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Seminario I Unidad III El Tiempo (Parte 1)
Seminario I Unidad III El Tiempo (Parte 1)
Unidad III
Manejo Efectivo del Tiempo
De acuerdo con un estudio publicado por la revista Harvard Business Review[1], existen tres
dimensiones que se deben considerar para poder manejar el tiempo de forma adecuada.
Ellas son:
1. Conciencia: entender el tiempo como un recurso limitado.
2. Arreglo: organizar metas, planes, tareas y horarios.
3. Adaptación: monitorear el uso del tiempo, las interrupciones y el cambio de prioridades.
Todos tenemos momentos de concentración profunda y otros donde nos distraemos fácilmente, es
imposible determinarlos o forzarlos, por lo que mejor es ser sinceros con nosotros mismos y
entender que esto nos sucede.
Asimismo, mientras realizamos algunas labores puede que las prioridades cambien y toque realizar
reajuste en los tiempos, ejemplo: iba a realizar el trabajo escrito el fin de semana, pero ahora mi
familia ha planteado un paseo entre sábado y domingo, por lo que debo adelantar esa tarea para
poder acompañarlos.
En la actualidad vivimos abrumados por el tiempo, sentimos que no nos alcanza para terminar
todos los pendientes y estos se acumulan en una lista que en lugar de reducirse, crece cada día más.
Pero, ¿por dónde empezar?, ¿qué se debe hacer primero?. Las personas creen que no tiene tiempo
extra porque sus días están a punto de estallar. Sin embargo, esto puede debe rse a un mal manejo de
las horas.
No tengas miedo de crear listas, puedes crear tantas como necesites, si bien es cierto que no hay
suficientes horas en el día para hacer todo (y no tienes que hacer todo) puedes optar por hacer las
cosas que priorizaste.
Estos pasos se resumen en establecimiento de objetivos, motivación, listas de imprescindibles,
manejo de tiempo, priorización, estrategia, enfoque y compromiso.
En la actualidad es muy común quejarnos por la falta de tiempo. Vivimos en un mundo tan
acelerado que ha hecho que el tiempo se haya convertido en un recurso escaso, no obstante,
paradójicamente, ser el activo más “democrático” y valioso que existe.
En efecto, todos contamos con 24 horas al día y 7 días a la semana; hombres, mujeres, ricos, pobres,
adultos, niños, etc., tenemos tal disponibilidad de tiempo. Del mismo modo, el tiempo es incluso
más valioso que el propio dinero o bienes, ya que éstos pueden ser recuperables en caso se gasten o
pierdan, cosa que no sucede con el tiempo, ya que éste, una vez transcurrido, es irrecuperable.
De lo dicho anteriormente, se puede concluir que el problema no es tanto la falta de tiempo sino que
no lo sabemos gestionar de manera eficiente.
Son muchas las razones por las que las solemos perder el tiempo, y analizarlas todas excedería el
propósito de este breve artículo. Es por ello que, si tuviéramos que sintetizar el por qué utilizamos
mal el tiempo, diríamos que por las siguientes razones fundamentales:
Falta de objetivos.
Deficiente o nula planificación.
Algunas malas costumbres propias de nuestra cultura e idiosincrasia.
La impuntualidad.
La procrastinación.
El mal uso de las redes sociales y la tecnología en general.
No saber delegar.
Ineficiente gestión de la agenda.
El perfeccionismo.
Indecisión, miedos y prejuicios.
Entre otras.
El uso eficiente del tiempo es de vital importancia no solo por lo que ya se ha señalado en líneas
anteriores, sino también porque, además, reporta muchos beneficios, tanto en la vida universitria
como en la vida personal
Entre los beneficios y ventajas del uso adecuado del tiempo tenemos los siguientes:
Existe un famoso esquema de cuatro valores (matriz de Eisenhower) que nos ayudará a separar las
tareas importantes de las que no lo son, lo mismo que determinar su nivel de urgencia.
Todo lo del cuadrante 1 (importante y urgente) debe tratarse de inmediato, son tareas que
no se pueden prolongar y que requieren atención inmediata.
