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Libros que ayudan a entender el mundo OC OL Ce Con la mundializacién de la informacién, el menor acontecimiento es hecho vi sible y, aparentemente, ms comprensible. Sin embargo, no hay un vincula directo entre e!zumento del nimero de informaciones y la comprension del mundo. Esta sel nuevo dato de partida del siglo xa: a informacion no eres comunicacion, ‘Se hace patente le ruptura entre informacién y comunicacién a dificultad de pa- sar de una a otra, Se sabia que las culturas son diferentes, pero se crefa que la misma irformacin podia ser més 0 menos aceptada por todos. Lo que se cons- tata es todo lo contrario: se abre un abismo. Esta verdad empirica ya habia sido descubierta, alguna vez dolorosamente, en relacidn alos estados-nacion. Y la re- encontramos mas nitidamente en la escala introducida por 'a mundializacién. Lo que de este mado se esta hundiendo es un determinado modelo universalista en realidad occidental dela informacién y de su vinculo con la comunicacién, Este libro constituye, pues, un contrapunto necesario al entusiasmo ireflexivo ge~ nnerado por las nuevas tecnologias. Como Wolton muestra de un modo sencillo y directo, lo que se trata de comiatir es una nueva versién de la ideologia cien- tifista y teenol6gica, cuyos dafios colaterales estn muy lejos de las promesas de democratizacion y emancipacién que un coro acritco, en el que participan po- liticos,téenicos, empresarios¢ intelectuales, entona incesantemente. Todo ello en, favor de la modalidad actual del capitalismo. Dominique Wolton, una de las autoridades internacionales mas relevantes en la comunicacién y en los nuevos medios. Doctor en sociologia, actualmente es Director del institut des Sciences de fa Comraunieation du CNRS y Director de ia revista Hermes. Wolton es autor de mis de un centenar de atticulos y una vein- tena de libros, de los cuales Geoisa ha publicado Etagio del gran piblice. Una teo ria critica de f television (1992), Internet 2y después? (2000), Salvemos fa co- ‘municacién, Aldea global y cultura; una defensa de los ideales democraticos y la | eohabitacién mundial (2006) y La otra mundializacién. Los desafios de la coha- | bitacién cultural global (2007) 360" gedisa ©) mss. MLN a entender el mundo Libros que ayuda TCR TC Informar no es comunicar > Contra la ideologia tecnolégica Dominique Wotton Buscando desesperadamente el paraiso Un wiaje por las sociedades musulmanas del mundo Ziauddin Sardar Psicologia del terrorismo ‘Cémo y por qué alguien se convierte en terrorista John Horgan La nueva judeofobia Israel y los judios: desinformacién y antisemitismo Pierre-André Taguieff Extrafio Oriente Prejuicios, mitos y errores acerca del Islam Ziauddin Sardar ePor qué la gente odia EE. UU? Deudas pendientes de la era neoconservadora Ziauddin Sardar y Meryl Wynn Davies Calamidades La responsabilidad humana ante la atrocidad Ernesto Garzén Valdés Dominacién étnica y racismo discursive en Espaiia y América Latina Prejuicios e ideologlas racstas en Iberoamérica hoy en dia “Teun A. van Dijk La otra mundializacién Las batallas contemporineas por Ia diversidad cultural Dominique Wolton a después de la crisis que...? Propuestas para una nueva democracia mundial Jacques Attali INFORMAR NO ES COMUNICAR Contra la ideologia tecnolégica Dominique Wolton gedisa Indice Introduccién: Comunicar es negociar y cohabitar... 11 1. Una teorfa de la comunicacién ........ 02.6 17 1. Una teorfa de la comunicacién. . 17 2. De la revolucién de la informacién a las incertidumbres de la comunicaci6n. ...... . 26 3. Comunicarse es convivir ... 0.6... eee ee 30 2. Las técnicas, entre emancipacién e ideologia .... 37 1. De la técnica a la ideologfa técnica......... 38 2. Internet, entre utopia ¢ ideologia . . 44 3. Salir de la ideologia técnica . . 59 3. Hazafias y derivas de la informaciéa ...... L.. 67 1. La informacién, actor de todas las emancipaciones 2. Las derivas de la informacién 3. Las lineas de trabajo abiertas . 10 4. La nueva frontera de la incomunicacién 1. La comunicacién: el otro y la mundializacién. . 2. Pensar la comunicacién es pensar la incomunicacién. . . 3. La cuestién de la convivencia. . . 5. Informacién y conocimiento: indispensable convivencia . . . 1. Los periodistas, una fragil victoria 2. No hay informacién sin conocimientos. 3. El conflicto de las legitimidades . Conclusién: Comunicar: zhay alguien, en algan lugar, que me ame? . . Bibliografia...... 00... 0.0. Agradecimientos. INFORMAR NO ES COMUNICAR 83 84 88 93 ok 101 109 iy an - 133 . 141 Introduccién Comunicar es negociar y cohabitar «{nformar no es comunicar.» Para la mayor parte de noso- tros, esto significa que si la informacién es seria, la comu- nicaci6n no lo es. Sia la informacién, no ala comunicacion, que esta siempre bajo sospecha de ser seduccién y mani- pulacién. Este es el estereotipo comin. Lo que yo deseo demostrar es lo contrario. La comunicacién es ms com- pleja que la informacién, por tres razones En primer lugar, si bien no hay comunicacién sin infor macién, la comunicacién siempre es mis dificil, porque plantea la cuestién de la relacién y, por lo tanto, la cuestién del otro. Con incertidumbre en el resultado, pues el emisor rara vez esté en Iinea con el receptor. Y a la inversa. Luego, porque existe una contradiccién entre la legiti- midad de la informacién y el descrédito de la comunica- cién, cuando nunca los hombres, desde hace medio siglo, INFORMAR NO ES COMUNICAR 12 IntRopUCt habjan invertido tanto tiempo en tratar de comunicarse, ni habjan gastado tanto dinero en adquirir técnicas cada vex mas sofisticadas para tratar de conseguitlo. ;Por qué desvalorizar y criticar esta actividad mientras que se le consagran tanto tiempo, energia y dinero? Desvalorizar la comunicacién, que cada uno busca de manera tan deses- perada en su vida privada, profesional, politica y social, es desvalorizarse uno mismo. Por ailtimo, zpor qué identificar el bien con la informa- cién y el mal con la comunicacién, sia lo largo de dos siglos ambas han sido indisociables en el combate por la emancipacién individual y colectiva? No existe ninguna in- formacién sin un proyecto de comunicacién. Hay una es~ pecie de esquizofrenia en esta voluntad de demonizar la una para ensalzar Ja otra. En cuanto a las técnicas, desde Ja telefonia hasta la radio, desde la televisin hasta la infor- mitica, han desempafiado siempre un papel esencial en la emancipacién individual y colectiva, ademis de ser omni- presentes en nuestras vidas. Por este motivo mi trabajo, desde hace afios, apunta a no disociar la ebuena» informaci6n de la «mala» comuni cacién y a pensarlas de manera conjunta. Y ello destacan- do Ia paradoja actual: la omnipresencia de las técnicas, en un mundo abierto, saturado de informaciones, no basta para atenuar las aporias de la comunicacién. es : 13 En este libro procuro derribar el estereotipo dominante y mostrar por qué el verdadero desafio concierne mas a la comunicacién que a la informacién. No sélo ya no basta con informar para comunicar, pues la omnipresencia de las informaciones hace la