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RESUMEN DE FALLOS PARA EL PARCIAL.

SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL.-

MARBURY vs. MADISON

En el año 1801 el presidente Adams designó a Marshall presidente de la Suprema Corte junto con otros jueces
entre los que se encontraba Marbury.- Finalizado el mandato presidencial es sucedido por el presidente
Jefferson quien designa como secretario de Estado a Madison.-

La mayoría de los jueces nombrados durante el gobierno anterior recibieron la notificación en la que constaba
que tenían acceso a sus cargos de jueces. No obstante otros, entre los que se encontraba Marbury, no
recibieron dicha notificación y decidieron solicitar a Madison que el nombramiento les fuera notificado para
poder acceder al cargo. Al no obtener respuesta de Madison, Marbury pidió a la Corte que emitiera un
“mandamus” por el cual se le ordenara a Madison que cumpliera con la notificación, basándose en la Sección
trece del Acta Judicial que acordaba a la Corte Suprema competencia originaria para expedir el “mandamus”.

Marbury tenía derecho al nombramiento que demandaba, teniendo en cuenta que este había sido firmado por
el presidente y sellado por el secretario de estado durante la presidencia de Adams.

La negativa constituyó una clara violación de ese derecho frente al cual las leyes de su país brindaban un
remedio, emitir un mandamiento.

La constitución de los Estados Unidos establece en su Art. III, la competencia de la Corte Suprema sólo por
apelación, salvo en determinados casos en la que es originaria, no encontrándose el “mandamus” dentro de
estas excepciones, por lo que se rechazó la petición del demandante, ya que la Corte Suprema no poseía
competencia para emitir mandamientos en competencia originaria.

Esto trajo aparejado un conflicto entre la Constitución y el Acta Judicial, Sección 13 (de rango jerárquico
inferior). Marshall resolvió en su sentencia declarar la inconstitucionalidad del Acta Judicial, por considerar que
ampliaba la competencia de la Corte y contrariaba la Constitución.

Se afirmó el principio de supremacía constitucional. Se consagró el principio que el poder judicial ejerce el
control de constitucionalidad.

FALLO MERCK QUÍMICA.-

En el caso de la actora, se trataba de una importante empresa química, de origen alemán, radicada en la
Argentina.- Sentenciado por la CSJN el 9 de junio de 1948.

Poco antes de finalizar la 2ª Guerra Mundial, la República Argentina declaró formalmente la guerra a las
potencias del Eje: ALEMANIA y JAPÓN.. Como consecuencia de ello el Poder Ejecutivo de facto dictó diversos
decretos leyes para vigilar, incautar y disponer de bienes de la “propiedad enemiga” radicados en el país,
soslayando los procedimientos judiciales ordinarios y por aplicación de la teoría de los poderes de guerra.-
La empresa aducía que se estaba conculcando principalmente el derecho de propiedad y la garantía de
defensa en juicio, pero, obtuvo fallo adverso de la Cámara Federal de la Capital por lo que apeló al
extraordinario.-

La importancia de este decisorio de la CSJN radica en el reconocimiento de la primacía del Derecho


Internacional por sobre el Derecho Constitucional interno cuando se trata de casus belli.

Deja sentado expresamente que en estado de paz ningún tratado puede serle opuesto a la República, que no
estuviese “en conformidad con los principios de derecho público establecidos en (la) Constitución” (Art. 27º)

“Pero cuando se penetra en el terreno de la guerra en causa propia –eventualidad extraña a la reglas del
artículo 27º CN- la cuestión se aparta de aquellos principios generales y coloca a la República y a su gobierno
político en el trance de cumplir los tratados internacionales con todo el rigorismo de que puedan estar
animados.”

Fundamentos del fallo:

No cabe discusión alguna sobre la existencia de los poderes de guerra del Gobierno Federal, en salvaguarda de
la integridad o independencia nacional, entre otras finalidades. Estos poderes son forzosamente anteriores al
Estado mismo y a la Constitución nacional ya que apuntan a los objetivos primarios de la sociedad civil que les
dio origen.

Que la Corte Nacional había destacado en fallos anteriores la importancia y practicidad de la doctrina y
jurisprudencia norteamericanas, en las que la República se ha servido de modelo (CSJN, Fallos, 19:231). Estas
fuentes han sentado reiteradamente que “el poder de declarar la guerra incluye todas las demás facultades
incidentales al mismo y las necesarias para llevarla a efecto”, así como que “el poder de declarar la guerra
presupone el derecho de hacer la guerra. El poder de declarar la guerra, necesariamente, envuelve el poder de
llevarla adelante y éste implica los medios. El derecho a los medios, se extiende a todos los medios en
posesión de la Nación.”

