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Lesion Renal Aguda
Lesion Renal Aguda
La insuficiencia renal aguda (IRA) es un síndrome que se presenta por múltiples causas que
provocan una injuria y se caracteriza por la disminución abrupta de la filtración glomerular, la cual
resulta por la incapacidad del riñón para excretar los productos nitrogenados y para mantener la
homeostasis de líquidos y electrolitos. Esta alteración en la función renal ocurre posterior a la
lesión renal en túbulos, vasos, intersticio y glomérulos y excepcionalmente sin una lesión
demostrable o puede ser consecuencia de la agudización en un paciente con enfermedad renal
previa.
La insuficiencia renal aguda (IRA) es un síndrome caracterizado por un descenso rápido, brusco e
irreversible (en horas o días) y sostenido de la tasa de filtración glomerular (FG). En la que además
hay:
Azoemia: aumento de los compuestos nitrogenados en sangre dado por niveles séricos
elevados de urea, creatinina y BUN.
Diuresis disminuida: la retención de H20 y Na puede estar presente o no, en forma de:
Oliguria: diuresis menor a 20 cc/H o < a 400 cc/dia
Anuria: diuresis < 100 cc/dia
Hipocalcemia, hiperkalemia
Lesión directa de los riñones debido a efectos de productos nefrotóxicos, lesión endotelial
secundaria a isquemia o procesos inflamatorios como la glomerulonefritis o la vasculitis18,20. La
necrosis tubular aguda es una consecuencia grave de la exposición prolongada a estas situaciones
y se considera que está presente cuando la TFG disminuye a pesar de una perfusión renal
adecuada17. En otras palabras, el deterioro de la función renal puede manifestarse en forma de
una disminución de la eliminación de orina a pesar de un volumen de expansión adecuado.
Obstrucción del tracto urinario (p. ej., como consecuencia de un cálculo renal), lo que impide el
flujo de la orina con aparición de complicaciones como la hidronefrosis en los casos en los que no
se aplica rápidamente la intervención terapéutica apropiad
CRITERIOS DE RAFI
Las variables que integran la escala RIFLE representan un nuevo sistema de clasificación que se
desarrolla en base a evidencia científica actual y formal, así como la opinión de expertos en el
tema. Una de las características principales de la clasificación es que cuenta con tres niveles de
gravedad de LRA con respecto al nivel de creatinina, el gasto urinario o ambos.
•Risk (riesgo): Incremento en la creatinina sérica de 1.5 veces o una disminución en el índice de
filtrado glomerular mayor de 25% con un gasto urinario menor a 5 mL/kg/h por 6 horas.
•Injury (lesión): Incremento de la creatinina sérica de 2 veces en valor basal o una disminución en
el índice de filtración glomerular mayor de 50% con un gasto urinario menor de 5 mL/kg/h por 12
horas.
•Failure (falla): Incremento de 3 veces el valor basal de la creatinina sérica o una disminución de
más de 75% en el índice de filtración glomerular o una creatinina sérica mayor a 4 mg/dL con un
gasto urinario menor de 3 mL/kg/h sostenido por 24 h o anuria por 12 h. La definición de LRA
crónica agudizada cae en esta clasificación.
•Loss (pérdida) se considera falla renal aguda persistente por más de 4 semanas.
•End stage kidney disease (enfermedad renal terminal) es la falla renal sostenida por más de 3
meses.
