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Facultad de Ciencias Humanas –UNLPam

Letras
Introducción a la Literatura

El discurso lírico: poesía escrita por mujeres


Corpus

Alfonsina Storni (Argentina, 1892-1938)

Tú me quieres blanca

Tú me quieres alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada

Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.

Tú que hubiste todas


Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.
Tú que en los jardines
Negros del Engaño
Vestido de rojo
Corriste al Estrago.
Letras- Introducción a la Literatura

Corpus “El discurso lírico: configuraciones poéticas de la mujer”


Tú que el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!

Huye hacia los bosques,


Vete a la montaña;
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.
(De El dulce daño, 1918)
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Corpus “El discurso lírico: configuraciones poéticas de la mujer”

Nora Lange (Argentina, 1905-1972)

Vacía la casa donde tantas veces


las palabras incendiaron los rincones.

La noche se anticipa
en el plano mudo
que nadie toca.

Voy a solas desde un recuerdo a otro


abriendo las ventanas
para que tu nombre pueble
la mísera quietud de esta tarde a solas.

Ya nadie inmoviliza las horas largas y cerradas


tanto pudor de niña.

Y tu recuerdo es otra casa

Y mis latidos forman una hilera de pisadas


grande y quieta
por donde yo tropiezo sola
que van desde su puerta hacia el olvido.
(De Los días y las noches, 1926)
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Corpus “El discurso lírico: configuraciones poéticas de la mujer”

Alejandra Pizarnik (Argentina, 1936-1972)

Vagar en lo opaco

mis pupilas negras sin ineluctables chispitas


mis pupilas grandes polen lleno de abejas
mis pupilas redondas disco rayado
mis pupilas graves sin quiebro absoluto
mis pupilas rectas sin gesto innato
mis pupilas llenas pozo bien oliente
mis pupilas coloreadas agua definida
mis pupilas sensibles rigidez de lo desconocido
mis pupilas salientes callejón preciso
mis pupilas terrestres remedos cielinos
mis pupilas oscuras piedras caídas

Mendiga voz

Y aún me atrevo a amar


el sonido de la luz en una hora muerta,
el color del tiempo en un muro abandonado.

En mi mirada lo he perdido todo.


Es tan lejos pedir. Tan cerca saber que no hay.
(de Poesía completa 1955-1972)
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Corpus “El discurso lírico: configuraciones poéticas de la mujer”

Olga Orozco (Argentina, 1920 -1999)

Señora tomando sopa


Detrás del vaho blanco está el orden, la invitación o el ruego,
cada uno encendiendo sus señales,
centelleando a lo lejos con las joyas de la tentación o el rayo del peligro.
Era una gran ventaja trocar un sorbo hirviente por un reino,
por una pluma azul, por la belleza, por una historia llena de luciérnagas.
Pero la niña terca no quiere traficar con su horrible alimento:
rechaza los sobornos del potaje apretando los dientes.
Desde el fondo del plato asciende en remolinos oscuros la condena:
se quedará sin fiesta, sin amor, sin abrigo,
y sola en lo más negro de algún bosque invernal donde aúllan los lobos
y donde no es posible encontrar la salida.

Ahora que no hay nadie,


pienso que las cucharas quizás se hicieron remos para llegar muy lejos.
Se llevaron a todos, tal vez, uno por uno,
hasta el último invierno, hasta la otra orilla.
Acaso estén reunidos viendo a la solitaria comensal del olvido,
la que traga este fuego,
esta sopa de arena, esta sopa de abrojos, esta sopa de hormigas,
nada más que por puro acatamiento,
para que cada sorbo la proteja con los rigores de la penitencia,
como si fuera tiempo todavía,
como si atrás del humo estuviera la orden, la invitación, el ruego.

