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El Regreso de Balaguer
El Regreso de Balaguer
Cuando el doctor Balaguer regresa al palacio nacional para iniciar su nuevo periodo
como Presidente de la Republica, el 16 de agosto del 1986, encuentra una situación
económica, tanto en el plano Nacional como Internacional, completamente distinta a la
que enfrento en el 1966, luego de la Guerra de Abril del 1965.
Esa expansión del gasto gubernamental se reflejó de manera principal en los gasto de
capital, y más específicamente, en aquellos destinados a las construcciones las cuales en
los primeros seis meses del 1987 fueron más de seis veces superiores a las alcanzadas
en el igual periodo del año anterior.
En los dos últimos años una tercera parte de los gastos corrientes del Gobierno Central
estuvieron constituidos por aportes o transferencias hacia entidades que formaban parte
del sector público, particularmente hacia la CDE, INESPRE, CEA y CORDE.
En el caso de la CDE, los gastos en la adquisición de combustible que requería para sus
generadores, comenzaron a incrementarse a partir del aumento de los precios del
petróleo ocurrido unos años atrás.
Esto aumento para la CDE un aumento considerable al pasar de 200 millones en 1984 a
unos 600 millones en 1985, lo que obligó al gobierno a subsidiar a esa empresa con
unos 200 millones, para así evitar que todo ese aumento se traspasara a los
consumidores a través de la factura eléctrica. Este fue un problema que heredo
Balaguer, pero que tampoco era culpa del gobierno anterior.
Los países europeos dejaron de comprar nuestra azúcar, porque ya no lo requerían. Los
grandes excedentes de producción que provocaron estos incentivos los tuvieron que
colocar en el mercado mundial deprimiendo así los precios y haciendo este mercado un
destino no rentable para nuestra producción azucarera.
El único mercado rentable para la Republica Dominicana paso hacer el de los Estados
Unidos de América, sin embargo, en este mercado también se ofrecieron incentivos a
los productores y se garantizaron precios mínimos de venta a principios de 1980, lo que
estimulo el aumento de la producción doméstica no solo de azúcar, sino también, de los
llamados edulcorantes, o sea, sustitutos del azúcar, entre los que se destacó el jarabe de
maíz del alta fructosa.
Para estos fines, se autorizó al CEA a traspasar al Banco Central en calidad de venta
alrededor de 17.7 millones de metros cuadrados de terrenos pertenecientes al Ingeniero
Monte Llano, por un valor de 502.5 millones de pesos, bajo el argumento de que estos
terrenos podrían ser vendidos posteriormente por el Banco para proyectos turísticos,
instalaciones de zonas francas industriales o cualquier otro proyecto de interés social o
económico.
Sobre la base de esta venta, el Banco adelanto un 50 por ciento y el resto 50 porciento lo
amortizo en forma paulatina a medida que el CEA lo fue requiriendo.
El gobernador del Banco Central de entonces era el Lic. Luis Julián Pérez, un
reconocido y respetado jurista dominicano considerado como una de las personas
honorables que tenía el país. Don Luis Julián, quien era un gran defensor del peso
dominicano, siempre sostuvo que esa operación no se podía considerar como una
misión inorgánica de dinero, pues insistía que la misma estaba respaldada por tierras, lo
que era equivalente a dólares.
La situación antes escrita contrasta con el gobierno de los 12 años de Balaguer, durante
el cual el Poder Ejecutivo no fue causa del aumento de la emisión monetaria, que se
produjo por iniciativa del propio Banco Central, y por tanto, dentro de los límites
prudenciales que había trazado esta institución. Por esta razón se pudo mantener la
estabilidad económica durante esos 12 años.
Durante ese periodo, las razones principales por las cuales el Banco Central emitía
dinero inorgánico era cuando otorgaba créditos a través del FIDE o INFRATUR, que no
provenía de recursos crediticios de organismos internacionales de financiamiento o de la
recuperación de créditos anteriormente otorgado.
