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HISTORIA DEL SIGLO Xx 12 WARD ¥ W. ROGER Louis (EDS.) HISTORIA OXFORD Shaeses PLANETA Tras la descolonizacién, el mundo he sido testigo del ascenso y la caida de tiranes como Idi Amin en Uganca y Jean-Bedel Bokassa, en Ja Repéblica Centroafricana, Se discutiré mucho tiempo sobre cémo Jas potencias coloniales europeas hubiesen podido preperar a sus ¢o- Jonias pare la independencia y en qué medida los nuevos Estados son responsables de sus propios problemas. Muchas de las antiguas co- lonias son rehenes de la economia interaacional, pexo los legados del colonialismo son cartogrificos, culturales y estéticos, tanto como econéinicos y politicos, Para bien 0 pars mal as fronteras trazadas hace cien afics por los paises coloniales en Asia, Préximo Oriente y Aitica han resultado notablemente duraderas. También lo han sido Jos bleques lingisticos francés, inglés, espaol y portugués. La in Aluencia cultural francesa probablemente supera a britinica, aunque los britdinicos ban dejaco un legado persistente en ef mundo del eri ‘quer y el fitbol. Los franceses se han mostrado mis dispuestos que los britinicos y otros a prestar ayuda militar y econémica a sus anti ‘goss colonias, y en especial « las desparradas por luchas étnicas y re- ligiosas. No cbstante, el legado politico puede resuler, a a larga, tncoes aparente que las tradiciones estéicas y hasta culinerias, En los aatiguos teritotios franceses el vino tinto es todavia obligado en co- ‘midas y cenas,y en las antiguas colonias tzopicales britinicas pueden, encontrarse mulligatawony (caldo de pollo sazonado con custy), cor dero asado y pudin de jengibre. En las antiguas colonias francesas, desde Senegal a Tahiti, una de las impresiones mas sorprendentes es la de calles flanquescas por Arboles y casas de aspecto provinciano francés. En Canadé, Sudifrica e Indi, impcesiona la semejanza de los edificios publicos y especialmente la grandiosidad del palacio del antiguo vicrey, disefiado por Lutyens, en Nueva Delhi Al entrar en cl siglo xxi, bien podria ser que ia arquitectara, asf como la lengue, figurasen entre los recuerdos mas sobresalientes de la era colonial, 174 9. Europa en la era de las dos guerras mundiales MICHAEL HOWARD A finales del siglo xix, dos acontecimientosllevaron a pensar que Jos dias dela hegemonia exropen en el munco estaban contecos. En 1898, Estados Unidos destruyé el imperio ya en derrumbe de una potencia europea, Espafia Seis afios mis tarde, en un conflicto mu: cho ms grave, Japén bumillé a otra potencia europea, el exorme imperio ruso, Desde una perspectiva muncial, Europa peretfa en- cogerse. Los analistas llevaban décedas sugitiendo que los Estados histéricos de Europe podian verse superados, en el nucvo siglo, por tun nucvo wclub de las potencias mundiales», al cual s6lo podzian pergnecer los Estados de dimensién continental, como Estados Unidos, Rusia y las naciones europes capaces de establecer y ex: plotar imperios de alcance mundial. Este temor, o esperanra, expli ‘ea mucho de lo que sucedi en el medio siglo de conflictos europeos que iba a segui En 1900 el tinico Estado curopeo que podia slardear de este po- derio mundial era Gran Bretaia, que habia legado a ser Ta primers nacién industrial del mundo y cayo imperio cubria una cuarta parte habitable del plancta. Pero le estaba dando aleance «toda pris, eco némica ¢ industzialmente, la cecién unificada Alemanis, cuya pobla cidn, en répida expansién, de cincuenta y siete millones sobrepesaba los treinta y siete millones de britanices. Su produccién de carbs. Iierro y acero (como la de Estados Unidos) ya habia superado a la briténies, y estuba iniciando una nueva revolucién industrial basade cn la dlectticidad, os derivades del petrbleo y los productos qui os industriales. Muchos alemanes crefan que merecian que se les te 15 conociets como una Weliraacke (porencia mundial) y estaban deci didos a conscguido. El crecimiento del poderfo aleman inspirabs especial preocupa- cién en Francia, pais