comunicacién todavia més difi- cil, sino que, ademis, la revolucién de Ja informacién conduce a la incertidumbre de la comunicacién. El resul- tado es imprevisible. El problema ya no es s6lo la infor- macién, sino, ante todo, las condiciones que deben satis- facerse para que millones de individuos se comuniquen, o més bien para que lleguen a convivir en un mundo en el que todos lo ven todo y lo saben todo, y donde las innu- merables diferencias lingiifsticas, filosdficas, politicas, cul- turales y religiosas hacen todavia més dificil la comunica- cién y la tolerancia. En una palabra, a informaci6n es el mensaje, mientras que la comunicacién es Ja relacién, mucho mis compleja. Apostamos tanto por compartir lo que se tiene en comin como por aprender a gestionar las diferencias que nos separaran. Y ello en el plano individual tanto como en el colectivo. Por ‘iltimo, en la comunicacién, lo mis simple queda del lado de los mensajes y las técnicas, mientras que lo més compli- cado esta del lado de los hombres y las sociedades. EI siglo xax fue el de la revolucién de la informaci6n, con la conquista de las libertades. El xx, el de la victoria INFORMAR NO ES COMUNICAR 4 . de la informacion y de las técnicas, con la emergencia de a comunicacién, abierta a todos. El siglo xxr es el de la con- vivencia, en el sentido de las condiciones de una coexis- fencia posible entre puntos de vista distintos, en un mundo muy Pequeio en el que los individuos lo saben todo y del que es imposible escapar, Estamos lejos del discurso clisico en favor de la infor macion y hostil a la comunicacién. Ya no es posible je- rarquizarlas. Ambas deben ser pensadas de manera con- Junta, con una complejidad suplementaria en cuanto a la Comunicacion, que se enfrenta a la triple problemética de la telacién, la alteridad y el receptor. Por otta parte, la mera victoria de la informacién en los dos tiltimos siglos obliga a redefinir el estatus de la comunicacién. Con la victoria de Ia informacién sélo se habia recorrido la mitad del camino. eCuél es el propésito de este libro? Reflexionar sobre Ia comunicacién en la hora del triunfo de la informacion y has técnicas que la acompafian. Por otra parte, la crisis del capitalismo, desde el otofio de 2008, acelerard una reflexién critica sobre la dimensién Politica de las relaciones entre informacién, técnica y comu- ss Pueblos han seguido en directo la crisis y sus consecuen- cias. No cabe la menor duda de que, tras una fase de pas- Iwtropucci6n 15 mo, esa abundante informacién suscitard una critica sus~ tancial dirigida a los economistas, periodistas, politicos, universitarios y tecnécratas, que no han sabido o querido ver venir la catistrofe. Se pediran cuentas, se pedirin auto- ctiticas, ; Esta crisis es igualmente la crisis de una informacién fi- nanciera nunca controlada ¢ indisociable de Internet, que plantea una vez mis la cuestién politica de la regulacién de esta herramienta, si de verdad la queremos convertir en un instrumento de libertad. Aparte de la especulacién, las causas de la crisis son la velocidad en la circulacién de las informaciones, la ausen- cia de control, la desregulacién y el olvido del interés general Es el primer acontecimiento politico mundial que obliga a reflexionar sobre los desafios politicos de la infor- maci6n y de la comunicacién. De un modo similar a como Ja crisis de la economia —hace unos cuarenta afios— ace- Jeré una toma de conciencia politica que hoy dia ya forma parte de la experiencia comin, en lo referente a las gran- des cuestiones pendientes del medio ambiente. EI desafio consiste en perpetuar, en un mundo saturado de informacién, de comunicacién y de técnica, el valor de emancipacién que éstas tuvieron desde el siglo xvt. Impe- dir que la informacién y la comunicacién, que ayer eran factores de acercamiento, se conviertan en aceleradores de INFORMAR NO ES COMUNICAR incomprensién y de odio. Precisamente porque todas las diferencias y alteridades son visibles. Este es todo el senti- do de las investigaciones que realizo desde hace treinta afios: refundar los valores de emancipacién de la informacién y de la comunicacién en un contexto en el que han Iegado a sez omnipresentes y tremendamente polisémicas. 1 Una teoria de la comunicacién La revolucién del siglo xx1 no es la de la informacién, sino la de la comunicacién. No la del mensaje sino la de la relaci6n. No la de la produccién y la distribucién de la informacién mediante técnicas sofisticadas, sino la de sus condiciones de aceptacién o de rechazo por parte de esos millones de receptores, todos diferentes y que raramente estin en linea con los emisores. Los receptores, destinata- tios de la informacién, complican la comunicacién. La in- formacién tropieza con el rostro del otro. Se sofiaba con la aldea global, pero se redescubre la torre de Babel. 1, Una teoria de la comunicacién La diversidad de los receptores vuelve caduca la teoria do- minante. Hay mis informaciones que se difunden mas de- INNFORMAR NO ES COMUNICAR 18 prisa, formas son mis igualitarias, pero no aumentan la comunicacién ni la intercomprensién. Los receptores, 0 sea los individuos y los pueblos, se resisten a aceptar las in- formaciones que los estorban y quieren poder dar sus vi- siones respectivas del mundo. La incomunicacién se con- vierte en el horizonte de la comunicacién, lo cual obliga a realizar constantes negociaciones para que la convivencia sea posible. 2Cual es la paradoja? Que la victoria de la informacién revela esta dificultad creciente de la comunicacién. Duran- te siglos las dos palabras no han alcanzado a ser sinéni- mas, pero han ido juntas en la batalla por la libertad de expresién, la emancipacién politica y los derechos del hombre. Hoy dia es mas bien la informacién la que se impone y acenttia la idea de una comunicaci6n «automé. tica». Mafiana ser la problemitica de la comunicaci6n, o sea, hs condiciones de aceptahilidad y de negociacién, por parte de los receptores, de las informaciones recibidas des- de todas partes, la que Iegard a constituir el desafio esen- cial. La informacién ahora abunda, mientras que la comunicacién escasea, Producir informacién, intercambiarla 0 acceder a ella no basta ya para comunicarse. Antafio, con técnicas limitadas, los mensajes intercam- biados concemfan a piiblicos mas homogéneos. Hoy dia, los mensajes son innumerables, las técnicas casi perfectas, y Uwa Tron{A DE LA COMUNICACION los receptores cada vez mis numerosos, heterogéneos y reticentes. Ello no se debe sélo a las lenguas, sino también a las representaciones, culturas, visiones del mundo que chocan entre ellas. La aceleracién de la produccién y la transmisién de un mamero creciente ée informaciones ya no basta para crear mas comunicaci6n. Incluso amplifican Jos malentendidos y contenciosos. Es la primera vez en la historia en que se produce un desacoplamiento como éste. Esto es Jo que hace que la informacién y la comunica~ cién se conviertan en una cuestién clave para la paz y la guerra en el siglo xx1. ;Cémo podemos llegar a convivir cuando «no nos entendemos», cuando las diferencias se tornan visibles