La Corte nacional entiende que “los poderes de guerra pueden ser ejercitados según el derecho de gente
evolucionado al tiempo de su aplicación y en la medida indispensable para abatir la capacidad efectiva y
potencial del enemigo…”.-

DOCTRINA DEL FALLO: Los poderes de guerra no son susceptibles de control judicial. Los derechos y garantías
individuales ceden ante los poderes de guerra, ya que nadie puede invocar un mejor derecho cuando se está
en presencia de la independencia, la soberanía y la seguridad interna y externa de la Nación.

Las normas del derecho de gente resultan aplicables al momento de su efectiva ejecución, aunque resulten
retroactivas respecto del hecho concreto en discusión (en el caso “Merck” las disposiciones del Ejecutivo se
aplicaron cuando la guerra ya había concluido -en 1946- y en virtud de las previsiones de la Conferencia
interamericana de México de febrero de 1945.)

FALLO BODEGAS Y VIÑEDOS PULENTA HNOS.-

Soria de Guerrero, Juana A. c. Bodegas y Viñedos Pulenta Hnos. - Setiembre 20 de 1963.


Las facultades jurisdiccionales del Poder Judicial no alcanzan, como principio, al examen del procedimiento
adoptado en la formación y sanción de las leyes, sean ellas nacionales o provinciales. Tal principio tiende a
preservar la separación de los poderes del Estado, asegurando a cada uno de ellos el goce de la competencia
constitucional que les concierne en el ámbito de su específica actividad.-

No constituye cuestión justiciable lo atinente al procedimiento adoptado por el Poder Legislativo para la
formación y sanción de las leyes, salvo el supuesto de incumplimiento de los requisitos constitucionales
mínimos e indispensables.-

FALLO: Ríos, Antonio Jesús. • 22/04/1987

Hechos

La realización periódica de elecciones de diputados nacionales surge de las previsiones de la Constitución


Nacional, y es una disposición consustanciada con los principios del gobierno representativo y republicano que
ella sostiene, por lo que es un evento recurrente cuya desaparición fáctica o pérdida de virtualidad no es
imaginable mientras se mantenga la vigencia del orden instaurado en la Ley Fundamental. Sólo cuando éste
sufrió violentas alteraciones se convirtieron en abstractos temas que hacen a la renovación de los titulares de
los poderes políticos.-

Los partidos políticos, cuya existencia y pluralidad sustenta el art. 1° de la Constitución, condicionan los
aspectos más íntimos de la vida política nacional y la acción de los poderes gubernamentales. De aquellos
depende en gran medida lo que ha de ser, en los hechos, la democracia del país y al reglamentarlos, el Estado
Democrático cuida una de las piezas principales y más sensibles de su complejo mecanismo vital, por lo que
resulta constitucionalmente válido el ejercicio del poder reglamentario al establecer controles
gubernamentales, con el objeto de garantizar la pluralidad, la acción y el sometimiento de los partidos a las
exigencias básicas del ordenamiento jurídico y atribuirles la exclusividad en la postulación de candidatos a los
cargos públicos.

FALLO: FAYT.-(Inconstitucionalidad de una norma constitucional).- Límites comisión reformadora.-

Planteada una causa, no hay otro poder por encima del de la Corte para resolver acerca de la existencia de los
límites de las atribuciones constitucionales otorgadas a los departamentos Legislativo, Judicial y Ejecutivo y del
deslinde de atribuciones de estos entre sí

El Congreso, en cumplimiento de su función preconstituyente, no pudo habilitar una modificación de


significativa trascendencia a la garantía de la inamovilidad de los magistrados judiciales federales a partir del
cumplimiento de una edad determinada, ya que una alteración tan substancial no reconoce habilitación
suficiente en las facultades implícitas que se derivan de la expresa atribución de reformar la Constitución.

Corresponde desestimar, por ser manifiestamente inadmisible, la recusación con causa de los magistrados de
la Corte Suprema, efectuada por el Procurador General de la Nación al presentar el dictamen del art. 33, inc. a,
ap. 5°, de la ley 24.946, en la causa en que uno de los miembros del Tribunal inició acción declarativa a fin de
obtener la nulidad, en los términos de la ley 24.309, de la reforma introducida por el art. 99, inc. 4°, párrafo 3°,
de la Constitución Nacional al art. 86, inc. 5° del texto de 1853/60.
Corresponde declarar la nulidad absoluta de la reforma introducida por la convención reformadora de 1994 en
el art. 99, inc. 4°, párrafo 3°, y en la disposición transitoria undécima, al art. 110 de la Constitución Nacional si
aquélla es fruto de un ejercicio indebido de la limitada competencia otorgada a la convención reformadora.