sscudido por conflictos sociales e ideol6gicos y caye poblacién, consisteste sobre todo en pequciios propictarios agratios, parecfa estancada en ircinca y seis millones, En una €poce en que los ejérctos se basaban en el reclutamiento universal, ls po- Blacién e:a toclavin un indicador elaro de le potencia militar, Los faanceses veian su salvacién en una linea con Rusia, cuya poblacién se acercaba en 1900 alos cieato teintay tres millones y queen 1910 cexcederfa los cien:o sesenta millones. Pero esta enorme eifta no po- dia ser militarmentesignificativa sin un desarrollo considerable de su atrasada industria y de su sistema ferroviario, La derrota inflgida « Jes rusos por los japoneses mostraba custo carina le quedaba por ‘ecorrer para que se la consicerart una potencia militar moderniza- da, aunque esta derrota puso en marche una serie de ceformas mil tares y econdmices, Financiadss por los franceses, que desde Alepie nia se veion con profunda inquietud. [La situaciGn interior también preocupaba alos dirigentes de Ale- ‘ania, pues en este pals la industrilizscién habia sido més ripida que en ott0s paises y por elo eran més intensos los conflictos socia des, La creciente influencia de a clase obscra urbana, cuya dimensin ‘reef al mismo tiempo que crecia la industia, slarmaba a los indus trlales (en su mayoria afincedos en la Alemania occidental) que em- pleaban a estos proletacios; pero también inguietaba a la poblaciSn ‘gratia cat6lica del sur —a le que desegradaba la tendencia a la ut bunizacién—, y molestabs, sobre todo, a los embers, grandes terra tenienres def este —una clase que conservabs e] predominio social de que gorare bajo la monarquia prusians, en cuyos gobiernos oct ‘peba una posicién privilepiada, y cuya arcaica mentalidad miliatista dorninabs las capas superiores de la sociedad alemana. Para el gobiemo, el entsocialismo era una buena consigna pro- pagandistica con a fin de reclutar posibles alindos politicos. Lo era también, en 1900, la promesa de una politics extranjera ade avancen. Alirmerse en el exterior parecta la mejor manera de conseguir la uni dad en el interior. Nadie estaba ms fecvorosamente convencido de esta verdad que el kaiser Guillermo Il, que personificabs lainesteble 175 combinacién de arcafsmo feudal y de dinémica modernidad guc ca- racterizaba el pals en el que reinaba, Sega e késer y sus consejeros sis inflayentes, no habia mejor manera de afirmar la potencia ale- mana que la constcuccién de una gran escuadra que fuers, ala vea, el simaboloy el instrumento dela determinacién alemans de rebaser los limites radicionales de la politica europes y emtrar en el nuevo dub de las potencias mundiales. Pussto que el formidable ejército alemin le daba ye preponde- rancia en el continente europeo, la corstruceiéa de una flota slo po: dia verse como destinada a Ja guerra con Gran Bretafa. En ésta, un gnbierno liberal que llego al poder en 1906 con un programa de re- formas radicales, se vio obligadio a sostener una costosa competencia naval con Alemania y a estrechar relaciones con sus viejosrivales im periales, Francia y Rusia, Con ellas, Gran Bretafa establecié ententes que distaban de ser alianzas militares formales, pero en Alemanis se vveia su diplomecia como un intento deliberaco de ponere cerco con al fin de impedir que afirmara sus legitimas aspicaciones. En 1914, las suspicacias y animadvetsiones entre ambos paises habian adquiti- cdo casila intensidad de una guetra fra ero cuando llegé la guerra, estall6 en el otro exttemo de Euro- pa, por la rivalidad entre la monarquis de los Habsburgo y Rusia, acerca de la sucesiGn del imperio turco que sc estaba desintegrando cen le peniasula de los Balcanes. En éstos, durante los cien afios ante- Tires, y con el apoyo occidental, nuevas naciones habien efirmado con éxito su independencia frente al gobierno otomano: Grecia, ‘Rumania, Bulgaria, Montenegro, Albania, y, sobre todo, Serbia. Los serbios se vefan a sf mismos como los cuudilos aaturales de todos os pueblos eslavos de la