mediante técnicas cada vez més sofistica~ das? O bien se consigue organizar la convivencia sobre la base de que existen puntos de vista distintos, con la doble exigencia de respetar a a vez la diversidad de las identida- des y un marca comin de comunicacién, bien los gue- tos y los comunitarismos se encerrarin en identidades més © menos belicosas. ¥ no es dificil suponer de qué modo la escala de Ja mundializacién acentiia este riesgo. Si cada vez hay mis incomunicacién, se debe a que cada vez hay més informaciones. Este resultado habria sido impensable hace s6lo treinta afios. INFORMAR NO ES COMUNICAR 20 La informacion 2Qué hay que entender, respectivamente, por informa- cién, mensaje, comunicacién y relacién? Hay tres grandes categorfas de informaciones dadas —oral, imagen y texto— que pueden integrarse en cualquier soporte. La informa- cibn-noticia, vinculada a la prensa. La informacién-servicio, en plena expansién mundial, en especial con Internet. La in- _formacién-conocimiento, vinculada al auge de los bancos y bases de datos. Por dltimo, la informacién-relacional, que atraviesa todas las categorias y que remite a la cuestién, crucial en el hombre, de la comunicacién. La comunicacién Nos comunicamos por innumerables razones, aunque po- demos distinguir tres de ellas, a menudo mezcladas y je- rarquizadas de diferentes maneras segiin las circunstancias, que siempre nos empujan a querer entrar en contacto con alguien. En primer lugar, el compartir. Todo el mundo tra- ta de comunicar para compartir, intercambiar. Asunto hu- mano, afectivo, fundamental e infranqueable. Vivir es comunicarse y tratar de intercambiar con los demés, lo mds a menudo y lo més auténticamente posible. Luego UNA TEORIA DE LA COMUNICACION viene la seduccidn, inherente a todas las relaciones humanas y sociales. Por iltimo, la conviccién, ligada a todas las logi- cas de argumentacién empleadas para explicar y para res- ponder a las objeciones. La comunicacién ideal es, por supuesto, la que est vinculada al compartir, a los senti- mientos y al amor. En todo caso, tal es la situacién en que a comunicacién atraviesa el presente, se reencuentra con el pasado, que hace que todo sea posible en el futuro. Mo- mentos de gracia... La comunicacién, en este libro, se cen~ tra en los usos de la voz, del texto, de las imagenes, excep- tuando —a filta de espacio— la comunicacién fisica no verbal. Sin embargo, todos sabemos que un gesto, una mi- rada 0 una sonrisa dicen mucho mis que las palabras. Y no digamos los silencios, que a veces afirman lo contrario que las palabras y los gestos. En este aspecto permanecemos dentro de la definicién clésica en Ja que la informacién re- mite a la unidad y al mensaje. La comunicacién, por el con- trario, remite a la idea de relacién, de compartir y de ne- gociar. Ayer, el horizonte normativo consistia en conseguir establecer la comunicacién; hoy dia se trata més bien de gestionar la incomunicacién, mediante la negociacién, para construir una convivencia. INFORMAR NO ES COMUNICAR El receptor Es la tercera ruptura, No sélo ya no basta con informar para comunicar, debido a que cada vez hay més mensajes y a comunicacién exige una seleccién, sino también porque el papel de los receptores crece en importancia. Los recep- tores negocian, filtran, jerarquizan, y rechazan 0 aceptan los innumerables mensajes que reciben, que nosotros recibi- mos cotidianamente. El receptor, que nunca fire pasivo, es cada vez mis activo para resistir el flujo de informacién que se le ditige. Por otra parte habria que hablar mas bien del receptor-actor para destacar la dimensién dindmica reque- rida por esta funcién. Revalorizar la condicién del recep- tor-actor es también revalorizar la problematica misma de la comunicacién, tal como han hecho autores contempo- raneos, demasiado escasos por otra parte, como Jiirgen Ha- bermas, Umberto Eco, Michel Serres, Edgar Morin, Régis Debray y algunos otros. Nada mis simplista que los innu- merables discursos més o menos hostiles a la comunicacién que desvalorizan la condicién del receptor, siempre bajo la sospecha de ser un poco estipido y ficilmente manipula- ble. De todos modes, siempre es el otro el que es influen- ciable, nunca uno mismo. La comunicacién es el resultado de un juego complejo entre tres elementos. El receptor no siempre tiene razén, UNA TEORA DE LA COMUNICACION ——— 23 ni mucho menos, pues de lo contrario su dictadura se impondria, pero obliga a pasar de la idea de transmision a la de negociacién. Antaiio comunicar era transmitir, por- que las relaciones humanas eran lo més a menudo jerarqui- cas. Ahora es, la mayor parte del tiempo, negociar, porque los individuos y los grupos se encuentran mis en situacién de igualdad. El concepto de negociacién pertenece, por otra parte, 4 la cultura democritica. No hay negociacién en una sociedad autoritaria o totalitaria, Si se observa bien la realidad, hoy dia todos nos pasamos el tiempo negociando: en la pareja, Ja familia, la escuela, la empresa, la sociedad, Europa, el mundo... Cuantas menos cosas se impongan, muchas més se negociarin. Y cuanto més informados estén los indivi- duos, més criticarin y negociarin. Puedo resumir auf las cinco etapas de] esquema explica~ tivo de la teorfa de la comunicacién que defiendo y que concierne tanto a la comunicacién humana como a la co- municacin mediatizada por los técnices. Primero. La comunicacién es inherente a la condicién hu- mana. No hay vida personal y colectiva sin voluntad de ha- blar, comunicar, intercambiar a escala individual y colecti- va. Vivir es comunicar. Segundo. Los seres humanos desean comunicar por tres razones: compartir, convencer y sedu- cir. Y muy a menudo por las tres al mismo tiempo. Aun- INFORMAR NO ES COMUNICAR que esto no siempre se reivindique. Terero, La comunicacién tropieza con la incomunicacién. El receptor no esta en li nea o no esté de acuerdo. Cuarto, Se abre una fase de nego- ciacién en la que los protagonistas, de manera mas 0 me- nos libre o igualitaria, negocian para encontrar un punto de acuerdo. Quinto, El resultado, cuando es positivo, se llama convivencia, con sus fortalezas y sus debilidades. La nego- ciacién y la convivencia como procedimiento para evitar la incomunicacién y sus consecuencias, a menudo belicosas. Esa teoria de la comunicaci n, aparentemente modesta, descansa en la hipétesis de que ningin individuo ni socie~ dad pueden escapar a la comunicacin. Con cinco conse- cuencias: el horizonte de la comunicacién es, lo mas a menudo, la incomunicacién, visible especialmente en la discontinuidad cntre informacién y comunicacién; cs im~ posible reducir la comunicacién a los logros técnicos; es obligatorio negociar entre participantes; la perspectiva debe ser la convivencia. Como es evidente, esta incomu- nicacién estructural exige la igualdad entre los protagonis~ tas, pues de lo contrario no hay negociacién, Lo cual hace de la comunicacién contemporinea una realidad indiso- ciable de la cultura democritica y un proceso mucho mis amplio que la simple expresién. No hay comunicacién Una THORIA DE LA COMUNICACION posible, pues, sin