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CENTRO DE ESTUDIOS LINGÜÍSTICOS Y LITERARIOS

PROCESOS SOCIOLINGÜÍSTICOS EN ESPAÑOL DE LA CIUDAD


DE MÉXICO. ESTUDIO EN TIEMPO REAL

TESIS QUE PARA OBTENER EL GRADO DE

DOCTOR EN LINGÜÍSTICA

PRESENTA

JULIO CÉSAR SERRANO MORALES

ASESOR: DR. PEDRO MARTÍN BUTRAGUEÑO

MÉXICO, D. F. SEPTIEMBRE DE 2014


Esta investigación fue posible gracias al apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y

Tecnología (CONACYT).
A Eugenia y Juliana

A mis padres: Ana Guadalupe Morales y Jesús Abel Serrano

A mis hermanos: Abel, Carlos, Servando, Claudia y Myrna


AGRADECIMIENTOS

A mis hermosas compañeras de vida: mi Eugenia del alma y mi hermosa Juliana, que

me han apoyado tanto en este trayecto. Muchas gracias por todo el impulso, la

paciencia, los cuidados y por tanto, tanto amor que me han dado todos estos años.

A Doña Celia y Julieta, que me dieron casa, familia y cariño en 1992-1993.

A todos mis profesores en la Escuela Nacional de Antropología e Historia y El Colegio

de México.

A todos mis amigos en la Universidad Nacional Autónoma de México, en especial a

Cecilia Rojas, Sergio Ibáñez, Francisco Arellanes, Sabine Pfleger (con Felipe incluido),

María Ángeles Soler, Beatriz Arias y Fernando Rodríguez.

Particularmente debo agradecer el conocimiento, la paciencia y generosidad que me

ha brindado todos estos años mi profesor y amigo Pedro Martín Butragueño. Muchas

gracias por todo, Pedro. Con personas tan excepcionales como tú, las palabras siempre

se quedan cortas.
A mis lectores de tesis, muchísimas gracias: Rebeca Barriga Villanueva, Francisco

Arellanes y Francisco Moreno Fernández. Por supuesto, todos los errores y omisiones

que restan son de mi total responsabilidad.

A mis amigos queridos que me sostienen todo el tiempo, en especial a Miroslava Cruz,

Niktelol Palacios, Sergio Rodríguez, Irene (Sirenita) Hernández, Pedro Reygadas,

Josefina Guzmán, Telmo Yescas, Diwenny Díaz, Felipe Durán, Eduardo Olivares,

Samuel Herrera, Karina Verdín, Maribel Delgado, Francisco Zuno, Carmen Morúa,

Jason Vázquez y Raúl Sandoval.

A mis alumnos, porque me dejan hablarles de mis inquietudes y sin protestar, en

especial a Eréndira Cervantes, Sara (Aponte) Barrett, Maurel Sánchez de la Barquera y

Paulina Landeros.

A mis papás, Lupita y Jesús Abel; a mis hermanos Abel, Carlos, Servando, Claudia y

Myrna; a todos mis tíos, en especial a mi tío Servando y mi tía Rosy, y a todos mis

primos.
ÍNDICE

Pág.

INTRODUCCIÓN IX

CAPÍTULO 1. ASPECTOS TEÓRICOS Y ANTECEDENTES DESCRIPTIVOS 1

1.1. Necesidad histórica de una lingüística empírica y socialmente 3

realista: avances del programa de investigación de Weinreich, Labov &

Herzog (1968)

1.1.1. Los problemas de la innovación (restricciones) y la transmisión 11

1.1.2. Los problemas del incrustamiento y la evaluación 13

1.1.3. Problema del accionamiento (actuation) 14

1.1.4. Tratando de encontrar respuestas a los problemas 15

fundamentales del cambio

1.1.5. Los factores sociales y el problema del cambio 20


Índice

1.2. El problema de la formalización del cambio lingüístico: reglas 29

variables, Teoría de Optimidad y Teoría de Optimidad Estocástica

1.3. Antecedentes de investigación 36

1.3.1. Las posibilidades de estudiar la variación y el cambio lingüístico 45

en español de la ciudad de México: corpus disponibles

CAPÍTULO 2. MÉTODOS 51

Introducción: la estructura lingüística vista desde el variacionismo 51

2.1. En busca del habla espontánea: la entrevista como fuente de datos 53

sociolingüísticos

2.2. Los corpus utilizados 57

2.2.1. Breve historia de los corpus utilizados 58

2.2.2. Características sociales de los informantes en 1970 y 2000 62

2.3. Evaluación de la calidad de los datos y procesos de cuantificación en 65

esta tesis

2.3.1. Criterios de transcripción fonética y léxica 69

2.3.2. Métodos cuantitativos y programas utilizados 70

2.4. El análisis en tiempo aparente y tiempo real 72

CAPÍTULO 3. VARIABILIDAD DE LAS CONSONANTES RÓTICAS 81

3.1. Representación fonológica de las róticas del español 81

3.2. El proceso fonético de asibilación de las consonantes róticas en 87

II
Índice

español

3.3. Las róticas en español de la ciudad de México: variantes consideradas 90

3.3.1. Variante 1: rótica canónica 90

3.3.2. Variante 2: aproximante [ɹ] 92

3.3.3. Variante 3: asibilada [ʑ] 93

3.3.4. Variante 4: realización “corta” o “alargada” de la consonante 99

rótica

3.4. Análisis estadístico descriptivo de las róticas en español de ciudad de 100

México

3.5. Análisis cuantitativo de la variabilidad de la rótica percusiva ante 106

pausa

3.6. Análisis cuantitativo de la variabilidad de la rótica vibrante (r) 118

3.7. Formalización de la variabilidad de las róticas en Teoría de 129

Optimidad

3.7.1. Formalización en TOE de la variabilidad de la (ɾ) ante pausa 132

3.7.2. Formalización en TOE de la variabilidad de la rótica vibrante (r) 134

3.8. Discusión 135

3.8.1. Movimientos en la jerarquía de restricciones de las róticas en el 135

tiempo real

3.8.2. Sociolingüística de las róticas en el tiempo real 139

3.8.3. Hacia una explicación de la retracción de la asibilación 140

III
Índice

CAPÍTULO 4. DEBILITAMIENTO DE VOCALES ÁTONAS 145

4.1. Debilitamiento vocálico en español de la ciudad de México: 146

antecedentes descriptivos

4.2. Fonética y fonología del debilitamiento vocálico en español de ciudad 152

de México

4.2.1. Variante relajada (o reducida) [v] 153

4.2.2. Variantes sordas 156

4.2.3. Variante elidida 159

4.3. Variables internas en el análisis del debilitamiento vocálico 164

4.4. Criterios de transcripción auditiva 166

4.5. El corpus total de vocales debilitadas: un primer análisis 168

4.6. Peso de los factores lingüísticos y sociales sobre el debilitamiento 175

vocálico

4.6.1. Variante relajada 175

4.6.2. Variante sorda 176

4.6.3. Elisión vocálica 179

4.7. En busca de los líderes del debilitamiento vocálico 181

4.8. Análisis en Teoría de Optimidad Estocástica del debilitamiento 184

vocálico

4.9. Conclusiones 187

IV
Índice

CAPÍTULO 5. LOS LÍMITES DE LOS CORPUS ORALES: UNA REVISIÓN DE LA HIPÓTESIS DE LA 191

DIFUSIÓN LÉXICA

5.1. El cambio neogramático y la hipótesis de la difusión léxica 193

5.2. Morfología culta I: el caso del morfema –dad 198

5.3. Morfología culta II: el caso de los adverbios terminados en el 203

morfema –mente

5.4. El caso de los grupos consonánticos cultos 207

5.4.1. Los grupos consonánticos cultos en los hablantes de altos 210

estudios

5.4.2. Los grupos consonánticos cultos en los hablantes de bajos 212

estudios

5.4.3. Panorama general de los grupos consonánticos cultos en ECM 215

5.5. Acercamientos lexicoestadísticos a la diferenciación sociolingüística 217

5.5.1. Volumen y características textuales de los corpora utilizados 220

5.5.2. Regularización del texto original de las muestras 223

5.5.3. Palabras y tipos totales en el corpus 227

5.5.4. Estudio I: listas de vocablos sustantivos más frecuentes 228

5.5.4.1. Un método alternativo para comparar el acervo léxico 231

5.5.4.2. Evaluación del método alternativo de comparación de 239

vocabularios

5.5.5. Estudio II: Un análisis alternativo de la variación léxica. El caso 240

de los sustantivos

V
Índice

5.5.6. Estudio III: Campos referenciales en sustantivos 250

5.5.7. Estudio IV: el uso de la relación type/token para el análisis del 254

léxico, p. 250

5.5.7.1. RTT en los distintos grupos de edad 255

5.5.7.2. Valores de RTT individuales 257

5.5.7.2.1. Informantes con mayor y menor densidad léxica en 263

1970

5.5.7.2.2. Informantes con mayor y menor densidad léxica en 265

2000

5.5.8. Conclusiones sobre el nivel lexicoestadístico 268

5.6. “Cada palabra tiene su propia historia”. Procesos de difusión, 270

innovación y retracción léxica

5.6.1. Índices de mortandad y vitalidad léxica y el estudio del léxico de 271

la ciudad de México

5.6.2. Búsqueda de palabras en los corpus originales 276

5.6.3. En busca de otras fuentes 280

5.6.4. “¡Qué buena onda!” 281

5.6.5. La palabra género 284

5.6.6. Celular (teléfono, telefonía) 288

5.6.7. La palabra súper 290

5.6.8. La palabra chido 292

5.6.9. La expresión adjetiva con padre/padrísimo 294

VI
Índice

5.6.10. La palabra güey 295

5.6.11. Síntesis de resultados del análisis de palabras aisladas 298

5.7. Discusión: la viabilidad de los corpus orales basados en entrevistas 303

para el análisis sociolingüístico del léxico

5.8. Conclusiones 309

CAPÍTULO 6. RECAPITULACIÓN: PROCESOS SOCIOLINGÜÍSTICOS DE CONVERGENCIA Y 313

NIVELACIÓN EN ESPAÑOL DE LA CIUDAD DE MÉXICO

6.1. Procesos de nivelación sociolingüística en el nivel fonético, 314

morfológico y léxico

6.1.1. Róticas asibiladas 315

6.1.2. Elisión de vocales átonas 317

6.1.3. Los morfemas –dad y –mente como testigos de nivelación 320

sociolingüística

6.1.4. Sociolingüística de los grupos consonánticos cultos y el léxico 321

sustantivo

6.2. Procesos de convergencia sociolingüística en ECM: en busca de 323

explicaciones

6.2.1. Hipótesis sobre las diferencias en el levantamiento de los datos 325

6.2.1.1. La situación de entrevista en 1967-1975 325

6.2.1.2. La situación de entrevista en 1997-2007 326

6.2.1.3. Evaluación de la comparabilidad de los muestreos de 1970 y 327

VII
Índice

2000

6.2.2. Hipótesis sobre el cambio en el diseño de la audiencia 328

6.2.3. La hipótesis histórica: los cambios lingüísticos documentados 332

reflejan un cambio social más general

6.3. Ensayo de geolingüística urbana: ubicación de los líderes de la 341

variación

6.4. Procesos sociolingüísticos en la ciudad de México 345

BIBLIOGRAFÍA 349

APÉNDICE. CARACTERÍSTICAS SOCIALES DE LOS 48 INFORMANTES BASE 387

VIII
INTRODUCCIÓN

Esta tesis trata sobre algunos procesos de variación y cambio en curso en español de

la ciudad de México en el tiempo real. El período comprendido se encuentra alrededor

de los años 1970 y 2000. El planteamiento teórico y metodológico es sociolingüístico y

variacionista, en la tradición consolidada principalmente por W. Labov y decenas de

investigadores en todo el mundo, quienes parten de la premisa de que no es posible

entender el cambio lingüístico sin una aproximación realista a los datos, lo que implica

poner atención a factores internos (lingüísticos) y “externos” a la lengua (sociales y

estilísticos). Los procedimientos inductivos, por lo tanto, son los preferidos para hacer

afirmaciones más generales sobre los procesos de innovación, transmisión, difusión,

evaluación y activación del cambio, problemas fundamentales que plantearon


Introducción

Weinreich, Labov & Herzog en 1968 como parte de un programa empírico para el

estudio del cambio lingüístico.

Esta investigación se concentra en variables lingüísticas de distintos niveles

estructurales: fonético, morfológico y léxico. Se basa en dos grupos de entrevistas con

hablantes de español capitalino: el primero, levantado entre 1967 y 1975 en dos

proyectos coordinados por Juan M. Lope Blanch en la Universidad Nacional Autónoma

de México: “Norma culta” y “Habla popular de la ciudad de México”; el segundo, forma

parte de las entrevistas del Corpus Sociolingüístico de la Ciudad de México, coordinado

por Pedro Martín Butragueño y Yolanda Lastra en El Colegio de México y que iniciara

el levantamiento de entrevistas en 1997 y concluyera en 2007. De esta manera, el

lapso entre una muestra y otra es de alrededor de 30 años.

La idea original era concentrarse sólo en aspectos fónicos –por el evidente

valor de los materiales de los 60-70, relativamente ignorados para la investigación de

este tipo--; sin embargo, se volvió evidente que estos materiales podían aprovecharse

para rastrear variables lingüísticas de distintos niveles estructurales y cuestionar así

la ruta de difusión y cambio que seguían unas y otras.

La tesis se organiza de la siguiente manera. En el capítulo 1 se presentan los

conceptos fundamentales sobre variación y cambio, una discusión sobre los avances

del programa empírico para el estudio del cambio lingüístico, sobre Teoría de

Optimidad y Teoría de Optimidad Estocástica (la herramienta formal de los capítulos

fónicos) y los antecedentes de esta investigación. En el capítulo 2 se presenta el

planteamiento metodológico general que incluye una descripción pormenorizada de

X
Introducción

los corpus utilizados. El capítulo 3 trata el problema de la variación en las consonantes

róticas; esta variable es de especial interés porque investigaciones en los años setenta

señalaban la variante asibilada de (r) y (ɾ) como un posible cambio en curso. El

debilitamiento vocálico se aborda en el capítulo 4. Este problema permitirá discutir

las propuestas sobre el papel de la frecuencia de ciertas palabras en la difusión de los

cambios lingüísticos. El capítulo 5 aborda diferentes variables en el nivel fonoléxico,

morfológico y léxico; en este se muestra que el proceso de variación en el nivel

morfológico puede ser muy similar al del nivel fónico (de tipo regular) y que, en

contraparte, la variación en el nivel léxico permite confirmar que la afirmación de

Gilliéron de que “cada palabra tiene su propia historia” es básicamente correcta. En el

capítulo 6 se hace una recapitulación de los procesos. Uno de los hallazgos más

interesantes es que la comunidad lingüística capitalina parece estar más nivelada;

esto obligará a confrontar distintas hipótesis que expliquen estos procesos;

finalmente, en el mismo capítulo se hace una propuesta sobre la distribución

geolingüística de los informantes en la extensa Área Metropolitana de la Ciudad de

México y algunos comentarios sobre posibles rutas de investigación. Además de la

bibliografía, se incluye un apéndice al final, con las características sociales de los

informantes de esta investigación.

XI
CAPÍTULO 1

ASPECTOS TEÓRICOS Y ANTECEDENTES DESCRIPTIVOS

INTRODUCCIÓN

Esta tesis se enmarca en un contexto de investigación sociolingüística en el que el

realismo es parte primordial del enfoque. Se trata, pues, de un acercamiento que

busca librarse de apriorismos innecesarios (Haspelmath 2007) y, en cambio, trata de

contribuir a la construcción de una teoría del lenguaje a partir de procedimientos

principalmente inductivos. Como lo aclara Martín Butragueño (2014: 18), no debe

confundirse la perspectiva realista con empirismo radical ni con descriptivismo sin

falta de metas. De lo que se trata es de estudiar el lenguaje tomando en cuenta que nos

enfrentamos a un fenómeno que se encuentra heterogéneamente ordenado, como lo

plantearon en su momento Weinreich, Labov & Herzog (1968; en adelante “WL&H

1968”) al proponer un programa empírico de investigación del cambio lingüístico.


Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

Las herramientas formales del variacionismo sociolingüístico fueron, desde sus

inicios, derivaciones del generativismo chomskiano (cf. Martín Butragueño 2000). Por

ejemplo, las reglas opcionales planteadas en Chomsky (1957) inspiraron la posibilidad

de insertar reglas variables en la gramática comunitaria, unidad de análisis de la

sociolingüística de la variación y el cambio (Labov 1969). En esta tesis se recuperan

también formalismos generativistas, en este caso, adaptaciones de la Teoría de

Optimidad (Prince & Smolensky 1993/2004) a los datos variables.

Por otra parte, es válido afirmar que el estudio científico del cambio lingüístico

en marcha a través de la óptica variacionista es una corriente de investigación en

consolidación en México (Martín Butragueño 2010; Serrano 2007), y por eso es

importante ubicar esta tesis en su contexto de producción en un sentido histórico y

teórico-descriptivo. La manera específica de discutir los alcances del programa

variacionista, el problema de la formalización y la pertinencia de estos trabajos en el

contexto mexicano de investigación lingüística se hace a través del estudio de algunos

procesos variables en los niveles fónico, morfológico y léxico en español mexicano

oral, en una muestra de 48 hablantes levantada en el tiempo real (Labov 1996: Cap. 4).

Este capítulo se propone, por lo tanto: 1) hacer una revisión de los avances en

el programa empírico para el estudio del cambio lingüístico de WL&H (1968) a partir

de dicho texto fundante y los resultados plasmados en los dos primeros volúmenes de

la obra Principios del cambio lingüístico de W. Labov (1996, 2006); esta revisión

implica relacionar dicho programa de investigación con los distintos problemas

abordados en esta tesis; 2) discutir las posibilidades de formalización del cambio a

2
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

través de reglas variables (Labov 1969; Sankoff 1988; Guy 1998), de jerarquías de

restricciones en términos de Teoría de Optimidad (Prince & Smolensky 1993/2004) y

Teoría de Optimidad Estocástica (Díaz-Campos & Colina 2006), el modelo asumido en

esta tesis; y 3) presentar los antecedentes de investigación (que incorporan también

un estado de la cuestión sobre la investigación sociolingüística en México,

particularmente del español) y una discusión sobre las posibilidades prácticas de

hacer un estudio de cambio lingüístico a partir de los corpus con que se cuenta

actualmente.

1.1. NECESIDAD HISTÓRICA DE UNA LINGÜÍSTICA EMPÍRICA Y SOCIALMENTE REALISTA: AVANCES DEL

PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN DE WEINREICH, LABOV & HERZOG (1968)

La creación de la lingüística como disciplina y la postulación de sus principios básicos,

tales como la naturaleza binaria y arbitraria del signo lingüístico y las dicotomías

sintagma/paradigma y langue/parole por parte de F. de Saussure, constituyó un hito

científico (por cierto, con poco o nulo reconocimiento explícito en las escuelas

americanas, llámese descriptivismo, generativismo o cognitivismo [cf. Lara 2000;

Lazard 2012]). En el marco de una reflexión para defender la lingüística saussuriana o

Pure linguistics, G. Lazard aclara que:

Its core is the idea of a radical separation between language (la langue) and

speech (la parole), i.e. between the analysis of language as a system of signs and

the observation of the conditions of its use in discourse. It is argued in the Cours

3
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

de linguistique générale […] that these two aspects of language cannot be

investigated together; there should therefore be two different disciplines, one

applied to language as a system, the other to discourse, in other words two

linguistic sciences (deux linguistiques) [Lazard 2012: 242].

Esta visión del estudio del lenguaje como una escisión en dos subdisciplinas

es muy semejante a la adoptada por Chomsky en Aspects of the Theory of Syntax

(1965), al postular una lingüística de la competencia (competence) por un lado y una

lingüística de la actuación (performance), por otro. Sin embargo, el programa

generativista chomskiano, sobre todo en sus primeras versiones (Chomsky 1957,

1965), era bastante enfático en resaltar el poco interés teórico del estudio de la

actuación y, en un sentido metodológico, que la teoría lingüística no podía construirse

con datos de ningún “corpus levantados sobre el terreno”1. Aunque desde un punto de

1 Por supuesto, el mismo Chomsky ha modificado su postura altamente idealista, de modo tal que ahora

difícilmente defendería la idea de evitar el trabajo con corpus. El programa de biolingüística, que cobra

fuerza a partir de 1974 y al que Chomsky se adhiere (cf. Chomsky 2007), incorpora el trabajo

lingüístico con equipos multidisciplinarios provenientes de las ciencias del comportamiento, genética,

neurociencias y lingüística computacional, entre otras disciplinas. Una discusión reciente sobre el papel

de la variación en las teorías formales se encuentra en el interesante trabajo conjunto coordinado por E.

Hernández y P. Martín Butragueño de 2013, "Qué es la variación lingüística y por qué puede interesar

su estudio desde distintas perspectivas?", en el que participan además R. Barriga Villanueva, V.

Demonte, P. García Mouton, R. Gutiérrez Bravo, E. Herrera Zendejas, I. Pérez Jiménez y J. Pozas Loyo,

especialistas en varias áreas de la lingüística (adquisición, sintaxis formal, dialectología,

sociolingüística, sintaxis formal en lenguas indígenas, fonología y lingüística histórica), quienes aportan

4
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

vista historiográfico es entendible la necesidad teórica y metodológica de concebir el

lenguaje humano como un sistema abstracto, ideal y homogéneo, con un objeto de

estudio propio, lo cierto es que la comunidad científica de la primera mitad del siglo

XX terminó confundiendo los sistemas lingüísticos idealizados obtenidos desde dicha

aproximación con la realidad misma del lenguaje (Coseriu 1958) que es, en esencia, un

hecho concreto, variable y condicionado lingüística y socialmente2.

Puede afirmarse, por lo tanto, que el estructuralismo en lingüística, tanto en

sus escuelas americana (v.g. Bloomfield 1933) como europea, asumía dos ideas

básicas respecto a la variación y el cambio (una de impacto teórico y otra en el ámbito

metodológico). La primera, que el cambio lingüístico sólo puede ser abrupto: respecto

al cambio fónico, Hockett señala: “Sound change itself is constant and slow. A

phonemic restructuring, on the other hand, must in a sense be absolutely sudden”

(1958: 456-457). Esto es, sólo podemos ver las consecuencias del cambio; el proceso

es imposible de describirse y explicarse desde una perspectiva que, de entrada,

su definición de “variación lingüística” desde sus propias perspectivas. En general, todos coinciden en

reconocer la importancia teórica y descriptiva de la variación y la conveniencia de acercamientos

empíricos al problema, aunque lo que se entiende por “variación” quizás no sea lo mismo para todos los

participantes: por ejemplo, Gutiérrez Bravo señala que en las teorías formales la variación se entiende

principalmente como una de tipo interlingüístico, “como resultado y no como un proceso”, mientras

que para Martín Butragueño la variación (y su estudio) se inserta en la cuestión más general de una

teoría del cambio lingüístico.

2 Sobre el idealismo chomskiano opuesto al realismo variacionista, es muy pertinente la lectura de

Figueroa (1994), en especial las págs. 79-84.

5
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

considera que el sistema de la lengua es homogéneo, un sistema que, además, se

obtiene a partir de la competencia de un hablante-oyente ideal. Es importante

mencionar aquí que el hecho de asumir que el cambio lingüístico se lleva a cabo en el

individuo (idea de Hermann Paul [1880] recuperada --no explícitamente-- por

Saussure y Chomsky) forzaba a ver el cambio como una simple congregación de

cambios idiolectales generados durante la adquisición (cfr. WL&H 1968: 5-16). La

segunda idea, que impacta directamente al método es que “el cambio lingüístico no es

observable”. Sin embargo, los trabajos pioneros de W. Labov en la isla de Martha’s

Vineyard (1963) y la ciudad de Nueva York (1966) (por mencionar los más

emblemáticos) mostraron que era factible observar el proceso de cambio lingüístico

en marcha a través de entidades teóricas como la variable lingüística o el recurso

metodológico del tiempo aparente, esto es, el análisis de la distribución de la variación

en diferentes grupos de edad (cf. Labov 1996: cap. 3). El punto crucial aquí, es que

mientras que para el estructuralismo la lengua y su sistema se encuentra en el

individuo (hablante-oyente ideal), el estudio empírico del cambio lingüístico y la

variación, tal como lo proponen WL&H (1968) sólo puede llevarse a cabo si tomamos

la comunidad de habla como la unidad de análisis.

Las mencionadas investigaciones de Labov, junto con el programa de WL&H

(1968) se enmarca en un escenario de investigación que se contrapone fuertemente al

idealismo radical del generativismo que dominaba en los años 60, sobre todo, en los

Estados Unidos. Estos nuevos estudios serán agrupados bajo el término genérico de

sociolinguistics, aunque desde sus inicios existieron aproximaciones muy distintas a la

6
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

compleja relación lenguaje-sociedad. Una de las primeras compilaciones

norteamericanas es la de Bright (1966), Sociolinguistics: Preceedings of the UCLA

Sociolinguistics Conference, donde Labov, Hymes, Gumperz, Fishman y otros presentan

trabajos ahora clásicos sobre problemas clave de la relación lengua-sociedad, tales

como el concepto de competencia comunicativa, el cambio lingüístico en marcha, el

cambio de códigos y las actitudes ante la lengua3.

3 En el año 2005 tuve la oportunidad de conversar con John Gumperz, quien me comentó que

precisamente él, Fishman, Hymes, Labov, Bright y otros comenzaron a estudiar la lengua en las calles y

en el campo porque la mayoría de sus colegas en las distintas facultades, entusiasmados con el

programa generativista, se concentraban en los estudios “de escritorio” que no reflejaban la lengua en

su contexto natural de uso. Por supuesto, como ya se mencionó, debe tomarse muy en cuenta que por

‘sociolingüística’ pueden entenderse muchos enfoques particulares. Chambers (1995), por ejemplo,

resalta una gran división entre a) las investigaciones que buscan comprender la sociedad a través del

análisis que sobre ésta tienen el uso diferenciado de lenguas y dialectos particulares y b) las disciplinas

que incorporan aspectos sociales en el análisis de objetos lingüísticos particulares. Ralph Fasold adopta

esta macro-división de la sociolingüística al redactar dos volúmenes claramente diferenciados: The

Sociolinguistics of Society (Fasold 1991 a) y The Sociolinguistics of Language (Fasold 1991 b).

Finalmente, P. Trudgill (2000), además de reconocer esta división, sugiere tres grandes grupos de

estudios: sociocientíficos (etnometodología), mitad sociológicos y mitad lingüísticos (etnografía de la

comunicación, análisis conversacional, psicología social del lenguaje) y, finalmente, los propiamente

lingüísticos (variacionismo sociolingüístico); a este último grupo de trabajos Trudgill los llama

“lingüística secular” o “sociolingüística verdadera” (2000: 34). Por supuesto, no se pretende aquí hacer

un recuento histórico de la sociolingüística. Sobre sus orígenes puede revisarse Shuy 1990 y Koerner

1991; discusiones más recientes son las de Moreno Fernández (2010) y Martín Butragueño (2010).

7
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

El seminal ensayo de WL&H (1968), “Empirical foundations for a Theory of

linguistic change”, sienta las bases de una lingüística realista que buscará no sólo la

descripción, sino las explicaciones últimas de los complejos procesos de cambio

lingüístico atestiguados y en curso. Proponen dichos autores unos “Principios

generales para el estudio del cambio lingüístico en marcha” (WL&H 1968: 49), que se

presentan a continuación:

(1) El cambio lingüístico no procede de la simple variación inherente a la

comunidad: se inicia cuando una alternancia se generaliza en un subgrupo de la

comunidad, asume una dirección y presenta diferenciación ordenada.

(2) Es una ilusión pensar que existe una asociación entre estructura y

homogeneidad.

(3) No toda variabilidad y heterogeneidad termina en cambio, pero todo cambio

implica heterogeneidad y variabilidad.

(4) La generalización del cambio lingüístico en la estructura lingüística no es

uniforme ni instantánea.

(5) El cambio ocurre en la gramática comunitaria, no en la individual.

(6) El cambio lingüístico se transmite en la comunidad como una totalidad. No se

confina a pasos discretos en una familia.

(7) Puede haber heterogeneidad y variabilidad sin cambio, pero todo cambio

implica heterogeneidad y variabilidad.

8
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

(8) Factores lingüísticos y sociales están íntimamente relacionados en el cambio

lingüístico.

Desde esta renovada perspectiva, WL&H (1968) plantean los cinco problemas

básicos en el estudio del cambio lingüístico: innovación, transmisión, inserción (en la

estructura lingüística, en la comunidad de habla y su difusión entre comunidades de

habla), evaluación (psicológico-social) del cambio y accionamiento (el mecanismo

general del cambio).

Como puede verse, es indispensable ver el lenguaje como una heterogeneidad

ordenada. El axioma de categoricidad (“el sistema de la lengua es invariable”) que ha

permeado el pensamiento lingüístico estructuralista (cf. Milroy & Gordon 2003: 1-8),

al negar la posibilidad del análisis de la variación, vuelve necesario concebir el

lenguaje como un sistema con reglas de distinta naturaleza: por un lado, un conjunto

de reglas categóricas (o cuasi categóricas) que establecerían el núcleo (relativamente)

estable del sistema, tal como es presentado en las gramáticas descriptivas, y por otro,

subconjuntos de reglas sociolingüísticas como las que plantea Dittmar (1996)

(discutidas con detalle en Martín Butragueño 2010: 61-66; los ejemplos se inspiran en

los presentados ahí): 1) reglas regulativas (del tipo si X, entonces Y, ej.: ‘una vocal

átona ante pausa se ensordece’), 2) reglas constitutivas (en el contexto Z, x cuenta como

Y, ej.: ‘en una conversación entre hombres jóvenes, guëy cuenta como un vocativo

neutro’) y 3) instrucciones (encuentra una z minúscula, y ve que en el contexto z, x

cuente como y; ej.: las reglas para el saludo cotidiano, o el cambio de turno en una

9
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

conversación). Resume Martín Butragueño (2010) las diferencias en los siguientes

términos:

Las reglas regulativas describen actividades y comportamientos

independientes de las reglas; las reglas constitutivas se refieren a acciones que

dependen de las reglas mismas; las instrucciones son formulaciones muy

sensibles al contexto. En su manifestación lingüística, las expresiones

regulativas son las propias de la variación fónica y gramatical, las constitutivas

se asocian a las instituciones léxico-semánticas y las instrucciones describen el

significado construido en la interacción sociolingüística. La diferencia principal

entre los tres tipos de reglas es la cantidad de contexto que incorporan: poco y

con aspiraciones de generalidad en las reglas regulativas […], medianamente

involucrado cuando se trata de la variación etnosemántica propia de las reglas

constitutivas, y plenamente presente en el desarrollo de las instrucciones […].

[Martín Butragueño 2010: 65-66].

Ejemplos de estos tipos de reglas serían las que se redactan para los

problemas fónicos y morfológicos abordados en los Caps. 3, 4 y 5 de esta tesis (reglas

regulativas), mientras que el seguimiento de ciertas palabras y su evolución (en el

Cap. 5) puede verse como un tipo de regla constitutiva. Esto es, la propuesta de

Dittmar (1996) permite un análisis homogéneo de la variabilidad en diferentes

niveles de análisis lingüístico. Por supuesto, existe el problema de cómo formalizar

estos tipos de reglas. En esta tesis se optará por aparatos formales como Teoría de

10
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

Optimidad Estocástica (en caso de los problemas fónicos) o desde la lexicología (en el

seguimiento histórico de palabras individuales).

1.1.1. Los problemas de la innovación (restricciones) y la transmisión

WL&H (1968) señalan que la innovación es quizás uno de los problemas más

importantes: ¿Cuáles son las restricciones del cambio? ¿Cuáles cambios son posibles? -

-sólo una teoría muy fuerte podría predecir esto-- y ¿cuáles cambios son imposibles? -

-una teoría un poco más débil, a la cual puede llegarse, ciertamente, sí podría

responder a esta pregunta--4. Esta tesis abordará el léxico (en el cap. 5) como una

zona privilegiada de innovación (y retracción).

4 Aunque cf. Croft (2000) y sus desiderata para una teoría del cambio lingüístico. Para dicho autor, no

sólo habría que explicar el mecanismo del cambio, sino también por qué las lenguas preservan sus

estructuras:

a theory of language change must explain why languages do NOT change in many ways,

[…] Many theories of language change focus their attention on mechanisms to bring about

change. But if those mechanisms were the only mechanisms around, then languages

would be changing constantly in all of their respects. Yet they are not. A theory of

language change must provide for mechanisms that act as forces for stability as well as

for change [Croft 2000: 4, énfasis en el original].

Por supuesto, hay que entender también por qué se da la estabilidad del sistema, pero lo cierto

es que a pesar de los innegables avances del programa laboviano, todavía no han quedado

completamente claros los mecanismos del cambio lingüístico, de ahí el sentido de esta tesis.

11
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

Por otra parte, el problema de la transición o de la transferencia es también

fundamental: ¿cómo van aprendiendo los hablantes las formas innovadoras? ¿Cuál es

el papel del entorno familiar y social en la adquisición de la variación?, etc. Lo que

WL&H (1968) encontraban es que dicha adquisición parece ocurrir en los años de la

pre-adolescencia y conferían una gran importancia a los hablantes bidialectales en

este proceso. Toda la evidencia disponible hasta ese momento apuntaba hacia el

hecho de que los niños no mantienen el dialecto de los padres, sino el de sus amigos

de la misma edad o de edades muy cercanas. Los posteriores estudios de Guy & Boyd

(1990), Chambers (1992) y Roberts (1997) confirmaron esta idea5. Sobre todo, el

proceso de emparejamiento de la probabilidad (Labov 1996: 882-887), compartido

con otras especies animales, y que consiste en una imitación del comportamiento

variable comunitario por parte de los aprendices, explica en parte el fenómeno de la

adquisición de la variación y el mantenimiento de la variación estable. En los capítulos

3 (sobre asibilación de consonantes róticas) y 4 (sobre debilitamiento de vocales

átonas) de esta tesis se confirman patrones de aparente no transmisión de las formas

más extremas de divergencia con el estándar; por supuesto, se verá que pesan

también los factores sociales en estos procesos de retracción del cambio.

5 En Serrano (2002) se documenta el caso de cinco inmigrantes dialectales que, al igual que ocurre en

los estudios mencionados, abandonan las formas divergentes de sus padres –inmigrantes sonorenses

en la ciudad de México.

12
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

1.1.2. Los problemas del incrustamiento y la evaluación

El tercer problema abordado en WL&H (1968) es el del incrustamiento (embedding).

Este problema tiene 2 aspectos: a) el incrustamiento en la estructura lingüística: toda

lengua tiene i) capas discretas, disponibles para toda la comunidad de habla; ii)

variables intrínsecas, que covarían con elementos lingüísticos y extra-lingüísticos; y b)

el incrustamiento en la estructura social; la cambiante estructura lingüística está

inserta en la comunidad de habla de tal modo que las variaciones sociales y

geográficas son elementos intrínsecos de la estructura. Normalmente se ha

encontrado que una variable no tiene correlatos sociales de significación al inicio y al

final del proceso de cambio. Muy asociado a este se encuentra el cuarto problema, el

de la evaluación social del cambio, según el cual deben establecerse empíricamente los

correlatos subjetivos de los diferentes estratos [sociales] y las variables lingüísticas en

una estructura heterogénea; el nivel de consciencia social es una característica

importante del cambio lingüístico que debe determinarse de manera directa. Respecto

a estos problemas, el fenómeno de elisión de vocales átonas en español mexicano (cap.

4 de esta tesis) mostrará que los correlatos sociales son aún poco definitorios en la

actual etapa de variación (no existe una fuerte evaluación social del proceso),

mientras que lo que se podrá ver en el capítulo 5 es cómo el léxico sustantivo, con el

paso del tiempo, se distribuye de manera cada vez más equilibrada entre grupos de

hablantes de niveles socioeducativos altamente contrastantes.

13
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

1.1.3. Problema del accionamiento (actuation)

El quinto problema para el estudio del cambio, el accionamiento, es fundamental, y

viene a englobar a los demás: ¿Por qué se origina, cómo se difunde y consolida un

cambio lingüístico? ¿Cuál es el peso de los factores sociales e internos en el cambio

lingüístico? ¿Es posible predecir cuándo surgirá un cambio, a través de qué procesos

específicos y en qué parte de la estructura lingüística? WL&H (1968) sugieren el

proceso de cambio lingüístico en los siguientes términos:

It is suggested that a linguistic change begins when one of the many features

characteristic of speech variation spreads throughout a specific subgroup of the

speech community. This linguistic feature then assumes a certain social

significance — symbolizing the social values associated with that group (cf.

Sturtevant 1947: 81 ff.). Because the linguistic change is embedded in the

linguistic structure, it is gradually generalized to other elements of the system.

Such generalization is far from instantaneous, and change in the social structure

of the community normally intervenes before the process is completed. New

groups enter the speech community and reinterpret the on-going linguistic

change in such a way that one of the secondary changes becomes primary […].

The advancement of the linguistic change to completion may be accompanied by a

rise in the level of social awareness of the change and the establishment of a social

stereotype. Eventually, the completion of the change and the shift of the variable

to the status of a constant is accompanied by the loss of whatever social

significance the feature possessed. The high degree of regularity which sound

14
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

change displays is the product of such loss of significance in the alternations

involved, and the selection of one of the alternants as a constant [WL&H 1968: 48-

49].

El análisis del proceso de asibilación de las róticas finales (Cap. 3 de esta

tesis) permitirá discutir algunos de los pasos de este proceso: al parecer, cuando una

variante cobra notoriedad en el imaginario lingüístico comunitario (volviéndola un

estereotipo), puede ocurrir en realidad una de dos soluciones: se consolida el cambio,

o se provoca todo lo contrario: la retracción del proceso. También el análisis

lexicológico de ciertas piezas léxicas y su inserción en la comunidad de habla (en el

cap. 5) permitirá ejemplificar el proceso de accionamiento de un cambio lingüístico en

ese nivel particular.

Los avances respecto a los cinco problemas principales en el estudio del

cambio lingüístico se discuten en la siguiente sección.

1.1.4. Tratando de encontrar respuestas a los problemas fundamentales del cambio

Las generalizaciones más importantes que WL&H encontraban estaban basadas en su

mayoría en problemas de índole fónica (WL&H 1968: 47). Éstas fueron:

a) cuando dos sistemas entran en contacto y uno tiene dos fonemas y otro uno, el

resultado será tener un sistema con un solo fonema.

15
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

b) respecto a los cambios en cadena (chain shifts), las vocales periféricas6

(tensas) se elevan, pero no sucede a la inversa.

c) no se ha encontrado una variable que se origine como estereotipo y variación

estilística y que después emerja como variable social sin variación estilística.

Tras poco más de 30 años de investigaciones, mucho se avanzó respecto a los

cinco problemas del cambio, se han añadido nuevos principios y se han ido matizando

las generalizaciones de (a-c)7. En el vol. 1 de los Principios del cambio lingüístico,

Labov (1996 [1994]) propone varios principios; aunque la base empírica principal

para estos principios descansa en macro proyectos como el “Estudio Cuantitativo del

Cambio Fónico en Marcha” (LYS) (1968-1972) –con datos de dialectos americanos y

británicos del inglés--; el de “Cambio y Variación Lingüística en Filadelfia” (LCV)

6 Definidas así: “las vocales periféricas están más cerca de la periferia del espacio vocálico que las

vocales no periféricas, definición que se sostiene para la posición articulatoria además de para las

propiedades acústicas. En las lenguas germánicas y bálticas, las vocales tensas son periféricas, y las

vocales laxas son no periféricas. En el espacio fonológico de las lenguas románicas, las vocales

anteriores no redondeadas y las posteriores redondeadas son periféricas; las vocales anteriores

redondeadas o ‘mixtas’ son no periféricas” (Labov 1996: 913, cursivas en el original).

7 Aunque es importante aclarar que este no es lugar para describir en toda su complejidad estos

principios: su planteamiento de origen, la evidencia empírica que los soporta y muchos matices

descriptivos se encuentran claramente expuestos en los tres volúmenes de W. Labov (1996, 2006,

2010). La siguiente exposición sólo busca aclarar el tipo de aporte que puede hacer la presente

investigación sobre el español mexicano respecto a la precisión y poder explicativo de estos principios

generales.

16
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

(1973-1977); o los levantamientos dialectológicos que sirvieron para elaborar The

Atlas of North American English (Labov, Ash & Boberg 2007); es importante señalar

que todos los principios se ponen a prueba en varias lenguas con cambios

atestiguados, lenguas pertenecientes, en la media de lo posible, a familias no

indoeuropeas8.

El primer grupo de principios tiene que ver con las mutaciones en cadena

(chain shifts), analizadas en la Parte B del volumen 1. El Principio de Mutación Vocálica

sintetiza otros tres (en Labov 1996: cap. 8): “En las mutaciones en cadena, las vocales

periféricas se hacen más abiertas y las vocales no periféricas se hacen menos abiertas”

(Labov 1996: 913). Como aclara Labov, este Principio, sin ninguna restricción,

generaría sistemas vocálicos con acumulación de vocales altas en el subsistema tenso

periférico y de vocales bajas en el subsistema laxo no periférico, y por lo tanto,

propone otros tres principios de las mutaciones en cadena que impiden dicho

resultado (pp. 913-914): el Principio de la salida inferior (“En las mutaciones en

8 Por ejemplo, respecto a los tres principios de mutación vocálica en cadena, Labov presenta las lenguas

en las cuales se han evidenciado dichos principios (tabla 5.1. de la versión en inglés de 1994: 122) y son

22 en total; si bien la mayoría pertenecen al gran tronco indoeuropeo (de variadas ramas como la

latina, eslava, germánica, celta, entre otras), también figuran lenguas semíticas (sirio), lolo-burmesas

(akha) y coreano. Lenguas de la famila tupi-guaraní, por otra parte, permiten confirmar el “Principio

VIII (Principio de desmarcación)” (pp. 288-291), mientras que lenguas como el eskikun (austronesia) y

varias lenguas sino-tibetanas permiten discutir los principios de difusión léxica, las escisiones y las

fusiones (pp. 444-456). Esto es, los principios sí son puestos a prueba con evidencia en una diversidad

de familias lingüísticas.

17
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

cadena, las vocales bajas no periféricas se hacen periféricas”), el Principio de la salida

superior (“En las mutaciones en cadena, la primera de dos moras altas puede cambiar

la perifericidad, y la segunda puede hacerse no periférica”) y el Principio de la salida

media: “En las mutaciones en cadena, las vocales periféricas que ascienden de posición

media a alta desarrollan semivocales medias”.

Al Principio de Mutación Vocálica lo complementan otros dos que regulan la

interacción entre los subsistemas vocálicos (p. 914): el Principio de redefinición (“La

perifericidad se define con relación al sistema vocálico en conjunto”) y el Principio de

desmarcado (“En las mutaciones en cadena, los elementos del sistema marcado se

desmarcan”). Estos Principios constituyen un gran avance respecto al problema de las

restricciones del cambio, particularmente respecto al cambio vocálico en cadena.

La Parte C de los Principios del cambio lingüístico trata sobre escisiones,

fusiones y cuasi-fusiones. Los Principios propuestos son dos: el Principio de Garde

(“Las fusiones son irreversibles por medios lingüísticos”) y el Principio de Herzog

(“[e]l correlato espacial del Principio de Garde” [Labov 1996: 915]: “Las fusiones se

extienden a expensas de las distinciones”). Éste último viene a reforzar la

generalización mencionada en WL&H (1968), presentada supra en (a) y que podría

parafrasearse de la siguiente manera: dados dos sistemas en contacto, prevalecerá

aquél que tenga un sistema más simple9. Evidentemente, estos Principios aportan

9 Aunque es posible atestiguar cambios en la dirección opuesta, como el documentado por Villena

Ponsoda (2008) sobre la reciente escisión /s/:/θ/ en español de Andalucía.

18
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

para resolver el problema del incrustamiento en el sistema (que incluye el problema

de la difusión del cambio en la estructura lingüística y social).

En la Parte D, Labov revisa el Principio de regularidad neogramático,

reformulado de la siguiente manera: “El cambio fónico es un cambio en la realización

fonética de un fonema, sin considerar la identidad léxica” (p. 916). Este principio se

opone a la Hipótesis de la difusión léxica (Chambers & Trudgill 1998: 159-165), que

propone que el cambio se difunde gradualmente, palabra por palabra; a este principio

le renombrará Labov Principio del cambio de categoría: “Los cambios que afectan a

varios rasgos de un sonido simultáneamente proceden alterando la filiación categorial

de las palabras individuales” (p. 916). El problema del ensordecimiento y elisión de

las vocales átonas en español mexicano (que se verá en el cap. 4 de esta tesis)

permitirá hacer una revisión de este principio al analizar separadamente las palabras

frecuentes (que presentan un mayor desgaste articulatorio) de las palabras no

frecuentes.

Los aspectos relacionados con el cambio y la retención de significado (la

cuestión ‘funcional’) se analizan en la Parte E. Labov concluye que existen pruebas

suficientes a favor del Principio mecánico neogramático, formulado así: “El avance

relativo del cambio fónico se determina por factores fonéticos sólo, sin considerar la

preservación del significado” (p. 917) y comenta: “Buena parte de la discusión [en

aquel volumen] tuvo que ver con variación sincrónica; se encontró que la elección de

una variante lingüística u otra no la determina la necesidad de preservar información,

sino que se ve influida por la tendencia a mantener estructura paralela y articulación

19
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

paralela” (p. 917). Un hallazgo muy interesante es que en los procesos de elisión de

/s/ y /n/ finales en español y portugués opera un Principio de compensación

estructural: “Cuando la tasa de elisión de un rasgo significativo de una lengua se

incrementa, la frecuencia de los rasgos que de modo redundante portan este

significado se incrementará” (p. 917). Por esto Labov afirma que los efectos

funcionales son consecuencia del cambio –que se opone a la idea tradicional,

funcionalista (Martinet 1974), de que es la necesidad de preservar el significado la

que configura el rumbo del cambio lingüístico.