regidn, destinados 4 unirios en una gean na- ‘ign, del mismo modo que e! Piamonte habia unico s los italianos en cl siglo anterioc. Era una analogia con inguietantes implicaciones paca lamonarquia de los Habsburgo, una inestable amalgama de na~ cionalidades, muchas de ellas eslavas. En Rusia, en cambio, podero- 508 elementos paneslavos velan a los serbios como aliados naturales y se consideraban obligados a apoyatlos. En el cltimo cuarto del siglo x1x, las monarcufas de los Habs- burgo y Rusia habfan mantenido un precario equilibrio. En 1903, ste se vio fuertemente smenazado cuando un régimen nacionalista 7 susticuyé brutalmente a una dinastia serbia sumisa a Viena, ¢ inicié une politica de enirentamiento con la monarquia austriaca; se pro- ponia explfcitamente liberar a sus hermancs cslavos del otro lado de Jafrontera con Bosnia-Herzegovina, una provincia turca que los aus- triacos babian gobernado desde 1879 y qu: en 1908 se anexionaron abiertamente. Esto provocs el estallido de una serie de crisis que cul- mineron en las guesras baleénicas de (912-1913, durante las cuales une Liga de Estados Balednices, apoyada por Rusia, expulsé a los tureos de toda la peninsul, excepto un pequefio tertitorio en Tracia oviental. Estas gucrres doblaron el terrtorio, el potencial militar y las as piraciones de Serbia y llevaron los remores de Austtia a un punto eri tico. Ahora era tan grande a amenaza ala cohesidn de la monarguia susteiaca, que en Viena se llegé al coavencimiento peneral de que sélo podia superarse mediante la eliminaciin de Serbis. La oportu- nidad para ello parecié presentarse en junio de 1914, con el esesina- teen Sarajevo, capital de Bosnia, del archidugue Francisco Fernan- do por terroristas bosnios, apoyados en secteto por elementos del ako manco militar serbio, Viens lanzé « los serbios un ultimatum aque no les daba oxce salida que reconocer la hegemonia austr‘aca 0 semetersea una guerra de conquista En esta situacidn, Rusia se consideré obligada # apoyar a Serbia, y Mustela Hungria necesitabe ol apoyo alemén para enfrentarsea Ru. sia, Este apoyo se manifests, pues Alemania no podia pecmitirse ver como se desintegraba su tnico aliado y se sentfa cada vex mis slat~ mada por el aumento del paderio suso. La guetta con Rusia encratia- rf, con seguridad, la pueca con su aliaco, Francia, Pero desde co. ‘vicnz0s de siglo, el Estado Mayor alemin habia elaborado un plan, preparade por el conde Alfred von Schlicffen, para sostencr una puetea en dos frentes, seg el eval los ejéritos alemanes se manten: dian al principio « Ja defensiva frenre a Rusia y destruifan a eject tofrancés. mediante un mplio movimiento envolventea través dela neutral Belgica. Que esto entrafara un acto no provocado de agre sian contra Francia y la invasién de un pequetio pals cuya neutral ed extabs garuntizada no s5io por Alemania, sino también pot Gran Bretaiin, no basté pace detener a los cfrculos gubernamentales de Berlin, Mes las consideraciones de moral internacional, junto con la 78 wadicién de equilibrio de fuerzas y 1a repulsién ideol6gice que se sentia en Londres hacia los «militaristas prusianose, se combinaron para hacer que el gobierno britanico declarara la guerra el 4 de ogos- to, de maners gus una gucrelle local en Europe central se transfor m6 en une guerra mun El plan Schlieffen no tuvo éxito. Tras una desastrosa ofensiva inicial del ejércto francés, éste se retiré para evitar la trampa alema- na, y contraatac en el Marne, justo cuando fos alemanes, viéndose demasisdo diseminados, se retiraban a posiciones defensivas, Losin tentes de eada bando de rebasar al otro por los flancos fracesaror, y a finales de afio ambos ejércitos se encontraron attincherados, for mando lineas de las que poco o nada se moverfaa durante los cusr0 aiios siguientes Entretanto, las naciones que iniciaron la guerra, Rusia y Austiie Hungria, se convirtieron rpidamente en actores de importancia se~ curdaria, Pese « ambiciosas ofensivas de ambos lads, la incompe- tencia logistica y administratva les