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EL MECANISMO Y LA “NUEVA CIENCIA” EN EL TRATADO DE LA LUZ Maria Mercedes del Valle Risco de Pagani Se ha dicho repetidas veces que Descartes es el padre de la modernidad, que su filosofia es un hito “trascendental”! en la his- toria del pensamiento, que es el fundador de la ciencia moderna y que a partir de sus reflexiones se ha dado un paso fundamental en el tratamiento de las cuestiones epistemoldgicas y metafisicas. Es indudable que la instauracién del sujeto como centro de fundamentacién del pensar filosdfico es mérito de la filosofia car- tesiana’, Se podra discutir si el giro que leva a cabo es completo 1. Eltérmino “trascendental” es empleado aqui para destacar la rele- vancia que tuvo la aparicién del pensamiento cartesiano en la historia de la filosofia occidental. 2. Cfr.M. Heidegger: Sendas Perdidas, “La época de la imagen del mun- do”, Losada, Bs. As., 1979. Al analizar el fundamento metafisico de la cien- cla moderna, Heidegger sefiala a Descartes como el iniciador de una nueva interpretacién de lo existente y de Ja verdad. Ella se fundamenta en una transformacién absoluta de la esencia del hombre. Cuando éste tiltimo pasa a ser ‘subjectun’ pasa a ser el fundamento que concentra todo en si, es decir, Pasa ser aquel existente en el cual se funda todo lo existente a la manera de Su ser y de su verdad, El hombre se convierte en medio de referencia de lo rautente como tal (pig, 79)”. Con este paso se transforma la concepeion de deanna de lo existente: el mundo se convierte en “imagen” y se coloca nosotros. El caracter de representacién que, desde entonces, se un i 7 5 : Lf 2 lo existemte es, segiin Heidegger, el correlato de Ja emergencia del hombre ¢ ‘OMO sujeto. Maria MERCEDES RISCO PE PAGANI 3 - el verdadero innovador es Kant ¥ NO Desea, « e a ~ ; : liscusion queda la afirmacién de que e| a ja dis derse* de las coordenadas de ca - ono, o bien s Pero fuera det nto cartesian od. espreni 0 logra despren: : asy renacentistas’ y que a partir de sus reflex * modo de pensar, el pensar modery, u influencia Hega hasta nuestros dj mie! : re nsidn aristote r “nuevo 1O- 9 tan, jas, pre ar . nes se inicia Un peculiar y distinto que s —_——_, . , 3. Cfr. la opinién de Heidegger con la de Rorty en su articuly oT filosofia como intérprete” en Conciencia moral y accién comunicativg, F4: ilosofia i cién Peninsula, 1985, pag. 11. , 4. El hecho de que se afirme que la reflexion cartes.ana logra “des. prenderse” de la tradicion filoséfica no significa, de ningtin modo, admitig que dicha reflexién prescinda totalmente de aquélla. Por al contrario, |; filosofia cartesiana ha tenido el mérito de replantearse ‘viejos” problemas filos6ficos e iluminarlos desde las coordenadas de su tiempo. 5. Sobre este tema consultar Salvio Turré: Del hermetismo a la nueva ciencia, Anthropos, Barcelona, 1985, Parte I. Alli el autor, tomando como punto de partida el concepto de ‘paradigma’ de Kuhn (Cfr. Kuhn, Thomas S.: La estructura de las revoluciones cientificas, F.C.E., México, 1974), hace un analisis de la situacién histérica desde la cual Descartes filosofa, adjudican- dole a éste el mérito de ser el instaurador de un nuevo paradigma, el paradig ma moderno, cuya caracterizacién se va delineando alo largo de la obra por centraposicién a los paradigmas aristotélico y renacentista en torno a los cuales se cristalizan las categorias conceptuales de la tradicién heredada por el fildsofo francés. En lineas generales, el paradigma aristotélico divide el universo en dos grandes regiones ontoldgicas, la lunar y la sublunar, y se nIge por el modelo bioldgico. Admite un universo cualitativo donde se dis ae dementos naturales de los artificiales. Sostiene una concepcide ‘abajo manual, En el paradigie eo cons gulente desvalorizacion de Paradigma