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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


CIENCIA Y TECNOLOGÍA.
UNIVERSIDAD POLITÉCNICA TERRITORIAL DE FALCÓN
“ALONSO GAMERO”
CENTRO DE ESTUDIO Y PRODUCCIÓN AGROALIMENTARIA
EUSEBIO BRACHO
PROGRAMA NACIONAL DE FORMACIÓN EN AGROALIMENTACIÓN

Suelos y Ecología Agrícola

Prof: Emilio Romero

Realizado por:

Jesús, Ávila

CI: 26937575.

Santa Ana de Coro, noviembre de 2021.


Capacidad de intercambio catiónico
Esta propiedad química del suelo se refiere a la cantidad total de cargas negativas
que están disponibles sobre la superficie de las partículas en el suelo. También se puede
definir como el número total de cationes intercambiables que un suelo en particular puede o
es capaz de retener (cantidad total de carga negativa).Conocer la Capacidad de Intercambio
Catiónico (CIC) de un suelo es fundamental, pues este valor nos indica el potencial de un
suelo para retener e intercambiar nutrientes. Además la CIC afecta directamente la cantidad
y frecuencia de aplicación de fertilizantes. La mayor influencia sobre la CIC viene de las
arcillas del suelo y de la materia orgánica. La arcilla tiene una capacidad de 10-150
cmol(+)/kg, mientras que la materia orgánica tiene una capacidad de 200-400 cmol(+)/kg,
es decir la materia orgánica tiene más alta CIC.

Los cmol(+)/kg = meq/100g. Los aportes de materia orgánica además de provocar


un incremento en la CIC, también mejoran las propiedades físicas del suelo, incrementa la
infiltración de agua, mejora la estructura del suelo, provee de nutrimentos a la planta y
disminuye las pérdidas por erosión. Por otro lado los aninones en el suelo, tienen un
comportamiento muy distinto a los cationes. El fosfato es retenido fuertemente debido a la
formación rápida de compuestos insolubles. El sulfato es retenido débilmente. El  nitrato y
el cloruro no son retenidos en el suelo y se mueven libremente con el agua del suelo.

La CIC en diferentes suelos Por lo general, los suelos con alta CIC, son aquellos con
altos contenidos de arcilla y/o materia orgánica. La alta CIC les brinda mayor capacidad
para retener nutrientes, eso normalmente los hace más fértiles. En el cuadro 1 se pueden
apreciar las CIC para diferentes tipos de arcillas, comparadas con la materia orgánica y para
diferentes texturas del suelo.
Reacción del suelo acidez y basicidad
La reacción de un suelo hace referencia al grado de acidez o basicidad del mismo y
generalmente se expresa por medio de un valor de pH del sistema suelo-agua. El pH es la
medida de la concentración de iones de hidrógeno [H+]. Según este valor, un suelo puede
ser ácido, neutro o alcalino. Las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo están
influenciadas por la acidez o basicidad del medio, que a su vez condicionan el uso
agronómico del suelo. Así, la mayoría de las plantas prefieren rangos de pH de 5.5 a 7.5,
pero algunas especies prefieren suelos ácidos o alcalinos. Sin embargo, cada planta necesita
un rango específico de pH, en el que poder expresar mejor su potencialidad de crecimiento.

Del pH también dependen los procesos de humificación. En función del pH se


producen distintos tipos de materia orgánica del suelo y propiedades que influyen
directamente sobre el crecimiento vegetal como el movimiento y disponibilidad de los
nutrientes o los procesos de intercambio catiónico.

El pH influye sobre la movilidad de los diferentes elementos del suelo: en unos


casos disminuirá la solubilidad, con lo que las plantas no podrán absorberlos; en otros el
aumento de la solubilidad debida al pH, hará que para determinados elementos sea máxima
(por ejemplo, cuando hay mucha acidez se solubiliza enormemente el aluminio pudiendo
alcanzarse niveles tóxicos).