impidié obtener una victoria militar decisiva y desde entonces la suerte de la guerra en el freate coriental la determin6 Alemania. Ep 1914, en la batalla de Tannen: berg Jos alemanes detusieron el avance ruso hacia Ja Prusiaoriertal y ecaron a los ejércitos rusos de la Polonia occidental. En 1915, controlando esda vez més los exhaustos ejécitos austriacos, hicieson retroceder a los cusos hacia sus fronceras étnicas. En cuanto alos ru sos, aunque consiguieron lanzar con éxito una dhima ofensiva contra ‘Austria en mayo de 1916, al afo siguience se hundieron, més pot la ineapacidad del gobierno del zar para resolver los enormes proble- ‘mas de la guerra otal que por alpuna derrota conereta en los campos de bara ‘A lo largo ce 1915 los slemanes se concentraron en su frente oriental y se mantuvieron a la defersiva en el occidental, donde os Francesc perdie-on mas de un millén de hombres en repetidas ofen- sivas, en las cuales los ejécitos briténicos, que iben aumentando de volumen, participaron con renuencia, Estas ofensivas se justificaron, aduciendo que sin ellas os susos probablemente firmarian una paz septrada, Bn al frente occidental se fue desarrollando una nuevs y ” terrible forme de guerra. La ventaja que proporcionabs er fa defen siva el sistema de exincherss profundss, protegidas por alambradas y cubieras con ametrelladoras y artillera, dignificabs que ninggin ote que podia tener éxito sin una previa ¢ intense preparaciéa actillera. Al prine'pio, ni los franceses ni los britinicas disponian de bastantes pienas ni de suficiente municion ¢e la calidad adecuada pace romper la linea, Cusnda movilizaron sus recursos industriales para llegar @ disponer de estes medios, el resultado fue convert Ja zone de com Dates en un enone yermo en el cual eran casi imposibles los movi- imientos y [2s comunicaciones. Las alemenes lo descubrieron, a su vez, cuando en febrero de 1916 tomaron ha ofensiva en Vercxin. Alii, cn una de las batallas mas terriblesy larges de la historia, los France ses y los alemanes perdieron, entre ambos, més de un milla ck hom- bres, delos cuales murie-on unos 420000. Cuanco, meses después, los franceset y los briténicos lanzaron una ofensiva combinada en ‘nasa, en el Somme, apenas tuvicron mejor suerte. En una batalla ce cuatro meses, perdiecon + 60000¢ hombres. Daclo que conguistaron tunas cuantos kilometros cuadrados de terena e infigieron alos ale- manes unas pérdidas parecidas ala suyas propias, proclamaroa que habjan vencido, aunque fue una victoria pirrica, Las batallas de Verdin y del Somme demostraron # Jos dirigen- tes alemanes que las victorias miliares no podtan, por si soles, ganer Je guerre, Alemania inicié un Maierielschlacht que se habia demora- do demesiedo, con el fin de movilzar pleramente la economia. Para lograrlo, el Estado Mayo: alemén, apoyado por una poderosa coali- cién de derechas, tomd de hecho 4 su cargo el frente interior. Pero s6lo se podian conseguir resultados sise contaba con la colaboracién dela gente que empezabe ahora asufriz malnutricin y graves privs- ciones. La oposicidn socialista en el Reichstag habia apoyado la gue- rra sélo mientras crevé que era en defensa propia, y ahora empezd a presionar para que se legara ¢ una par ce compromiso. F Estado Mayer, sin embargo, bajo el mando de los generales Paul von Hin- denburgy Erich Ludendodf, estaba decidido e obtener victorias ale mmanas que llevaran a une paz triuxfal con amplias anexiones terite- siales que ustificaran los sacrificiosy aseguraran lafutura hegemnonia, germana en Europa. Empezaba, pues, a desmoronarse el precatio consenso interior y ello justaments cuando cra més necesatio. 