Pascual comienza su relato escribiendo desde la celda en la que
está esperando su ejecución. Antes de empezar a contar su vida, se excusa: no es malo, pero el destino lo obligó a actuar como si lo fuera. Hecha esta salvedad, describe minuciosamente su lugar natal, un pueblo pequeño a dos leguas de Almendralejo, con su plaza, con su torre y sus casas. La de don Jesús (a quien ha dedicado sus escritos pero de quien casi nada sabemos, salvo que es noble) es una casa espléndida, de dos pisos, con azulejos, escudos y plantas; la de los Duarte, en cambio, es una casa en las afueras, pobre pero limpia y blanqueada, estrecha, de una sola planta y piso de tierra.
Pascual describe con todo detalle las habitaciones, la cuadra, los
olores. Además de la humilde casa, sus padres tienen un corral, cerdos y un burrito; cerca hay un pozo de agua contaminada. Por detrás del corral pasa un arroyo al que va seguido a pescar anguilas. Es su lugar de escape; allí se le pasan las horas sin pensar. Pero más que pescar, prefiere cazar conejos con su escopeta y su perra Chispa. Van juntos al arroyo y Pascual se queda sentado en una piedra que ya conoce. En una de esas salidas nota que su perra se le queda mirando de una manera qué él considera acusadora. Entonces la mata de dos tiros, y observa cómo la sangre se extiende por la tierra. Capitulo 2 Pascual no tiene buenos recuerdos de su niñez. Su padre, Esteban Duarte Díniz, es un hombre grande y violento que les pega a él y a su madre. Según Pascual pudo saber por los vecinos, estuvo preso por contrabando, pero no se anima a hablar de eso con él porque le tiene terror. Por su parte, la madre es flaca, alta, sucia y violenta también. Entre los padres de Pascual todo es motivo de disputa, gritos y golpes, y cuando pelean jamás reparan en la presencia de su hijo. Pascual va a la escuela por poco tiempo, hasta los 12 años. En algún momento no determinado de su infancia nace su hermana, Rosario, tras un parto lento y doloroso en el que coopera Engracia, la partera del pueblo. Al nacer la niña, Esteban, lejos de estar feliz por el nacimiento de su hija, golpea a su mujer hasta casi matarla y luego abandona el hogar. A los dos días vuelve borracho, besa a su esposa y ella se deja, como si nada hubiese pasado. Capitulo 3 Rosario es una niña debilucha y enfermiza pero, a diferencia de Pascual, conquista el corazón de sus padres desde su más tierna infancia, y logra que una cierta paz reine en el hogar. Es una gran compañía para su hermano, y de ella se dice que es la más inteligente de la familia. Sin embargo, a los 14 años, convertida en una joven bella y muy avispada, les roba dinero a sus padres y se va para Trujillo, un pueblo cercano, donde se prostituye. Esa partida los destroza, y la violencia vuelve a ser moneda corriente en la casa de los Duarte. A los pocos meses de escaparse, regresa muy enferma, casi moribunda, al punto que su padre, aun sin ser el cristiano más ferviente, se encarga de que le den los últimos sacramentos. Pero la joven sana, se vuelve a ir y se enamora de Paco, el Estirao, un joven torero devenido proxeneta que vive del dinero de las mujeres que regentea. Pascual siente un odio profundo por este hombre que encarna, al mismo tiempo, todo lo que le hace mal a su hermana y toda la valentía que él quisiera tener.