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Monografia Grupal - Maestria
Monografia Grupal - Maestria
FACULTAD:
¨Derecho y Ciencias Políticas¨
MAESTRIA:
Maestría en Derecho, Mención en Ciencias Penales
INTEGRANTES:
- Eveling, Alvarado Ureta
- Madeleyne Marlene, Amésquita Morales
- Miguel Ángel, Sifuentes Pérez
- Julio Cesar, Rengifo Ríos
DOCENTE:
Dra. Karin Charre Gonzales
TEMA:
“Los Fines y Funciones de la Pena, su Implicancia con la Cadena
Perpetua y su Proceso de Revisión. Tratamiento Jurisprudencial
en el Derecho Interno y Derecho Internacional”
CURSO:
“Derecho Constitucional Penal”
CICLO:
¨I¨
GRUPO:
“4”
HUÁNUCO - PERÚ
2023
DEDICATORIA
El Derecho Constitucional Penal es una rama del Derecho que se encuentra en un estado
de evolución; por lo que muchas veces no se puede dar soluciones concretas a ciertos
problemas, sino más bien se plantean cuestiones. La función del Derecho Constitucional
Penal es la de establecer la norma jurídica aplicable en diferentes ámbitos del Derecho,
que se adapte más a la situación jurídica que pueda suscitarse y da soluciones directas
ya que remite la solución del problema a una legislación concreta.
El Derecho Constitucional Penal solo interviene en las llamadas cuestiones mixtas, que
se dan cuando interviene un elemento extranjero, no en las cuestiones simples que son
aquellas en las que solo intervienen elementos internos.
Por ello, es muy importante conocer sobre diversos temas del derecho y en especial
“Los Fines y Funciones de la Pena, su Implicancia con la Cadena Perpetua y su Proceso
de Revisión. Tratamiento Jurisprudencial en el Derecho Interno y Derecho
Internacional”, ya que es un tema muy importante dentro del derecho y entre todos los
integrantes de mi grupo buscamos información a profundidad para conocer mas al
respecto y así ampliar nuestros conocimientos y compartir con nuestros colegas.
INDICE:
LAS CONSECUENCIAS JURÍDICAS DEL DELITO EN EL
DERECHO PENAL PERUANO
1. DEFINICION:
Al margen de lo arbitrario que pueda parecer, a partir de este momento, nuestro trabajo: toda vez
que no vamos a respetar la estructura consecuencia del delito en el sistema penal peruano, tal y
como lo recoge el Código Penal, lo que pretendemos es que este trabajo no sea una discusión
acabada sobre el tema; siendo sólo un material de reflexión para quienes se aventuren a tratarlo
con mayor holgura. De esta manera vamos a optar por un esquema - opción ya adelantada- a
nuestro juicio, más interesante por su propuesta universalizante: consecuencias punitivas y
consecuencias económicas del delito. A la vez, vamos a elegir dentro de cada una de ellas sólo
a las que creemos más relevantes.
Tradicionalmente cuando se abordan temas como las Penas y las Medidas de seguridad se hace
desde una perspectiva netamente penológica (respecto de las penas y de las bases de la
punibilidad) a la vez que de criterios asegurativos de los infractores penales. Nunca, o muy poco,
desde la perspectiva netamente del análisis de las consecuencias jurídicas del delito. Como ya
quedó demostrado el esquema de protección penal (sistema penal) siempre se estructura en
base a una triada de lógica normativa: represión, prevención y reparación. De estas tres las
netamente penales, o las que surgen de la relación estado-delincuente son las dos primeras,
siendo la primera por excelencia de índole penal. En este sentido cabe hacer un análisis previo
respecto de las penas como consecuencias jurídicas del delito.
2. ANTECEDENTES HISTORICOS:
- PERSIA
El Derecho en Persia, sobre todo en su primer momento, es talional y se caracteriza
por la severidad de las penas: lapidación, crucifixión, descuartizamiento, decapitación
y scaffismo (muerte lenta y horrible). Posteriormente el Derecho persa se humaniza
por influencia de los libros sagrados -El Avesta que contiene las enseñanzas de El
Ahura Mazda, y se toman en cuenta la intención, la negligencia y el caso fortuito.