un minimo de tiempo, de respeto y de confianza mutua, de modo que la tolerancia es una de las condiciones estructurales de todo proceso de comunica- cidn, Por diltimo, toda teoria de la comunicacién es por- tadora de una visin implicita de la sociedad y de las relaciones sociales, segiin se acepte un modelo mis o me- nos abierto, igualitario 0 jerirquico. La concepcién de- fendida aqui es mas humanista que técnica, y hace del intercambio el horizonte de toda la experiencia humana y social. Es también una concepcién politica, en el senti do de que privilegia la negociacién en vista del estableci- miento de un compromiso. Hay, para concluir, dos concepciones divergentes de la comunicacién. La primera, ampliamente dominante, in siste em que los logros técnicos hacen progresar la comu- nicacién, estableciendo una especie de continuo, que se prolonga en favor de las industrias que hoy dia son el sec- tor que mis esti creciendo en el mundo. La segunda, mi- noritaria, a la que me adhiero, parte de la dimension antropolégica de la comunicacién y privilegia los procesos politicos que deben ponerse en funcionamiento para evi- tar que el horizonte de la incomunicacién, entre los indi- viduos y los pueblos, se convierta en fuente de conflictos. 25 INFORMAR NO ES COMUNICAR 26 Estas dos concepciones no tienen la misma relacién con el hombre y con la técnica. Este modelo te6rico estructura las investigaciones empiri cas que llevo a cabo desde hace muchos afios en los cinco dominios siguientes: las relaciones entre ciencias y técni- cas; los medios de masas ¢ Internet; el espacio pablico y la comunicacién politica; la mundializacién, la diversidad cultural y Europa; las relaciones entre las ciencias, las teo- rias del conocimiento y la comunicacién 2. De la revolucién de la informacién a las incertidumbres de la comunicacién Quiz4s hayamos vivido ya lo mejor de la revolucion de la informacién y de la comunicacién, aunque hicieron falta tres siglos para conseguirlo. Todo se complica con la ge- neralizacién de la informacién, la diversidad de los recep- tores, su sentido critico y la mundializacién. De todas formas, hasta ahora se tenfa una visin simple de la infor- macién, reducida a un mensaje lo més a menudo univoco y aun receptor finalmente poco complejo. Con una es- UNA TEORIA DE LA COMUNICACION a - 27 pecie de continuo entre ambos, ademis de la idea de que la informacién més abundante y rapida debia crear mis comunicacién. Era el modelo universal de la comunica~ ci6n. Exige una puesta al dia. Y ello a pesar, 0 a causa, del progreso fulminante de las técnica de comunicacién en un siglo: la telefonia (1880), la radio (1900), la televisin (1930), Ia informatica (1940) y las redes (1980) Todos sofiamos con comprenderes. Enseguida descu- brimos las dificultades. Incluso de nifios. Con la comuni- cacién, lo que surge siempre es la cuestién del otro, que al fin y al cabo es la mis complicada tanto en la experiencia individual como en la colectiva, a pesar de la omnipresen— cia de las técnicas, su eficacia y la libertad de los indivi- duos. Cuando todo deberia ir més deprisa, va cada vez mis lento. Basta con ver el tiempo que nos pasamos tra- tando de comprendernos, con la panoplia de técnicas inte- ractivas y sofisticadas a nuestro alcance. Lo que ocurre es que el diablo de la alteridad se infiltra en todos nuestros intercambios. Y el «otro» soy yo, es él, o ella, cada cual. ©, por decirlo de otra manera, [a incomunicacién constituye el horizonte de la comunicacién. La incomunicacién que con tanta frecuencia se constata entre generaciones es una es~ pecie de metéfora de la incomunicacién en general. Inver sién completa respecto del esquema politico y cultural que preside la doble revolucién de la informacin y de la co- INFORMAR NO ES COMUNICAR Una Teonfa DE LA COMUNICACION 28 municacién desde el siglo xv1. La aldea global es una rea~ lidad técnica, pero no social, ni cultural, ni politica. Por otra parte, s6lo tras Ja victoria de la informacion, cuyo simbolo es hoy dia Internet, se podian descubrir los limites de la comunicacién. Es el descubrimiento de la incomunicaci6n lo que obliga a reflexionar sobre la comu- nicacién y la convierte en una de las cuestiones politicas fundamentales de principios del siglo x1. ¢Cémo convivir pacificamente en un universo donde todo el mundo lo ve todo y donde las diferencias son més visibles y menos negociables? De ahf la necesidad de sustituir la idea de compartir por la de negociacién y convivencia, lo cual hace todavia més visi- ble el vinculo entre comunicacién y democracia. ¢Qué es la democracia, en efecto, sino la negociacién y la convi- vencia pacifica de puntos de vista a menudo antagénicos? Por eso el concepto de comunicacién s6lo podia impo- nerse, como gran concepto humanista y democritico, después de todas las revoluciones cuyo objetivo era ins- taurar la libertad y la igualdad de todos los individuos. Esto queda lejos de la comunicacién reducida a la com. La om.? Es la voluntad de complacer, seducir y conven- cer. Al fin y al cabo, casi lo mismo que la comunicacién. ‘También aqui tenemos el deseo de que eso resulte... Todo el mundo recurre a ella cotidianamente, en todos los ofi- cios, en todos los niveles jerirquicos. Y a todas las edades. 29 2Quién no quiere complacer? Pero nadie quiere recono- cerlo. Como si la vida sélo fuera racionalidad y seriedad, y careciera de emocién. ;Vaya programa! Extrafio proceso esta revalorizaci6n constante de la com., tras la cual corre- mos todos sin jamés reconocerlo... y por otra parte es tan dificil de conseguir como la comunicacién, Asi, es mis fi- cil demonizar la com. que constatar que a menudo es la an- tecimara de la comunicacién, el perfecto chivo expiatorio de las batallas de la comunicacién que hemos perdido. Hay algo mis: se reprochan a la com. las estrategias de seduc~ cién y de manipulacién. Pero gquién no ha intentado, a lo largo de su vida, poner en prictica la una y la otra? Mara~ villosa hipocresia, que permite igualmente enmascarar el hecho de que no siempre es tan ficil seducir y manipular al otro. Podemos decir, por lo tanto, que los horizontes de la comunicacién son los siguientes: el compartir, la convic- cién, la seduccién, la influencia, la convivencia y la inco- municacin. Y mientras que los sistemas técnicos estin el Iinea, los hombres y las sociedades rara vez lo estan; por eso el progreso técnico es al mismo tiempo lo mejor y lo peor de la comunicacién. Permitié salir de la comunica- cién cerrada y multiplicar los mensajes y los intercambios, pero no ha aumentado las comunicaciones de un modo proporcional a las prestaciones de los instrumentos. Ha INFORMAR NO ES COMUNICAR 30 ea hecho més visibles las pruebas de la incomunicacién. Terrible vuelco cuyo impacto no se quiere advertir, debi- do a Ja ceguera con que el mundo entero, hace veinte afios, se tragé el mito de Internet, convencido de que seis mil quinientos millones de internautas permitirian que existiese una «auténticay comunicacion... La comunicaci6n resulta, en su forma contemporinea, de Ia triple revolucién de las libertades humanas, de los modelos democriticos y de los progresos técnicos. Aho- ra nos encontramos en la encrucijada. La comunicacién se encuentra amenazada por otras dos ideologias. El individua- lismo, o sea, la teduccién de la comunicaci6n ala expresién y ala interactividad. Y el comunitarismo, o sea, la marginali- zacién de la cuestién de la alteridad y la posibilidad de en- cerrarse en los espacios virtuales. 