Un ejemplo es un trabajo que debes entregar esta misma semana y que no has comenzado,
por lo que es necesario hacerlo de una vez, apartar el tiempo y ponerte manos a la obra lo
antes posible.
En el tercer cuadrante (urgente pero no importante) están las actividades que requieren de
una acción inmediata aunque la importancia para nosotros no resulta alta, es algo que se
puede delegar.
Un ejemplo de esto es cuando un compañero te solicita que lo ayudes con una asignación
que le está costando trabajo, pero si no cuentas con el tiempo lo mejor es delegarlo y que
pueda pedirle apoyo a otro amigo.
Por último, en el cuarto cuadrante (ni urgente ni importante) existen las cosas que se
pueden desechar y que probablemente no debas prestar atención. Es importante que
elimines estas cosas de tu agenda y que las hagas solamente durante el fin de semana.
Un caso es cuando has anotado en tu agenda el ir a ver una película nueva el fin de semana,
pero te percatas que el lunes tienes examen y que sería mejor estudiar porque aún no te
sientes seguro de saber todo el material. El consejo es eliminar esta actividad y realizarla
luego, organiza tus prioridades.
Si bien estos consejos te ayudarán a entender mejor tus propios procesos y las actividades de las cuales puedes
prescindir, y cómo planearte de forma más consciente las actividades a realizar, queda de tu parte la responsabilidad
de ponerlos en práctica y acostumbrarte a esta manera de manejo del tiempo, algo hecho a tu medida y de forma
consciente.
Hay que empezar por el principio, ¿qué es un hábito de estudio y cómo se llega este?, ¿es algo con lo
que se nace o es una habilidad que se adquiere y fortalece con el tiempo?, y, sobre todo, ¿por qué son
importantes?
Los hábitos de estudio son un conjunto de rutinas y técnicas que utilizan los estudiantes para
adquirir y aprovechar al máximo los conocimientos que adquieren. Si bien hay algunos métodos
generales que pueden ayudar a todos los estudiantes, las competencias de cada persona son
diferentes, por lo que un buen hábito de estudio combina habilidades personales innatas con
aquellas que se pueden fortalecer con el tiempo.
Por ejemplo, hay personas que se les facilita aprender con música (cantan lo que aprenden), esta
sería una habilidad innata que podría combinarse con técnicas y hábitos de estudio generales, como
organizar tiempos de estudio. Por eso es fundamental que cada persona conozca las aptitudes y
herramientas con las que cuenta y le facilita el estudio.
3. Descansa y aliméntate
De nada sirve estudiar durante 10 horas seguidas una noche antes del examen. El cuerpo y el
cerebro se cansan y llega el momento en que el estudio no es significativo. Por eso es
importante que en tus técnicas de estudio establezcas tiempos de descanso. Por ejemplo,
por cada 25 minutos de estudio, puedes descansar 5 minutos. Esto ayuda a que tu cerebro
recargue la pila y se le conoce como la técnica Pomodoro para estudiar. También es
importante que te alimentes bien.
7. Reduce distracciones
Para mejorar tus técnicas de estudio, el primer paso es identificar qué es lo que te distrae y
el segundo paso es tratar de eliminar dichas distracciones. Por ejemplo, si constantemente
checas las notificaciones de tu teléfono, apágalo, siléncialo o déjalo en otro cuarto. Lo
mismo pasa si revisas a cada rato tus redes sociales, ignóralas.
9. Pregunta
Ante cualquier duda, pregunta, ya sea a tu maestro o a tus compañeros si estás en una
escuela o curso con otras personas, o pregunta en foros y redes sociales si estudias por tu
cuenta. Evita quedarte con dudas y quítate el miedo a quedar en ridículo “por no saber”,
pues todo conocimiento nace por una pregunta. También es recomendable que además de
preguntar, discutas tus nuevos conocimientos con otras personas para que los pongas en
práctica.