- INDIA
El Derecho indio antiguo se resumía en el libro de Manu (manava-oharma-sastra) que
se remonta al s. XLA.C. En el libro de Manú el castigo tiene origen divino, y purifica a
quien lo padece. En este Código se desconoce el talión.
- ISRAEL
El Derecho penal israelí está contenido en el Génesis, donde aparece un particular y
naturalístico sistema de imputación con motivo del pecado original. En el
«Pentateuco, concretamente en el «Éxodo», «Levitico» y el «Deuteronomio», se
contiene más ampliamente el sistema punitivo reinante. Más adelante se agrega «el
Talmud». En el Derecho israelí predomina lo religioso y la pena es talional que en
caso de homicidio es absoluto: vida por
- DERECHO GRIEGO
En la Grecia antigua predomina la venganza privada que se hacía extensiva a la
familia del perturbador. El pensamiento griego antiguo en materia penal no es
uniforme ni coherente, pues está contenido en las más variada piezas filosóficas u
oratorias. En materia de penas, sabemos que SOCRATES fue condenad a beber la
cicuta por atentar contra la religión. PROTÁGORAS ANAXAGORAS fueron
desterrados.
- DERECHO ROMANO
Los romanos destacaron amplia y universalmente por su derecho civil. El derecho
penal público tuvo menor alcance. VII A. de C.- el derecho penal romano es público y
tutela los bienes públicos – preduellio - y los particulares -parricidium- La preduellio,
es la guerra mala, perversa, contra la propia patria.
El parricidium, es la muerte del jefe de familia, del pater familia [...] que origina el gran
grupo de los delitos comunes" Aparte del preduellio y el parricidium, «se hallan
penados con penas públicas: el incendio, el falso testimonio, el cohecho del juez, la
difamación, las reuniones nocturnas y la hechicería. Después de la monarquía, ya en
la República, se impone en Roma la ley de las XII tablas (433-451 A. de C.) en la que
aparecen diversas disposiciones de orden penal, particular- mente de las tablas VIII a
XII, se afirma la Ley de Talión y se regula la composición". Más adelante, con el
advenimiento del Imperio, a fines del s. II d. de C. y fortalecido el Estado, se reduce el
ámbito de los delitos privados y «aparece el nuevo y extenso grupo de los crimina
extraordinaria [...] punto intermedio entre el crimen publicum y delictum privatum [...]
al lesionado compete la denuncia, pero juzgan los titulares de la jurisdicción penal
[...]. Se exige el dolus malus y se castiga la tentativa y la complicidad [...] así tenemos
los ladrones de bolsillo, autores de robos, merodeadores, ladrones de baños,
abigeos, bandolero, [...] la receptación, la estafa, rapto, aborto, exposición de infante.
La palabra pena proviene del latín poena, que significa castigo, tormento físico,
padecimiento, sufrimiento. Es un “mal” que debe imponerse al culpable o responsable de
la comisión de un delito. Es una figura previamente creada por el legislador, en forma
escrita y estricta, al amparo del “principio de legalidad”, donde toda persona debe ser
castigada si el hecho está previsto en la ley como delito con anterioridad a la comisión del
mismo.
Bramont-Arias, dice: “…las penas buscan la prevención del delito respecto del autor que
cometió el ilícito penal, es decir la prevención de la pena consiste en hacer que el sujeto
no vuelva a delinquir.