Cada planta necesita elementos en diferentes cantidades y esta es la razón por la que
cada planta requiere un rango particular de pH para optimizar su crecimiento. Por ejemplo,
el hierro, el cobre y el manganeso no son solubles en un medio alcalino. Esto significa que
las plantas que necesiten estos elementos deberían teóricamente estar en un tipo de suelo
ácido. El nitrógeno, el fósforo, el potasio y el azufre, por otro lado, están disponibles en un
rango de pH cercano a la neutralidad.

La génesis del suelo se ve influenciada por la acidez o alcalinidad de su solución. Al


aumentar la acidez del suelo, la flora bacteriana se ve desplazada por el predominio de
hongos, con lo que la nitrificación y otros procesos dependientes de la actividad bacteriana
se verán afectados. Por tanto, en condiciones de fuerte acidez, la fijación del nitrógeno y la
mineralización de residuos vegetales se reduce. Las plantas absorben los nutrientes
disueltos en el agua del suelo y la solubilidad de los nutrientes depende en gran medida del
valor de pH.

Caracterizar con exactitud la reacción del suelo tiene como principal objetivo
diagnosticar las condiciones que rigen en los procesos edafogenéticos, en la translocación
de elementos, en la disponibilidad de nutrientes, en cuanto a los problemas de toxicidad, en
la actividad biológica, etc.

La medida del pH del suelo en agua es una determinación sencilla, pero de gran


valor, pues sirve como criterio para decidir la necesidad de otros análisis y las técnicas a
utilizar. Sin embargo, también se puede medir el pH en KCl que, junto con el pH en agua,
da una idea del grado de saturación del complejo de cambio; el pH en NaF es útil para
detectar la presencia de compuestos amorfos en posibles horizontes espódicos o en
andosoles.

Gestión de suelos ácidos.

Hay varios factores que influyen sobre la acidez de los suelos. El calcio, el
magnesio y el potasio, se eliminan del suelo a través de la erosión, la lixiviación y la
recolección del cultivo, incrementándose la acidez de los suelos. Además, la utilización de
fertilizantes acidificantes incrementa los niveles de acidez de los suelos. Por ejemplo, la
conversión de los fertilizantes amónicos a nitratos ocasiona la formación de suelos ácidos.

Por ello, es importante emplear fertilizantes que no aumenten la acidez (urea, nitrato
de calcio, nitrato de amonio y superfosfato) o reduzca la alcalinidad (sulfato de amonio).
Sin embargo, el pH del suelo puede ajustarse mediante la aplicación de enmiendas. En
suelos ácidos se pueden emplear sustancias correctoras como cal, dolomítica, piedra caliza
y marga, según la naturaleza del suelo, que tienen la capacidad de neutralizar los ácidos del
suelo.

Gestión de suelos básicos.

Los niveles altos de pH en los suelos pueden depender de diferentes elementos, por
lo que hay diversos métodos para su corrección.
En suelos ricos en piedra caliza se recomienda añadir sustancias orgánicas y en los suelos
alcalino-salinos la alcalinidad se debe a la presencia de sales, en particular a una alta
concentración de sodio.
Si la alcalinidad está causada por sodio, se recomienda añadir sustancias como el yeso
(sulfato de calcio), sulfuro u otros sulfúricos.
Medición de los agregados del suelo
La estructura es una propiedad del suelo que no tiene una definición universalmente
aceptada. De igual manera, hay desacuerdo con relación a los métodos usados para su
caracterización y la evaluación de su comportamiento. La caracterización de la estructura
puede realizarse mediante apreciaciones cualitativas (tipo, clase y grado de desarrollo de la
estructura) y determinaciones cuantitativas (densidad aparente, porosidad, distribución de
tamaños de poros). Dado que la estructura del suelo es una condición compleja que está
asociada a  muchos procesos agronómicos y ambientales, es de particular importancia
evaluar su estabilidad frente a fuerzas externas (gotas de lluvia, presiones mecánicas) e
internas (fragmentación por explosión de aire atrapado como resultado de un rápido
humedecimiento e hinchamiento diferencial).