renacentista, en cambio, el universo se Tocosmos, iutimamente relacionados entre si, ¥ 5 ‘aturalista, magico, animista, que concibe a Ja naturale- eee tente. Admite un mundo atravesado pot fuer235 : ateriales y ocultas, que sélo el sabio puede 2a es concebida como una red de antipatias ¥ Sntes naturales de los artificiales y, pot CO" divide en micro y mac rige por un modelo 1: conocer y dominar. La nat, onoeer uurale: simpatias. No se distingue n los 14 EL MEK Antonis 1 LA MIYUEVA CIENCIAD EN EL TRATADO .. En este trabajo nos proponemos mostrar este rasgo innova- dor dela filosofia cartesiana tomando como eje la concepcién meca- nicista® del mundo tal como Descartes nos la presenta en El mun- doo tratado de la luz’. Con ello se intentarA explicitar la intima conexion que dicho texto deja entrever entre la “nueva” ciencia (a fisica matematica) y la nocién de materia definida como res extensa. Nos ajustaremos, pues, al analisis de los capitulos I al VI del texto antes mencionado, Descartes inicia El mundo planteando una cuestibn decisiva para aquél que busca una respuesta al problema de la correspon- dencia entre el pensamiento y la realidad. “Proponiéndome aqui tratar de la luz, quiero advertiros en primer lugar que puede exis- tir alguna diferencia entre el sentimiento que tenemos de ella -es decir, la idea que se forma en nuestra imaginacion- y lo que existe en los objetos que produce en nosotros este sentimiento ~es decir, lo que hay en la llama 0 en el sol que se lama con el nombre de la juz-. Pues, aunque cada cual normalmente se persuada de que las ideas que tenemos en nuestro pensamiento son enteramente se- mejantes a los objetos de que proceden, no veo ninguna razon de que nos asegure que sea asi, sino que, por el contrario, observo numerosas experiencias que deben hacernos dudar de ello”*. Con siguiente, se valoriza el trabajo manual. Sostiene una concepcién pragmati- ca del saber (conocer para fabricar) y la ciencia esta mezclada con la magia, el esoterismo y la alquimia. Esta ultima se reduce a la mera observacion y recoleccién de datos y se basa en la experiencia inmediata. 6. Laconcepcién mecanicista estima que el universo consiste en una pluralidad infinita de cuerpos elementales (atomismo) en movimiento que carecen de fuerza propia; que todo movimiento se efectia por una rigurosa ley causal (antifinalismo), y que todas las cualidades secundarias, o de sensa- cidn, se reducen a cualidades primarias, en lo posible, geomeétricas. 7. R. Descartes: El mundo. Tratado de la luz, Anthropos, Barcelona, 1989; Introduccién, traduccién y notas de Salvio Turd. 8. Ibid., cap. I, pag. 45. 15 MARIA MERCEDES RISCO DE PAGANI Jabras se pone en tela de juicio la Correspondeng; stas pal x c esta ees de la realidad y lo que existe en ella, Pen wade imag lo a la informacién que nos ofrecen 08 sentido a za n° 7 a aquellas especulaciones del entendimiento sobre mn en ‘ ne dor ral que no poseen contenido empirico. ; do ne s dos experiencias avalan este cuestionamiento, a ee ist 9) 7) > "a la el hecho de que no existe “semejanza’ alguna et enala : ne mera i bras y lo que éstas significan; la segunda, alude a la fala g as palal | las Lea d”? que existe entre el cosquilleo Se Seatac Cuando s “simil Pecos ae nos frota con una pluma y ésta ultima. Asf el p: mer capitulo s « : ierra afirmando la legitimidad de la duda: ‘En cual gui caso dice Descartes. no he aportado estos ejemplos para haceros creer ce 7 la luz sea otra cosa en los objetos que en nuestros cies Ses a ae que dudéis y, guardandoos de estar eae comratio, ahora podiis examinar mejor lo que “ ae Fi a propia de la metodologia moderna, abre de este a sobre el mundo natural, objeto de la “nueva ciencia”. roble de fondo a la que debe responder primero peu ae — ma ontoldgico: decidir “lo que hay”". Recrear e ae “nuevo mundo” implica