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ÁGORA

EL TENEBROSO PASADO
DE LOS ALGORITMOS
QUE ASOCIAN EL ASPECTO
CON LA CRIMINALIDAD
Catherine Stinson (edición de Sally Davies)
Traducción de Maia F. Miret

“Frenología” es una palabra que suena a anticuado,


como de libro de historia, archivada en algún lugar en-
tre “enema” y “velocípedos”. Uno pensaría que la prác-
tica de juzgar el valor de las personas con base en el
tamaño y la forma de su cráneo ha quedado en el pasa-
do, pero últimamente la frenología comenzó a alzar su
bulbosa cabeza otra vez.
En años recientes los algoritmos de machine learning
han tentado a los gobiernos y a las compañías privadas
con el poder de obtener toda clase de información a
partir del aspecto de las personas. Hoy en día varias
startups aseguran que pueden usar inteligencia artifi-
cial (IA) para ayudar a los empleadores a detectar los
rasgos de personalidad de los candidatos a un puesto
con base en sus expresiones faciales. En China el go-
bierno es pionero en el uso de cámaras de vigilancia
que identifican y rastrean a minorías étnicas. También
se reportan escuelas que instalan sistemas de cámaras
que castigan automáticamente a los niños por no pres-
tar atención, con base en movimientos faciales y mi-
croexpresiones tales como contracciones de las cejas.
Uno de los casos más notables de los últimos años es
el de los investigadores de IA Xiaolin Wu y Xi Zhang, que
aseguraron haber entrenado un algoritmo para identi-
ficar criminales con base en la forma de sus rostros con
una precisión de 89.5 por ciento. No llegaron tan lejos
como para darle crédito a las ideas sobre la fisiognomía

Physiognomy, ilustración de S. R. Wells. Wellcome Collection

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Cuando desestimamos un algoritmo
al calificarlo de “frenología”,
¿cuál es exactamente el problema mente el problema que queremos señalar?
que queremos señalar? ¿Estamos diciendo que estos métodos son
científicamente defectuosos y que en realidad
no funcionan… o que es moralmente incorrec-
y la personalidad que circularon durante el si- to emplearlos al margen de si son efectivos?
glo XIX, en particular al trabajo del criminólo- El uso de la palabra “frenología” como insul-
go italiano Cesare Lombroso, que sostenía que to fulminante tiene una historia larga y enre-
los criminales son bestias subevolucionadas y dada. Las críticas filosóficas y científicas de
subhumanas que pueden reconocerse por sus esta empresa siempre se han entrecruzado,
frentes oblicuas y sus narices aguileñas. Y sin aunque este entrelazamiento ha cambiado con
embargo, en este estudio el uso de la alta tec- el tiempo. En el siglo XIX los detractores de la
nología para detectar supuestos rasgos crimi- frenología objetaban que esta disciplina inten-
nales se alimenta directamente del “método tara ubicar la sede de las diferentes funciones
de composición fotográfica” que desarrolló el mentales en distintas partes del cerebro, una
todólogo victoriano Francis Galton y que con- operación que parecía herética porque ponía
sistía en superponer los rostros de muchas en entredicho las ideas cristianas sobre la uni-
personas en cierta categoría para encontrar dad del alma. Pero resulta interesante que tra-
los rasgos que indicaban cualidades como sa- tar de descubrir la personalidad y el intelecto
lud, enfermedad, belleza y criminalidad. de una persona con base en el tamaño y la for-
Los estudiosos de la tecnología consideran ma de su cabeza no se percibiera como un serio
que estos métodos de reconocimiento facial problema moral. Hoy, por el contrario, la idea
son “literalmente frenología”; también los de localizar funciones mentales es bastante
vinculan con la eugenesia, la pseudociencia ortodoxa. Los científicos ya no creen que la
del mejoramiento de la raza humana que pro- “destructividad” esté situada sobre la oreja de-
mueve la reproducción de aquellas personas recha, pero la noción de que las funciones cog-
que se consideran más aptas. (Galton mismo nitivas pueden localizarse en circuitos cere-
acuñó el término “eugenesia” y en 1883 la des- brales particulares es un supuesto estándar de
cribió como “todas las influencias que tienden, la neurociencia convencional.
así sea en el grado más remoto, a darle a las Durante el siglo XIX la frenología se en-
mejores razas o cepas de sangre mayores frentó también con las críticas del empirismo.
oportunidades de prevalecer rápidamente so- Hubo furiosos debates sobre cuáles funciones
bre las menos aptas de las que habrían tenido residían dónde, y si las medidas craneanas
de otro modo”.) eran una forma confiable de determinar qué
En algunos casos la meta explícita de estas pasaba en el cerebro. La crítica empírica más
tecnologías es negarle oportunidades a aque- importante de la frenología es la que proviene
llos que se consideran poco aptos; en otras de los estudios del médico francés Jean Pierre
ése puede no ser el objetivo, pero sí terminar Flouren, que provocaba lesiones en los cere-
por ser el resultado predecible. Y sin embar- bros de conejos y palomas y que concluyó que
go, cuando desestimamos un algoritmo al las funciones mentales están distribuidas, no
calificarlo de “frenología”, ¿cuál es exacta- localizadas. (Más tarde estos resultados fue-