FALLO CINE CALLAO

Debido a la falta de suficientes salas de teatro, los artistas del espectáculo sufrieron una grave crisis
ocupacional. Circunstancia por la cual, el Poder Legislativo dictó la Ley Nº 14.226, la cual declaraba obligatoria
la inclusión de espectáculo de variedades en los programas de las salas cinematográficas de todo el territorio
de la Nación. La norma anteriormente mencionada prohibió cobrar al público una suma extra por los números
ofrecidos, por lo que las empresas cinematográficas debían soportar los gastos adicionales. Esto último fue
posteriormente modificado por la Resolución Nº 1.446/57 que autorizó a cobrar por separado los ‘actos en
vivo’.-

Dentro de la especie del poder de policía que comprende la defensa y promoción de los intereses económicos
de la colectividad, ha de considerarse legítimamente incluída la facultad de sancionar disposiciones legales
encaminadas a prevenir, impedir, morigerar o contrarrestar, en forma permanente o transitoria, los graves
daños económicos y sociales susceptibles de ser originados por la desocupación en mediana o gran escala.
Entre las frecuentes disposiciones sancionadas por el Congreso con tal designio se encuentra la ley 13.591, de
cuya política la ley 14.226 es una de las manifestaciones particulares.-

El sistema de la ley 14.226 no importó reglamentar ni encauzar la industria o el comercio cinematográfico


como tal, sino que se sirvió de las salas destinadas a esta actividad, ¨debido a la carencia de suficientes salas
de teatro¨, para dar cabida a una especie de espectáculo público, distinto pero no incompatible con aquél,
mediante la imposición a los empresarios cinematográficos de la carga consistente en incluir en sus
programas los llamados ¨números vivos¨, con la obligación: 1°) de) proveer a las obras e instalaciones para
que pudieran aquéllas realizarse; 2°) de contratar ejecutantes, respecto de quienes sólo aludió la ley, de
manera expresa, a la condición atinente a nacionalidad e, implícitamente, a su aptitud para desarrollar un
espectáculo artístico.

“El Poder Judicial no está facultado para pronunciarse sobre el mérito o eficacia de los medios elegidos por
el legislador para alcanzar los fines propuestos. A los jueces sólo les compete verificar que los derechos
afectados no sean desnaturalizados por la norma reglamentaria y que ésta guarde cierta proporcionalidad
con los fines a alcanzar”.

Por todo esto la norma no lesiona los derechos de propiedad, ni los de comerciar y ejercer la industria lícita.-

FALLO PERALTA:

Peralta, Luis Arcenio y otro c/ Estado Nacional (Mrio. de Economía - BCRA.) s/ amparo. - 27 de Diciembre de
1990 – CSJN

La Constitución debe ser interpretada de manera de no hacer impotente e inoperante y sí reservar y hacer
efectiva la voluntad soberana de la Nación.- No debe darse a las limitaciones constitucionales una extensión que
trabe el ejercicio eficaz de los poderes del Estado.-
La limitación contenida en el art. 2 , inc. d) de la ley 16.986 se funda en la necesidad de impedir que este noble
remedio excepcional pueda engendrar la falsa creencia de que cualquier cuestión litigiosa tiene solución por
esta vía o, que mediante ella, sea posible obtener precipitadas declaraciones de inconstitucionalidad.-

El fundamento de las leyes de emergencia es la necesidad de poner fin o remediar situaciones de gravedad
que obligan a intervenir en el orden patrimonial, fijando plazos, concediendo esperas, como una forma de
hacer posible el cumplimiento de las obligaciones a la vez que atenuar su gravitación negativa sobre el orden
económico e institucional y la sociedad en su conjunto.-