Una de las conclusiones más importantes de Labov (1996) es la siguiente: “En

conjunto, los hallazgos de este volumen muestran que la caracterización neogramática

de la estructura lingüística es esencialmente correcta. Esa estructura es un sistema en

gran parte mecánico, fuera del alcance del reconocimiento o ajuste conscientes por

parte de sus usuarios” (Labov 1996: 918). Sin embargo, no todos los cambios

lingüísticos atestiguados recientemente muestran un desarrollo mecánico, y justo es

aquí donde el peso de los factores sociales entra en la construcción de un modelo

teórico del cambio lingüístico.

1.1.5. Los factores sociales y el problema del cambio

En las conclusiones del volumen 2 de los Principios del cambio lingüístico (2006),

Labov enfatiza el hecho de que ciertos cambios no se apegan a los principios

estructurales (internos y “mecanicistas”), por lo que hay que acudir a explicaciones

desde el ámbito de lo social:

20
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

A pesar de los muchos triunfos de los principios estructurales y físicos al explicar

el cambio, muchos cambios los desafían. El nuevo desarrollo en la fonología de

Filadelfia […] es el descenso de /e/. Ésta no es una mutación en cadena

acompañada por movimientos correlacionados de /i/ y /æ/. La considerable

superposición de /e/ y /æ/ corre en dirección contraria a las presiones

conservadoras de la economía funcional, y al mecanismo de emparejamiento de la

probabilidad propuesto en el capítulo 20 del volumen 1 […]. Tenemos que inferir

que el descenso de (e) ha recibido alguna otra fuente de apoyo más allá del

principio relativamente débil de que las vocales breves descienden con más

frecuencia de lo que ascienden. En ausencia de una explicación estructural, este

movimiento puede atribuirse sólo a una proyección de los valores sociales en el

proceso fonético […]. Una investigación en las causas de un cambio dado se llevará

a cabo como una investigación de los líderes de ese cambio [Labov 2006: 746,

subrayado mío].

Esto es, aunque algunos cambios lingüísticos pueden seguir principios

mecánicos (internos), otros están fuertemente condicionados por la evaluación social

de la variación. Por supuesto, el problema que se enfrenta cuando vemos los hechos

sociales como factores explicativos, es que la evolución de las sociedades no tiene un

hilo conductor, lo que obliga a postular un Principio de contingencia: “Los factores que

determinan el curso del cambio lingüístico se derivan de un patrón de

comportamiento social que no está vinculado de ninguna manera predecible con el

21
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

resultado lingüístico. Se establece una cierta vinculación entre las dimensiones

sociales y los rasgos lingüísticos como resultado de una concatenación arbitraria y

accidental en la historia” (Labov 2006: 751). Por lo tanto, los cambios en la

composición demográfica de la comunidad estarían entre los primeros factores

sociales que pueden explicar el desarrollo de un cambio lingüístico. Una versión

actualizado de este principio lo encontramos en la perspectiva de Martín Butragueño

(2010) en su análisis de la historia sociolingüística de México: el catastrofismo es la

lente que mejor permitiría observar y entender la dinámica de las lenguas

prehispánicas y los desarrollos sociolingüísticos en México; las catástrofes en este

caso son la colonización española (siglo XVI), las revoluciones sociales de 1810 y 1910

y los fuertes procesos de migración y urbanización a partir sobre todo de la década de

1950 (Martín Butragueño 2010: 4).

Para Labov (2006), el estudio de la influencia de los factores sociales en el

cambio lingüístico estará centrada en la búsqueda de los líderes lingüísticos. Los

líderes lingüísticos no son necesariamente los innovadores, sino los personajes que

tienen influencia suficiente en su entorno inmediato (redes sociales) para difundir los

rasgos lingüísticos innovadores. El estudio del papel de los líderes inicia sobre todo

con las investigaciones en redes sociales por parte de L. Milroy en la ciudad de Belfast

(1980), quien encontraba que los miembros menos centrales en redes sociales menos

densas y menos múltiples (esto es, redes donde no todos los miembros se conocen

entre sí, y que no tienen relaciones múltiples: familia, trabajo, vecindario y tiempo

libre) eran quienes difundían las innovaciones. Los hallazgos de Labov (2006: 292) le

22
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

permiten propone un primer Principio de curvilinealidad: “el cambio lingüístico desde

abajo se origina en un grupo social central, situado en el interior de la jerarquía

socioeconómica”; más adelante añade:

No hay nada acerca de las ocupaciones de cuello blanco o azul que distinga a los

líderes del cambio lingüístico desde abajo. Más bien, es su posición central en la

comunidad: […] no meramente centrales en términos de la jerarquía

socioeconómica abstracta, sino centrales en términos de la actividad local, la

interacción local y el prestigio local [Labov 2006: 293].

El perfil de los líderes que traza Labov es el de mujeres que en su juventud se

inconformaban con las normas establecidas y que ascendieron en la escala social. De

hecho, Labov propone una Hipótesis de la inconformidad que abarcaría los procesos

variables que tradicionalmente se analizaban en un eje de formalidad/informalidad o

a través de nociones como tabú lingüístico o diferencias entre grupos sociales, como la

existente entre jocks y burnouts en las investigaciones de P. Eckert en escuelas

preparatorianas de la ciudad de Detroit (Eckert 1989). La Hipótesis de la

inconformidad se plantea de la siguiente manera: “La primera estratificación social del

lenguaje adquirida por los niños es la reinterpretación de la estratificación estilística

23
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

en la dimensión formal/informal como habla conformista/inconformista” (Labov

2006: 766)10.

Para el caso del español, Martín Butragueño (2006) extiende esta noción de

líderes en el marco de una investigación sociolingüística de la ciudad de México, la

10 Croft (2000), desde su perspectiva “evolutiva”, también defiende una idea similar al principio de

inconformidad:

[T]he Theory of Utterance Selection for language change puts linguistic convention at

center stage […]. Normal (i.e. identical) replication of linguemes in utterances is

conforming to the linguistic conventions of the speech community. Altered replication of

linguemes in utterances – the creation of variants – is a causal consequence of not

conforming to the linguistic conventions of the speech community. The reasons for

nonconformity are the causal mechanisms of altered replication [Croft 2000: 30].

El concepto lingueme (que traduzco lingüema) es central en la teoría de Croft: “[…] the

paradigm replicator in language is the lingueme, parallel to the gene as the basic replicator in biology;

an utterance is made up of linguemes, and linguemes possess linguistic structure. […]” (Croft 2000: 28);

cuando un lingüema replica uno de sus genes con una forma alternativa (un alelo) se produce una

variante de lingüema:

[T]hat is, alternative structures used for a particular structural element, such an

alternative phonetic realizations of a phoneme, alternative words for the same meaning,

or alternative constructions used to express a complex semantic structure such as

comparison. The locus for a set of variants is essentially the VARIABLE in the

sociolinguistic sense of that term, that is, ‘two ways of saying the “same thing”’

(Weinreich, Labov & Herzog 1968: 162 […]) [Croft 2000: 28].

24
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

comunidad objeto de análisis aquí. Martín Butragueño identifica al menos cinco tipos

principales de líderes:

[…] líderes del cambio (las personas que van por delante en la difusión de los

cambios lingüísticos); líderes de la variación (los hablantes adscritos con más

firmeza a las variantes prestigiosas); líderes en la interacción (los individuos

dominantes en las conversaciones y otros encuentros lingüísticos); líderes en

instituciones (con más peso cuanto mayor es la participación de la institución en el

mercado verbal); líderes públicos (constructores del discurso de liderazgo) […]

(Martín Butragueño 2006: 206-207, subrayado mío).

Esta tipología se discute a la luz de los procesos variables fónicos, léxicos y

morfológicos de los Caps. 3-5 de esta tesis. El papel decisivo de las mujeres en el

liderazgo de los procesos de cambio lingüístico en marcha se contrapone con su papel

en los fenómenos de variación estable (los más comunes en las lenguas). Esta

tendencia de las mujeres a favorecer las variantes prestigiosas en situación de

variación estable se establece en el Principio de conformidad lingüística de las mujeres:

“con las variables sociolingüísticas estables, las mujeres muestran una tasa más baja

de variantes estigmatizadas y una tasa más alta de variantes prestigiosas que los

hombres” (Labov 2006: 406). De hecho, el caso de las vibrantes asibiladas (Cap. 3)

mostrará que se mantiene actualmente este principio tras perder su prestigio inicial la

variante fricativa.

25
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

El problema de la evaluación también es abordado a través de pruebas de

evaluación subjetiva del habla de 4 individuos de Filadelfia de clases socioeconómicas

distintas. El resultado de estas pruebas muestra que existe en realidad mucha

regularidad en todos los informantes en su manera de evaluar subjetivamente los

distintos acentos de la prueba. De esta manera, se propone el Principio de la

evaluación uniforme: “Una variable lingüística estratificada de modo regular es

evaluada de manera uniforme por la comunidad de habla” (Labov 2006: 331-332).

Dada la naturaleza de los corpus disponibles, la presente tesis no aborda directamente

el problema de la evaluación, ya que los materiales de los años 1960-1970 no preveían

el estudio de actitudes y creencias; sin embargo, el fenómeno de asibilación de

vibrantes permite abordar un poco el problema, ya que se trata de un proceso variable

que cada vez se encuentra más presente en el imaginario sociolingüístico de la

comunidad estudiada, al grado de que existen estereotipos televisivos (de habla gay)

que asibilan las vibrantes (Serrano 2008; Eller 2013).

La amplia evidencia empírica manejada en los dos volúmenes de Principios del

cambio lingüístico permite a Labov proponer dos principios que explicarían la

compleja interacción de factores como el sexo, la clase socioeconómica, la idea de

prestigio y ascenso social. El primero de ellos sería el Principio de la inconformidad:

“los cambios lingüísticos en curso son emblemáticos de la inconformidad a las normas

sociales establecidas acerca del comportamiento apropiado, y se generan en el medio

social que desafía de manera más consistente esas normas” (Labov 2006: 770). Ahora,

dicho principio debe complementarse con uno más que lo vincule con el Principio de

26
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

curvilinealidad arriba mencionado (que son los estratos medios, de movilidad

ascendente, los que difunden vigorosamente los cambios lingüísticos); este será el

Principio de la inconformidad constructiva: “Los cambios lingüísticos los generalizan

en la comunidad más amplia aquellos que muestran los símbolos de la inconformidad

en un patrón mayor de movilidad social ascendente” (Labov 2006: 771).

Todos estos principios permiten a Labov proponer un guión del cambio

lingüístico que incorpora precisión a la propuesta para resolver el problema del

accionamiento de WL&H (1968), pero antes aclara que “las siguientes etapas

representan la trayectoria social de un cambio lingüístico que asume evaluación

social; no se aplica a la mayor parte de las fusiones y a otros cambios que recorren su

curso sin aceptar valor simbólico de ninguna clase” (Labov 2006: 772). En esta tesis se

revisan dos procesos variables fonéticos que contrastan en el sentido de la evaluación

social: como ya se mencionó supra, la asibilación de vibrantes parece estar cobrando

fuerza en el imaginario sociolingüístico, pero la elisión y ensordecimiento de vocales

átonas no, así que podrán ser pruebas interesantes para este ‘guión’ del cambio:

1 Para un fonema dado con promedio P y vecinos asimétricos, las formas

atípicas en la dirección del vecino más lejano V1 se oyen como casos válidos con

más frecuencia que las formas atípicas en la dirección del vecino más cercano V2.

2 Los nuevos aprendices lingüísticos adquieren un valor promedio P’

mudado en la dirección de V1.

27
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

3 Los pasos (1) y (2) continúan en las generaciones subsiguientes con

independencia de la evaluación social, de modo que tanto P’ como las formas

atípicas que van hacia V1 se mueven constantemente en la dirección de V1.

4 Las formas atípicas en la dirección de V1 (formas atípicas tipo V1) se

oyen como características de los hablantes jóvenes y del habla enfática y menos

controlada, desviadas de la norma aceptada de los hablantes de más edad.

5 Los hablantes inconformistas más jóvenes usan por consiguiente una

frecuencia más alta de formas atípicas V1.

6 Los hablantes incrementan su empleo de formas atípicas V1 más allá de

los hombres, de modo que estas formas atípicas se oyen ahora como

características del habla femenina.

7 Los hablantes varones inconformistas se retiran del uso de formas

atípicas V1.

8 Los hablantes inconformistas con movilidad ascendente propagan el uso

de formas atípicas V1 y mueven los promedios de P’ a los límites de la comunidad

de habla.

9 Se desarrolla un patrón de estratificación social de P, con los valores más

altos de la variable en comunidades con la concentración más alta de hablantes

inconformistas con movilidad ascendente.

10 El uso de formas atípicas V1 asciende a la consciencia pública y empieza

una corrección social irregular [Labov 2006: 772-773].

El problema de las variantes asibiladas de las róticas (en Cap. 3), asociado

sobre todo al habla femenina, se encuentra en el paso 10: la asibilación cobró

28
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

conciencia en la comunidad hablantes en los años sesenta; por lo tanto, será

interesante observar el devenir de este proceso con la muestra en tiempo real

propuesta, levantada alrededor del año 2000. En general, la enorme contribución de

Labov al entendimiento de los mecanismos del cambio lingüístico permite una puesta

a prueba de algunos de estos principios en un contexto distinto al de las comunidades

angloparlantes sobre las que descansa buena parte de la base empírica laboviana 11,

tarea que se irá viendo en cada capítulo de esta tesis.

1.2. EL PROBLEMA DE LA FORMALIZACIÓN DEL CAMBIO LINGÜÍSTICO: REGLAS VARIABLES, TEORÍA DE

OPTIMIDAD Y TEORÍA DE OPTIMIDAD ESTOCÁSTICA

Desde sus inicios, el estudio del cambio lingüístico en marcha se ha valido de las

herramientas formales propias del generativismo para representar los procesos

variables (WL&H 1968). Sin embargo, como ya se señaló en (1.1), la regla variable

(Labov 1969) trataba de reflejar lo que ocurre en la comunidad de habla y no en la

mente de los individuos, lo que llevó a una fuerte polémica sobre su estatus teórico

dentro de la gramática generativa (Cedergren & Sankoff 1974; Fasold 1991 c). Las

reglas variables se constituyen por una variable x que puede tomar una forma y en

contextos determinados z, w; hasta aquí terminan las similitudes con las reglas

generativistas que se encuentran, por ejemplo, en The Sound Pattern of English

11 Aunque el español ha jugado un papel importante en el variacionismo, particularmente cuando se

discute la “sobrevaloración” del funcionalismo en el cambio con los procesos de elisión de –s implosiva

en dialectos caribeños (Labov 1996, Cap. 19).

29
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

(Chomsky & Halle 1968). Los factores contextuales anotados en la regla variable, a

diferencia de la regla fonológica tradicional, están asociados a un coeficiente

probabilístico y por lo tanto no constituyen contextos categóricos de aplicación/no

aplicación: más bien, la regla variable debe interpretarse como “x se transforma en y

con más probabilidad en el contexto z, w” lo que se indica con corchetes angulares:

(1) (x)  <y> / <z___w>

Actualmente los resultados del análisis probabilístico multivariable

(realizados con Varbrul, programa computacional diseñado por D. Sankoff en 1978 y

con versiones actualizadas para plataformas como Macintosh y Windows) se

presentan en forma de tablas y la cuestión sobre el estatus de las reglas variables

dentro de la gramática se ha dejado de lado (Fasold 1991 c), aunque hay quien afirma

que la regla variable sigue siendo una forma adecuada de representar los datos

sociolingüísticos (como en Guy 1997).

El marco general de análisis que se implementará en los capítulos sobre

variación fónica será el denominado Teoría de la Optimidad (en adelante TO)12. Esta

perspectiva de origen generativista surge a principios de los años noventa y el primer

planteamiento concreto del modelo lo encontramos en el trabajo de Prince &

Smolensky (1993/2004). Como otros modelos generativistas, la TO propone una

12 La base para este breve recuento se encuentra principalmente en los textos de Kager (1999) y

Legendre (2001).

30
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

estructura profunda y una estructura de superficie. Sin embargo, aquí la lengua no es

un sistema de reglas ordenadas que derivan una salida (output) a partir de una

entrada (input) que sufre una serie de transformaciones; más bien, lo que ocurre entre

una y otra representación es una interacción entre restricciones de distintos niveles

del sistema (sintáctico, morfológico, prosódico o segmental), que dará como resultado

la forma más “armónica”, la que mejor respete principios universales de buena

formación estructural. Una de las grandes diferencias de este modelo de gramática

respecto a los modelos generativistas como Principios y Parámetros (Chomsky 1981),

donde se encuentra un conjunto de Principios propios de la Gramática Universal (y

que por lo tanto funcionan para todas las lenguas) y Parámetros que se aceptan o

cancelan y dan por resultado las diferencias entre las lenguas particulares; en TO las

diferencias entre lenguas se producen por el distinto ordenamiento de restricciones

universales en una jerarquía. Las restricciones pueden ser infringidas (quebrantables),

con tal de que la forma lingüística seleccionada (la presente en el output) cumpla con

restricciones de un nivel mayor en la jerarquía de restricciones de la lengua en turno.

Los dos tipos principales de restricciones están en conflicto: las restricciones de

fidelidad (que persiguen preservar los contrastes léxicos del input) por un lado, y por

otro las de marcación (condiciones de buena formación estructural). De hecho se

suele señalar constantemente que la TO es una perspectiva “orientada al output”

(output-oriented).

Los componentes del modelo que propone la TO son: Input, que incluye

únicamente elementos lingüísticamente bien formados (que respeten principios muy

31
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

generales de buena formación), un Generador (Gen) que sólo produce candidatos que

respeten principios generales de la teoría X-Barra para el caso de la sintaxis, o

geometrías de rasgos de tipo autosegmental en el caso de la fonología; un conjunto de

Restricciones universales (Con), un componente Evaluador (Eval) y finalmente el

Output. Como ya se mencionó, las restricciones de Con se encuentran ordenadas en

una jerarquía que permite seleccionar la mejor salida de entre un conjunto de

“candidatos” proporcionado por Gen. Existen dos grandes tipos de restricciones: las

de MARCACIÓN, que prohíben formas lingüísticas marcadas (por ejemplo, una sílaba sin

inicio es marcada frente a una sílaba que sí tenga inicio); las de FIDELIDAD, que exigen

que se preserven en la salida las formas tal como son proporcionadas en la entrada.

Cada candidato es evaluado por el componente Eval, que determina el output más

armónico.

Ahora, esta tesis asume la “generalización estocástica” de Guy (2007)13, según

la cual, los modelos fonológicos deben dar cuenta tanto de los fenómenos categóricos

como de los fenómenos variables:

The central observation here is that variable processes display the same

patterns of occurrence and non-occurrence that are found for categorical

alternations, and hence are governed by the same principles and generated by

13 Esta generalización está en la base de la PREMISA I del “modelo multidimensional y metarregular del

cambio” de Martín Butragueño (2014): “un modelo de cambio fonológico debe respetar los requisitos

formales de la teoría fonológica general” (pág. 111).

32
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

the same processes of grammar. Since alternations are what phonological

theories have classically been designed to account for, we can reasonably expect

that extant theories incorporate explanatory principles and generalizations

about linguistic structure that are relevant to variable alternations [Guy 2007:

6].

Como se ha señalado (Holt 2006), muy tempranamente se propusieron, en el

marco de la TO, varios acercamientos para explicar los datos variables. Ejemplos de

estos son las “restricciones no jerarquizadas” de Zubritskaya 1997; el modelo de

“restricciones flotantes” de Nagy & Reynolds 1997 (y la adecuación de Guitart 1997,

para el español); el modelo probabilístico del cambio de Anttila & Cho 1998; el

algoritmo de aprendizaje gradual de Boersma & Hayes 2001; las discusiones de Anttila

2002 sobre las posibilidades formales de la TO para explicar a variación; la gramática

armónica ruidosa de Coetzee 2008; 2009; Coetzee & Kawahara 2013; y la reciente

propuesta multicausal y multirrelacional de Martín Butragueño 2014, inspirada en

parte en Díaz-Campos & Colina (2006), quienes combinan las restricciones no

jerarquizadas con pesos probabilísticos. En todos estos modelos se ha utilizado de una

u otra manera la cuantificación como argumento para proponer jerarquías de

restricciones.

En particular, a los modelos que parten del algoritmo de aprendizaje gradual

de Boersma & Hayes (2001) se les conoce como de Teoría de Optimidad Estocástica

(TOE) (Díaz-Campos & Colina 2006; Martín Butragueño 2014; Feldhausen & Vanrell

2014): “traditional OT assumes grammars of individual languages to be a strictly

33
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

ranked set of violable constraints C (C1>>C2>>C3). SOT [Stochastic Optimality Theory],

in contrast, ranks the constraints along a continuous scale. As such, the distance

between the constraints can vary” (Feldhausen & Vanrell 2014).

Se ha señalado (Dittmar 1996; Guy 1997, los primeros; más recientemente

Martín Butragueño 2000, 2002, 2014) que estos esfuerzos por adaptar la TO a los

datos de variación no parecen solucionar el problema de fondo que es cómo tratar la

variación estilística, sexual y social, tanto en la comunidad como en el individuo, de

manera que esté realmente incorporada en una gramática realista de la competencia

(o del uso, según se quiera ver). Por otra parte, un cambio en la jerarquía de

restricciones implica desde la perspectiva de TO (e incluso TOE) un cambio de

gramática y con ello surge, por ejemplo, el siguiente problema: ¿los individuos

bidialectales poseen múltiples gramáticas? Valga un ejemplo: sea el caso de un

hablante de español caribeño que tiene tres opciones de pronunciación dada una /s/

final de sílaba: [s], aspiración [h] o elisión [ø], y que en una misma oración produce un

ejemplo de cada una:

(2) ayer fuimo[s] con lo[h] Rodrígue[ø]

34
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

¿Cambió el hablante de gramática tres veces en la misma enunciación?

Finalmente, se ha criticado la visión abrupta del cambio lingüístico, que presupone la

TOE, como los modelos generativistas clásicos14.

Pese a todo, implementar la TOE para esta investigación tiene sus ventajas

evidentes sobre otras propuestas. En primer lugar, ofrece un modelo unificado de

gramática, donde sintaxis, fonología segmental y fonología prosódica interactúan en

forma paralela, a diferencia de modelos anteriores, en que tenía que utilizarse una

forma de representación diferente para fonología y sintaxis. Por otra parte, la

ingeniería optimal permite representar los fenómenos de cambio como una

modificación en el orden de las restricciones; esto es, ofrece un mecanismo formal de

representación del cambio lingüístico. Por último, la idea de variación de alguna

manera ya está incluida en el modelo, algo que sólo las reglas variables (Labov 1969,

1996) habían hecho explícito. Por supuesto, la gran diferencia de la TOE respecto a la

versión clásica de TO es que se incorpora la probabilidad (en este caso, se utilizará el

algoritmo de regresión escalonada de VARBRUL (Sankoff, Tagliamonte & Smith 2005)

para determinar las jerarquías de restricciones.

Los resultados cuantitativos se presentarán en cuadros y se formalizarán

siguiendo las directrices generales de TOE, con las que se busca la jerarquía de

restricciones que mejor explique las diversas variantes. Otra diferencia de los cuadros

14 Visión que se viene arrastrando desde las primeras versiones generativistas del cambio (WL&H

1968). Un análisis crítico sobre TO y variación se encuentra también en los trabajos de Martín

Butragueño (2002; 2014).

35
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

optimales de TOE que se presentarán en esta tesis, respecto a los análisis clásicos en

TO, es que todos los candidatos son reales, no hipotéticos. Cada restricción, por lo

tanto, se ordena de acuerdo a la frecuencia (y probabilidad) con que impide la

aparición de cierto candidato.

Como se ha visto en esta sección, la formalización del cambio lingüístico y su

estatus dentro de la teoría lingüística no es un problema resuelto, sobre todo si se

asume que el interés en todo caso debería estar en los procesos, no en las soluciones

finales, como propone la PREMISA III del modelo de Martín Butragueño (2014: 111): “la

explicación del cambio fonológico será, ante todo, la explicación de los procesos de

cambio”. Por otra parte, y acompañando a los problemas teóricos y antecedentes

descriptivos que conlleva toda investigación, se encuentra también la cuestión de las

condiciones externas a la misma: las condiciones generales en que se lleva a cabo,

incluida la historia de los agentes que investigan, de los avances y limitaciones en el

campo de estudio, la perspectiva general sobre lo que debe ser central o prioritario en

materia de investigación lingüística, etcétera. La siguiente sección trata de ubicar

precisamente a esta tesis en su contexto científico, presentando los antecedentes de

investigación a la vez que plantea la necesidad de trabajos como este en el marco de la

lingüística mexicana contemporánea.

1.3. ANTECEDENTES DE INVESTIGACIÓN

Como lo he mencionado en otros trabajos, en México existe la necesidad urgente de

estudiar no sólo el sistema de reglas categóricas, sino también las reglas variables de

36
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

la comunidad (Serrano 2007: 96-97), a través de muestreos socialmente realistas

(Serrano 2011: 210-213; 2013). En lo general, es válido afirmar que la sociolingüística

ha enfrentado cierta oposición en los círculos académicos, sobre todo en México15. Mi

hipótesis es que, por una parte, existe una tradición de investigación en el país que

promueve fuertemente las formas estructuralistas de ejercer la disciplina (ya sea

descriptivismo, generativismo o funcionalismo), esto es, que implica el trabajo con

sólo uno o dos informantes y existe una preponderancia del analista en la

interpretación de los datos que está por encima de la realidad misma; por otro lado,

en general existe el prejuicio de que los recursos humanos, tecnológicos y financieros

que exige son altísimos para un solo investigador –ahora injustificado gracias al

acceso generalizado a las tecnologías de grabación digital y a computadoras cada vez

más poderosas en términos de procesamiento y almacenamiento de información--.

Finalmente, en general se ignora que la sociolingüística enfocada en el lenguaje

constituye un acercamiento estrictamente científico al estudio de la variación y el

cambio lingüístico (Serrano 2007: 99-100).

15 En otras disciplinas sociales ocurre algo similar: “En economía, como en todas las ciencias, existe una

inercia que hace muy difícil romper la ortodoxia. Esta inercia se explica por factores muy diversos:

sistemas de educación, ideologías, falta de rigor analítico en teorías alternativas, incentivos de

publicación en revistas científicas, requisitos de contratación para profesores jóvenes, y el tradicional

resquemor del ser humano al cambio” (Castañeda 2010: 3). Incluso la resistencia al cambio de

perspectiva de academias (y editores) se produce en la física actual: v. el interesante recuento de João

Magueijo (2007) y sus dificultades para publicar y difundir la Teoría de la velocidad variable de la luz.

37
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

Se comparte aquí el señalamiento de Martín Butragueño (2014: 19-22) de que

la lingüística “secular” en general se enfrenta con varias falacias que perviven en el

ámbito académico: cualitativa, cuantitativa, tipológica, funcional, formal, del muestreo,

de los nuevos mundos y de la nuclearidad. Desde mi experiencia de investigación, sobre

todo en ciertas presentaciones en congresos de lingüística general, me he enfrentado

con comentarios del público en los que se presenta alguna de estas falacias como

“argumentos”: 1) la del muestreo, que siempre cuestiona un muestreo levantado en el

campo, con varios informantes y con criterios claros de selección, pero que no

cuestiona jamás el trabajo descriptivo a partir de las intuiciones de un solo informante

(el procedimiento común en la descripción de lenguas indígenas), por ejemplo; 2) la

falacia formal, que toma como “explicaciones” el hecho de poner orden en los datos, ya

sea a través de reglas fonológicas de tipo autosegmental, cuadros de ingeniería

optimal, estructuras arborescentes en sintaxis o dibujos en gramática cognitiva; 3) la

falacia de la nuclearidad, que asume que existe un núcleo ‘duro’ de la lingüística (v.g.

sintaxis) que debe tener ‘prioridad teórica’; 4) la falacia tipológica, que asume como

indiscutibles las propuestas de ‘universales de base tipológica’ (jerarquías de

sonoridad o de animacidad, por dar un par de ejemplos), cuando en realidad se trata

de hipótesis más o menos fundamentadas16; finalmente, 5) la falacia de los nuevos

mundos: “[i]mplica aceptar que un fenómeno en principio universal es inválido

16 Cf. “The myth of language universals” de Evans & Levinson (2009) donde hacen una fuerte crítica de

los universales tipológicos à la Greenberg (1966); v. también las críticas de Lazard (2012) al apriorismo

en el trabajo tipológico.

38
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

cuando las condiciones son completamente diferentes (por ejemplo, la estratificación

lingüística en tiempos pretéritos y actuales, los principios geolingüísticos proyectados

en áreas lingüísticas coloniales, etc.)” (Martín Butragueño 2014: 22); esta falacia pide

considerar con cuidado la opción de proyectar los hallazgos de los procesos con datos

modernos al pasado de las lenguas17. En la misma página, el autor concluye: “Todos

los argumentos falaces se resumen en un principio metodológico general: las

paráfrasis no deben confundirse con análisis y menos con explicaciones”.

En buena medida, se sigue concibiendo la sociolingüística como una ‘sub-

disciplina’ de la lingüística cuando en realidad la sociolingüística implica una

redefinición de la lingüística. C. Lehmann (2007), en un ensayo sobre el concepto

competencia, sintetiza la visión tradicional de lo que puede considerarse propiamente

‘lingüístico’ --visión que, ese es el punto, pervive en México también:

Here a remark on the term linguistic is in order. In the historical period when

structuralism, including generative grammar, had its heyday in linguistics, the

meaning of this term tended indeed to be restricted to ‘concerning the formal

structure of language’. When it was therefore recognized, from the nineteen

seventies on, what a restricted concept of language was behind that terminology,

concepts like “communicative” and “pragmatic” started to be opposed to

“linguistic”. Since then, many a relevant publication (e.g. Vollmer 1982: 50) takes

17 Al respecto también v. Aitchison (2001). Creo que puede afirmarse que M. Swadesh era un defensor a

ultranza del principio de historicidad al proponer los principios metodológicos de la glotocronología

(Swadesh 1955).

39
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

“linguistic” to denote some restricted set of structural phenomena corresponding

more or less to “grammatical” and, even worse, to “concerning declarative

knowledge of grammar” (cf. the discussion in Canale & Swain 1980: 5) […] The

reduction of linguistics to structural linguistics was an error in its history that has

been corrected. The predicate “linguistic” comprises everything that has to do

with language, including (among other things) its structural, communicative and

pragmatic aspects [Lehmann 2007: 247, n. 31; énfasis en el original].

A pesar de que la lingüística mexicana (iniciada de manera profesional en la

Escuela Nacional de Antropología e Historia en 1939) ponía énfasis en la relación

lengua-cultura (en el marco de proyectos antropológicos de gran alcance, que incluían

la etnografía, arqueología, descripción lingüística y educación de los pueblos

indígenas, como el Proyecto Tarasco –cf. López Aguilar 2011), no puede hablarse de

un desarrollo de la sociolingüística como tal. A pesar de ello, una rápida revisión de la

investigación lingüística en México (Barriga 2013) permitiría suponer que el rubro de

“sociolingüística” es el que aporta más trabajos en los años recientes:

40
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

Figura 1.1. Investigación lingüística en México por temas (2008-2012) en LingMex18, al

6 de mayo de 2013

Sin embargo, la base de datos LingMex clasifica bajo el término

“sociolingüística” trabajos de las siguientes sub-áreas: bilingüismo, actitudes, políticas

lingüísticas y lectura y escritura (alfabetización: creación de alfabetos). Como puede

verse, al menos los dos últimos dos subtipos se ubicarían más bien en el campo de la

lingüística aplicada. Si se asume una idea de ‘sociolingüística’ muy amplia, que incluya

los tipos propuestos por Trudgill (2000) (mencionado supra, n. 3), de cualquier modo,

18 V. http://lingmex.colmex.mx/index.php/busquedas/graficas.

41
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

relativamente pocos trabajos podrían ubicarse en esa categoría. Vale la pena mostrar

algunos de los títulos marcados como ‘sociolingüísticos’ en LingMex19:

(3) Independencia y educación. Cultura cívica, educación indígena y literatura infantil

(4) 90 años de cultura. Centro de Enseñanza para Extranjeros

(5) Escollos y nuevos derroteros en el estudio de la literatura novohispana. De la

paráfrasis a la imaginación crítica

(6) “…Existe un universo inmenso de oportunidades…” La educación para la

interculturalidad en la enseñanza de L2 en la educación superior en México: ¿preparación

para un mundo globalizado o un ejemplo de una nueva desigualdad educativa?

(7) Los libros de texto gratuitos en lengua indígena para la educación primaria en México

Estos trabajos pertenecen a campos de investigación como la educación o la

literatura, y sin embargo (normalmente como última opción, debe resaltarse), llevan

la etiqueta de ‘sociolingüística’. Por otra parte, la calidad del trabajo sociolingüístico

en México es --irónicamente— muy variable: no todos los trabajos, hay que reconocer,

cuentan con el mismo nivel de rigor metodológico o analítico. La sociolingüística de la

variación y el cambio en particular, como disciplina, tiene alrededor de 20 años (v. el

recuento de Martín Butragueño, 2012). Por supuesto, los tres volúmenes publicados

de la Historia sociolingüística de México (Barriga Villanueva & Martín Butragueño

19 Consultada el 7 de septiembre de 2013.

42
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

2010 a, 2010 b y 2014) permiten tener una idea más completa de la investigación

actual no sólo en español, si no en varias lenguas indígenas.

Puede afirmarse que el español mexicano de enormes regiones del país es un

completo desconocido, valga por ejemplo el norte: prácticamente no se conoce nada

sobre las variedades de Coahuila, Chihuahua, Baja California, Durango, Zacatecas y

Tamaulipas20. En realidad es relativamente reciente el interés por acercamientos

realistas al lenguaje. Variedades que cuentan con algunos estudios sociolingüísticos

recientes son las de Sonora (Serrano 2002, 2009), Veracruz (Ceballos Domínguez

2006), Baja California (Gil Burgoin 2011) y El Ciruelo, Oaxaca (Espinosa Vázquez

2008); Existen proyectos sociolingüísticos de importancia en la ciudad de México,

como el Corpus Sociolingüístico de la Ciudad de México (Lastra y Martín Butragueño

2011, 2012, en prensa), El Habla de Monterrey (Rodríguez Alfano 2005), El Habla de

Culiacán (Mendoza 2011), levantamientos en Mérida y, muy recientemente, en Puebla,

todos vinculados al proyecto panhispánico PRESEEA (‘Proyecto para el Estudio

Sociolingüístico del Estudio del Español de España y América’) (Moreno Fernández

2003)21. El trabajo colegiado en sociolingüística empieza a surgir también: el Grupo de

Investigación Sociolingüística, con base en el Distrito Federal, agrupa desde 2007 a

investigadores de varias instituciones como El Colegio de México, Universidad

Nacional Autónoma de México, Instituto Nacional de Antropología e Historia,

20 Sobre la falta de estudios del español en el norte de México en general, v. Serrano (2010) y sobre el

noreste en particular, Rodríguez Alfano (2014).

21 Próximamente se iniciarán los trabajos de PRESEEA para la ciudad de Querétaro.

43
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

Universidad Autónoma Metropolitana y Universidad Autónoma de la Ciudad de

México. Dicho grupo de trabajo ha organizado la serie de coloquios sobre “Cambio y

variación lingüística” (2008, 2010, 2012; actualmente prepara una cuarta edición, a

celebrarse en octubre de 2014). En la primera compilación correspondiente a dichos

congresos (Martín Butragueño [ed.] 2011), puede verse trabajos de variación en

lenguas indígenas como náhuatl y zapoteco (M. San Giacomo, F. Arellanes & M. Chávez

Peón), español en contextos de contacto dialectal (D. Pesqueira), variación y

adquisición del lenguaje (C. Rojas Nieto), entre otros temas22. Los trabajos de

variacionismo sociolingüístico en lenguas indígenas son todavía escasos (Guerrero,

2006; Cruz Gómez 2008, 2014; y San Giacomo 2009 son algunas excepciones) y muy

recientemente la Lengua de Señas Mexicana ha sido objeto de estudio sociolingüístico

en los trabajos de Cruz & Serrano (en prensa a y b).

Por otra parte, los estudios en el ámbito de la sociología del lenguaje tienen

fuerte presencia en la Universidad Nacional Autónoma de México (Terborg & García

Landa 2011). También es destacable que cada vez se presentan más trabajos sobre la

relación lengua-sociedad en los congresos de lingüística más importantes en el país

como el Encuentro Internacional de Lingüística en el Noroeste y el Congreso Nacional

de Lingüística23.

22 Se encuentra en prensa el correspondiente a la segunda edición del Coloquio (Martín Butragueño &

Orozco [eds.], en prensa) y en preparación el del tercero (Guerrero & Orozco [en preparación]).

23 V. Martín Butragueño (2012) para una revisión crítica de los estudios de variación y cambio en

español mexicano. Para el autor, los clásicos problemas de la transmisión y la difusión del cambio

44
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

1.3.1. Las posibilidades de estudiar la variación y el cambio lingüístico en español de la

ciudad de México: corpus disponibles

El español de la ciudad de México es el más y mejor estudiado de todas las variantes

del español mexicano24. Obviamente, los estudios sintácticos y léxicos sobre esta

variante son los predominantes en la lingüística mexicana dedicada al español, pero la

mayoría de estos trabajos no suele contar con una perspectiva sociolingüística o

incorporar argumentos cuantitativos probabilísticos (cf. Barriga & Parodi 1996;

Barriga 2013).

Respecto a su fonología, la primera descripción general es la de Charles C.

Marden, La fonología del español en la ciudad de Méjico (1896), traducido por el

dominicano Pedro Henríquez Ureña en 1938, donde se hacen observaciones aisladas

sobre algunos de los procesos que en esta tesis se abordarán, como la fricativización

de (ɾ) ante pausa (v. capítulo 3). P. Henríquez Ureña (1938), en el mismo volumen,

presenta las características más importantes del dialecto del centro de México

(Moreno de Alba 1994: 13-14): “timbre cerrado de las vocales, brevedad de las átonas,

tensión y precisión en las consonantes [...]”. A pesar de estos trabajos, se trata aún de

observaciones de carácter aislado sobre rasgos ‘tipificantes’ de este dialecto.

lingüístico son objetos de estudio prioritarios, sobre todo si tomamos en cuenta que la población

mexicana ha pasado de ser mayoritariamente rural a predominantemente urbana en unas cuantas

décadas (Martín Butragueño 2010).

24 Para el siguiente recuento sobre el español capitalino sigo de cerca a Moreno de Alba (1994, 2013) y

Martín Butragueño (2012).

45
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

Hay que esperar hasta la tesis de Joseph Matluck, La pronunciación en el

español del Valle de México (1951), para tener una descripción detallada del

componente fonológico de esta variante mexicana. En este y otros trabajos del mismo

autor se plantean problemas específicos de la fonología capitalina, destacando entre

otros el de la entonación circunfleja (Matluck, 1965). Juan M. Lope Blanch contribuye

en los años sesenta con trabajos muy importantes, entre los que destaca “En torno a

las vocales caedizas del español mexicano” (1963-1964), investigación minuciosa con

datos de 100 hablantes en la que se resalta el carácter generalizado del fenómeno en

todos los estratos sociales, educativos y entre hombres y mujeres; este problema se

abordará en el capítulo 4 de esta tesis.

El primer trabajo propiamente sociolingüístico sobre la variación fonológica

del español capitalino es la tesis doctoral de G. Perissinotto (1975). Entre los hallazgos

más interesantes se encuentra el de la aparente expansión del fenómeno de

asibilación de las vibrantes, que en el momento del trabajo se planteaba como un

cambio lingüístico que se habría de consolidar en poco tiempo.

Después del trabajo de Perissinotto (1975) se produce un hiato de casi 20

años en el que no se producen trabajos de variación sociolingüística en el español de

la ciudad de México. Las investigaciones de J. Moreno de Alba (1994) sobre la

fonología del español en México basadas en el Atlas Lingüístico de México (Lope Blanch

1990-2000) pueden considerarse como las que marcan el regreso de los estudios

interesados en la variabilidad del español mexicano. Si bien en estos trabajos trata el

español de todo el país, Moreno de Alba hace observaciones muy detenidas sobre el

46
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

habla del valle de México. Por las mismas fechas, Martín Butragueño comienza a

publicar varios trabajos sociolingüísticos de variación fónica, gramatical y entonativa

en esta variedad (Martín Butragueño 1994, 2002, 2006, 2008, 2011, 2014). Serrano

por su parte ha contribuido con algunos trabajos sociolingüísticos sobre fonética y

léxico (Serrano 2006, 2008, 2010 b, 2011, en prensa).

Existen actualmente grandes corpus que permiten estudiar el español

capitalino desde una perspectiva sociolingüística y que son aprovechados en esta tesis

como fuentes de datos principales. El primer proyecto que documentó las hablas

capitalinas fue el denominado “Norma culta de la ciudad de México”, levantado en la

Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) entre los años 1967-1970 (cf.

Lope Blanch 1971). Dicho proyecto grabó a 598 personas en el marco de 430

entrevistas, con una duración mínima de 30 min cada una. Inmediatamente después

de este levantamiento (entre 1971 y 1975), le siguió la grabación de entrevistas para

el proyecto “Habla popular de la ciudad de México” (Lope Blanch 1976), que buscaba

contar con un corpus altamente contrastante con el de norma culta que permitiera

tener acercamiento sociolingüísticos a los datos. El proyecto sobre habla popular

grabó a 244 informantes en 149 entrevistas, también de un mínimo de 30 min de

duración cada una. En total, ambos proyectos produjeron más de 550 horas de

grabación con hablantes de 2 estratos sociales muy diferenciados en la ciudad (cf.

47
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

Serrano 2009)25. Los trabajos de R. Ávila aprovecharon estos materiales para el

análisis sociolingüístico del léxico (Ávila 1999 a y b).

Por otra parte, el Corpus Sociolingüístico de la Ciudad de México (Martín

Butragueño & Lastra 2011, 2012, en prensa26) cuenta con más de 300 entrevistas

grabadas digitalmente y recogidas entre los años 1997-2007 que abarcan alrededor

de 500 hrs. de grabación. El núcleo básico es de 108 entrevistas (36 por cada modo de

vida principal [Højrup 1983; Lastra & Martín 2000]). Dicho proyecto forma parte del

proyecto PRESEEA (mencionado supra), proyecto panhispánico que trata de

documentar sociolingüísticamente las principales ciudades del mundo hispánico27.

25 Existe desde 2011 una página web con versiones de las 66 entrevistas originales en formato PDF y

una muestra de audio de 5 min de cada una. En enero de 2014 se añadieron 24 nuevas transcripciones

del proyecto “Norma culta” (algunas levantadas en 1964), con criterios de transcripción modernos y

también con muestras de 5 min de audio: http://www.iifilologicas.unam.mx/elhablamexico/.

26 Puede consultarse dicho corpus en: http://lef.colmex.mx/index.php/investigaciones/corpus-

sociolingueistico-de-la-ciudad-de-mexico-cscm.

27 V. http://preseea.linguas.net/. Un corpus más reciente, en construcción, es el coordinado por P.

Martín Butragueño y L. Orozco: “El Corpus oral del español de México (COEM) pretende ofrecer una

imagen actual, geográfica y sociolingüística, de las hablas mexicanas. Parte de la hipótesis de que los

núcleos poblacionales se ordenan en diferentes subsistemas, relacionados de diversos modos, bajo la

herencia de distintas circunstancias históricas y, sobre todo, en constante intercambio actual, social y

lingüístico. De tal manera, la investigación descriptiva pretende convertirse en hipótesis sobre las

formas de difusión (entre comunidades) y de transmisión (dentro de las comunidades)”

(http://lef.colmex.mx/index.php/investigaciones/corpus-oral-del-espanol-de-mexico). Por otra parte,

existe también el Archivo de la palabra del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que

48
Capítulo 1. Aspectos teóricos y antecedentes descriptivos

Si se suma todas las horas de grabación de los corpus de la UNAM y El Colegio

de México, resulta que el español de la ciudad de México ha documentado más de 800

horas de grabación con alrededor de 1200 informantes. Si a este acervo se unen los

del INAH, se contaría con un archivo masivo que permitiría el diseño de un hipotético

“Corpus Histórico Oral del Español Mexicano” (CHOEM)28. Dicho corpus incluiría

también grabaciones de radio comercial, televisión, películas, discursos políticos, etc.,

para poder abarcar una serie de opciones estilísticas suficiente para la caracterización

apropiada de esta variedad.

Como puede verse, se cuenta actualmente con recursos suficientes para

realizar estudios de cambio lingüístico en tiempo real y a medida que pasen los años,

los corpus mencionados irán adquiriendo cada vez mayor valor para la investigación,

no sólo de la lengua, sino del cambio social, micro historia, antropología urbana, etc.

compila entrevistas levantadas principalmente en los años 1970 y 1980 con excombatientes y testigos

presenciales de la Revolución Mexicana (1910-1928). Se ha anunciado la publicación de 328 entrevistas

(http://www.inah.gob.mx/boletines/1-acervo/4199-testimonios-de-la-revolucion). La página web del

Instituto Nacional de Antropología e Historia asegura que su Archivo de la Palabra cuenta “con casi un

millón de entrevistas de personas que han formado parte de sucesos relevantes de la historia nacional”.

Para acceder a este acervo hay que hacer una solicitud por escrito y realizar consultas en las

instalaciones del Instituto: http://www.inah.gob.mx/especiales/194-fonoteca-del-inah-.

