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01 - Sermon 24 de Julio Del 2022
01 - Sermon 24 de Julio Del 2022
Por lo tanto, a los ojos de Dios, los humanos somos muy valiosos, sin importar la raza, la edad, el
género, el país, el idioma, la forma que tengamos. ¿Por qué? Porque tenemos el carácter interior
de Dios.
Es natural que, al pueblo de Dios, que se ha convertido en Sus hijos, se le haya dado un interés y
privilegios más especiales al creer en el Señor como el Salvador, aquellos que se asemejan a la
imagen del Señor.
Preguntamos a las madres de los niños. ¿Cuán preciosos son sus hijos?
Cuando esos niños crecen, en el Día de la Madre dirán: "¡Mamá! Gracias por darme a luz y
cuidarme.” ¿Qué tal que ellos no les permitan mojarse sus manos en el Día de la Madre? Todavía
hna. Juana tiene que esperar para eso, pero otras hermanas mayores deben haber tenido esa
experiencia. Para algunos de ustedes, pasar tiempo con sus hijos todo el día en el Día de la
Madre realmente se sentirán estar sobres las nubes.
Ese corazón es el corazón del Señor que es nuestro Soberano. ¿Cuánto pensamos en lo que el
Señor nos pide con fervor?: - "¿Cuándo me darás tiempo para estar conmigo?" - "¿Cuándo me
darás interés sobre Mi?” “¿Cuándo pensarás en lo que quiero que hagas?”
El Señor espera con ansia el tiempo que pasemos con Él a través del Espíritu Santo dentro de
nosotros. Nuestro Señor quiere estar con nosotros las 24 horas del día.
…
En el Salmo 23, David compara a Dios con un pastor y a los hijos de Dios con ovejas.
Cuando decimos que somos las ovejas del Señor, el Pastor, significa que ya somos un ser que no
podemos vivir como queramos. Tenemos que hablar, hacer y tomar la decisión de acuerdo a lo
que Jesús nos dice que hagamos.
Sin embargo, aunque somos las ovejas que el Señor, el Pastor, hay momentos en que seguimos
rechazando al Pastor. Hay muchas veces así por los malos hábitos que las ovejas tienen, y hay
cosas que vienen cuando dejan al Pastor y no escuchan sus palabras. Esos son Satanás y sus
secuaces, los demonios. Esos vienen cuando vemos codicia en nuestro corazón, pensamientos
pecaminosos o malos deseos en nuestro corazón. Es como las moscas, que no saben de dónde,
pero vienen cuando cae alguna cosa sucia. A veces, los demonios incluso ponen abiertamente en
nuestros pensamientos el deseo de pecar y de alejarnos de Dios. El diablo tentó a David, Pedro,
Judas Iscariote, e incluso a Ananías Safira y los derrotó.
Cuando nos negamos a seguir la voluntad del Señor, Satanás, el diablo, entra con mucho
entusiasmo y acampa en nosotros y endurece nuestros corazones. Entonces, en algunos casos,
nos es molesto venir a la iglesia.
Por eso debemos mirar siempre al Señor, cada hora, cada momento, diciendo: ¿qué quiere el
Señor de mí ahora? Debemos vivir una vida que mire y piense en el Señor así. De esa manera, no
gastamos el tiempo en vano, y no vivimos en el mundo en vano. Solo entonces podremos
dedicar nuestro precioso tiempo a Dios y recibir elogios de habernos hecho bien cuando
finalmente estemos ante el Señor.
No es fácil hacer esto. Porque nunca hemos vivido así en toda nuestra vida. Pero tenemos que
luchar porque sabemos que así vivimos una vida victoriosa.
Pongo la alarma, 8 veces al día, para caminar con el Señor todos los días, y cada vez que suena
la alarma, estoy escribiendo el cuaderno de Caminar con Jesús para comunicarme con el Señor.
Cada vez que sucede algo, trato de preguntar y orar lo que el Señor está diciendo a través de
este evento. Y me pregunto: ¿qué hubiera hecho el Señor si el Señor hubiera enfrentado esta
situación y circunstancia que estoy viviendo ahora?
