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121-Texto Del Artículo-218-1-10-20220505
121-Texto Del Artículo-218-1-10-20220505
The Nightmare
Valeria Decorte
Correspondencia: Filiaciones Institucionales:
valeriadecorte@gmail.com Universidad Nacional de Rosario
(UNR). Argentina
Resumen: En este trabajo, se retoma un tema que es explorado desde una perspecti-
va psicoanalítica, artística y literaria, en donde se entremezclan la tradición médica y
la tradición popular. A partir del recorrido de diferentes autores se intenta una posible
teorización de la temática, sobre todo teniendo en cuenta aspectos metapsicológicos que
permitan establecer diferencias entre la pesadilla y el sueño. Retomando una constelación
de conceptos que va del ombligo del sueño, lo siniestro hasta el dolor se intenta crear un
horizonte de lectura que recorra tanto lo teórico como lo clínico.
Palabras clave: Pesadilla - Sueño - Siniestro - Goce - Dolor
Abstract: In this work, is taken up a topic that is explore from a psychoanalytic, ar-
tistic and literary perspective, where medical tradition and popular tradition mix. Based
on the trajectory of different authors a theorization of the theme is attempted, especially
considering metaphysics aspects that allow to establish the difference between the night-
mare and the dream. Taking up a constellation of concepts from the navel of the dream to
the sinister and pain, a reading horizon is created and both theoretical and clinical aspects
are taken into account.
Key Words: Nightmare - Dream - Sinister - Jouissance - Pain
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finge.2 Esa pregunta aporta la forma más ese fondo con el famoso planteo de Freud
primordial de la dimensión de la demanda. acerca del ombligo del sueño? Cicatriz
“Henos aquí conducidos a interrogar una que rememora aquel subsuelo, aquel antes
vez más la relación entre una experiencia del nacimiento, aquella herida sangrante
que puede ser llamada pre-subjetiva, en donde no es posible, ninguna distinción y
el sentido corriente del término sujeto, y ninguna separación. “En los sueños mejor
la pregunta en su forma más cerrada, en interpretados solemos vernos obligados
forma de un significante que se propone a a dejar en tinieblas determinado punto,
sí mismo como opaco, lo cual es la posi- pues advertimos que constituye un foco
ción del enigma” (Lacan,{1962-63} 2004 de convergencia de las ideas latentes, un
p 73/74) nudo imposible de desatar, pero que por
Luis Gusmán (2015) en su trabajo lo demás no ha aportado otros elementos
“Demonios de la pesadilla” plantea que la al contenido manifiesto. Esto es entonces
referencia de Lacan, al ser que oprime el lo que podemos considerar como el om-
pecho con su goce extranjero, pareciendo bligo del sueño, o sea el punto por el que
dar lugar a una sustancialización del goce se haya ligado a lo desconocido.” (Freud,
del cuerpo, no es más que un producto 1981, p.666).
residual de la misma tradición, retomada Esta imagen del ombligo, es lo que La-
tanto por Jones como por Füssli. Es como can retomará en el Seminario 2 cuando
si la naturaleza misma de la pesadilla im- analiza el sueño de la inyección de Irma
pidiera desarmar la articulación primera, y el sueño del hombre de los lobos para
creando una fijeza aún en la manera de plantear que entre la escena y lo que el su-
trasmisión y argumentación del concepto, jeto ve en el sueño, hay una hiancia más
propagando prácticamente intacto ese re- significativa que entre el contenido laten-
siduo. te y el contenido manifiesto de un sueño.