para el fildsofo abandonar I ae tural”. Esta reflexion transgresora se aloja en la ciencia sde sus inicios,2 Cla ent, | ‘Ola duds 4° oo exto pa 7. Los términos ‘semejanza’ y ‘similitud’ se destaca eet hacer notar Ja ausencia de correspondencia en las eae ‘ sludira alude y sdlo Son empleados en este sentido general sin pretender 4 i ilosfico técnico de estas dos expresiones, 10. R. Descanes, FI mundo, pay, 51, 1. Segdn Turré, lar fuer? » esta pregunta significaba para Descartes aye del paradigia renaceminee ue fundaba el conocimieato en la eX? inmediata. (Chr. op, IV, pig, 304), ian 12. L, Benitez, Ge istemologia y ciencld ° siglo XVI Novohispano: Didlogo filosfico, 1996. cy ’s de la Cruz? Sigitenza y Sor Juana Inés de la C 36, pag. 367.384, 16 ET EL MECANISMO Y LA &NUEVA CIENCIAD EN EL TRATADO Es importante sefialar que el proyecto cartesiano de articular todo el saber a traves de un método cognoscitivo tinico fundado en el modelo matemiatico (mathesis universalis), tal como propone el autor en las Reglas para la direccién del espiritu", encuentra un obstaculo epistemoldgico crucial que pone en evidencia su inviabi dad para ser aplicado al conocimiento del mundo natural, La ade- cuacion de estos procedimientos" a problemas reducibles a opera- ciones algoritmicas es plena. Sin embargo, a partir de la Regla VIIT se intenta extender su aplicaci6n a investigaciones empiricas, con- cretamente al estudio de los fendmenos luminosos. Un amplio espectro de interrogantes queda sin respuesta en el momento de determinar la naturaleza absoluta de estos fendmenos. Por ejem- plo, ¢como aprehender intuitivamente Ja naturaleza de 1a luz? gcomo alcanzar una representacién clara y distinta de la materia y sus transformaciones?"*. es 1b. R Descartes: Reglas para la direccién del espritu, Ed, Sudamericana, Bs. As, 1967, En 1620, Descartes logra la fusion del Algebra y de la geome: tdda El trabajo sobre las series aritméticas y las proporciones le moscraron ninas constantes o reglas de investigacidn. Surgid asi el proyecto de tematizar cats constantes 0 reglas afin de lograr que el proceder simbélico de la men- te pudiera reducir las series de Jas ciencias a algo tan simple como las series numéricas, Tal es el objetivo de las Reglas, escrita en 1628 (Cfr. Turrd, op. cit,, Parte Il, cap. Il, pag, 245). 14, Laarticulacidn de este método cognoscitivo segiin el modelo mate- mitico era la siguiente: 1°) Ante todo problema se debia comenzar por apli- car el principio del anilisis, distinguiendo las partes absolutas de Tas relativas y haciendo enumeraciones exhaustivas; 2°) conseguir una intuicion de los elementos primitivos del problema; 3°) resolver deductivamenté las partes edyecida’ el recorride ma- derivadas del problema, entendiendo aqui por ‘d modo necesario terial a través de una serie de intuiciones para extraer de cuanto se concluye de ellas. 15, En las Reglas, Descartes no va mis alli de responder is Jos fend: Jouia” con la extension menos naturales deben tratarse mediante cierta “ana’oB! & consist 7 cuerpo figurado (Regla XIV, op.cit- Pag 103) sin precisar en qué consisie icho procedimiento. 17 hr Maria MERCEDES RISCO DE PAGANI Fn El Mundo, S¢ pretende, pues, dar respuesta a la Problem: oe da con anterioridad en las Reglas. Latarea que se |e “ sento a Descartes fue la de descul rir un procedimiento We le pep mitiera subsumir lo sensible cualitativo en lo Cuantitativo, Atn, caso paradigmatico de la luz (capitulo ), el fildsofy ontologia tradicional y dejar abierto ¢ tica esbo’ vés del logra poner en duds ion de ontologia. La descri caning para la construccién de nueva gia. La descripcion dy un “nuevo mundo” hace del Tratado de la Luz un texto de Cosmologia El “mundo” que alli se describe es nuevo por el cambio de pers. pectiva epistemoldgica que supone. , En el conjunto de