180 Exe sentimienro de urgencia politics desidié al Estado Meyor lems, a finales de 1916, a iniciae une guerra submarina sin limices contra Gran Bretafa,el nico adversario al que no podia aleanzar su ejército. Gran Bretana y Francia dependian ahora casi enteramente de los suministros enviados por Estados Unidos, que, pese a repetides declaraciones de neutralidad de su presidente Woodrow Wilson, hie bia adquirido asi un interés en la victoria aliada. El gobierno norea- ‘meticano, molesto por los anteriores hundimiertos de buques, deca +5 que considerara le guerra submsrina limitads como un casts belli pero los alemanes esperaban que, para cuando Estados Unidas hur biese movilizacio y desplegado sus fucrzas, la guerra en Eucopa yaha- bia terminado. En diciembre de 1916 decidicron correrel riesgo Casi tuvieron éxito, En abril de 1917, Fevzdos Unidos declar la suerra, pero tardaria todavia un aio en enviar ua ejéecito « Eacopa Entretanto, Rusia se hundi6, En febrero de 1917, los motines por ali ‘mentos en San Petersburgo se convirtieron en una revolucién; ésta derribd ala dinastia de los Romanov y exableeis in gobiemo provi sional que siguid vacilente con la guerra haste que, en octubre, lode. tribé, au vez, una nueva revolucién. Ea abril, el cjéccito francéssu {rié motines y fue incapaz de iniciar una ofensiva durante el resto del afio. Entre agosto y noviembre, los britinicos se agotazon con sta ques sin resultado en Flendes. Ea noviembre, los italianos, que en abril de (915 se hsbjan dejado persuadir de unitse « los aliados con promesas erritoriales a costa de Austria: Hungfa, y cuyo ejército ha- bian diezmado repericas y mal dirigidas ofensives, se hundis en Ca. poretto, Hacia finales de afio, alos aliados les parecfa que los alema. nes se hallaban en visporas de una victoria tora. Los elemanes, sin embargo, se veian en visperas de una desinte srraciGn tora Elsliado austriaco buscabs la paz; en las ciudades ger manas eran corrientes las huelgas, yla revolucién tusa aparecia como un siniestro portento de lo que pode ocutrit en ls propis Alemania, a menos que llegara pronto la pz. Por el ratado de Brest-Litowsk, de marzo de 1918, Alemania consiguié, sobre el papel, grandes ane- xiones en el Este, aunque no estaba en condiciones de explotatas. Ludendorff comprendié que sv tinica posibilidad estabe en lancer tuna enorme ofensiva en el oeste: Con técnicas de ataque desarrole- as endl frente oriental, los ejércitos alemanes asaltaron las debilice- 381 das lineas francesas y brtinicas con una sevie de ataues que se in ciaron en marzo de 1918 y continuaron baste julio, Pero les aliados zesstieron oon firmer, La carmpass submarina alemana habia feaca sac, pues los suministros y las tropes de Norteamérica legaben en cantidades crecientes através del Ailéntico, Ea agosto, los aliados to maron la ofensiva. El ejército alemin se ret en buen orden, pero su moral se desintegraba y la situacién en el interior se valvi6 tar alarmente que a comienzos de octubre Ludendorfi sondes al presi derte Wilson, con la esperanza de conseguit un armisticio tolerable. No lo obtuyo. Los alizdos querian la rendicién virtual de las fuzezzas armadas alemanas yel fin de la dinastia de los Hohenzollera, Ludendorff reche26 estos términos, pero ya era demasiado terde, pvc: Alemania se volvia ingobernable. El 9 de noviembre se procle- mé|a repiblica en Berlin y dos dias después sus representantes acep- taron las condiciones aliadas para el armistcio. ‘Al mismo tiempo, la monarquia de los Habsburgo se desintegra- ba. El emperador abdied; Hungria y una nueva repiblica de Che- coslovaquia se declararon independientes; en Viena se estableci6 la repiiblica austtfaca que prociamé su union con Alemania, decision ueprohibieron los victoriosos aliados. Se creé un Reina de los Yugo (del sur) eslevos, que una # los serbios con sus primos eroatas de Honeria,y con los eslovenos de Austria. Los impetics que habian da- minado Europa central curinte dos siglos desapazecieron en pocos dias, ye! destino del continente quedé en manos de los veacedores: Francia, Gren Bretafiay, sobre todo, Estados Unidos. Cuando, en enero de 1819, se reunieron en Paris Ios represen- tantes de los victoriosos aliados, con el propésivo de reconstruir el orden europeo hecho peciazos,renfan ideas cistintas acerca de cémo hacerlo, La figura dorinanre era la del presidente Wilson, al que muctos, y él mismo