10. Apasiónate por lo que estudias
Es necesario que la curiosidad por conocer cosas nuevas nunca se te termine. Si bien puede haber
temas o materias que se te dificulten, encontrarles el lado que conecte con tus gustos te permite que
el aprendizaje sea algo más que información para salir bien en un examen. Por ejemplo, si estudias
inglés y odias la habilidad de reading, busca libros o textos en inglés sobre temas que te gusten, ya
sean los videojuegos, las películas o cualquier cosa que leerías en español por gusto.
Técnicas de estudio
Por ello es importante trabajar las Técnicas de Estudio para comprobar qué sabemos y para
proporcionaros ciertas enseñanzas, como pueden ser el programar su tiempo de trabajo, organizar
sus materiales, enseñar a leer (con atención y comprendiendo lo que leen), tomar apuntes de
manera correcta y resumir los mismos para que luego la memorización sea más fácil.
Por tanto, diríamos que el objetivo es que todos aprendamos a aprender. De esta manera nos
sentiremos mejor con nosotros mismos y podremos almacenar más información. Es, en definitiva,
saber que lo que importa no es la cantidad de estudio (las horas que uno pase delante del libro
memorizando), sino la calidad del mismo. Saber estudiar implica que sabemos pensar, razonar,
observar, concentrarse, organizarse, ser capaz de analizar. Podremos aprender a ser eficientes.
Horario de estudio
Está más que demostrada la necesidad de estudiar de forma planificada, de manera constante y
ajustándose a un horario (similar a los hábitos de trabajo impuestos por la sociedad). El trabajo
eficaz para aprobar las oposiciones es el que se hace de manera regular y continuada. Hay que tener
en cuenta que las principales limitaciones de la eficacia en el estudio son:
La desorganización (del tiempo, del material, del espacio, etc.), que supone descuidos, falta
de planificación del tiempo y, en definitiva, irresponsabilidad;
La inconstancia en el trabajo privado o en la asistencia a clases;
La superficialidad: hacer las cosas para salir del paso, para cumplir sin más (asistir a clases
como un mero espectador, leer de forma pasiva, atender más a cómo dice las cosas el
profesor que a lo que dice, etc.);
Todo buen estudiante debe planificar el tiempo de estudio; de no ser así, perderá mucho tiempo y
eficacia. El confeccionar un horario te ahorrará esfuerzo y tiempo: sin él perderás mucho tiempo
indeciso/ a en determinar qué vas a estudiar, cuándo lo harás, qué material utilizarás, etc. Se trata de
hacer cada cosa en su momento, con regularidad: clases, estudio privado, deporte, ocio.
Confecciona tu horario a partir de las horas fijas(trabajo, comidas, dormir, clases, otras
actividades, etc.), procurando aprovechar todas las que te queden libres, aunque sean
breves espacios de tiempo.
Se recomienda como mínimo una hora de estudio por cada hora de clase, aunque ello
dependerá de las dificultades que la materia tenga para usted. Ello implica, al menos, dos o
tres horas de estudio privado diario; intenta estudiar el mayor tiempo posible y recuerda la
importancia de estudiar un poco más cada semana, cada mes.
Dedica un tiempo al repaso: cada día. Antes de acostarte, dedica que un tiempo a refrescar
lo estudiado durante el día y en sesiones anteriores.
Es imprescindible dedicar a diario un rato a distraerse, hacer ejercicio, etc... Aunque
posiblemente esté de más recordártelo.
Estudia siempre a las mismas horas. Estudiar siempre a la misma hora y en un mismo lugar
favorecerá el nivel de concentración y el rendimiento, ya que irá creando en ti un hábito,
una necesidad inconsciente de estudiar.
Procura ser rígido con la planificación. Cumple el horario hasta crear un hábito, haz que las
horas dedicadas a estudiar sean inamovibles. Confecciona un horario de estudio semanal y
ponlo por escrito; colócalo en un lugar visible y cúmplelo. Si falta tiempo para estudiar lo
previsto, amplía el tiempo dedicado a estudiar; si te sobra tiempo, aprovéchelo para repasar,
contestar cuestionarios, elaborar preguntas, etc.