Para poder apreciar la expansión monetaria que se produjo durante los primeros años de
este nuevo periodo gubernamental del doctor Balaguer, bastaría señalar que en los
primeros años, es decir de agosto de 1986 hasta agosto del 1988, la emisión monetaria
del país se duplico, lo que significaba que en esos dos años se había emitido igual
cantidad de dinero que la que se emitió en los primeros 39 años después de la creación
del Banco Central en 1947.
A través de este programa se reunimos todos los meses con tres grupos diferentes
integrados por los más prominentes hombres de empresa del país y les explicaban como
veían el comportamiento de la economía dominicana. Esto les permitió poder transmitir
a esos empresarios sus puntos de vista sobre los principales problemas económicos que
enfrentaban el país y sus posibles soluciones.
Todos estos fueron programas novedosos que nunca antes se habían ofrecido por
profesionales en la República Dominicana, algunos de los cuales fueron emulados por
otros centros económicos en diferentes países de la América Latina e incluso en Asia y
África, pues el CIPE se encargó de su difusión para lo cual les invitó a visitar a muchas
de esas naciones, incluyendo algunas de las antiguas repúblicas de la Europa Oriental,
como Polonia y Bulgaria donde le explico a colegas de esos países, lo que estaban
haciendo en la República Dominicana para incidir en la toma de decisiones económicas.
Todas esas relaciones nacionales y extranjeras que tenían les permitieron colocar a
lainstitución en un sitial privilegiado, desde donde pudieron seguir muy involucrados en
los asuntos económicos de nuestro país.
También mantuvo una excelente relación con José del Carmen cuando fui Embajador,
ya que en varias ocasiones en que visito a nuestro país, aprovech para informarle a la
directiva del CNHE sobre el avance de las negociaciones con el FMI, lo que la cúpula
empresarial agradecía.
Esta reacción del presidente Balaguer era comprensible, pues él siempre había sido muy
cauteloso con las finanzas públicas, y en verdad, no tenía costumbre de solicitar al
Banco Central financiamiento inorgánico para cubrir déficits gubernamentales.
El día de la reunión, Monseñor López Rodríguez le pidió que se reuniera con él para
explicarle lo que le había sucedido la noche anterior y para solicitarle que lo
acompañara a dicha reunión, como asesor económico.
El presidente inicio la reunión explicando las razones por las cuales estábamos
convocados.
A renglón seguido dio la palabra a su Eminencia el Catedral, quien a su vez le pidió que
explicara a los presentes los puntos de vista de la iglesia sobre la situación económica,
lo que daba base para que el presidente pudiera interpretar que yo había sido el autor del
documento que acusaba al gobierno de la situación que atravesaba el país, lo que lo
colocaba en una posición muy incómoda, pues siempre había sido sumamente comedido
con las cosas que escribía.
El gobernador del Banco Central de ese entonces era el doctor Roberto Saladin, con
quien siempre habia mantenido una estrecha amistad y un gran respeto. Saladin estuvo
de acuerdo con sus planteamientos y aprovecho la ocasión para reiterarle al presidente
algo que posiblemente le había dicho en otras ocasiones, pero esa era una magnífica
oportunidad para explicárselo de nuevo.
La Junta Monetaria había aprobado una resolución que convertía el Banco Central en el
único captador y asignador de las divisas que generaba el país.
Los controles cambiarios ponían una presión sobre el Banco Central, pues en lo adelante
esa institución tendría que buscar todas las divisas que requería la economía dominicana
para funcionar.
La realidad era que los dominicanos estuvieron felices en los primeros meses del nuevo
gobierno de Balaguer, por la reactivación económica que se produjo, ya que la gran
masa monería que se lanzó a la calle, contribuyó a activar la economía porque aumento
la demanda y con ello las ventas, lo que se producía en mayores empleos.
Pero esa mayor demanda produjo también un aumento de las importaciones, lo que trajo
como consecuencia una depreciación de la moneda, lo que termino con un
encarecimiento del costo de la vida.
