todas las Biblio- tecas predominando sobre los restantes; son Nicobium hirtum y astaneum), Anobium pusillum, Psoa dubia y Lepisma saccharina; los otros aparecen en cantidades tan insignifi- cantes que no pueden hacer dajio. Con objeto de estudiar el ciclo biolégico de Nicobiam, partimos de su fase ninfal comenzando por colocar varias ninfas en cajas de vidrio en el interior de las cuales y en fecha rigurosamente vigilada, nacieron los imagos. En esta fase, Nicobium ya no come absoluta- mente nada en lo que dura su existencia, fendmeno que determina la curiosa anomalia de que el recién nacido es mas voluminoso que sus congéneres mayores. Las reservas de Iipidos almacenadas en los cuerpos grasos, se consumen durante la vida del insecto, cuyo tamafio disminuye sensiblemente, reduciéndose el peso hasta 50 % del ini- cial. Como observa Janisch (13), la disminucién de peso esta en rela- cién con la que experimenta el abdomen respecto de los élitros; en los Nicobium jévenes puede verse perfectamente un pigidio que so- brepasa la terminacién de los élitros y, poco a poco, puede obser- varse cémo va reduciéndose el abdomen que, cuando el insecto tiene un mes, esta totalmente oculto bajo los élitros (fig. 5). Apenas nacieron, aislamos los imagos en parejas que encerramos junto con restos de los libros donde fueron halladas las larvas. Inme- SECCION DE ORIGINAL 295 diatamente después de nacer comienzan los machos a buscar las hem- bras; cuando encuentran una, la palpan con las antenas que restriegan contra las de su pareja y no tardan en fijar la hembra entre sus patas y colocarse encima de ella. De las numerosas parejas que hemos obser- vado, la mas frigida, practicé la cépula el cuarto dia de su existencia. El acoplamiento es de larga duracién y mientras transcurren las horas que pasan los insectos unidos, su inmovilidad es, absoluta, No falta quién afirma que la cépula se practica en el interior de las galerfas habitadas por el insecto ¢ incluso se ha atribuido a finalidad sexual el ruido que producen con la cabeza golpeando contra la galerfa y que es ha valido el ridiculo nombre de relojes de la muerte, basado en Ja supersticién de que anunciarfan un préximo fallecimiento. Nuestras observaciones, que concuerdan absolutamente con las de otros auto- res, nos permiten afirmar que el acoplamiento tiene: lugar al salir Nicobium de la galeria, cosa que sucede, en Barcelona, durante los meses de abril, mayo.o junio, segtin sea la temperatura. Una vez fecundada inspecciona la hembra el lugar donde se halla, en busca del punto més adecuads para su puesta, con la particularidad de que el canto de los libros parece atraerla mas que el lomo. En condiciones normales, comienza la puesta entre las 48 y 72 horas que siguen a la fecundacién. Al hacerla, emite la hembra un largo ovis- capto con cuyo extremo va explorando los alrededores y busca las hen- diduras de las hojas en las que pone los huevos en grupos poco nume- yosos. El mimero total de huevos que hemos contado, no excede mucho de 2 que considera como puesta media 60 huevos, ni con Wirth (23), que habla de 48. Acaso nuestras observaciones sean poco extensas. Los huevos miden 0,5 mm. en su diémetro mayor; son elipticos, blancos ; no estamos en este punto de acuerdo con Janisch (13), y granulosos y ‘pueden confundirse facilmente con los de otros ané- bidos que hemos observado ; las granulaciones que los cubren serian, para Biichner, grumos de simbiontos que viven en el tubo digestivo de larvas y adultos y son devorados por la larva en cuanto abandona el huevo. Entre los 8 y 15 dias siguientes a la puesta, segiin la temperatura, nace la larva melolontoide tan’ conocida por todos los bibliéfilos que la designan con el nombre de gusano de los libros (fig. 6). Si la infec- cién es primaria, Ja larva marcha sobre el papel hasta que encuentra una solucién de continuidad que aprovecha para practicar la galeria donde tiene que transcutrir su vida; si ya la encuentra hecha, por tratarse de un sitio atacado anteriormente, la contintia en la forma 296 ANALES que permiten apreciar las figuras I, 2, 3 y 4. Las galerfas son cilin- dricas y su diémetro ligeramente superior al de la larva; ésta va comiendo incansable