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Constanza Valentina García Brito, Parcial de Antropología filosófica.

1. Para empezar, es importante decir que Clark y Chalmers estipulan una teoría
cognitiva corporeizada y extendida. Entienden al cerebro, al resto del cuerpo y al
entorno como agentes activos en los procesos cognitivos.
En esta teoría el cuerpo ya no es considerado el límite de la mente, sino que es el medio
por el cual son posibles los procesos cognitivos que involucran en una relación
bicondicional al entorno. Dos de los primeros conceptos que se plantean son las acciones
epistémicas y los sistemas de acoplamiento, siendo el segundo justificado por el primero.
Al hablar de acciones epistémicas, los autores dicen que existen actos cuyo fin es llevar
a cabo de manera física un proceso cognitivo que podría realizarse internamente (se
diferencian de las acciones pragmáticas porque estas no tienen como fin el conocimiento,
sino que simplemente tienen como objeto lograr un cambio físico en virtud de lo que este
implica en el mundo físico). Esta acción en el entorno podría darse en el cuerpo o bien
aprovechando algo extraño al organismo, lo que sucede es que lo externo y extraño
cumple la misma función que lo interno y lo corporal, por lo tanto, posee el mismo crédito
epistémico y puede considerarse como parte del aparato cognitivo, dejando de ser una
herramienta dispensable y complementaria. Aquí es cuando se comienza a hablar de los
sistemas acoplados, definidos como sistemas cognitivos de derecho pleno, compuestos
por el organismo y lo externo y consumados por la interacción de afección recíproca entre
estos, pues ambos componentes tienen un rol activo y gobiernan conjuntamente a
conducta (a esto último se refieren con externismo activo, ya que las partes tienen igual
importancia en los procesos de la cognición). Los contrargumentos respecto a la cuestión
de los sistemas acoplados dictan que: a) pueden desarmarse fácilmente, privando al sujeto
de la portabilidad de los procesos cognitivos; b) no existe consciencia en el agente
externo. Clark y Chalmers responden a la objeción primera diciendo que el agente externo
debe contar con la condición de confiabilidad para su acceso y a la segunda objeción lo
hacen alegando que, de hecho, no todos los procesos internos son plenamente conscientes
y que circunstancias como una borrachera pueden hacer perder la consciencia de manera
ocasional, por lo tanto sería necesario decir que en estos momentos se pierden
capacidades cognitivas para que la contrargumentación tenga el peso requerido. En el cine
podemos encontrar como ejemplo de sistema acoplado el caso del protagonista de la
película de Nolan, Memento; este personaje carece de memoria a corto plazo, por lo que
constantemente recurre a tatuajes, marcadores, fotos y libretas para llevar su vida diaria,
cada decisión la toma con una consulta previa de estos elementos que a su vez son su
memoria. Luego de esta exposición cabe redondear las consideraciones sobre el cuerpo
de Clark y Chalmers, el cuerpo es un agente activo en la cognición, pensamos con él y,
de hecho, el pensamiento está situado en el cerebro, pero también (y sin que le reste
importancia) el cuerpo conecta la cognición interna con el entorno, permitiendo los
sistemas de acoplamiento y la cognición extendida. La cognición forma un continuo de
procesos con el entorno, los autores se preguntan si hemos evolucionado de manera que
nuestras capacidades requieran la incorporación de recursos externos; este punto de vista
quiebra la visión del mundo como un lugar que solo nos plantea problemas adaptativos,
pensamos en el mundo con el mundo mismo, en nuestro cuerpo y con nuestros cuerpos
mismos.
Ahora toca analizar el rol que se le da a los estados mentales, si bien los filósofos aceptan
que algunos estados mentales se dan internamente, otros pueden constituirse
partitivamente por el entorno, el caso en que sucede esto último es el de las creencias.
Constanza Valentina García Brito, Parcial de Antropología filosófica.