en primer higar, vefan como un deus ex machina que crearia ua nuevo orden mundial cuyos lemas serfan eautodeter- minacién» y «seguridad colectivan, Con los restes de los anteriores imperies se formarian nuevos Esiadox democriticos, cuya seguridad fe gerantizerian mutuamente en une nueva Sociedad de Naciones, en cuyo scno las negocieciones péblicas susttuirian a la diplomacia 12 setreta del desicreditado viejo orden, Pero el primer ministro fran- cés Georges Clemenceau, hablando en nombre de todes los france- ses y, al principio, de la mayoria de los britdnicos, deseaia ante todo impedir el resurgimiento de une Alemania cuyo poder letente no ha- bfa resultado afecrado por la dercota militar. Una tercera figura no estaba presente en [a conferencia, pero los que silo estaban tenfan plena conciencia de su importancie: Lenin, el ditigente del victotio- to régimen bolthevique, que desde Mosed lanzabe llamamientos a Ios pueblos de Burops occidental para que se rebelacar a su vee. A muchos de los dirigentes sliados de Occidente, contener « la Rusia revolucionaria les parecia tan urgente como cortener «la dervotada Alemania. Para los nuevos regimenes de Europe oriental, en especial, el an- tibolchevismo era, cuando menos, tan importente come la legitimi- dad democritica, Alli, tras meses de sangrienta confusién, se formé tan cordon sanitaire de nsevos Estados cresdos bajo la proteccién o¢ cidental, que iban del Balico al mar Negro. Entre ellos, tenfa espe- cial relevancia Polonia, cuyas luchas por la independencia hebian suscitado la simpatia occidental desde que la perdiera en 1795, y que ahora se reconsirufa con los restos de los imperios alemén, austraco y ruso, Los aliados observaron can aprobacién cémo, tras defender: de recuperar sus antiguos territo: ios polacos, Polonia contraatacaba y estadlecia su dominio en el Este, mis allé de su tertitorio étnico, mientras que cn sus fronterts occidenales ob:enfa acceso al mar por un corredor « |o lazpo del va lle de Vistula, que separaba la provincia de Prusia Oriental del resto de Alemania. Era evidente que exe arseglo, por naiuraleca inestable, no po a sobrevivir cuando Rusia v Alernania se encontraran cn condi: siones de cambizelo. Le pérdide en favor de Polonia de sus tert torios orientaler fue uro de los reproches de los alemanes los scuecdos de paz. Otros fueron la pesade carga de las reparaciones y Ja exipencia de que acepiaran la lene responsabilidad por haber de- clarado la guetra. Podia discutirse en qué medida ambas exigencias ran «injustas», pezo el hecho ex que unicron a los alemanes, cast sin diferencias de partido, ¢2 un resentimiento comun que hizo atin més precaria la posicién del gobierno que tuvo que fitmar el Tratado de se con éxito de las tentativas nus 183) Paz en Versalles, Le nueva repiblica de cantro-izauierda extablecida ‘en Weimar se encontré asedieda, por un lado por hs irreconciliales fucrzas de la derecha y, por el otro, por los comunistas, hests que a Estos los privaron de toda eficacia politi las feroces eacciones de limpieza» del ejército y de cuerpos paramiitares de extrema derecha Gretkorpo, Para contene: « Alemania, Francia necesitaba aliados tanto all cceste como al este y, al principio, esperab obtener garentias de Ex. tados Unidos y de Gran Brecafia, Pero Wiison no logrd convencer al Congreso norteamericano pars que se comprometiera con ninguria racién europea concretay ni siquiera con la Sociedad de Naciones, cen la quese basaba su concepto de «seguiidad colectiven. La Socie- dad de Naciones quedé, as, privada no sélo de Exados Unidos sino también de las dos naciones parias de Furopa, Alemanit y Rusia, cuyo acercamiento, en Rapalio, en 1922, {ue un siniestro indicio de ssa capacidad conjunta de desteuir, silo deseaban, la situacién esta blecida en Burope del Este , Los briténicos imitaron a los no-teamericanos al negarse a dart Francia cualquier garantia militar. Desde 1914, Gran Bretata habia pasado por una virtual revolueién social, que culetind, en 1918, con f' reconotimiento