3. Comunicarse es convivir La dificultad surge igualmente del hecho de que la infor- macién y la comunicacién tienen cada una de ellas dos fa- cetas mas o menos contradictorias, pero indisociables. Una dimensién normativa que, en Jo referente a la informacién, remite a la idea de verdad; y, en lo referente a la comuni- caci6n, remite a la idea de compartir. Una dimensin fun- UNA TRORIA DE LA COMUNICAGION 31 cional, mucho més instrumental, ligada al hecho de que en las sociedades contemporaneas, que al fin y al cabo son muy complejas, no se puede vivir sin informaciones, inter- cambios, interacciones. Reflexionar sobre las relaciones entre informacién y comunicacién supone, pues, tomar los dos conceptos en su doble acepcién, sin discriminar. Pero, de todos modos, sus dimensiones normativas respectivas son lo que constituye su horizonte: la verdad para la infor- macién, el compartir para la comunicacién. Dicho de otra manera: desde Ja informacién mis ligera hasta Ja comunit cacién més mercantil, el horizonte es, al fin y a la postre, el mismo: la basqueda del otro y de la relacién, Muestra de que los individuos no olvidan nunca los ideales de inter comprensién que subsisten detras de las recetas o de las caricaturas. En este aspecto, la ideologfa de la informacion y de la comunicacién, a pesar de todos sus defectos y de- formaciones, participan del mismo ideal democritico. Con «da com.», asi como con la «information people», estamos todavia en el mismo espacio referencial. Es preciso, pues, tomar conjuntamente las dimensiones funcionales y nor- mativas tanto de la informacién como de la comunicacién. Esto supone la existencia de cuatro dimensiones que con- tribuyen en conjunto al vinculo social. Esta és también la razén por la que la informacion y la comunicacién, mis alla de todas sus ambigiiedades, parti- INFORMAR NO ES COMUNICAR 32 cipan en la gran problemitica de la «sociedad individualis- ta de masas», en Ja que todos y cada uno de los individuos persiguen dos valores contradictorios al mismo tiempo: la libertad individual y la igualdad de todos. ¢Qué permite establecer vinculos en las sociedades abiertas, en las que todas la diferencias son toleradas, reivindicadas y afirmadas en todos los casos? ;Cémo conciliar libertad ¢ igualdad, individualismo e identidad colectiva? La comunicacién es una problemdtica de la convivencia y del vinaulo social, contem- idad, de velocidad, de libertad y de igualdad. Espero que esta teoria de pordnea de una sociedad de movimiento, de interactit la comunicacién, centrada en la convivencia, pueda con tribuir a renovar las condiciones teéricas y pricticas del vinculo social, tan fragil en las sociedades abiertas, expuesto a los fuertes vientos de una mundializacin que carece de brdjula. ‘Antafio el vinculo social remitia a las relaciones entre estructuras sociales y culturales relativamente estables. En la actualidad es casi lo contrario: todo es interaccién. Los procesos de informacién y de comunicacién contribuyen a estructurar, a través de multiples interacciones, el nuevo espacio piblico con un vinculo social més dinémico y fri- gil. Asi pues, valorar el concepto de convivencia ayuda a renovar la reflexién sobre la naturaleza del vinculo social en las sociedades contemporineas, donde las interacciones Una Teoria DE LA COMUNICACION 3, entre Jos protagonistas son mas numerosas y contradicto- rias. Privilegiar la convivencia en la comunicacién y en el fancionamiento del espacio pablico es, pues, reflexionar también sobre la necesidad de gestionar al mismo tiempo las diferencias inherentes a nuestras sociedades y mantener un principio de unidad, todo ello bajo la perspectiva de una renovacién de las caracteristicas contemporaneas del vinculo social. Por otra parte, qué es el vinculo social sino este milagro consistente en hacer que en una socie~ dad se mantengan juntos individuos, grupos, comunidades y clases sociales que no tienen nada en comin? En suma, comunicacién, convivencia y vinculo social son los elementos constitutivos de la modernidad y de otra visién del espacio-tiempo. La comunicaci6n refleja bien las aspiraciones contradictorias de nuestras sociedades con- temporineas, en las que se produce una adhesi6n simulté~ nea a valores a menudo opwestas: libertad e igualdad, aper- tura ¢ identidad, mundializacién y localismo. El concepto normativo de la convivencia resulta ser, al fin, embleméti- co de las caracteristicas de la sociedad contemporinea. La convivencia como s{mbolo de una penpectiva normativa que apun- taa hacer que se mantengan unidos valores y dimensiones contra- dictorios Pero hay mis, Los complicados vinculos entre informa- cién y comunicacién se acompaiian también de un desdo- INFORMAR NO ES COMUNICAR UNA TeoRia DE LA COMUNICACION 34 blamiento de sentidos, Para la tradicién politica c intelectual, la informacién remite a la idea de lo que surge y constituye, més 0 menos, ruptura. Esto es cierto en lo que a la prensa se refiere, pero también desde un punto de vista mas amplio. La informaci6n es el acontecimiento o el dato que perturba un orden previo, y en ello reside su fuerza. En cuanto a la comunicacién, esta asociada a la idea de vinculo, de com- partir, de «comuniény. Hoy dia, con la generalizacién de Jos sistemas de informacién, se ha producido una inversion de sentidos, particularmente visible con Internet. La infor- macién se convierte en lo que produce vinculo, con la socie- dad de la informacién como horizonte. El sentido inverso de la informacién-ruptura. Cuando todo es signo e interac- cién, la informacién es vinculo, Basta con ver de qué modo las j6venes generaciones hacen de Internet la fuente absolu- ta de sus informaciones y, por iiltimo, de su comunicacién, fuente a la que ademés conceden una legitimidad y una confianza sin falla. A |a inversa, se observa el mismo cambio de sentido de la palabra comunicacién. Esta, hoy dia, tiene mucho menos el sentido clisico de compartir valores comunes que el de una idea de convivencia, ligada a la necesidad de hacer que se mantengan urgidas logicas dispares. Antes, comunicar era mucho més compartir y reunir, 0 unir. Ahora es mucho més convivir y gestionar las discontinuidades. Cada unos de los dos conceptos, informacién y comunicacién, toma asi una parte de la referencia del otro. La revolucién de la informacién y de la comunicacién, en el sentido en que las he entendido, trastoca entonces todas las relaciones entre comunicacién, cultura y conoci- miento, y contribuye a repensar las condiciones del vincu- Jo social contemporineo. Por eso una teoria de Ia informa- cién y de la comunicacién es, al fin y al cabo, inseparable de una visin (0, incluso, de una teorfd) de la