Lo que escribo es simple: "¡Señor! Tú eres mi Soberano. ¡Señor, enséñame qué hacer en este
momento! ¡Quiero caminar contigo por tu guía, Señor! Lo que el Señor quiere será diferente de
mis deseos, pero haré lo que el Señor me diga que haga ¿Qué debo hacer durante este tiempo?”
Así es como medito y escribo.
¿Por qué estos esfuerzos tienen que practicarse con la alarma puesta 9 veces al día? Es porque
nuestros deseos físicos nos estimulan cada hora.
Estamos sentados en la iglesia como ahora escuchando el sermón, pero hay varios deseos de la
carne: -Quiero refrescarme un poco. Estoy cansado, ¿saldré afuera un rato? Vaya, dormí
demasiado tarde ayer, así que tengo sueño. Hoy es un mal momento. ¡Los sermones del pastor
son tan aburridos!
Otros querrán gritar enojados. - Ay, ¿qué voy a comer? Somos muy conscientes de nuestros
deseos carnales. Lo sentimos de inmediato. Pero no sabemos lo que el Señor nos está diciendo.
Los deseos de nuestra carne se expresan en deseos que se originan en el viejo hombre. Entonces,
¿de qué manera debemos buscar la voluntad del Señor? ¡Sí! No debemos permitir que los
pensamientos que se originan en el viejo hombre se apoderen de nosotros, sino que debemos
tratar de descubrir los pensamientos del Señor siendo el Señor nuestro Soberano.
¡Sí! Debemos buscar la voluntad del Señor mientras negamos el viejo hombre dentro de
nosotros.
Sin embargo, en la comunión con el Señor, puedo escribir las cosas que me vienen a la mente de
acuerdo con mis deseos y sobrescribir esos pensamientos como que el Señor me ha dado. ¡Pero
no se preocupen por eso! Tenemos la capacidad de distinguir los pensamientos de la voluntad
de Dios de los deseos de nuestra carne. ¿Cómo? ¡Es la Biblia! ¿Qué dice la Biblia? ¡Dice que los
frutos de la carne son pensamientos inmorales, odio, contienda, mentira, avaricia, codicia, envidia
y condenación! Cuando un pensamiento se basa en tales cosas, ¡es el deseo de la carne!
Si se siente así, sabe lo que es, ¡y tiene que deshacerse de ello! ¡Puede ser que Satanás, el diablo,
haya obrado, por lo que debemos conocerlo, resistirlo y resolverlo! Sin embargo, si nuestros
pensamientos de buscar la voluntad de Jesús basados en el amor, el perdón, el gozo, la bondad,
la mansedumbre, la longanimidad y el dominio propio en nuestras mentes dieron resultados,
¡entonces el Señor nos ha dado esos resultados!
No importa lo cansado que está ahora porque durmió muy tarde ayer, digamos que a esta hora
piensa en el Señor de esta manera:
“¡Señor, estoy muy cansado! ¡Es difícil escuchar el sermón! ¿Qué hago?
Entonces, si tuviera un corazón como, “Lo que quiere el Señor es autodominio.”
¿De quién sería eso? Sí ¡Es un pensamiento que viene del Señor! Si tiene un pensamiento
como este, ¡tiene que reaccionar así de inmediato!: "¡Señor! ¡Estoy tan cansado en este
momento que no puedo concentrarme!" “¡Pero, Señor! Como Tú me dices que controle mi
corazón, así que obedezco tu voluntad.” De esta manera, solo necesita descubrir el corazón
que el Señor le da.
Dios ya nos ha dado la capacidad de discernir con nuestras habilidades cognitivas los
pensamientos de Dios, nuestros pensamientos y los pensamientos del diablo.
---
Un hermano que estaba al borde del divorcio consultó. Su esposa le dijo a él: “¿De verdad
estás pensando en divorciarte? Seamos honestos el uno con el otro". Hubo momentos en que el
esposo sintió lo mismo. Sin embargo, fue a ver al pastor porque pensó que sería el final del
matrimonio ser honesto con sus propios pensamientos.