Ellos aceptan que siempre y cuando las características del exterior cumplan con los
requisitos para desempeñar logradamente el rol de las creencias en la realización de
procesos cognitivos, estas pueden ser consideradas lícitamente como creencias (aquí es
cuando ocurre que la mente se extiende al mundo). Es preciso tener en cuenta la distinción
entre creencias efectivas y no efectivas, pues lo que hace posible afirmar que los sistemas
de acoplamiento pueden encontrar creencias más allá de lo interno, es la existencia de
creencias no efectivas las cuales se encuentran en la psicología de los agentes sin acoples,
como en aquellos que son sistemas acoplados, si se las eliminara se vería analizada la
profundidad y continuidad psicológica de los agentes. El caso de Leonard Shelby en
Memento es muy parecido al ejemplo de Otto que emplean los autores; Leonard en su
cuerpo y hábitat está plagado de creencias que no puede retener en su mente, confía
ciegamente en ellas y puede acceder a su contenido permanentemente, además no puede
llevar a cabo su día a día sin los recursos externos de los que se vale; estas creencias son
no-efectivas hasta en el momento en que recurre a ellas y las hace efectivas (como puede
suceder con las personas cuya memoria goza enteramente de salud). Los factores
necesarios para que una información contenida en un aparato exterior sea considerada
creencia son: un alto grado de confianza, dependencia y accesibilidad. Una de las quejas
que se presentan es que puede cambiarse el contenido de los aparatos externos, en el caso
de Leonard, él mismo manipula sus anotaciones para poder manipular sus creencias; si
bien esto hace a la situación muy debatible, puede compararse el caso con contextos de
manipulación emocional como el gaslighting, pero, además de esto, permite una
observación: el protagonista no reconoce la información manipulada porque no apuntó
este suceso, sus creencias son únicamente aquellas que puede encontrar en sus
“dispositivos de memoria”. Los autores plantean la naturalidad que otorga el reconocer
la identidad de sistemas acoplados de algunas agencias, incluso plantean que en lo que
versa sobre las creencias puede darse también una extensión de la agencia con otra
agencia y hablan de la interesantísima extensión del yo a partir de la mente extendida (a
través del sistema acoplado con dispositivos que almacenan creencias), pues el yo excede
la necesidad de la conciencia y puede ser concebido como un sistema de acoplamiento
gracias a la mente extendida. Para redondear este apartado, el rol de las creencias es el de
proporcionar información necesaria en el momento adecuado con la disponibilidad
requerida, las creencias forman parte de la mente y al encontrarse fuera de ella la
extienden, extendiendo también la identidad del sujeto, mientras tienen un papel crucial
en la forma en que el sujeto se relaciona con el entorno.
El cuerpo, a través de la interacción física con el entorno tiene capacidad de extender lo
procesos cognitivos y de ayudar en la extensión de la mente.
2- Prinz analiza las emociones en dos aspectos. Primero, según su forma (formato
representacional), él considera que son percepciones de cambios corporales. El segundo
aspecto que tiene en cuenta es el contenido de la emoción (lo que representan) y el rol
que cumple en la vida del agente; las emociones aportan más información que cambios
en el cuerpo, representan una situación de interés, ocasionando de este modo una
respuesta conductual (plan de acción). Los cambios corporales responden a los
estímulos siguiendo un patrón específico, ya que están programados para notificar
situaciones particulares. Lo que vincula a las emociones, al estímulo externo y a las
respuestas conductuales son los archivos mentales, estos son una agrupación de
representaciones mentales de todo aquello que incita una emoción, pudiendo variar
Constanza Valentina García Brito, Parcial de Antropología filosófica.