y expulsa los excrementos en forma de pe- quefias masas mezcladas con el polvo deglutido y no absorbido. siendo su color amarillento 0 negruzco, ségiin que el insecto se ali- mente del margen del libro 0 de la’parte impresa. Los excrementos salen en forma de, serrin por la luz de las galerias. La duracién total de la vida larvaria puede fijarse en 34 dias a la temperatura ambiente de los laboratorios y bibliotecas de Bar- celona; al final de este plazo, la larva fabrica un capullo amasado con saliva a expensas del serrin excrementicio; en el interior del capullo, que es de forma eliptica (fig. 7), transcurre la fase de ninfa (figura 6), durante la cual el animal, de color blanco nacarado, per- manece absolutamente inmévil. En las condiciones de temperatura y humedad normales en nuestros laboratorios, la inmovilidad de la ninfa dura unos diez dias, transcurridos los cuales la pigmentacién, iniciada en ojos y mandibulas, va acentudndose, ¢l insecto comienza a moverse, y por tiltimo, perforando el capullo, queda en libertad. Resulta, por consiguiente, que la generacién de primavera re- quiere un periodo de 48 a 65 dias; dos meses por término medio, para cumplir su ciclo evolutivo, lo cual induce a pensar en 3-4 gene. raciones anuales. No obstante, todas las repetidas observaciones que hemos hecho empleando materiales de las més variadas procedencias, nos confirman la seguridad de que, afortunadamente, en nuestros climas y en locales desprovistos de calefaccién, el insecto pasa el invierno en forma larvaria y los contados imagos que resisten la men- cionada estacién, la pasan aletargados, mueren al legar la primavera y no son aptos para reprodueirse nuevamente. Podemos resumir el ciclo de Nicobiam hirtum ‘en la forma si- guiente: : Puesta: Fase de huevo ... ... . ms polis 8-15 dias Eclosién del huevo: Primera fase larvaria (eclosién-primera muda) ... ... 7» Segunda fase larvaria (primera-segunda muda). 8 » Tercera fase larvaria (segunda-tercera muda) . 12 » Cuarta fase larvaria (tercera muda-ninfosis)... ... ... 15» SECCION DE ORIGINAL 297 Ninfosis: Fase de ninfa 10 > Salida dei imago: Tiempo transcurrido entre el nacimiento de las hembras y la puesta ... . ie 4» Si bien las clasicas observaciones de Houlbert, asi como las de Wirth, no estén hechas sobre Nicobium, sino sobre Anobium pani- ceum, consideramos digno de sefalarse el hecho de la menor proli- feracién de nuestra carcoma en relacién con la que ellos han estu- diado, fenémeno todavia més interesante si tenemos en cuenta la gran afinidad de ambos andbidos, asf como la analogia climética entre las regiones comparadas, Houlbert (12). de acuerdo con las expe- riencias de Janisch (13), establece un promedio de 60 huevos para cada puesta y calcula que la mitad de ellos originan hembras. El primero de los entomélogos mencionados ha observado, en Francia, 4 gene- raciones, lo cual nos da esta pavorosa proporcién: primera genera- cién, 30 hembras; segunda, 30% 30=900; tercera, 900 x 30=27.000, y cuarta, 27,000 x 30=810.000. Estos datos contrastan, afortunadamente, con los 48 huevos que producirian 24 hembras, segtin Wirth. y con Ja veintena que, segtin nuestras observaciones, dan lugar a una docena de hembras anualmente, puesto que no obtenemos més que una gene- racién. Considerando los estragos que nos han producido nuestros anébidos, con tan modesta reproduccién, no puede menos que ad- mirarnos el hecho de que todavia queden libros en las bibliotecas infectadas por insectos tan prolificos como los que ha estudiado Houl- bert. , Es obvio indicar el interés que tendria un estudio escrupuloso de la influencia que ejercen sobre estos insectos las factores abiéticos, pero, para emprenderlo convenientemente, necesitariamos instalacio- nes adecuadas muy costosas que no estén a nuestro alcance. Nues- tras observaciones estan hechas con termémetros instalados en los diversos departamentos y con modestas estufas termoeléctricas que no nos autorizan para presentar resultados precisos; no obstante, po- demos afirmar que la temperatura éptima para el desarrollo de Nico- bium hirtum esté comprendida entre 15° y 30°. Temperaturas infe- riores 0 superiores a las dos mencionadas determinan