28 Existen esfuerzos interinstitucionales recientes por conformar una ‘Red de Archivos de Lenguas

México’ (RALMEX), que permitiría enlazar los acervos sonoros digitalizados en varias lenguas

mexicanas y, por supuesto, español. El Primer Coloquio sobre Documentación y Archivos de Lenguas

llevado a cabo en la ENAH en noviembre de 2012 fue un primer producto de este trabajo conjunto.

49
CAPÍTULO 2

MÉTODOS1

INTRODUCCIÓN: LA ESTRUCTURA LINGÜÍSTICA VISTA DESDE EL VARIACIONISMO

En el capítulo anterior se discutieron los presupuestos teóricos del variacionismo: la

lengua tiene una estructura conformada por reglas de tipo categórico pero cuenta

también con un componente de reglas sociolingüísticas (Dittmar 1996) que están

guiadas por múltiples factores, tanto lingüísticos como extralingüísticos. Como lo

señalan Milroy & Gordon (2003: 1-8), la sociolingüística, y en especial Labov (1963,

1966), vinieron a criticar el llamado axioma de categoricidad que está en la base de

1 Este capítulo trata sobre el planteamiento metodológico de la tesis en general. Dado que los capítulos

subsecuentes tratan sobre procesos muy particulares y en distintos niveles de lengua, no es posible

mencionar todas las decisiones analíticas de detalle. Por supuesto, el lector encontrará una justificación

de las mismas en cada capítulo.


Capítulo 2. Métodos

toda la lingüística estructuralista (saussuriana, bloomfieldiana y chomskiana) de la

primera mitad del siglo XX --y que pervive en la actualidad en muchos de los trabajos

de “lingüística teórica”. Según el axioma de categoricidad, la lengua tiene una

estructura invariante, compartida por toda la comunidad de habla; las variaciones

individuales son, desde dicha perspectiva, periféricas para la teoría lingüística. La

sociolingüística no solo cuestiona la naturaleza de la estructura lingüística, sino que

también presenta un acercamiento distinto al objeto lingüístico, lo que tiene serias

consecuencias metodológicas: se trabajará ahora con datos de producción de habla

espontánea como dato primario, mientras que la elicitación y la introspección se

convierten ahora en métodos secundarios.

En general, puede afirmarse que los métodos de investigación desarrollados

para el estudio empírico de la variación y el cambio lingüístico en marcha han

enriquecido los procesos de investigación sociolingüística en tres grandes aspectos: a)

respecto a la obtención del habla más natural y diversificada posible en el seno de la

comunidad lingüística de análisis --lo que unificaba a los pioneros del estudio del

lenguaje “in its natural setting”, como W. Labov, o los acercamientos más

etnometodológicos de J. Gumperz (v.g. Gumperz & Wilson 2000), entre otros--; b) el

refinamiento del análisis cuantitativo de los datos de producción y c) recursos

analíticos como el tiempo aparente y el tiempo real para el estudio de la difusión de los

cambios lingüísticos (Labov 1996). Este capítulo por tanto abordará estos tres

aspectos metodológicos: primero se discute el valor de la entrevista como fuente de

datos principales y las características de los corpus base de esta tesis; en segundo

52
Capítulo 2. Métodos

lugar se detallan los procedimientos de análisis cuantitativo, aspecto fundamental del

acercamiento empírico a la variación y el cambio lingüístico; finalmente, se presentan

las ventajas de un análisis combinado del tiempo aparente y el tiempo real para el

estudio del cambio en español de la ciudad de México.

2.1. EN BUSCA DEL HABLA ESPONTÁNEA: LA ENTREVISTA COMO FUENTE DE DATOS

SOCIOLINGÜÍSTICOS

Desde su concepción, esta tesis buscaba aprovechar los materiales grabados de

conversaciones de los años sesenta y setenta para rastrear ciertos procesos variables

en el tiempo real. Aunque existen otras fuentes de habla de la misma época que

pueden ser útiles (entrevistas en radio, películas, telenovelas, programas de variedad,

etc.), no dejan de ser formas de habla dramatizadas que pueden reflejar parte de una

realidad sociolingüística, sí, pero que difícilmente escapan al riesgo de que el actor o

locutor introduzca rasgos idiosincráticos en la interpretación del papel o, en todo

caso, pueden reflejar tipos de habla muy formales en el caso de la radio2.

Esta tesis se basa casi en su totalidad en habla grabada en entrevistas --el dato

más natural que se pudo obtener de los años 1960-1970 en los archivos del Instituto

2 Aunque la audición no sistemática de ciertas producciones televisivas o películas recientes mexicanas

(como el programa Big Brother o la película Amores perros, de Alejandro González Iñárritu [2000])

parecen mostrar una creciente actitud de los productores por mostrar un lenguaje más “auténtico”. Por

supuesto, esto tendría que estudiarse con detenimiento y al respecto se encuentran proyectos en

marcha, como los de R. Ávila (2011).

53
Capítulo 2. Métodos

de Investigaciones Filológicas. La muestra de esos años se replica con los materiales

del Corpus sociolingüístico de la ciudad de México (Martín Butragueño & Lastra 2011,

2012, en prensa). Como se sabe, la intención del sociolingüista es estudiar el lenguaje

“natural”, pero en la práctica esto es obtenible sólo hasta cierto punto, ya que es

imposible salvar la paradoja del observador (Labov 1972), esto es, se quiere estudiar

el lenguaje en su contexto natural, capturar el vernacular, que es la forma de habla que

los informantes utilizan cuando no están siendo observados (entiéndase en este caso,

grabados), sin embargo, no puede haber observación sin un observador quien,

forzosamente, sesgará el dato.

La grabación secreta, por otra parte, es un recurso que ciertamente puede

lograr la mayor espontaneidad por parte del informante, pero presenta al menos tres

problemas de importancia: 1) no se salva por completo la paradoja del observador, ya

que el entrevistador, al saberse grabado, quizás quiera que haya más intervenciones

por parte del informante (lo que provocará una situación de diálogo menos natural), o

puede medir sus propios comentarios al saber que terceras personas podrían

escucharlo; 2) normalmente, al estar escondida la grabadora, se obtienen grabaciones

de muy mala calidad; 3) no menos importante es el problema ético de grabar a una

persona sin su conocimiento; por supuesto, el procedimiento normal tras grabar en

secreto a un informante es comunicarle de inmediato que se realizó una grabación y

preguntarle si quiere que sean utilizados estos datos; si el informante se niega, en ese

momento debe borrarse la grabación (cf. Schilling-Estes 2007). En esta tesis sólo dos

54
Capítulo 2. Métodos

de los 48 informantes fueron grabados en secreto (ambos en el corpus de los años

sesenta-setenta).

La entrevista en presencia de una grabadora como medio de obtener datos en

lingüística ha resultado un método adecuado para el tipo de variabilidad que se

analiza en sociolingüística, que muchas de las veces se encuentra por debajo del nivel

de conciencia del informante; nos referimos a los procesos fonéticos de detalle, sobre

todo cuando no tienen una fuerte presencia en el imaginario lingüístico comunitario –

como puede ser el caso de las vocales debilitadas estudiadas en el capítulo 4 de esta

tesis.

El valor de la entrevista como recurso metodológico se discute a profundidad

en un volumen monográfico de la revista Language in Society (2011, 1). En este

número se compila varias investigaciones donde se estudian las narraciones

conversacionales –aquellas construidas en el marco de la entrevista y distintas a las

narraciones e historias tradicionales que suelen elicitarse en otras investigaciones. De

hecho, la introducción a dicho volumen se titula: “Interviews vs. ‘natural’ contexts: A

false dilemma”. Las autoras (De Fina & Perrino) recuperan una conclusión interesante

en el trabajo de De Fina, en el mismo volumen, con italo-australianos: “Like other

authors in this special issue, De Fina notes that the effect of the Observer’s Paradox,

that is, the highlighting of the presence of the researcher in the data collection event, is

not always a problem, but may become a resource for the analyst” (2011: 8; subrayado

mío).

55
Capítulo 2. Métodos

Sólo por mencionar una de las investigaciones en dicho volumen, en el trabajo

de M. Koven (2011) se compara la misma narración por parte de una joven, primero

contada en el marco de una entrevista y después con amigos sin la presencia de la

investigadora y, como es de esperarse, con un grado mayor de informalidad. Koven

descubre que “[o]verall, these materials demonstrate that interview stories may be as

interactionally complex and amenable to interactional analysis as conversational

stories” (2011: 87). De hecho, la entrevista en sociedades industrializadas puede verse

como un acto de habla en sus propios términos (Briggs 1986). Recientemente, en

Sociolingüística cognitiva, Moreno Fernández (2012) hace una defensa muy explícita

de la entrevista sociolingüística como la herramienta más adecuada para obtener

datos de lengua en uso. En su Proposición 8.16.3 señala que “la entrevista es la técnica

básica para la recolección de materiales de la lengua hablada” (2012: 174).

La audición directa de las entrevistas seleccionadas para esta tesis

proporcionó abundantes ejemplos de los procesos fonéticos investigados --

fricativización de vibrantes (cap. 3) y debilitamiento de vocales átonas (cap. 4). La

transcripción por escrito de las entrevistas, por su parte, proporcionó la base para el

análisis de grupos consonánticos cultos, los morfemas -mente y -dad, para el estudio

del léxico sustantivo global y de ciertas piezas léxicas emblemáticas (onda, chido,

padre, entre otras), todos estos procesos son revisados en el cap. 5. El no contar con

una variedad de estilos contextuales (Labov 1972) ciertamente es una limitante de la

investigación; sin embargo, las condiciones de levantamiento de las encuestas fueron

muy similares: estudiantes de licenciatura fueron los principales entrevistadores y

56
Capítulo 2. Métodos

generalmente se partió de las redes sociales de ellos mismos para contactar a los

informantes (cf. Aguirre y Chico 2011; Serrano 2009). Esto se verá con detalle en la

siguiente sección.

2.2. LOS CORPUS UTILIZADOS

Las posibilidades de hacer un estudio en tiempo real sobre el español mexicano han

aumentado con la distancia temporal que adquieren los corpus levantados en

proyectos históricos y lingüísticos de los años 60, 70 y 80. Ejemplos de acervos

importantes son el proyecto de “Historia Oral de la Revolución Mexicana” del Instituto

Nacional de Antropología e Historia, en que se entrevistaron principalmente a

participantes en las batallas revolucionarias de inicios del siglo XX. Dicho archivo

cuenta al momento con más de 300 entrevistas digitalizadas 3. El Archivo de la Palabra

del Instituto de Investigaciones José Ma. Luis Mora cuenta también con entrevistas

grabadas en la ciudad de México4.

Esta investigación aprovecha los materiales de tres importantes acervos

sonoros: “Norma lingüística culta de la ciudad de México” (Lope Blanch 1971) y

“Habla popular de la ciudad de México” (Lope Blanch 1976), del Instituto de

3 Puede consultarse el catálogo de publicaciones surgidas de estos materiales en:

http://www.bibliotecas.tv/zapata/bibliografia/indices/catalogo_del_archivo_de_la_palabra.html.

4 El acceso a este archivo se encuentra mucho más restringido y forma parte del proyecto de

investigación de “Historia oral” en el Instituto Mora

(http://www.mora.edu.mx/Investigacion/SitePages/Campos%20Investigaci%C3%B3n.aspx).

57
Capítulo 2. Métodos

Investigaciones Filológicas5 y las grabaciones del Corpus Sociolingüístico de la Ciudad

de México de El Colegio de México (Lastra & Martín Butragueño 2000; Martín

Butragueño & Lastra 2011, 2012, en prensa)6.

2.2.1. Breve historia de los corpus utilizados

En 1964, Juan M. Lope Blanch propuso durante el Segundo Simposio del Programa

Interamericano de Lingüística y Enseñanza de ldiomas (PILEI) el Proyecto de Estudio

Coordinado del Habla Culta de las Principales Ciudades de Hispanoamérica. Ese mismo

año se inician las grabaciones de prueba de la sección mexicana y para 1970 se

contaba con una muestra de más de 400 hablantes. En 1971 iniciaron las entrevistas

para un segundo proyecto: Habla Popular de la Ciudad de México, que recogió poco

más de 220 entrevistas7. Los proyectos “Norma culta” (NC) y “Habla popular de la

ciudad de México” (HP), produjeron más de 635 entrevistas con poco más de 800

informantes pertenecientes a grupos socioeconómicos altamente diferenciados. El

solo proyecto “Norma culta” está compuesto por 411 grabaciones totales realizadas en

su mayoría entre los años 1967 y 1970, las cuales contienen 518 entrevistas en las que

participaron un total de 592 informantes. Por otra parte, en el proyecto “Habla

popular” se realizaron 149 grabaciones de una hora de duración que registran el habla

de 244 informantes en 224 entrevistas. Todos los materiales de estos dos proyectos

5 Agradezco a Gloria Báez Pinal y a Cecilia Rojas Nieto su valioso apoyo para acceder a estos materiales.

6 Agradezco a Pedro Martín Butragueño el acceso a estos materiales y sus transcripciones.

7 Cf. Lope Blanch (1976).

58
Capítulo 2. Métodos

fueron grabados en cinta magnetofónica y se utilizó el mejor equipo de grabación de

audio en campo disponible en su momento (generalmente eran grabadoras y

micrófonos de la marca alemana Uher). Los materiales obtenidos en dichos proyectos

fueron aprovechados en los años 70 y parte de los 80 para producir un volumen

importante de tesis, artículos e investigaciones y se han incorporaron a corpus más

voluminosos, como el macro-corpus de ALFAL (Samper Padilla et al. 1998)8.

Comparado este volumen de informantes y de horas de grabación con los producidos

en proyectos panhispánicos como PRESEEA9 (con presencia en 39 ciudades), en los

cuales se exige una cuota mínima de 108 informantes en las ciudades más grandes, el

corpus del Centro de Lingüística Hispánica “Juan M. Lope Blanch” (CLH) puede

considerarse todavía el más grande del mundo en cuanto al número de hablantes de

español de una sola variedad10. El “Proyecto de recuperación de los archivos sonoros

del CLH” (Serrano 2009), iniciado a mediados de 2007, tuvo como objetivo principal la

digitalización de todos estos materiales (originalmente grabados en cintas de carrete

abierto de 1/4 de pulgada), siguiendo parámetros estandarizados de documentación

lingüística (cf. Austin 2007): muestreo de señal a 44.1 Khz, codificación PCM a 16 bits,

8 “Asociación de Lingüística y Filología de América Latina”. Página web: http://www.mundoalfal.org/.

9 Página web: www.linguas.net/portalpreseea.

10 El proyecto El habla de Monterrey (Rodríguez 2005) se acerca bastante en términos de volumen.

Entre 1985 y 1986 se levantaron 600 encuestas para documentar el habla de dicha ciudad industrial

del noreste mexicano. Además, añadieron en años recientes (2006-2010) un total de 177 nuevas

entrevistas, 100 de ellas con los mismos informantes del primer muestreo, con lo que pueden hacerse

estudios de panel en tiempo real (v.: http://www.hablademonterrey.org/).

59
Capítulo 2. Métodos

en formato wav. Dicho proceso ya concluyó y produjo más de 550 horas de grabación

digital y dos bases de datos de informantes que concentran 816 fichas (cf. Aguirre &

Chico 2011). Las grabaciones presentan muy buena calidad para la transcripción

fonética impresionística y muchas de ellas permiten análisis acústicos detallados. La

digitalización de estos materiales en la UNAM permitió disponer de una muestra de 24

informantes: 12 de norma culta y 12 de habla popular. Al tratarse de dos grupos

socioeducativos extremos, y que los grupos medios no estaban considerados en el

levantamiento, se decidió que dos informantes en cada cruce de variables (sexo, grupo

de edad y nivel de estudios) podía ser un número adecuado para dar cuenta de los

procesos fónicos que originalmente inspiraron esta investigación. Por otra parte,

trabajos previos con la mitad de estos informantes (Serrano 2008), o incluso menos

(Serrano 2006), arrojaron resultados de probabilidad dentro del rango de 0.05 de

significatividad, lo que sugería que la muestra, ya duplicada, podía ser suficiente para

entender los fenómenos analizados.

El segundo corpus, que replica el de los años 60-70, lo constituyen 24

entrevistas del Corpus Sociolingüístico de la Ciudad de México (en adelante CSCM)

recogidas en su mayoría entre 1997 y 2007 como parte del proyecto “Cambio y

variación lingüística en la ciudad de México” dirigido por Pedro Martín y Yolanda

Lastra en El Colegio de México. Este proyecto está vinculado a PRESEEA, Proyecto para

el Estudio Sociolingüístico del Español de España y América, coordinado por Francisco

Moreno Fernández desde 1996 (cf. Moreno Fernández 2003). Para esta investigación

de tesis, las 24 entrevistas del CSCM se dividen en dos subgrupos de 12 informantes

60
Capítulo 2. Métodos

que se denominarán “Alto” y “Bajo” en referencia al nivel de estudios de los

informantes de cada grupo (bajo: estudios secundarios o menos; alto: estudios

universitarios) y que tratan de equipararse con los correspondientes grupos “culto” y

de “habla popular” del corpus de la UNAM. A diferencia de las entrevistas en los años

1970, el CSCM cuenta con entrevistas sociolingüísticas que duran alrededor de dos

hrs., con un mínimo de 45 min. de conversación grabada cada una11. Desde un

principio dicho proyecto planteó la calidad acústica de las grabaciones como prioridad

y por tanto se utilizó equipo digital que permitiera la investigación acústica a través

de recursos computacionales como el Speech Analyzer de Kay Elemetrics. Por lo tanto,

las entrevistas del CSCM fueron grabadas en su totalidad utilizando equipo de audio

digital. La gran mayoría de las entrevistas se grabaron con equipo y micrófonos

profesionales en formato DAT (Digital Audio Tape) y a partir del segundo año se

empezaron a utilizar también grabadoras de formato MiniDisc. La calidad de estas

grabaciones es excelente tanto para la transcripción impresionística como para el

análisis acústico. Además de la página web oficial del proyecto12, donde se han subido

las transcripciones de las 108 entrevistas para el corpus PRESEEA (36 por cada nivel

de instrucción: bajo, medio y alto), existen dos publicaciones en formato CD de las 36

entrevistas del grupo de alta instrucción y 36 del grupo de instrucción media;

11 A lo largo de la tesis se hablará del primer muestreo como “datos de 1970” y los del muestreo

moderno como datos “del año 2000” sólo como recurso expositivo.

12 Dirección web: http://lef.colmex.mx/index.php/investigaciones/corpus-sociolingueistico-de-la-

ciudad-de-mexico-cscm.

61
Capítulo 2. Métodos

actualmente se encuentra en preparación la tercera publicación con las 36 entrevistas

de los grupos de bajos estudios; todas las publicaciones incluyen versiones

electrónicas en formato .txt y .doc de cada entrevista. Otras 200 entrevistas forman

parte del CSCM, y todas juntas rebasan las 500 hrs. de grabación.

2.2.2. Características sociales de los informantes en 1970 y 2000

En cada muestra de 24 informantes se distribuyen los informantes según tres

factores: sexo, grupo de edad y nivel socioeducativo, con 2 informantes en cada casilla.

En estos cuadros se esquematiza la distribución de los informantes de acuerdo con

estas variables. Se indica junto al nombre del informante su año de nacimiento.

Cuadros 2.1 y 2.2. Informantes de la muestra de los años 1960-1970

Cuadro 2.1. Nivel sociocultural bajo


Jóvenes (18-34) Adultos (35-54) Mayores (55+)
Hombres Encarnación, 1941 Agustín, 1926 Francisco, 1914
Roberto, 1948 Isidro, 1936 Salomón, 1900
Mujeres Ana, 1951 Guadalupe, 1935 Genoveva, 1906
Rosa,1949 Agripina, 1925 Guadalupe, 1915

Cuadro 2.2. Nivel sociocultural alto

Jóvenes (18-34) Adultos (35-54) Mayores (55+)


Hombres Marco, 1938 Héctor, 1925 Juan, 1912
Raúl, 1942 Raúl, 1928 Luis, 1899
Mujeres Dolores, 1945 Martha, 1934 Blanca, 1887
Sofía, 1939 Celia, 1935 Ana, 1912

62
Capítulo 2. Métodos

Los hablantes del grupo Norma Culta (NC) se distinguen por un alto nivel de

estudios, pertenecen a una segunda generación de hablantes con nivel educativo y

socioeconómico elevado, suelen hablar uno o dos idiomas extranjeros y tener acceso a

experiencias culturales diversas en México y el mundo. Por otra parte, los 12

informantes del proyecto Habla Popular (HP), en su mayoría tienen estudios de

primaria inconclusa, e incluso algunos informantes son analfabetos.

Es interesante notar que los grupos de edad de esta muestra coinciden con tres

períodos importantes en la historia social y económica de México: los mayores

nacieron entre 1887-1915, período que se inserta en la llamada “época porfirista” o

“prerrevolucionaria”; las personas de mediana edad nacieron entre 1925-1936,

precisamente en la época posrevolucionaria; mientras que los hablantes jóvenes, que

nacieron entre 1939-1951, se ubican en el período de la modernidad, cuando México

es gobernado por presidentes civiles y ya no existen conflictos armados de

importancia. Asimismo, la profundidad temporal que tenemos es importante. Por

ejemplo, Blanca, quien tenía 80 años en 1967, representa una muestra de habla que se

consolidó hace más de cien años (si tomamos en cuenta –como ya se mencionó-- que

tras la adolescencia se consolida el “vernacular” de los hablantes –cf. Bailey 2002:

324). Los siguientes cuadros muestran los nombres y año de nacimiento de los

informantes de la muestra moderna, obtenida del CSCM.

63
Capítulo 2. Métodos

Cuadros 2.3 y 2.4. Informantes de la muestra de los años 1997-2003

Cuadro 2.3. Nivel sociocultural bajo


Jóvenes (18-34) Adultos (35-54) Mayores (55+)
Hombres Guillermo, 1980 Faustino, 1957 Delfino, 1927
Pedro, 1981 Rafael, 1956 Felipe, 1946
Mujeres Carmen, 1969 Cristobalina, 1962 Berta, 1949
Sofía,1979 Irene, 1953 Ángela, 1910

Cuadro 2.4. Nivel sociocultural alto

Jóvenes (18-34) Adultos (35-54) Mayores (55+)


Hombres Antonio, 1972 Eduardo, 1965 José Luis, 1940
Fernando, 1978 Javier, 1960 Rodolfo, 1941
Mujeres Eugenia, 1972 Edith, 1963 Justine, 1936
Maripaz, 1973 Ruth, 1967 Liliana, 1941

Es muy pertinente resaltar que, si bien los proyectos dirigidos por Lope Blanch

en los años 60 y 70 tenían el propósito de documentar dos registros sociolingüísticos

muy diferenciados (habla culta y popular), y que el CSCM buscaba un muestreo

socialmente realista de la ciudad de México y su zona metropolitana (con grupos

educativos altos, medios y bajos, lo que los podría volver estos corpus “poco

comparables”), los materiales que se escogieron para esta tesis en realidad son una

submuestra de estos corpus, submuestras que no son necesariamente

“representativas” de dichos acervos: lo que se buscó en realidad fueron muestreos

pareados. Esto es, se construyó un submuestreo de 48 informantes de características

sociales lo más semejantes posibles para asegurar un grado de comparación

64
Capítulo 2. Métodos

aceptable. Por otra parte, hay que considerar también que, si se trataba de un estudio

de variación y cambio en tiempo real, los materiales del CLH eran (y siguen siendo) los

únicos disponibles levantados con el suficiente rigor metodológico y con fines

estrictamente lingüísticos que permitieran llevarlo a cabo.

En conclusión: sin bien el corpus de la UNAM de los años 1970 no es

comparable con el CSCM del año 2000, las submuestras obtenidas para esta

investigación sí lo son. El Apéndice al final de la tesis muestra las características

sociales de estos 48 informantes con mayor detalle, lo que permite evaluar dicha

comparabilidad. Se volverá a esta discusión sobre el muestreo en el capítulo 6.

2.3. EVALUACIÓN DE LA CALIDAD DE LOS DATOS Y PROCESOS DE CUANTIFICACIÓN EN ESTA TESIS

Silva-Corvalán (2001) y Schilling-Estes (2007) presentan reflexiones interesantes

sobre la diversidad de problemas que el investigador se enfrenta en el campo, con los

hablantes reales. Particularmente Schilling-Estes (2007: 165) destaca las siguientes

preguntas:

(1) How do I decide who to get data from? (2) How do I get people to talk to me

and let me record them, and can I get them to talk in a fairly relaxed way? (3)

How do I explain to people why I’m recording them, and how much detail

should I go into? (4) How do I make good-quality recordings, especially out in

the “field” vs. in a quiet laboratory? and (5) How involved should I get with my

research participants and in what ways?

65
Capítulo 2. Métodos

Las preguntas 1, 2 y 4 sobre la muestra, la obtención de habla relajada y las

características de una buena grabación pueden responderse con la información que

tenemos sobre los corpus a los que se tuvo acceso. Las preguntas 3 y 5, sobre la

cantidad de información que debe proporcionarse al entrevistado acerca de los

intereses de la investigación y el compromiso ético con ellos son problemas que sólo

parcialmente pueden abordarse aquí. En general, el muestreo para este estudio trata

de tener un nivel aceptable de representación cualitativa de los extremos

socioeconómicos en la ciudad de México, sin embargo y como ya se mencionó, la

ausencia de hablantes de grupos medios constituye una limitante para explorar sobre

todo a los líderes del cambio que, como se vio en el Cap. 1, suelen pertenecer a los

grupos centrales de la sociedad (Labov 2006).

En general, las entrevistas utilizadas en esta tesis logran un alto grado de

naturalidad, sobre todo en los grupos de más altos estudios. Un factor que influye en

la espontaneidad (relativa) de los hablantes es que normalmente el entrevistador ya

conocía al (o la) informante, por lo que se inicia la entrevista desde una base de

confianza mutua. Además, varias entrevistas se realizaron con dos o más informantes,

lo que añade aún más naturalidad a las conversaciones.

Otro aspecto importante es la calidad de las grabaciones. Como ya se mencionó,

el equipo de grabación de los años 1960-1970 era de la más alta calidad (cintas de

carrete abierto, marca Uher, micrófonos dinámicos de la misma marca); las

grabaciones del CSCM se hicieron todas con tecnología digital DAT o MiniDisc y con

micrófonos lavalier de condensador (Electrect).

66
Capítulo 2. Métodos

Vale la pena mencionar que la utilización de los materiales de los proyectos NC

y HP ha sido defendida anteriormente por Raúl Ávila, en el marco de sus

investigaciones sobre “semántica social” y las diferencias de léxico entre los grupos

cultos y de habla popular (Ávila 1988, 1999 a y b). Ávila apela al relativo nivel de

inconsciencia lingüística de los hablantes entrevistados como un argumento a favor de

la comparabilidad de este tipo de muestras:

A diferencia de otro tipo de investigaciones o encuestas, el análisis del léxico y

de otros componentes del lenguaje mediante grabaciones tiene la ventaja de

que el informante, aunque quisiera, difícilmente podría reaccionar y cambiar su

conducta lingüística frente al investigador […] No se da esa reacción

precisamente por el nivel de inconsciencia que tienen los hablantes respecto al

sistema de la lengua. Consecuentemente, este tipo de datos lingüísticos resulta

altamente confiable para la caracterización de los sujetos investigados [Ávila

1998: 146-147].

En la nota 30, el mismo autor acude a Halliday (1978) para consolidar el

razonamiento:

se podría argumentar que es posible que el entrevistado cambie de registro

ante el entrevistador. Sin embargo […] las grabaciones se realizaron en una

misma situación comunicativa. Esta situación podría, precisamente, condicionar

el registro, y no al contrario. De acuerdo con los planteamientos de Halliday

67
Capítulo 2. Métodos

[1978: 31 y ss.], el registro es una forma de predicción. Si se conocen los

factores que intervienen en la comunicación y el escenario en que éste ocurre,

“we can predict a great deal about the language that will occur, with reasonably

probability of being right” [Ávila 1998: 146-147; subrayado mío].

Pareciera razonable pensar que, en efecto, el relativo nivel de inconsciencia

lingüística de los entrevistados, la gran similitud en las condiciones de entrevista y el

hecho de que debe ser la situación la que condiciona el registro, y no al contrario,

confieren un aceptable grado de confiabilidad a los datos aquí presentados. Por

supuesto, existe la limitación general de los datos de no contar con una diversidad de

registros sociolingüísticos o estilos contextuales (Labov 1972), sin embargo, creo que

no es arriesgado afirmar que las evidentes similitudes en las condiciones de

levantamiento otorgan un aceptable margen de confiabilidad en los resultados, al

menos en un sentido estrictamente cualitativo13.

13 En forma de comunicaciones personales, tanto en foros académicos como en contextos más

informales, se ha cuestionado la comparabilidad de las muestras en el tiempo real aquí utilizadas. El

argumento base que se esgrime es que –parafraseando a una colega— “las entrevistas en 1970

implicaban un alto grado de formalidad; ahora, la gente está más acostumbrada a que la entrevisten y

por ello está más relajada; esto explica por qué [por ejemplo] se encuentra un menor acervo léxico en

2000 que en 1970”. Obviamente esta idea --que recuerda la noción de diseño de la audiencia de A. Bell

(1984), que se discutirá más adelante --, se trata de una especulación interesante que, sin embargo, es

difícil de comprobar. En todo caso, no tengo conocimiento de un estudio histórico o de psicología social

que permita demostrar que los habitantes de la ciudad de México están “más acostumbrados” a ser

entrevistados. De hecho, la probabilidad de que una persona en México sea entrevistada en algún

68
Capítulo 2. Métodos

Por último, valdría la pena mencionar que el volumen total del corpus (casi

250,000 palabras), no es tan pequeño si se considera que es la mitad de las utilizadas

para el primer diccionario estadístico del español --el de Juilland & Chang Rodríguez

(1964), que constaba de 500,000 tokens que produjeron una base de 5,000 vocablos

para dicho diccionario.

2.3.1. Criterios de transcripción fonética y léxica

Se decidió realizar una transcripción auditiva de las variables fónicas (róticas /ɾ/ y /r/

y vocales átonas). Aunque debe reconocerse las limitaciones de esta forma de

transcribir, se buscó siempre que las variables transcritas presentaran parámetros

acústicos y articulatorios que permitieran discernirlas impresionísticamente con un

alto grado de precisión. Se transcribieron todas las ocurrencias de cada variable en 30

min. de entrevista.

momento de su vida para un estudio lingüístico o sociolingüístico sigue siendo ínfima: en los años 1970

se entrevistó a 800 personas en los proyectos norma culta y habla popular (Serrano 2009); en el

muestreo sociolingüístico más reciente de Lastra & Martín Butragueño (2011, 2012, en prensa) se

entrevistó poco más de 300 personas en una ciudad que aumentó su población de 6.9 millones de

habitantes en 1970 a 8.6 en el año 2000 (INEGI 2012); basándonos en ambas experiencias de

investigación, resulta que la probabilidad de ser entrevistado en el año 2000 es más baja que en 1970.

Por otra parte, es imposible demostrar que, en efecto, la entrevista grabada con una persona en el año

2000 resulte ser una experiencia más “relajada” que en 1970 y que, además, propicie el uso de un

lenguaje más informal por parte del entrevistado. Esto se discutirá a profundidad en el Cap. 6.

69
Capítulo 2. Métodos

Para el estudio del léxico se utilizaron las transcripciones ya existentes para

cada grupo de materiales. Los criterios de transcripción difieren según la época del

muestreo. Los materiales de los años 1970 se transcribieron siguiendo normas

ortográficas convencionales. Los materiales del CSCM (años 2000) se transcribieron

siguiendo las normas generales del proyecto PRESEEA que tratan de ser más fieles a la

realidad fónica y pragmática de la interacción entre informante y entrevistador. Las

diferencias de transcripción se discutirán con mayor detalle en el capítulo 5.

2.3.2. Métodos cuantitativos y programas utilizados

La estadística inferencial es una herramienta esencial de la sociolingüística. Dado que

la aproximación sociolingüística a la variación es de tipo “realista” (cf. Figueroa 1994),

se requiere obtener un gran número de datos que idealmente puedan proyectarse a la

comunidad de habla en su totalidad (cf. Moreno Fernández 1990). En este sentido, los

análisis multivariables de regresión logística son una pieza fundamental.

Específicamente el algoritmo VARBRUL, diseñado por D. Sankoff en 1978 (Sankoff

1988), que se ha implementado en varias versiones en las plataformas Macintosh y

Windows con el nombre de GoldVarb (Sankoff, Tagliamonte & Smith 2005)14, sigue

siendo el más utilizado en los estudios de variación, además de ANOVA (análisis de

varianza, cf. Woods, Fletcher & Hughes 1986). Aunque existen desarrollos recientes

14 Página web con la versión más reciente (Goldvarb Lion):

http://individual.utoronto.ca/tagliamonte/goldvarb.htm.

70
Capítulo 2. Métodos

del algoritmo VARBRUL en la plataforma de código abierto R15, como R-Brul16 de D. E.

Johnson (2009) o R-Varb17 de J. Paolillo (2004), la familiaridad de la comunidad

académica con GoldVarb hace que siga siendo a la fecha el más utilizado y citado en

revistas importantes como Language Variation & Change, o que existan monografías y

manuales que le dedican muchísimo espacio al programa (v.g., Tagliamonte 2006,

Paolillo 2004). GoldVarb X, además del análisis multivariable, también realiza la

prueba de hipótesis nula χ2 (ji-cuadrada) que permite medir el ajuste del modelo

estadístico con los datos, y tabulaciones cruzadas. La decisión de utilizar VARBRUL es

que el tipo de cálculo que realiza se basa en la hipótesis de que los cambios

lingüísticos trazan una curva estadística en forma de “s” (Kroch 1989), patrón común

a varios procesos de cambio social y sugerido desde el ensayo de WL&H (1968): esto

es, el cambio lingüístico inicia de manera muy lenta, normalmente en los grupos más

15 Página web: http://cran.r-project.org/.

16 Página web: http://www.danielezrajohnson.com/rbrul.html. En particular el algoritmo de Johnson

(2009) es interesante porque aprovecha las capacidades gráficas de R, permite la inclusión de variables

continuas y ofrece además un ‘modelo mixto’ en el que los informantes pueden introducirse como

variables independientes. Sin embargo, la diferencia sustancial entre GoldVarb y R-Brul es que el

primero produce más errores del tipo I (falsos positivos); en cambio, R-Brul ofrece resultados más

conservadores, esto es, produce más errores del tipo II (falsos negativos). Con ciertos criterios

cuantitativos, sin embargo, es posible escoger modelos conservadores también en GoldVarb, por lo que

se decidió mantener los análisis con este programa a lo largo de la tesis y generar las gráficas con apoyo

de otros programas.

17 R-Varb al parecer tuvo muchos problemas de implementación desde el inicio (cf. Johnson 2009). No

encontré una página actualizada sobre el programa.

71
Capítulo 2. Métodos

bajos en la escala socioeconómica, después pasa a una etapa de aceleramiento

pronunciado –patrocinado por los grupos medios (o insertos en un proceso de

ascenso social)--, y finalmente la etapa de consolidación vuelve a darse de manera

lenta18. Por otra parte, el análisis de la variación léxica --otro punto tratado en la tesis-

-, se realizó con ayuda del programa gratuito AntConc19, de L. Anthony (2014). Dicho

programa permite la creación de listas, análisis de agrupamientos (clusters) y

colocaciones, entre otras tareas.

2.4. EL ANÁLISIS EN TIEMPO APARENTE Y TIEMPO REAL

Antes que nada, vale la pena presentar unas definiciones operativas sobre estos

importantes recursos metodológicos del variacionismo:

ESTUDIO DE VARIACIÓN Y CAMBIO EN TIEMPO APARENTE

Exploración de la distribución de la variación lingüística en hablantes

pertenecientes a distintos grupos de edad (normalmente jóvenes, adultos y

mayores), en la misma comunidad de habla, entrevistados en el marco de un

18 Existen otros algoritmos, como el de aprendizaje gradual de Boersma & Hayes (2001) o el de la noisy

Harmonic Grammar de Coetzee & Pater (2008). VARBRUL es compatible con ambos. Por otra parte, y de

manera por demás interesante, el modelo social de “modos de vida” (Højrup 1983) adaptado para la

ciudad de México en el artículo de Lastra & Martín Butragueño (2000: 36-38) predice que los modos de

vida medios son los que promueven más el cambio, a diferencia de los modos inferiores y superiores,

produciendo también una curva en forma de “s”.

19 Página web: http://www.antlab.sci.waseda.ac.jp/software.html.

72
Capítulo 2. Métodos

mismo levantamiento sincrónico. Es el método más común en

sociolingüística para avanzar hipótesis sobre posibles cambios lingüísticos

en marcha.

ESTUDIO DE VARIACIÓN Y CAMBIO EN TIEMPO REAL

Exploración de la evolución de la variación lingüística en muestreos de

hablantes entrevistados (o documentados) en distintos levantamientos

sincrónicos (separados estos levantamientos mínimamente por una

generación, aproximadamente 30 años), en la misma comunidad de habla. Es

el método de la lingüística histórica y permite confirmar si un cambio

lingüístico se ha llevado a cabo.

Recuérdese que el estudio de la variación y el cambio lingüístico en marcha, tal

como surgió en la década de 1960, planteaba dos grandes maneras de observar las

variantes innovadoras que suponemos son cambios en curso: una de estas es hacer

observaciones en tiempo aparente (Labov 1996: Cap. 3), es decir, se realiza una

muestra de la comunidad de habla y se trabaja con grupos de edad bien diferenciados;

si la variante innovadora es la preferida por las generaciones jóvenes y se encuentra

menos favorecida por las generaciones mayores, entonces puede inferirse que el

cambio se está consolidando. Sin embargo, esa es sólo una posible interpretación de la

distribución de la variante innovadora en el tiempo aparente. También sucede que

ciertas variantes “innovadoras” son preferidas durante la adolescencia y juventud,

pero éstas se pierden cuando se alcanza la madurez; en este caso se habla de un

73
Capítulo 2. Métodos

fenómeno de age-grading (o variación estable), y por lo tanto la variable simplemente

se encuentra estratificada por edad en la comunidad; esta situación puede

permanecer por un número indeterminado de años y de hecho puede no provocar un

cambio lingüístico del todo.

Las observaciones en tiempo aparente, como puede inferirse, requieren

necesariamente de las observaciones en el tiempo real (Labov 1996: Cap. 4) para

confirmarse20. Para realizar un análisis del cambio en tiempo real se puede proceder

de dos maneras. La primera de estas es recuperar los escritos del pasado donde se

menciona el cambio que se pretende estudiar. Los problemas de esta manera de

proceder es que se depende demasiado de los detalles que hubieren llamado la

atención del autor, casi siempre se trata de comentarios aislados y raramente se basan

en análisis exhaustivos con un cierto número de informantes. Fuentes mucho más

valiosas son los atlas dialectológicos. Labov (1996, 2006, 2010) se basó en las fuentes

escritas de los grandes atlas dialectológicos norteamericanos como el de Nueva

Inglaterra (Kurath et. al 1939) para rastrear los cambios en curso en los estados del

noreste estadounidense. A pesar de las ventajas evidentes de trabajar con atlas

dialectales, estos también presentan el problema de estar interesados en procesos no

necesariamente coincidentes con los del trabajo del investigador moderno; además de

que pueden existir restricciones metodológicas que pueden ser cruciales: recuérdese

20 Es importante aclarar que la noción de tiempo real no está asociada con la noción epistemológica de

realismo: tanto el estudio en tiempo aparente como el estudio en tiempo real implican aproximaciones

realistas al problema del cambio (cf. Figueroa 1994).

74
Capítulo 2. Métodos

que los atlas dialectales tradicionales se conformaban con datos de unos cuantos

informantes (cuando no de uno solo) de cada población; además, generalmente se

buscaba hablantes “NORM” (non-migrant, old, rural, male; cf. Chambers & Trudgill

1998: 29), esto es, un individuo que mantuviera el habla originaria de la manera más

fiel posible, por lo que la estratificación social en la población es un aspecto que se

pasaba por alto en dichos trabajos.

La segunda manera de observar el cambio en el tiempo real es levantando

muestras de habla de la misma comunidad con una separación temporal de, al menos,

una generación (normalmente 30 años) entre las mismas. Hay dos maneras de hacer

este trabajo: entrevistando a los mismo informantes del estudio original (el estudio

“de panel”), lo cual resulta sumamente complejo puesto que los informantes originales

pudieron haber muerto o emigrado a otras ciudades; o levantando un nuevo muestreo

que respete los criterios del estudio original, de manera que tengamos una sólida base

de comparación entre las dos muestras.

Obviamente el tipo de preguntas que pueden responderse son distintas

dependiendo del tipo de muestreos que se haga. Con el estudio de panel puede verse

cuál es la evolución lingüística de los hablantes individuales: la ontogénesis de la

variación (y el cambio) en cierto sentido; también puede determinarse si los

fenómenos variables que se observan en el tiempo aparente son procesos de variación

estratificada por edad y además se cuenta con referentes fiables sobre el cambio

individual. Con los muestreos donde se reproduce el muestreo antiguo puede

confirmarse el avance o retroceso del cambio comunitario, aunque se pierda

75
Capítulo 2. Métodos

información más específica sobre el cambio en los individuos: se cuenta con la

filogénesis de la variación y el cambio, en este caso. El muestreo aquí utilizado

corresponde al segundo tipo: se tratará de rastrear los procesos en muestreos

pareados separados por una distancia temporal de aproximadamente 30 años,

muestreos ubicados alrededor de los años 1970 y 2000. Además, se explorarán estos

muestreos de dos maneras: 1) a través del análisis de los muestreos de 1970 y 2000

“en bloque” y 2) tomando como referencia temporal el año de nacimiento de los

informantes, independientemente de la época en que hubieran sido entrevistados.

Un clásico estudio en tiempo real (Cedergren 1984) permitió dejar claras las

hipótesis que pueden trazarse dependiendo de las distintas distribuciones de una

variable en el tiempo. Dicho trabajo trata sobre la fricativización de la africada (ʧ) en

la ciudad de Panamá. En la Figura 2.1 se proyectan dos modelos de variación asociada

al tiempo respecto a los niveles de producción de la variante africada. Por un lado está

el modelo de cambio generacional: en 1969 (línea continua, con cuadros blancos) los

dos grupos de jóvenes (15 a 26 y 27 a 32 años), a diferencia de todos los demás,

favorecían la variante africada, por lo tanto, Cedergren proyectó (en línea punteada)

un modelo donde los grupos más jóvenes y el primer grupo adulto siguen impulsando

este proceso.

76
Capítulo 2. Métodos

Figura 2.1. El estudio de Cedergren sobre debilitamiento de (ʧ) en Panamá (Labov:

1994: 96, Figs. 4.8b y 4.8c)

Como puede constatarse en la parte superior de la Fig. 2.1, el levantamiento de

datos de 1982 no confirmó este patrón. El segundo modelo, el de estratificación por

edad (age-grading), es el que más se adecua a los valores encontrados en 1982 (en

línea continua, cuadros negros): toda la comunidad presenta un patrón de aumento de

las variantes fricativas, pero siguen siendo los dos grupos más jóvenes los que más la

favorecen, tal como se encontró en 1969. Por lo tanto, puede concluirse que este

77
Capítulo 2. Métodos

proceso variable es más bien un fenómeno de estratificación por edad: en su juventud,

los hablantes panameños tienden a las variantes estándar para luego fricativizar más

a medida que se vuelven adultos y pasan a la vejez.

Un ejercicio de este tipo puede realizarse con los procesos fonéticos de

asibilación de róticas y debilitamiento vocálico que se analizarán en los Cap. 3 y 4

respectivamente. Las hipótesis que se plantean al respecto son que la asibilación de

róticas se encuentra en proceso de cambio (cf. Lastra & Martín Butragueño 2003),

mientras que el proceso de debilitamiento vocálico parece tratarse de un proceso de

variación estable (cf. Serrano 2006). Por lo tanto, se espera que estas dos variables

presenten un comportamiento estadístico distinto. Gráficamente, lo que se puede

encontrar es lo siguiente:

Asibilacion de r

100

80

60

40

20

0
1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000

Figura 2.2. Hipótesis sobre la asibilación de vibrantes como proceso de cambio

lingüístico

78
Capítulo 2. Métodos

Debilitamiento vocalico

100

80

60

40

20

0
1940 1970 2000

Figura 2.3. Hipótesis sobre la estabilidad del debilitamiento vocálico

Esto es, un cambio en curso típicamente se comporta como una curva en forma

de “s” (Fig. 2.2), si se toma en cuenta las proyecciones de Perissinotto (1975), la

variante asibilada de las róticas debería ir ganando terreno en la comunidad

lingüística capitalina. Por otra parte, la hipótesis de la variación estable (Fig. 2.3)

parece compatible con los estudios recientes sobre el debilitamiento vocálico en la

ciudad de México (Serrano 2006).

Por último, los cambios léxicos que se analizarán en el capítulo 5 pueden

presentar un comportamiento en forma de campana a lo largo del tiempo (Fig. 2.4):

poca presencia estadística al inicio, una etapa de uso frecuente y finalmente una etapa

de retracción:

79
Capítulo 2. Métodos

Cambio léxico

100

80

60

40

20

0
1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000

Figura 2.4. Hipótesis sobre el cambio léxico

El léxico típicamente presenta una curva en forma de campana: existe un

rápido movimiento ascendente en su uso, se produce el período de auge de la forma y

finalmente es desplazada a un ritmo también bastante rápido en términos relativos.

Los siguientes capítulos tratarán de comprobar si este es realmente el

comportamiento de las variables que se analizarán, lo que puede tener importantes

consecuencias teóricas sobre la difusión sociolingüística del cambio en distintos

niveles estructurales.