FALLO: GUIDA – CONSTITUCIONALIDAD DE LA REDUCCION SALARIAL EN EMERGENCIA.-

Esta Corte en la causa "Guida" (Fallos: 323:1566) se pronunció acerca de la constitucionalidad del decreto
290/95, que había dispuesto reducciones remuneratorias del sector público. Allí el Tribunal sostuvo que la
modificación de los márgenes de remuneración, en forma temporaria, motivada por los efectos de una grave
crisis internacional de orden financiero, no implicaba per se una violación del art. 17 de la Constitución
Nacional. Señaló, asimismo, que en tal supuesto, no mediaba lesión a dicha garantía cuando por razones de
interés público, los montos de las remuneraciones de los agentes estatales eran disminuidos para el futuro sin
ocasionar una alteración sustancial del contrato de empleo público en la medida en que la quita no resultaba
confiscatoria o arbitrariamente desproporcionada. Indicó que los porcentajes establecidos en el decreto
290/95, si bien traducían una sensible disminución en los salarios, no revestían una magnitud que permitiese
considerar alterada la sustancia del contrato.-

FALLO: Risolía de Ocampo, María José c/ Rojas, Julio César y otros s/ ejecución de sentencia (incidente) -2 de
Agosto de 2000 – DECRETOS DE NECESIDAD Y URGENCIA.-

Uno de los requisitos indispensables para que pueda reconocerse la validez de un decreto de necesidad y
urgencia es que éste tenga la finalidad de proteger los intereses generales de la sociedad y no de
determinados individuos. No se advierte de qué forma la crisis económica que atraviesan las empresas
prestadoras del servicio público de pasajeros y las compañías aseguradoras de dichas entidades por el servicio
mencionado afecta a "los intereses generales de la sociedad" o al "interés público" que los decretos de esta
clase deben proteger. En otras palabras, la mera existencia de una crisis económica sectorial no es suficiente
para configurar las circunstancias excepcionales que determinan la imposibilidad de seguir los trámites
ordinarios previstos por la Constitución Nacional para la formación y sanción de las leyes.-

FALLO: Tobar, Leónidas c/ E.N. Mro. Defensa Contaduría General del Ejército- Ley 25.453 s/ amparo -Ley
16.986.

Los arts. 1 del decreto 896/01 y 10 de la ley 25.453 que dispusieron reducciones remuneratorias del sector
público, resultan inconstitucionales en tanto no imponen una limitación razonable y temporaria a la integridad
salarial de los agentes públicos, fundada en razones de emergencia y en el interés general, sino que los somete
a una indefinición de los márgenes remunerativos, sujeta a variables totalmente ajenas a la relación de empleo
y carentes de toda previsibilidad para el trabajador, que ve así irremediablemente perdido uno de los
elementos básicos que definen el desempeño laboral.-
FALLO: (2002) - Smith, Carlos Antonio c/ Poder Ejecutivo Nacional o Estado Nacional s/ sumarísimo.-

La restricción que impone el Estado al ejercicio normal de los derechos patrimoniales debe ser razonable,
limitada en el tiempo, un remedio y no una mutación en la sustancia o esencia del derecho adquirido por
sentencia o contrato, y está sometida al control jurisdiccional de constitucionalidad, toda vez que la
emergencia, a diferencia del estado de sitio, no suspende las garantías constitucionales.-

FALLO: PROVINCIA DE SAN LUIS C/ESTADO NACIONAL S/AMPARO.- (5/3/2003).-

HECHOS:

La Provincia de San Luis se presentó ante la Corte Suprema, en instancia originaria, y promovió acción de
amparo para que el Banco Nación le restituya en la moneda de origen -dólar estadounidense- fondos públicos
de su propiedad que había constituido en dicha entidad, impugnando el bloque normativo conformado por el
"corralito financiero" y la "pesificación" de ahorros en moneda extranjera. La Corte declaró inconstitucional el
régimen cuestionado, ordenó la devolución en dólares o la cantidad de pesos necesaria para obtenerlos en el
mercado libre y estableció que las partes acuerden forma y plazos de restitución dentro de los 60 días de
quedar firme la sentencia, bajo apercibimiento de hacerlo el tribunal a pedido de parte interesada.

SUMARIO:

Debe acogerse la acción de amparo entablada por una provincia para que se le restituyan en la moneda de
origen -dólar estadounidense- o la cantidad de pesos necesaria para adquirirla en el mercado libre, fondos
públicos de su propiedad depositados en el Banco de la Nación Argentina, atento a la inconstitucionalidad de
la "pesificación" -arts. 2°, dec. 214/2002 (Adla, LXII-A, 117)-, deduciéndose las cantidades ya retiradas por el
Estado local -para lo cual la diferencia deberá determinarse entre la suma retirada en pesos y el valor de cada
dólar en el mercado referido a la fecha de la extracción- y ordenándose que las partes acuerden dentro de un
plazo prudencial -60 días- forma y plazos de devolución que no alteren la sustancia de la decisión, bajo
apercibimiento de establecerlo el tribunal a pedido de parte interesada.

