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LA importancia del estudio de Derecho Romano para el estudiante de Derecho.

El estudio del Derecho Romano aporta al futuro abogado una visión global de un


sistema jurídico y la lógica que lo estructura, razón por la que ha servido de base a lo
largo de siglos para el desarrollo de los cuerpos jurídicos de muchos de los Estados
actuales.
Derecho Romano tiene el objetivo principal de comprender la evolución, como su
nombre lo indica, a los mecanismos jurídicos de la Antigua Roma, así como algunas de
sus instituciones, de manera que le permita conocer a través de éstas, el propio sistema
jurídico nacional.

Hasta la codificación del Derecho Civil, en el siglo XIX, el Derecho Romano era, en
buena parte del mundo, simplemente 'el Derecho'. Filtrados, depurados y reelaborados
por siglos de doctrina, los principios que un día dictaron los jurisconsultos romanos
seguían aplicándose por los jueces de toda Europa y América Latina. El Derecho
Romano era, por tanto, la lengua franca de Occidente.

Cierto es que la codificación no supuso derogar materialmente el Derecho que había


acompañado a Europa desde su nacimiento. El sueño ilustrado de acabar con el
'Derecho tradicional' para imponer unas normas sólo basadas en la razón y no en la
autoridad de los antepasados sirvió para despojar al Derecho de contradicciones,
generalmente ajenas a la fuente romana, y volver a la más pura esencia del Derecho, a la
ratio script a, transcribiendo a los Códigos, palabra por palabra, muchos de los preceptos
del Corpus Iuris Civilis.

Pero si el movimiento codificador (no exento de la peligrosa ingenuidad que acompañó


al positivismo decimonónico en todos los órdenes) no sirvió para derogar el Derecho
Romano, sino para incorporarlo, renovado, a los Códigos Civiles y a otras leyes
compilatorias, sí tuvo el efecto de abrir un debate sobre la docencia del Derecho
Romano en las Universidades. Con la promulgación de los Códigos, se instaura la
docencia del Derecho Civil, mercantil o procesal como asignaturas autónomas del
Derecho Romano.

A partir de ese momento surge la pregunta, ¿por qué estudiar/ enseñar Derecho
Romano? A pesar de haber transcurrido más de un siglo desde su planteamiento, el
debate sigue abierto y se renueva cada vez que la clase política, con tanta frecuencia
como poca fortuna, trata de reformar los estudios jurídicos. Desde fuera del Derecho,
pero también desde otras especialidades jurídicas, se alzan voces pidiendo que se
suprima una materia 'anacrónica', 'carente de utilidad práctica' o 'meramente cultural'.
Quienes nos dedicamos al estudio y a la docencia del Derecho Romano (y muchos otros
juristas) sabemos de la utilidad de nuestra asignatura, y tratamos de demostrársela día a
día a nuestros alumnos. En la Universidad de Murcia hicimos el experimento de crear
una doble titulación de Derecho y ADE suprimiendo algunos contenidos de ambas
titulaciones, entre ellos, el Derecho Romano. Los resultados saltan a la vista. Los
alumnos (por definición buenos estudiantes, superiores a la media) tienen una mayor
dificultad para comprender y contextualizar los contenidos de las asignaturas jurídicas.

Las principales características del derecho romano son:

Es el primer cuerpo de normas que diferencia entre derecho público y privado. Se


diferencia las normas que deben regir cuando existen poderes públicos y cuando solo es
un pleito entre personas durante sus relaciones privadas.

Es un derecho discriminatorio ya que no concede la igualdad a todos los individuos.

Es la primera vez que se codifican normas según su función y objeto.

Es un derecho realista. Esto significaba que, si las normas no podían resolver el


conflicto, se podía acudir a la tradición. Por ello, también es un derecho tradicionalista.

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