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Imagen de reconocimiento facial en X. Wu y X. Zhang,
“Automated Inference on Criminality Using Face Images”, arXiv, abs/1611.04135, 2016

ron desmentidos.) Que la frenología fuera re- ma empírico: emplear retratos de criminales
chazada por razones que la mayor parte de los sentenciados pero no de quienes salieron li-
observadores contemporáneos ya no acepta- bres introduce un sesgo empírico. Reconocie-
rían hace aún más difícil determinar por qué ron sentirse “profundamente sorprendidos”
hoy en día usamos “frenología” como insulto. de que su artículo, que tenía objetivos de dis-
Tanto la “nueva” como la “vieja” frenología cusión “puramente académica”, fuera recibido
han sido criticadas por sus métodos descui- con una ola de indignación pública.
dados. En este estudio reciente de crimina- Curiosamente los investigadores no men-
lidad con ayuda de IA los datos se obtuvieron cionan el hecho de que las sentencias mismas
de dos fuentes muy distintas: retratos de re- dependen de las impresiones que se forman
clusos y páginas de internet de las compañías policías, jueces y jurados sobre el sospechoso,
en las que trabajan personas sin acusaciones lo que hace del aspecto “criminal” de una per-
criminales. La fuente misma podría explicar sona una variable de confusión. Tampoco ati-
la capacidad del algoritmo para detectar una nan a mencionar cómo es que la intensa vigi-
diferencia entre los grupos. En un nuevo pre- lancia policial de comunidades particulares,
facio al artículo los investigadores también y la desigualdad en el acceso a la representa-
admitieron que considerar que las sentencias ción legal, distorsiona su conjunto de datos.
de la corte son sinónimos de criminalidad En respuesta a las críticas los autores no se
constituía un “serio descuido”. Y sin embargo, retractan de la suposición de que “ser un cri-
para los autores equiparar condenas con cri- minal requiere un conjunto de rasgos per-
minalidad parece no ser más que un proble- sonales anormales (atípicos)”. En efecto, su

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El reconocimiento facial debería
regularse con tanto rigor como el
plutonio, porque tiene muy pocos tante manga ancha con los datos para manu-
usos inocuos. facturar correlaciones entre el tamaño del
cráneo, la raza y el IQ. Si hubiera algo que des-
propuesta sugiere que la criminalidad es una cubrir uno esperaría que las muchas perso-
característica innata y no una respuesta a nas que lo han intentado a lo largo de los años
condiciones sociales como la pobreza o el abu- no hubieran terminado con las manos vacías.
so. Parte de lo que hace que sus datos resulten El problema de reinventar la fisiognomía
cuestionables en términos empíricos es que la no es únicamente que ya se haya intentado
decisión de quiénes deben ser etiquetados sin éxito. Los investigadores que insisten en
como “criminales” no es para nada neutral. hallar la fusión fría una vez que el consenso
Una de las objeciones morales más contun- científico la ha dejado atrás también son cri-
dentes frente al uso del reconocimiento facial ticados por buscar quimeras, pero la desapro-
para detectar la criminalidad es que estigma- bación de la investigación en fusión fría no
tiza a personas que ya son víctimas de una trae aparejada ningún tipo de oprobio. En el
vigilancia policial extrema. Los autores dicen peor de los casos se considera una pérdida de
que su herramienta no debería ser usada con tiempo. La diferencia es que los daños poten-
fines policiacos, pero sólo citan argumentos ciales de la investigación en fusión fría son
estadísticos para sustentar esta opinión: se- mucho más limitados. En contraste, algunos
gún explican, la tasa de falsos positivos (50 por observadores sostienen que el reconocimien-
ciento) sería inaceptablemente alta, pero no to facial debería regularse con tanto rigor
reconocen qué significa eso en términos hu- como el plutonio, porque tiene muy pocos
manos. Esos falsos positivos serían individuos usos inocuos. Cuando el callejón sin salida
cuyos rostros se parecen a los de personas sen- que buscas resucitar fue inventado con el pro-
tenciadas en algún momento. Dados los sesgos pósito de apuntalar las estructuras coloniales
raciales y de otras clases que existen en el sis- y de clase —y cuando lo único que en efecto
tema de justicia criminal estos algoritmos ter- puede medir es el racismo inherente en esas
minarían por sobreestimar la criminalidad estructuras— es difícil justificarlo una vez
entre las comunidades marginadas. más en nombre de la curiosidad.
La pregunta más polémica parece ser la de Sin embargo, llamar “frenología” a la inves-
si resulta legítimo reinventar la fisiognomía tigación en reconocimiento fácil sin explicar
para propósitos de “discusión estrictamente qué se juega puede no ser la estrategia más
académica”. Podría objetarse en términos em- efectiva para comunicar la potencia de la acu-
píricos: en el pasado eugenistas como Galton sación. Para que los científicos se tomen en
y Lombroso fueron incapaces de hallar rasgos serio sus responsabilidades morales tienen
faciales que predispusieran a una persona a que estar conscientes del daño que puede pro-
la criminalidad. Eso es porque no existe nin- ducir su investigación. Con suerte, explicar
guna conexión que encontrar. Del mismo más claramente cuál es el problema con las
modo, algunos psicólogos que estudiaron la investigaciones clasificadas como “frenología”
heredabilidad de la inteligencia, como Cyril tendrá más impacto que usar el nombre como
Burt y Philippe Rushton, debieron tener bas- un insulto cualquiera.

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