80
CAPÍTULO 3

VARIABILIDAD DE LAS CONSONANTES RÓTICAS

3.1. REPRESENTACIÓN FONOLÓGICA DE LAS RÓTICAS DEL ESPAÑOL

Martín Butragueño (2014: 122-128) propone una geometría de rasgos fonológicos

que permita trazar una fonología variable del español mexicano. Esto es, no se trata

simplemente de la descripción de los principales alófonos de este dialecto del español,

sino de construir una geometría que permita dar cuenta de la variabilidad inherente a

muchos segmentos consonánticos y vocálicos: aspiración de [s], apertura y

debilitamiento de [ʝ], la propia asibilación de vibrantes, debilitamiento de vocales

átonas, cierre de vocales medias, etc. A partir de la propuesta de rasgos segmentales

de Hall (2007: 313), Martín Butragueño añade debajo del nodo DORSAL el rasgo [RLA]

(‘raíz lingual adelantada’), que aplica sólo para vocales y que, explica, sustituye al

rasgo [tenso] de Chomsky & Halle (1968). El esquema queda de la siguiente manera:
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

Figura 3.1. Geometría de rasgos segmentales de Martín Butragueño (2014: 123)

Las consonantes róticas compartirían los rasgos [+cons, +res, +aprox, +cor,

+ant] y se distinguirían por el carácter [+cont] de [r] frente al de [-cont] de [ɾ] (2014:

126-127)1. La realidad fonética de las róticas fue abordada por Catford (1977: 130)

1 Sin embargo, en el capítulo 5, Martín Butragueño (2014: 570-579) propondrá un análisis en términos

de Teoría de Optimidad donde incorpora los rasgos fonéticos privativos [percusivo] para (ɾ) y

[vibrante] para (r). La geometría de rasgos, por lo tanto, incorpora dos ramificaciones del nodo “Modo”:

82
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

quien dejó claro que estos segmentos no comparten el mismo mecanismo

articulatorio: mientras que la percusiva tiene un gesto articulatorio (un movimiento

“balístico”) que puede analizarse en tres etapas (acercamiento, constricción, soltura)

la articulación de la vibrante es en realidad una postura articulatoria en la que el

cuerpo de la lengua se tensa, la punta de la lengua hace contacto con los alvéolos y por

efecto Bernoulli la corriente de aire produce el característico movimiento vibratorio

(pasivo) del ápice lingual (Bradley 2001: 122). Si se tratara de articular la vibrante a

través de gestos como el necesario para producir /ɾ/, sólo se obtendrían 5 ó 6 ciclos

por segundo, en cambio, la vibrante en español presenta alrededor de 30 ciclos por

segundo. Catford añade: “[T]here are languages in which flap and trill, for example, [ɾ]

and [r], are opposed to each other as the 'short' and 'long' members, respectively of a

phonological correlation of duration or 'quantity' as it is often called; but … from a

rigorous phonetic point of view a trill is not a lengthened flap” (1977: 196, apud

Bradley 2001: 122).

Siguiendo este razonamiento, Bradley (2001) propuso una representación de

las róticas que incluye una grada de duración (timing) por encima de la grada

la primera es “No continuo” (del que se desprenden los rasgos [africado] y [oclusivo]) y la segunda

“Continuo”, del que se desprenden [fricativo], [aproximante], [lateral]; finalmente un nodo [rótico] de

donde se desprenden los rasgos [percusivo] para la vibrante simple y [vibrante] para la múltiple. Los

rasgos privativos [percusivo] y [vibrante] ofrecen la ventaja de evitar el uso del rasgo binario [+/-

tenso] que, como había señalado Martín Butragueño en (2002) resulta bastante problemático

caracterizar. Más adelante se discutirá esta propuesta.

83
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

[coronal] que permite explicar la función contrastiva de las róticas entre vocales2.

Además, bajo el nodo CORONAL, Bradley añade una grada “Apertura”, a partir de una

versión ampliada de la “Teoría de la Apertura” de Steriade (1993, 1994), quien

originalmente propuso tres grados de constricción: Apertura 0 (cierre oral), Apertura

Máxima (soltura Am) para las vocales y aproximantes y una Apertura f (Af) que crea la

turbulencia de las fricativas. Bradley añade (siguiendo a Inouye 1995) un grado de

apertura intermedia entre la de las oclusivas y las fricativas, que será la propia para la

vibrante (At); finalmente, añade un grado para la Apertura propia de las vocales: Av,

dejando Am como un grado de apertura para las aproximantes. En resumen, los cinco

grados de apertura que propone Bradley son: Apertura 0 (oclusivas), Apertura t (trill),

Apertura f (fricativas), Apertura m (aproximantes) y Apertura v (vocales). Su

propuesta es colocar el rasgo de apertura en el nodo CORONAL y no en el de MODO

(como lo sugiere Inouye 1995: 91), esto por el comportamiento de las róticas en

grupos consonánticos.

Desde la propuesta reseñada, percusiva y vibrante comparten la misma

duración total, pero dicha duración se subdivide en tres momentos en el caso de la

percusiva. Esquemáticamente, Bradley (2001: 131) los representa así (traducción

mía):

2 El problema del contraste fonológico entre /ɾ/ y /r/, vale la pena aclararlo, no compete a esta tesis.

84
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

[ɾ] [r]
Grada Duración C C

Grada Lugar Coronal Coronal

Grada Apertura [Am] [At] [Am] [At]

Duración relativa At

Figura 3.2. Una representación fonológica de las róticas del español (Bradley 2001: 131)

El grado de apertura “trill” (At) es muy breve en el caso de la percusiva y de

hecho lo preceden y siguen movimientos de acercamiento y soltura con apertura

aproximante [Am], conformando un contorno de apertura que distingue a esta

consonante de todas las demás en cuanto a sus movimientos articulatorios; en cambio,

la vibrante sólo tiene el grado de apertura trill, pero sostenido durante más tiempo

para obtener la duración equivalente a un segmento consonántico cualquiera3.

Dado lo anterior, en el presente análisis se asume una representación

fonológica de la percusiva (ɾ) como contorno de apertura (Am+At+Am) y de la

vibrante (r) como un segmento producido por un solo grado de apertura trill (At)

que se alarga. También se asume, en consonancia con Bradley (2001), que la Teoría de

la Apertura por él modificada sólo aplica para los segmentos coronales. Sin embargo,

3 Intervendrían aquí criterios de tipo perceptual: según la Teoría de la Dispersión (Flemming 1995),

debe asegurarse el contraste percusiva:vibrante en el output (Bradley 2001: 31-32).

85
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

vale la pena distinguir entre coronales anteriores (alveolares, dentales) y no

anteriores (alveopalatales y palatales), aspecto necesario para describir la variación

fonética en español (cf. Martín Butragueño 2014); en el caso específico de este

estudio, para dar cuenta de la variante asibilada [ʑ] que es [+continua, +sonora,

+coronal, -anterior] y que se opone a ciertas variantes fricativas que pueden

caracterizarse fonéticamente como alveolares sonoras o sordas de constricción apical

[z] [+continua, +sonora, +coronal, -anterior]; esto es, ambas variantes son apicales y

pueden estar ensordecidas, pero se distinguen por la posición más atrasada de la

lengua en el caso de la asibilada. De esta forma, si se añade el Grado de Apertura en

algún punto del nodo CORONAL (en este caso, debajo del rasgo [Anterior]) se obtiene

una configuración en la que [Aproximante] desaparece del nodo RAÍZ ya que ahora se

asume como un grado de apertura más. Así, puede proponerse una geometría de

rasgos (del nodo coronal) para el análisis de las róticas y sus principales alófonos

como la siguiente:

86
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

RAÍZ
+Consonante
+Resonante

LARÍNGEO [+Continuo]

[+Sonoro] LUGAR

CORONAL

[+Anterior] [- Anterior]

[A0] [At] [Af] [Am] [Av] [A0] [At] [Af] [Am] [Av]
[r] [z] [ɹ] [ʑ]

Figura 3.3. Geometría de rasgos para alófonos róticos del español mexicano

En la siguiente sección se presentan las cuatro variantes fonéticas principales

que se distinguen para cada rótica a lo largo del capítulo y su correspondiente

representación fonológica.

3.2. EL PROCESO FONÉTICO DE ASIBILACIÓN DE LAS CONSONANTES RÓTICAS EN ESPAÑOL

El proceso en que las consonantes róticas (ɾ) y (r) se vuelven fricativas se conoce en la

bibliografía lingüística tradicional como “asibilación” (v.g. Canellada & Zamora 1960;

87
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

Lope Blanch 1967; Penny 2004: 157-158), por el carácter estridente que suelen

tener4. Lastra & Martín Butragueño (2003) (en adelante citado como “L&MB 2003”)

hacen un completo estado de la cuestión sobre la asibilación en español americano en

particular, donde señalan que es rasgo extendido en varios países del continente como

Venezuela, Perú, Argentina, entre otros.

Enrique Obediente hace un análisis de la asibilación de (ɾ) y (r) en la variedad

de Mérida, Venezuela. Obediente define acústicamente la asibilada como:

“caracterizada esencialmente por una difusión irregular de la energía en las altas

frecuencias (de ahí su sibilancia), por una relación frecuencia/intensidad distinta a la

de los sonidos propiamente vibrantes, y por un grado relativamente importante de

tensión, solo superado por la r múltiple” (2008: 155). Estas anotaciones coinciden con

lo mencionado en L&MB (2003), quienes hacen una revisión de la bibliografía sobre

vibrantes asibiladas, las cuales:

dejan ver una estructura acústica de gran interés. Puede desaparecer de

ellas la estructura formántica o no, pero lo que parece rasgo pertinente es

la “fricación turbulenta que ocupa la mitad superior de su espectro” (Quilis

1981, p. 302), como ocurre con las fricativas de resonancias altas (Quilis

1993, pp. 262 y ss.; Martínez Celdrán 1998, pp. 69-70) […]. Según el estudio

acústico de Quilis y Carril de 1971 sobre asibilación de (rr), que parece ser

4 En ocasiones se les llama rehiladas, pero el llamado rehilamiento exige la sonoridad para llamarlo así

(Torreblanca 1979: 461). Preferimos el término asibilación porque este incluye variantes sordas y

sonoras del segmento en cuestión.

88
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

todavía el más detallado [...] la [rr asibilada] normalmente es sonora, y en

pocos casos (12.5%) se ensordece, a veces en contacto con una consonante

sorda. Esta es una observación muy interesante pues, en contraposición,

muchas de las observaciones de los dialectólogos asocian la asibilación al

ensordecimiento.

En Martín Butragueño (2008: 182, n. 14) se sintetiza esta descripción:

Se trata de fricativas alveopalatales cuyo timbre recuerda al de las

sibilantes. Suelen presentar redondeamiento labial, flexión del ápice, que

queda tras los incisivos inferiores, con constricción predorsoalveolar o

mediodorsoprepalatal; se produce un sonido fricativo y tenso, sonoro

aunque a veces se ensordezca o sea sordo. En el espectro, aparece una

turbulencia en la parte alta; pueden poseer cierta estructura formántica. Si

está presente el F2, en muchos casos es armónico; si no está, aumenta la

percepción sibilante.

Aunque parece claro que por “asibilación” puede entenderse distintos grados

de intensidad de fricación y de valor de la sonoridad, se ha decidido para esta

investigación cerrar a cuatro el número de variantes fonéticas por considerar:

vibrante canónica, aproximante, asibilada y alargada (o breve), mismas que

caracterizamos a continuación.

89
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

3.3. LAS RÓTICAS EN ESPAÑOL DE LA CIUDAD DE MÉXICO: VARIANTES CONSIDERADAS

Como en todo trabajo de sociolingüística variacionista, la variable lingüística es un

constructo descriptivo por parte del analista y por ello conlleva cierto grado de

abstracción de las variantes que la componen5. En este caso, se decidió trabajar cuatro

variantes fonéticas. Uno de los criterios para esta decisión es que se trata de las

variantes tradicionalmente reconocidas en la bibliografía al respecto (Lope Blanch

1967; L&MB 2003; Obediente 2008), además de que dichas variantes presentan una

relativa prominencia perceptual que facilita la tarea del investigador: esto es, se

buscaron alternantes que fueran claramente discernibles unas de otras de manera

impresionística y sin necesidad de realizar análisis acústico computarizado.

3.3.1. Variante 1: rótica canónica

La representación fonológica coincide con la realización fonética, por lo tanto: /r/ 

[r]; y /ɾ/  [ɾ]. Un ejemplo lo tenemos en la Fig. 3.4:

5 La variable lingüística para Labov (1966: 15) es “una clase de variantes ordenadas a lo largo de una

dimensión continua y cuya posición está determinada por una variable independiente, lingüística o

extralingüística” (en López Morales 1983: 18). Las características principales de la variable lingüística

son: a) alta frecuencia en el habla cotidiana, b) se presentan todas las opciones en todos los individuos

(aunque en distintas proporciones), c) es sensible a la variación estilística y d) que (idealmente) se

asocia con variables sociales específicas (sexo, edad, grupo social) (cf. Tagliamonte 2006: Cap. 5).

90
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

e r a m j e n t a s

Figura 3.4. La palabra herramientas mostrando una realización canónica de la rótica

vibrante [r]

En dicha figura se pueden observar los tres golpes de la vibrante (en forma de

líneas en blanco, que indican la interrupción de la corriente de aire). Siguiendo la

geometría de rasgos propuesta en la Fig. 3.3, la representación de las róticas canónicas

sería de la siguiente forma (se trazan sólo los rasgos a partir del nodo “Lugar”):

[ɾ] [r]
LUGAR LUGAR

CORONAL CORONAL

Anterior Anterior

[Am]-[At]-[Am] [At]

Figura 3.5. Representación fonológica de las róticas canónicas del español (percusiva y
vibrante)

91
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

3.3.2. Variante 2: aproximante [ɹ]

Conocida en la tradición dialectológica como “fricativa”, la variante aproximante tiene

como rasgos principales los siguientes: 1) se pierde el (los) momento(s) de

constricción del ápice de la lengua en los alvéolos; 2) existe relativa distensión

articulatoria; y 3) puede haber o no ensordecimiento. Un parámetro acústico que

permite caracterizar esta variante como un tipo de aproximante es que cuando son

plenamente sonoras presentar cierto grado de continuidad formántica con las vocales

adyacentes. Para la variante aproximante tanto del fonema vibrante como percusivo

se utiliza el mismo carácter fonético: [ɹ]. Aunque la realización como aproximante es

la misma en ambos segmentos, las articulaciones fonéticas correspondientes a la

vibrante múltiple (r) son más largas que las de su contraparte simple [ɹː], como se

puede apreciar en el siguiente espectrograma:

a ɣ a ɹː a ɹ o n
Figura 3.6. Realizaciones de róticas como aproximantes en la palabra agarraron (rango
del espectrograma: 8000 Hz)

92
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

La duración de la primera aproximante (forma subyacente /r/) es de 0.069 s,

mientras que la segunda aproximante (forma subyacente /ɾ/) tiene una duración de

0.026 s6. En términos de Teoría de la Apertura, puede representarse la aproximante

como una desasociación del momento de Apertura trill (At), quedando sólo el grado de

apertura aproximante (Am) en su articulación. La diferencia entre la aproximante

proveniente de la percusiva y la derivada de la vibrante es sólo de duración:

[ɹ] / [ɹː]
LUGAR

CORONAL

Anterior

[Am]

Figura 3.7. Representación fonológica de las róticas aproximantes

3.3.3. Variante 3: asibilada [ʑ]

Como ya se comentó, en realidad se reconoce en este trabajo como “asibiladas” a un

conjunto de variantes que comparten las siguientes características acústico-

6 El hecho de que sea precisamente la duración del segmento lo que distinga (r) de (ɾ) apoyaría el

análisis fonológico de las vibrantes como simples realizaciones fonéticas de un solo segmento

fonológico (esto es, podría tratarse la [r] como una geminada -cf. Martín Butragueño 2002: 93-94); sin

embargo, v. supra.

93
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

articulatorias: tener modo fricativo, ser producidas en la zona alveopalatal y estar (o

no) acompañadas de pulsos glóticos (sonoridad); por lo tanto, el mismo carácter

fonético [ʑ] se empleará para representar variantes sonoras y ensordecidas total o

parcialmente. Debe anotarse que en términos perceptuales puede ser en ocasiones

difícil distinguir claramente entre una aproximante ensordecida [ɹ] y una asibilada

propiamente. Sin embargo, lo que distingue una asibilada sorda o ensordecida de una

aproximante sorda, además del modo aproximante o fricativo, es el punto de

articulación, que es más atrasado en el caso de la asibilada (normalmente posalveolar

o prepalatal, según Zamora Munné & Guitart 1988 [apud Martín Butragueño 2014:

538]) y produce un timbre en la fricación más agudo (y muchas veces más intenso)

que en su contraparte realizada en la zona alveolar o dentoalveolar. El siguiente

espectrograma muestra una asibilada a final de emisión.

s e l e β ɾ a ʑː

Figura 3.8. Asibilación de (ɾ) final en la palabra celebrar

94
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

La asibilada por tanto implica dos procesos de desasociación de rasgos

respecto a la rótica en el input: por un lado, se produce en la zona alveopalatal, por lo

tanto es [- Anterior]; por otro, implica un grado de Apertura fricativa (Af); su

representación fonológica es la siguiente:

[ʑ]
LUGAR

CORONAL

No anterior

[Af]

Figura 3.9. Representación fonológica de las variantes asibiladas

Es precisamente esta variante la de máximo interés para este trabajo, ya que

los resultados de estudios recientes señalan la rótica asibilada como una variante

fonética en proceso de retracción (L&MB 2003; Serrano 2008 a). Se habla de proceso

de retracción porque Perissinotto (1975), quien trabajó con datos levantados entre los

años 1963-1968 (algunos de sus informantes incluso forman parte de mi propio

corpus) proyectaba la asibilada como la variante preferente en el futuro del español

capitalino:

95
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

No ha de descartarse la posibilidad de que en un futuro más o menos cercano la

vibrante pase a ser una articulación minoritaria destinada a desaparecer.

Notamos, en efecto, que la [r asibilada] es común entre mujeres de cualquier

grupo y entre algunos hombres. Cabe subrayar, además, que la asibilación es

socialmente aceptada por la clase alta y, por consiguiente, común entre la media.

Con estas consideraciones creo que se puede proyectar la asibilada hacia el

futuro y afirmar que irá adquiriendo mayor popularidad debido al impulso

recibido por las mujeres de todas las edades y grupos socioeconómicos, por la

clase media de ambos sexos, y con el consentimiento tácito de los hombres de la

clase alta [Perissinotto 1975: 115].

L&MB (2003) a partir de los datos de 54 informantes del Corpus

Sociolingüístico de la Ciudad de México (CSCM) encontraron que, contra las

expectativas de Perissinotto, la asibilada no ganó terreno sino todo lo contrario,

disminuyó su presencia estadística en la comunidad. El presente estudio busca

confirmar este hallazgo al confrontar datos levantados en la misma época que

Perissinotto (1975) (datos extraídos, como ya se mencionó, de los proyectos “Norma

culta” y “Habla popular de la ciudad de México” de la UNAM) con muestras actuales

(las del CSCM).

Actualmente parece consolidarse la asibilada como un fuerte estereotipo del

habla de varones homosexuales en México. Debe recordarse que muchos cambios

lingüísticos suelen tener etapas de notoriedad sociolingüística y por lo mismo pueden

devenir en estereotipos lingüísticos. En Serrano (2008 a) ya comentaba la cuestión de

96
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

las asibiladas en la televisión mexicana, particularmente en el caso de los personajes

‘La Jitomata’ y ‘La Perejila’, interpretados por los actores cómicos Alfredo y Germán

Ortega, quienes presentan róticas en ocasiones exageradamente asibiladas.

Al respecto, Eller (2013) investigó la asociación sociolingüística del rasgo de

asibilamiento de róticas en el habla de 21 hombres homosexuales del Distrito Federal.

Doce de los 21 informantes de la muestra hablaban “marcadamente gay” (gay-

sounding, cf. Smyth & Rogers 2002: 300). Como parte de su investigación, Eller

transcribió el habla de algunos personajes televisivos “gay” que exageran la

asibilación al grado de producir secuencias de percusiva más una fricativa, como [rs]:

(1) “por favors [poɾ.fa.βóɹs]”, y “la verzdad [la.βeɹz.ðáð]”.

(La Jitomata y La Perejila)

(2) “muerstos [mwéɹs.tos]” y “encuerars [eŋ.kwe.ɾáɹs]”.

(Cristian de El Mundo de Manigüis)

[Eller 2013: 71]

Los análisis cuantitativos de Eller (2013) confirmaron la correlación del

asibilamiento con los informantes homosexuales que marcaban su habla gay:

[…] la vibrante simple asibilada ha sido adoptada por los hombres gays

con la voz marcada. El habla marcada como factor en la asibilación de esta

vibrante presenta un peso de 0.576 frente al 0.329 del habla no marcada.

Los hombres que marcan su habla asibilan en 23.5% de los casos

97
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

mientras los hombres gays que no suenan así, asibilan en sólo 4.9% de los

casos […].[Eller 2013: 75].

En general, la red de hombres homosexuales entrevistados por Eller presentan

una mayor variabilidad de las róticas y la rótica asibilada (sobre todo la prepausal)

como uno de sus rasgos característicos: “Los hombres homosexuales entrevistados

para esta obra, en particular los que marcan su habla como gay, asibilan más que la

población general de hoy y más que los hombres gays que no marcan su habla como

tal” (Eller 2013: 78)7.

Finalmente, otra característica sociolingüística de la variante asibilada es su

asociación en México con el habla femenina, lo que se ha anotado en estudios pioneros

como los de Cárdenas (1967: 66) sobre el español de Jalisco, o los de Canellada &

Zamora (1960) y Lope Blanch (1967) sobre el español del centro del país. Dicha

7 Otro rasgo fonético segmental que parece ser estereotipo del habla gay es el de la /s/ interdental. En

abril de 2009 yo mismo escuché /s/ interdentales [θ] en el doblaje mexicano de una serie cómica de

televisión inglesa titulada Little Britain. El actor David Walliams interpreta a “Lou”, un homosexual que

cuida de un personaje supuestamente inválido y en silla de ruedas (“Andy”)

(http://www.bbc.co.uk/comedy/littlebritain/). Las /s/ de Lou son en su mayoría muy adelantadas e

incluso algunas parecen interdentales. Eller (2013: 98) también estudió este estereotipo en su red de

hombres homosexuales y confirmó una “/s/ modificada” (transcrita como interdental [s]) como

característica de este grupo social. Por estereotipo se entiende aquí lo señalado por Hillary Putnam

(revisada en Lara 2004): el estereotipo lingüístico es una forma que tiene una carga social y cultural

especial para los hablantes. Su función simbólica rebasa el dominio propiamente lingüístico y pasa a la

esfera de lo cultural.

98
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

asociación ha sido confirmada en los estudios de Perissinotto (1975) sobre el español

de la ciudad de México (ECM) y más recientemente por Rissel (1986, 1989) para la

variante de San Luis Potosí. Una investigación con la mitad de los informantes de esta

tesis (24 personas) también confirmó esta tendencia: hacia el año 2001, las mujeres

en la ciudad de México asibilan tres veces más que los hombres (21% en ellas frente a

sólo 7% en ellos, cf. Serrano 2008 a: 205).

3.3.4. Variante 4: realización “corta” o “alargada” de la consonante rótica

Se añade al análisis de las róticas una variante más que implica un ‘trueque fonético’

de las entidades fonológicas involucradas: nos referimos a los casos en que, donde se

tiene una vibrante en el input, se produce una percusiva en el output como en carro:

/’ka.ro/  [‘ka.ɾo], y viceversa, donde de una percusiva en el input se obtiene una

realización fonética vibrante en la realización de superficie: comer: /ko.’meɾ/ 

[ko.’mer]8. Este último fenómeno ha sido trabajado por Lope Blanch (1967) y Moreno

de Alba (1994); este último autor incluso dedica un apartado a la pronunciación de

vibrantes simples como múltiples. Aunque el fenómeno se encuentra en muy diversos

puntos del territorio mexicano, parece estar en relativa distribución complementaria

respecto a las zonas del país donde la asibilación es más frecuente (cf. Moreno de Alba

1994: 134-138). Por su parte, Lope Blanch atribuye el fenómeno a simple énfasis que

quiere dar el hablante a su expresión (Lope Blanch 1967: 13). Veamos un ejemplo:

8 En esta sección se llamará “variante corta (o breve)” a la solución como percusiva y “variante

alargada” a la pronunciación como vibrante.

99
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

t o k a ð o r

Figura 3.10. Rótica vibrante al final de la palabra tocador

En la figura 3.10 se aprecia los dos silencios en la vibrante, producto del

contacto de la lengua en la zona alveolar9.

En la siguiente sección se presentan los resultados del análisis cuantitativo de

las cuatro variantes consideradas.

3.4. ANÁLISIS ESTADÍSTICO DESCRIPTIVO DE LAS RÓTICAS EN ESPAÑOL DE CIUDAD DE MÉXICO

En este apartado se presenta la estadística descriptiva (sólo frecuencias relativas)

para tener un panorama general de los procesos en ambas róticas y poder comparar

en términos generales con los trabajos que incorporaban cuantificación también en

forma de porcentajes, como los de Lope Blanch (1967) y Perissinotto (1975). Los

9 Aunque no he podido atestiguar ningún ejemplo, Bradley (2001: 150) asegura que también puede

aparecer una percusiva realizada como vibrante en grupos consonánticos homorgánicos, como en las

palabras tren o creer.

100
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

análisis en esta sección se realizaron a partir de los corpora totales de cada rótica,

corpora que incorporan en una misma base de datos a las dos muestras en tiempo real

(1970 y 2000; 1129 ejemplos de percusiva y 2274 de vibrante). También es

importante aclarar que respecto a la percusiva sólo se analizan los casos ante pausa

(como en comer, traer, dormir, jalar a final de emisión), ya que este es el contexto que

favorece mayormente la variabilidad: en una primera exploración del proceso

(Serrano 2005) se transcribieron las róticas percusivas en todos los contextos y sólo

en el final de emisión se producía la pronunciación variable de manera significativa10.

No se presenta la interacción de factores lingüísticos y sociales respecto a cada

variante en esta sección porque, como se verá más adelante, en realidad los resultados

de 1970 son algo distintos a los del año 2000 y, por tanto, el peso de los factores

internos y externos se vería sesgado si se combinaran los datos de ambos períodos. En

las secciones correspondientes a cada rótica por separado, se presentará el análisis

detallado de la interacción de factores distinguiendo precisamente según el año de

muestreo (el tiempo real). La siguiente tabla muestra los resultados totales para la

rótica percusiva ante pausa en el corpus analizado.

10 Este ejercicio de circunscribir el contexto es un paso necesario en el análisis cuantitativo de la

variación (Tagliamonte 2006: 13). También en el análisis del debilitamiento vocálico (Cap. 4 de esta

tesis) se circunscribieron los contextos fónicos.

101
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

Tabla 3.1. Variabilidad de la percusiva prepausal (ɾ) en 48 hablantes de ECM

F F
[ɾ] 433 38.4%
[ɹ] 241 21.3%
[ʑ] 260 23.0%
[r] 195 17.3%
Totales 1129 100%

El corpus total muestra que la pronunciación canónica de la percusiva es la de

mayor peso estadístico (38.4%) seguida de la asibilada (23.0%) lo que no apoya la

idea de una consolidación de esta última variante. Sin embargo, el análisis de las

muestras de 1970 y 2000 por separado sugiere que ha habido cambios importantes en

la distribución de las variantes.

Tabla 3.2. Evolución de la variabilidad de la rótica percusiva prepausal (ɾ/) 1970-2000

1970 2000
[ɾ] 145 (23.7%) 288 (55.7%)
[ɹ] 152 (24.8%) 89 (17.2%)
[ʑ] 192 (31.4%) 68 (13.2%)
[r] 123 (20.1%) 72 (13.9%)
Totales 612 (100%) 517 (100%)

Esta tabla revela claramente que el peso estadístico de la variante asibilada ha

descendido drásticamente con el paso del tiempo: de un 31.4% en 1970 a sólo 13.2%

en el año 2000 y que, además, la pronunciación canónica duplicó su presencia

estadística, al pasar de 23.7% en 1970 al 55.7% en el año 2000 -- seguida de lejos por

102
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

la aproximante (17.2%) y la múltiple (13.9%). Aunque la asibilada es mayoritaria en

los datos de 1970 (31.4%), llama la atención la disparidad de estos resultados con los

reportados por Perissinotto (1975: 103) para el mismo período, quien registra un

68.1% de asibilación de (ɾ) prepausal. Esta tabla indica un proceso de retracción del

asibilamiento en el lapso de 30 años aproximadamente. En su estudio sobre el

asibilación de las róticas en ECM, L&MB (2003) comparan sus resultados con los

recogidos en el trabajo de Lope Blanch (1967), a quien citan:

De acuerdo con los materiales por mí reunidos [de 12 informantes nacidos o

radicados en el Distrito Federal], la -r simple (vibrante o fricativa, sonora o

ensordecida) aparece, en México, en un 75 por ciento de los casos

aproximadamente; las variantes asibiladas, en un 13 por ciento; y las vibrantes

múltiples, en un 12 por ciento tan sólo. Aunque estas proporciones pudieran

alterarse un tanto si se analizase el habla de un mayor número de mexicanos, no

creo que cambiaran hasta el grado de otorgar a las realizaciones múltiples de -r

el primer puesto [Lope Blanch 1967: 5].

A partir de esta cita, L&MB discuten las similitudes de sus resultados con los

de Lope y lo distintos que son respecto al trabajo de Perissinotto:

Obsérvese que las proporciones presentadas por Lope Blanch están mucho más

cerca de las nuestras (51% de vibrantes y 21% de fricativas, lo que suma 72%;

10% de asibiladas y 16% de alargadas, contando todos los casos de _r//; si se

103
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

toma en cuenta sólo el estilo de conversación, tenemos un 24% de vibrantes y

un 25% de fricativas, lo que da un 49%; un 27% de asibiladas y un 22% de

alargadas) que las de Perissinotto [L&MB 2003: 22].

Los materiales de esta tesis, puede concluirse, coinciden con los de Lope

Blanch (1967) y L&MB (2003) en términos generales. La única investigación que

presenta cálculos distintos a los de todas las demás es la de Perissinotto (1975), lo que

sugiere que dicho autor muy seguramente tenía criterios de transcripción distintos a

los empleados en estos trabajos; es válido especular que quizás Perissinotto consideró

como “asibiladas” muchos ejemplos que en realidad eran aproximantes ensordecidas –

el parecido acústico entre la asibilada y la aproximante ensordecida es muy grande y

yo mismo tuve dudas en algunos casos--, de aquí las diferencias en cuanto a la

distribución estadística de las variantes. Esta disparidad de resultados se refleja

también, aunque menos radicalmente, respecto a la rótica vibrante. Véase la siguiente

tabla:

Tabla 3.3. Variabilidad de la rótica vibrante (r) en 48 hablantes de ECM

F F
[r] 1438 63.2%
[ɹ] 422 18.6%
[ʑ] 193 8.5%
[r] 221 9.7%
Totales 2274 100 %

104
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

En este caso, la asibilada es la variante menos presentada en el corpus (8.5%).

La siguiente tabla presenta esta variabilidad en el tiempo real:

Tabla 3.4. Evolución de la variabilidad de la rótica vibrante (r) 1970-2000

1970 2000
[r] 642 (62.1%) 796 (64.1%)
[ɹ] 220 (21.3%) 202 (16.3%)
[ʑ] 134 (13.0%) 59 (4.8%)
[r] 37 (3.6%) 184 (14.8%)
Totales 1033 (100%) 1241 (100%)

El 13% de asibiladas en 1970 contrasta notoriamente con los datos de

Perissinotto (1975: 110), quien reporta un 31.5%. Nuevamente con datos del año

2000, L&MB (2003) obtienen resultados menos abultados (14% de vibrantes

asibiladas) pero ciertamente muy distintos a los que aquí se recogen en la muestra del

mismo año (4.8%). Llama la atención que, mientras la asibilada pierde terreno,

aumentan los casos en que la vibrante se realiza como una percusiva [ɾ], de modo que

intercambiaron lugares con pesos estadísticos la asibilada y la variante breve [ɾ]. Por

otra parte, aumentó ligeramente la preferencia por la variante canónica (en dos

puntos porcentuales) y disminuyó la proporción de variantes aproximantes. En

resumen, puede concluirse con estos datos que se mantiene la variabilidad de la

vibrante en español capitalino, sólo que los últimos candidatos seleccionados

(asibilada y breve) intercambian posiciones estadísticas.

105
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

Conjuntando los datos de ambas róticas, puede afirmarse que en general la

variabilidad es inherente a la producción de estas consonantes, y que el análisis en

tiempo real permite confirmar que la asibilación de vibrantes se encuentra en franco

retroceso en ECM. En las secciones siguientes se presenta la cuantificación en

términos de probabilidad, combinando factores lingüísticos y sociales en el análisis.

3.5. Análisis cuantitativo de la variabilidad de la rótica percusiva ante pausa

Como se mencionó en el cap. 2, se utiliza el análisis VARBRUL (Sankoff, Tagliamonte &

Smith 2005) para obtener el valor de probabilidad de los factores que intervienen en

la selección de las distintas variantes de los segmentos róticos y un cálculo del error

estadístico (la prueba ji-cuadrada o chi-square en inglés). En un trabajo anterior

(Serrano 2005) se había explorado el papel de factores fónicos como el tipo de vocal

precedente y el acento, pero no resultaron significativos. Además, es precisamente el

contexto prepausal el que más favorece la asibilación de este segmento, como lo han

mostrado otros estudios (Martín Butragueño 2008; Obediente 2008). Por tanto, no se

consideraron factores del contexto fónico o gramatical para el análisis de probabilidad

de la percusiva, sólo factores sociales: edad, sexo, año de muestreo, nivel educativo y

año de nacimiento. La siguiente tabla presenta los resultados de los análisis de

regresión logística de (ɾ) respecto a la variable “año de muestreo” (1970 vs. 2000) en

el corpus total, por esta razón la tabla debe leerse como “la probabilidad de que se

presente la variante X en el año 1970 frente a la probabilidad de que se produzca en el

año 2000”.

106
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

Tabla 3.5. Variabilidad de la rótica percusiva prepausal [ɾ/] en el tiempo real:

probabilidades (N=1129)11

1970 2000
Input f Pb 1 Pb U&D f Pb 1 Pb U&D
[ɾ] (.361) 23.7 .315 .334 55.7 .715 .694
[ɹ] (.206) 24.8 .527 .553* 17.2 .468 .438*
[ʑ] (.157) 31.4 .722 .722 13.2 .245 .245
[r] (.157) 20.1 .547 .543* 13.9 .445 .450*

La tabla muestra una clara tendencia a una pronunciación más conservadora

de la percusiva en tiempos recientes; en especial es evidente la retracción del

asibilamiento, que se redujo en 2000 a menos de la mitad del peso porcentual que

tenía en los años 1970 (13.2 vs. 31.4%).

La siguiente gráfica, basada en la Tabla 3.5, compara la evolución de las cuatro

variantes de la percusiva, donde es clara la tendencia al abandono de las formas

innovadoras a favor de la variante conservadora (según análisis de regresión de

subida y bajada).

11 En esta tabla de análisis VARBRUL, input es la probabilidad general de que la regla variable se

produzca. Abreviaturas: f= frecuencia relativa; Pb 1= Probabilidad análisis binomial de 1 nivel; Pb U&D=

Probabilidad análisis binomial de subida y bajada (Up & Down). El asterisco significa que el análisis Up &

Down seleccionó la variable en cuestión (en este caso “año de muestreo”) sólo en uno de los dos mejores

recorridos; por lo mismo, dicho dato debe reconsiderase. Finalmente, un guion “—“ significa que el

análisis de subida y bajada descarta dicho factor.

107
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

0.8

0.722 0.715
0.7

0.6

0.553
0.5

0.438
0.4

0.3
0.315

0.245
0.2

0.1

0
1970 2000

[ɾ], [ɹ], [ʑ] [r]

Figura 3.10. Evolución de la variabilidad de la rótica percusiva prepausal [-ɾ/] 1970-

2000 (Pb U&D, N=1129)

Se trata de dos procesos complementarios: abandono de las formas

innovadoras (o no estándar) por un lado y regreso a la pronunciación normativa por

otro. La asibilada es la que evoluciona de forma más acelerada, al igual que la variante

canónica. La aproximante y la alargada, por su parte, también presentan un descenso,

pero menos pronunciado. El análisis probabilístico de los factores sociales permite

trazar el camino sociolingüístico que tomó este proceso de cambio. Como se mencionó

arriba, se realizaron los cálculos VARBRUL con las muestras de cada año por separado.

108
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

La siguiente tabla resume el papel de los factores sociales respecto a la asibilación de

la percusiva en 1970.

Tabla 3.6. Peso de factores sociales en asibilación de percusiva [ɾ/] 1970 (f=192/612)12

Pb 1 Pb U&D
SEXO
Hombres .269 .268
Mujeres .745 .747
ESTUDIOS
Alto .482 !
Bajo .523 !
EDAD
Mayores .400 .398
Adultos .712 .712
Jóvenes .439 .441

Atendiendo a los resultados del análisis de regresión Up & Down, sólo son dos

los factores que están interactuando significativamente respecto a la asibilación de la

percusiva prepausal: sexo y edad, específicamente las mujeres (.747) y las personas

adultas nacidas alrededor de 1925 (.712) favorecen la asibilación; llama la atención

que ni jóvenes ni mayores favorezcan esta pronunciación. Este resultado permite

12 La variable “año de nacimiento” se ignora en estos recorridos porque no se cuenta con informantes

de las cuatro generaciones en cada muestra, además de que quedan algo descompensadas

estadísticamente (por ejemplo, la muestra del año 2000 tiene más de la mitad de datos del grupo

nacido alrededor de 1970). Estas disparidades pueden provocar un sesgo estadístico en el valor de

probabilidad de todas las demás variables, sesgo que debe evitarse.

109
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

sugerir que se trataba de un rasgo “de moda” en el grupo de edad adulto. Volveremos

sobre este punto más adelante.

Complementario al análisis de probabilidad, puede realizarse uno de curvas

de frecuencia relativa acumulativa (utilizado en Martín Butragueño 2006). Para

construir esta curva, primero se ordena a los individuos según su índice de asibilación

personal, que es igual al número de ejemplos de asibilada del informante entre el

número total de casos en la muestra (esto es, el peso relativo con que contribuye el

informante a la asibilación en la comunidad estudiada). Al siguiente informante en la

lista se suma el valor obtenido para el informante 1, a su vez, al informante 3 se le

asigna, además de su índice, la sumatoria de los dos informantes que le preceden y así

sucesivamente. Martín Butragueño (2006) anota las ventajas de este tipo de gráfica:

“las curvas de frecuencia relativa acumulativa son interesantes para describir

procesos de cambio lingüístico, porque permiten considerar simultáneamente el papel

de la muestra general y el de los casos individuales. Por otra parte, el uso de

frecuencias y no de probabilidades permite un acercamiento menos abstracto a los

rasgos sociales de los individuos” (2006: 194-195).

110
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

1.0

0.9

0.8

0.7

0.6

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0.0
oA

oA
oA

oB

oA

oB
B

oB
oB

oB
A

B
C

oC
B

C
oC

oC
ao

ao
bo

bo
ao

ao
ao

ao
bo

bo
bo

bo

vb

vb
va

ab

va

ab
aa

aa
ja
jb

jb
ja

hv

hv
ha

hj

hj

ha
ha

ha
hv

hv
hj

hj

m
m
m

m
m

m
m

m
m

m
Figura 3.11. Frecuencia relativa acumulativa de asibilación de la percusiva en 1970

(f=192/612)13

Para poder inferir las características de los líderes del cambio (Labov 2006)

puede ponerse especial atención a la parte derecha de la gráfica. Los últimos cinco

informantes contribuyen con cerca de la mitad de la frecuencia acumulada (44%).

Todas son mujeres (de hecho, de los diez informantes que más asibilan, siete son

mujeres). Entre estas siete mujeres, tres son adultas, dos son mayores y dos son

13 No se anota el nombre del informante sino una codificación de sus características sociales. Para esta y

las demás gráficas, interprétese así: h/m=hombre/mujer; j/a/v=joven/adulto/mayor; a/b=nivel

educativo alto/bajo; o/m=muestra 1970/2000; A/B/C/D= Año de nacimiento: 1905/1925/1945/1970.

111
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

jóvenes; cuatro nacieron en la generación de 1925, dos en la de 1905 y sólo una

alrededor de 1945. Respecto al nivel de estudios, cuatro son de nivel bajo y tres de

nivel alto. Concuerdan estos resultados con lo comentado por Perissinotto (1975:

115): la asibilación, rasgo ciertamente femenino, no parece estar claramente asociado

a un grupo social o de edad particulares. En contraparte, es claro que los hombres de

la muestra se agrupan con los índices más bajos de asibilación (los siete con los

índices más bajos son hombres).

Es interesante mirar más de cerca el perfil sociolingüístico individual de las

líderes de la asibilación de la percusiva en 1970. Por ejemplo, las dos mujeres que más

asibilan en 1970 fueron del grupo de edad adulto: Agripina y Martha, que pertenecen

a grupos sociales muy distintos. Por un lado, Agripina contaba 47 años al momento de

la entrevista (agosto de 1972), estudió hasta segundo año de primaria, es casada, se

dedica al hogar y atiende un pequeño puesto de dulces afuera de una escuela, por otro,

Martha es maestra normalista, habla inglés y francés y se dedica a la traducción y la

docencia. Curiosamente las siguientes dos mujeres que más asibilan pertenecen al

mismo grupo de edad también (son jóvenes), pero a grupos sociales distintos: Sofía,

de 30 años, tiene maestría en Geografía y habla inglés, mientras que Rosa, de 23 años,

sólo cursó hasta 4to de primaria. Entonces, las líderes son mujeres de los grupos de

edad joven y adulto y hasta ahí llegan las similitudes.

Por otra parte, la variabilidad inherente de la percusiva en el muestreo del

año 2000 tiene también una distribución sociolingüística muy interesante.

112
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

Tabla 3.7. Peso de factores sociales en la asibilación de la percusiva en 2000 (f=68/517)

Pb 1 Pb U&D
SEXO
Hombres .240 .240
Mujeres .764 .764
ESTUDIOS
Alto .568 .583
Bajo .409 .372
EDAD
Mayores .655 .655
Adultos .455 .455
Jóvenes .331 .331

Recordemos que se trata de sólo 68 ejemplos de la asibilada y por esta misma

razón los análisis de regresión logística no tienen el mismo alcance que cuando

contamos con un número importante de datos. El análisis Up & Down propone las tres

variables estudiadas como pertinentes: sexo, grupo de edad y nivel educativo. En el

año 2000 siguen siendo mujeres quienes más asibilan (.764), las personas de edad

más avanzada (.655) y de más estudios (.583), lo que permite inferir que la generación

adulta de los años 1970 (que se corresponde con la generación mayor del año 2000),

mantuvo este rasgo, pero fue transmitido en proporciones mucho menores a las

nuevas generaciones.

Este panorama sociolingüístico sobre la asibilación moderna de la percusiva

puede confirmarse en términos generales a través del análisis de la frecuencia relativa

acumulativa.

113
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

1.0

0.9

0.8

0.7

0.6

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0.0

C
D

B
D

C
D

D
B

m D

m D
m

am

m
am
bm

bm

m
bm

bm

m
am
bm

bm
m

m
am

am

m
m

am

m
vb

va

vb
ab

va
ab

aa

aa
jb

jb
ja

ja
hv
hv

ha
hv

hv
ha

ha
hj

ha

hj
hj

hj
m

m
m

m
m

m
m
m

m
m

Figura 3.12. Frecuencia relativa acumulativa de asibilación de la percusiva en el año

2000 (f=68/517)

Nuevamente debe recordarse que son muy pocos datos de asibilación (13.2%)

y que 11 de los 24 informantes no asibilaron ni una sola ocasión, lo que ya es

indicativo de la relativa poca pervivencia de la variante –al menos en esta muestra.

Nuevamente son siete mujeres las líderes en la producción de la variante, de las cuales

cuatro son del grupo de mayor edad, tres son adultas y sólo una es del grupo de

jóvenes entrevistadas.

La mujer que más aportó asibiladas (12 en total) fue Berta, del grupo de edad

mayor (57 años en 2007), quien dejó inconcluso el 1ro de primaria, y a pesar de tener

114
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

una procedencia socioeconómica humilde, ascendió su nivel de vida general, lo que le

ha permitido pagar la escuela particular para dos de sus hijos y contar con casa

propia, tres autos, salir de vacaciones al interior del país, entre otras actividades. La

segunda informante con más asibiladas fue Liliana, de 62 años, quien cumple con el

perfil señalado por Labov (2006) respecto a los líderes lingüísticos: mujeres exitosas

ubicadas en el centro de la escala socioeconómica, que iban en su juventud a

contracorriente de los patrones establecidos por su comunidad y con redes sociales

extendidas. La historia personal de Liliana es muy interesante: hija de padres con

estudios universitarios, fue de las primeras alumnas de arquitectura en la UNAM en

los años 1960 (rama de estudio eminentemente masculina en la época), salió de su

casa para estudiar en Inglaterra un año contra la voluntad de sus padres, rechazaba la

idea del matrimonio, tuvo su primer hijo a los 36 años, etc. Lo que Liliana y Berta

tienen en común, además de haber nacido en los años 1940, es el ascenso social (o

como señala Martín Butragueño (2006), sentirse insertas en un proceso de ascenso

social). Se volverá a discutir este punto en las conclusiones del capítulo.

Ahora, si se consideran los datos de frecuencia relativa de las variantes

asibiladas de la rótica percusiva según las generaciones de informantes, el panorama

es el siguiente.