capitulos comprendidos entre el Hy el V se muestra cOmo numerosas cualidades sensibles podrian explicarse “suponiendo” una estructura corpuscular de la materia y prescin. diendo de toda descripcién cualitativa. El nuevo procedimiento explicativo centra su atencidn en el movimiento espacial de las partes de la materia bajo la suposicién de que toda transformacién fisica podria reducirse explicativamente a la traslacién de las parti- culas materiales en el espacio. El primer caso analizado es el del calor y la luz de la llama (fuego). Al respecto dice el texto: “Cuando arde madera 0 cual- quier otra materia semejante, podemos ver a simple vista que la Mama agita sus particulas y separa unas de otras, transformando asi las mds sutiles en fuego, en aire y en humo, y dejando las mis Bruesas como cenizas. Que alguien, si quiere, imagine en esta made ra la forma del fuego, la cualidad del calor y Ia accién que la que- ma como cosas diversas; yo, que temo equivocarme si supong? al eos cosa mas de lo que veo necesariamente que ha de haber, ™ solar cmd monte devo pae™ fisicos; la que a nvas ( iferentes con respecto a los on ve silo coneed irmala existencia de formas y cualidades y! i miento local de particulas. Pero lo pec ee 16. R. Descartes: El mundo, pig, 53, 18 EL MECANISMO ¥ LA «NUEVA CIENCIA) EN EL TRATADO ... del texto nO radica en estas tesis sino en el hecho de que Descartes se refiere a ellas como “supos ciones” Y no como realidades: qué sea la realidad pasa a ser una suposicion, El aristotelismo y el natura- lismo, renacentista habian conc ebido ciertas entidades, Descartes “supone” otras. . ‘A continuacion el texto dice: dado que no me parece po- sible concebir que un cuerpo pueda mover otro si no es movién- dose también a si mismo, de aqui concluyo que el cuerpo de la Jama que actua contra la madera esta compuesto de particulas que se mueven separadamente unas de otras con un movimiento muy rapido y violento, y que, agitandose de este modo, impelen y mueven consigo las partes del cuerpo al que tocan sin ofrecerles demasiada resistencia”, Se sefiala, ademas, que cada una de estas partes actua de un modo particular contra los cuerpos que tocan (ain cuando varias puedan concordar y concurrir para producir un mismo efecto), que su movimiento es muy rapido y violento (ya que, al ser tan pequeiias, de otro modo no podrian actuar con- tra los cuerpos), que cada una se mueve segiin la disposicion de los cuerpos que la rodean y que pueden hacerlo en distintas direccio- nes sin que ello altere su naturaleza. Se critica, de este modo, la doctrina aristotélica del movimiento natural introduciendo, a la vez, la “hipdtesis mecanicista”. Esta, por su mayor simplicidad, le servira luego para explicar también otros fendmenos. Seguidamente, se extiende la hipétesis (de que la lama esta compuesta de pequeiias particulas en movimiento) a todos los cuer- Pos y, aunque no se sefiala atin la causa de este movimiento, se alirma que “estas particulas empezaron a moverse tan pronto como el mundo comenzé a existir”™ y que es imposible que sus movi- —_ 17. Ibid. pag. 55. capi, bid: pig 61. En To que sigue el texto anuncia lo que luego, en ee ova, desarrollar4 con mayor detenimiento: el principio de conser- n de la cantidad de movimiento en el universo. 