sociedad. La paradoja hoy dia es que nunca ha sido tanto cuestién de comunicacién y de interactividad, hasia el punto de que- rer hacer de ellas un modelo de sociedad, en un momento en que, simultineamente, nunca ha habido tantos muros fisicos entre los pueblos y tantos muros de incomprensién entre los ricos y los pobres, los viejos y los jévenes, los emigrados y los otros, los que se atiborran de tecnologias y los que estin desprovistos de ellas 2 Las técnicas, entre emancipacién e ideologia gCuil es el propésito de este libro? Reflexionar sobre la comunicacién con el rasero de las tres rupturas que se han : la victoria de la informacién; el triunfo de Jas técnicas con la integracién sucedido en los diltimos cincuenta aiio: de las telecomunicaciones, de la informatica, de lo audio- visual, y la mundializacién que acelera las dos victorias precedentes. ;Cual es el desafio? Apartar informacion y comunicacién del imperio de la técnica, que frena la re- flexién sobre la comunicacién en mayor medida que las prestaciones de los instrumentos difuminan los inevitables fracasos de la comunicacién humana y social. Pensar el paso de la informacién a la comunicacién es, pues, destec- nificar la comunicacién, volver a poner la técnica en su sitio. INFORMAR NO FS COMUNICAR 38 1. De la técnica a la ideologia técnica gEn qué consiste la ideologia técnica aplicada a la comuni- cacién? En confiar a los instrumentos el cuidado de resol- ver problemas de sociedades que son ajenos a su campo de competencia. En este caso, es creer que cuantas més téc- nicas haya —el dia de mafiana habri 6.500 millones de internautas, por ejemplo—, mis se comprenderin los in- dividuos, Es subordinar los progresos de la comunicacién humana y social al progreso de la técnicas. Luego, atribuir a dichas técnicas el poder de cambiar estructuralmente el modelo de sociedad. Por tiltimo, confundir el sentido de las palabras, hablando por ejemplo de civilizacién y de so- ciedad digital, sociedad de la informaci6n, democracia di- gital, sociedad en redes... Palabras que remiten a la idea de omnipotencia de la técnica, ya que ¢s ella la que da su nombre a la sociedad a la que se aplica. Esto equivale a confundir dos realidades de naturaleza diferente, la técnica y la sociedad, haciendo de los dispositivos téenicos el co- tazén de un modelo de sociedad, sobre todo si tenemos en cuenta que inciden en el hecho esencial de Ia actividad humana: Ja comunicacién. No se esti hablando de «socie- dad nuclear». La ideologia técnica no es una ideologia mis. Cierta~ mente, no hay sociedad sin ideologia, sin vinculos que LAS TECNICAS, ENTRE EMANCIPACION 1DEOLOGIA 39 unifiquen los grupos sociales, en la politica, en la religin o en Ia cultura. , vinculos que evolucionan a lo largo del tiempo, se recombinan, que son indispensables para la vida social. Lo que ctitico aqui es la ideologia técnica, una de tantas, que consiste en atribuir un poder normativo, excesivo, a las técnicas de comunicacién, para hacer de ellas el elemento mas importante para organizar y dar sen- tido a la sociedad. Por otra parte, la confusién también viene del vocabulario: la expresion «técnica de comunica- cién» une las técnicas, en las que en efecto ha habido muchos progresos, con la comunicacién, en la que no ha habido progresos similares. El progreso de las técnicas, por desgracia, no basta para crear el progreso de la comunica- cién entre los hombres y las sociedades. Los hombres, sumergidos en un universo de técnicas, ise comunican mejor, en el sentido de una intercomprensién mutua, que hace cincuenta afios? De ahi el suefio, que se plantea una y otra vez, de que mejores técnicas permitirin una me- jor comunicacién. El simbolo de todo esto es el «Black- berry», posiblemente en mayor medida que el ordenador. Tener el mundo en la punta de los dedos, poder hacer todo, recibirlo todo, enviarlo todo, crea un sentimiento de omnipotencia y de seguridad. ;Cémo podria fracasar la comunicaci6n, con un instrumento tan poderoso ¢ inte- ractivo? 0 INFORMAR NO ES COMUNICAR elas téenicas de comunicacién? Son la comunicacién sin incomu- nicacién. Restablecer un continuo entre informacién y comu- nicacién alli donde la comunicacién humana no Io consigue. Estén relacionadas con una ideologia de la transmisién que confunde la rapidez y las hazafias de los instrumentos con la incertidumbre y la complejidad de la comunicacién humana. Reeflexionar sobre las relaciones entre informacién y comu- nicacién es pues, de entrada, destecnificar la cuestién de la comunicacién y recordar que si bien la técnica facilita sin dudi la comunicacién humana —basta con remontarnos a hace un siglo atris— en la actualidad ya no es suficiente. La mediatizacién, la transmisién, la interaccién no son forzosamente sindnimos de comunicacibn. Si, las técnicas han hecho progre- sos considerables que permiten mejorar las comunicaciones sociales. No, nunca serén suficientes para resolver las apo rias existenciales de la comunicacién humana... 30 es que nos encaminamos hacia «soledades interactivas»? 2Un sintoma de nuestra dependencia de las técnicas de comunicacié: Obsérvese nuestro estado psicolégico cuan- do nos encontramos separados del ordenador y/o el teléfo- no mévil durante mas de dos dias. Inconcebible... A mu- chos de nosotros nos pone enfermos. Esta adiccién dice mucho més que cualquier discurso. Pero gc6mo hacfan an- tes, no hace ni treinta afios? zY los més de tres mil millones de individuos que no los tienen? LAS TECNICAS, ENTRE EMANCIPAGION E IDEOLOGIA. a ZY qué valor tiene todo este mundo en tiempo real 0 en simultaneidad, cuando mis de mil millones de indivi- duos tienen hambre? Paradoja tanto ms chocante, esta dependencia es la marca de nuestra aceptacién de la traza- bilidad, mientras que la emancipacién consistié, durante siglos, en liberamnos de todas las dependencias exteriores (religiosas, politicas, etc.). Las técnicas de comunicacion contribuyeron a este movimiento de emancipacién, y en el momento en que el individuo es libre, independiente de toda autoridad, es cuando se sujeta, esta vez voluntaria~ mente, a las técnicas que antes le permitieron liberarse. Las «servidumbres voluntarias» son innumerables. El vinculo historico entre emancipacion y técnica de comunicacion es tan fuerte que, por el momento, lz gran mayoria de «usuarios» no ve el nuevo estado de dependencia en el que nos hemos instalado. De instrumentos de liberaci6n a instramentos de trazabilidad no hay m4s que un paso, franqueado en una generacién, sin que por el momento haya habido ninguna reaccién ante este hecho... La técni- ca ha devorado a sus hijos, pues si algo nos gusta de estas, técnicas es la velocidad, las prestaciones, la interactividad y los sentimientos de libertad que de todo ello se derivan, muy alejados de una percepcion de la dependencia. Interactividad, la palabra magica que simboliza la mezcla de libertad y de inteligencia. La adiccién es tal que se INFORMAR NO ES COMUNICAR 42 LAS TECNICAS, ENTRE EMANCIPACION E IDEOLOG! identifica la libertad con el hecho de estar multiconectado. Internet, sin embargo, no es més que