115
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

60

50

40
37.5

30 [z]

22.4
20 20

10 9.7

0
1905 1925 1945 1970

Figura 3.13. Frecuencia relativa de la variante asibilada de la percusiva prepausal por

año de nacimiento (48 informantes, n=1129)14

Este recurso gráfico permite ver el desarrollo de la asibilada en el tiempo real

desde otra perspectiva: en lugar de agrupar a los informantes por año de muestreo

(1970 ó 2000), se agrupan según su año de nacimiento15. Por supuesto, esta figura

implica la hipótesis de que los informantes mantienen en lo general su pronunciación

14 Se anotan los años 1905, 1925, 1945 y 1970 sólo como recurso expositivo. Debe recordarse que

representan en realidad grupos de informantes cuyos nacimientos se produjeron alrededor de esos

años (v. Cap. 2).

15 Agradezco a Natalie Schilling-Estes por esta propuesta de análisis alternativo del tiempo real.

116
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

a lo largo de toda la vida. Esta agrupación tiene la ventaja, además, de permitir

emplear todos los datos a la vez. Lo que muestra la figura 3.13 es que, si bien en la

generación más antigua existe la asibilación (22.4%), esta asciende de manera

significativa en la siguiente (correspondiente a los “adultos” entrevistados de los años

1970) para convertirse, de hecho, en la variante más presentada en el habla de estos

informantes (37.5%); las generaciones posteriores, sin embargo, presentan una curva

de retracción de la asibilación, descendiendo esta variante a un 20% en la generación

1941-1960 y a un 9.7% en la generación más joven (nacidos en 1961-1981). El

terreno que gana la variante canónica de la percusiva en el tiempo real es el espejo de

aquella imagen:

6
0
55.
6
5
0

42.
4 5
0

3 [r
0
29.
26. 2 ]
5
2
0

1
0

0
190 192 194 197
5 5 5 0
Figura 3.14. Frecuencia relativa de la variante canónica de la percusiva [ɾ] por año de
nacimiento (48 informantes, n=1129)

117
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

La gráfica es bastante clara: la variante canónica de la percusiva ha ido

ganando terreno con los años, pasando de un 26.5% (sólo la cuarta parte de los

ejemplos) en la generación más antigua (1887-1915) a un 55.6% moderno (los

nacidos en 1961-1981). Esta recuperación de la pronunciación estándar de la

percusiva se encuentra en distribución complementaria (estadística) con la retracción

del proceso de asibilación.

En la siguiente sección se presenta el proceso respecto de la vibrante [r]. Esto

permitirá verificar si son los mismos tipos de restricciones los que están en juego y, en

caso de que coincidan factores internos y externos en ambas róticas, se tratará de

encontrar una explicación unificada para el proceso en términos de Teoría de

Optimidad.

3.6. Análisis cuantitativo de la variabilidad de la rótica vibrante (r)

La siguiente tabla presenta un resumen de los análisis de probabilidad de la vibrante

en el total de la muestra.

Tabla 3.8. Variabilidad de la rótica vibrante (r) en el tiempo real: probabilidades

(n=2274)

1970 2000
Input F Pb 1 Pb U&D f Pb 1 Pb U&D
[r] (.646) 62.1 .481 ! 64.1 .515 !
[ɹ] (.162) 21.3 .511 ! 16.3 .491 !
[ʑ] (.049) 13.0 .703 .700 4.8 .328 .331
[ɾ] (.071) 3.6 .346 .346* 14.8 .629 .630*

118
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

Es importante recordar aquí que los cálculos en la tabla 3.8 surgen de los

recorridos con todo el muestreo y todas las variables. La tabla pone en evidencia la

importancia de la variante canónica sobre todas las demás en ambos muestreos, por lo

que estamos ante un proceso que se comporta cuantitativamente de manera distinta a

la rótica percusiva prepausal, donde la asibilada sí era la elección preferida en los años

1970. Incluso en los años 1970 el índice de asibilación de la vibrante es muy bajo

(13%), sin embargo (como ya se había mencionado), contrasta notablemente con el

peso de la variante en el año 2000 (4.8%). El hecho de que los recorridos VARBRUL no

seleccionen el año de muestreo como factor de peso para la variante canónica y la

aproximante (en la última columna: Pb U&D) es otro indicativo de que la variabilidad

de la rótica vibrante es hasta cierto punto más estable en el tiempo respecto a la de la

percusiva.

Para el análisis probabilístico de la vibrante se consideró un factor interno: el

contexto fónico precedente. El contexto fónico subsecuente para la /r/ fonológica –

que sólo se presenta a inicio de emisión o entre vocales— es siempre vocálico o

aproximante, por lo que se decidió no tomarlo en cuenta. Se distinguieron cuatro

contextos precedentes a la vibrante: vocálico (la rosa, arroz), consonántico (un ratón),

pausa o “inicio absoluto” (||rómpelo) y segmento [s] (las rosas, Israel), que suele

favorecer el asibilamiento de manera mucho más clara que otros elementos

consonánticos16.

16 El segmento [s] precediendo a (r) también se exploró en Lastra & Martín (2003), y resultó

significativo.

119
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

El análisis de subida y bajada en la muestra de 1970 (con 1033 datos) indica

que el único contexto que favorece la vibrante canónica es el vocálico (.586), los

demás contextos desfavorecen el respeto a la variante estándar (en especial el

segmento [s]): consonante: 0.479 > inicio absoluto: 0.336 > [s]: 0.090. El análisis

de la variante asibilada en el mismo año complementa este panorama, ya que los

contextos se ordenan de la siguiente manera: [s]: 0.936 > inicio absoluto: 0.543 >

consonante: 0.454 > vocal: 0.430, esto es, sólo la s y el inicio absoluto favorecen la

asibilación, creando una imagen estadística en espejo de la variante estándar. En

términos absolutos, poco más de la mitad de casos de (r) después de [s] (como en les

robas) fueron asibiladas (43/80) y por ello el gran peso en términos de probabilidad

para este contexto específico.

En el año 2000, el panorama es muy similar. Se realizaron los análisis de

regresión con sólo 59 ejemplos de asibiladas en 1241 tokens (sólo el 4.8%) frente a

796 ejemplos de vibrantes canónicas (64.1%). Nuevamente, el único contexto

precedente que favorece la variante canónica es la vocal: vocal: 0.570 > consonante:

0.387 > inicio absoluto: 0.288 > [s]: 0.199. Los pesos varían, pero el ordenamiento

es el mismo que en 1970. Respecto a la asibilada, el ordenamiento es muy parecido en

los dos muestreos: [s]: 0.883 > consonante: 0.652 > inicio absoluto: 0.587 > vocal:

0.421; la diferencia es que en 2000 la consonante precedente sí favorece la

asibilación, incluso más que el inicio absoluto; por otra parte, una vocal precediendo a

la vibrante es ahora el único factor que desfavorece la asibilación (dato que coincide

con lo reportado por L&MB 2003: Cuadro 19). Entonces, puede concluirse que la

120
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

asibilación de la rótica vibrante presenta un modelo multivariable más complejo pero,

a pesar de ello, ha disminuido su presencia estadística en ECM. Por supuesto esta

aseveración requiere de más datos para poder ser concluyente.

La vibrante realizada como aproximante [ɹ] es de sumo interés, ya que

comparte algunos contextos con la asibilada. En 1970 el peso del contexto precedente

para la aproximante es: inicio absoluto: 0.682 > [s]: 0.596> consonante: 0.538 >

vocal: 0.460. Sin embargo, en 2000 el ordenamiento selecciona el contexto vocálico

como favorecedor de la aproximante: [s]: 0.712; inicio absoluto: 0.659, vocal:

0.512, consonante: 0.254. Este inusual papel de la vocal sugiere que la

pronunciación de la vibrante en ECM actual tiende más al respeto de la forma

canónica y que este proceso de regreso al estándar se produce con cierta

independencia del tipo de elemento fónico que le preceda.

La realización breve [ɾ] sólo se produjo en 37 ocasiones (3.6%) en 1970 (en

1033 tokens), de los cuales 21 se produjeron precedidos de vocal. En cambio, en el

año 2000 aumentó considerablemente esta variante, ya que representa un 14.8% de

los datos (184/1241). El contexto precedente se ordena de la siguiente manera:

consonante: 0.738 > inicio absoluto: 0.690, [s]: 0.512 > vocal 0.438. Al contar con

tan pocos casos en 1970, se vuelve muy difícil definir el modelo multivariable; el

número de casos moderno, por otra parte, sí es más robusto y permite concluir que en

general una vocal precedente [V_] es el único contexto fónico que desfavorece las

variantes no estándar de la vibrante, ya que se encuentra al final de los recorridos

logísticos para la asibilada, aproximante y variante breve.

121
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

Si se retoman las probabilidades del análisis binomial de 1 nivel para las

cuatro variantes de la vibrante (Tabla 3.8), la gráfica queda de la siguiente manera:

0.8

0.7 0.703

0.629
0.6

0.5 0.511 0.515


0.481 0.491

0.4

0.346
0.328
0.3

0.2

0.1

0
1970 2000

[r] [ɹ] [ʑ] [ɾ]

Figura 3.15. Evolución de la variabilidad de la rótica vibrante (r) 1970-2000 (Pb 1,


n=2274)

Esta gráfica es muy similar a la presentada para la percusiva. Es claro el

retroceso de la asibilada (línea punteada), mientras que las variantes aproximante

(guiones) y canónica (sólida) se mantienen más o menos en los mismos niveles. El

interés aquí es el comportamiento de la variante breve (línea doble) que aumenta a

122
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

.629 su probabilidad de aparición en el año 2000 (de hecho, en términos de frecuencia

relativa cuadruplicó su presencia estadística: de 3.6% en 1970 a 14.8% en 2000). Este

es un proceso interesante, porque en términos fonológicos implica la permanencia del

rasgo [At], esto es, aumenta la preferencia por mantener el carácter rótico de la

consonante, como sucede también con la percusiva, que gana mucho terreno en

tiempos modernos (v. Fig. 3.10).

A continuación se explora el papel de los factores sociales en el proceso de

retracción de la asibilación de la vibrante.

Tabla 3.9. Peso de factores sociales en asibilación de la vibrante (r) 1970 (f=134/1033)

Pb 1 Pb U&D
SEXO
Hombres .326 .326
Mujeres .646 .646
ESTUDIOS
Alto .447 .447
Bajo .565 .565
EDAD
Mayores .413 .413
Adultos .756 .756
Jóvenes .408 .408

Los factores sociales se distribuyen exactamente igual tanto en la vibrante

como en la percusiva: las mujeres (.646), personas de mediana edad (.756) y

hablantes de pocos estudios (.565) favorecen la asibilada, por lo que puede concluirse

que si un informante asibila la (ɾ) prepausal, también lo hará con la vibrante –al

123
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

menos en 1970. El análisis de frecuencia relativa acumulativa debería confirmar estos

resultados:

1.00

0.90

0.80

0.70

0.60

0.50

0.40

0.30

0.20

0.10

0.00
oB

oB

oA

oA
B

oB

oB

oB
A

oC
B

C
oC

oA

oC

BC

oA
A

B
ao

ao

ao

ao

ao
bo

bo
bo

bo
bo

bo
ab

ab

va

va

aa

aa
vb

ja

vb
jb

jb

ja

ao
hj

ha

ha
hv

hv
hv

hv
hj

ha

ha

hj

m
m

m
m

m
hj

Figura 3.16. Frecuencia relativa acumulativa de la variante asibilada de (r) 1970

(f=134/1033)

De entrada, todos los hablantes presentaron al menos un caso de asibilación

de la vibrante. Entre los diez hablantes que concentran el mayor número de asibiladas,

siete son mujeres, una repetición de lo que sucede con la percusiva. De hecho, tres

mujeres (dos adultas y una mayor) y un hombre joven concentran el 46% de los datos

totales, lo que confirma el carácter predominantemente femenino del fenómeno

124
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

aunque, como se ha visto a lo largo del capítulo, es un rasgo compartido por los

hombres también, aunque en menores proporciones.

Ahora deben contrastarse estos resultados con lo obtenido en la muestra del

año 2000.

Tabla 3.10. Peso de factores sociales en asibilación de la vibrante en 2000 (f=59/1241)

Pb 1 Pb U&D
SEXO
Hombres .411 .411
Mujeres .585 .585
ESTUDIOS
Alto .517 .517
Bajo .418 .418
EDAD
Mayores .706 .706
Adultos .513 .513
Jóvenes .254 .254

La asociación de la asibilada con el habla femenina (con peso de .585) se

confirma nuevamente en el análisis de subida y bajada; se asocia además con el nivel

alto de estudios (.577) y con los grupos de hablantes mayores (.706) y adultos (.756).

La siguiente gráfica permite identificar a los líderes de la asibilación.

125
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

0.9

0.8

0.7

0.6

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0
B

B
C

C
D

D
C

C
B

A
C

D
D

D
bm

am
m

m
bm

bm

am

am

am

bm
am

am

bm

bm
m

m
m

m
m

m
va

vb
vb

va
ab

ab

aa

aa
ja

ja

jb

jb
hv

hv
ha

ha

ha

ha

hv

hv
hj

hj

hj

hj
m

m
m

m
m

m
m

m
Figura 3.17. Frecuencia relativa acumulativa de asibilación de la vibrante en 2000

(f=59/1241)

Los primeros 12 informantes en la gráfica no produjeron ni una sola asibilada,

el 4.8% de presencia estadística de la variante en el año 2000 indica de entrada la

poca productividad del proceso, y por otro confirma la idea de retracción de la

asibilación de las róticas en ECM. Punto en común con los análisis anteriores es el

predominio de las mujeres al frente de la asibilación: las primeras tres personas son

mujeres, dos adultas y una mayor, seguidas de un hombre mayor. Las primeras dos

líderes (Edith y Ruth) son de estudios universitarios, de mediana edad y nacidas en los

126
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

años 1960, época en que la asibilación tenía mayor presencia en ECM, por lo que

puede sugerirse una adquisición temprana del rasgo.

Puede resumirse la asibilación de la vibrante como un proceso encabezado en

los años setenta por mujeres de mediana edad y de pocos estudios; en tiempos

modernos se desplazó a mujeres mayores y adultas pero de nivel educativo alto. Los

resultados cuantitativos sobre variantes asibiladas de la rótica vibrante confirman una

tendencia general a la disminución estadística de la variante en ECM. La siguiente

gráfica presenta los pesos porcentuales en cada generación de informantes.

8
0

7
0

6
0

5
0

4 [z]
0

3
0

2
0
15.7
1 10 6.3
0
3.4
0
1905 1925 1945 1970

Figura 3.18. Frecuencia relativa de la asibilación de vibrante por año de nacimiento (48
informantes, N=2214)

127
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

La línea se ubica en la parte baja de la figura porque precisamente se trata de

una variante poco productiva que tiene un comportamiento lineal muy parecido a la

de las variantes asibiladas de la percusiva (Fig. 3.13): por un lado comienza en la

primera generación con un nivel bajo, pero sube significativamente (en un 57%) a la

siguiente generación (los hablantes adultos de los años 1970), para luego descender

en las últimas dos generaciones: la generación nacida alrededor de 1970 tiene menos

de la cuarta parte de asibiladas que tenía la generación de 1925. Ahora debe

explorarse estas mismas generaciones respecto de la variante canónica.

80

71.9
70

64.8
60

55.9 57.9
50

40 [r]

30

20

10

0
1905 1925 1945 1970

Figura 3.19. Frecuencia relativa de la vibrante canónica por año de nacimiento (48

informantes, N=2214)

128
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

La gráfica muestra claramente que en cada generación la vibrante canónica ha

ganado terreno, aunque más tímidamente de la primera a la segunda generación

(1905 a 1925) porque, recordemos, es esta última la que privilegia un poco más la

forma asibilada, pero gana en total 14 puntos porcentuales en las dos generaciones

siguientes (los nacidos entre 1945 y 1970). Al igual que sucede con la percusiva, la (r)

se comporta con las variantes asibilada y canónica en espejo (en un sentido

estadístico).

3.7. FORMALIZACIÓN DE LA VARIABILIDAD DE LAS RÓTICAS EN TEORÍA DE OPTIMIDAD

Para el análisis de la variabilidad en las róticas del español de la ciudad de México

(ECM) se emplea aquí el modelo de Teoría de Optimidad Estocástica (TOE) (Boersma

& Hayes 2001; Díaz-Campos & Colina 2006; Feldhausen & Vanrell 2014; Martín

Butragueño 2014), una adaptación de la Teoría de Optimidad clásica (Prince &

Smolensky 1993/2004) para formalizar los datos variables. Como se recordará, en

TOE la jerarquía de restricciones está ordenada de forma tal que la variante óptima es

la de mayor peso estadístico en el habla de la comunidad lingüística estudiada y la

variante menos presente viola un mayor número de restricciones o viola restricciones

de mayor peso en la jerarquía, de modo que por ello tiene una menor frecuencia

estadística, pero esta nunca llega a cero. Es importante recordar también que una

diferencia esencial del presente trabajo con los mencionados sobre TOE, es que en

lugar de utilizar algoritmos como el de Boersma & Hayes (2001) para determinar la

jerarquía (o peso, en noisy HG) de las restricciones, aquí se toma en cuenta el peso

129
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

probabilístico de las variantes obtenido con el algoritmo VARBRUL (Sankoff, 1988;

Sankoff, Tagliamonte & Smith 2005), ya que la curva que presupone este último

algoritmo es en forma de s, la configuración más documentada del cambio lingüístico

(cf. Conde Silvestre 2007). De este modo, en los cuadros que se presentan aquí, todos

los candidatos son seleccionados en algún momento, por tanto el cuadro debe

interpretarse como uno en el que todos los candidatos son relativamente óptimos. Se

trata de posibilidades reales y no sólo teóricas17.

Una ventaja del conjunto de restricciones aquí propuesto respecto a otros es

que todas las restricciones funcionan en el nivel segmental y se evita el uso de

restricciones como *COMPLEX (Martín Butragueño 2008: 181-190) que incorpora el

nivel silábico. En un análisis más reciente, Martín Butragueño (2014: 572) propone la

restricción *GEM en lugar de *COMPLEX, aunque básicamente se trata de la misma

restricción: evítense sonidos geminados asociados a dos elementos en la grada

prosódica. Otra ventaja formal del conjunto aquí propuesto es que el análisis unificado

de (ɾ) y (r) resulta más económico (sólo cuatro restricciones) frente al propuesto en

Martín Butragueño (2014), donde se utilizan cinco restricciones para (ɾ) y 4 para (r);

es muy importante aclarar que el autor utiliza distintos conjuntos de restricciones

porque, a diferencia del presente estudio, en su base de datos de 54 informantes se

17 “Es necesario subrayar que se trata de preferencias, y no de candidatos seleccionados o excluidos […]

Esta es una diferencia importante entre las representaciones fonológicas categóricas y las variables: los

candidatos menos preferidos sí se documentan de todos modos y no quedan excluidos de la gramática”

(Martín Butragueño 2008: 164, subrayado en el original).

130
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

presentaron muy pocos casos de (r) realizada como vibrante simple [ɾ] (por lo tanto,

su análisis da cuenta de tres variantes: canónica, aproximante y asibilada, y no cuatro,

como se hace aquí); además, se analiza la percusiva en todos los contextos de

aparición (a diferencia de aquí, donde sólo se incluyen los casos de la percusiva ante

pausa), por lo que, en sentido estricto, no se está trabajando exactamente los mismos

contextos (Martín Butragueño 2014: 571).

Las restricciones que se proponen para el conjunto de datos analizados en

esta investigación son: una restricción general de IDENTIDAD I-O subdividida en dos

restricciones que exigen mantener el valor de ciertos rasgos fonológicos del input en

el output: apertura aproximante [Am] y del rasgo [Anterior]; las restricciones de

marcación que entran en juego son: *FAST (Steriade 1995, apud Bradley 2001: 137-

138) que penaliza el rápido contorno de apertura que caracteriza a la percusiva (v.

Fig. 3.5), y *HOLD (Bradley 2001: 143-147) que prohíbe un inusual alargamiento de las

constricciones apicales (y con ello a la vibrante).

(3) UN CONJUNTO DE RESTRICCIONES PARA EL ANÁLISIS UNIFICADO DE (ɾ) PREPAUSAL Y (r)


IDENT [Ant] El rasgo [Anterior] en el input permanece idéntico en el output.
IDENT [Am] Respete la asignación del rasgo [Am] dada en el input.
*FAST Evítense transiciones articulatorias inusualmente rápidas en
constricciones apicales.
*HOLD Evítense constricciones apicales inusualmente largas.

Respecto a las restricciones de fidelidad, la restricción IDENT [Ant] penaliza una

modificación en el punto de constricción; en este caso, la única variante que lo infringe

131
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

es precisamente la asibilada [ʑ], que tiene un punto de constricción no anterior (cf.

Martín Butragueño 2014: 572, 577; de hecho, suele ser alveopalatal). La segunda

restricción IDENT [Am] prohíbe la modificación del valor original asignado respecto al

grado de apertura aproximante en el input; la (ɾ) tiene asignada una secuencia de

apertura [Am-At-Am], pero la variante aproximante [ɹ] viola esta restricción al

realizarse sólo con la apertura [Am]; las demás variantes no poseen este grado de

apertura y por ello no violan esta restricción. En cuanto a las restricciones de

marcación, si se asume la descripción fonológica de la percusiva como un contorno de

apertura, ésta es la única variante que restringe la restricción *FAST; finalmente el

alargamiento de la constricción del ápice de la lengua en la zona alveolar implica la

infracción de *HOLD y con ello se descarta a la vibrante como candidata óptima.

3.7.1. Formalización en TOE de la variabilidad de la (ɾ) ante pausa

A partir de los resultados presentados en la Tabla 3.5 (columna f), puede

representarse la variabilidad de la rótica percusiva en 1970 de la siguiente manera:

Cuadro optimal 3.1. Jerarquía de restricciones para la variable percusiva (ɾ) en 1970

/ɾ||/ *HOLD *FAST IDENT [Am] IDENT [Ant]

☞ [ʑ] *

[ɹ] *!
[ɾ] *!
[r] *!

132
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

Como se desprende del cuadro, son las restricciones de marcación las que más

fuertemente sancionan las distintas variables de la percusiva, de manera que las

variantes propiamente róticas son las últimas seleccionadas. En general, podría

interpretarse este resultado como la acción de una restricción general que penaliza los

segmentos no continuos al final de emisión (de hecho ese es el análisis de Martín

Butragueño 2008 y 2014: 572, quien propone la restricción *CODA[-Cont]) produciendo

con ello una sílaba más natural para el español, lengua que suele evitar consonantes

oclusivas en dicho contexto.

El cuadro optimal es muy distinto en el año 2000. Ahora la restricción Ident [Ant]

cobra peso y marca la asibilada como la última preferencia estadística. Nuevamente,

partiendo de la frecuencia relativa de cada variante en dicho año de muestreo, se

obtiene el siguiente cuadro.

Cuadro optimal 3.2. Jerarquía de restricciones para la variable percusiva (ɾ) en 2000

/ɾ||/ IDENT [Ant] *HOLD IDENT [Am] *FAST

☞ [ɾ] *

[ɹ] *!
[r] *!
[ʑ] *!

La aproximante sigue ocupando el segundo lugar y gana un poco de terreno la

variante alargada (vibrante). Sobre todo es claro que sube en la jerarquía la

133
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

restricción IDENT [Ant] y con ello la asibilada deja de ser la variante más común, para ser

ahora la de menor presencia estadística.

3.7.2. Formalización en TOE de la variabilidad de la rótica vibrante (r)

Partiendo solamente de la frecuencia relativa de las variantes, se perfila el siguiente

orden de restricciones en los años 1970:

Cuadro optimal 3.3. Jerarquía de restricciones para la variable vibrante (r) en 1970

/r/ *FAST IDENT [Ant] IDENT [Am] *HOLD

☞ [r] *

[ɹ] *!
[ʑ] *!
[ɾ] *!

La restricción *FAST es la de mayor peso y marca a la variante percusiva como

último candidato preferido, seguido por la asibilada, que viola la identidad de punto

de constricción (IDENT [Ant]). La aproximante, al igual que en los cuadros optimales 3.1

y 3.2, sigue estando poco penalizada, lo que asegura un segundo lugar en las

preferencias estadísticas de los informantes. El cuadro optimal para la vibrante en el

año 2000 no es muy distinto del cuadro para el año 1970:

134
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

Cuadro optimal 3.4. Jerarquía de restricciones para la variable vibrante (r) en 2000

/r/ IDENT [Ant] *FAST IDENT [Am] *HOLD

☞ [r] *

[ɹ] *!
[ɾ] *!
[ʑ] *!

En este caso la constricción IDENT [Ant] es la de mayor peso, por lo que la

asibilada es la última elección e intercambia posición con la variante breve. No puede

concluirse que las restricciones de marcación e identidad se estén agrupando en uno u

otro extremo de la jerarquía. La única variante que sistemáticamente es la segunda

elección estadística, en ambas róticas, es la aproximante, por lo que puede afirmarse

que en ECM la restricción IDENT [Am] tiene un lugar relativamente fijo en la jerarquía.

3.8. DISCUSIÓN

3.8.1. Movimientos en la jerarquía de restricciones de las róticas en el tiempo real

En esta sección se explora la posibilidad de unificar el análisis fonológico de (ɾ) y (r).

Primero se deben revisar las jerarquías de restricciones y el candidato óptimo

seleccionado en cada período.

135
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

Cuadro 3.1. Jerarquías de restricciones para las róticas en tiempo real

1970 2000

(ɾ) *HOLD >>*FAST >>IDENT[Am] >>IDENT[Ant] IDENT[Ant] >>*HOLD >>IDENT[Am] >>*FAST

(r) *FAST >>IDENT[Ant] >>IDENT[Am] >>*HOLD IDENT[Ant] >>*FAST >>IDENT[Am] >>*HOLD

De las cuatro jerarquías, tres resuelven a favor de la variante canónica, lo que

de entrada confirma que la asibilación, sobre todo en los años 1960, se producía

básicamente en la rótica percusiva prepausal. Al ser la asibilada la variante más

alejada del estándar de pronunciación (y sobre todo, las asibiladas sordas), requiere

de una jerarquía que asigna un peso menor a las restricciones de identidad (respecto

al rasgo [Apertura aprox] y el punto de constricción). Respecto a la vibrante, puede

verse que el respeto a la postura articulatoria de esta rótica (representado por el débil

peso de *HOLD) predomina en 1970 y 2000.

Una vista rápida a estas jerarquías sugeriría que no hay agrupación de las dos

clases de restricciones (marcación e identidad). Sin embargo, puede experimentarse

con ciertos artificios analíticos para encontrar una sistematicidad que en realidad sí

existe. Por ejemplo, si se asigna un valor numérico que pondere el peso de cada

restricción en la jerarquía pueden encontrarse resultados esclarecedores. Asígnese

<1> a la restricción más baja en la jerarquía, <2> a la siguiente, y así sucesivamente.

Los valores quedarían como en las siguientes tablas:

136
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

Cuadro 3.2. Peso relativo de restricciones para la rótica percusiva prepausal [ɾ/]

*HOLD *FAST IDENT [Am] IDENT [Ant]

1970 4 3 2 1

2000 3 1 2 4

Cuadro 3.3. Peso relativo de restricciones para la rótica vibrante (r)

*HOLD *FAST IDENT [Am] IDENT [Ant]

1970 1 4 2 3

2000 1 3 2 4

Respecto a la percusiva prepausal (ɾ), en 1970 las restricciones de MARCACIÓN

pesan más (7 puntos) que las de IDENTIDAD (3 puntos), pero para el año 2000 se

invierte la tendencia: ahora las restricciones de IDENTIDAD son las más pesadas (6

puntos), frente a 4 puntos de las restricciones de MARCACIÓN. Respecto a la vibrante (r)

el panorama siempre ha mostrado una tendencia a preservar la pronunciación

estándar: 7 puntos de las restricciones de IDENTIDAD frente a 5 de las de MARCACIÓN en

1970; en el año 2000 se mantiene la tendencia: 6 puntos en IDENTIDAD frente a 4 en

MARCACIÓN.

Otra manera de analizar los cuadros 3.2 y 3.3 es haciendo una suma de los

puntajes totales de cada restricción. Por ejemplo, la restricción *HOLD en la vibrante

simple (Cuadro 3.2) suma 7 puntos totales, ya que estaba en el primer lugar en 1970

(por eso recibe 4 puntos) pero en el año 2000 cae al segundo puesto (y por ello recibe

3 puntos).

137
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

Si se suma el peso de las restricciones de MARCACIÓN por un lado y de IDENTIDAD

por otro, el panorama general independientemente del tiempo real respecto a la

percusiva es que pesan más las restricciones de MARCACIÓN (11 puntos en conjunto)

que las de IDENTIDAD (9 puntos) y esta relación se invierte respecto a la vibrante: las

restricciones de IDENTIDAD pesan más que las de MARCACIÓN, exactamente en las mismas

proporciones: 11 puntos para IDENTIDAD, 9 para MARCACIÓN. Aunque es discutible,

quizás estas tendencias reflejen el peso de un factor funcional: específicamente, que la

vibrante debe ser más robusta para poderse diferenciar adecuadamente de la

percusiva, sobre todo en el contexto intervocálico donde sí tienen oposición

fonológica (Bradley, 2000: 9). Por otra parte, recuérdese que el contexto final de

emisión (donde se produce la neutralización de la percusiva y la vibrante) no suele

favorecer la percepción de contrastes fonológicos --cf. la noción de contrastes

fonológicos “permitidos por pistas” (licensed by-cue) de Steriade (1997).

Conjuntando los pesos por año de muestreo, independientemente de la

variable que se trate, resulta que 1970 es un año que privilegia estructuras menos

marcadas (12 puntos frente a 8) y que en 2000 se revierte la tendencia y ahora son las

restricciones de identidad las que más pesan en la jerarquía, con 12 puntos también.

Estos pesos relativos, aunque obtenidos de manera artificial, confirman la idea del

regreso a la pronunciación más conservadora de las róticas del ECM en un lapso de

aproximadamente 30 años.

138
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

3.8.2. Sociolingüística de las róticas en el tiempo real

El papel de las mujeres, los grupos de edad, el nivel educativo y sobre todo la clara

asociación de la asibilación de ambas róticas con los mismos grupos de hablantes

permite también unificar el análisis sociolingüístico de estas consonantes. Lo

interesante ahora es contrastar los perfiles sociolingüísticos de las variantes más

contrastantes en términos tanto fonéticos como sociales: la variante asibilada y la

variante canónica. Los siguientes cuadros presentan los resultados de regresión

logística para las variables sociales en ambas variantes.

Cuadro 3.4. Perfil sociolingüístico de la asibilación de róticas en ECM (1970-2000)

1970 2000
/ɾ/  [ʑ] Mujeres (.747) Mujeres (.764)
Adultos (.712) Mayores (.583)
Alto (.655)
/r/  [ʑ] Mujeres (.646) Mujeres (.585)
Adultos (.756) Mayores (.706),
Bajo (.565) Adultos (.513)
Alto (.577)

Cuadro 3.5. Perfil sociolingüístico de las róticas canónicas en ECM (1970-2000)

1970 2000
/ɾ/  [ɾ] Hombres (.641) Hombres (.630)
Bajo (.567)
/r/  [r] Jóvenes (.630) Hombres (.545)
Alto (.593) Jóvenes (.695),
Adultos (.533)
Alto (.554)

139
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

Aunque no todas las variables entran en juego, sobre todo respecto a la

vibrante, es claro el contraste en al menos dos variables: sexo y grupo de edad.

Mientras que las mujeres adultas asibilaban más las róticas en 1970, los hombres

jóvenes preferían la pronunciación estándar. La asibilada y la canónica son

promovidas por personas de mayores estudios en el año 2000, pero pervive la

asibilación como pronunciación femenina en general.

3.8.3. Hacia una explicación de la retracción de la asibilación

¿Por qué pierde terreno la asibilación? Existen algunas rutas de explicación. Por un

lado, la asibilación, como toda variación lingüística en proceso de cambio, empezó a

cobrar interés en la comunidad hablante desde la época del primer muestreo. Varios

colegas que se formaron como lingüistas en la ciudad de México en los años 1960 me

han comentado que era un rasgo fonético censurado por sus profesores, ya que se

consideraba “habla afectada”, de “señoras riquillas” o simple rasgo de

“afeminamiento”18.

Todavía no contamos con estudios sistemáticos sobre las actitudes subjetivas

ante esta variante, en buena medida porque, como señalan L&MB (2003): “[l]a

variación lingüística asociada a (r) y a (rr) no ha formado parte hasta ahora de la

conciencia lingüística explícita de los hablantes. No es algo de lo que se hable, de lo

que se escuchen opiniones o se dejen oír reconvenciones. La escuela no da ninguna

recomendación abierta a los hablantes” (2003: 26). Sin embargo, la reciente

18 Mis colegas Ángeles Soler y Cecilia Rojas coinciden en esto.

140
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

estigmatización de la asibilación de róticas en los medios de comunicación masiva

como la televisión es un indicio de que el fenómeno está pasando al plano consciente

de la comunidad hablante (cf. Eller 2013).

Como ya se ha mencionado, recientemente la asibilada se utiliza como un

estereotipo del habla de hombres homosexuales en programas televisivos de alta

audiencia. Se trata, de hecho, de retratos cómicos y denigrantes de homosexuales (v.

supra). Si es verdad que la asibilada se está asociando a este grupo altamente

estigmatizado en la sociedad mexicana, el alejarse de dicho patrón de pronunciación

sería la opción esperable en la población heterosexual que mantiene prejuicios

negativos hacia los homosexuales. Siguiendo la argumentación basada en la

discriminación de género, tampoco puede descartarse la posibilidad de que la variante

pierda peso actualmente por considerarse un rasgo femenino, en una sociedad

mexicana que discrimina altamente a las mujeres (cf. Pfleger Biering 2009)19. En este

caso, se trataría de una retracción por estereotipo negativo, situación que se atestigua

también en Chambers & Trudgill (1998):

19 Por supuesto, estas hipótesis se basan en factores que podrían denominarse “perceptuales”: la

asociación que se hacía (y se hace) del rasgo en términos de percepción, en este caso,con mujeres de

clase media alta o alta y con hombres homosexuales, no coincide totalmente con lo que se encuentra

aquí: sí hay una preferencia de las mujeres por la asibilada, pero el grupo educativo bajo es el que lo

promueve, no el alto. Por otra parte, no debe ignorarse el hecho de que las mujeres típicamente son

líderes de los procesos de cambio, sobre todo aquellos vinculados con el prestigio (Labov 2006).

141
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

If very stigmatised forms become stereotyped in this way, it may only be a

matter of time before they disappear altogether, as the New York [əɪ]

pronunciation appears to be doing […]. When changes of this kind take

place, reversing as they often do the original direction of a linguistic

change, they can be called CHANGES FROM ABOVE, i.e. from above the level of

conscious awareness [Chambers & Trudgill 1998: 76; versalitas en el

original].

Otra posibilidad que ya se había mencionado en un trabajo anterior (Serrano

2008 a) es que probablemente era rasgo compartido por la generación trabajadora y

profesionista en los años 1970 como marca de identidad, ya que la generación adulta

suele estar más preocupada por la integración lingüística –esto si seguimos un modelo

como el de mercado lingüístico (Bourdieu 1984, 1990; Milroy & Gordon 2003) en el

que las interacciones comunicativas tienen un valor “de mercado” en la sociedad. El

rasgo pervivió en dicha generación pero no se heredó completamente a la siguiente.

L&MB (2003), al resumir sus hallazgos sobre la asibilación moderna de las róticas,

plantean la siguiente hipótesis:

¿Qué tienen en común entonces las personas que asibilan? Nuestra

hipótesis […] es que es el ascenso social, en la medida en que se considere

posible o deseable, con independencia de que se haya conseguido o no, el

motor que mueve a muchos de los informantes que encabezan el uso de

asibilaciones. Estos informantes son, de manera típica, mujeres, muchas de

142
Capítulo 3. Asibilación de consonantes róticas

ellas de origen humilde, trabajador o semirrural […] involucradas en la

consecución de objetivos muy específicos que las llevan a superarse por

encima del entorno inmediato que las rodea. Cambio que puede retraerse,

o desvanecerse incluso, una vez que las posiciones sociales se afianzan,

como ocurre en varios casos en que las hijas no siguen en este aspecto a sus

madres [subrayado mío].

Los resultados de esta investigación permiten apoyar esta hipótesis. Por

supuesto, hacen falta entrevistas más detalladas con los informantes y empezar a

rastrear, a través de estudios de actitudes o de percepción, el nivel de conciencia

sociolingüística de este interesante fenómeno sociofonético.

143
CAPÍTULO 4

DEBILITAMIENTO DE VOCALES ÁTONAS

Entre los rasgo característicos del español de la ciudad de México se destaca el

debilitamiento de sus vocales átonas, proceso conocido en la bibliografía tradicional

como de “vocales caedizas”. Si bien la distensión vocálica se produce en otras

variantes geográficas del español (Navarro Tomás 1963: 44; Moreno Fernández 2000)

como Ecuador (Lipski 1990) y especialmente en el Perú (Delforge 2008), es llamativo

el grado que alcanza en español de la ciudad de México (ECM), donde llega incluso a la

elisión total del segmento (Henríquez Ureña 1921 [1976]; Lope Blanch 1963-1964;

Moreno de Alba 1994; Serrano 2006; Lastra & Martín Butragueño 2003; Martín

Butragueño 2014). Este capítulo abordará los antecedentes de investigación, la

descripción fonética del proceso y propondrá un análisis sociolingüístico variacionista

a partir del habla de los 48 informantes que conforman la base de datos principal de
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

esta tesis. Tras el análisis, se presentará una discusión sobre los patrones

sociolingüísticos que sigue el proceso y una formalización en términos de Teoría de

Optimidad Estocástica.

4.1. DEBILITAMIENTO VOCÁLICO EN ESPAÑOL DE LA CIUDAD DE MÉXICO: ANTECEDENTES

DESCRIPTIVOS

Al menos desde el trabajo pionero de Charles C. Marden (1896 [1938]) se ha llamado

la atención sobre la variabilidad en las vocales del español de la ciudad de México

(ECM). Marden, en su Fonología del español de la ciudad de Méjico de 1896 --traducido

por Pedro Henríquez Ureña y publicado en 1938 en la Biblioteca de Dialectología

Hispanoamericana--, menciona la aféresis (elisión) vocálica y precisa que “el caso más

común de aféresis es la caída de la a inacentuada inicial en verbos de más de dos

sílabas: atrasado > , apetecer > peteceɹ, arrastrar > ɹ, arrancar > ɹ

[…]” (Marden 1896 [1938]: 103)1. Aunque Marden no reporta debilitamiento de las

vocales átonas en forma de ensordecimiento o elisión, sí abunda en el fenómeno del

cierre de /e/ y /o/ como un rasgo característico de esta variedad (1896 [1938]: 112-

118). Sin embargo, Henríquez Ureña (quien había hecho algunas observaciones sobre

debilitamiento de las vocales átonas en 1921) aclara en la nota 2 del capítulo III de

Marden: “Observación general: las vocales de la altiplanicie central de Méjico se

diferencian de las castellanas en que resultan comúnmente más breves; las

1 Todos los ejemplos citados se transcriben respetando las convenciones de transcripción fonética del

original (las de la Revista de Filología Española posteriores a 1915).

146
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

consonantes se destacan y adquieren predominio: bloques para apuntes > blocs

pr’apunts; pase usted > pas-sté; cómo está usted > cómo stá sté. Sobre este asunto hace

falta estudio especial” (Marden 1896 [1938]: 112, n. 2). Esto es, el fenómeno llamaba

la atención al menos desde los inicios del siglo XX.

Otras observaciones del fenómeno de debilitamiento y elisión vocálica se

encuentran en los trabajos de Boyd-Bowman (1952), y Canellada & Zamora Vicente

(1960), quienes confirman el rasgo. Sin embargo, dichos trabajos estaban basados en

impresiones aisladas de los autores. Para corroborar y corregir dichas afirmaciones,

Juan M. Lope Blanch (1963-1964) recogió datos de 52 informantes grabados

magnetofónicamente, de los que transcribió de 20 a 30 minutos; añadió anotaciones y

observaciones espontáneas de otros 48 informantes, completando con ello los datos

de 100 personas quienes --comenta Lope Blanch-- son “informantes pertenecientes a

las más diversas clases sociales y culturales: personas de ambos sexos y de muy

diferentes edades (entre los 15 y los 60 años), cuya habla representa la casi totalidad

de las distintas modalidades lingüísticas que pueden escucharse en la ciudad de

México” (Lope Blanch ibid.: 2). Los hallazgos de Lope Blanch, a partir de un total de

2,284 ejemplos, son múltiples y de gran interés, y de hecho constituyeron la base de

una investigación previa a la aquí presentada (Serrano 2006), en la que, en lo esencial,

se recuperaban las variantes principales que Lope Blanch mismo detectaba: relajación

intensiva, vocal debilitada, vocal mínima y elisión. Dicho autor encuentra en general

que “el debilitamiento o pérdida de las vocales no depende básicamente de la posición

silábica que la vocal guarde con relación al acento principal de la palabra, sino del

147
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

entorno consonántico que la envuelva” (Lope Blanch ibid.: 7); también menciona la

influencia decisiva de la consonante fricativa sorda coronal /s/ (pp. 8-9, 12), y de la

posición prepausal, sobre todo a final de emisión (p. 18). Otras observaciones

fonético-articulatorias de Lope Blanch se recuperarán en la descripción de estas

variantes infra. También es muy importante destacar que el autor no hallaba patrones

sociolingüísticos del debilitamiento:

Como resumen, puedo anticipar que en la debilitación y pérdida de las

vocales no se aprecia disposición sistemática alguna por lo que al nivel

sociocultural de los hablantes se refiere. Como bien observaron ya Ma. J.

Canellada & A. Zamora [1960], el fenómeno puede aparecer “en todas las

clases sociales, desde personas de cultura superior hasta los últimos

estratos” (p. 225); y lo mismo en adolescentes y jóvenes que en personas

maduras o ancianas. Junto a un estudiante que debilite las vocales hasta el

máximo y a cada momento, otro de su misma edad y condición social las

mantendrá todas con igual firmeza que un castellano. No hay, pues,

sistematización social y cultural de ninguna clase. Si me viera obligado a

declarar en qué ámbito parece producirse el fenómeno con alguna

regularidad o intensidad, tal vez pudiera decir que los materiales por mí

reunidos apuntan vagamente hacia personas jóvenes de cultura media o

superior [Lope Blanch ibid.: 4; subrayado en el original].

148
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

Dado que en dicho trabajo se reportaba la total generalización del fenómeno y

que no se encontraba ninguna asociación clara con alguna variable social, resulta de

especial interés observar si la variabilidad del debilitamiento vocálico en ECM ha

evolucionado en un período de más de 30 años y si existe ahora (o no) una asociación

del fenómeno con factores sociales2.

Otro trabajo que aborda el problema del debilitamiento vocálico pero en la

variedad del Perú es el de Delforge (2008), quien pone especial atención al proceso

fonético acústico y articulatorio del debilitamiento, sin atender a factores

sociolingüísticos. En la introducción a su detallado análisis en términos de fonología

articulatoria (Browman & Goldstein 1989, 1990), Delforge (2008: 107) comenta que:

“Spanish [unstressed vowel reduction] appears to be a relatively homogeneous

process, exhibiting the same basic characteristics in Mexico and the Andes”. Entre las

características que son similares en ambos países, destaca que los efectos del

debilitamiento son graduales y variables, que existe una tendencia a concentrarse en

las vocales medias /e/ y /o/ y en contacto con /s/, y finalmente, que se presenta más

en las sílabas a final de palabra (Delforge 2008: 107). La investigación de Delforge se

basa en el habla de entrevista de 16 informantes: 14 hombres y dos mujeres,

2 Aunque la reducción vocálica en ECM no parece estar muy presente en la conciencia sociolingüística

de la comunidad, es posible encontrar ejemplos de reflexión sobre el proceso. En un artículo de opinión

capitalino (Metro, 4/mayo/2010, p. 20) encontré la siguiente expresión: “¡Misión cumplida! A sus

or’densss, jefe!”, donde se resalta la elisión de la segunda vocal /e/ en la palabra órdenes (quizás el

autor quiso plasmar algo como [óɾ.de.nsː]).

149
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

hablantes que resultaron “frequent vowel reducers” (Delforge 2008: 109) dentro de

una muestra de 180 personas de la ciudad andina de Cusco. Una diferencia sustancial

respecto a la investigación de esta tesis (y con Lope Blanch 1963-1964) es que

Delforge elimina del conteo las palabras pues, entonces y digamos, de alta presencia

estadística y que típicamente presentan vocales debilitadas. Esta decisión analítica

tendrá un impacto en la comparabilidad de los resultados, como se verá más adelante.

Por el momento se pueden destacar algunos de los hallazgos más importantes de

Delforge –basados en el análisis espectrográfico de 16,581 vocales átonas, entre las

cuales detecta 1,648 debilitadas. Que por un lado, existe una tendencia al

ensordecimiento en sílaba átona y en contexto de consonantes sordas; que las vocales

/e/ y /o/ son las más susceptibles al ensordecimiento; que no se trata de un

fenómenos de centralización (o “reducción”, como se llama tradicionalmente al

fenómeno), sino principalmente de distintos grados de ensordecimiento, y que no

existe un efecto significativo de la velocidad del habla3.

3 Para una discusión profusa de los hallazgos de Delforge (2008) véase Martín Butragueño (2014: 168-

173). Respecto a la centralización de las vocales átonas en habla espontánea, Poch Olivé, Hermegnies &

Martín Butragueño (2008), al comparar habla de laboratorio y de entrevista en dos informantes (de

España uno, de México otro), encuentran que, en contraste con el habla de laboratorio, el habla de

entrevistas promueve una menor distancia de las vocales en el espacio formántico. Esta tendencia a la

menor cardinalidad y mayor traslape de los timbres vocálicos en habla de entrevistas sociolingüísticas

se confirmó también en un estudio de Martín Butragueño (2014: 145-163) con ocho informantes de

ECM.