La selección de los métodos de evaluación y la interpretación de los resultados


depende del propósito de la medición. El método más comúnmente usado para medir la
estabilidad de los agregados es el tamizado en húmedo. Otros métodos están basados en la
simulación del impacto de las gotas de lluvia, dispersión ultrasónica, rompimiento de los
agregados por inmersión en agua, o el tamizado en seco. En este estudio, se describen
algunos métodos directos e indirectos e índices que permiten valorar la estabilidad de los
agregados y su comportamiento frente a la acción del agua. 

Propiedades Físicas y mecánicas del suelo


El suelo es una mezcla de materiales sólidos, líquidos (agua) y gaseosos (aire). La
adecuada relación entre estos componentes determina la capacidad de hacer crecer
las plantas y la disponibilidad de suficientes nutrientes para ellas. La proporción de los
componentes determina una serie de propiedades que se conocen como propiedades físicas
o mecánicas del suelo: textura, estructura, color, permeabilidad, porosidad, drenaje,
consistencia, profundidad efectiva.
Textura
La textura de un suelo es la proporción de los tamaños de los grupos de partículas
que lo constituyen y está relacionada con el tamaño de las partículas de los minerales que lo
forman y se refiere a la proporción relativa de los tamaños de varios grupos de partículas de
un suelo.  Esta propiedad ayuda a determinar la facilidad de abastecimiento de los
nutrientes, agua y aire que son fundamentales para la vida de las plantas.
Para el estudio de la textura del suelo, éste se considera formado por tres fases:
sólida, líquida y gaseosa. La fase sólida constituye cerca del 50 % del volumen de la mayor
parte de los suelos superficiales y consta de una mezcla de partículas inorgánicas y
orgánicas cuyo tamaño y forma varían considerablemente. La distribución proporcional de
los diferentes tamaños de partículas minerales determina la textura de un determinado
suelo. La textura del suelo se considera una propiedad básica porque los tamaños de las
partículas minerales y la proporción relativa de los grupos por tamaños varían
considerablemente entre los suelos, pero no se alteran fácilmente en un determinado suelo.
El procedimiento analítico mediante el que se separan las partículas de
una muestra de suelo se le llama análisis mecánico o granulométrico y consiste en
determinar la distribución de los tamaños de las partículas. Este análisis
proporciona datos de la clasificación, morfología y génesis del suelo, así como, de las
propiedades físicas del suelo como la permeabilidad, retención del agua, plasticidad,
aireación, capacidad de cambio de bases, etc. Todos los suelos constan de una mezcla de
partículas o agrupaciones de partículas de tamaños similares por lo que se usa su
clasificación con base en los límites de diámetro en milímetros.
Clases de texturas
Los nombres de las clases de textura se utilizan para identificar grupos de suelos
con mezclas parecidas de partículas minerales. Los suelos minerales pueden agruparse de
manera general en tres clases texturales que son: las arenas, las margas y las arcillas, y se
utiliza una combinación de estos nombres para indicar los grados intermedios. Por ejemplo,
los suelos arenosos contienen un 70 % o más de partículas de arena, los areno-margosos
contiene de 15 a 30 % de limo y arcilla. Los suelos arcillosos contienen más del 40 % de
partículas de arcilla y pueden contener hasta 45 % de arena y hasta 40 % de limo, y se
clasifican como arcillo-arenosos o arcillo-limosos.
Los suelos que contienen suficiente material coloidal para clasificarse como
arcillosos, son por lo general compactos cuando están secos y pegajosos y plásticos cuando
están húmedos. Las texturas margas constan de diversos grupos de partículas de arena, limo
y arcilla y varían desde margo-arenoso hasta los margo-arcillosos. Sin embargo, aparentan
tener proporciones aproximadamente iguales de cada fracción.
 Estructura
La estructura es la forma en que las partículas del suelo se reúnen para
formar agregados. De acuerdo a esta característica se
distinguen suelos de estructura esferoidal (agregados redondeados), laminar (agregados en
láminas), prismática (en forma de prisma), blocosa (en bloques), y granular (en granos).
La estructura del suelo se define por la forma en que se agrupan las partículas individuales
de arena, limo y arcilla. Cuando las partículas individuales se agrupan, toman el aspecto de
partículas mayores y se denominan agregados.