del derecho al voto de toda la poblacién masculi- nay del grueso de a femenina. Ls prioridad del gcbierno era, ahore, Jograr la iranquilidad y el bienestar en el interior, al tiempo que su preocupacién principal en el exterior era la inquietud en sus pore siones impetiales, inguiewud que en Trlanda se aplacé slo en paste cuando, en 1922, la reconocié como Fstado libre, excepto por la provincia de Ulster, de poblacién mayoritariamente protestante. En ‘cuanto « Europa, una vez calmadas las pasiones de la guerza los bri- tinicos velan las mejores esperanzas de paz y de -ecuperacién cco nnémica en la concilizcion con Alemania, Se aparteron, por lo taaco, cde sus antiguos aliados cusndo, en 1923, los franceses alegaron tina fata de pago de las reparaciones para ocupar les orillas de! Rin y es- tablecer una repiblica independiente de Renania La decision francesa resulté desastrosa, pues condo a que la ppoblacién slemana se neptra a colaborar e induje deliberacamente ead resto de Alemania una hiperinilacién galopante, Peris ee vio forzado a cambiar de politica. En Paris y en Berlia ocuparon el mi 134 nisierio de Asuntos Exteriores dos politicos de espiciu conciliador, Aristide Briand y Gustav von Stresemann, yen 1925 Gran Bretaia se unié 4 ellos en Locarno para establecer una garantie mutua de las fronterss franco-belgas-alemaras. El «espiritu de Locarno» parecia inaugurar una nueva era, En 1526, Alemania entr6 en laSociedad de Nacioaes, yen 1934 lo hizo la que ahors se lamaba Unisn Sovretica, Los nortecmericanos aceptaron cierto grado ce responstbilidad cco némica, yx que no politics, por ls estabilidad de Europ al iniciar cl lan Dewes para laliquidacion de les deudas de guerra. Hacia 1928, 4 los diez anos de terminar la contienda, parecia que ropa estaba por fin en par, El aespirita de Locarno» apenas sobrevivis a la década, El co: lapso econdmico mundial de 1929 y et consiguiente dosempleo en ‘masa minaron la extabilidad decodes los regimenes rectén esta dos en Europa y la confianza en la validez misma de la democracia liberal. La alternstiva que el comunismo ofrecia atrajo no sélo a la clase obrera orgenizaca sino también a muchos intelectuales de Occidente. La Unidn Soviética, con la imagen cuidadosamente em- bellecida que ofrecia al mundo, parecia presentar una alternativa preferible con mucho al capitalismo, incapaz, al parecer. de resolver el problema permanente del extenso decempleo y de la pobreza Pero también crar: importantes los clementos dea sociedad ‘occidental, entre las clases acomodadas y la pequefia burguesta, que vveian en el eomunismo no una solucién sino una amenaza, Unos mo- vimientos populistas de derechis conocidos en general, por su pro- eaitor italiano, como sfascistas» empezaton a prolifera: en Europa, tan hostiles a le democracia liberal como al comunismo. E] régimen fascista, establecido en Italia por Benito Mussolini en 1922, tuvo slo tuna influencia superficial en la sociedad italiana y coexisti6 pacifica mente con instituciones tan conservadoras como la monarcufa y la Iglesia. Eran muy diferentes, en cambio, sus imitadores demanes del Partido Obrere Nacionalsocialsta (nazis), que llegaron al poder en 1933, quienes sacaban una enorme fueron no sélo del resentitniento: pore! tratado d: Versalles, que los acuerdos de Locarno no consigaie on apaciguar, ino cambién de la desesperacisn de las clases meds, 135 clos veces arruinadss en un decenio, Pero su activo mayor era su I der, Adolf Hitler, Hitler era no slo un politico de maquiavélica sutileza sinotambién un orador sin igual por su capacidad de atreer a Jas masas en un am- Diente teatral que sabia montar con habilidad. Lleg6 al poder me aipulendo a los politicos conservacores que esperaban utilizar su talento pam obtener el apoyo de las masas que eran incapaces de con- trolar por si mismos. Una vez triunfante, Hitler desmantelé cl anda- Imigje democritico que le habia servido para encaramerse al poder, yse - peo con una invesién angloamericans del Aftica del Norte francesa