150
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

En Serrano (2006) se hace el análisis sociolingüístico de este proceso en el

habla de 12 informantes. A partir de una base de 847 ejemplos (obtenidos en 30 min

de transcripción y la lectura de un texto de media cuartilla de extensión por

informante), Serrano confirma básicamente los hallazgos de Lope Blanch sobre el

contexto fónico del debilitamiento vocálico (consonantes sordas, especialmente /s/) y

también la poca correlación con factores sociales, aunque ahora la variable sexo juega

algún papel en las reglas variables trazadas en dicho trabajo: los hombres debilitan

más que las mujeres; además, el debilitamiento es susceptible de cancelarse en el

estilo de lectura en voz alta (Serrano 2006: 54).

Por su parte, el reciente análisis sociolingüístico y dialectológico de Martín

Butragueño (2014: Cap. 2) explora el problema a la luz de los datos del Atlas

Lingüístico de México (Lope Blanch [dir.] 1990, 1992). Puede destacarse que dicho

autor, además de confirmar lo reportado en la bibliografía aquí reseñada sobre el

importante papel del fonema /s/ y el contexto final de emisión ([Vs#]) en el

debilitamiento (Martín Butragueño 2014: 232-233), también encuentra que el

proceso está significativamente asociado con hombres y con personas de nivel

educativo bajo (2014: 239-240). Por otra parte, en un modelo de sólo cinco zonas

geográficas, la región centro-este del país (Distrito Federal, Puebla, Tlaxcala, Oaxaca y

Veracruz) es la que concentra mayores índices de debilitamiento (2014: 226, Cuadro

2.16) y que, en un modelo más fino, de nueve zonas, es precisamente la zona “México

central” la que más debilita (2014: 228, Cuadro 2.17), lo que permite confirmar el

rasgo como propio de la comunidad de habla estudiada en esta tesis.

151
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

Este breve recuento ha permitido contar con un panorama lingüístico y social

general del proceso de debilitamiento vocálico, que se irá discutiendo con los datos de

esta tesis. Como en el capítulo anterior, en las secciones siguientes se presentará una

discusión sobre la fonética y fonología del proceso de debilitamiento vocálico y de las

variantes consideradas, se discutirán los resultados del análisis cuantitativo y se

pondrá especial atención en el papel de la frecuencia de uso y en el perfil de los líderes

lingüísticos de la elisión vocálica.

4.2. FONÉTICA Y FONOLOGÍA DEL DEBILITAMIENTO VOCÁLICO EN ESPAÑOL DE LA CIUDAD DE MÉXICO

En trabajos anteriores se ha definido el proceso de debilitamiento de las vocales

átonas como una afectación en el carácter sonoro o sordo de la vocal y/o en su

duración (Lope Blanch ibid.; Serrano 2006; Delforge 2008). En un trabajo previo a la

presente investigación (Serrano 2006), consideré cuatro variantes debilitadas: vocal

relajada ([v] de menor intensidad general, con o sin ensordecimiento), vocal

completamente sorda [v], vocal mínima [(v)] (poca duración y completamente

ensordecida) y elisión [ø], ello para poder realizar comparaciones con los trabajos de

los años sesenta. Ahora puede resultar más interesante organizar las variantes en un

continuum más simple, de mayor a menor sonoridad, que culmine en la elisión de la

vocal. Por tanto, de las cuatro variantes originalmente transcritas en este corpus, se

hizo una agrupación de las variantes sordas (las llamadas “sorda plena” y “vocal

mínima” en Serrano 2006). Véase el siguiente esquema:

152
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

AGRUPAMIENTO DE VARIANTES DEL DEBILITAMIENTO VOCÁLICO

Serrano (2006): v  v  (v)  ø

2014: v  v  ø

Las variantes ahora son sólo tres y se ordenan en un continuum que inicia en

una vocal relajada pero no necesariamente sorda, le seguiría una variante sorda (con

duración normal o reducida) y finalmente la elisión. A continuación se describen las

características acústicas y articulatorias de cada una de estas variantes.

4.2.1. Variante relajada (o reducida) [v]

La realidad acústica de las variantes de vocales debilitadas se exploró con dos

informantes jóvenes (hombre y mujer) de estudios universitarios. Se recogieron

algunos ejemplos de las variantes que interesan aquí y se analizaron a través del

Computer Speech Lab (Kay Elemetrics) con datos de entrevistas sociolingüísticas (para

otros ejemplos, se utilizó PRAAT). Un ejemplo de variante relajada se presenta a

continuación:

153
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

l a s ˈk a s a s

Figura 4.1. Oscilograma y espectrograma de la frase las casas que muestra una vocal
relajada (ancho de banda: 4,000 Hz)

La última vocal a presenta sólo un pulso glótico (visible en el oscilograma

superior) que contrasta con los cinco pulsos de la vocal acentuada en la sílaba [ˈka],

presenta una estructura formántica mucho menos definida que las dos precedentes y

la duración es un poco más breve que en las demás. Coincidiría en lo general con la

vocal que Delforge (2008: 111) llama partially devoiced/shortened. Martín Butragueño

(2002: 88) propone una representación fonético-fonológica en la que se analiza la

reducción de la duración de la vocal en el nivel moraico. La vocal breve llevaría

asociado un valor moraico igual a y (un valor entre 0 y 1); la consonante siguiente

absorbería la pérdida de duración aumentando su propio valor en moras mediante la

operación 2-y, lo que permite obtener siempre un valor de 2 moras para el núcleo y

coda silábica de una palabra, como pasos pronunciada como [pá.sos]. La

representación de Martín Butragueño (2002: 88) es la siguiente:

154
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

σ σ

μ μ yμ (2-y)μ

C V C  C V C

ˈpa. s o s ˈpa. s o s

Figura 4.2. Representación fonológica de la pérdida de duración de vocales átonas

De esta manera, aunque se perdiera material fónico, la sílaba mantendría su

peso moraico original. Dicho modelo se basa también en la observación de dicho autor

(a partir del análisis del habla de un informante masculino, joven, originario de la

ciudad de México) de que parece existir un efecto de alargamiento compensatorio de

la segunda [s] en estructuras como pesos, pasos o cosas, en las que la vocal debilitada

se encuentra entre dos fricativas sordas (2002: 72-81). El autor aclaraba, sin embargo,

que hacían falta más datos para confirmar esta hipótesis. En su más reciente

investigación, el autor dedica un importante apartado (Martín Butragueño 2014: 176-

188) a la cuestión de la reducción de la duración de las vocales átonas y la interacción

con el acento y la entonación como parte del complejo fenómeno del debilitamiento.

Sus datos, obtenidos del Corpus sociolingüístico de la Ciudad de México (CSCM)

confirman que la menor duración puede formar parte del esquema general de

155
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

debilitamiento vocálico, el cual implicaría también algún nivel de ensordecimiento y

de centralización4.

4.2.2. Variantes sordas [v]

Las variantes sordas, por otra parte, presentan total ausencia de pulsos glóticos, pero

pueden tener o bien una duración estándar (lo que se llamaba “sorda plena” en

Serrano 2006: 38) o reducirse al grado de resultar prácticamente imperceptibles (las

vocales llamadas “mínima o reducida” de Lope Blanch [ibid.: 5] y “mínima” en Serrano

2006: 39). El ensordecimiento se representaría fonológicamente como la asociación

del rasgo del nodo Laríngeo (en este caso [-sonoro]) del segmento sordo adyacente a

la vocal afectada o, alternativamente, como la disociación del rasgo [+son] de la vocal.

Se presenta un ejemplo en la siguiente figura.

4 “La complejidad y las diferencias entre cada uno de los ejemplos parecen argumentos para, en el

futuro, considerar las correlaciones del debilitamiento vocálico a partir de varios parámetros acústicos

independientes (además de por medio de la estructura prosódica), y no a partir de variantes

“empaquetadas” y obtenidas por medio de métodos perceptuales. Otra de las preguntas fundamentales

es si el fenómeno del debilitamiento es ante todo segmental o prosódico. Aunque normalmente se trata

de sílabas átonas, y su colaboración en la portación del tono es modesta, también la hipoarticulación

puede impedir que se cumplan con claridad todos los objetivos tonales” (Martín Butragueño 2014:

188).

156
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

ƀ o ˈn i t o

Figura 4.3. Oscilograma y espectrograma de la palabra bonito con vocal final sorda

Las manchas horizontales en la vocal sorda parecen vestigios de F1 y F2. Al

quedar rastros de estructura formántica, quizás esto permitiría a un oyente distinguir

la cualidad de la vocal ensordecida --aspecto que se comenta un poco más adelante

respecto a la elisión. Para Ohala (1983) el ensordecimiento de vocales puede deberse

entre otras razones a: 1) la asimilación parcial con segmentos sordos adyacentes5 y la

pausa (las cuerdas vocales se pueden separar un poco); 2) una presión subglotal

reducida que se presenta en las vocales inacentuadas o en las que siguen a una

consonante con una gran corriente de aire, como [ph]; 3) la brevedad de la vocal, ya

que entre más corta, es más susceptible al ensordecimiento (Ohala 1983: 203).

5 En el trabajo de Ohala (1990) sobre asimilación se sugiere que, en general, lo más probable es

encontrar patrones en que se propague la sordez antes que la sonoridad (1990: 266), justo lo que

ocurre en ECM.

157
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

Coincidirían estas variantes con las que Delforge (2008: 111) denomina completely

devoiced.

El siguiente ejemplo de vocal entre segmentos fricativos sordos [s] deja aún

más claro el carácter sordo de esta variante y permitirá contrastarlo con la variante

elidida en el mismo contexto (espectrogramas realizados a través de PRAAT6):

ˈp e s o s
Figura 4.4. Oscilograma y espectrograma de la palabra pesos con vocal /o/ sorda.
(Ancho de banda: 5,000 Hz)

6 Dado que estaba analizándose las vocales, el ancho de banda en estos espectrogramas se fijó a 5000

Hz, aunque debe reconocerse que las vocales sordas, al estar rodeadas de fricativas, se analizan mejor

con un ancho de banda de 11,000 Hz.

158
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

En este ejemplo se aprecia el espacio sordo entre ambas fricativas y vestigios

del F2. Dentro de la variante sorda se contaron todos los ejemplos que se han descrito

como “vocal mínima” porque son también sordas, aunque prácticamente no dejan

huella en el espectrograma. Normalmente estas no permiten distinguir su timbre

vocálico, algo que también señalaba Lope Blanch (ibid.), quien las describe como

“vocal mínima indiferenciada, de timbre impreciso: [p(e)stola], ‘pistola’, [ermánes],

‘hermanos’, [est(e)s personas], etc.” (Lope Blanch ibid.: 5, n. 14; énfasis y transcripción

como en el original).

4.2.3. Variante elidida

El grado máximo de debilitamiento vocálico en ECM es el cero fonético. Compárese la

Figura 4.4. con la siguiente, donde se muestra, en un ejemplo distinto de la misma

palabra <pesos> y con el mismo informante, lo que se entiende en esta tesis como una

‘elisión total de la vocal con rastros articulatorios vocálicos en los segmentos

consonánticos adyacentes’:

159
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

ˈp e s sː

Figura 4.5. Oscilograma y espectrograma de la palabra pesos con elisión total de la

vocal /o/. (Ancho de banda: 5,000 Hz)

Si se pone atención en la parte superior del segmento correspondiente a [s] en

la figura, existen dos manchas de intensidad de la fricción, una al inicio seguida de una

sección un poco más clara y otra al final (variaciones de intensidad marcadas también

por la curva de intensidad, que sube un poco hacia el final del espectrograma), que

sugieren una articulación de [s] en dos momentos, esto es, una especie de [s]

rearticulada. Esta pronunciación había sido descrita casi en los mismos términos por

Lope Blanch (ibid.) y Boyd-Bowman (1952), quienes la caracterizan como

160
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

una interrupción breve, pero evidente; su articulación no coincide con la de

una s larga, sino que se acerca más a la de las consonantes geminadas […].

Que el resultado de svs no es una sola s larga ya lo había advertido Boyd-

Bowman: “Cuando hay encuentro de dos s, una es siempre silábica. En es’s

ras’s ent ns’s no tenemos una s larga y uniforme (*entons:), sino dos: la

división silábica entre ellas va marcada por un ligero y brevísimo

relajamiento de la sibilación, sin que esta deje de ser continua y sorda. Con

una s fuerte y continua (*es:, *gras:) las palabras quedarían extrañamente

alteradas (n. 5) [Lope Blanch ibid.: 13].

Este aspecto fonético deberá analizarse en el futuro con detalle, pero

independientemente del proceso exacto de su articulación, es evidente que la elisión

de la vocal entre sibilantes produce secuencias fonológicamente inusitadas en otras

variantes del español, como este ejemplo, donde la [s] tendría que constituir el núcleo

silábico7. Mi hipótesis respecto a la conservación del sentido de la palabra con vocal

elidida es que esta última deja un rastro articulatorio en la sibilante para que el

hablante pueda reconstruir la vocal original; en algunos casos puede ser una

7 Para Francisco Arellanes (comunicación personal), más bien se trataría de una [s] “más robusta” que

no constituye núcleo silábico pero que sí deja pistas al oyente para poder determinar la pieza léxica en

cuestión. Para Perissinotto (1975: 26-33) --contrariamente a todo lo reportado en estudios previos--

resulta claro que no existen procesos de elisión total. Según reporta dicho autor, esto lo descubrió a

partir de un breve ejercicio de fonética perceptual que realizó con 20 hablantes a quienes presentó

frases con elisiones totales de vocal que se volvían ininteligibles (1975: 28).

161
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

pronunciación de [s] acompañada de redondeamiento de labios (v.g.: pesos) y en otros,

de estiramiento de labios (como en peces).

Para poner a prueba esta hipótesis, en Serrano (2010 b) se analizaron 24 casos

de elisión con datos obtenidos en el campo y otros ocho datos de habla de laboratorio.

Se obtuvieron spectral slices de la parte central del segmento [s] dejado tras la elisión

para ver si existía una correlación entre la frecuencia pico y el tipo de vocal elidida.

Aunque los resultados son todavía muy preliminares, al menos las secuencias /sVs/,

como en cosas o peces, muestran que la frecuencia pico de la [s] dejada tras una elisión

de [o] es menor (5766 Hz, promedio de 5 casos) a la de las [s] dejadas tras elisión de

[e] (6413 Hz, promedio en 3 casos), lo que puede sugerir que, en efecto, la vocal deja

un rastro articulatorio que permite identificar correctamente la palabra (un par

mínimo puede ser <besos> /ˈbe.sos/ vs. <veces> /ˈbe.ses/). Por supuesto, hacen falta

muchos más datos y un estudio de percepción. Sin embargo, de confirmarse estas

tendencias, permitirían entender también por qué se permite la elisión total de

segmentos vocálicos en ECM.

Finalmente, la elisión vocálica puede producir también grupos consonánticos

muy complejos en los cuales no parecen quedar rastros vocálicos. En el siguiente

espectrograma se muestran dos elisiones de la vocal en la sílaba final: en la palabra

<cuatrocientos> y en la palabra <pesos>; la que interesa es la primera de estas

elisiones:

162
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

k w a t ɾ o ˈs j e nt s ˈp e s sː

Figura 4.6. Oscilograma y espectrograma de la frase cuatrocientos pesos. (Ancho de


banda: 5,000 Hz)

Llama la atención la brevísima duración de todos los elementos que se

encuentran en coda en la secuencia [nts]: entre los tres suman una duración de 85 ms.

Esto contrasta de forma muy interesante con lo reportado en Rodríguez & Mora

(2001: Cuadro 4) en su trabajo sobre las consonantes en coda silábica en la misma

variedad que estudiamos, quienes encontraron que un grupo de dos consonantes

163
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

sordas en coda tiene en promedio una duración de 166 ms8. En cambio, la secuencia

[ss:] en pesos dura 238 ms, frente a los 44 ms que dura la primera [s] de la palabra

cuatrocientos9.

Hasta aquí la descripción acústica y articulatoria de las variantes consideradas.

En las siguientes secciones se detallan los factores internos tomados en cuenta para el

análisis cuantitativo, los resultados y la discusión sobre la fonologización del proceso

en términos de Teoría de Optimidad Estocástica.

4.3. VARIABLES INTERNAS EN EL ANÁLISIS DEL DEBILITAMIENTO VOCÁLICO

En un estudio previo de las vocales átonas en la ciudad de México (Serrano 2006) con

una muestra de 12 informantes -distinta de la utilizada en esta tesis- se había

considerado como variable independiente el acento de las sílabas adyacentes; los

resultados mostraron que el contexto acentual que favorece el debilitamiento vocálico

es [‘σ___σ] (Serrano 2006: 45, Tabla 5), de modo que palabras como cómete serían

ideales para el debilitamiento en la sílaba intermedia [me]. Sin embargo, el nuevo

grupo de datos (con 48 informantes) arrojó muy pocos casos de debilitamiento en

8 Por supuesto que aquí debe considerarse que los datos de Rodríguez & Mora (2001) son de habla de

laboratorio y lectura de textos, estilos que producen un habla de tempo más lento que el habla

espontánea de estas entrevistas.

9 Además de estos casos de rastros de material vocálico en [s], algunos ejemplos transcritos sugieren

que la vocal puede dejar rastros también en la consonante previa (a través de sonorización) en

secuencias como pues sí que se realizan como [ƀ.s ] o [ƀ.z ]. uevamente, estos casos deben analizarse

acústicamente con sumo detalle.

164
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

palabras de tres o más sílabas. En un estudio con los primeros 24 informantes del

presente corpus –658 casos totales (Serrano 2008 b)--, el 98% de casos de

debilitamiento (648) se presentó ante [s] y (casi siempre) pausa, como en [ˈes.tos/], o

ante pausa simple [ˈka.sa/], por lo que se decidió trabajar solamente con ejemplos en

contexto prepausal.

Dicha decisión analítica provocó que el factor tonicidad resultara superfluo,

porque si se toma en consideración que la mayoría de las palabras en español son de

acento paroxítono (graves), entonces el valor [+acento] en la penúltima sílaba habría

resultado excesivamente predominante en la base de datos, lo que podría llevar a

interpretaciones erróneas sobre el papel de dicho factor.

De este modo, el análisis fónico se simplificó para atender solamente los

factores que: a) se presentaran de manera abundante en el corpus; y b) que hubieran

mostrado un papel importante en estudios previos.

Las variables internas quedaron codificadas de la siguiente manera:

Cuadro 4.1. Variables internas para el análisis del debilitamiento vocálico

Variante Contexto anterior Contexto posterior Factor léxico


1=relajada k= cons. sorda s= [s] n= poco frecuente
2= sorda g= cons. sonora p= pausa l= frecuente
4= elisión

Dado que el papel de la frecuencia de uso es importantísima en los procesos de

desgaste fónico como el que aquí se analiza (Bybee & Hopper 2001; Pierrehumbert

165
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

2001; Coetzee 2008), se elaboró una lista de palabras y morfemas considerados

frecuentes o que ya se encuentran prácticamente lexicalizadas con una forma

abreviada. En el trabajo de Lope Blanch (ibid.) se mencionan: “antes, pesos, gracias,

entonces, nosotros, tardes, precisamente, pues, casas, otros, morfema verbal –mos,

sintagmas que está, que es” (ibid.: 6, n. 18); a estas formas se añadieron los

demostrativos eso(s), esa(s); el morfema –cientos; palabras en diminutivos -ito/a(s) y

aumentativos -ote/a (s), y las palabras noche(s), coche(s), bonito/a (s), veces, meses y

parte (s).

4.4. CRITERIOS DE TRANSCRIPCIÓN AUDITIVA

En Serrano (2006) se realizó una transcripción auditiva que no distinguía entre

debilitamiento debido al decaimiento de la energía articulatoria a final de emisión y

aquél que se producía en contextos de articulación plena. Por lo tanto, los índices de

debilitamiento (en 12 informantes) en 2006 son llamativamente más altos que en el

estudio con 24 hablantes reportado en Serrano (2008 b) y en esta tesis. En el primero

(Serrano 2006: 44) el promedio fue de 63 vocales debilitadas por informante,

mientras que en Serrano (2008 b) baja el promedio a 27 y para esta tesis el promedio

es de 29. Debe aclararse que no se trata de los mismos informantes y que, según mi

impresión, la espontaneidad del habla en el estudio de 2006 es mayor que en los otros

dos, lo que también contribuye a estas diferencias tan marcadas en el índice de

debilitamiento general10.

10 En la siguiente tabla se comparan los resultados de Serrano (2006) con los de esta tesis:

166
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

En esta ocasión se decidió poner atención en los debilitamientos que no fueran

propiciados por el fenómeno de relajamiento articulatorio propio de los finales de

emisión, para tener una visión más parecida a la que buscaba Lope Blanch en su

ensayo de los años sesenta (ibid.).

Por otra parte es importante señalar que, contraviniendo el principio de

exhaustividad o de “rendición de cuentas” (principle of accountablity, Tagliamonte

2006: 12-13), no se transcribieron los casos de no debilitamiento. Como ya se

comentó supra, en realidad fuera del contexto prepausal las vocales átonas no suelen

debilitarse en índices importantes, por lo que se habría obtenido una cantidad

Serrano (2006) 2014


[ v] 83 (9.7%) 54 (3.8%)
449 (53.0%) 760 (54.1%)
[ ] 124 (14.6%) 272 (19.3%)
[Ø] 191 (22.5%) 317 (22.6%)
Totales 847 (100%) 1403 (100%)

A pesar de que los criterios de transcripción fueron un poco diferentes, llama la atención que la

distribución de variantes es muy similar en ambos trabajos. Nótese que en Serrano (2006) se reporta

un 53% de vocales sordas y ahora el porcentaje es de 54.1%; un resultado prácticamente idéntico

respecto a la elisión: 22.5% en 2006, frente a un 22.6% en 2014. El único valor diferente (y esperable)

es que en la transcripción de 2014 son menos los casos de la variante relajada (3.8% frente al 9.7%

reportado en 2006). Por lo tanto, puede afirmarse que la tendencia estadística se ha repetido a pesar de

las diferencias en los muestreos, lo que a su vez indica que podemos confiar en que el proceso de

transcripción ha sido adecuado.

167
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

abrumadora de casos de no debilitamiento. Se prefirió en este estudio concentrar la

atención en las restricciones fonéticas de detalle que intervienen, por ejemplo, en las

elisiones, lo que permitirá abrir la discusión sobre los procesos de cambio fonético y la

interacción de factores sociales en los mismos.

4.5. EL CORPUS TOTAL DE VOCALES DEBILITADAS: UN PRIMER ANÁLISIS

En total se transcribieron 1403 ejemplos de vocales debilitadas en el corpus de 24

horas de grabación transcribiendo todos los ejemplos surgidos en media hora por

cada uno de los 48 informantes. Como ya se comentó, el promedio es de 29 casos por

hablante, bastante menor al promedio de 44.3 ocurrencias en los 52 informantes

transcritos por Lope Blanch (ibid.)11. Estas diferencias, sin embargo, no son tan

grandes si se compara sólo con los datos de 1970 en esta tesis, ya que estos

informantes de dicho muestreo presentan 35.3 de vocales debilitadas (producto de

dividir 847 casos entre 24 informantes). Por supuesto, siempre existirá la posibilidad

de que los criterios impresionísticos para determinar una vocal “debilitada” hayan

sido algo distintos (en este caso, más exigentes en esta tesis). Sin embargo, los

criterios de transcripción aplicados son los mismos para ambos muestreos, lo que

asegura la comparabilidad.

11 Este promedio se obtiene de dividir los 2,284 datos totales entre 52 informantes. Hay que recordar

que en dicho recuento Lope Blanch incluyó a tres informantes españoles que tenían más de 20 años en

la ciudad de México, quienes presentaban cierto grado de adopción del fenómeno (Lope Blanch ibid.: 2-

3, n. 5).

168
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

Realizar un análisis del corpus total permite tener un panorama muy general

del fenómeno. A continuación se analiza la variabilidad vocálica en el corpus total para

poder dar una idea de los pesos de cada factor y el efecto del tiempo en los mismos.

Las tres variantes organizadas en el continuum de sonoridad-sordez arriba

propuesto se distribuyen de la siguiente manera:

Tabla 4.1. Vocales debilitadas en 48 hablantes de ECM

Variante N f
[v] 54 (3.8%)
1032 (73.6%)
[Ø] 317 (22.6%)
Totales 1403 (100%)

De entrada es claro que, de producirse una vocal debilitada, esta será

predominantemente sorda (73.6%) o se elidirá (22.6%), mientras que en muy pocas

ocasiones reducirá su duración (3.8%). Delforge (2008: 112) reporta 56% de

variantes totalmente sordas (completely devoiced), 25% de vocales débilmente

sonorizadas, 10% de vocales partially devoiced/shortened –que se corresponden

aproximadamente con la variante “relajada” de esta tesis) y sólo 9% de vocales

apparentely elided (Delforge 2008: 111-112), lo que sugiere en realidad un gran

parecido en cuanto a las proporciones de las variantes sordas, que en ambos estudios

son las de mayor peso estadístico. Al contar con tan pocos casos de la variante relajada

(sólo 54), en algunos de los análisis en GoldVarb se decidió sacar esta variante y

169
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

realizar los recorridos de probabilidad solamente con dos variantes: a) vocal con

cierto nivel de ensordecimiento y b) cero fonético.

La siguiente tabla compara la distribución de las variantes debilitadas en el

tiempo real:

Tabla 4.2. Debilitamiento vocálico en ECM 1970-2000 (N=1403)

1970 2000
[v] 83 (6.8%) 10 (1.3%)
449 (68.9%) 586 (77.5%)
[Ø] 191 (24.3%) 160 (21.2%)
Totales 847 (100%) 756 (100%)

El índice global de debilitamiento vocálico es menor en el año 2000 (pasó de

847 ejemplos en 1970 a 756 en 2000, una disminución del 10.7%), lo que ya de

entrada sugiere una tendencia general a la preferencia por las vocales plenas en

tiempos modernos. Dentro de las variantes debilitadas, es llamativo el avance de las

variantes sordas en un plazo de 30 años, de más de ocho puntos porcentuales. En

sentido contrario, las variantes relajadas descienden muchísimo (de 6.8 a 1.3%).

Finalmente, el porcentaje general de elisión baja 3 puntos (de 24 a 21%), pero sigue

siendo una característica importante del ECM. Gráficamente las tendencias quedan de

esta manera:

170
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

0,9

0,8
0,77
0,7
0,68

0,6

0,5

0,4

0,3

0,24 0,21
0,2

0,1
0,06
0 0,01
1970 2000
v V [-son] Ø

Figura 4.7. Evolución del debilitamiento vocálico 1970-2000 (N=1403)

La siguiente tabla añade los resultados de probabilidad general de cada

variante según el año de muestreo en un análisis sobre el corpus total, esto es, se trata

de responder a la pregunta: “¿qué peso tiene el año de muestreo en la selección de

cada variante?”.

171
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

Tabla 4.3. Peso del año de muestreo en el debilitamiento vocálico (N=1403)12

1970 2000
Input f Pb 1 Pb U&D f Pb 1 Pb U&D
[v] (.021) 6.8 .722 .722 1.3 .307 .306
(.853) 68.9 .442 .443 77.5 .550 .549
[Ø] (.054) 24.3 .492 - 21.2 .507 -

Son muy pocos los datos de la variante relajada (54), pero aun así los análisis

binomial de un nivel y de subida y bajada (en adelante Pb1 y PbU&D, respectivamente)

permiten confirmar la tendencia a la baja en los datos modernos (pasó de .722 en

1970 a .306 en 2000). Un poco más tímidamente (siempre cerca de .500), pero el

análisis de probabilidad señala a los informantes del año 2000 como más

favorecedores de las variantes sordas. Finalmente, el año de muestreo no es

significativo para la elisión, como lo muestra su no selección en el análisis de

regresión escalonada (Bin U&D) y el valor de .507 para el año 2000 en el análisis

binomial de un nivel.

12 Hay que aclarar que todos los cálculos de probabilidad en este capítulo (y el anterior) son

multivariables: a menos que se indique lo contrario, se incluyen todas las variables en los recorridos,

tanto internas como externas. Para los cálculos de esta tabla se ignoraron las variables ‘Año de

nacimiento’ y ‘Edad’ para evitar el sesgo estadístico que produciría la inclusión de tres variables

vinculadas al tiempo.

172
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

.8

.722
.7

.6
.550
.5 .492 .507
.442
.4

.3 .306

.2

.1

0
1970 2000

v V [-son] Ø

Figura 4.8. Evolución probabilística del debilitamiento vocálico 1970-2000 (N= 1403)

El 33.5% de los ejemplos recogidos en la presente investigación (471/1403)

formaban parte de un elemento frecuente. La siguiente tabla compara la distribución

de las variantes según se trate de elementos frecuentes o no frecuentes.

173
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

Tabla 4.5. Debilitamiento vocálico y peso del factor léxico (N=1403)

Frecuentes No frecuentes
[v] 14 (3%) 40 (4.3%)
201 (42.7%) 831 (89.2%)
[Ø] 256 (54.4%) 61 (6.5%)
Totales 471 (100%) 932 (100%)

La distribución diferenciada de las variantes permite asegurar que existe una

correlación con la frecuencia de uso: mientras que la mayoría de las palabras no

frecuentes terminó en una vocal sorda (89.2% de las ocasiones) y con muy pocas

elisiones (6.5%), las palabras frecuentes presentan como variante mayoritaria la

elisión (54.4%). Dicho de otra manera, de todas las elisiones vocálicas en el corpus

(317), el 80% (256) se produjo en palabras frecuentes, correlación que se confirmó

claramente con el análisis de probabilidad (v. infra). También los factores internos

están vinculados a la frecuencia de uso:

Tabla 4.6. Contexto fonético y factor léxico en el debilitamiento vocálico

Frecuentes No frecuentes
C[-son]__ 460 (97.7%) 644 (69.1%)
C[+son]__ 11 (2.3%) 288 (30.9%)
Totales 471 (100%) 932 (100%)
__// 88 (18.7%) 583 (62.6%)
__[s] 383 (81.3%) 349 (37.4%)
Totales 471 (100%) 932 (100%)

174
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

La tabla muestra una fuerte correlación estadística entre el carácter más

frecuente de la palabra y un contexto fonético específico: consonante sorda

precedente y una [s] después. Por supuesto, la lista de elementos que sirvió para

clasificar los ejemplos contiene una mayoría de palabras con esos contextos (cosas,

muchos, -cientos, pues, morfema plural, etc.) y a ello se debe también dicha tendencia.

La elevada proporción de estas palabras con una [s] final (81.3%), sin embargo, no

está tan claramente determinada por la lista; más bien, puede responder a una

tendencia general en español a que una gran proporción de finales de emisión sean en

[s], segmento muy productivo a final de palabra en esta lengua. Se confirma en todo

caso el patrón reportado por Lope Blanch (ibid.: 8-9): “La consonante que más

favorece el debilitamiento y pérdida de cualquier vocal es, sin duda alguna, la /s/,

como ya había advertido muy atinadamente Boyd-Bowman […]. De los 2,284 casos

registrados, 2,036 presentan contacto anterior o posterior de la vocal con /s/, lo cual

equivale a casi el 90% del total absoluto”.

4.6. PESO DE LOS FACTORES LINGÜÍSTICOS Y SOCIALES SOBRE EL DEBILITAMIENTO VOCÁLICO

En este apartado se comentan los resultados del análisis VARBRUL de regresión

logística en cada variante, atendiendo sobre todo a su evolución en el tiempo real.

4.6.1. Variante relajada

De la variante relajada sólo surgieron 54 casos en la muestra total. Sin embargo, se

realizaron recorridos de regresión logística para tener una idea de las tendencias

175
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

generales respecto a esta variante. El único factor interno que motiva la relajación se

encuentra en distribución complementaria con aquellos que favorecen el

ensordecimiento y la elisión: el carácter sonoro de la consonante precedente (.753),

por lo que palabras como sigo o nada pueden ser candidatas a presentar su segunda

vocal de forma relajada.

Por otra parte, de los factores externos, el análisis de subida y bajada sólo

selecciona dos: la edad (jóvenes: .614; adultos: .532) y el sexo, en este caso, masculino

(.637). En la muestra del año 2000 sólo se registraron 10 casos, por lo que es inútil

hacer análisis más refinados. Lo único que podemos mencionar es que ocho ejemplos

se dieron ante pausa y siete en palabras no frecuentes.

4.6.2. Variante sorda

Al contar con un mayor volumen de datos, la matriz sociolingüística respecto a esta

variante es mucho más clara, aunque diferenciada según se exploren los años 1970 o

2000. De acuerdo con el análisis de subida y bajada (p=0.000), en el habla de 1970

inciden dos factores internos: contexto subsecuente (la pausa: .731) y que no se trate

de una palabra frecuente (.606). El único factor social seleccionado es el nivel

socioeconómico: los hablantes de mayores estudios favorecen claramente el

ensordecimiento (.765).

Para el año 2000 el perfil sociolingüístico se vuelve más complejo, porque

ahora inciden varios factores:

176
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

Tabla 4.4. Modelo sociolingüístico de las variantes sordas [v] en el año 2000 (p=0.000)

VARIABLE Pb U&D
CONTEXTO POSTERIOR
Pausa .790
[s]# .216
FACTOR LÉXICO
Frecuente .212
Poco frecuente .654
SEXO
Mujeres .619
Hombres .431
EDAD
Mayores .544
Adultos .396
Jóvenes .553
ESTUDIOS
Alto .565
Bajo .433

Se repiten los factores de 1970 (pausa, palabras no frecuentes y hablantes de

mayores estudios) y se añade el sexo (mujeres: .619) y la edad de los informantes

(jóvenes [.553] y mayores [.544] favorecen ahora las variantes sordas).

Como se vio en el capítulo anterior, el análisis en tiempo aparente (Labov 1996:

Cap. 3) a través de los grupos de edad nos permite sugerir hipótesis interesantes

sobre el posible devenir de un proceso de cambio lingüístico en marcha. Sin embargo,

este análisis debe complementarse con los de tiempo real (Labov 1996: Cap. 4). El

agrupamiento de los informantes por su año de nacimiento es una forma alternativa

de analizar el paso del tiempo. Desde esta perspectiva se asume que, en lo general, los

hablantes mantienen a lo largo de toda su vida los patrones fonéticos del vernacular

adquirido. Véase la siguiente gráfica:

177
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

0,9
0,87
0,8
0,75 0,77
0,7
0,63 0,65
0,6
0,61 0,53
0,5 0,46
0,45 0,51
0,44
0,4 0,42

0,3

0,2

0,1

0
1905 1925 1945 1970
f Bin1 Bin1 (FactCent)

Figura 4.9. Evolución cuantitativa de las variantes sordas en el tiempo real según tres

tipos de análisis (N=1403)

Las distintas líneas representan análisis estadísticos alternativos para verificar

si las tendencias se repiten, independientemente del cálculo efectuado. En este caso, la

línea continua (con nodos romboides) indica los valores de frecuencia relativa (f), la

línea punteada la tendencia según el análisis binomial de 1 nivel (Bin1) y la línea

continua de nodos triangulares el análisis binomial de 1 nivel, pero con los factores

compensados (center factors en el programa GoldVarb), esto es, el programa no toma

en cuenta el hecho de que haya casillas que acumulen muchos datos y otras que

acumulen muy pocos. Si se toma en cuenta que los grupos de año de nacimiento en

178
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

este estudio no tienen el mismo número de informantes y por ende, de datos, es

importante analizar qué pasaría si se le otorgara el mismo peso virtual a cada factor

en cada grupo, independientemente del número de ejemplos con los que hubieran

contribuido al total de casos. Los resultados en los tres tipos de análisis indican

básicamente lo mismo: que existe una reducción gradual del ensordecimiento en las

primeras dos o tres generaciones (según se vea frecuencias o probabilidad), pero

termina la línea en un ascenso decidido, sobre todo en la última generación. Esta

gráfica se complementa con la de la Fig. 4.8, que también muestra la tendencia general

al ascenso de las variantes sordas con el tiempo.

4.6.3. Elisión vocálica

Para el año 1970 el análisis Bin U&D (p=0.009) selecciona tres factores internos y sólo

uno social: intervienen el contexto precedente (consonante sorda: .596), contexto

subsecuente (consonante [s]: .838) y que se trate de una palabra frecuente (.709); esta

variante es favorecida claramente por hablantes de pocos estudios (.795). De alguna

manera, este perfil es el espejo del correspondiente a las variantes sordas. Dada una

elisión, es muy probable que se dé en palabras muy frecuentes con /s/ final como

pesos, pues o muchos y en el habla de un informante de pocos estudios. El modelo

estadístico sobre la muestra del año 2000 (análisis Bin U&D, p=0.037), además de

seleccionar los mismos factores que en 1970 (consonante sorda precedente: .562;

segmento [s] subsecuente: .875; palabra frecuente: .772; nivel bajo de estudios: .580),

añade el del sexo del informante, pues en este caso son los hombres (.579) quienes

179
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

más favorecen la elisión. La distribución de la elisión según el año de nacimiento de

los informantes traza también un patrón interesante:

0.7

0.6 0.58
0.52 0.55
0.55
0.5
0.52
0.49

0.4
0.34

0.32 0.3
0.3

0.2 0.21
0.18

0.1
0.09

1905 1925 1945 1970


f Bin1 Bin1 (FactCent)

Figura 4.10. Evolución cuantitativa de la elisión vocálica en el tiempo real según tres
tipos de análisis (N=1403)

Al igual que sucede con la asibilación de vibrantes, el patrón indica un ascenso

de la variante más extrema en la tercera generación (los nacidos alrededor de 1945),

pero en la última generación hay una retracción hacia pesos más conservadores que

se complementa con el ascenso de las variantes sordas (Fig. 4.9). Con esto se confirma

180
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

nuevamente que en este dialecto se prefiere conservar material fónico a pesar de que

se aumente el número de variantes no necesariamente fieles al input. En el siguiente

apartado se discute con más detenimiento el perfil social de los informantes y su

contribución al debilitamiento vocálico en ECM.

4.7. EN BUSCA DE LOS LÍDERES DEL DEBILITAMIENTO VOCÁLICO

Para complementar el perfil sociolingüístico de las vocales sordas en ECM se recurre

nuevamente a la Frecuencia relativa acumulativa empleada para el análisis de las

róticas en el cap. 3.

1.0

0.9

0.8

0.7

0.6

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0.0
hja hja hvb mvb mvb ha haa hva mab mab mja mva maa hvb mja mva mjb hjbmaa hab hva hjb hab mjb
Figura 4.11. Frecuencia relativa acumulativa del debilitamiento vocálico en 1970
(N=847)

181
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

Son siete los hablantes que concentran alrededor del 50% de todos los casos de

debilitamiento vocálico (codificados según sus características sociales y resaltados en

negritas). De este grupo, cinco son personas de escasos estudios, cinco son hombres, y

sólo uno de ellos es del grupo de mayor edad. Los líderes son tres hablantes con

estudios de primaria: Rosa, de 23 años, ama de casa; Agustín, de 46 años, carpintero y

Roberto, obrero de 24 años. Esta gráfica complementa el perfil del debilitamiento

como un proceso que se concentra en los estratos de baja escolaridad de la ciudad.

Ahora compárese con los líderes en el año 2000.

1.0

0.9

0.8

0.7

0.6

0.5

0.4

0.3

0.2

0.1

0.0
mja hvb mvb haa mab mva hjamaa hja mjb mvb maa hab mjb mja hjbmva mab hab hjb haa hva hva hvb

Figura 4.12. Frecuencia relativa acumulativa del debilitamiento vocálico en 2000

(N=756)

182
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

En el año 2000 los líderes siguen siendo predominantemente hombres (los

primeros seis lo son), pero los primeros tres pertenecen al grupo de mayor edad, lo

que sugiere que forman parte de una generación que presentaba un índice de

debilitamiento mayor y este patrón lo conservaron, ellos son: Felipe, de 55 años,

estudios de primaria; José Luis, de 64 años, con licenciatura y Rodolfo, de 56 años y

estudios universitarios. A diferencia de 1970, ahora algunos de estos líderes no

pertenecen a los estratos de baja escolaridad, pero sí constituyen la primera

generación de universitarios en sus familias.

La naturaleza de los líderes ha cambiado respecto al tipo de variante con la que

contribuyen al proceso de debilitamiento vocálico. Los líderes del debilitamiento en

1970 son sólo cinco informantes, pero acumulan 103 elisiones de las 157 totales, esto

es, el 65%; el mismo grupo contribuye con la tercera parte de las vocales sordas (32%,

105/328). Es muy llamativo que uno de estos líderes, Luis –con estudios

universitarios y entrevistado en el proyecto Norma culta-- sólo haya aportado dos

elisiones, a diferencia de Agustín, de oficio carpintero y con estudios de primaria,

quien aportó 33; Luis en realidad está en el grupo de líderes porque fue el máximo

articulador de vocales sordas de toda esa muestra (48 ejemplos). En el año 2000 el

panorama de los líderes es distinto: ahora el 43% de las elisiones totales (70/160) se

concentra en los primeros cinco hablantes (esto es, ya no contribuyen con la mayoría

de los ejemplos de elisión, pero siguen teniendo un peso importante) y en cambio sí

concentran ahora una proporción mayor de vocales sordas que en 1970: 42.5%

(184/432). Entonces, el líder de los años 1970 elidía más y ahora (año 2000) el líder

183
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

ensordece más, lo que nuevamente confirma el patrón general a evitar formas

extremas de debilitamiento en tiempos recientes.

4.8. ANÁLISIS EN TEORÍA DE OPTIMIDAD ESTOCÁSTICA DEL DEBILITAMIENTO VOCÁLICO

La siguiente propuesta parte de un contexto fónico que, de inicio, favorece el

debilitamiento (ante pausa o en sílaba cerrada por segmento sordo), por lo que no se

presenta un candidato que cumpla completamente con los rasgos asignados en la

entrada. Se decidió así debido a la escasísima presencia de debilitamiento en otros

contextos. Por lo tanto, si consideramos solamente tres candidatos (vocal relajada,

vocal sorda y cero fonético) se pueden proponer las siguientes restricciones:

UN CONJUNTO DE RESTRICCIONES PARA EL ANÁLISIS DEL DEBILITAMIENTO VOCÁLICO

IDENT[μ]: El valor moraico atribuido en la entrada debe permanecer idéntico en

la salida.

*PCO[L]#: Prohíbase la aplicación del Principio de Contorno Obligatorio para

rasgos del nodo laríngeo en final de emisión.

MAX-IO: Todo elemento en el input debe tener uno correspondiente en el

output.

La primera restricción (IDENT[μ]) penaliza la reducción moraica de la vocal y con

ello a las variantes que llamamos ‘relajadas’. La segunda restricción (*PCO[L]#)

penaliza sílabas como –sas# o –sa# que preserven la sonoridad de la vocal en un

contexto de consonantes sordas. Finalmente, MAX-IO penaliza el cero fonético. En un

184
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

sentido fonológico, las restricciones en juego se jerarquizan de la misma manera para

1970 y 2000. La jerarquía de restricciones –atendiendo al peso estadístico de cada

una de ellas- sería la siguiente:

Cuadro optimal 4.1. Jerarquía de restricciones para el debilitamiento vocálico en ECM

/(C)V(C)#/ IDENT[μ] MAX-IO *PCO[L]#

☞ [ ] *

[Ø] *!
[v] *!

En este caso las restricciones de fidelidad se encuentran arriba en la

jerarquía. La restricción anti-PCO (de marcación) estaría al final, favoreciendo así la

selección de variantes sordas. Esta jerarquía se modifica cuando interviene el factor

léxico. Al respecto Bybee & Hopper (2001) y Pierrehumbert (2001) han señalado que

un modelo que incorpore la frecuencia de uso en los procesos de variación y lenición

fonética puede dar cuenta de los procesos fonéticos de detalle --que suelen ocupar,

entre otras disciplinas, a la sociolingüística-- de una manera mucho más adecuada que

los modelos categóricos y jerárquicos en fonología.

Siguiendo dichos razonamientos, A. Coetzee (2009) propone que las

restricciones fonológicas pueden ser las mismas para todo el lexicón, pero cada

palabra tendría una función asignada que daría indicaciones al hablante sobre su

frecuencia de uso y cuestiones de detalle sobre su realización fonética (como sugiere

Pierrehumbert, 2001). De esta manera, el hablante asigna la palabra a una clase léxica

185
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

que, como en el caso de palabras como pues [pus] o entonces [tons], privilegia formas

reducidas siguiendo un principio de menor esfuerzo, esto a pesar de que violen

restricciones de marcación muy altas en español, como las que penalizan secuencias

de consonantes heterorgánicas a inicio de sílaba como [ps] como en pues sí [#ˈpsːi#] o

incluso segmentos consonánticos como núcleo de sílaba en frases como pues no

[ps.ˈno]).

Atendiendo el orden de las variantes en las palabras frecuentes de nuestro

corpus, la jerarquía de restricciones queda de la siguiente manera:

Cuadro optimal 4.2. Jerarquía de restricciones para el debilitamiento vocálico en


palabras frecuentes en ECM
/(C)V(C)#/ IDENT[μ] *PCO[L]# Max-IO

☞ [Ø] *

[ ] *!
[v] *!

Las restricciones *PCO[L]# y Max-IO intercambian posiciones en la jerarquía,

dejando la elisión como primera opción, mientras que la restricción sobre la reducción

moraica permanece al inicio, penalizando las variantes relajadas. La interesante

propuesta de Coetzee (2008, 2009), al incorporar de manera explícita el peso de la

frecuencia de uso de palabras o grupos de palabras específicos en modelos derivados

186
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

de la Teoría de la Optimidad, permite explicar de manera congruente la movilidad en

la jerarquía de restricciones para el debilitamiento vocálico en ECM13.

La tendencia a que las variantes sordas ganen terreno en el año 2000, junto con

el descenso del nivel de elisión y relajación, son indicios de una mayor preferencia por

las formas más fieles en ECM. El patrón en este sentido es similar a lo que ocurre con

las róticas (Cap. 3), en las que la forma menos fiel (la asibilada) está dejando su lugar a

las variantes de relajación intermedia (las aproximantes). Estas similitudes se

discutirán en el Cap. 6.