inmediatamente la suspensién de actividades del insecto, el cual muere a los pocos minutos de encerrérsele en la estufa a una temperatura superior a 298 ANALES los 45°. El grado higrométrico no parece influir gran cosa sobre la vida de estas larvas; las diferencias de humedad existentes entre las diversas salas de las bibliotecas estudiadas, no han ocasionado varia- ciones apreciables, exceptuando el gran desarrollo de Pediculoides ventricosus en los sétanos muy hiimedos. La luz retrasa el ciclo de Nicobium y este insecto esta dotado de un manifiesto fototropismo lad suficiente, determina la muerte de las larvas; en una atmésfera de oxigeno puro su mortalidad ha sido de 90 %. EI segundo insecto que consideramos seriamente perjudicial para nuestras bibliotecas es Lepisma saccharina. Practica sobre el papel erosiones circulares de algtin diémetro que va profundizando cada vez més hasta perforar el papel, dejéndole, como huella imborrable de su ingrata visita, una erosién caracteristica. Cuando Lepisma vive ch libros previamente atacados por Nicobium, como sucede constan- temente en nuestro caso, aprovecha las devastaciones de ests iiltimo para reducir a polvo los restos que deja el coledptero. A nuestro en- tender, es preciso combatir la indiferencia con que suele contem: plarse a Lepisma y perseguirlo como uno de los peores enemigos de los libros. . Los dos insectos que acabamos de mencionar son, como ya he- negativo. Finalmente el oxigeno le es tan perjudicial que, en. can! mos dicho, los que més nos perjudican; entre los demas que hemos hallado y que enumeramos oportinamente, tan sélo tiene interés, por la proporcién que Hega a alcanzar, Liposcelis divinatorius, cono- cido vulgarmente con el nombre de piojo de los libros (fig. 9). Lo hemos encontrado en gran cantidad en todos los lugares habitados por anébidos. En cuanto emprendimos el estudio de las carcomas de los libros hubo de lamarnos la atencién la gran mortalidad que se advierte entre ellas, hasta el punto que sus restos, en cualquiera de las fases del desarrollo del insecto, aparecen en las galerias en cantidad muy superior a la de insectos vivos. Esta observacién, asi como la de restos de alas, patas y antenas, nos hizo pensar inmediatamente en la existencia de enemigos naturales que detienen la propagacién de la carcoma. Repetidas observaciones nos permitieron aislar los dos beneméritos depredadores de carcomas que ya hemos mencio- nado anteriormente y que estudiamos a continuacién. Pediculoides ventricosus (fig. 12) es un conocido dcaro respon- sable de ciertas dermitis pruriginosas poco frecuentes entre nosotros, SECCION DE ORIGINAL 299 pero nada raras en Marruecos. Segin hemos dicho anteriormente, requiere para proliferar lugares hiimedos y lo hemos encontrado prin- cipalmente en un sétano de la Universidad donde se depositaron, hacia el afio 1929, libros de escaso valor, muy atacados por Nicobium y que fueron salvados de la carcoma por el 4caro que estamos estu- diando. Este caso es el tinico que hemos visto de que la lucha natural fuese suficiente para vencer la plaga que nos ocupa. Las hembras de Pediculoides persiguen encarnizadamente a las lar- vas y ninfas de los anébidos que, por la poca consistencia de sus tegu- mentos, les son més faciles de atacar que los insectos adultos. En cuanto atrapan una victima, le clavan el rostro, la matan en pdcos momentos y chupan sus jugos; de este modo aumenta rapidamente de volumen el abdomen de las hembras que no tarda en estallar dejando libres a los nuevos dcaros que lo ocupaban. A consecuencia de los ataques de Pediculoides, las larvas y ninfas de Nicobium que- dan transformadas en tegumentos secos cubiertos por ampollas abier- tas y vacias, que no son otra cosa sino el vientre de las hembras vivipa- ras (figura 13). Bofill y Pichot (5) estudié la conducta de este caro, sobre un anébido mucho més popular que el de los libros, Oligomerus brunneus, la conocida carcoma de nuestros muebles, extendida por toda la costa mediterranea. Segiin el citado autor el ataque requeriria varias horas y la dilatacién del vientre de las hembras hasta ocho o diez dias ; entre junio y octubre observé 6 generaciones con unas 20 hembras cada una, de