CLASIFICACION DE AKIN
BIOMARCADORES
La aparición de nuevos biomarcadores de lesión renal aguda podría mejorar esta situación y
contribuir a la detección de la «lesión renal aguda subclínica», lo que permitiría el uso precoz de
múltiples estrategias de tratamiento con el objetivo de preservar la funcionalidad renal. No
obstante, los nuevos biomarcadores presentan características que podrían vulnerar su capacidad
de acción, centrada concretamente en aportar un valor añadido al abordaje precoz de la
enfermedad, dada la falta de tratamientos específicos validados para la lesión renal aguda. Esta
revisión tiene como objetivo analizar los puntos fuertes y débiles de esta nueva herramienta para
el diagnóstico temprano de la lesión renal aguda. Los nuevos biomarcadores de LRA varían en su
origen, en su función, en su distribución y en el momento de su liberación después de la lesión
renal
Descripción de los marcadores de IRA El biomarcador ideal de IRA aún no existe; sin embargo, se
han descrito varios que han demostrado su utilidad para el diagnóstico, seguimiento y predicción
de la IRA así como para ayudar en la toma de decisiones para la implantación temprana de la
terapia de reemplazo de la función renal; de estos destacan(32-34): 1. La lipocalina asociada a
gelatinasa de neutrófilos, es una proteína de 25 kDa, aislada de los gránulos de neutrófilos con
amplia distribución. Es una proteína de células epiteliales. Se filtra libremente por el glomérulo y
se reabsorbe en el túbulo proximal. Por lo tanto, el aumento de la excreción urinaria sugiere un
daño tubular proximal con la reabsorción alterada o aumento de la síntesis y excreción primaria
por segmentos de la nefrona distal. Es un biomarcador que predice la lesión renal con mayor
sensibilidad y especificidad(35). 2. Interleucina 18. La IL-18 es una citocina proinflamatoria que
sintetiza las células epiteliales tubulares proximales en respuesta a una lesión. Después de la lesión
renal, la IL-18 es secretada en la orina antes de una disminución significativa en la función
renal(35). 3. Molécula de lesión renal (KIM-1). La molécula de lesión renal es una glicoproteína de
membrana que se expresa en las células epiteliales tubulares renales en respuesta a la lesión
celular. KIM-1 dirige la fagocitosis de las células apoptósicas en el lumen tubular epitelial y no se
expresa en riñones sanos(35). 4. L FABP. Este grupo de proteínas del citosol son marcadores de
lesión renal que facilitan la beta-oxidación(35) (Cuadro I). 5. Cistatina C. Esa molécula tiene una
media de peso molecular de 13 kDa, se filtra libremente por el glomérulo y casi nunca se detecta
en la orina de pacientes con función renal normal. Sin embargo, la lesión tubular puede resultar en
concentraciones urinarias susceptibles de medirse
Recibe el nombre de “necrosis tubular aguda” (ATN, acute tubular necrosis) la lesión renal aguda
por lesión tubular y compone cerca de 85% de las lesiones agudas renales intrínsecas. Las dos
causas principales de la necrosis tubular aguda son isquemia y exposición a nefrotoxinas. La ATN
isquémica se caracteriza no solo por una GFR inadecuada, sino también por un flujo sanguíneo
renal inadecuado para mantener la perfusión celular parenquimatosa. El daño tubular renal con
disminución del flujo arterial efectivo al riñón puede originar necrosis tubular y apoptosis. Esto
ocurre en el marco de hipotensión o hipoxemia prolongadas como ocurre en la disminución
volumétrica o el choque. La septicemia subyacente es también un factor de riesgo independiente
para ATN, incluso en ausencia de compromiso hemodinámico. Los procedimientos quirúrgicos
mayores pueden involucrar periodos prolongados de hipoperfusión, que se exacerba con fármacos
anestésicos vasodilatadores.
La nefritis tubulointersticial aguda (NTIA) es un tipo de lesión renal que afecta típicamente el
intersticio y se acompaña, generalmente, de daño tubular (1). Se caracteriza por un infiltrado
inflamatorio en el inters- ticio del riñón asociado a un deterioro de la función renal
Necrosis papilar renal Es un trastorno de los riñones en el cual todas o parte de las papilas renales
mueren. Las papilas renales corresponden la zona donde las aberturas de los túbulos colectores
ingresan al riñón y donde la orina fluye hacia los uréteres.
La necrosis cortical renal es la destrucción del tejido cortical que se produce por una lesión
arteriolar renal y que lleva a enfermedad renal crónica. Este raro trastorno aparece típicamente en
neonatos y en mujeres embarazadas o puérperas, cuando existe una sepsis o una complicación del
embarazo.