4.9. CONCLUSIONES

El análisis del debilitamiento vocálico en ECM confirma el patrón que sigue la

variabilidad en las róticas de retracción de las variantes más extremas (en este caso la

elisión) a favor de variantes intermedias (el ensordecimiento). La jerarquía de

restricciones --que en este caso favorece el ensordecimiento-- es la misma desde los

años 1970, lo que difiere respecto a las claras modificaciones de la jerarquía que

13 El trabajo de Jurafsky et al. (2001) también muestra que los ítems léxicos con mayor frecuencia de

uso tienden a favorecer el desgaste fonológico, que se manifiesta –vale la pena subrayarlo- como

ensordecimiento de vocales, reducción de la duración o elisión de elementos consonánticos finales. A esta

hipótesis la llaman de Reducción Probabilística. Estaría asociada esta reducción, de alguna manera, con

procesos de coarticulación a nivel segmental que buscan la concatenación de elementos homorgánicos

–esto es, el uso preferente de los mismos articuladores para segmentos distintos- siguiendo un

principio general de economía articulatoria (cf. Farnetari & Recasens 1999).

187
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

sufren las consonantes róticas en el tiempo. Una consonante sorda previa, sumada a

una /s/ final [C__s/] (cosas, pesos, meses, muchos, (en)tonces, etc.) y a la posición

prepausal constituyen el contexto ideal para que se active este proceso.

En general, el perfil sociolingüístico del hablante que elide es el de un hombre

de bajos estudios, mientras que hablantes de estudios altos y las mujeres prefieren el

ensordecimiento. Por lo tanto, este proceso en ECM confirma la muy documentada

tendencia de las mujeres a evitar las formas estigmatizadas o más alejadas del

estándar de pronunciación (cf. Labov 2006; Martín Butragueño 2006; Lastra & Martín

Butragueño 2003).

Los datos de esta investigación en ECM confirman los hallazgos sobre el

importante peso de la frecuencia de uso de las palabras y la mecanización de los

gestos articulatorios en los procesos de desgaste fónico. Será muy interesante en el

futuro estudiar más a fondo la correlación entre estudios bajos y un mayor índice de

elisión que seguramente está emparejada con un acervo léxico menos voluminoso. En

otras palabras, es esperable que hablantes con menos escolaridad presenten mayores

índices de elisión debido a un mayor uso de palabras como entonces (tons), pues (pus)

–palabras con función de ‘comentador’ o para mantener el turno de habla (Soler &

Serrano 2010)--, pesos, etc. El hecho de que haya menos elisión en el año 2000, cuando

la mayoría de la población ha aumentado su nivel educativo respecto a 197014, puede

ser evidencia a favor de esta hipótesis.

14 En 1970 el promedio de años de escolaridad en la población mayor a 15 años en el D. F. era de 5.8

(menos de la primaria), mientras que para el año 2000 es de 9.7 (secundaria concluida) (cf. Aguilar

188
Capítulo 4. Debilitamiento de vocales átonas

Por otra parte, algunos de los líderes del debilitamiento vocálico en el año 2000

son hombres que en su juventud se asentaron en la periferia del Área metropolitana

de la ciudad de México: Felipe, residente en Ciudad Netzahualcóyotl; Guillermo, quien

viven en Tlalnepantla; y Rodolfo, en la región boscosa-rural de la Delegación Álvaro

Obregón. Esto sugiere otra hipótesis que podría explorarse en el futuro: que quizá las

hablas caracterizadas como “populares” en el español capitalino de los años sesenta y

setenta (y sus rasgos característicos, como la elisión vocálica) pervivieron entre los

grupos sociales con menos recursos económicos que tuvieron que alejarse de la zona

principal del D. F. para vivir en colonias relativamente alejadas del núcleo urbano o en

los municipios conurbados del Estado de México, muchas de las veces, en

asentamientos irregulares o complejos habitacionales de interés social donde era

común la falta de oportunidades de desarrollo económico, social, político y cultural (cf.

Villaseñor 2002). No deja de ser llamativo que estos líderes del debilitamiento

compartan el rasgo de residir en estas zonas que –al menos hace 30 años-- se

encontraban en la periferia de la Zona Metropolitana de la ciudad de México. Un

seguimiento a través de historias de vida de estos hablantes puede arrojar luz

respecto a esta hipótesis que podríamos llamar de “desplazamiento de registros

sociolingüísticos populares del centro a la periferia de la metrópoli”. Esta hipótesis se

discutirá nuevamente en el cap. 6.

Morales 2010). Por supuesto, debe tomarse en cuenta que el CSCM no tiene una muestra proporcional,

sino en forma de cuotas.

189
CAPÍTULO 5

LOS LÍMITES DE LOS CORPUS ORALES: UNA REVISIÓN DE LA HIPÓTESIS DE LA

DIFUSIÓN LÉXICA

En este capítulo se aborda la complejidad de tratar de buscar procesos de cambio

lingüístico en corpus orales que vayan más allá de los aspectos puramente fonético-

fonológicos que, como se vio en los capítulos anteriores, se analizan con relativa

suficiencia en corpus orales bien estructurados --aunque sean relativamente

pequeños, como el utilizado en esta tesis.


Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

La pregunta de este capítulo, por lo tanto, es si existen procesos variables en

otros niveles estructurales del español de la ciudad de México (ECM) que puedan ser

analizados con relativa exhaustividad a partir de un corpus oral como el que aquí se

utiliza. Se explorarán diversos problemas en tres niveles: fonoléxico, morfológico y

léxico. Primero se abordará la distribución de dos marcas morfológicas vinculadas con

los grupos educativos altos: los adverbios terminados en –mente y los sustantivos

terminados en–dad, asociados a entidades abstractas. Después se analiza el caso de los

grupos consonánticos cultos, un fenómeno que puede ubicarse en un nivel

“fonoléxico”. Por último, se explora la medida en que el nivel léxico puede ser un

índice sociolingüístico de diferenciación social. Para ello, se investiga las diferencias

lexicoestadísticas del acervo de sustantivos entre los grupos sociales y temporales del

corpus a través de una diversidad de métodos analíticos para finalmente estudiar la

aparición o desaparición de ítems léxicos con carga sociolingüística específica

(palabras como onda, chido o súper). Tales problemas ilustrarán la forma específica en

que ciertos procesos variables (y cambios) se difunden a través del léxico. Por

supuesto, el capítulo no pretende agotar la diversidad de problemas susceptibles de

estudiarse, sino que busca testigos de diferenciación sociolingüística que puedan

estudiarse con un nivel de detalle razonable.

Por otra parte, uno de los propósitos específicos del capítulo es mostrar que en

estos niveles de análisis es necesario valerse de corpora más voluminosos y

diversificados, algo que yo había señalado en Serrano (2011). El hilo conductor del

capítulo es la cuestión de la hipótesis de la difusión léxica. Se discute su pertinencia

192
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

respecto a los procesos fonéticos revisados en los capítulos 3 y 4 y, tras esta revisión,

se analizan los problemas fonoléxicos, morfológicos y léxicos arriba enumerados. El

capítulo cierra con una recapitulación de todos los procesos.

5.1. EL CAMBIO NEOGRAMÁTICO Y LA HIPÓTESIS DE LA DIFUSIÓN LÉXICA

Los atlas dialectológicos de G. Wenker (Sprachatlas des Deutschen Reichs, de 1881) y

de Jules Gilliéron (Atlas Linguistique de la France, publicado entre 1902 y 1910)

surgen en buena medida para poner a prueba las leyes neogramáticas sobre la

regularidad del cambio fónico: “The Neogrammarian principle stated:

Ausnahmslosigkeit der Lautgesetze, or ‘sound changes are exceptionless’. With such a

hypothesis, so bold and admirably refutable, dialect evidence would be obviously

relevant” (Chambers & Trudgill 1998: 14). La ley de Verner, propuesta en 1877, y que

corregía las excepciones de la Ley de Grimm sobre el cambio fonético del proto-indo-

europeo a los distintos dialectos germánicos, permitió postular –en definitiva-- que “el

cambio fonético se produce sin excepciones” (cf. Moreno de Alba 2013: 7; Chambers &

Trudgill 1998: 21) y que, además, el cambio actuaba “ciegamente”, sin importar los

efectos en la estructura de las palabras o en nuestra habilidad para comunicarnos

(Hock & Joseph 1996: 148). Desde esta perspectiva, el cambio lingüístico se produce

193
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

de manera regular en todos los contextos que lo permitan (como las correspondencias

entre las /t/ iniciales en inglés con la /ts/ en alemán)1.

Sin embargo, no todos los hallazgos de la geografía lingüística permitían

confirmar la regularidad del cambio, como el problema de la evolución de /uː/ del

alemán medieval a /au/ en alemán moderno, explorado en el atlas de Wenker2 (cfr.

Chambers & Trudgill 1998: 133). Otro hallazgo de la dialectología fue que los cambios

fonéticos no afectan a todas las palabras que presenten el mismo contexto fónico, lo

que sugería la hipótesis de que “cada palabra tiene su propia historia” (Warburg

1951). De hecho, los hallazgos principales de Gilliéron, que están detrás de algunos de

los procesos revisados en esta tesis, pueden resumirse de la siguiente manera:

1. Los dialectos no tienen a menudo homogeneidad porque reciben influjos de

distintas procedencias, a consecuencia de los cuales se originan movimientos de

avance y retroceso.

1 Aunque básicamente correcta, desde la perspectiva de Roger Lass (1997), esta historia sobre la

hipótesis neogramática y las aportaciones de Verner está muy simplificada. Lass (1997: 132-135)

discute desde los alcances y términos de la hipótesis, hasta el hecho mismo de que Verner no

perteneciera a ningún círculo de neogramáticos y que tampoco veía sus propias correcciones como

“leyes”, sino como una simple heurística para la reconstrucción.

2 El atlas está disponible digitalmente en: http://www.diwa.info/.

194
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

2. Un proceso ya producido puede desandarse (idea de regresión); esta regresión

puede llevar caminos distintos de los que recorrió el movimiento de avance (falsa

regresión).

3. La evolución de una palabra depende también de que corresponda a una idea

abstracta o a un objeto importado de fuera, por ejemplo, de la capital del país.

[Warburg 1951, apud Arellano 1977: 278].

La dialectología, por lo tanto, sugería la llamada hipótesis de la difusión léxica:

en lugar de un mecanismo “ciego”, el cambio lingüístico va afectando a palabras

específicas (o grupo de palabras) a la vez y de manera acumulativa a través del

lexicón, hasta que se generaliza la forma innovadora: “Changes filter or diffuse

through available environments rather than hitting all at once. In sound change these

environments are typically item-specific (either lexical or morphological), so that at a

given stage only certain lexical items or morph(eme)s will be affected” (Lass 1997:

140).

Labov (1996, 2006) discute a profundidad los alcances de ambas teorías del

cambio. En general, los hallazgos de Labov y de otros investigadores en todo el mundo

permiten afirmar que los principios neogramáticos del cambio fónico se sostienen,

sobre todo cuando se oponen los argumentos articulatorios a los argumentos de tipo

funcional (Labov 1996: 918). Sin embargo, los procesos mecánicos no parecen

funcionar claramente en ciertos procesos de difusión de variantes innovadoras. Como

195
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

ya se mencionó en el Cap. 1 de esta tesis, Labov encontró que el proceso de descenso

de /e/ en Filadelfia sólo podría explicarse atendiendo al efecto de las presiones

sociales (Labov 2006: 746-751). Esto lleva a Labov a postular que existen cambios que

siguen un patrón mecanicista (sensibles, sobre todo, a los factores internos) y otros

que siguen un patrón de difusión léxica (más sensibles a la frecuencia y los factores

sociales)3.

Además del programa de investigación variacionista de Weinreich, Labov &

Herzog (1968) y los avances de Labov (1996, 2006, 2010) –reseñados en el Cap. 1--,

existe una fuerte línea de investigación concentrada en el papel de la frecuencia en los

procesos de cambio lingüístico. Investigaciones que analizan con detalle los

mecanismos específicos de los patrones de difusión léxica y la frecuencia de las

palabras se reúnen en el influyente volumen Frequency and the Emergence of

Linguistic Structure (Bybee & Hopper 2001). Algunos trabajos de dicho volumen que

son altamente pertinentes para esta tesis son, por un lado, el de B. Phillips, quien

propone la sugerente “Hipótesis de implementación de la frecuencia” que dicta que

“Changes which require analysis –whether syntactic, morphological, or

phonological—during their implementation affect the least frequent words first;

3 Lass (recuperando las hipótesis de McMahon 1994 y Ogura 1995) sugiere que en realidad los cambios

fonológicos surgen con un patrón de difusión léxica pero que se consolidan siguiendo principios

neogramáticos, “given enough time” (Lass 1997: 141, n. 41).

196
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

others affect the most frequent words first” (2001: 134)4, por otra parte, en el mismo

volumen Pierrehumbert proporciona evidencia a favor del modelo de ejemplares

(originalmente un modelo de percepción) en la producción lingüística; dicha autora

encuentra que el hecho de que las categorías fonológicas sean aprendidas a través de

la exposición a un gran número de tokens permite entender por qué es posible que los

hablantes aprendan también la variación fonética de detalle propia de los procesos de

lenición (Pierrehumbert 2001: 154)5.

Como pudo verse en el cap. 3, el proceso de asibilación de las róticas parece

comportarse de manera ciega, al estilo neogramático: el contexto prepausal afecta por

igual a toda la clase de infinitivos (que constituyen la gran mayoría de palabras en

dicho contexto). Por otra parte, el proceso de debilitamiento vocálico (cap. 4) sí está

vinculado a ciertas palabras más frecuentes (como pues y entonces), por lo que puede

verse más bien como un proceso de difusión léxica y en el que la alta frecuencia de las

palabras afectadas desempeña un papel crucial.

Si en los procesos fonéticos analizados hasta el momento parece haber

comportamientos neogramáticos y de difusión léxica, ¿qué ocurrirá con la

productividad de fenómenos del nivel morfológico? Esto es precisamente lo que se

4 Una sugerencia más reciente de Phillips (2006) es que algunos patrones de difusión en los individuos

reflejan el patrón comunitario, lo que permitiría contar con un modelo unificado de difusión y justificar

a la comunidad de habla como unidad de análisis (según la reseña de Tipton 2009: 280).

5 Otro trabajo importante en dicho volumen es el de Jurafsky et al. (2001), ya mencionado en el Cap. 4.

197
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

explora en las siguientes subsecciones sobre la distribución social y etaria de los

adverbios terminados en –mente y de los sustantivos abstractos terminados en –dad.

5.2. MORFOLOGÍA CULTA I: EL CASO DEL MORFEMA –DAD

En esta búsqueda de índices de diferenciación sociolingüística y la ruta de difusión

que siguen, se eligió el morfema derivativo –dad por ser el que suele expresar la

cualidad abstracta del sustantivo, y por lo mismo, estar (esperablemente) más

vinculado con el lenguaje culto en general: humanidad, nacionalidad, bondad, etc. Se

realizaron búsquedas de concordancias de todas las palabras con esta terminación. En

la cuenta se descartó la palabra verdad cuando funcionaba como marcador discursivo

(de funcionamiento fático, o tag question)6, pero se mantuvieron los ejemplos en los

que el contenido léxico cabal de la palabra se mantenía.

Se usaron archivos de texto de los 48 informantes totales editados por Jerid

Francom (Wake Forest University)7. En estos archivos sí se incluye el habla del

entrevistador, pero el texto está muy depurado en cuanto a palabras fuera de la

entrevista y marcas especiales (I, E, transcripciones fonetizadas, palabras incompletas,

etc.).

6 Sobre verdad como marcador discursivo en español mexicano, véase Orozco (en prensa).

7 Aprovecho para agradecer a Jerid su valioso conocimiento y tiempo invertidos en esta tarea.

198
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

Para este análisis se buscaron las siguientes secuencias de caracteres con el

programa AntConc 3.2.4 (Anthony 2014): -edad, -idad, -rdad y –rtad (las únicas

variantes que aparecieron en el corpus). En el siguiente cuadro se indica el número de

ejemplo totales de cada variante en los dos grupos educativos explorados.

Cuadro 5.1. Palabras terminadas con variantes del morfema –dad en 1970

-EDAD -IDAD -RDAD -RTAD


CULTA 36 (edad, 179 7 (verdad) 8
(230) enfermedad, (universidad, (libertad)
sociedad) cantidad,
calidad)
POPULAR 25 (edad) 38 (facilidad) 0 6
(69)

En las búsquedas en los cuatro grupos de hablantes principles se decidió

eliminar varios casos de palabras como verdad y realidad cuando funcionaban como

marcadores discursivos o que formaban parte de colocaciones, ya que implican algún

grado de desemantización de la forma. Por ejemplo, en los resultados de los hablantes

cultos se eliminaron los casos de verdad como pregunta retórica (1) o marcador

discursivo (2):

(1) Pues, ahí es lógico que se requiera una ingeniera química ¿verdad? para

desarrollar ese trabajo [Hombre, joven, culto, 1970].

199
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

(2) pues eh no sé la verdad yo creo que es una cantidad que ¡nunca se llega a saber!

[Hombre, mayor, culto, 2000]

Entre estos hablantes se documentaron 250 datos de la forma verdad, de las

cuales sólo 7 fueron casos del sustantivo propio8. Del sufijo –idad se descartaron 10

casos de la frase interjectiva ¡qué barbaridad! y 13 del marcador discursivo en

realidad; el vocablo mayoritario para este sufijo fue universidad (32 ocasiones).

Finalmente, el vocablo libertad apareció en 8 ocasiones. El gran total, tras la

eliminación de las formas como marcadores discursivos o en estructuras fraseológicas

es de 230 casos del morfema –dad entre los hablantes cultos de 1970. Ese morfema al

parecer sí permite diferenciar a los grupos sociales: nótese que los hablantes de pocos

estudios presentan sólo 69 ejemplos. En el siguiente cuadro se presentan los

resultados en el año 2000, obtenidos por el mismo procedimiento.

Cuadro 5.2. Palabras terminadas con variantes del morfema –dad en 2000

-EDAD -IDAD -RDAD -RTAD


CULTA 60 (edad, 149 0 6
(215) enfermedad, (universidad, (libertad)
sociedad) especialidad)
POPULAR 23 (edad) 28 0 1
(52) (responsabilid (libertad)
ad)

8 Respecto al sufijo –edad, se descartaron 3 casos de quedado.

200
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

Hay una ligera disminución comunitaria en los usos del morfema (299 casos

totales en 1970 frente a 267 en 2000), pero las proporciones son similares en ambos

muestreos. Existen, sin embargo, algunas anotaciones interesantes sobre algunas de

las formas desemantizadas (y descartadas). La expresión ¡qué barbaridad!, que era

común en las entrevistas de los años 1970 (aparece 25 veces), al parecer va

desapareciendo en las hablas actuales, en las que sólo parece en 4 ocasiones (de

hecho, he atestiguado que ciertas personas la asocian con hablas rurales o de gente

poco educada). Por otra parte, la palabra verdad ganó terreno en las hablas populares,

ya que apareció 103 veces en total, frente a los 38 casos de 1970, lo que indica una

clara tendencia ascendente de esta palabra como marcador discursivo, sobre todo

como en verdad y la verdad. Los resultados globales para el morfema –dad se

muestran en la siguiente gráfica:

250
230
215
200

150
*dad CULTA

100 *dad POPULAR


69

50 52

0
1970 2000

Figura 5.1. Palabras con sufijo –dad en hablantes cultos y populares 1970-2000

201
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

El descenso es comunitario y los grupos sociales parecen haber bajado en las

mismas proporciones. Para confirmar que la pendiente de descenso es similar, se

realizó una gráfica de tendencia lineal que se presenta a continuación:

250
y = -15x + 230
200

150 CULTO
POPULAR
100 Lineal (CULTO)
Lineal (POPULAR)
50
y = -17x + 69
0
0 1

Figura 5.2. Gráfica de tendencia lineal del morfema –dad en ECM 1970-2000 (0=1970,
1=2000)

Sigue habiendo gran distancia entre los grupos sociales, pero el aspecto general

de la reducción es en paralelo. Obsérvese que las pendientes son muy semejantes en

ambos casos, -15 para habla culta, y -17 para habla popular. Por lo tanto, se mantienen

las diferencias sociolingüísticas, con un ligero descenso global, lo que podría indicar

cierta estabilidad o quizás una menor formalidad en el habla comunitaria en estilo de

entrevista. Lo que puede interpretarse sociolingüísticamente a partir de esta gráfica

202
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

es muy interesante: por un lado, que los grupos sociales siguen estando altamente

diferenciados en cuanto a la productividad estadística del sufijo –dad; sin embargo, la

proporción en que ambos disminuyen es la misma: esto es, siguen siendo hablantes

distintos, pero no dejan de pertenecer a la misma comunidad de habla. El sufijo

adverbializador –mente, tradicionalmente vinculado a las palabras cultas, permitirá

confirmar (o descartar) esta tendencia del nivel morfológico.

5.3. MORFOLOGÍA CULTA II: EL CASO DE LOS ADVERBIOS TERMINADOS EN EL MORFEMA –MENTE

El uso del sufijo adverbializador –mente, de función semántica básicamente

modificadora de verbos, adjetivos y otros adverbios, es de origen decididamente culto

(Company 2012 a) y está siendo sustituido actualmente, sobre todo en lengua oral,

por adverbios adjetivales (Kaul de Marlangeon 2002: 73-74) que utilizan sólo la base

adjetiva, como en Juliana lo escribió rápido (en vez de rápidamente). De hecho, su

productividad, entendida como la capacidad del morfema para sufijarse a bases

adjetivas, actualmente sigue siendo alta (84 bases --Company 2012 b: 130), pero la

productividad en términos de frecuencia de cada uno de estos adverbios es mucho

menor, ya que se limita a unos cuantos tipos (p. ej., sólo cuatro tipos conforman el

34% de ocurrencias en un corpus reciente de estos adverbios en posición inicial --

levantado en 2011, con 417 casos totales reportados en Arias Leal 2013); estos son

(en orden decreciente): obviamente, finalmente, simplemente y afortunadamente (cf.

Company 2012 b: 132, Cuadro 4). Dado el origen culto que tuvo este tipo de adverbio

203
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

(Company 2012 a), puede servir como otro índice sociolingüístico que permita

diferenciar grupos de altos y bajos estudios, como los analizados en esta tesis.

En la exploración realizada en el corpus, la tendencia es a una baja generalizada

en el tiempo real, como puede verse en la siguiente gráfica:

500
445
400

300 296
mente CULTA
200 mente POP
127
100
47
0
1970 2000

Figura 5.3. Palabras con sufijo –mente en hablantes cultos y populares 1970-2000

El paralelismo de las líneas de los grupos sociales es muy llamativo y replica el


patrón del sufijo –dad revisado en el apartado anterior, incluso la gráfica de tendencia
lineal es relativamente similar:

204
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

500
y = -149x + 445
450
400
350
CULTO
300
250 POPULAR
200 Lineal (CULTO)
150 y = -80x + 127
Lineal (POPULAR)
100
50
0
0 1

Figura 5.4. Gráfica de tendencia lineal del morfema –mente en ECM 1970-2000 (0=1970,
1=2000)

El grado de descenso de –mente es bastante mayor respecto al del sufijo –dad,

sin embargo, lo que tiene en común es que se mantienen las diferencias ente hablantes

cultos y populares, si acaso, con un nivel algo menor en el año 2000. Por supuesto,

muy probablemente no se trata de que, por ejemplo, haya menos expresiones

adverbiales en el año 2000, sino que están siendo expresadas, como se había dicho, a

través de adverbios adjetivales (sólo el adjetivo base, sin el morfema –mente). Si bien

la tendencia de ambos grupos sociales es a la baja, lo cierto es que, aunque el grupo

culto sigue arriba, su pendiente de descenso es proporcionalmente más prominente

que la de los hablantes de pocos estudios, quienes parecen estar abandonando el

morfema de manera decidida, algo que ya se había indicado en las investigaciones

recientes de Company, quien encuentra que este adverbio se encuentra muy

205
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

vinculado, diacrónica y sincrónicamente, con la lengua escrita (Company 2012 a: 21).

Una conclusión importante en el mismo texto es la siguiente:

Con base en los datos arrojados por los corpus base y adicional, hemos

intentado probar que la formación de estos adverbios es un cultismo peculiar,

que por ello se retrajeron las variantes morfofonémicas patrimoniales o

vernáculas, que por ello se manifiestan diversificados léxicamente y muy bien

generalizados en la lengua escrita literaria, pero que fue una gramaticalización

en cierto sentido débil en la lengua oral, debilidad no estructural sino léxica,

dada la constante repetición de ciertos adverbios, y frecuencial, dada su baja

aparición en la oralidad [Company 2012 a: 37; énfasis mío].

Esto es, no se trata, al menos en lengua oral, de un proceso de estricta

gramaticalización, sino de inserción léxica. Dado que los morfemas –dad y –mente

presentan un patrón de disminución general en la comunidad, no es fácil rastrear el

patrón de abandono de estas formas; en todo caso, si existe un cambio lingüístico en

marcha (p. ej., el del descenso generalizado en el uso de los adverbios en –mente,

defendido por Company [2012; en prensa]), sería un patrón de cambio de tipo

mecánico, relativamente ciego ante la naturaleza formal o funcional de las palabras

involucradas.

206
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

En el siguiente apartado se analiza otro proceso variable, y que puede

denominarse fonoléxico: el de los grupos consonánticos cultos, que permitirá observar

la distribución de un índice sociolingüístico de naturaleza distinta a la de los revisados

hasta aquí en el tiempo real.

5.4. EL CASO DE LOS GRUPOS CONSONÁNTICOS CULTOS

En los apartados anteriores se exploró la pertinencia de sufijos relacionados con las

hablas educadas (-dad y –mente) como factores de diferenciación sociolingüística. La

pregunta de esta subsección es: ¿también los grupos consonánticos cultos (GCC)

pueden servir como índices de diferenciación sociolingüística? Si es así: ¿qué patrón

evolutivo han tenido estos grupos en los períodos analizados? Los datos del corpus

oral de esta investigación sugieren que la mayor escolaridad e inmersión en los modos

de vida urbanos en tiempos recientes funcionan como factores de movilidad

sociolingüística, movilidad reflejada en las hablas recogidas en entrevistas. Los GCC,

como se sabe, son bs, cc, cn, cs, ct, ds, gn, gd, mn, ns, ps y pt (Díaz Rojo 2002). Aunque

antes se ha afirmado que esos grupos se introdujeron a la norma escrita del español

por presión de la Real Academia de la Lengua en el siglo XVIII, el estudio de Ramírez

Luengo (2011) sobre estos grupos en documentos de Bilbao de los siglos XVI y XVII

sugiere que, en realidad

207
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

el proceso de recuperación de esta coda silábica no tiene lugar en el siglo XVIII,

como tradicionalmente se ha mantenido […], sino que comienza mucho antes de

esta centuria, por más que sea en ella cuando –al menos, en el caso de la

documentación bilbaína aquí analizada– termina por generalizarse [Ramírez

Luengo 2011: 463].

Existen pocos trabajos sobre estos grupos consonánticos en español hablado

contemporáneo. Uno de estos es el estudio sociolingüístico de Donni (1974) en

español de Rosario, Argentina, que muestra evidencia a favor de los grupos

consonánticos en general como índices sociolingüísticos. Aunque la autora menciona

que se basa en grabaciones con alrededor de 180 personas, no ofrece datos

cuantitativos, sino una síntesis cualitativa del fenómeno. Donni encuentra que

Los límites entre los niveles sociolingüísticos son fluidos y en cada nivel se

conserva la estratificación estilística. Desde otro punto de vista, el del prestigio

de las formas lingüísticas, sólo se consideran incorrectas las realizaciones con

cero fónico del primer elemento y que son características del nivel

popular/vulgar en contextos informales. Sin embargo, estas formas a veces

penetran también en los grupos de hablantes cultos en estilo informal y ritmo

rápido [Donni 1974: 537].

208
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

Un trabajo sobre los GCC en español mexicano que combina el estudio de

documentos coloniales y habla popular actual es el de Arias (2008). En dicho ensayo,

Arias trata de demostrar, a través de la revisión de 24 documentos coloniales de los

siglos XVI y XVII, cómo ciertos procesos como la vocalización de consonantes

implosivas ([dok.’tor  doj.’tor]) o el cambio de punto de articulación del primer

miembro del par (como en [dok.’tor  dot.’tor]), presentes en las hablas populares

contemporáneas, ya se veían registrados en la época colonial (Arias 2008: 22). Al igual

que el trabajo de Donni (1974), se trata de una investigación de índole cualitativa y no

incorpora proporciones cuantitativas de cada fenómeno.

En la presente revisión del fenómeno se estudian los GCC por medio de las

transcripciones ortográficas de las 48 entrevistas que conforman la base de datos

principal de esta tesis. Al no hacer una transcripción auditiva de cada ejemplo, los

siguientes resultados deben verse más como una investigación léxica (o fonoléxica).

Aunque seguramente una transcripción auditiva confirmaría que se producen

reducciones, mutaciones consonánticas o elisiones en la realización de estos grupos

consonánticos9, esta primera aproximación tratará de interpretar los volúmenes que

cada grupo de hablantes (por edad, sexo o nivel de estudios) aporta al corpus total,

para así tratar de encontrar patrones de diferenciación sociolingüística que puedan

complementar el análisis de la variación fonética revisada en los capítulos anteriores.

9 Por supuesto, este análisis sí es posible si se atiende a las precisiones fonéticas que se anotan en

ambos corpus, análisis que merece una revisión detenida que por el momento no se hace por tratarse

en este capítulo de fenómenos de índole léxica y morfológica, ante todo.

209
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

Obsérvese que se estudia en realidad un grupo de palabras vinculadas por una

propiedad fónica, la presencia de grupos cultos. En consecuencia, se trata de una

variable ante todo léxica.

Es necesario hacer algunas precisiones metodológicas. Los grupos

consonánticos se buscaron con el programa de concordancias AntConc 3.2.4 (Anthony

2014). Lo que se buscó fue el grupo consonántico en sí, y no palabras particulares, lo

que implicó un proceso de revisión y descarte de las concordancias que no tenían que

ver con el grupo; p. ej., para el grupo /ks/ es necesario buscar la grafía <x>, sin

embargo, una gran proporción de concordancias es de topónimos como México,

Xochimilco, Uxmal, entre otros que, por supuesto, se descuentan del análisis. Debe

aclararse que se mantuvieron los datos de los entrevistadores. Hay tres razones para

tomar esta decisión. Por un lado, normalmente el sesgo estadístico introducido por los

datos del entrevistador es muy pequeño: la mayor parte del texto de entrevista es

aportado por el entrevistado. Por otro, puede especularse que si el entrevistador

emite una palabra particular es porque de alguna forma asume que esta forma parte

del repertorio lingüístico del entrevistado. Finalmente, con esta decisión se trataba de

no perder la información pragmática y el hilo conversacional del texto.

5.4.1. Los grupos consonánticos cultos en los hablantes de altos estudios

La siguiente gráfica muestra las diferencias cuantitativas absolutas en cuanto a los

GCC de los grupos de mayores estudios en el tiempo real:

210
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

500
432
400

300 273
193
200 163
99
100 6346
42 2820 36 5031
11 1913 2 0 2114 1 0
0
kt bs ns kn ks ds gn gd mn ps pt

CULTA 1970 CULTA 2000

Figura 5.5. Grupos consonánticos cultos en hablantes de estudios altos 1970-2000

En general, los hablantes cultos de 1970 presentan más GCC totales que sus

pares del año 2000 y lideran en todos estos, excepto en el grupo /ks/. Los vocablos

que lideran el grupo /kt/ (ortográfico <ct>) entre los hablantes cultos de 1970 son

aspecto (80 veces, pero debe tomarse en cuenta que 70 ejemplos son de un solo

informante, varón y joven), el vocablo doctor (80 veces) y exactamente (24), mientras

que en el año 2000 las principales palabras con este grupo son arquitectura (29 veces)

y actor (24), pero ambas son dichas por un solo informante; otras fueron proyecto (23,

con 16 ejemplos de un solo informante) y efectivamente (12)10. La poca dispersión de

las palabras frecuentes en el año 1970 y 2000 hace que estos datos deban tomarse con

10 Precisamente debido a la distribución muy concentrada en algunos pocos informantes de grupos

específicos es que la variable es GCC de cualquier tipo; con esto se evita el sesgo que puede producir la

alta frecuencia de palabras específicas vinculadas al tema de conversación abordado en la entrevista.

211
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

ciertas previsiones. Respecto al grupo /ks/ (<cc, cs, x>), los vocablos exactamente

(24), producción (11 veces, en un solo informante) y examen (10) son los mayoritarios

para los hablantes cultos de 1970, mientras que los informantes del año 2000

presentan experiencia (20) y explicar (10) como los vocablos mayoritarios. El tercer

grupo consonántico que aporta más datos es el de /ps/11; las palabras más comunes

en 1970 con este grupo son psiquiatría (25 veces) y psicología (16); el total es de 99

datos; en el año 2000 hay sólo 36 ejemplos de este grupo, siendo psicología la palabra

más común (16 veces). Como puede concluirse, al menos en los grupos de mayores

estudios, no puede hablarse de que sean algunos marcadores discursivos (muy

frecuentes generalmente) los que lideran la inserción de los GCC, sino que se trata de

palabras de claro contenido léxico y que por lo mismo pueden estar condicionadas por

la temática de la entrevista. Llama la atención la diminución general de estos grupos

consonánticos en el tiempo real. Podría tratarse de un proceso de nivelación de estas

hablas cultas hacia un estándar relativamente más informal.

5.4.2. Los grupos consonánticos cultos en los hablantes de bajos estudios

Una hipótesis por revisar aquí sería: los hablantes de pocos estudios, que presentan

un menor volumen de GCC respecto a los informantes de altos estudios, pero que

aumentaron el volumen en el tiempo real, ¿han introducido estos GCC recientemente

11 Aunque no se trata de un grupo consonántico que se pronuncie en español mexicano, se decidió

analizar porque, a final de cuentas, pertenece al léxico “cultivado”.

212
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

gracias a piezas léxicas particulares (y frecuentes)? Los resultados con los hablantes

de pocos estudios muestran que ellos también tienen un comportamiento

diferenciado en el tiempo real. A continuación la gráfica que presenta estas

diferencias:

140 133

120 106
100
82
80

60
43
40

20 1410 12
2 4 6
0 0 0 0 1 0 0 1 0 0 4 4
0
kt bs ns kn ks ds gn gd mn ps pt

POPULAR 1970 POPULAR 2000

Figura 5.6. Grupos consonánticos cultos en hablantes de bajos estudios 1970-2000

Al igual que ocurre con los hablantes de altos estudios, el grupo /ks/ tiene

mayor presencia en el año 2000. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que este

mayor número de ejemplos del grupo /ks/ en el habla popular del 2000 está asociado

con dos entrevistas principalmente, donde se hablaba de bicitaxis, taxis, taxistas y

taxímetros: las palabras más frecuentes con <x> son, en orden descendente:

exacto/exactamente (22, además, hubo 2 casos del uso de exacto como adjetivo),

213
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

taxi(s) (21 casos, en 4 entrevistas), taxímetro (20, en 2 entrevistas) y bicitaxi(s) (15, en

una sola entrevista). Ha ganado terreno exacto/exactamente, que en 1970 había

aparecido sólo en 6 ocasiones en los hablantes de bajos estudios; los 22 ejemplos del

año 2000 representarían cerca de la tercera parte de todos los casos de este grupos si

sacáramos las palabras con el lexema taxi (61 en total; esto dejaría un total de 72

palabras portando el grupo, lo que sigue siendo un aumento significativo respecto a

1970, donde sólo hubo 43 casos totales de /ks/). Aunque son pocos datos en general,

podría especularse que quizás se trate de una forma prestigiosa tomada de los

hablantes cultos, quienes presentan muchos menos casos de estas dos palabras en el

tiempo real: 24 ejemplos en 1970 frente a 7 en 2000; esto es, los grupos sociales

intercambiaron los patrones de uso. Aparte de la posibilidad del uso adverbial de

exacto/exactamente como portadora del grupo consonántico, no existen otras que

pudieran vincularse en el proceso de inserción de este grupo consonántico.

Por supuesto, las palabras exacto/exactamente también contribuyen al

aumento del grupo /kt/, que en el año 2000 va liderado por palabras derivadas a

partir de la raíz de doctor (30 en total); en el año 1970 las palabras derivadas de

doctor también eran las más frecuentes (20 en total).

En cuanto a las diferencias entre grupos educativos en el tiempo real, es

llamativo que los GCC /kn/ (técnica) /ds/ (adscrita) no tengan ejemplos en los grupos

de pocos estudios. De hecho, son raros algunos grupos incluso entre hablantes

214
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

cultivados: p. ej., sólo hay dos casos de /ds/ en 1970 (adscrita, en hablantes cultos) y

uno sólo de /gd/ (amígdalas) (contra cero casos en toda la muestra de 2000).

Finalmente, el aumento de los GCC en las hablas de pocos estudios del año

2000 no parece presentar una asociación con el género de los hablantes: baste como

ejemplo que respecto a /kt/, 50 datos son de mujeres y 56 de hombres; mientras que

respecto a /ks/, 12 datos son de mujeres y 12 de hombres.

En general, el aporte del uso del marcador discursivo exacto/exactamente en el

aumento de dos GCC en los grupos populares (/kt/ y /ks/) podría ser el único caso

compatible con la hipótesis de difusión léxica que, en este caso, permitiría confirmar

un acercamiento sociolingüístico de los hablantes estudiados, lo que se ve en el

siguiente subapartado.

5.4.3. Panorama general de los grupos consonánticos cultos en ECM

Una revisión en tiempo real de la comunidad de ECM muestra que los grupos sociales

del año 2000 parecen haber acortado la brecha sociolingüística que los separaba

ampliamente en los años 1970:

Tabla 5.1. Grupos consonánticos cultos en ECM (1970-2000) (48 informantes)

1970 2000
CULTA 920 637
POPULAR 160 262
TOTALES 1080 899

215
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

Gráficamente, estos resultados vuelven más clara la disminución global de los

GCC y el acercamiento de hablantes cultos y populares:

1000
920
800
Total de ejemplos

600 637
CULTA
400 POPULAR
262
200
160
0
1970 2000

Figura 5.7. Grupos consonánticos cultos en hablantes cultos y populares en ECM (1970-
2000)

Esto es, hay menos GCC en el año 2000 (899 totales) respecto a 1970 (1080,

una disminución global del 16.8%). Por otra parte, los hablantes cultos de los años

2000 presentan un menor número de GCC que los informantes cultos de los años 1970

(de hecho, el descenso es de 30.8%); entre los grupos de pocos estudios, se da el

proceso contrario: un mayor crecimiento de los GCC (en el orden del 63.7%). La

comunidad capitalina, por lo tanto, parece más nivelada en el tiempo real.

Los datos sobre GCC sugieren que –con excepción quizás de los grupos /kt/ y

/ks/ vinculados a exacto/exactamente--, estos no se han insertado recientemente a

través de palabras particulares (como defendería la hipótesis de la difusión léxica); la

duda es si la disminución generalizada de estos GCC se debe a las limitaciones del

216
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

propio corpus y al fuerte condicionamiento del tema de conversación, o si se trata de

un fenómeno real de disminución en la comunidad. Por supuesto, aquí se defiende la

idea de que el corpus es lo suficientemente fidedigno como para apoyar la hipótesis

del cambio comunitario, aspecto que se discutirá en el cap. 6.

Hasta aquí, la revisión de los procesos fonéticos, morfológicos y fonoléxicos

parece confirmar que el cambio lingüístico en este corpus oral de ECM puede seguir

distintas rutas: una básicamente neogramática y mecanicista, como sucede con la

variación fonética de las róticas, revisada en el cap. 3 y los morfemas –dad y -mente, y

otra compatible con la hipótesis de la difusión léxica –la elisión vocálica analizada en

el cap. 4 y, quizás, el crecimiento de algunos GCC en hablantes de bajos estudios. En la

siguiente subsección se pasa al nivel léxico para tratar de confirmar las tendencias que

los distintos rasgos fonéticos y morfológicos han documentado, en el sentido de que

los grupos sociales parecen estar menos diferenciados en 2000, lo que podría sugerir

un cambio lingüístico comunitario tendiente a la nivelación dialectal.

5.5. ACERCAMIENTOS LEXICOESTADÍSTICOS A LA DIFERENCIACIÓN SOCIOLINGÜÍSTICA

En esta sección se aborda principalmente la cuestión del papel que juega el léxico en la

diferenciación sociolingüística basada en la escolaridad. Se analizarán los repertorios

léxicos sustantivos y se utilizará una medida específica de densidad léxica global por

informante y por grupos.

217
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

Es muy importante aclarar que, en buena medida, esta sección se inspira en los

estudios de sociosemántica de R. Ávila (1999 a y b), quien defiende la idea de que el

léxico es un índice importante de diferenciación sociolingüística; de hecho, Ávila se

basó en los materiales de “Norma culta” y “Habla popular” de los años 60-70 para

discutir la distribución social del léxico en varios trabajos; de esta manera, resultaba

muy interesante confrontar sus hallazgos en el tiempo real12. Sobre el papel del léxico

como factor de diferenciación sociolingüística, Moreno Fernández (2012) ha

propuesto varios principios desde una perspectiva sociolingüístico-cognitivista. Cito

algunos de ellos, que considero los más pertinentes para el presente trabajo:

Principio 5.1.5

Las comunidades lingüísticas no son homogéneas en cuanto al conocimiento léxico-

semántico, dado que está desigualmente distribuido entre sus miembros.

Principio 5.19

La capacidad léxica se muestra como un síntoma o como una variable predictora de la

posición social de los hablantes y está fuertemente ligada a su educación.

Principio 5.21

12 Algo que puede verse también a través de metodologías como las de disponibilidad léxica (Ávila

Muñoz & Villena Ponsoda 2010).

218
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

El sexo y la edad tienen poca influencia en la adquisición, el conocimiento y la

distribución de las unidades léxicas.

[Moreno Fernández 2012: 117-118]

De este modo, una pregunta base para esta tesis es si se mantienen las

diferencias sociales que Ávila (1999 a y b) reportaba y para ello se compara con el

Corpus Sociolingüistico de la Ciudad de Mexico (CSCM), un corpus que añade alrededor

de 30 años de brecha temporal. Por otra parte, la presente exploración no sólo se vale

de técnicas similares a las de Ávila, sino que explora otras alternativas de analizar las

diferencias en el léxico de los informantes y evalúa cada una de estas. Al tiempo,

servirán estos acercamientos para evaluar la pertinencia de corpus orales basados en

entrevistas para el estudio sociolingüístico del léxico.

A lo largo de las siguientes subsecciones se utilizará el concepto de vocablo y,

alternativamente, palabra. Aunque ambas son diferenciadas por Lara (2006) como

términos técnicos para la descripción lingüística, el mismo autor reconoce que ambas

comparten el hecho de referir en esencia a una unidad de cita, que en sus términos se

define de la siguiente manera:

La unidad de cita es una forma representante de la palabra, en la que se abstrae

la variedad morfológica con que aparece usada en el discurso, para poder

219
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

mencionarla con facilidad y para poderla objetivar como unidad de reflexión. En

cuanto tal, estrictamente hablando, es la representación del paradigma que

forman la raíz o el núcleo morfemático de la palabra y los morfemas ligados en

cohesión estrecha con ellos, sobre la base de la unidad de denominación [Lara

2006: 137].

Por tanto, aquí se asume el sentido de vocablo (o palabra) como “una unidad de

cita que representa todo el paradigma de flexiones, derivaciones o conjugaciones que

se forman a partir de una raíz o de un núcleo morfemático y que se reconocen como

palabras” (Lara 2006: 138).

5.5.1. Volumen y características textuales de los corpus utilizados

Los corpus utilizados emulan los que se emplearon en los caps. 3 y 4 sobre cambio

fonético. Los informantes de la muestra del año 2000, con algunas excepciones, son

los mismos de los capítulos sobre variación fonética. Sin embargo, respecto a los años

1970, no se utilizan los datos de los mismos informantes de los caps. 3 y 4. En su lugar,

se emplearon las transcripciones que en su momento estaban disponibles en los libros

editados por J. M. Lope Blanch, El habla de la ciudad de México (1971) y El habla

popular de la ciudad de México (1976). Se utilizó una versión digitalizada de dichos

materiales, llevada a cabo por investigadores del Centro de Lingüística Hispánica

220
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

“Juan M. Lope Blanch” del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM13.

Nuevamente, se utilizan los datos de 30 min. de grabación por persona. Los cuadros

5.3 a 5.6 presentan a los informantes, con los datos de nombre del archivo, edad (en

los de 1970) o año de nacimiento (sólo de los informantes del año 2000) y el código

utilizado en el proyecto del que se seleccionaron.

Cuadro 5.3. Habla popular 1970

Jóvenes (18-34) Adultos (35-54) Mayores (55+)

Hombres MUESTRA I - JH-POP-01 MUESTRA VI - AH-POP- MUESTRA X – VH-


(19 años) 01 (42 años) POP-01 (59 años)

MUESTRA II - JH-POP-02 MUESTRA VII - AH- MUESTRA XII – VH-


(22 años) POP-02 (48 años) POP-02 (72 años)

Mujeres MUESTRA III - JM-POP- MUESTRA VIII - AM- MUESTRA XIV – VM-
01 (19 años) POP-01 (36 años) POP-01 (60 años)

MUESTRA IV - JM-POP-02 MUESTRA IX - AM-POP- MUESTRA XV – VM-


(30 años) 02 (45 años) POP-02 (71 años)

Cuadro 5.4. Habla culta 197014

Jóvenes (18-34) Adultos (35-54) Mayores (55+)

Hombres MUESTRA I - JH-CULT-01 MUESTRA IV - AH- MUESTRA VIII – VH-


(26 años) CULT-01 (49 años) CULT-01 (62 años)

MUESTRA II - JH-CULT- MUESTRA XXXI - AH- MUESTRA XV – VH-


02 (25 años) CULT-02 (52 años) CULT-02 (60 años)

Mujeres MUESTRA III - JM-CULT- MUESTRA V – AM-CULT- MUESTRA X – VM-


01 (25 años) 01 (42 años) CULT-01 (80 años)

MUESTRA XXVIII - JM- MUESTRA VI – AM- MUESTRA XI – VM-


CULT-02 (26 años) CULT-02 (49 años) CULT-02 (71 años)

13 Agradezco a Cecilia Rojas y Alejandra Vigueras el acceso a dichas versiones electrónicas.

14 Las muestras de 1970 marcadas con negritas indican informantes de quienes se aprovecharon

también sus datos en los capítulos sobre fonética. La entrevista XXVIII (mujer joven, culta) fue secreta.