tal manera, que «una sola ovigera. durante el perfodo de actividad reproductora, puede originar més de tres millones de hembras y todavia es seguro que daran més generaciones anuales puesto que yo comencé a contarlas en junion. Las cosas no han sido idénticas en nuestras observaciones. Veinte minutos después de encerrar los Pediculoides con las larvas de Nicobium no quedaba una viva y por la tarde del mismo dia el vientre de las hembras alcanzaba su méxima distensién; al dia siguiente invadian los nuevos dcaros las paredes de la caja. Teniendo presente la gran diferencia numérica que existe entre las generaciones de los andbidos y las de*Pediculoides, comprende- remos fécilmente el inmenso valor de este Acaro en la lucha contra aquellos insectos. Sin duda es el tnico artrépodo capaz de vencer en lucha natural frente a la carcoma de los libros. Scleroderma doméstica, conocido por los bibliéfilos con el nom- bre de hormiga de los libros, no tiene nada de hormiga; se trata 300 ANA LES de un himenéptero perteneciente a la familia Betilidos y que ostenta un polimorfismo moderado puesto que posee machos y hembras apteros y alados y entre estos tltimos con variaciones sensibles en la rudimen- taria disposicién de sus nerviaciones. Entre los numerosos ejemplares que hemos obtenido poseemos machos alados o dpteros y hembras ap- teras; las aladas no las hemos logrado hasta ahora (figs. I y 14). Brole- mann (2) ha preparado los ejemplares que forman parte de la colec- cién de Gaulle y que fueron hallados en agallas de haya atacadas por larvas de coleépteros ; diversos autores mencionan a Scloroderma como parésito de tales larvas; pero no hemos encontrado mencién alguna gue haga eeferencia al ataque del betilido sobre la carcoma de los libros. Las hembras de Scleroderma (fig. 11) atacan a sus victimas, incluso cuando son mucho més voluminosas que ellas y las paralizan fulmi- nantemente mediante innumerables picaduras practicadas con el agui- jén que presentan al final del abdomen. Las picaduras estan guiadas por el instinto y no por la vista, puesto que si bien presenta el animal ojos compuestos, éstos son fisiolégicamente intitiles y el animal se con- duce como si fuese ciego. Una vez paralizadas las larvas de Nicobium tiene lugar sobre ellas la puesta de los huevos de Scleroderma en nit- mero aproximado de 6 a 8 segiin sea el volumen de la victima desti- nada a nutrir los futuros betilidos; estos huevos originan inmediata- mente sendas larvas 4podas, ectopardsitas, que se fijan oralmente al cuerpo del huésped chupando vorazmente su contenido. Mientras dura esta fase son vigiladas y explotadas por la madre, que vive trofoléctica- mente a expensas de sus propias larvas. En cuanto las larvas alcanzan la madurez, se desprenden del huésped, completamente exhausto, y exploran parsimoniosamente el lugar donde viven hasta que encuentran un rineén adecuado para crisalidar; entonces, hilan un capullo de blanca seda en el interior del cual sobreviene la ninfosis que dura alrededor de un mes; el ciclo se cumple en unos dos meses y se repite’ en‘primavera, verano y otofio; durante el invierno quedan en vida latente y los adultos son aptos para reproducirse al llegar la primavera. EI ciclo biolégico de Scleroderma doméstica, segtin nuestras observa- ciones, serfa el siguiente: Puesta: Fase de huevo . muy breve Eclosién del huevo: Fase larvaria .. . 20-25 dias SECCION DE ORIGINAL 301 Ninfosis: Fase ‘de ninfa Nacimiento de imagos. uae 30-40» Hemos obtenido los sexos en la proporcién de 3 hembras por cada macho (fig. 14). Pocas horas después de haber nacido, dispénense los machos a practicar la cépula prefiriendo para ello las hembras adultas, de generaciones anteriores y abultado abdomen ; el acoplamiento con hembras de su propia generacién puede considerarse como excepcio- nal. Hemos observado dos modalidades de cépulas dignas de men- cionarse ; la primera tiene lugar con hembras adultas privadas de la presencia de machos durante algiin tiempo y se verifica con gran doci- lidad por parte de aquellas que permanecen inméviles durante los quince o veinte minutos que dura el fenémeno; la segunda, acontece cuando los machos persiguen hembras ya fecundadas 0 no