COLOR
El color del suelo depende de sus componentes y puede usarse como una medida
indirecta de ciertas propiedades. El color varía con el contenido de humedad. El color rojo
indica contenido de óxidos de hierro y manganeso; el amarillo indica óxidos de hierro
hidratado; el blanco y el gris indican presencia de cuarzo, yeso y caolín; y el negro y
marrón indican materia orgánica. Cuanto más negro es un suelo, más productivo será, por
los beneficios de la materia orgánica.
El color del suelo puede proporcionar información clave sobre otras propiedades del
medio edáfico. Por ejemplo, suelos de colores grisáceos y con presencia de "moteados o
manchas" son síntomas de malas condiciones de aireación. Horizontes superficiales de
colores oscuros tenderán a absorber mayor radiación y por consiguiente a tener mayores
temperaturas que suelos de colores claros. La medición del color del suelo se realiza con
un sistema estandarizado basado en la "Tabla de Colores Munsell". En esta tabla se miden
los tres componentes del color:
• Tono (hue) (En suelos es generalmente rojizo o amarillento)
• Intensidad o brillantez (chroma)
• Valor de luminosidad (value)
 PERMEABILIDAD
Permeabilidad es la propiedad que tiene el suelo de transmitir el agua y el aire y es
una de las cualidades más importantes que han de considerarse para la piscicultura. Un
estanque construido en suelo impermeable perderá poca agua por filtración.
Mientras más permeable sea el suelo, mayor será la filtración. Algunos suelos son
tan permeables y la filtración tan intensa que para construir en ellos cualquier tipo de
estanque es preciso aplicar técnicas de construcción especiales. En un volumen de está
colección que aparecerá próximamente se ofrecerá información sobre dichas técnicas.
POROSIDAD
Como consecuencia de la textura y estructura del suelo tenemos su porosidad, es
decir su sistema de espacios vacíos o poros.
Los poros en el suelo se distinguen en: macroscópicos y microscópicos.
Los primeros son de notables dimensiones, y están generalmente llenos de aire, en
efecto, el agua los atraviesa rápidamente, impulsada por la fuerza de la gravedad. Los
segundos en cambio están ocupados en gran parte por agua retenida por las fuerzas
capilares.
Los terrenos arenosos son ricos en macroporos, permitiendo un rápido pasaje del
agua, pero tienen una muy baja capacidad de retener el agua, mientras que los suelos
arcillosos son ricos en microporos, y pueden manifestar una escasa aeración, pero tienen
una elevada capacidad de retención del agua.
DRENAJE
El drenaje de un suelo es su mayor o menor rapidez o facilidad para evacuar el agua
por escurrimiento superficial y por infiltración profunda.