19 mientos cesen alguna vez, Asi, co, liquidez, Descartes conclu : a du q Ye que cada Cuerpo Tez, a menos, a estos dos estados (la durezg ylali aed Proxim, . , Uuidey Partes se alejen mas, o menos, 2 el analisis de homogénco en el que S le Altratar el tema del vacio se enunea ty EN todas Mundy Dado que todos los cucrpos estan compue ria y que las partes de esta materia lo Nenan todotmtaraa mate, vacio no existe". Sin embargo, s i or lo miento de las partes materiales. En e} pl redistribucién simultanea de to una de ellas se mueve de lugar. mientos que tienen lugar en el medida, esto es, cuando un cuerpo deja su lugar, ; ‘I ~ BAT; entra sien el de otro, y éste en el de otro, ¥ ast sucesivame ante el lugar dejad de modo que entre ellos no exi a que cuando estan en reposo””. Para reforzar Pula: f 7 D tes agrega dos experiencias. En la Primera se refi ere al hecho de que, si observamos cémo nadan los peces en el estanque de una fuente, €NO se das las Partes de Ja El texto dice: « Produce u Materia cu ancho y profundidad, no puede haber extensién sin materia 0, lo que ee mismo, el vacio no existe. Asi, segiin esta hipétesis, el universo esconcebii : como un sélido continuo en el que no puede haber cuerpos det ido me extension, por definicién, es divisible al infinito. Esta concepcia ee a teria traeria serias conclusiones para la fisica cartesiana ae eee ella, no seria posible explicar el movimiento nila aera ee Sar cuerpos del mundo natural. Luego veremos cOmo, a eee y argumentos de su fisica, Descartes intenta evitar esta 20. R. Descartes: El mundo, pig. 75. 20 EL MECANISMO Y LA «NUEVA CIENCIA EN EL TRATADO «.. advertimos que, si éstos no se acercan demasiado a la superficie del agua, aunque vayan por debajo a gran velocidad, no produci- ran olas. Con ello se muestra que el agua que empujan delante de ellos, empuja sdlo aquella parte del agua del estanque que mejor completa el circulo de su movimiento, ocupando asi ésta el lugar que los peces abandonan. La segunda experiencia alude al caso en que el vino de un tonel no sale porque la tapa de la abertura infe- rior esta cerrada. “Mas bien hay que decir -dice el autor- que el vino no puede salir del tonel porque fuera esta todo absolutamen- te lleno, y porque la parte de aire cuyo lugar ocuparia el vino -si descendiera- no puede encontrar en todo el resto del universo otro lugar donde ponerse, a menos que se haga una obertura so- bre el tonel por la que el aire pueda alcanzar circularmente su lugar”, La afirmacion de la ausencia de vacio resulta, entonces, una consecuencia necesaria de la previa suposicién de que el espa- cio esta “Leno” de materia. Cierra este médulo introductorio de observaciones la descrip- cién, a modo mecanicista, de los elementos materiales en la natu- raleza: fuego, aire y tierra. Dicha descripcién atiende al tamaiio, la figura y el movimiento de los distintos tipos de particulas que componen estos elementos. Con esta propuesta se intenta respon- der al problema de la diversidad de los cuerpos en el seno de la homogeneidad material. El fuego es concebido “como el liquido mas sutil y penetran- te que hay en el mundo”” y sus partes, respecto a las de los otros cuerpos, son menores y se mueven mis de prisa. No se les atribu- ye figura o tamafio determinados sino que ellas cambian de figura continuamente por la impetuosidad de sus movimientos y el cho- que con otros cuerpos, adaptandose a los lugares donde entran y lenando estos tiltimos por completo. El segundo, el aire, es des- — 21. Ibid. pag. 77. 22. Ibid. pag. 85. 21 Mania MERCEDES RISCO DE PAGAN! “hn a los otros dos elementos. Es concebidg “eo jn a los lac aa 3 Mo oen rel aracién con el tercero, pero, com crit a Liquide m uy sutil en comp ur | primero, eS preciso at ribuir a cada una de — Da. randolo con © pm figura”. Descartes supone que cuan amano eee son “casi redondas” y como “gra partes del ee cuando se comprimen entre si queda siem arena y po i oe numerosos ¥ diminutos intervalos hacia |, pre a su a {icilmente el primer elemento; por lo cual, no . cuales se 4 aire “puro” en ningin lugar del mundo. Por Ultimo Descartes introduce el relato como una “fabula”. re do Lay NOS de tes algun t —_ 23. Ibid. pag. 87, 24. Tid. pag. 87, EL MECANISMO Y LA «NUEVA CIENCIA» EN Et TRATADO ... El caracter hipotético de la descripcién del nuevo mundo indica el alejamiento de la tradicién aristotélica