según la cultura y con el tiempo para cada individuo, también conservan información
sobre la respuesta que desencadena cada emoción, pudiendo modelarse y variando
según el contexto en que esté inmersa la persona.
El autor se ubicaría en una teoría monista no eliminativa, ya que su teoría es
corporeizada y menciona al cerebro y los procesos neuronales que se dan en él como
actores en los procesos cognitivos, sin embargo, también afirma la existencia de las
representaciones mentales, lo que lo aleja de un monismo reductivo. Más concretamente
la teoría de Prinz es funcionalista.
3- Desde mi perspectiva, la importancia del vínculo entre el sujeto y el mundo para la
Antropología filosófica recae en que es posible entender al entorno como constructor
activo del sujeto y de su identidad. No nos relacionamos con el mundo solo como
agentes psicológicos y de conocimiento que lo modifican y se apropian constantemente
de él mediante su transformación, no solo nos relacionamos con el mundo
aprovechándonos de él, si no que el mundo nos modifica activamente, mientras lo
modificamos a él.
Los vínculos de acoplamiento mental y corporal con el entorno físico son sumamente
interesantes. A la hora de pensar en nuestro vínculo con el medio ambiente, no pude evitar
pensar en contraposición a Marx que, al igual que Feuerbach, planteaba que el hombre es
naturaleza solo porque su vida persiste gracias a los recursos de esta y que la aprovecha
como la materia prima de su trabajo, sin embargo, esta mera relación de dominación y
usufructo no tiene en miras un acoplamiento real, diferente a lo que plantea, de aquella
unidad, Donna Haraway. También del vínculo con los dispositivos mediante los cuales
conocemos y a su vez cómo se vinculan estos con nuestra identidad nos hablan Clark y
Taylor, según Clark el lenguaje es un recurso externo de cognición, pero al ser seres
hablantes que almacenan sus creencias en imágenes, pero también en palabras no
podemos evitar decir que el lenguaje construye nuestra identidad y la extiende en tanto
agentes; Taylor directamente dice que nuestra identidad se hace a partir de este entramado
lingüístico, volviéndola además extendida intersubjetivamente. Otro vínculo que no
puedo evitar pensar es el de nuestras capacidades cognitivas y físicas con nuestro contexto
socio-económico, político y científico: aquí pienso en Virginia Woolf con su texto Un
cuarto propio, me pregunto “¿Qué hubiera pasado si aquellas mujeres escritoras hubiesen
tenido auriculares para aislar el ruido a su alrededor o efectivamente su cuarto propio?”
los procesos creativos y de pensamiento seguramente hubiesen variado; Piedra Alegría
con su análisis del transhumanismo hace pensar en cómo según nuestro contexto
geopolítico varía la forma en que nuestro cuerpo tiene posibilidades de transformarse y
relacionarse con recursos y herramientas nuevas, lo que puede aplicarse incluso sin buscar
ser un transhumano; por qué no volver a Donna Haraway que vincula a nuestra capacidad
de conocer y nuestra identidad con el conocimiento científico que rige la política de
nuestro contexto (a lo que se suma Piedra Alegría), por ejemplo, el caso de las
primatólogas que tornaban sus anotaciones de modo que fueran funcionales a la visión
machista regente sobre los roles de género o el hecho de cómo los avances en el
conocimiento biológico hacen variar nuestra autopercepción, no solo ya como individuos,
sino también como especie, incluso es posible pensar en el racismo y cómo el considerar
a la raza negra como no humana cambió la forma en que nos relacionamos
intersubjetivamente, esta última autora también nos habla de los acoplamientos físicos
Constanza Valentina García Brito, Parcial de Antropología filosófica.

con la noción del cyborg (cuya forma de relacionarse con el mundo y de conocer es
totalmente distinta) y de los impactos del microchip.
Por último y rápidamente, también me hizo replantear los vínculos con nuestro propio
cuerpo, pues hay órganos y procesos dentro nuestro que difícilmente captamos a menos
que nos enfoquemos en ellos de manera especial y cuya actividad notamos en otras partes
del cuerpo. Por ejemplo, la actividad de las cuerdas vocales y de los órganos fonadores
(que en realidad sentimos en los resonadores ubicados en la cara).

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