una red, también en el sentido de la red que apresa, al contrario de la libertad que simboliza. Por el momento, en Internet sdlo se ve la libertad, no el control. Casi un nuevo habeas corpus, una oportunidad para la emancipacién, para la circulacién. Con la ideologia técnica, pues, se ha pasado al otro lado del espejo. Todo se individualiza, sin problematica colec- tiva, «Hacer lo que quiero como quiero» se convierte en la libertad digital», garantizada por el «acceso libre» y am- plificada por la cinteractividad generalizada». El despegue es reciente, aunque se encontrarian muchos puntos en co- miin con las esperanzas inauditas ligadas a la aparicién de la televisi6n por cable hace cincuenta afios y de la radio enh década de 1930. La ideologia técnica se nota igualmente en el olvido de las revoluciones técnicas anteriores: no se compara nunca y se cree que todo ha empezado hoy. Nada de historia, nada de comparaciones. Es también una postura que no soporta la menor critica y exige una adhesién total. Con la ideologia técnica, como sucede con todas las ideologias, no kay elecci6n. Es todo 0 nada. Toda critica es asimilada a la tecnofobia y al conservadurismo. {Un ejemplo? Se critica a los nifios por las horas que pasan delante de la television, siempre bajo sospecha de producir alienacién. a Pero no se dice nada cuando éstos se pasan las mismas horas frente al ordenador. Casi a la inversa, en éstas se ve la marca de cierta inteligencia y de un espiritu abierto. Algunos suefian incluso con que los nifios se sirvan de esos instrumentos desde la guarderia. ;Por qué no se toma mis distancia? Por qué las crisis y las amenazas no se perciben todavia? EI xix y el xx son los dos grandes siglos, tanto para la libertad de informacién, como para la comunicacién y Ia técnica, Al final del siglo xx aparece la confusion entre progreso técnico y progreso de la comunicacién. Proba- blemente seré a principios de este siglo cuando se consiga desacoplar los milagros técnicos y las aporias de la comuni- cacién. Hasta hoy, las técnicas de comunicacién siempre habian acompafiado a los movimientos de emancipacién; hoy la problematica cambia, pero esto no se quiere ver. Los mds dependientes sélo se refieren a Intemet como un «instru- mento». Y al mismo tiempo lo consideran el instrumento que debe «revolucionar» y liberar» las relaciones humanas y sociales. Hay a la vez una seudobanalizacién y una hiper- valorizacién, cuyo resultado es una especie de idea ut6pi- ca que sustituye a menudo a las ideologias politicas —ac- tualmente en crisis— y que corresponde al reinado del individuo, desplazando a los suefios de otros modelos de telaciones sociales y a los medios para domesticar esta INFORMAR NO ES COMUNICAR LAS TECNICAS, ENTRE EMANCIPACION E DEOLOGIA mundializacién tan incierta. Tal idea utépica —y aqui reside su fuerza— revitaliza los suefios de solidaridad, esta vez a escala planetaria, La técnica permite restablecer la continuidad alli donde la comunicacién revela la disconti- nuidad y la incomunicacién. Por este motivo, hasta ahora, los hechos se siguen ignorando: desde los riesgos de la tra- zabilidad hasta las amenazas contra las libertades y la reali- dad de las «soledades interactivas», nada parece perturbar el poder del paradigma técnico. 2. Internet, entre utopia e ideologia Antes que nada es preciso distinguir el papel de Internet en las dictaduras y en las democracias. En las dictaduras, y en la misma medida que la radio, la televisi6n, la prensa esctita y el teléfono mévil, Internet suele ser un instra- mento indispensable para la libertad de informacion y de critica por parte de la oposicién. Recordemos, sin em- bargo, que Ja lucha por la libertad no empezé con Inter- net y que desde hace ciento cincuenta afios se han librado batallas importantes. Recordemos también que el instru- mento no basta para crear la funcién. De entrada, si Am- nistia Internacional y todas las ONG y asociaciones se quedan sin militantes la técnica no seré suficiente por si — 45 sola para crear la conciencia critica y la accién politica. Internet esta adaptado a la globalizacién, a condicién de no ver en él al tinico instrumento de los combates por la emancipacién. Porque los poderes autoritarios y dictato- riales saben usarlo igualmente para aumentar la represién y llevar a cabo campafias de desinformacién y de mani- pulacién, En resumen, Internet, por muy importante que sea como instrumento en pro de las libertades, no sélo no sustituye a otras técnicas y procedimientos, sino que tam- poco esté desprovisto de ambigiiedades. Hay que destacar igualmente su papel positivo para los emigrantes a lo lar- go del mundo. Estos encuentran en él un instrumento indiscutible de comunicacién, sobre todo en lo referente a las informaciones de la prensa y las informaciones como servicio. Pero Internet no suple la necesidad de cono- cerse. Por el contrario, la amplifica. Cuanto més ficil es intercambiar, m4s ganas se tienen de verse fisicamente. Tanto mejor. Somos seres sociales, no seres de informa- cién. De todos modos los planteamientos que aqui se van a hacer no conciernen al papel de Internet en las dictadu- ras, sino en las democracias pluralistas. Internet ilustra la seduccién operada por esta mezcla entre utopia e ideologia. Ya he consagrado varios escritos a Internet y las cuestiones clave que plantea (en especial, In- temet, gy después?: una teoria entica de los nuevos medios de co- INFORMAR NO ES COMUNICAR LAS TECNICAS, ENTRE EMANCIPACION E IDEOLOGIA, municacién, de 2000), ahora quisiera retomar la cuestion des- de el punto de vista de las relaciones entre informacién y comunicacién. El éxito de Internet, en particular entre los |j6venes, es innegable, aunque Ja verdadera ruptura tiene que ver mis bien con el teléfono mévil, cualquiera que sea la extensi6n de los servicios que preste, ya que es, ante todo, el simbolo de la comunicacién humana entre dos, mediante la voz. El verdadero espacio privado es el teléfono mévil, donde todo se puede decir, sobre todo desde el punto de vista afectivo. Lo més importante en la vida privada o pibli- ca pasa cada vez menos por Internet. Antes, recibir correos electrénicos era un privilegio, casi un simbolo de poder; hoy es una carga. Todo el mundo se pasa el tiempo enviin- dolos, pierde un tiempo increfble «bajandose e-mails, selec- ciondndolos y respondiendo. La informacién accesible se ha convertido en una tiranfa. Para trabajar en setio hay que apartarse de esa facilidad técnica, recuperar tiempo. A veces el suefio se convierte en pesadilla, en la medida que, como se sabe, las informaciones més importantes vinculadas al ejer- cicio del poder y las decisiones nunca se difanden por In- ternet, sino por teléfono o de viva voz. En suma, la extraor- dinaria apertura de un espacio de informaciones interactivo por Internet no cambia fandamentalmente la relaci6n muy compleja con la que los individuos gestionan y manipulan las relaciones entre informacién y poder o secreto y rumor. 