Nosotros vivimos en un Estado social, constitucional y democrático de derecho debido a que nos
regimos por la Constitución del Perú de 1993, en virtud a los artículos 43, 44 y 38 de la misma,
garantizando la plena vigencia de los derechos humanos. ' Por ello, la propia Constitución,
establece que la finalidad de la pena es la resocialización, de conformidad con el artículo 139,
inciso 22), al indicar que uno de los principios y derechos de la función jurisdiccional es "el
principio de,' que el régimen penitenciario tiene por objeto la reeducación, rehabilitación y la
reincorporación del penado a la sociedad". No obstante, para tratar este tema, necesariamente
tenemos que remitimos, a las; "Teorías de la Pena"
5. TEORÍAS DE LA PENA:
5.1. TEORÍAS ABSOLUTAS
Llamadas absolutas por partir de criterios esencialistas según los cuales hay valores
absolutos como el de la justicia, que puede derivar degradándose, en justiciera. Estas
teorías parten de HEGEL, para quien la pena es la retribución natural a quien
delinquido pues dialécticamente opera como la negación de la negación del Derecho y
entonces la pena resulta restauradora del orden jurídico. Para los seguidores de esta
escuela, la pena aparece como algo totalmente racional y más bien es el delito el que
resulta una contradicción irracional.
El meollo de las teorías relativas es que la pena se impone persiguiendo determinado fin.
La pena persigue un fin útil al infractor y a la sociedad. La finalidad de la pena será de
prevención individual o especial, cuando apunta a persuadir al infractor real a que se
inhiba de seguir por el curso del delito. Sera prevención general, cuando la pena intimida
a la generalidad de ciudadanos a fin que se inhiban de iniciar el curso delictivo de modo
que su potencialidad delictiva no se actualice.
El Código penal peruano en su Artículo 28 clasifica las penas de la siguiente manera: a. Penas
privativas de libertad; b. Penas restrictivas de libertad; c. Penas limitativas de derechos; d. Penas
de Multa.
Consideradas en los artículos 31º al 40º del Código Penal. Estas sanciones punitivas
limitan el ejercicio de determinados derechos económicos, políticos y civiles, así como el
disfrute total del tiempo libre. Son de tres clases: Prestación de servicios a la comunidad
(variante especial del trabajo correccional en libertad), limitación de días libres (el
condenado sólo debe internarse en un centro carcelario por periodos breves que tienen
lugar los días sábados, domingos o feriados) e inhabilitación (incapacidades o
suspensiones que pueden imponerse a un condenado).
La pena de multa obliga al condenado a pagar al Estado una suma de dinero fijada en
días multa. El importe del día multa es equivalente al ingreso promedio diario del
condenado y se determina atendiendo a su patrimonio, renta, remuneraciones, nivel de
gasto y demás signos exteriores de riqueza.
La pena se determina en la ley, y con el Juez. La determinación ejecutiva a que lleva el sistema
penitenciario, no es propiamente de una determinación de pena sino de un gesto de
administración.
- Reparar los daños ocasionados por el delito, salvo que demuestre que está imposibilitado de
hacerlo.
- Amonestar al infractor
9. EXENCIÓN DE PENA
Es un instituto procesal que busca la “composición” del conflicto jurídico, por la que agraviante y
agraviado se reconcilian entre sí careciendo de objeto a partir e ello, que intervenga el Estado.
Procede eximir de sanción en los casos en que el delito esté previsto en la ley con pena privativa
de libertad no mayor de dos años o con pena limitativa de derecho o multa, si la responsabilidad
del agente fuere mínima.
10. REHABILITACIÓN
2.-La amnistía
3.-El indulto
4.-La prescripción
Dosificación punitiva para imponer una sanción penal: "Que para la dosificación punitiva
o para los efectos de imponer una sanción penal el legislador ha establecido las clases
de pena y el quantum de estas, a la vez ha señalado los criterios necesarios para que el
juzgador pueda individualizar judicialmente la pena concreta; que, en este sentido, debe
observarse el principio de proporcionalidad que conduce a establecer el daño y la
transcendencia de la acción desarrollada por el agente culpable bajo el criterio de la
individualización, cuantificando la gravedad del delito, su modo de ejecución, el peligro
ocasionado y la personalidad o capacidad del imputado" (R. N. N° 2901-2011-Callao, del
01/06/2012, f. j. 4, Sala Penal Transitoria) .