 PROFUNDIDAD EFECTIVA
La profundidad efectiva de un suelo es el espacio en el que las raíces de las plantas
comunes pueden penetrar sin mayores obstáculos, con vistas a conseguir el agua y los
nutrimentos indispensables. Tal información resulta ser de suma importancia para el
crecimiento de las plantas. La mayoría de las últimas pueden penetrar más de un metro, si
las condiciones del suelo lo permiten.
Un suelo debe tener condiciones favorables para recibir, almacenar y hacer
aprovechable el agua para las plantas, a una profundidad de por lo menos del susodicho
metro. En un suelo profundo las plantas resisten mejor la sequía, ya que a más profundidad
mayor capacidad de retención de humedad. De igual manera, la planta puede usar los
nutrimentos almacenados en los horizontes profundos del subsuelo, si éstos están al alcance
de las raíces.
CONSISTENCIA
La consistencia: es la característica física que gobierna las fuerzas de cohesión-
adhesión, responsables de la resistencia del suelo a ser moldeado o roto.
Dichas fuerzas dependen del contenido de humedades pro esta razón que la consistencia se
debe expresar en términos de seco, húmedo y mojado.
Se refiere a las fuerzas que permiten que las partículas se mantengan unidas; se puede
definir como la resistencia que ofrece la masa de suelo a ser deformada o amasada.- Las
fuerzas que causan la consistencia son: cohesión y adhesión.
Cohesión: Esta fuerza es debida a atracción molecular en razón, a que las partículas de
arcilla presentan carga superficial, por una parte y la atracción de masas por las fuerzas de
Van der Walls, opr otra (gavande, 1976)… Además de estas fuerzas, otros factores tales
como compuestos orgánicos, carbonatos de calcio y óxidos de hierro y aluminio, son
agentes que integran el mantenimiento conjunto de las partículas.
La cohesión,, entonces es la atracción entre partículas de la misma naturaleza.
Adhesión: Se debe a la tensión superficial que se presenta entre las partículas de suelo y las
moléculas de agua. Sin embargo, cuando el contenido de agua aumenta, excesivamente, la
adhesión tiende a disminuir. El efecto de la adhesión es mantener unidas las partículas por
lo cual depende de la proporción Agua/Aire.
De acuerdo a lo anteriormente expuesto se puede afirmar que la consistencia del suelo
posee dos puntos máximos; uno cuando esta en estado seco debido a cohesión y otro
cuando húmedo que depende de la adhesión.
Limite Plástico: Se puede llamar una tira cilíndrica cuya finalidad es hacer una pasta de
suelo con agua luego es amasada hasta crear o formar un cilindro de 10cm x 0.5cm el
grosor.

Conceptos de erosión y desertificación, manejo y conservación del suelo

La erosión del suelo es el proceso de desgaste de la superficie terrestre como


consecuencia del impacto de acciones geológicas (como las corrientes de agua o de
deshielos), climáticas (como las lluvias o los vientos intensos) o por la actividad del ser
humano (como la agricultura, la deforestación, expansión de las ciudades, entre otros).

La erosión del suelo es un fenómeno discontinuo y lento que consiste en la


movilización de desprendimientos de la superficie y que, a largo plazo, genera cambios en
el aspecto del terreno. Existen casos en que la erosión ocurre de manera acelerada por causa
de las catástrofes naturales o el accionar humano desmedido, lo que provoca la degradación
del suelo con pérdida de la materia orgánica y de los minerales.
Tipos de erosión

Existen tres tipos principales de erosión natural del suelo:

 La erosión hídrica. Se produce por el paso del flujo de agua que puede ser pluvial o
fluvial.
 La erosión eólica. Se produce por el viento que sopla con fuerza.
 La erosión gravitatoria. Se produce por acción de la gravedad ante la caída de rocas
o el deshielo de glaciares, desde lo alto de una ladera.

Existe otro tipo de erosión del suelo que ocurre de manera más acelerada:

 La erosión antrópica. Se produce por la actividad humana que impacta en el


desgaste y en el deterioro del suelo como, por ejemplo, la agricultura intensiva, la
deforestación, la construcción de canales y de rutas, la ampliación de las zonas
urbanas, la cría de ganado intensivo, la minería, entre las principales.

Las causas de la erosión del suelo pueden ser diversas y entre las principales se destacan:

 El movimiento del agua. En forma de lluvias, de ríos o de corrientes marinas, el


agua golpea contra el suelo y desprende parte de la superficie, que es arrastrada por
la corriente.
 El movimiento del viento. El golpe de los fuertes vientos contra el suelo, desprende
partículas y restos de la superficie (en forma de polvo, de arena o de rocas) y los
traslada.
 El movimiento de rocas y glaciares. El desprendimiento de hielo en los glaciares o
de rocas que descienden desde lo alto de una ladera, provoca desgaste o grietas a su
paso.
 La exposición a temperaturas extremas. Las condiciones climáticas de extremo
calor o frío que se manifiestan durante un tiempo prolongado, alteran la superficie
del suelo y provocan grietas o rupturas que facilitan su desgaste.
 El uso y abuso de la tierra por parte del humano. La actividad humana desmedida,
como la agricultura intensiva o la construcción de zonas urbanas, provoca el
deterioro del suelo, en muchos casos, con daños irreversibles.