Entonces el pastor le dio este consejo: "'¡Sí hermano! Me has encontrado bien. También habrá
momentos en los que pienses: 'Yo también prefiero divorciarme'. Sin embargo, eso no es tu idea,
hermano, sino un pensamiento sembrado por el diablo. Sabemos muy bien que Dios no nos
facilita el abandono de la pareja que Dios nos ha dado. Por lo tanto, cuando venga tal tentación
de ahora en adelante, por favor haz esto: 'Malvado diablo ¡No haré lo que me digas que hagas!'"
Así, cada vez que se les ocurría un pensamiento tan malo, dice que la pareja lograba deshacerse
de ellos. Después de esto, la pareja superó la crisis del divorcio distinguiendo entre sus propios
pensamientos y los del diablo.
¡Así es! Hermanos, debemos buscar al Señor con frecuencia, elegir lo que agrada a Jesús y
rechazar los deseos de nuestro viejo hombre para resistir los deseos de la carne. De lo contrario,
Satanás, el diablo, se apresurará a capturarnos, como una mosca que husmea.
Cuando elegimos salir de esta manera, el Señor resucitado viene a nosotros por medio del
Espíritu Santo en el espacio donde se encuentran los deseos de la carne dentro de nosotros. Esto
es estar unido a Jesús.
Por tanto, para que podamos mantener siempre esta gracia, confieso que el viejo hombre, la raíz
de nuestros deseos carnales, fue crucificado con el Señor cuando murió en la cruz, y que su
columna vertebral fue quebrada, y oro para que podamos obedecer su voluntad, no la nuestra.
Así lo decidamos.
Para hacer tal esfuerzo, espero que Uds. también configuren la alarma como yo. Si 9 veces al día
es demasiado, practique al menos 3 veces al día. Por favor, ponga la alarma a las 10 am, a las 4
pm y a las 9 pm y busque al Señor en ese momento.
Al hacerlo, oro para que no vivamos de acuerdo con los deseos de la carne, sino una vida de
caminar con el Señor, guiados por el Espíritu del Señor. Espero que ustedes sean los
protagonistas de esta alabanza:
¡La victoria será mía! La victoria es mía. Por la sangre del Salvador, La victoria es mía. Es mía.
¡Siempre triunfo por la sangre del Salvador!
Oremos.
¡Amado Padre Celestial!
Reconocemos que somos como ovejas débiles.
Gracias Señor porque Jesús es nuestro buen Pastor para proteger y guiarnos.
Confesamos que no oímos bien al Pastor y tratamos de tomar cada decisión por nosotros
mismos dejando a un lado a nuestro Pastor Jesús. Perdónanos.
No queremos ser ovejas tercas, pues Tú nos guías a campos de verdes pastos y a arroyos de
aguas tranquilas.
Ayúdanos a tener el valor de estar decididos a seguirte porque ya hemos muerto en la cruz y
nuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
Déjanos saber Tu voluntad cada día y ejercítanos en la obediencia a Ti para que podamos vivir
lleno del Espíritu Santo. En el nombre de Jesús, Te pedimos, amén.
Pregunta 1. ¿Cuántas veces al día pensaba en el Señor y qué decidiría el Señor si se encontrara
con su situación? (1. Una vez al día. 2. Dos veces al día. 3. 4 veces al día. 4. Más de 5 veces al día.
5. Nunca.)
Pregunta 2. ¿Cómo pensará en el Señor y se esforzará por caminar con el Señor desde aquí?
(1. Pondré una alarma 3 veces al día, hablaré con el Señor y la escribiré siempre. 2. Oraré en el
momento en que se publiquen los motivos de oración de la iglesia, oraré con Jesús y escribiré el
cuaderno del Caminar con Jesús. 3. Leeré 3 veces al día la copia de abnegación del viejo hombre
que entregó el pastor para negarlo. 4. Estaré en tanto que necesito una lucha espiritual con los
espíritus malignos que obstaculizan mi caminar con el Señor, y leeré dos veces al día la copia que
el pastor repartió y melo entrenaré. 5. Pondré una piedra pequeña en mi zapato y pensaré en el
Señor cada vez que pise esa piedra. 6. Comprobaremos cuantas veces al día pensamos en el
Señor con los miembros de la iglesia a través de Whatsapp. 7. Al sugerirle al pastor que
compartamos el cuaderno del Caminar con Jesús, crearemos un espacio para que los miembros
de la iglesia compartan sus pensamientos sobre el Señor.