y renacentista. Las “suposi- ciones” en que se fundaba el analisis de los fenémenos fisicos rea- lizado en los capitulos anteriores pasan a tener ahora el valor de “hipdtesis cientificas”’, Qué sea el mundo en si es una pregunta que no se hace Descartes. A él le interesa “construir” un mundo que le sirva para explicar los fendmenos que aparecen a los senti- dos bajo un ropaje cualitativo. Se inicia asi la exposicién de los fundamentos teéricos de la fisica cartesiana. La fabula es un “mo- delo” explicativo de la realidad, el modelo mecanico. Es el propio Descartes el que nos sugiere su propésito al finalizar el capitulo V: “Pero para que la extensién de este discurso os sea menos molesta, quiero envolver una parte del mismo en la invencién de una fabu- la, a través de la cual la verdad no dejar de aparecer suficiente- mente y no sera menos agradable que si la expusiera al desnudo”™. EI marco en que se crea este nuevo mundo es un “espacio imaginario”, lleno de materia creada por Dios y donde no existe el vacio, Esta materia se extiende a los lejos por todos lados hasta una distancia “indefinida”” y en su naturaleza no hay nada que no se pueda conocer con claridad y distincién, No tiene la forma ni las cualidades de ninguno de los elementos naturales de la fisica aristotélica ni tampoco se identifica con la “materia prima”**. Se concibe la materia como un cuerpo sdlido que Ilena todo el espa- cio por igual ya que cada una de sus partes ocupa siempre, en 25. Cfr. Turré, op. cit., Parte Il, cap. IV. 26. Ibid. pag. 97. 27. Descartes aclara que los limites de la materia son indefinidos por- que “es mis verosimil y tenemos mis poder para prescribir Kmites a la ac- cidn de nuestro pensamiento que no a la obra de Dios” (Ibid. pig. 101), que es infinito. De este modo, pretende evitar los inconvenientes de admitir la posibilidad de una materia infinita, 28. Se emplea este término en sentido aristotélico. 23 MARIA MERCEDES RISCO DE PAGANI proporcion asu tama‘io, una porcion ge este espacio, La divisibilidad al infinito de la materia concebida como = tension plantea el problema de la posibilidad de los Cuerpos, Sin embargo, Descartes evita las consecuencias de una teoria geométrica abstracta de Ja materia proponiendo los principios de Su fisica, Dios crea al mismo tiempo materia y movimiento. Es El quien divide la materia en numerosas partes y las dota con la tendencia al movimiento rectilineo. Las partes contintan luego su moyi- miento segun las leyes ordinarias de la naturaleza establecidas tam. bién por Dios. Estas leyes rigen el movimiento del universo, mar- can un limite a la divisibilidad de la materia y hacen posible la aparicion de los tres elementos cuya combinacién permite expli- car el origen de las diferentes cosas del mundo natural. Descartes concibe el pleno como un contiguo de partes dife- renciadas”, como un agregado de partes que se tocan entre st. Las partes en las que se divide la materia son el resultado de las leyes de movimiento. Esta es un cuestién central en la concepcién mec nicista cartesiana. El elemento mis sutil, debido a la velocidad la ay ee) wel que “Ilena” el espacio que queda entre una par tintos wverpes Te was se encuentran mezclados en los dis- espacio vacio. ile caer} . = e produce ae ‘ re timas partes que los uerpos se ferencian entre si porque a rentes. Al no admitir ni aren mee tamaiios y velocidades ¢ . nia, Descartes no admite ae tipo de cu: lidad interna de la mat poco la nocién de “fuerza inter" * La materi teria definida en term} . -finida en vérminos de extension geometric (res extensa) desi gna la repres A ers epresentacid . ys . te particulas clementales eg nn de lo fisico como una pluralids sario” ales ¢ n movimiento y es un supuestO “nece ” de la c¢ anc epcidn y noe n mecanicista del mundo fenoménicos * 29. Chr 8 Iifnitg