Límites máximos de las penas: "F. J. 6. Considerando que el caso sub examine pone en
cuestión la aplicación de la Ley N° 27569, que en su artículo 4 derogó el Decreto
Legislativo N° 895, que fuera declarado inconstitucional mediante Sentencia N° 005-
2001-AI/TC, publicada el 17 de noviembre de 2001, y cuya Quinta Disposición Final
modificó el artículo 29 del Código Penal estableciendo que 'la pena privativa de la
libertad puede ser temporal o de cadena perpetua. En el primer caso, tendrá una
duración mínima de 2 días y un a máxima de 35 años, surge el tema de determinar cuál
es la duración máxima de la pena privativa de la libertad, por lo que es pertinente
formular algunas precisiones con el propósito de orientar la absolución de controversias
en aquellos casos en los que los tipos penales solo han establecido la pena mínima a
imponer, creando un problema de indeterminación respecto a la ausencia de pena
máxima conminada”. F. J. 7. Este tribunal, en el fundamento N° 147 de su Sentencia N°
010-2002-AI/TC publicada el 4 de enero de 2003, advirtió que no existía un plazo
máximo de determinación de la pena desde el día siguiente en que la Sentencia N°
0056-2001-AI/TC declaró inconstitucional el Decreto Legislativo N° 895, cuya quinta
disposición final modificó el referido artículo 29 del Código Penal, por lo que recomendó
que, análogamente al tratamiento de la pena de la cadena perpetua debía exhortarse al
legislador para que, dentro de un plazo razonable, cumpla con prever los plazos
máximos de pena en cada una de las cuestionadas figuras típicas del Decreto Ley N°
25475. F. J. 8. En efecto, el Decreto Legislativo N° 921, publicado el 18 de enero del
2003, fue la norma que satisfizo la exhortación que hiciera el Tribunal Constitucional al
Congreso de la República para que se concuerde el régimen jurídico de la cadena
perpetua con lo expuesto en la sentencia N° 010-2002-AI/ TC, y además estableció los
límites máximos de las penas de determinados delitos regulados por el Decreto
Legislativo N° 25475, solucionando con ello la indeterminación de la pena antes
señalada. F. J. 9. En cuanto, al límite al que se puede extender la duración de la pena
privativa de la libertad, este corresponde al de la cadena perpetua, considerando que su
aplicación rige no solo para los delitos de nuestra legislación nacional que carezca de
pena máxima -conforme se colige del Decreto Legislativo N° 921-; no obstante, el
Tribunal Constitucional considera que este límite resultaría evidentemente incompatible
con el principio de proporcionalidad en la aplicación de las penas, en aquellos casos de
delitos de mínima dañosidad o gravedad, por lo que debe interpretarse en lo sucesivo,
como regla general de duración máxima de la pena, los 35 años de pena privativa de la
libertad establecidos para la revisión de la cadena perpetua, límite que se justifica en la
necesidad de proteger los derechos o bienes constitucionales del condenado y por serle
más favorable" (STC Exp. N° 0965-2004-HC/TC-Arequipa, caso: Juan Carlos Herrera
Mendoza, del 11/10/2004, ff. jj. 6, 7, 8 y 9).
considerando que su aplicación rige no solo para los delitos contemplados en el Decreto
Ley N° que carezca de pena máxima -conforme se colige del Decreto Legislativo Nº
921-; no obstante, el Tribunal Constitucional considera que este límite resultaría
evidentemente incompatible con el principio de proporcionalidad en la aplicación de las
penas en aquellos casos de delitos de mínimo daño o gravedad, por lo que debe
interpretarse en lo sucesivo, como regla general de duración máxima de la pena, los 35
años de privación de la libertad establecidos para la revisión de la cadena perpetua,
límite que se justifica en la necesidad de proteger los derechos o bienes constitucionales
del condenado y por serle más favorable" (STC Exp. N° 1778-2004-HC/TC-Cajamarca,
caso: Gilberto Maldonado Pérez, del 18/05/2005, f. j. 9).