Así, el Banco solo pudo entregar divisas por un monto de 65 millones de dólares
mensuales (julio-agosto del 1987), cuando el nivel total de las importaciones había sido
ese año de unos 125 millones de dólares mensuales.
Para poder salir de este impasse, el Banco creo un complicado mecanismo, mediante el
cual, el importador que no recibía dólares de esa institución, tenía que buscar sus
propias divisas haciendo uso de depósitos que supuestamente tenía en el extranjero.
Las operaciones de compra de divisas tenían otro ingrediente que las complicaba,
porque el Banco Central había iniciado una persecución a directivos de los bancos de
cambio que hacían operaciones no permitidas, lo que dificultaba aún más la compra de
dólares.
Después de haber llegado a más de 39.5 dólares por barril en 1981 y de haberse
mantenido alrededor de los 30.0 dólares hasta el 1985, en el año 1986, es decir, en el
año en que regreso al poder el presidente Balaguer, los precios cayeron de manera
significativa hasta los 13.3 dólares el barril y solo habían aumentado ligeramente desde
entonces.
Sin embargo, esta reducción de los precios y la expansión económica que se produjo
con el regreso de Balaguer, estimularon la demanda de combustibles en un 17 por ciento
durante el 1986 y en un 18 por ciento en 1987.
Por esta razón, dos funcionario del Gobierno, al presidente de la Refinería de Petróleo,
Ing. Rafael Marion Landais y Director Ejecutivo de la Comisión Nacional de Política
Energética, Ing. Oscar Lamarche, habían sugerido que el gobierno tenía que revisar los
precios de los combustibles para moderar la demanda y así evitar el aumento de las
importaciones y el consecuente egreso de divisa.
Desde que José del Carmen Ariza había sido presidente del CNHE, nuestra firma de
asesoría económica, Ecocaribe, de la cual era su fundador y presidente, manteníamos
una asesoría externa al CNHE, y en esos momentos, éramos los principales asesores
económicos de la cúpula empresarial. Por estas razones, acompañe a Don Payo en todas
las reuniones realizadas en el Palacio Nacional y le preste mi asesoría sobre los aspectos
macroeconómicos de mi especialidad.
En esa reunión los tres analizaron la delicada situación económica que estaba
padeciendo el país y las medidas que se podían tomar para enfrentarla. Recomendó que
solicitaran una entrevista al Presidente Balaguer para ofrecerle su colaboración y tratar
de ayudar al gobierno a buscar una solución a los graves problemas que padecíamos.
El presidente los recibió sin la presencia de sus funcionarios esto les daba a entender
que quería oír nuestras opiniones sin entrar en polémicas. Solo asistió Juan José
Arteaga, asesor económico de Balaguer. Entre los empresarios se encontraban: George
Arzeno Brugal, José Miguel Bonetti, José del Carmen Ariza, Mario Cabrera, José
Vitienes, Ramón Méndez, J. Armando Bermúdez, José León Asencio, Tomas Pastoriza,
Pedro Antonio Rodríguez Echavarría y Manuel Arsenio Ureña.
Concluyeron que era muy difícil eliminar el mercado paralelo o negro y que el gobierno
debería mantener una taza libre que reflejara lo que estaba pasando en el mercado.
El presidente Balaguer escucho pacientemente las explicaciones sin emitir ningún gesto
corporal la única interrupción que hizo fue cuando dijo que el mercado de divisa estaba
´´atomizado´´ y le pidió que repitiera la palabra. Cuando termino el presidente cambio
radicalmente, se puso de pie señalándolo; le dijo que el era el culpable de la situación
por la que pasaba el país pues había sido el artificie de los acuerdos con el fondo
monetario que tantas desgracias había traído a nuestra nación.
A reglón seguido le dijo también que los acuerdos con el fondo monetario son
absolutamente necesarios en determinadas circunstancias y que no tenía temor a acudir
nuevamente a esa institución internacional.
Al final de la reunión el presidente sugirió como era su costumbre que se creara una
comisión de trabajo para que volviera a verlo con recomendaciones más precisas.