Simaltineamente, una superioridad naval, aérea y de artileria pesa da, cuidedosamente amasads, permitié al Octavo Ejércite 133 inligir « Rommel una derrota decisiva en El-Alemein. Esto le permi- 16 limpiar toda la costa afiicana del Mediterrinco y restablecer Ia confignza en s{ mismos que los briténicos habia perdido después de tres afios de derrctas casi ininterrumpidas. Pero todavia mas impor- tante que esto fue que, en Stalingrado, los rusos habfan hecho cacr enuna trampe a todo un ejército alemmén, cuya rendicin en febrero de 1943 dej6 claro para todos —y probablemente también para el mismo Hitler— que Alemania habia perdido defiitivamentela gue- rra, Mensaje que reforzaton las escundrilles de bombarceros norte. meticanos y britanicos en 1943 al emprender la destrucciéa sistema- tica de las ciudades alemanas, Ein julio de 1945 fas fuerzas anglonorteamericanas desembarca- +92 en Sicilis, con lo cual preefpitarcn la caida de Mussolini yla ren dicién de Italia, hecko que obligé alos aliados a improviser una in vasi6n dela peninsula italiaca. Al mismo tiempo, el ejército sovitico roves y destruyé el gracso de las fuerzas de artilleria pesada germa. ‘nas en Ia batalla de Kursk inicid una serie de avances ininterrumpi dos que, finales de afto, habian liberado todo su teritorio de inva- sores. La lucha en el Meciterrdneo ylas exigencias de la guerra en el Pacifico demorarem a invasiin angicnorteamericana del norceste de Europa hasta junio de 1944. Y entonces, esta operacién fue posible sélo gracias «la superioridad naval y aérea que proporcionaban los recursos de Estados Unidos. Uns hibil resistencia alemana recras6 la invasién de Alemania misma durante casi un tho, cuando los ataques aéreos aliados hebfan educido a escombros todas las ciudades im portantes de Alemania. El 29 de abil de 1945, Hitler se suicidé en {as ruinas de Betlin, cuando los soldedos soviéticos entraban en la ciudad Cuatro dias antes, fuerzes nortcamericanas y savisticas se habian encontrado en Torgau, a orillas del tio Elba, cn el centro no sélo de uns Alemania, sino de un contineme entero convertido en ruinas. Habia amanecido la era de ‘as potencias mundiales y la hegemonia cjercida sobre el resto del mando por las naciones europeas durante los cicn afos anteriores ya no podtia resurgir. 194 10. El imperio ruso y la Unién Soviética, 1900-1945, RICHARD STITES En 1900, el imperio ruso era la potencia terrestre més extensa del mendo. En sus confines habitaban fineses luteranos, georgianos rodoxos, tadzhiks musulmanes y chukchis enimistas, y cada pueblo vivia de manera muy ajena ala de los demés, Entre ellos hebia cien raciones gobernadas por los rusos, constructores de este enorme Es- tado que se extendia desde el Baltico hasta el Pacifico. Fuera de las capiteles, viejas y nuevas —Kiev, Mosci, San Petersburgo—, habia nuevas ciudides industriales, poblaciones de guarnicin y un mar de ‘campesinos y pastores. En las zonas fronterizas se asentaban mulki- tad de cosacos que vigilaban con regimientos fronterizos. La relativa debilidad de la sociedad civil, la todavia reciente historia dela serv dumbre delos campesinos, le divisién émica y l turbio movimiento clandestino que habfa asesinedo a un zar dos decen‘os antes. cado contribuia de diversas maneras a dat aloe militares y «la policia un papel predominente en Ia administracién del pais, Una extensa bu- rocracia ceatral, con laryos tentéculos, se encargaba de cosas que en cl resto de Europa estaban en manos privadas, y lo hacfa con un es- tile arrogante y a veces brotilmente indiferente alas necesidades po pulares. Coronaba el sistema una autocracia cxyo poder emanaba del zat. En [a préctica, la voluntad imperial la ejercian ministros y go- be:nadores locales nombrados den:ro de una pequefia comunidad de varones, en su mayoria rusos ortodoxos de la aristocracia: no ha ba ni Perlamento ni clecciones nacionales. El timo zar, Nicolés IL (1894-1917), era un incompetente cargado de buenas interciones, 195

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