Inhumanidad de la pena de cadena perpetua: "La cadena perpetua es incompatible con
el principio-derecho de dignidad humana, puesto que detrás de los fines constitucionales
de la pena -reeducación, rehabilitación y reincorporación- también se encuentra
necesariamente una concreción del derecho-principio de dignidad de la persona (art. 1
de la Const.) y, por tanto, este constituye un límite para el legislador penal.
Precisamente, dicho derecho-principio, en su dimensión negativa, impide que los seres
humanos sean tratados como cosas o instrumentos, sea cual fuere el fin que se per- siga
alcanzar con la imposición de determinadas medidas, pues cada persona, incluso la que
delinque, debe ser considerada como un fin en sí mismo, por cuanto el hombre es una
entidad espiritual moral dotada de autonomía. La cadena perpetua, sin posibilidades de
revisión, no es conforme con el derecho-principio de dignidad de la persona humana ni
tampoco con los fines constitucionales de la pena. De ahí que la ejecución de la política
de persecución se debe realizar, necesariamente, respetando los principios y valores
constitucionales, así como los derechos fundamentales de las personas. Precisamente,
la superioridad moral y ética de la democracia constitucional radica en que esta es
respetuosa de la vida y de los demás derechos fundamentales y, en que en su seno las
ideas no se imponen con la violencia, la destrucción o el asesinato. El Estado de
Derecho no se puede rebajar al mismo nivel de quienes lo detectan y, con sus actos
malsanos pretenden subvertirlo. El Tribunal Constitucional no declaró la
inconstitucionalidad de la pena de cadena perpetua, bajo el criterio que todas las
objeciones que sus- citaba su establecimiento en el sistema penal podían subsanarse si
se introducía una serie de medidas que revirtieran su carácter intemporal. La sentencia
que se dictó, por ello, fue una de mera incompatibilidad, en la que únicamente se
exhortaba al legislador para que realice las modificaciones legislativas pertinentes. El
Poder Ejecutivo dictó el D.L. N° 921, cuyo artículo 1 incorporó la institución de la revisión
de la pena de cadena perpetua, al cumplirse los 35 años de privación de libertad.
Asimismo, se dispuso la incorporación de un capítulo en el código de ejecución penal
denominado revisión de la pena de cadena perpetua, que tiene por finalidad precisar el
procedimiento de dicha revisión. Así, el capítulo v establece que dicha pena será
revisada de oficio o a petición de parte cuando el condenado haya cumplido 35 años de
privación de libertad, para lo cual se someterá al interno a exámenes mentales y físicos y
se formará un cuaderno, corriéndose traslado al Ministerio Público y a la parte civil. Se
precisa además que, en audiencia privada se actuarán las pruebas ofrecidas, se
examinará al interno y el órgano jurisdiccional resolverá, atendiendo a la concurrencia de
factores positivos en la evolución del interno, a efectos de establecer si se han cumplido
los fines del tratamiento penitenciario. El TC considera que el régimen jurídico de la
cadena perpetua establecido en el Decreto Legislativo N° 921 ha salvado las objeciones
de inconstitucionalidad y, por ello, cumple lo dispuesto en la STC N° 0010-2002-AI/TC, y
constata que el legislador ha introducido diversos mecanismos para hacer que una pena,
prima facie, sin límites temporales, como la cadena perpetua, sea susceptible de devenir
Criterios para graduar la duración de la pena: "Se advierten motivos fundados para
imponer una sanción severa, pero debe considerarse que el procesado no registra
antecedentes judiciales [...] además, que al inicio de la comisión de los hechos [...]