maduras; las cuales no rechazan por completo la cépula. pero, en lugar de permanecer -quietas, continan marchando con lo cual dificultan no- tablemente el acto’ y abrevian su duracién. Los machos viven pocos dfas una vez realizada la funcién para la que han nacido y muchos més si tardan en encontrar pareja: las hembras viven varios meses conservando siempre su aptitud reproductora. Scleroderma es mucho més exigente que Nicobium por lo que respecta a temperatura y humedad;; requiere locales templados y poco hiimedos y la hemos encontrado tinicamente en las salas altas y solea- das de la Biblioteca Universitaria y en la Biblioteca del Seminario, ambas de anloga orientacién y muy préximas. Las bibliotecas empla- zadag al N. de Barcelona, a pesar de estar seriamente invadidas por la misma carcoma que devasta las otras dos, carecen de betilidos y por otra parte hemos obtenidos crias de Scleroderma procedentes de Jerez de la Frontera pardsitas también sobre Nicobium hirtum y algdn otro anébido muy afin. ‘Ademés de las bibliotecas levantinas victimas propiciatorias de los insectos bibliéfagos, si contienen libros antiguos y no estan rigu- rosamente vigiladas, tenemos referencia exacta de los estragos produ- cidos por ellos en las bibliotecas universitarias de Cadiz y de Santiago de Compostela, asi como en una muy importante de Jerez. La biblioteca de Santiago fué gravemente infectada por un lepi- déptero, Borkhausenia pseudopretella, y magistralmente salvada por la pericia de nuestro ilustre compafiero el profesor Luis Iglesias, de aque- lla Universidad gallega. La de la Facultad de Medicina de Cadiz 302 ANALES fué atacada por un anébido préximo al nuestro y estudiado por el profesor don Gonzalo Ceballos de Ia Escuela de Ingenieros de Montes : alli aparecié un insecto depredador del andbido, el himenéptero Ti- neophoctonus armatus, determinado por el eminente y malogrado ento- mélogo espafiol Garcia Mercet (10). (Fig. 10.) No deja de ser curioso que no hallemos,en nuestras bibliotecas himenépteros depredadores como el que acabamos de mencionar pro- cedente de Cédiz, teniendo presente que Wirth (23), sobre un anébido muy préximo al nuestro, ha capturado: Entedon longiventris, Eulo- phus pilicornis, Meraporus calandrae y Eupelmus urozonus pertene- cientes todos ellos a la superfamilia calcididos y es lamentable que no los tengamos puesto que el autor nos habla de fracasos en sus crias de andbides totalmente muertos por los calcididos. También es sorprendente que no haya atacado nuestras biblio- tecas Calotermes lucifugus (22) que tantos dafios ha ocasionado a los libros en paises de situacién anéloga a la nuestra, sobre todo teniendo en cuenta que no es raro en los alrededores de la ciudad: A pesar de la lucha establecida en nuestras bibliotecas entre los anébidos por un lado y los betilides y Acaros por otro, no se nos ha ocurrido siquiera intentar establecer una lucha biolégica, como lo hizo Smith (21), por estar seguros del fracaso de nuestro intento en una plaga de aquellas caracteristicas. Establecimos, pues, desde un principio, la lucha artificial. Un agente cuyo valor profilactico es muy conocido de los biblié. filos, es el oxigeno atmosférico cuya eficacia hemos tenido ocasién de comprobar. Los libros consultados y aireados con frecuencia no corren peligro y en cambio se infectan fatalmente los que permanecen durante mucho tiempo poco aireados o encerrados en cajas de ma- dera como sucede cuando se trata de protegerlos contra los peligros de las guerras. Los medios profilécticos mas empleados, han sido las substancias aromaticas, comenzando por construir con maderas que lo sean los estantes de las bibliotecas, para legar a colocar entre ellos diversos productos volatiles, sélidos 0 liquidos. Tenemos noticia de los fra- casos del alcanfor, la naftalina, e} aceite de cedro, la creosota, la bencina, las esencias de lavanda, timol, trementina, mirbana y clavo; ramas de romero, semillas de pimienta, tabaco, flit, ete. Prescindiendo de las razones de orden econémico que hacen poco recomendables estos productos, quedan las molestias que representan para los que SECCION DE ORIGINAL 303 manejan los libros, los olores, no siempre agradables, de