Lo primero que hicieron fue ponerse en contacto con las compañías distribuidoras de
combustible. Como el problema era financiero también se reunieron con los banqueros
comerciales, conversaron igualmente con el embajador de los estados unidos, Paul
Taylor se pusieron en contacto con los representantes de los organismos internacionales
de financiamiento incluyendo el FMI.
En la segunda reunión los comisionados llegaron con buena noticia pues tenían una
solución temporal al problema de los suministros de los combustibles.
Incluso dijo que aunque era contrario a que se suscribiera un acuerdo con el FMI, se
inclinaba ante la realidad, pues entendía que si no se firmaba con el fondo, el país no
podría sobrevivir; lo estrangulan.
Aprovecho esta oportunidad para anunciar que se había conversado con esa institución y
que pronto se discutiría un borrador de carta de intención.
Como resultado de esas reuniones, la Operación Duarte fue desmantelada, los controles
cambiarios se flexibilizaron considerablemente, se eliminaron los controles de precios y
los sometimientos a comerciantes y se adoptaron otras medidas económicas que podían
implementarse por la vía administrativa.
La labor que realizamos los empresarios no se quedó en las seis reuniones de trabajo
que se sostuvieron con el presidente. Con la mediación de Monseñor Agripino Núñez,
se tomaron numerosas iniciativas.
Así, nos visitó el ex-presidente del Banco Mundial, Nicolás Ardito Barletta; uno de los
Directores del Banco de México, Ariel Buira, quien por casualidad, había sido mi
compañero de estudio en la Universidad de Manchester; y un ex-presidente del Banco
Central de Chile, Sergio de la Cuadra, a quien conocía muy bien.
Uno de los temas que más se discutió fue el arancelario, pues lo que el gobierno estaba
proponiendo era una reforma profunda de Arancel nunca antes vista en el país, mediante
la cual se reducían, sustancialmente, las tasas impositivas que se aplicaban a los
distintos bienes que se importaban.
El doctor Isa Conde, presidente de la Asociación de Industrias de Herrera fue el que más
insistió en que se eliminara esa comisión, como parte de las reformas.
EL ACUERDO CON EL FONDO MONETARIO
INTERNACIONAL
El 1 de julio de 1991, tras un largo periodo de negociaciones con el Fondo Monetario, el
presidente Balaguer se dirigió a la nación para anunciarle que había llegado a un
acuerdo con la institución internacional y que en los próximos días el gobierno iba a
enviar la carta de intención que ya estaba elaborada para que fuese conocida por el
Directorio Ejecutivo.
En esta segunda ocasión el monto renegociado fue de 926 millones de dólares y los
principales acreedores eran Estados Unidos, España, Japón, Alemania y Francia.
Ese monto era tan elevado debido a que el gobierno no pagaba la deuda externa bilateral
desde que Balaguer había asumido la presidencia. Las únicas deudas que el Banco
pagaba con regularidad eran las contraídas con el BID, el Banco Mundial y el Fondo
Monetario.
GLOSARIO
La guerra de Abril del 1965: guerra civil dominicana, también conocida como
la guerra de abril, la renovación del 65, o simplemente como la renovación de
abril, tuvo lugar entre el 24 de abril y el 3 de septiembre de 1965, en Santo
Domingo, República Dominicana. Inicio cuando seguidores civiles y militares
del Presidente Constitucionalmente electo Juan Bosch derrocaron al Presidente
Donald Reid Cabral.
Dinero Inorgánico: Dícese del dinero que se emiten las autoridades monetarias
de un país sin que exista un respaldo adecuado para el mismo.
Tenaz: resistencia.
Golfo: Es una parte del mar de gran extensión encerrada por puntos a cabos
tierra.
Kuwait: Es un país árabe del golfo pérsico, tiene un patrimonio cultural que
data de la antigüedad.
Deuda externa: Es aquella contraída con entidades o personas del exterior y que
generalmente esta denominada en moneda extranjera.