superaba los treinta años de edad [...] y que colaboró con la investigación, toda vez
que en su declaración instructiva [...] brindó detalles de cómo sucedieron los hechos,
de modo oportuno y relevante dada la naturaleza de la comisión oculta del delito,
advirtiéndose la configuración de la confesión sincera que faculta al legislador a
reducir hasta una sexta parte de la cadena perpetua no obstante que su regulación
actual, es legal al tener visos de temporalidad, en virtud del Decreto Legislativo
número novecientos veintiuno- representa- ría, en el caso sub examine, entender al
Derecho Penal como un instrumento de venganza por inocuizar de manera casi
definitiva al agente activo del delito, sin considerar que la pena tiene como finalidad
el logro de la recuperación y, por ende, la reinserción del sentenciado a la sociedad,
por lo que, en virtud a dichas consideraciones y, por ende, al carácter preventivo
especial positivo de la pena se le debe permitir a dicho encausado tener una
oportunidad [...] a fin que enmiende sus actos. [...]" (R. N. N° 4088-2011-Lima, del
22/01/2013. f. j. 2.3. Sala Penal Permanente).
Límite máximo de la pena privativa de libertad: "Que si bien es cierto con motivo de
la sentencia del Tribunal Constitucional del 15 de enero de 2001, recaída en la
acción de inconstitucionalidad interpuesta por la Defensoría del Pueblo contra la
legislación sobre seguridad ciudadana, Expediente N° 5-2001-AI/TC que declaró
inconstitucional el Decreto Legislativo N° 895, quedó derogado el artículo 29 del
Código Penal, norma que establece los límites mínimo y máximo de la pena privativa
de libertad, tal vacío -como es el caso, para el límite superior de los artículos 107 y
108 del Código Penal- en modo alguno impide al órgano jurisdiccional individualizar
la pena conforme a lo dispuesto en los artículos 8 del Título Preliminar y 45 y 46 del
Código Penal, pues en principio resulta de aplicación el inciso 8 del artículo 139 de
la Constitución, a cuyo efecto el juzgador debe respetar el ámbito normativo y los
principios y criterios rectores que informan el propio Código Penal: culpabilidad,
igualdad y proporcionalidad; que en la medida en que nuestra legislación punitiva
reconoce tanto la pena privativa de libertad de cadena perpetua, cuya diferenciación
es de rigor mantener por imperativo legal, resulta imprescindible asumirla para
estimar el límite superior de la pena privativa de libertad; que, siendo así no cabe
otra opción hermenéutica que entender que dicho límite superior de pena es de 35
años, puesto que con motivo de la modificación del régimen jurídico de la cadena
perpetua, a partir de ese mínimo será revisado obligatoriamente cada año con miras
a la posible excarcelación del penado, tal como lo dispone el Decreto Legislativo N°
921, por lo que, como es obvio, en ningún caso la pena temporal en su límite
superior puede ser mayor que la pena de cadena perpetua. Esta conclusión, más
allá de la necesaria intervención del legislador para modular los límites de la pena
privativa de libertad, permite respetar razonablemente, al momento de individualizar
la pena, la entidad del injusto de los tipos penales que i la parte especial del Código
Penal -proporcionada a la gravedad abstracta y genérica de cada infracción, y en su
caso, bajo las directivas fijadas por las normas antes cita- das, posibilita el pleno
respeto del principio de interdicción de la arbitrariedad" (Ejecutoria Suprema del
12/05/2004, R. N. N° 982-2004-Callao. En: CASTILLO ALVA, J. L. forma (2006).
Jurisprudencia penal. Sentencias de la Corte Suprema de Justicia de la República.
Tomo 1. Grijley. Lima p. 95).
El marco histórico, político y social en el que se restableció la cadena perpetua fue de odio y
venganza de los actores políticos encontrados de esa época en el Perú, generando zozobra y
discrepancias en el seno del pueblo que eran en última instancia los más afectados con esos
hechos políticos y de terror que se vivía.