los citados productos, asi como la propiedad de los insectos de adaptarse a ellos y la absoluta ineficacia de las drogas aromaticas frente a los huevos y ninfas. No puede ser més interesante, a este respecto, la observacién de Bézier, conservador del Museo de Historia Natural de Rennes; con objeto de salvar una coleccién de coledpteros bre- tones del ataque del antrenor, colocé en las cajas, naftalina en polvo, resultando que no sélo se habituaron a vivir en aquella atmésfera los adultos, sino que las larvas, apenas nacfan, se refugiaban en los recipientes donde estaba la naftalina en los cuales hallaban una tem- peratura ligeramente superior. Cuando se abandonaron por los especialistas las medidas pre- ventivas, comenzaron los ensayos de productos téxicos volatiles o gaseosos, entre los cuales mencionaremos el cloro, sulfuro de carbono, tetracloruro de carbono, aldehido férmico, anhidrido sulfuroso, Acido sulfhidrico, cloropicrina y cianhidrico. El peligro de incendios que representa la gran inflamabilidad de algunos de ellos y la escasa accién desarrollada por otros sobre ninfas y huevos, han hecho caer en des- uso la mayor parte de las. substancias empleadas quedando como insubstituible por su excepcional eficacia, pese al peligro que repre- senta su toxicidad, el cianhidrico. Este gas ha sido definitivamente adoptado por nosotros en el tratamiento de la Biblioteca universitaria. Las primeras pruebas las hicimos segiin el procedimiento industrializado por Grima con un éxito muy lisonjero y, posteriormente, para lograr mayor garantia en lo que respecta a la mortalidad de huevos y ninfas, asi como para asegurar- nos de la penetracién del HCN hasta los mas apartados rincones de los libros, instalamos, bajo la direccién del profesor Garcia Bantis, la cdmara de vacfo que puede verse en la figura 15. Dos vagonetas, una de las cuales es visible en la fotografia, con una capacidad aproximada para 800 voltimenes, permiten facilmente el transporte de los libros ; la generacién del HCN se hace desde el exterior, al aire libre, y el gas pasa a través de un filtro y de los mecanismos de conduccién correspondientes hasta la cémara a la que acude, atrafdo por el vacio en ella practicado. Guiados por los trabajos de Mackie (19), comenzamos las pruebas con 60 gramos de HCN, cantidad que fué sucesivamente reducida, siempre bajo la vigilancia de libros testigos, hasta la mitad. Actual- mente procedemos as{: hacemos un vacio de 26 centimetros durante unas horas y generamos a continuacién el HCN que enviamos inme- 304 ANALES diatamente a la cémara; lo dejamos actuar 24 horas y luego dejamos entrar el aire y sacamos los libros. zi Los afios transcurridos desde la primera fumigacién y las inspec: ciones repetidas que hemos hecho en libros fumigados, nos demuestran la eficacia del procedimiento, puesto que, si bien aparecen algunos ‘anébidos, por ser estos coleépteros endémicos en nuestro pafs, tarda- Han mucho en constituir una preocupacién como lo fueron antes. e Laboratorio de Entomologia Escuela de Peritos Agricolas y Superior de Agricultura BIBLIOGRAFIA, (1). Back, E. A., «The use of vacuum for insect controls, Jour. Agr. Res.. v. XXXi, 1926, () Berland, L., cHyménopttres vespiformess, Il, Fausie de France, 19, Paris, 1928. : (3) Bibliophile, cLes ennemies des livres», Lyon, 1879. {@) Blades, W., ches livres et leurs ennemiesy, Paris, 1883. 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Catania, : SECCION DE ORIGINAL Figt Fig.2 306 ANALES wee Mproquitus 5.2 é sarin te ts Orarewaleu fos ote ad Oricater verfo 1 onde Gr Oat pro defundissrode Garttervetesreliguisadmorsymedi € ‘ean praflare 198 Pee 3 fees! 4) aatioDominica quz aveqsot cape heed “eb aint weSicasgeia Acct eccl Poor tie ieee faders Cyto: Pasig! Fava iraculo sofa a »ypitum Romain conferuanda vite (WD tsgucverstdcconaus seta Pat apse aut Pap dec ahenes ps pus oxyibus acfyunds om Orationisardeacisuisquanta Ontias Dominic eens Sen wld ste daca, & a ae few quid comprehendat Fig. 3 i Corpus - Quibus Chri tas. Sa- = uerbis cO+ ‘gratia, Hoc fecrario fiat. SECCION DE ORIGINAL 307 308 ANALES Fig, 14 Fig. tt SECCION DE ORIGINAL Fig. 15

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