Para evitar la erosión y el desgaste del suelo debido al accionar del humano, la mejor
solución es la prevención y el desarrollo de actividades como:

 El uso sostenible de la tierra. Puede ayudar a reducir los impactos de la agricultura y


de la ganadería, y evitar la degradación del suelo por la pérdida nutrientes.
 La reforestación. La plantación de árboles y de plantas favorece la restauración de
los ecosistemas y el mantenimiento del suelo.
 La plantación de vegetación. Fomentar la plantación sostenible en territorios
expuestos o zonas donde hubo despliegue de maquinaria para la construcción, ayuda
a estabilizar el terreno y sus nutrientes.
 La construcción de canales de desagüe. En zonas donde el suelo tiene poca
capacidad de absorción, los desagües pueden ayudar a canalizar el agua para evitar
inundaciones.

La desertificación es el proceso por el que las tierras fértiles de zonas secas se convierten en


tierras improductivas. Detrás de esta degradación de los suelos se encuentran,
principalmente, la actividad humana y los cambios climáticos.
Algunas consecuencias de la desertificación son:
 Pérdida de especies animales y vegetales.
 Inseguridad alimentaria.
 Pobreza.
 Migraciones forzosas.
 Fenómenos climáticos como inundaciones, huracanes y contaminación del agua.

Conservación del suelo


Para adquirir la seguridad alimentaria y medios de vida se aplican métodos
apropiados del manejo de la tierra que ayudan a invertir la degradación de recursos del
suelo, agua y biológicos y para aumentar la producción de cultivo y ganadería. Los
efectos de degradación de suelos son numerosos. Entre ellos se incluye la disminución
de la fertilidad del suelo, elevación de acidez, salinidad, alcalinización, deterioro de la
estructura del suelo, erosión eólica e hídrica acelerada, pérdida de la materia orgánica y
de biodiversidad.
La conservación del suelo incluye todas aquellas técnicas y prácticas enfocadas en
el uso y mantenimiento sustentable de los suelos que son utilizados como recurso
natural, tanto en la agricultura como en la silvicultura y la ganadería.
Debido a que actualmente se trata de un recurso no renovable y que la pérdida de los
suelos constituye una de los principales problemas ambientales a nivel mundial, la
conservación de los suelos es considerada de vital importancia para garantizar que los
diversos factores ecológicos, climatológicos, hidrológicos, sociales, económicos y
culturales interaccionen entre sí, usando de forma sustentable los suelos. 

Entre las diferentes técnicas y prácticas que permiten un manejo adecuado de la tierra, y


que ayudan a invertir el empobrecimiento y la degradación de los suelos como recurso
natural, encontramos:
 Tomar muestras y llevar a cabo análisis del suelo para poder conocer sus características y
propiedades físico-químicas, siendo capaces de detectar así, cualquier tipo de carencias.
 Realizar rotación y asociación de cultivos, favoreciendo así que las labores y maquinarias
agrarias que voltean los suelos sean mínimas.
 Hacer la siembra de forma directa, sin aplicar ningún tipo de herbicidas ni fertilizantes
químicos.
 Conservar los organismos del suelo, los cuales garantizan la fertilidad natural (química,
física y biológica) de los suelos, así como la buena productividad de los cultivos.
 Aplicación de abonos naturales (estiércol de vaca o gallina en descomposición, humus de
lombriz, abono de compostera o cenizas, entre otros).
 Colocar cobertura viva o muerta sobre el suelo, permitiendo así a la tierra conservar su
humedad y nutrientes característicos de las capas altas del suelo.

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