La pena privativa de libertad intemporal fue restituida en nuestro sistema penal, eludiendo todos
los requisitos garantistas vigente Mediante. D.L 25475. Esta norma promulgada por Dictadura de
ese entonces modificó el artículo 29 del Código Penal en la se incluyó la pena privativa de
libertad temporal, y la Cadena Perpetua. Por lo tanto, la cadena perpetua, al igual que legislación
penal de emergencia, fue y es, una respuesta inapropiada a la violencia generada por la guerra
interna y que este motivo la aparición de los delitos terroristas. Extendiéndose rápidamente a
otras figuras delictivas que se han desarrollado incontrolablemente en el Perú, Mientras ello, la
tendencia punitiva del Estado agrede ferozmente los Derechos Humanos.
En el Derecho penal moderno apuestan por exclusión de las prisiones prolongadas como la
prisión de por vida, o cadena perpetua, consideradas ineficaces invalida para el derecho penal
de un Estado Social, democrático y Derecho. Por lo consiguiente, frente a su desarrollo
expansivo peligroso, como política criminal del estado, debemos de propiciar su exclusión
definitiva de nuestra legislación en el siglo XXI. Debido a esto, consideramos que toda pena es
una cuestión de derecho y no de humanidad, hay que verla desde otra perspectiva para estatuir
que es un castigo obsoleto de épocas barbas de la humanidad y que hoy en día, efectivamente
no sirven para nada.
La cadena perpetua es aún un tema pendiente que resolver en la legislación nacional, no tan
solo, por su carácter de ser una pena injusta del siglo pasado, de una sociedad bárbara, el cual
está lejos de los estándares del respeto a los derechos humanos. Sino porque es una pena
cuestionada seriamente por la organización internacional de derechos humanos. CIDH.
El problema de este castigo no es solo cómo limitar su atemporalidad, sino también cómo se
lleva a cabo. Las condiciones dentro de las cárceles son de espanto mortal, de extremo
hacinamiento, de olor y ambiente nauseabundo, carentes de toda condición de salubridad
confirmadas por la Defensoría del Pueblo, resaltando en su informe de sus graves deficiencias
en el sistema penal del país, en especial los llamados de "máxima seguridad". Que fueran
creados en primera instancia para albergar a los internos con condena perpetua y a los más
avezados que hoy por el estado hacinamiento se encuentran confundidos con toda la población
penal, sin hacer distingo de sus delitos. Lo hace, que estas penas sigan siendo cruel, inhumano,
degradante y, por tanto, inconstitucional. A pesar de las observaciones tibias sin la fortaleza
jurídica del TC. y la promulgación del Decreto Legislativo. 921, esta pena cuestionada,
lamentablemente mantiene vigente su crueldad.
1. Cadena Perpetua:
– Si el agente pertenece al grupo dirigencial de una organización terrorista sea en calidad de
líder, cabecilla, jefe, secretario general u otro equivalente, a nivel nacional, sin distingo de la
función que desempeñe en la organización.
De esta manera, la cadena perpetua fue incorporada en 1992 y fue concebida inicialmente como
una privación de libertad de por vida sin otra posibilidad de excarcelación que la muerte del
condenado. Sin embargo, se trató de una respuesta político-criminal muy severa correspondiente
con un momento crítico de la vida social del país.
Es preciso señalar que la cadena perpetua es la medida más grave, claro está, después de la
pena de muerte o pena capital. En la actualidad, nuestra legislación penal regula la cadena
perpetua en el artículo 29: “La pena privativa de libertad puede ser temporal o de cadena
perpetua. En el primer caso, tendrá una duración mínima de dos días y una máxima de treinta y
cinco años.
La cadena perpetua podemos definir como una pena privativa de libertad, intemporal,
indeterminada, rígida, tasada, que en el fondo importa la neutralización del sentenciado, como
ser humano al encerrarlo de por vida en un establecimiento penal de régimen cerrado, con un
propósito inocuizador de la pena, en contradicción con postulados constitucionales de
reinserción social, resocialización y principios universales de derechos humanos.
JAVIER VILLA STEIN (2014). Derecho Penal Parte General. Lima: ARA
Editores E.I.R.L.
BACIGALUPO, E. (2004). Derecho Penal Parte General. Lima: ARA
Editores E.I.R.L.
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