y pat? Benner G, Pig. Bog,” “emdtica (Compiy “Infinivud e ilimi : ado. pase ilimitacién en René Descartes * * Laura Benitez G.) LLL., UNAM EL MECANISMO Y LA &NUEVA CIENCIA» EN EL TRATADO ... condicién de posibilidad, o, en términos de la filosoffa cartesiana, su fundamento metafisico®. La extensién y sus modos (figura, tamaiio y velocidad) definen ala materia de la realidad fisica. Estas son las tinicas propiedades sustantes ontoldgicamente y, asimis- mo, las tinicas que permitirfan dar una explicacidn inteligible y racional de los fendmenos del mundo natural en el marco de esta nueva perspectiva epistemoldgica. De ahi que Descartes, refirién- dose a los fildsofos que critica afirme: “Y mi proyecto no es el de explicar -como ellos- las cosas que existen efectivamente en el verdadero mundo, sino sdlo fingir uno a mi gusto, en el que nada haya que los espiritus mas comunes no sean capaces de concebir y que pueda, no obstante, ser creado tal como lo habré fingido”'. El diltimo parrafo del capitulo Vi es importante para ahondar la cuestién desde el punto de vista de la fundamentacién de la concepcién mecanicista de la materia. Alli Descartes afirma: “...al poder imaginar distintamente todo lo que pongo en este mundo, es evidente que, aun cuando nada haya en él de comin con el antiguo mundo, no obstante Dios puede crearlo en uno nuevo, ya que es cierto que puede crear todas las cosas que puede imagi- nar”, Comentando este pasaje, Turré sefiala® que se hace en él mencién implicita a la fundamentacién metafisica de la validez epistemoldgica del concepto de res extensa. Dicha fundamentacién, segiin este autor, respeta el siguiente orden: el entendimiento hu- mano sélo concibe de un modo claro y distinto lo fisico como extenso; Dios puede crear todo lo que es posible concebir de este modo (claro y distinto); por tanto, la realidad (como modelo ex- plicativo disefiado) es extensa. 30. Cfr. R. Descartes: E/ mundo, pig, 103, nota al pie del traductor , n° 5. 31. Ibid. pag. 107. 32. Ibid. pag.107. 33. Cir. Ibid. pig. 107 y ss., nota al pie del traductor n° 9. 25 MARIA MERCEDES RISCO DE PAGANI Por ultimo, Descartes formula las leyes naturales del», miento tomando como base los conceptos de res extensa inmutabilidad de la naturaleza divina. Establece Primero ra demarcacion entre 4 a oe ape yelp ANPSiquism, propio del renacimiento: “En primer lugar ~dice el texto~, sabe que no entiendo por naturaleza ninguna diosa (o cualquier otto tipo de poder imaginario), sino que a sirvo de esta palabra arg significar la misma materia en tanto ‘a considero Con todas ly cualidades que le he atribuido comprendidas simnultaneamente y bajo la condicion de que Dios la conserva del mismo modo quela ha creado”. Los cambios que en ella se observan se deben a |; naturaleza de esta ultima, y no a Dios que es inmutable. Las reglis que siguen estos cambios son las leyes de la naturaleza. La nature leza, por tanto, es concebida como el conjunto de todas las parts de materia que existen y de todos los movimientos concretos que se producen entre ellas. Las leyes naturales del movimiento rigen en todo el univers. Ellas son tres y se pueden enunciar como el principio de inertia, el principio de accién y reaccidn, y el principio del movimiento rectilineo, La primera afirma que “cada parte de la materia & Particular permanece siempre en un mismo estado mientrs seg noe ip cbr S oe posicién ala fisica foe ee local de las particulas wi on mero desplazamninnn isoré ra El Movimiento es concebi a 4 que hace que los a . mee Pleas en sce" Sivamente todos los es ae en de un lugar a otro ¥ ocupet a Otaala materia de aoe que hay enue ames “eset @aquélla, E] imerés del f lento pero este Ultimo no es intins’ . idsofo est4 puesto mis en la explicacie? a Una cl, M. Ibid. pag, 109 35. Thid, pig, tL °6 Ibid pig, 1, 26 de Ja