(de Con esta boca, en este mundo, 1994)


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Corpus “El discurso lírico: configuraciones poéticas de la mujer”

Dora Delia Battiston (Argentina)

PARA NOMBRARLOS
Para Aldo Reda
"Todo debe estar eternamente ante Dios."
Goethe
Deben estar entonces aquellos tamariscos,
guardianes de la vida, oración verde,
límite del secreto y de la gracia.
Deben estar, indudables, silenciosos,
multiplicándose
bajo sus propias dinastías de sombra,
su cielo en laberinto
su señal de distancia.
Deben estar sus ramas encendidas
y su forma solar en las mañanas,
pero también sus noches en la noche
reiterada del pueblo,
confusa red de nombres y de pasos,
lentas voces entrando a su misterio.
Todo estará: la muralla persistente
y esa fidelidad al infinito
mapa de sus raíces, a la dulce
simulación de eternidad que implican,
y un susurro de polen y de insecto.
Y más acá, en el tiempo, su elegía,
este modo imperfecto de nombrarlos,
esta palabra gris que se aniquila
en su verde universo sin palabra.
(De Entre el viento y el humo de la vida, 1982)
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Corpus “El discurso lírico: configuraciones poéticas de la mujer”


Amelia Biagioni (Argentina, 1916-2000)

MANIFIESTO

Yo me resisto,
en la calle de los ahorcados,
a acatar la orden
de ser tibia y cautelosa,
de asirme a la seguridad,
de acomodarme en la costumbre,
de usar reloj y placidez,
aventura a cuerda,
palabra pálida y mortal
y ojos con límites.

Yo me resisto,
entre las muelas del fracaso,
a cumplir la ley de cansarme,
de resignarme,
de sentarme en lo fofo del mundo
mortecina de una espada lánguida,
esperando el marasmo.

Yo me resisto,
acosada por silbatos atroces,
a la fatalidad
de encerrarme y perder la llave
o de arrojarme al pozo.

Con toda la médula


levanto, llevo, soy el miedo enorme,
y avanzo,
sin causa,
cantando entre ausentes.
(De El humo, 1967)
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Corpus “El discurso lírico: configuraciones poéticas de la mujer”


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Corpus “El discurso lírico: configuraciones poéticas de la mujer”


Silvia Mellado (Argentina, 1977)

Cooking
Imaginé agarrarlo como a la carne picada
con todos los dedos
para que se escape
deslizándose
amoldándose a las huidas.
O cortarlo en pedacitos
después de pelarlo
como al tomate
mientras se resbala
y me hace pensar
que es mejor vestido
sin tocarlo
mucho,
sólo consumirlo
para refrescarme.
Y si no, comerlo como al alcaucil
untarlo
chuparlo
deshojándolo.
O esperar
a que asome
con la misma presura
con la que me someto
a esas plantas que sólo florecen
si se las cuida excesivamente
para después no durar nada
como si fueran realmente
importantes.
Ahora que tengo un hombre en la mesada
no sé qué hacer con él
y las horas del almuerzo se me pasan.
(Acetato, 2009)
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Corpus “El discurso lírico: configuraciones poéticas de la mujer”


Piba de Zapala
De chica era una guacha,
machona, según las viejas.
Con su cara negra, regordeta y con pecas
era la que más rápido corría,
a la que no le importaba
que se le movieran los pechos
y nunca le daba vergüenza vociferarles
los cuernos de vuestros padres
a ninguno en la cara.
Su boca era la cloaca más temida del barrio
porque era un loudspeaker
de los chismes y calumnias.
El tiempo pasó por ella
como una máquina
de aplanar tierra.
La vi mucho tiempo después
flaca y con los ojos sin chiste
cargando un bebé desnutrido
al que le ponía los soquetes tan chiquitos
que le estrangulaba las piernas.
( Acetato, 2009)
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Corpus “El discurso lírico: configuraciones poéticas de la mujer”

Irene Gruss (Argentina, 1950)

Cotidiano

De a poco, de a poco ordeno y


cumplo tareas mínimas;
tan de a poco voy y tanto me enorgullezco
que miro el escobillón y es un ente notable,
sublime junto a mí arrastrando basura,
el uno junto al otro esforzándose
tanto, y dejarlo a un lado o tras la puerta
es un acto tan cruel
como el haber barrido todo y descansar.