Es inconstitucional la "pesificación" de los ahorros en moneda extranjera -art. 2°, decreto 214/2002 (Adla,
LXII-A, 117), pues el Poder Ejecutivo, mediante dicho régimen, transformó compulsiva y unilateralmente la
sustancia de tales depósitos, disponiendo su conversión a pesos con apartamiento de lo dispuesto en la ley de
emergencia pública 25.561 (Adla, LXII-A, 44) -la que sólo autorizaba a transformar las deudas "con" el sistema
financiero- a una relación de cambio que no refleja el valor del capital originariamente depositado -$ 1, 40 por
U$S 1-, consagrando una grave lesión al derecho de propiedad -art. 17, Constitución Nacional-.

La "pesificación" de las imposiciones bancarias en moneda extranjera -a razón de $ 1,40 por 1 U$S- atenta
contra el principio de razonabilidad, ya que si bien en situaciones de extrema gravedad es legítimo exigir a
los miembros de la sociedad un sacrificio en virtud del principio de solidaridad social, dicho régimen no
efectúa una distribución equitativa del perjuicio, haciendo recaer mayormente sobre el ahorrista los efectos
perjudiciales de la crisis, excediendo el ejercicio válido de los poderes de emergencia.

El sistema jurídico conformado por el "corralito financiero" y la "pesificación" de depósitos, al vulnerar los
derechos adquiridos de los ahorristas mediante la modificación de la moneda de origen -pese a un régimen
que garantizaba categóricamente su inalterabilidad-, ha arrasado lisa y llanamente con la garantía de la
propiedad -art. 17, Constitución Nacional- y destruido la seguridad jurídica, con olvido de que cuando se
recurre a los poderes de emergencia se lo hace con el objeto de amparar y defender el orden
preestablecido, pues la misma no suprime la legitimidad constitucional, sino que la garantiza por vía de
remedios extraordinarios.

FALLO HALABI: Qué son las “acciones de clase”

La “acción colectiva” o “acción de clase” supone que una resolución judicial tiene un alcance general para
todas las personas o miembros de un grupo que se vean afectados en un mismo derecho. De esta forma se
evita la multiplicidad de demandas por un mismo hecho. Esta institución fue consagrada por la Corte Suprema
en la resolución sobre la inconstitucionalidad de la ley espía.

La definición de la CSJN en “HALABI” (caso de la ley espía) tIene efectos prácticos en el futuro en tanto permite
generalizar las sentencias sin que el demandante sea el defensor del Pueblo o una ONG vinculada con el tema
en cuestión.

El fallo de la Corte explica que existen tres categorías de derechos:

1- individuales,

2-de incidencia colectiva, que tienen por objeto fines colectivos, y

3- de incidencia colectiva referentes a intereses individuales.

Los primeros son ejercidos por las personas particulares y los segundos, por el defensor del Pueblo o
asociaciones que concentren el interés colectivo y el afectado. Este es el caso, por ejemplo, de la demanda
sobre el saneamiento del Riachuelo u otras vinculadas con bienes que, como el ambiente, son de naturaleza
colectiva y no son divisibles. Finalmente, la Constitución admite una tercera categoría formada por derechos
de incidencia colectiva referente a intereses individuales homogéneos, donde están incluidos, por ejemplo, los
derechos de los usuarios y consumidores y de los sujetos discriminados. Lo que se afectan aquí son derechos
individuales divisibles relativos a los miembros de un mismo grupo. “Hay una homogeneidad fáctica y
normativa que lleva a considerar razonable la realización de un solo juicio con efectos expansivos de la cosa
juzgada que en él se dicte, salvo en lo que hace a la prueba del delito”, señaló la Corte, que dejó afuera de este
grupo los casos patrimoniales.

Como las “acciones de clase” no están reguladas por ley, el máximo tribunal decidió instituirla a través de un
fallo, en el que además formuló algunas precisiones para que los jueces tengan en cuenta en el futuro. Entre
ellas, están el resguardo de la defensa en juicio y la precisa identificación del grupo. Diego Morales, director de
área de Litigio del CELS, señaló que se trata de un camino que la Corte ya viene recorriendo al aceptar, por
ejemplo, el hábeas corpus colectivo en el caso Verbitsky, cuyos efectos son para todos los presos de las
cárceles bonaerenses. En el caso de “la ley espía”, el amparo no fue realizado por una ONG sino por un
particular.-

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