transferencia del movimiento que en la de sus causas. La segunda regla se formula del siguiente modo: “cuando un cuerpo impele a otro no puede darle ningtin movimiento si él no pierde simultaneamente igual cantidad del suyo, ni restarle si el suyo no aumenta en igual cantidad”” . Por tanto, cuando un cuer- po ofrece resistencia a otro, el primero pierde la cantidad de mo- vimiento que se le traspasa al otro, de lo contrario el primero se- guirla moviéndose del mismo modo. Estas dos reglas se funda- mentan en la firmeza y la inmutabilidad de Dios; ellas sélo afir- man que las diversas partes de la materia conservan o transfieren, de una a otra, el movimiento con que se las cred, ya que Dios actia siempre del mismo modo. Al postular a Dios como origen del movimiento, Descartes hace que su fisica se asiente en princi- pios metafisicos. La tercera ley dice asi: “cuando un cuerpo se mueve, aunque su movimiento se haga con frecuencia en linea curva y aunque no pueda efectuarse ninguno que no sea circular en cierto sentido... no obstante cada una de sus partes en particular tiende siempre a proseguir el suyo en linea recta. De este modo su accién -es decir, la inclinacién que las partes tienen a moverse- es distinta de su movimiento”**, Esta regla se apoya en el mismo fundamento que las anteriores. Dios conserva cada cosa por una “accién continua- da””, no tal como fue creada sino tal como ella es en el instante que El la conserva. El texto alude también a la simplicidad del movimiento rectilineo cuya naturaleza esta comprendida en un instante. Para concebirlo basta con pensar que un cuerpo esta en accién de moverse hacia un lado determinado y todo lo necesario para producirlo se halla en los cuerpos en cada uno de los instan- 37. Ibid, pag, 117. 38. Ibid. pag. 123. 39. Descartes menciona aqui la tesis de la creacién continuada que lue- go desarrollara en obras posteriores. 27 den determinarse mientras éstos se mueven, tes que puece + Es, no estan dadas para producir el movimientg citeut on, dicione’ esta repla se desprende que siendo Dio, es el g aD, je es en movimientos que hay en el mundo, en tan, Lor g, jos todos a) aera a £0 que g » son rectilineos, en consecuencia, son Jag diver, °°) en tanto ca Ja materia las que los convierten €N irte posiciones ae ley se deduce de la negacién del vacte curviines este tema una cuestion metodologic : la matem jenta deductiva de la ciencia naciente. Ello of, ee esla a demostraciones ciertas y evidentes a Pare an fisica En el texto Descartes afirma: “me conten, q Cae que, ademés de las tres leyes que he explicado x. con x. suponer ninguna otra al margen de las que se Siguen rfaliblemente de esas verdades eternas sobre las que los Matem;, ticos acostumbran a apoyar sus mas ciertas y evidentes demostr,. ciones: verdades mediante las cuales Dios mismo nos ha ensejiad, que ha dispuesto todas las cosas en niimero, peso y medida, y cuyo conocimiento es tan natural a nuestras almas que no pods. mos dejar de considerarlas infalibles cuando las concebimos distintamente ... De modo que quienes sepan examinar suficiente mente las consecuencias de estas verdades y de nuestras reglas podran conocer los efectos Por sus causas y — para explicarme en los términos de la Escuela~ podran tener demostraciones a priori de cuanto puede ocurrir en este nuevo mundo”. De este modo, teenie fue Cuiles son los fundamentos eeu pan sd y es leyes del mange Cl COnceptO de materia como i otro lado, instrument ae (cinematicas) asociadas ad; [ leductivo y de célculo propio de la Matematica, L, +» LO € se initi ; . ame se busca, en definitiva, es explicar los efectos + €S decir, disefiar m odelos explicativos, hipotéticos, a RD escartes: Ey mu ; indo, nf Pag. 129, % Pag. 127, s Bulates y 10, aticg Tece un 41. Thid, 28

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