12 de enero de 2015, en Casta diva (web)


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Corpus “El discurso lírico: configuraciones poéticas de la mujer”

Gioconda Belli (Managua, Nicaragua 1948)

Contradicciones
a las inolvidables mujeres del PIE
Afuera,
la noche, agazapada,
aguarda como tigre
para saltar a través de la ventana.
En este recinto donde,
trabajosamente,
le arranco al aire las palabras,
me asombra el inesperado deseo
de un beso
leve
sobre la pierna.
No hay nadie aquí
Está mi cuerpo solo
mientras yo esto con ellas:
las mujeres sin habla.
Esas que mis dedos escuchan,
Esas que entran de noche
con aliento de luna.
Mujeres de los siglos
me habitan:
Isadora bailando con la túnica.
Virginia Woolf en su cuarto propio.
Safo lanzándose desde la roca.
Medea, Fedra, Jane Eyre
y mis amigas,
espantando la decrepitud del tiempo,
escribiéndose a sí mismas
sacudiendo viejas sombras para alumbrar sus perfiles
y poderse ver al fin
despojadas de toda constricción.
Mujeres danzan a la luz de mi lámpara.
Se suben a las mesas. Dicen discursos incendiarios.
Me sitian con los sufrimientos. Las marcas del cuerpo.
El alumbramiento de los hijos.
El silencio de las olorosas cocinas.
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Corpus “El discurso lírico: configuraciones poéticas de la mujer”


Los efímeros, tensos, dormitorios.
Mujeres enormes.
Monumentos me circundan.
Dicen sus poemas. Cantan. Bailan.
Recuperan la voz.
Dicen: “No pude estudiar latín. No pude escribir como Shakespeare.
Nadie se apiadó de mi gusto por la música.”
George Sand: “Tuve que disfrazarme de hombre.
Escribí oculta en el nombre masculino.”
Y más allá, Jane Austen
Acomodando las palabras de “Orgullo y Prejuicio”
en un cuaderno, en la sala común de la parroquia,
interrumpida innumerablemente por los visitantes.
Mujeres de los siglos,
adustas
envejecidas
tiernas
con los ojos brillantes descienden en mi entorno.
Ellas
perecederas
inmortales
parecieran gozar en sus cuerpos de gaza,
viendo mi cuarto propio,
el nítido legajo de papeles blancos,
el moderno compacto procesador,
los estantes de libros,
los gruesos diccionarios.
Yo miro de soslayo el armario con la ropa blanca,
mis suaves y femeninas prendas íntimas.
Noto la lista del mercado en la mesa de noche.
Siento el deseo aún
de un beso
leve
sobre la pierna.
( De apogeo, 1997)
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Corpus “El discurso lírico: configuraciones poéticas de la mujer”

Dulce María Loynaz Muñoz (Cuba, 1902 -1997)

Si me quieres, quiéreme entera

Si me quieres, quiéreme entera,


no por zonas de luz o sombra...
Si me quieres, quiéreme negra
y blanca. Y gris, y verde, y rubia,
y morena...
Quiéreme día,
quiéreme noche...
¡Y madrugada en la ventana abierta!

Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda... O no me quieras!

(De Versos, 1920-1938)


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Corpus “El discurso lírico: configuraciones poéticas de la mujer”

Idea Vilariño (Uruguay, 1920-2009)

YA NO SERÁ

Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.

No llegaré a saber
por qué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.

Ya no soy más que yo


para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.
No volverá a tocarte.
No te veré morir.
(Poemas de amor, 1957)
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Corpus “El discurso lírico: configuraciones poéticas de la mujer”

Cuando compre un espejo para el baño


voy a verme la cara
voy a verme
pues qué otra manera hay decíme
qué otra manera de saber quién soy.
Cada vez que desprenda la cabeza
del fárrago de libros y de hojas
y que la lleve hueca atiborrada
y la deje en reposo allí un momento
la miraré a los ojos con un poco
de ansiedad de curiosidad de miedo
o sólo con cansancio con hastío
con la vieja amistad correspondiente
o atenta y seriamente mirarme
como esa extraña vez—mis once años—
y me diré mirá ahí estás
seguro
pensaré no me gusta o pensaré
que esa cara fue la única posible
y me diré esa soy yo ésa es idea
y le sonreiré dándome ánimos.