Nos detenemos y provisoriamente Hay dice Lacan ({1954-55}1992): “(…)
construiremos una serie: angustia, terror, una visión fascinante, que suspende por
miedo, pavor, sueño, sueño de angustia, un tiempo al sujeto, en una cautivación
pesadilla. Que bien podría entrelazarse donde se extravía”. Unas líneas más y
con otra: furor, posesión, poder opresi- prosigue: “En ambos casos nos encontra-
vo, hundimiento, precipitación de nuestra mos ante una suerte de vivencia postrera,
pérdida. (…) relación abisal con lo más desconoci-
do, marca de una experiencia privilegiada
4- La pesadilla de Freud excepcional donde un real es aprehendido
más allá de toda mediación, imaginaria o
Hay que considerar, además de su valor simbólica” (p.265)
enigmático, el lugar ectópico que la pesadi- Sabemos que el sueño se afirma en la
lla posee. Lugar equivoco que no se inscri- “otra escena” (andere Schauplatz), en
be seguramente en el paréntesis que impli- cambio, la pesadilla tambalea, haciendo
ca el dormir. Un lugar, donde florecen dos estallar la escena onírica placentera, como
polos: el dolor y lo siniestro. Experiencia si de pronto el telón no funcionara, como
que proviene y que “despierta” el “fondo si el límite entre lo decible y lo indecible,
de los tiempos”. ¿Podremos emparentar lo legible y lo ilegible se precipitara ha-
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ciendo estallar tanto al sujeto como a la ca? Es decir, al orden de las deforma-
escena misma. ¿Las imágenes inquietantes ciones y transformaciones, al orden
e insistentes de nuestras pesadillas serán del disfraz, al cual incesantemente y
las sombras que proliferan después del cada noche se someten nuestros sue-
estallido?3 ños.
A la riqueza del contenido manifiesto Esbozaremos e indicaremos algunas di-
del sueño se opone el estereotipado de la recciones para responder. La pesadilla se
pesadilla. A la riqueza del relato del sue- anuda con los dos polos antes señalados:
ño se opone el lento discurrir de detalles por un lado, el dolor como contracara de
visuales y de sensaciones de la pesadilla la vivencia de satisfacción (recordemos el
(caídas prolongadas, persecuciones sin fin, “Proyecto…”, como también bastantes
gritos inaudibles, ecos ensordecedores, la- años más tarde la adenda de “Inhibición,
berintos infinitos, animales inquietantes, síntoma y angustia”). Por otro lado, recu-
etc.) Para Freud lo importante del sueño rrir a lo que Freud llama lo siniestro vi-
es el trabajo y sus operaciones: conden- venciado, ese punto paradójico donde la
sación, desplazamiento, miramiento por misma cosa se da en dos estados a la vez.
la figurabilidad. O sea, la serie de trans- Donde ya no sabemos que es interior y ex-
formaciones que se operan a partir de dis- terior, qué es lo que me pertenece y qué
tintos desencadenantes como las mocio- pertenece al otro, es decir donde los lími-
nes pulsionales, los restos diurnos, hasta tes se borran, vacilan. Freud decía que la
el producto terminal: el relato. Si bien es experiencia de lo siniestro es sentirse com-
cierto que el sueño mantiene también una pletamente desorientado. Indicando que
relación electiva con lo visible, su función una de las formas que adopta es la repeti-
(cualquiera sea su contenido) será figurar ción de lo igual, que según él “…recuerda
la inaccesibilidad a la escena infantil y el desamparo de algunos estados oníricos.
mantenerla en otro estado: “(…) no re- Antaño, cuando al recorrer en una calu-
chazaremos —dice Freud— la probabili- rosa tarde de verano las calles desiertas
dad de que la transformación de las ideas y desconocidas para mí de una pequeña
en imágenes visuales sea también en el sue- ciudad italiana, fui a dar a una zona so-
ño la consecuencia de la atracción que el bre cuyo carácter no podía quedar mucho
recuerdo, representado visualmente, y que tiempo en duda. Podían verse sólo mujeres
tiende a resucitar, ejerce sobre las ideas pintarrajeadas en las ventanas de las pe-
privadas de conciencia, que aspiran a ha- queñas casas, y me apresuré a abandonar
llar una expresión. Según esta hipótesis, la estrecha calle doblando en la primera
podría también describirse el sueño como esquina. Pero después de que yo vagara
la sustitución de la escena infantil, modifi- un rato sin rumbo, me encontré de pronto
cada por su transferencia a lo reciente. La en la misma calle, en la cual empecé a lla-
escena infantil no puede conseguir su re- mar la atención, y mi apurado alejamiento
novación real y tiene que contentarse con tuvo como consecuencia que, tras un nue-
retornar a título de sueño” (Freud, 1981, vo rodeo, vine a dar allí por tercera vez.”
p. 678). (Freud, 2014, p.105).
Pero, ¿cuál sería la razón por la cual El tema del dolor en la obra de Freud
la pesadilla no se somete a esta lógi- tiene irrupciones esporádicas pero preci-
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