7 Tampoco en este caso basta la capacidad técnica para cam- biar las relaciones del hombre con el poder y la informacién. De todos modos tampoco esta s6lo Internet. También estin —y en proporciones todavia maycres— la radio y la televisién. Las cifras obligan, por otra parte, a relativizar y a introducir algunas comparaciones. Cuatro mil quinientos millones de radios, tres mil quinientos millones de televi- sores, dos mil quinientos millones de teléfonos méviles, mil ochocientos millones de ordenadores. También hay que recordar que la convergencia técnica entre la informitica, las telecomunicaciones y lo audio- visual no significa, de todos modos, el fin de las diferen- cias de identidades y de estilos... El soporte no es el contenido. Si lo fuera, el cine hubiera tenido que desaparecer hace cincuenta afios con la legada de la televisi6n. La relacién de fuerza entre estos tres gigantes provocari todavia més fusiones industriales, financieras, técnicas, pero no por ello todo se mezclaré con los servicios y aplicaciones. Al contrario, cuanto mis se racionaliza la técnica y ésta retine voz, imagen, texto y sonido, més afectan las diferencias de orden cultural a la naturaleza de la actividad, 0 sea, lo mis importante. Esta es la batalla de pasado mafiana. Hoy dia lo que fascina es la batalla técnica, con la multiplici- dad de las aplicaciones; mafiana serd la de la diversidad de los contenidos. INFORMAR NO ES COMUNICAR 48 Cues son los elementos de seduccién de Intemet desde el punto de vista de las relaciones entre informacién y co- municacién? Las palabras que se nos ocurren son potentes y exactas: libertad, movilidad, elasticidad, rapidez, interacti- vidad, iniciativa, participacién, innovacién, juventud, con- fianza, reactividad, contrapoder, emancipacién y globaliza- cidn, Tres palabras resumen la atracci6n de Internet: rapidez, libertad e interactividad. Una ruptura cultural y generacional respecto a los medios de masa, El reino del individuo, la vic~ toria de la informacién que uno va a buscar donde quiere, cuando quiere... y esa sensacién de ser inteligente, compe- tente, de estar al dia, de ser capaz de circular sin tener que pedir autorizaciones. En una palabra, tener confianza en uno mismo. Todo esto es cierto. Con Internet se tiene la im- presién de salir de las instituciones y de sus corsés. Todo es posible, es una frontera verdaderamente nueva. El individuo y la informaci6n son los reyes, y pata toda esta generacién se atravesar los poderes, las es- trata de una «utopia politica»: tructuras, crear otras solidaridades. Atreverse a usar el humor y la distancia, salir de un espacio oficial sobreinformado, in- ventar un vinculo distendido y alguna forma de utopia para generaciones que se vieron privadas debido al fin de las ideologias y el economismo dominante de la mundializa- én. Un contrapoder, en todo caso, que permite expresar- se y tomar la palabra, sin reglamento y sin jerarquia. f {TRE EMANCIPACION F IDEOLOGIA ee 49 Su fuerza consiste en no ser una utopia politica en el sentido clésico, con un pensamiento global sobre la edifi- cacién de una nueva sociedad con sus jerarquias y sus territorios. Es una suma de pequefios arreglos, de iniciativas y de libertades que liberan de la geografia, de las fronteras, y que toman la mundializacién, sin muchos apriorismos ne- gativos, como espacio de referencia, tratando de actuar de un modo pragmitico. En este aspecto si que nos encon- tramos, ciertamente, en el espacio contemporineo; aunque Jo mismo ocurre con los medios de masas que, en otro regis tro, desempefian un papel de vinculo social y, simultinea- mente, de ventana abierta al mundo (véanse Elogio del gran piiblic Una teoria critica de la televisién, 1992, y Penser la com- munication, 1997). Al contrario de lo que reza un tenaz es- tereotipo, Internet y la television son, desde este punto de vista, complementarios: Internet permite salir de los terri- torios, mientras que la televisi6n, finalmente, los asegura. De todos modos, Internet es interesante por las parado- jas que suscita. Por un lado, relanza la prictica de lo escri- to, por otra parte la desvaloriza, pues todo se escribe y se difande, sin seleccién ni jerarquia. Revalorizacion y desa- cralizacién de lo escrito al mismo tiempo. Con esa condi- cién extrafia de escritura mezclada y sin sancién, en la que encontramos tanto informacién-servicio como confi- InFoRMAR NO ES COMUNICAR 50 - - dencias, expresi6n, testimonio... Otra paradoja: todo el mundo queda fascinado por el volumen de informacién a la que puede acceder, pero nadie se plantea la pregunta de qué se hace con ella socialmente, a través de la comunica- cién. Un poco como si Internet operara un milagro: la tinica técnica en la que la informacién engendraria, sin dificultad ni resistencia, un vinculo directo entre infor macién y accién, expresién y autoridad. Un dispositivo que simultineamente permitiria la expresi6n, la interacti- vidad, el mando, la informacién-servicio, la critica y la autoridad, la informacién y la comunicacién... Ademés, si bien los motores permiten biisquedas muy amplias, ello es a menudo a partir de la légica de las palabras clave, lo cual supone la desvalorizacién de criterios mas complejos liga~ dos al entrecruzamiento de saberes y erudiciones. El acce- so inmediato a todas las bibliotecas digitales no simplifica la relacién con el conocimiento. ¢Cémo proteger la liber- tad intelectual y la creaci6n en este universo donde todo es accesible, cuando la distincién entre produccién y utiliza- cién se borra y la capacidad técnica de reproducir conteni- dos de manera instantinea impide toda medicién econémi- ca? Dénde estan los lugares y los espacios de legitimacién cuando todo el mundo interviene? Del mismo modo, la regulacién, que con todo ¢s indispensable, resulta dificil de organizar, como han puesto de manifiesto las dificulta- Las TECNICAS, ENTRE EMANCIPAGION E IDFOLOGIA st des del proyecto HADOPI, que ilustran lo estrecho del camino que queda entre la libertad de expresion, la ga~ rantia de las fronteras entre vida privada y vida pitblica, y la proteccién de los derechos de autor. A grandes rasgos, gcémo se puede vivir en un universo al mismo tiempo sa- turado de informaciones y memoria, que deja poco lugar para los proyectos de accién contemporanea? Si Internet es el simbolo de las tecnologias de la infor- macién, lo que le da sentido es la bisqueda de otra co- municacién: los internautas buscan ante todo, crear otras relaciones humanas, otras solidaridades. El ofro, mas que nunca, constituye su horizonte. Un océano de informacio- nes, no hay duda, pero sobre todo siempre con la misma pregunta: gc6mo entrar més ficil, ibre y auténticamente en relacién con alguien? Internet, el emperador de Jos sistemas de informacién, vuelve al eterno tema de la comunicacion humana: «Hay alguien, en algin lugar, que me ame?s. ¥ las redes sociales como Facebook no son mis que la version moderna de Le Chasseur Francais, con todas las bisquedas de vinculos afectivos y sociales. La expresién «redes socia- les», por otta parte, lo dice todo. Mis allé de las redes, lo gue prevalece es lo social, o sea lo humano.

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