Comparación
Como en la playa virgen
dobla el viento
el leve junco verde
que dibuja
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Corpus “El discurso lírico: configuraciones poéticas de la mujer”


un delicado círculo en la arena
así en mí
tu recuerdo.
(Nocturnos, 1955)
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Corpus “El discurso lírico: configuraciones poéticas de la mujer”

Delmira Agustini (Uruguay, 1886-1914)

La musa
Yo la quiero cambiante, misteriosa y compleja;
con dos ojos de abismo que se vuelvan fanales;
en su boca, una fruta perfumada y bermeja
que destile más miel que los rubios panales.
A veces nos asalte un aguijón de abeja:
úna raptos feroces a gestos imperiales
y sorprenda en tu risa el dolor de una queja;
¡En sus manos asombren caricias y puñales!
Y que vibre, y desmaye, y llore, y ruja, y cante,
y sea águila, tigre, paloma en un instante,
que el Universo quepa en sus ansias divinas.

Tenga una voz que hiele, que suspenda, que inflame,


y una frente que, erguida, su corona reclame
¡de rosas, de diamantes, de estrellas o de espinas!
(en El libro blanco, 1907)
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Corpus “El discurso lírico: configuraciones poéticas de la mujer”

Marosa Di Giorgio (Uruguay, 1932-2004)

Era la noche de mi casamiento.


Aunque, asombrosamente, los preparativos hubieran empezado años antes; antes de que yo
naciese, antes de las bodas de mis padres.
Pero, esa noche, bajo los dorados soles, y entre las berenjenas, que de tan azules, daban
resplandores rojos, se atraparon criaturas inocentes y legítimas; se les sacaba el pelo y el
sexo, y eran tendidas sobre las grandes asaderas.
Por lo menos, eso fue lo que vi en un cuadro, mucho tiempo después: mis familiares, de
pie, ante la Divinidad de los tomates.
Y toda la noche se oyó una música grave, inexplicable; como si sonaran juntos, o fueran
uno solo, la Danza del Fuego y el Bolero de Ravel.

(1979)
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Corpus “El discurso lírico: configuraciones poéticas de la mujer”


Cristina Peri Rosi, (Uruguay, 1941)

Reminiscencia

No podía dejar de amarla porque el olvido no existe


y la memoria es modificación, de manera que sin querer
amaba las distintas formas bajo las cuales ella aparecía
en sucesivas transformaciones y tenía nostalgia de todos los lugares
en los cuales jamás habíamos estado, y la deseaba en los parques
donde nunca la deseé y moría de reminiscencias por las cosas
que ya no conoceríamos y eran tan violentas e inolvidables
como las pocas cosas que habíamos conocido.
(Diáspora , 1976)

Dedicatoria

La literatura nos separó: todo lo que supe de ti


lo aprendí en los libros
y a lo que faltaba,
yo le puse palabras.

(Evohé, 1971)

Mensajes

Cómo amaba los manuscritos de tus manos


en la alfombra
en la mesa de todos los días
en los mansos atardeceres
en el polvo de la ventana
en la monótona arena de la playa
Mansas manos
mensajes monosilábicos

Pero nunca supiste qué palabra escribías.

(Lingüística general, 1979)

Tierra de nadie

Ahora que todas las regiones


quieren ser naciones
yo busco la tierra de nadie
un lugar sin nombre
que nadie reclame
un lugar de paso
transitorio como la vida misma
sin patria
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Corpus “El discurso lírico: configuraciones poéticas de la mujer”


sin banderas
sin fronteras
sin lengua identitaria
más que al lengua de la poesía.
Territorio de los sueños
Donde todo está por empezar
Donde todo está por explorar

(La noche y su artificio, 2014)

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