Estudiar cansa, por tanto, descansa cuando dejes de estudiar. Para descansar, cambia de
actividad intelectual o haz un cambio mental total, procurando relajar los músculos y los
sentidos, o, simplemente, estar un rato sin hacer nada.
Sirve para ser consciente del propio rendimiento y regular esfuerzos. Permite compaginar el estudio
con el tiempo libre y disfrutar de otras actividades gratificantes. Ayuda a librarse de la
preocupación o angustia que conlleva la acumulación de tareas pendientes.
La planificación del estudio permite obtener mejores resultados y hacer más llevaderos los estudios
evitando, en gran medida, los temidos momentos de agobio. Para ello se ha de tener la firme
voluntad de llevar a cabo esa planificación y ponerse a estudiar de forma planificada.
La planificación es fundamental para todo tipo de tarea o trabajo que tengas que realizar en tu día a
día. Es de esperar que la organización en el terreno educativo sea esencial. Tanto los profesores
como los estudiantes deben llevar un guion claro y estipulado para que el aprendizaje sea completo
y adecuado.
Para que esa organización sea efectiva debe cumplirse, es cierto que al pie de la letra es bastante
difícil por el tema horarios pero debe asemejarse lo más posible. El cumplir con tu calendario de
tareas no debe ser tu único fin. Para que este tiempo haya merecido la pena debe haber sido un
estudio de calidad, un tiempo donde tus ejercicios han sido realizados y has entendido el proceso de
realización de los mismos.
Cuando se tiene un examen el método de estudio es distinto y hay que esforzarse más para sacar los
mejores resultados.
Algunas recomendaciones para que la concentración sea de calidad, para que los estudiantes
entiendan que el tiempo de estudio solo debe ser para eso, para estudiar
El sitio de estudio.
Lo primero que hay que tener antes de enfrentarse a los libros es un sitio de estudio. Ese
sitio debe ser utilizado habitualmente para el estudio, para que el niño coja costumbre y
sepa lo que tiene que hacer en él. Un escritorio en su habitación es de gran ayuda.
El orden.
El orden en la propia habitación y por supuesto el de la mesa de estudio es esencial. Evitar
distracciones que empañen el estudio es de vital importancia.
Fijar unos objetivos reales.
Si el día tiene 24 horas no puedes tener objetivos como si tuviera 36. Acota bien tu tiempo
de estudio para conseguir tu meta diaria.
El horario de estudio.
Igual que antes hablábamos de marcarte unos objetivos reales, en tu horario debe ser
también de esta forma. Al tener que ir al colegio por la mañana solo quedan unas cuantas
horas disponibles por la tarde. Controlar bien el tiempo que vas a dedicar a cada asignatura
es vital para cumplir tus objetivos.
Repartir el tiempo de estudio.
No todas las asignatura son iguales, eso está claro. Deberás dedicar más tiempo a las
asignaturas que te cuesten más, que sean “más difíciles” y el necesario para las que menos te
cuesten.
La constancia.
Para que todo el estudio sirva para algo debe haber constancia. Estudiar 3 días y dejar de
hacerlo 6, no te permite mantener un proceso de aprendizaje eficaz.
Realista.
Flexible.
Revisable.
Personalizado.
Escrito.
Equilibrado.
Debe ser realizado semanalmente.
Hay que distribuir, de la forma más concreta posible, tanto las asignaturas como
las tareas.
Alternar las asignaturas o temas.
Repasar antes de acostarse (se fija más en la memoria lo que se recuerda antes
de dormir).
Debemos tenerlo siempre a mano.
Una vez determinado, hay que cumplirlo (así iremos creando hábito de estudio).
¿Cuándo estudiar?
Horas apropiadas: El momento del día que mejor nos venga pero siempre a la
misma hora y nunca después de comer.
Planificar las horas de estudio y repaso.
Distribuir los exámenes espaciados.
La vida diaria y los imprevistos van de la mano. La vida diaria y los imprevistos se encontrarán casi
inevitablemente.
Aunque seas impecable en la planificación de tus actividades y no dejes nada librado al azar, a veces
la vida diaria y los obstáculos se encuentran cara a cara. Por factores de la Naturaleza, ambientales,
climáticos, sociales, políticos, o ciertamente por lo que sea que esté fuera de tu control, las cosas
pueden tomar un giro impensado.
Cuando planifiques tu día (o lo que sea), ten en cuenta la flexibilidad. Mientras que lo mejor es
analizar cada acción por realizar, siempre con la meta en la mira, debes recordar que las cosas
pueden cambiar. Comprende que a veces hay factores que no pueden ser controlados, ni siquiera
anticipados, hagas lo que hagas.
Por otro lado, si tu plan tiene la suficiente flexibilidad, seguramente podrás sortear mejor los
obstáculos que pudieran presentarse, y hasta podrías impedir el indeseable fin anticipado de algún
proyecto. Por ejemplo, planifica tus acciones considerando para una fecha límite que de hecho sea
anterior a la real, o ten en mente los materiales y elementos de reemplazo que podrías utilizar en
caso de que las que planificaste no estuvieran disponibles.
En muchos momentos de tu vida deberás manejar imprevistos. No busques culpables (ni tú ni los demás) ni pierdas
tiempo en pensar que "esto no hubiera pasado si...".
Acepta. No pierdas tiempo lamentándote por lo ocurrido. En cambio, acéptalo como una
nueva realidad, un nuevo conjunto de las reglas del juego con las que debes lidiar, para
poder analizar mejor el terreno y así seguir adelante con tu plan.
Prioriza. Aprende a distinguir rápidamente qué es lo que puede eliminarse del plan, o qué
puede cambiarse cuando los imprevistos aparezcan. Si planeaste unas vacaciones geniales
en diversas ciudades, pero una de ellas cerrase su aeropuerto por tormenta, no busques la
manera de vencer al clima: comprende la realidad, y elimina ese punto de destino de tu
agenda.
No culpes. En muchos momentos de tu vida deberás manejar imprevistos. No busques
culpables (ni tú ni los demás) ni pierdas tiempo en pensar “si tú hubieses ido antes a la
tienda, hubiéramos evitado este atorradero de coches en la avenida”. Pensar en los
condicionales es lo mismo que pensar en el pasado: es completamente inútil para la realidad
actual.
Pide ayuda. Los imprevistos suceden sin previo aviso, y sin modo de anticiparlos en su
enorme mayoría. No es tu culpa ni la de nadie más, y son casos en los que no necesitas
enarbolar la bandera del orgullo. No has cometido un error ni demostrado una falla, y
tampoco debes temer pedir ayuda a quienes puedan dártela para salir de ese inconveniente
tan inesperado.
"Si tu plan tiene la suficiente flexibilidad, seguramente podrás sortear mejor los obstáculos
que pudieran presentarse, y hasta podrías impedir el indeseable fin anticipado de algún
proyecto."
Acepta que la vida fluye y sigue, y que hay cientos (si no miles) de cosas que pueden
aparecer sin previo aviso, como una tormenta, un apagón, un accidente de tránsito que nos
dejó varados en el camino, o lo que sea.
Aprender a manejar imprevistos será útil para todos los aspectos de tu vida; planifica con
holgura y abre la mente para no distraerte y poder seguir adelante con tus planes pese a
todo.
Bibliografía:
https:// www.udelistmo.edu/blogs/manejo-del-tiempo-de-forma-eficiente
https://padres.dibujos.net/educacion/la-importancia-de-tener-un-horario-fijo-de-estudio.html
https://www.solohijos.com/web/planificar-un-horario-de-estudio/
https://aleph.org.mx/que-es-un-horario-de-estudio-y-para-que-sirve
https://www.materialescolar.es/blog/importancia-y-ventajas-de-planificar-el-tiempo-de-estudio/
https://comohacerpara.com/tecnicas-trabajo/manejar-imprevistos-12286t.html
https://www.britishcouncil.org.mx/blog/habitos-de-
estudio#:~:text=Los%20h%C3%A1bitos%20de%20estudio%20son,m%C3%A1ximo%20los%20conoc
imientos%20que%20adquieren.