221
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

Cuadro 5.5. Habla popular 200015

Jóvenes (18-34) Adultos (35-54) Mayores (55+)

Hombres Guillermo (1980) Faustino (1957) Delfino (1927)


Entrevista 74 JH-POP- Entrevista 86 AH- Entrevista 97 VH-
01 POP-01 POP-01

Pedro (1981) Rafael, (1956) Felipe (1946)


(Sustituido por hombre Entrevista 88 AH- (Sustituido hombre
de 26 años, Entrevista POP-02 de 73 años,
76) JH-POP-02 Entrevista 102)
VH-POP-02

Mujeres Sofía (1979) Cristobalina (1962) Ángela (1910)


Entrevista 79 JM-POP- Entrevista 91 AM- Entrevista 104 VM-
01 POP-01 POP-01

Carmen (1969) Irene (1953) ME-286- Berta (1949)


(Sustituida por mujer 12M-07 Entrevista 92 Entrevista 106 VM-
de 32 años, Entrevista AM-POP-02 POP-02
83 JM-POP-02)

Cuadro 5.6. Habla culta 2000

Jóvenes (18-34) Adultos (35-54) Mayores (55+)

Hombres Fernando (1978) ME- Eduardo (1965) ME- Rodolfo (1941) ME-
190-31H-05 Entrevista 254-32H-05 009-33H-97
5 JH-CULT-01 Entrevista 17 AH- Entrevista 25 VH-
CULT-01 CULT-01
Antonio (1972) ME-197-
31H-01 Entrevista 6 Javier (1960) ME- José Luis (1940)
JH-CULT-02 257-32H-05 ME-249-33H-05
Entrevista 18 AH- Entrevista 29 VH-
CULT-02 CULT-02

Mujeres Eugenia (1972) Ruth (1967) Justine (1936)


(Sustituida por mujer Entrevista 22 AM- Entrevista 31 VM-
de 25 años, Entrevista CULT-01 CULT-01
7) JM-CULT-01)
Edith (1963) Liliana (1941)
Maripaz (1973) Entrevista 23 AM- Entrevista 35 VM-
(Sustituida por mujer CULT-02 CULT-02
de 21 años, Entrevista
12) JM-CULT-02)

15 En los cuadros del año 2000 se indica en negritas los informantes sustituidos en el estudio léxico.

222
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

5.5.2. Regularización del texto original de las muestras

Los textos de cada submuestra fueron transcritos siguiendo criterios algo distintos en

1970 respecto al año 2000. Aunque en general el sistema en ambos es básicamente

ortográfico, en los textos de 1970 (Lope Blanch 1971, 1976) se respetan las

convenciones de puntuación generales del español normativo (uso de coma, punto y

coma, sangría, etc.). El CSCM, por otra parte, sigue los lineamientos generales de

transcripción apegados a las normas propuestas para PRESEEA (Proyecto para el

Estudio Sociolingüístico del Español de España y América; Moreno Fernández 2004)

que tiene como marco general una perspectiva pragmático-discursiva en la que se

pone especial atención a los inicios y toma de turno, traslapes, distintos tipos de

pausa, recursos paralingüísticos como la risa, chasquidos, clics o alargamientos

vocálicos, etc.; estos últimos se anotan entre paréntesis ‘( )’ y las pronunciaciones

particulares entre corchetes angulares ‘< >’.

Los textos originales, además, tuvieron que depurarse para evitar ciertas

palabras ajenas al texto propio de la entrevista, como los datos del informante o los

encabezados de turno. Jerid Francom (Wake Forest University) realizó la depuración

de los textos a base de scripts creados por él mismo16. Los siguientes son fragmentos

de una entrevista del corpus Norma culta antes de la depuración y después de esta:

16 Dichos scripts no están compilados en un software autónomo, por ello no puedo citarlo.

223
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

EJEMPLO DE TEXTO ORIGINAL DE NORMA CULTA DE 1970

ME-1. Hombre de 26 años. Contador público

Inf.- Bueno, de la natación te puedo platicar muchas cosas. Yo, el deporte de


la natación lo seguí, porque mi mamá durante mucho tiempo fue clavadista.
Entonces, cuando yo nací, ya mi mamá ya era clavadista... Durante el lapso
entre el nacimiento de mi hermano mayor y yo, mi mamá compitió, y
posteriormente a mi nacimiento, siguió compitiendo. Yo nací en el año de mil
novecientos cuarenta y dos, y la última competencia de ella fue en el año de
mil novecientos... cuarenta y ocho, cuando fue la Olimpiada... de Londres.

Enc.- Perdona que te interrumpa un momento. ¿Sabes qué, Laura? ¿Me traes
una mesita?

Otra persona.- Una silla o algo, ¿verdad?

Enc.- No... Me estabas hablando de la última competencia de tu mamá; fue en


el año ¿qué?

Inf.- Entonces, la última competencia en la que ella participó fue en la


Olimpiada de Londres, en mil novecientos cuarenta y ocho. Posteriormente a
esa competencia, creo que tuvo una competencia más, que fue en
Barranquilla. Entonces ella, dentro del ambiente de la natación en el cual ya
tenía mucho tiempo... nos inició a nosotros. Y, entonces, yo empecé a
aprender a nadar a la edad de dos años.

EJEMPLO DE TEXTO DEPURADO DE NORMA CULTA DE 1970

Bueno, de la natación te puedo platicar muchas cosas. Yo, el deporte de la


natación lo seguí, porque mi mamá durante mucho tiempo fue clavadista.
Entonces, cuando yo nací, ya mi mamá ya era clavadista... Durante el lapso
entre el nacimiento de mi hermano mayor y yo, mi mamá compitió, y
posteriormente a mi nacimiento, siguió compitiendo. Yo nací en el año de mil
novecientos cuarenta y dos, y la última competencia de ella fue en el año de

224
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

mil novecientos... cuarenta y ocho, cuando fue la Olimpiada... de Londres.


Perdona que te interrumpa un momento. ¿Sabes qué, Laura? ¿Me traes una
mesita? Una silla o algo, ¿verdad? No... Me estabas hablando de la última
competencia de tu mamá; fue en el año ¿qué? Entonces, la última
competencia en la que ella participó fue en la Olimpiada de Londres, en mil
novecientos cuarenta y ocho. Posteriormente a esa competencia, creo que
tuvo una competencia más, que fue en Barranquilla. Entonces ella, dentro del
ambiente de la natación en el cual ya tenía mucho tiempo... nos inició a
nosotros. Y, entonces, yo empecé a aprender a nadar a la edad de dos años.

En estos textos se eliminan los encabezados de turno de informantes y

entrevistadores (Inf. y Enc.). Es importante aclarar que para esta sección y con

excepción de las muletillas fáticas como mh o mm, no se elimina el habla del

encuestador, que nunca es demasiado voluminosa respecto a la del informante;

además, se consideró interesante mantener en lo posible el input que recibe el

informante durante la entrevista.

En el caso del corpus CSCM, se buscaron y remplazaron con espacio en blanco

las secuencias que encabezaban los turnos, como “I: (tab)” o “E: (tab)” y se eliminaron

del recuento todas las formas entre corchetes angulares (que indican pronunciaciones

particulares). Un ejemplo de transcripción CSCM ya depurada se presenta a

continuación:

225
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

EJEMPLO DE TEXTO DEPURADO DE HABLA CULTA 2000 (CORPUS CSCM)

a ver I okey dime dime ¿cómo te la pasaste en la universidad? yo me la pasé


muy digo yo me la estoy pasando muy bien este aprendo y pues diría que
bien bien lo que pasa es de que como yo fui en vocacional por ahí había
problemillas en cuestión de porros y todo eso mh y luego el ambiente estaba
un pesado y era un poquito difícil y vivir con la tensión y no sé no podías
llevar walkman o cosas así porque te robaban a mí ya me robaron una vez y
no fue una muy buena experiencia y como que lo que yo quería era salir de la
escuela mh y el cambio fue algo muy bueno porque cuando yo entré a la
superior ajá este ya en la superior nadie se mete contigo yo estuve ahí en
Zacatenco en Esime y este y pues ya ahí pues tú a tu rollo ¿no? ya nadie se
metía contigo y de hecho hasta los maestros en la vocacional los maestros
por la forma por tu aspecto físico meterse contigo

Las diferencias entre los tipos de transcripción en 1970 y 2000 forzaron a

implementar criterios de análisis lexicográfico y lexicoestadístico algo distintos para

cada año. Por ejemplo, el programa utilizado --AntConc-- permite que se excluya de las

listas de formas gráficas (types) toda la información entre corchetes angulares ‘< >’,

cuadrados ‘[ ]’ o paréntesis ‘( )’, pero no en dos o tres tipos de paréntesis a la vez. Para

el caso del CSCM, que utiliza dos tipos (paréntesis redondos y corchetes angulares), se

decidió excluir la información entre corchetes angulares y por lo tanto hubo que hacer

una stop list (lista de exclusión) que ignorara las formas que se presentaron entre

paréntesis redondos y los falsos comienzos que también se indican en dicho corpus

(transcribiendo la letra seguida de un guión breve, ejs.: f- falso o tamb- también). Por

supuesto, los textos de 1970 también indican algunos falsos comienzos y se utilizaron

226
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

los corchetes cuadrados para las expresiones paralingüísticas, como risas. La

mencionada limitación del programa AntConc de sólo permitir excluir un tipo de

información parentética a la vez, exigió la revisión exhaustiva de las más de 23,000

formas gráficas (types) obtenidas y verificar las cadenas de caracteres inusuales en

todas sus concordancias.

Un problema adicional en el corpus de 1970 es que presenta transcripciones

alternativas (fuera de la norma) para la misma palabra, sobre todo en habla popular,

como <vinu> por vino en el habla de informantes de zonas rurales. Dada la multitud de

estas transcripciones alternativas, no pudo evitarse que aparecieran en las listas

finales estas formas pero, por supuesto, no se contabilizaron como tipos aparte, sino

como simples alternativas de sus formas canónicas y se asignaron en el análisis

lexicológico al mismo vocablo.

5.5.3. Palabras y tipos totales en el corpus

Como se mencionó anteriormente, para el análisis de los acervos léxicos se utilizó el

programa gratuito AntConc 3.2.4w de Laurence Anthony (2014). El programa permite

crear listas de palabras, encontrar concordancias, hace análisis de clusters y

colocaciones, entre otras funciones. Previo al recuento de palabras, se aplicaron stop

lists (listas de exclusión) para cada submuestra. Las listas de exclusión indican al

programa que ignore en los recuentos las cadenas de caracteres que el analista

indique. El número de palabras gráficas por submuestra se presenta a continuación.

227
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

Cuadro 5.7. Palabras gráficas totales (tokens) y tipos (types) en cada submuestra

1970 2000

types tokens types tokens


Culta 6,549 56,663 6,225 61,880

Popular 5,362 57,786 4,703 55,584

La diferencia entre grupos cultos y de habla popular se mantiene en el tiempo:

los hablantes de menos estudios presentan menos types que los hablantes cultos.

Esta es la base de datos para el análisis del vocabulario. En los siguientes

apartados se presentan distintos acercamientos al problema del léxico, al tiempo que

se discuten sus ventajas e inconvenientes.

5.5.4. Estudio I: listas de vocablos sustantivos más frecuentes

Como se mencionó en la introducción de este capítulo, el análisis de la variación social

asociada al léxico es un tema tratado por Raúl Ávila en varios de sus trabajos sobre el

español mexicano (Ávila 1988, 1999 a y 1999 b). En dichas investigaciones, Ávila ha

propuesto ciertos acercamientos metodológicos para tratar de determinar qué es lo

que distingue a los grupos sociales en cuanto a su acervo léxico. Por ejemplo, en el

trabajo “Sobre semántica social: conceptos y estratos en el español de México” (Ávila

228
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

1999 a: 59-104)17, encontró que los primeros 20 referentes sustantivos en los grupos

socioeconómicos alto y bajo de un corpus levantado a nivel nacional (en el marco del

ALM), eran los siguientes.

Tabla 5.2. Vocablos sustantivos propios de habla culta y popular (1970) (basada en Ávila
1999 a: 62)

Culta Popular
1 cultura chile
2 aspecto tortilla
3 serie caña
4 valor kilo
5 profesión caldo
6 país litro
7 curso cebolla
8 obra gallina
9 educación baile
10 sala sal
11 sistema pescado
12 estrella sopa
13 historia pollo
14 idea semilla
15 interés milpa
16 médico molino
17 dato manteca
18 arte patrón
19 examen verdura
20 tema tamal

Para Ávila estas listas evidencian una fuerte tendencia a los referentes “no

perceptibles” en el habla de los grupos más educados (17 vocablos están en dicha

17 Otro trabajo que se comentará es el de “Sociosemántica: referentes sustantivos y verbales en el habla

culta y popular de la ciudad de México” (Ávila 1999 b: 153-219), donde se hace una propuesta de

clasificación de referentes sustantivos que se utilizará en este capítulo.

229
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

clasificación), que contrasta con los referentes concretos (“perceptibles por alguno de

los cinco sentidos”) del grupo bajo. El procedimiento que siguió dicho autor para

obtener las listas se detalla a continuación:

Los porcentajes se obtuvieron de acuerdo con la ecuación Frecuencia

Mayor menos Frecuencia Menor entre Frecuencia Menor por Cien. Esto

quiere decir que si en un estrato la frecuencia fue de 10, en el otro debió ser

por lo menos de 20 (tener un crecimiento porcentual del 100.00%) para

que fuera incluido el vocablo en la lista [Ávila 1999 a: 63, n. 5].

Los resultados de la comparación del léxico entre grupos sociales (o en el

tiempo) pueden ser algo distintos según sea el procedimiento analítico seguido. En el

caso de la presente investigación, y en contraste con las investigaciones de Ávila, se

decidió explorar otras posibilidades, como lo es la identificación del léxico no

compartido entre los distintos grupos sociales. La idea es que las palabras que

aparezcan en los datos de un grupo social y nunca en el otro, pero que tengan cierta

dispersión y frecuencia mínima (esto es, que sean frecuentes en ese grupo), podrían

ser más claramente “propias” del grupo que las palabras compartidas con diferente

distribución en términos de frecuencia. Los procedimientos específicos se detallan en

el siguiente apartado.

230
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

5.5.4.1. Un método alternativo para comparar el acervo léxico

El procedimiento para extraer el léxico no compartido fue el siguiente: se obtuvo una

lista de palabras con el programa AntConc en cada una de las siguientes 4

submuestras: hablantes cultos de 1970, de habla popular 1970, hablantes cultos del

año 2000 y de habla popular del mismo año. Las listas son como la mostrada a

continuación.

Figura 5.8. Ejemplo de lista de palabras obtenida con el programa AntConc

El programa construye una lista de palabras tipo (types); cada palabra tipo (en

adelante, ‘tipo’) va acompañada de su frecuencia total en el corpus (Freq) y su valor

231
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

ordinal (Rank). El siguiente paso es asignar cada tipo a un solo vocablo, lo que se anotó

en una nueva columna de vocablos. Al terminar la lista de vocablos finales, se realizó

la comparación de las listas de cada grupo social y temporal para obtener las palabras

compartidas y las palabras exclusivas en cada uno de ellos18. Tras ajustar los

parámetros respecto al número de casillas por comparar, las casillas que incluyen

palabras exclusivas de una lista se marcan con el color que el usuario indique, como

en la figura siguiente.

Figura 5.9. Ejemplo de listas comparadas en el programa Excel

18Se utilizó para este proceso una fórmula en el programa Microsoft Excel 2010:

=CONTAR.SI($B$2:$B$10,A2)=0.

232
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

La última etapa consistió en hacer búsquedas de concordancias en AntConc y

verificar que los tipos de cada vocablo fueran estrictamente sustantivos y que

tuvieran el mismo valor referencial. La figura siguiente muestra el uso de los

programas durante este proceso. En el ejemplo, se está verificando la palabra

proyecto.

Figura 5.10. Uso de AntConc y Excel en la verificación de las palabras exclusivas de cada
grupo social

Tras la extracción de los vocablos exclusivos de cada grupo, se obtuvieron las

siguientes listas de los primeros 20 sustantivos con mayor presencia estadística (que

llamaremos listas “revisadas”). Los criterios para que los vocablos entraran en la lista

(Lara 1990: 100) fueron: a) que tuvieran al menos 3 apariciones; b) que hubieran

233
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

aparecido al menos en el habla de 2 informantes distintos (dispersión = 2); c) que no

fueran nombres propios o topónimos19.

Tabla 5.3. Los 20 vocablos sustantivos más frecuentes en habla popular 1970 (revisada)

Vocablo Frecuencia Dispersión


1 zapato 120 6
2 centavo 21 7
3 terreno 21 4
4 máquina 20 3
5 maíz 19 4
6 futbol 16 3
7 taller 16 3
8 pueblo 15 5
9 tortilla 14 5
10 llave 13 3
11 rancho 10 4
12 frijol 10 3
13 banca 10 2
14 rancho 10 2
15 grasa 9 3
16 kínder 9 2
17 basura 7 2
18 cajón 7 2
19 cera 7 2
20 trabajador20 4 4

19 Los criterios a y b (frecuencia mínima de 3 y dispersión=2) son los sugeridos por Lara (1990)

respecto al Diccionario del español de México: “En realidad, ya tres ocurrencias de un vocablo,

repartidas en más de un texto, son suficientes para considerarlo ‘existente’ en una lengua (es decir, que

no se trate de un vocablo de uso estrictamente individual y que tampoco sea un hápax [cadena de

caracteres que aparece una sola vez en todo el corpus]), por lo que, quizás con poco valor estructural,

pero con validez documental, se puede confiar uno en los resultados que ofrece el CEMC [Corpus de

Español Mexicano Contemporáneo] con tan baja frecuencia” (1990: 100). Si se toma en cuenta que el

CEMC estaba conformado por cerca de 2, 000,000 de palabras y el presente corpus oral es de 250,000

(la octava parte de aquel), los criterios son aún más pertinentes.

234
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

En esta lista de vocablos en hablantes de habla popular todos los referentes son

concretos –algo coincidente con Ávila (1999 a), pero sólo se comparte una palabra con

aquella lista: tortilla. Otra diferencia con la lista revisada es que la mayoría de

vocablos en la lista de Ávila (15 de 20) pertenecen al campo de la alimentación —son

comestibles o pertenecen al campo de la cocina y la preparación de alimentos, como

chile, frijol, sal, tortilla, manteca, litro, caldo, kilo, etc.— mientras que la nueva lista

presenta una mayor diversidad de campos referenciales: ahora sólo tres vocablos son

comestibles (tortilla, frijol, maíz), los demás se concentran en lugares (rancho, kínder),

objetos de la vida cotidiana (basura, llave, zapato, centavo) o vocablos asociados con el

trabajo u oficios (grasa, cera, taller, máquina). El promedio de dispersión es de 3.1

informantes por vocablo.

Tabla 5.4. Los 20 vocablos sustantivos más frecuentes en habla culta 1970 (revisada)

Vocablo Frecuencia Dispersión

1 aspecto 80 6
2 materia 39 4
3 química 38 2
4 médico 35 7
5 caso 33 7
6 elemento 28 2
7 curso 26 5
8 competencia 23 2
9 barco 22 3
10 vocación 20 3
11 tesis 18 6

20 Obviamente se trata de los ejemplos sustantivos. Hubo 3 casos de la palabra trabajador con valor

adjetivo.

235
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

12 país 18 4
13 investigación 18 2
14 siglo 17 4
15 objeto 15 3
16 templo 15 3
17 psicoanálisis (y sicoanálisis) 15 2
18 serie 13 5
19 sistema 13 4
20 psicología 13 3

La lista revisada de vocablos más frecuentes en grupos cultos comparte 5

vocablos con la lista de Ávila (1999 a): aspecto, curso, médico, país, serie y sistema. En

la lista revisada, aparece casi el mismo número de vocablos perceptibles que en la lista

original: 6 en la lista revisada, 5 en la de Ávila. El promedio de dispersión es un poco

más alto que en los grupos de pocos estudios: 3.85 informantes en promedio por cada

vocablo enlistado. El hecho de que coincidan 5 vocablos en las listas revisadas y las

originales de Ávila (1999 a) indican que muy probablemente dicho autor también

contó palabras exclusivas de hablantes cultos (y por lo tanto inexistentes en el acervo

de habla popular).

Esta breve comparación pone en evidencia que lo que es “propio” léxicamente

de un grupo u otro puede variar fuertemente según el método aplicado. En este caso,

al focalizar la atención sobre los vocablos no compartidos, se destaca que las listas de

los 20 vocablos más recuentes de 1970 y 2000 comparten muy pocos ítems y que la

lista en los grupos de menos estudios presenta en la revisión –de manera más realista,

desde mi perspectiva-- una mayor diversidad de campos referenciales, lo que sugiere

que estos hablantes no hablan de comida o su preparación tan marcadamente, como

236
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

lo indicaría la lista con datos nacionales de Ávila (1999 a)21 --que después se

corregiría con datos de la ciudad de México en Ávila (1999 b).

Tras comparar los datos de esta tesis con los de Ávila --ambos estudios

concentrados en muestras de los años 1970--, se decidió crear las mismas listas

comparativas en la muestra del año 2000 siguiendo, por supuesto, los mismos

criterios de inclusión utilizados en las tablas anteriores.

Tabla 5.5. Los 13 vocablos sustantivos más frecuentes en habla popular 2000

Vocablo Frecuencia Dispersión

1 gallo 44 2
2 fruta 25 3
3 camioneta 24 5
4 taxímetro 24 2
5 tianguis 18 6
6 bicitaxi 16 2
7 Revolución (época histórica) 15 2
8 sobrino 11 5
9 pollo 11 2
10 centavo 8 3
11 barrio 7 2
12 obrero 7 2
13 comadre 6 2

De entrada, no existen siquiera 20 vocablos en la lista que no hayan aparecido

en habla culta y que tengan al menos una dispersión de 2, lo que puede considerarse

un indicio de un repertorio “exclusivo” disminuido en las entrevistas de habla popular

respecto a las de los años 1970, o también como un cierre de la brecha entre grupos

21 Hay que reconocer la posibilidad de que en el levantamiento popular haya muchos informantes de

zonas rurales.

237
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

cultos y de pocos estudios. Sólo un vocablo coincide en el tiempo real: centavo. Doce

de los trece vocablos son perceptibles.

Tabla 5.6. Vocablos sustantivos más frecuentes en habla culta 2000

Vocablo Frecuencia Dispersión

1 paciente 44 2
2 arquitectura 33 2
3 teatro (como arte) 31 3
4 proyecto 26 5
5 alumno 18 4
6 boda 17 2
7 playa 16 6
8 inglés 16 5
9 psicología 16 4
10 personaje 16 2
11 edificio 15 4
12 país 14 4
13 etapa 13 7
14 medicina (como disciplina) 13 4
15 oficina 12 4
16 biología 12 2
17 especialidad 12 2
18 sociedad 10 3
19 conciencia 9 5
20 asunto 9 4

Al igual que en los años 1970, se mantiene la tendencia a que prevalezcan

vocablos de objetos o entidades no perceptibles (14 de 20). Se repiten sólo dos

vocablos en el tiempo real: país y psicología. A continuación se evalúan estos

resultados.

238
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

5.5.4.2. Evaluación del método alternativo de comparación de vocabularios

Este método mostró que los resultados pueden ser muy distintos a los seguidos en

Ávila (1999 a); las diferencias pueden deberse a que las listas revisadas presentan

vocablos con una dispersión mínima de 2 y además reflejan una mayor diversidad de

referentes, lo que sugiere que quizás sea un método más adecuado. Por otra parte,

para mejorar el procedimiento, pueden establecerse criterios más exigentes de

inclusión para evitar vocablos prácticamente idiosincráticos que entraron en las listas;

varios vocablos en las 4 listas obtenidas concentran demasiados ejemplos en un solo

informante; estos son: química, elemento (en culta 1970), gallo, taxímetro, bicitaxi,

Revolución (popular 2000), zapato, futbol, rancho, grasa (popular 1970), arquitectura,

teatro y boda (culta 2000).

Algo que sí puede confirmarse con cualquiera de los dos métodos, es que los

referentes perceptibles son predominantes en las hablas populares, de manera

opuesta a las hablas cultas, donde los primeros vocablos tienen referentes más

abstractos. Las ocupaciones de los informantes, por supuesto, condicionan muchísimo

las elecciones léxicas: los informantes de habla popular trabajan en oficios como

albañilería, carpintería y peluquería, en el servicio doméstico o el comercio,

actividades que obligan a tener referentes concretos; mientras que los hablantes

cultos son en su mayoría profesionistas, investigadores, profesores o estudiantes

universitarios y principalmente los tópicos en la entrevista giran en torno a su

profesión, o intereses que implican hablar de referentes más abstractos. Por supuesto,

239
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

no creo en las posibles consecuencias y limitaciones cognitivas o psico-sociales de

estas diferencias como en la propuesta de códigos amplios y restringidos de Bernstein

(1984). Se asume, más bien, que los seres humanos hablan del entorno social y

económico que les toca vivir y adaptan su discurso a dichas circunstancias, algo

discutido ampliamente por Ávila (1999 b: 176-178).

En el siguiente apartado se revisará un análisis global de todos los referentes

sustantivos en estos grupos sociales en el tiempo real, para tener otro parámetro de

comparación sobre la evolución del léxico en español capitalino.

5.5.5. Estudio II: Un análisis alternativo de la variación léxica. El caso de los sustantivos

Otra manera de investigar las diferencias sociales o temporales reflejadas en el léxico

es a través del análisis del volumen de vocablos totales22, en lo que podría verse como

22 La base de esta investigación se realizó en el segundo semestre de 2011 y se presentaron los

resultados preliminares en el XI Congreso Nacional de Lingüística (Chetumal, Quintana Roo) (Serrano

2011 b). La base de datos ahí agregó los datos de dos informantes al grupo culto de 1970 (haciendo un

total de 14 informantes) para acercar el número de tokens al de los demás subgrupos, que en ese

momento era de alrededor de 60,000 por submuestra. En sus comentarios en el mencionado congreso,

Luis Fernando Lara rechazaba la idea de observar diferencias sociolingüísticas en corpus basados en

entrevistas (aunque sí reconocía esta posibilidad en materia de variación fónica); parafraseándolo, su

argumento era el siguiente: “todos los hablantes tienen los mismos niveles de riqueza léxica, siempre y

cuando la temática de la conversación gire en torno ‘de lo que realmente saben’, de sus especialidades y

oficios”. En el corpus analizado existen informantes de pocos estudios que hablan de sus oficios y, sin

240
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

un ejercicio de exploración de la riqueza léxica que, por lo general, suele abordarse

con variados recursos de elicitación, como en los atlas dialectológicos o los estudios de

disponibilidad léxica (v.g., Ávila Muñoz & Villena Ponsoda 2010). Esta investigación

exploró las diferencias sociales y en el tiempo real en los vocablos sustantivos. Dado

que se partió de una base de cerca de 240,000 palabras y más de 20,000 sustantivos, y

que no se contaba en el momento del análisis con un programa automatizado que

hiciera el reconocimiento de vocablos sustantivos, la solución para este análisis fue

contar los sustantivos “cien por ciento seguros”, esto es, aquellas formas que no

requerían una revisión de cada concordancia para estar seguros de que pertenecían a

dicha clase léxica: de esta manera, tipos como sueldo, que podía tomarse como forma

verbal conjugada (1ra sg, pres, ind del verbo soldar) o un sustantivo propiamente

('salario’), se marcaron en la base de datos con un signo de interrogación para un

análisis ulterior. El cuadro siguiente muestra el total de tokens, types y sustantivos

embargo, no presentan niveles de riqueza léxica especialmente elevados. Una hipótesis que podría

explorarse es que la riqueza en las hablas “populares” se encuentra en la morfología derivativa o en la

gran cantidad de recursos lúdicos como fraseologismos, juegos de palabras, doble sentido, etc., como se

puede observar en tesis recientes sobre el tema (Sánchez de la Barquera 2014). En todo caso, ya se ha

señalado que las clases medias no son necesariamente más eficaces para comunicarse: “Labov (1972:

179) ha señalado la grandilocuencia de la clase media, su tendencia a matizar en exceso y su frecuente

actitud de buscar status mediante recursos lingüísticos, lo que a veces produce discursos vacíos o

difíciles de comprender” (Ávila 1999 b: 177). En realidad, la eficacia comunicativa no está relacionada

con un gran acervo léxico, sino con la manera de explotar las posibilidades expresivas de la lengua en

todos sus niveles estructurales.

241
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

donde se incluyen tanto los sustantivos seguros como aquellos marcados con signo de

interrogación.

Cuadro 5.8. Total de tokens, types y sustantivos en 1970 y 2000

1970 2000
Tokens Types Sust. Tokens Types Sust.
Culta 58,290 6,755 2,013 66,253 6,505 1,842
Popular 63,205 5,209 1,269 59,677 4,947 1,365

Se podría argumentar que las desproporciones en el volumen de datos totales

pueden explicar las diferencias en el número de vocablos encontrados, pero un

análisis detenido de cada grupo de hablantes demuestra que no existe una correlación

constante entre el número de palabras totales y el número de tipos. La muestra con

más palabras (habla culta 2000 –en adelante HC 2000) tiene 13.6% más palabras que

la que menos palabras presenta (habla culta 1970 –HC 1970) y sin embargo presenta

un menor acervo de sustantivos. Por otra parte, el grupo de habla popular 1970 (en

adelante HP 1970) tiene 8.4% más datos que HC 1970 y 5.9% más que el grupo de

habla popular del año 2000 (HP 2000); aun así, su acervo de sustantivos es menor en

ambos casos. Puede suponerse que de tener el grupo culto moderno el mismo número

de datos que habla popular 1970, se mantendría la tendencia de este último grupo a

presentar menos vocablos.

242
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

Cada forma (type) en las listas obtenidas con el programa AntConc se asignó a

un vocablo en una quinta columna23. En la siguiente figura se muestra como las

formas amiga, amigas, amigo, amigos, amiguita, amiguitas se asignan al mismo

vocablo amigo.

Figura 5.11. Ejemplo de identificación de vocablos sustantivos en la listas de palabras


del subcorpus habla popular 1970

Ya agrupadas las distintas realizaciones de cada sustantivo en un solo vocablo

(por ej.: abuelo, abuelitos, abuelitas, se agrupan en el vocablo abuelo), se depuró la lista

23 Agradezco a Yulma Mejía su ayuda para identificar vocablos sustantivos en una sección del grupo

culto del año 2000.

243
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

para incluir sólo los sustantivos ‘seguros’. A pesar de no considerar los datos de los

sustantivos dudosos, el corpus sigue siendo suficientemente voluminoso como para

poder realizar exploraciones confiables. Los acervos de cada submuestra quedan

distribuidos de la siguiente manera:

Cuadro 5.9. Número de vocablos sustantivos seguros por submuestra

1970 2000
Culta 1,571 1,453
Popular 949 1,036

La proporción de vocablos sustantivos ‘seguros’ ronda del 25 al 30% en todos

los grupos; dichas proporciones se ordenan de la siguiente manera: 29.8% de

sustantivos en HC 1970 > 28.3% en HC 2000 > 27.5% en HP 2000 > y finalmente

24.3% en HP 1970.

Una manera de ver la evolución respecto al volumen de sustantivos en el

tiempo real puede ser la siguiente:

244
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

1800
1600
1571
1400 1453

1200
1000 1036
949 Alto
800
Bajo
600
400
200
0
1970 2000

Figura 5.12. Volumen de vocablos sustantivos en hablantes de estudios Alto y Bajo

(1970-2000)

Los hablantes cultos presentan una disminución del 7.6% en 30 años. Por el

contrario, los grupos de habla popular han aumentado en el mismo período su acervo

(un 9.1% para ser exactos). Esta tendencia de los grupos a reducir la brecha

sociolingüística se puede confirmar de otras maneras. Por ejemplo, puede analizarse

el volumen de vocablos comunes en ambos grupos sociales en cada período o, por el

contrario, el número de vocablos que no comparten estos mismos grupos --las

‘peculiaridades léxicas’ de cada submuestra, por decirlo de otra manera.

De esta forma se realizaron comparaciones entre grupo educativos sincrónica y

diacrónicamente. En las siguientes gráficas se muestra la variación en el volumen de

vocablos compartidos y no compartidos entre los grupos educativos en el tiempo.

245
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

1400
1200
1000
800
Vocablos en
600 1135 común
400
514 Vocablos no
200
compartidos
0
-200 Culta Popular
-435 -435
-400
-600

Figura 5.13. Acervo de vocablos compartidos y no compartidos en habla culta y popular


(1970)

1400
1200
1000
800
600
Vocablos en común
978
400
561 Vocablos no
200
compartidos
0
CSM A CSM B
-200 -475 -475
-400
-600

Figura 5.14. Acervo de vocablos compartidos y no compartidos en habla culta y popular


(2000)

El léxico compartido entre HC y HP en 1970 es de sólo 435 palabras. El grupo

HP tiene 514 palabras propias al comparar su acervo con el de los hablantes HC,

246
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

quienes presentan por su parte un total de 1135 palabras que nunca aparecen en los

hablantes de HP. Esto es, nos encontramos ante grupos de hablantes fuertemente

diferenciados en el nivel léxico nominal.

Las diferencias entre grupos sociales, sin embargo, parecen disminuir con el

paso del tiempo. El léxico que comparten ahora estos grupos educativos es un poco

mayor que en los años 1970: un total de 475 lexemas. Esto equivale a un incremento

del léxico sustantivo compartido a una tasa de 9.1% en 30 años. Para el año 2000, los

hablantes cultos tienen 978 palabras propias, frente a los hablantes de habla popular,

quienes presentan 561 palabras propias. Esto es, los grupos populares incrementaron

su índice de vocablos originales alrededor de un 9.1% (47 ítems más) y el grupo culto

bajó en este rubro en un 13.8% (157 palabras menos). Aunque sigue existiendo una

brecha importante entre los grupos educativos alto y bajo, es llamativo su relativo

acercamiento en cuanto al número de referentes sustantivos característicos.

Finalmente, vale la pena comparar el acervo global en los años 1970 y 2000,

independientemente de la diferenciación social.

Cuadro 5.10. Sustantivos totales en 1970 y 2000

1970 2000
Sustantivos 2084 2014

247
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

La diferencia global es mínima: sólo 70 vocablos distintos tiene de más la

muestra de 1970 frente a la de 2000, esto es, una diferencia en volumen de 3.35%, lo

que significa que la comunidad de habla conserva prácticamente un mismo número de

vocablos, pero la distribución social de estos no es exactamente la misma, como lo

muestran las gráficas siguientes.

21%
25%

Compartidos
Culta
Popular

54%

Figura 5.15. Distribución de vocablos sustantivos en 1970

248
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

23%
28%
Compartidos
Culta
Popular

49%

Figura 5.16. Distribución de vocablos sustantivos en el año 2000

Evaluando estos resultados, puede concluirse que los grupos sociales popular y

culto del año 2000 comparten más vocablos y tienden a diferenciarse menos en su

repertorio. Todo esto refuerza la idea de que las diferencias sociolingüísticas entre

grupos sociales a nivel léxico sí deben ser significativas porque se trata de datos

levantados en condiciones muy similares. Los grupos educativos, altamente

diferenciados en los años 1970, parecen acercarse estadísticamente en el año 2000.

Esta disminución de la brecha entre grupos de alta y baja instrucción en el tiempo real

es paralela a la reducción de la brecha sociolingüística que se produce también en el

nivel fonético y de cierta manera se complementa con la observación del movimiento

paralelo de disminución de los morfemas –dad y –mente revisados en los

subapartados 5.2 y 5.3. Todo esto se discutirá a profundidad en el cap. 6.

249
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

5.5.6. Estudio III: Campos referenciales en sustantivos

Tras el análisis en términos de volumen de sustantivos, se decidió analizar los campos

referenciales en que se distribuyen los mismos. Para ello se retomaron los campos

propuestos en Ávila (1999 b: 162-163). Debido a la enormidad de la tarea de asignar

todos los vocablos a un campo referencial, se decidió asumir un criterio numérico

para determinar los vocablos ‘más productivos’ y más distribuidos en cada muestra.

Se decidió que para entrar en esta lista, el vocablo debía cumplir con un criterio de

descripción elevado: que se presentara al menos 12 veces (esto es, que tuviera la

posibilidad de haber aparecido al menos una vez en cada uno de los informantes)24.

Dicho criterio resultó útil, ya que los sustantivos que entran en la lista concentran más

del 50% de los sustantivos totales en los cuatro grupos analizados. Los campos

referenciales implementados en el análisis de Ávila (1999 b) se definen de la siguiente

manera (los ejemplos fueron extraídos del corpus de esta tesis):

CAMPOS REFERENCIALES DE SUSTANTIVOS

ELAN: entorno, lugares naturales y artificiales (vida, lugar, pueblo, país)

HAPV: ser humano: atributos psicológicos y valores (miedo, persona, punto,


motivo)

24 Nota importante: los datos de esta sección son los mismos presentados en Serrano (2011 b), por ello

para el grupo culto 1970 se exigió una dispersión de 14 porque este era el número de informantes en

dicho subgrupo.

250
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

HCRP: ser humano: cuerpo (mano, cerebro, ojo)

HMNO: ser humano (gente, niño, muchacho, hombre)

LMNA: elementos naturales y artificiales (día, tamal, zapato, aerosol)

SCED: sociedad: cultura y educación (cosa, escuela, verdad, dios)

SESP: sociedad: esparcimiento (cine, teatro, canción, actor)

SOSR: sociedad: ocupaciones y servicios (dinero, arqueólogo, camión, doctor)

SRIN: sociedad: relaciones interpersonales (mamá, hijo, hermano, padre)

TRTM: tiempo: referencias personales (tiempo, año, vez, momento)

En la siguiente figura se muestra cómo se fue asignando el campo

referencial a cada vocablo.

Figura 5.17. Proceso de asignación de cada vocablo a un campo referencial

251
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

Los vocablos que aparecen al menos 12 ocasiones rondan el número 100:

Cuadro 5.11. Vocablos sustantivos de mayor concentración en las cuatro submuestras

1970 2000
Culta Popular Culta Popular
N 120 99 101 76

Al marcar cada uno de los vocablos en el cuadro 5.11, se obtuvieron los

siguientes totales por cada campo referencial. Se organizan en la siguiente tabla de

mayor a menor:

Tabla 5.7. Campos referenciales en 4 submuestras de ECM

1970 2000
Culta Popular Culta Popular
SCED (46) SCED (22) SCED (34) SRIN (15)
TRTM (14) SOSR (15) ELAN (14) SCED (14)
ELAN (13) SRIN (13) SRIN (12) ELAN (10)
SOSR (13) HMNO (10) SOSR (10) TRTM (10)
SRIN (11) SESP (10) TRTM (9) HMNO (9)
HMNO (9) TRTM (10) HMNO (8) SOSR (8)
SESP (7) LMNA (9) SESP (7) LMNA (6)
LMNA (4) ELAN (6) HCRP (3) SESP (2)
HAPV (3) HCRP (3) LMNA (3) HAPV (1)
HCRP (0) HAPV (1) HAPVC (1) HCRP (1)

252
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

A diferencia de lo reportado por Ávila (1999 a y b), los campos referenciales

que más sustantivos concentran tienen una distribución relativamente similar en los

cuatro grupos: para 3 de las 4 submuestras, es el campo SCED (Sociedad: educación y

cultura) el que más vocablos aporta; sólo en la submuestra popular 2000 cede ante el

campo SRIN (sociedad: relaciones interpersonales: hijo, cuñado, papá, etc.). También

es llamativo que los campos referenciales con elementos más concretos como LMNA o

los referidos al cuerpo humano (HAPV, HCRP) ocupen los últimos 2 lugares en 3 de las

4 listas, con muy pocos vocablos.

A partir de estos resultados puede concluirse que, respecto a los campos

referenciales, existe una tendencia generalizada a concentrar vocablos en los campos

de lo social (con referentes más abstractos) en las submuestras, si bien, el grupo Culto

1970 es el que presenta más datos en este campo –lo que es congruente con los

resultados sobre vocablos con referentes más abstractos en el Estudio I sobre los

vocablos más frecuentes. Por otra parte, los campos con referentes más concretos no

son privilegiados en ningún grupo social particular. De aquí se sugiere una revisión

crítica de las hipótesis sobre diferencias sociolingüísticas basadas en la oposición

concreto/abstracto y sus correlatos psicosociales y cognitivos (nuevamente, como las

de Bernstein 1984).

253
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

5.5.7. Estudio IV: el uso de la Relación Type/Token para el análisis del léxico

Para evitar los sesgos que pueden producir la observación de frecuencias absolutas y

relativas, se utiliza a lo largo de este apartado la Relación Type/Token (RTT) como

parámetro de comparación global entre los grupos. La RTT puede verse como una

medida muy simple de riqueza léxica y morfológica, ya que resalta el nivel de

diversidad de palabras tipo en un corpus. Matemáticamente, es el producto de dividir

el número de tipos encontrados entre el número de palabras gráficas totales (Baayen

2008: 244). La siguiente gráfica muestra el valor de RTT de las cuatro grandes

submuestras.

.140

.120
.115
.100 .100
.092
.080 .084
RTT Culta
.060 RTT Popular

.040

.020

.000
1970 2000

Figura 5.18. Relación type/token en grupos cultos y populares en el tiempo real

254
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

Hay una baja generalizada en la RTT en el tiempo real, aunque ciertamente los

grupos del año 2000 parecen guardar una menor diferencia entre ellos (de .016

puntos frente a los .023 entre los grupos del año 1970), lo que indicaría, al igual que

en el nivel fónico, cierto nivel de acercamiento de los grupos sociales que puede

interpretarse también como un proceso global de nivelación de las hablas urbanas en

el que los grupos con más estudios presentan una menor diversidad léxica interna,

acercándose con ello a los niveles de los grupos de habla popular25. En las siguientes

secciones se analizan las diferencias entre grupos de edad, sexo y nivel de escolaridad.

5.5.7.1. RTT en los distintos grupos de edad

Tomando como índice sólo los vocablos sustantivos, la distribución de estos en los

distintos grupos de edad (tanto en los muestreos de 1970 como los de 2000) confirma

lo hallado en otros trabajos sobre el hecho de que el acervo léxico suele crecer con la

edad.

25 Nuevamente, esto se discutirá con detenimiento en el capítulo 6.

255
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

Type/token 1970 GLOBAL


0.13 0.129

0.12 0.121
0.115
0.11
Type/token

0.1

0.09
Mayores Adultos Jóvenes

Figura 5.19. Relación type/token en 1970 según los grupos de edad

Type/token 2000 GLOBAL


0.13

0.12
0.113
0.11
0.107 Type/token

0.1

0.093
0.09
Mayores Adultos Jóvenes

Figura 5.20. Relación type/token en el año 2000 según los grupos de edad

El hecho de que el patrón de ascenso del léxico conforme a la edad no sea

distinto entre grupos educativos puede ser evidencia a favor del Principio 5.21 sobre

la poca influencia de la edad (y el sexo) en la adquisición, conocimiento y distribución

256
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

del léxico (Moreno Fernández 2012: 118). En los siguientes apartados se analiza con

más detalle cada muestra e individuo según su valor RTT.

5.5.7.2. Valores de RTT individuales

Como ocurre en muestreos sociolingüísticos limitados en cuanto al número de

hablantes entrevistados, la variación intragrupal puede ser alta. Esta muestra no es la

excepción respecto al número de palabras. En la siguiente tabla se muestran los datos

del muestreo de 1970 por cada informante, ordenados de mayor a menor según su

relación type/token individual.

Tabla 5.8. 24 hablantes de 1970 ordenados según RTT26

Archivo Types Tokens RTT


1 VH-CULT-01 1107 4018 0.27551020
2 VM-CULT-01 947 3633 0.26066612
3 JM-CULT-01 1027 4192 0.24499046
4 AM-CULT-01 1008 4137 0.24365482
5 VH-CULT-02 1311 5488 0.23888484
6 AH-CULT-01 988 4229 0.23362497
7 JH-CULT-01 1017 4376 0.23240402
8 AM-CULT-02 836 3615 0.23125864

26 Para entender la clave de cada informante: el primer carácter indica el grupo de edad: J=joven,

A=adulto, V=Mayor; el segundo carácter indica el sexo: H=hombre, M=mujer. El tercer dato indica el

grupo educativo: POP=Popular, CULT=culto y los números finales (01 y 02) permiten identificar al

informante en esa casilla.

257
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

9 AM-POP-01 1021 4668 0.21872322


10 AM-POP-02 881 4046 0.21774592
11 VM-CULT-02 1162 5406 0.21494636
12 VH-POP-02 937 4363 0.21476049
13 JM-CULT-02 1073 5079 0.21126206
14 VM-POP-01 966 4579 0.21096309
15 VH-POP-01 854 4126 0.20698013
16 AH-POP-02 976 4768 0.20469799
17 JH-POP-01 1029 5302 0.19407771
18 AH-CULT-02 853 4411 0.19338019
19 AH-POP-01 937 4853 0.19307645
20 JH-CULT-02 1548 8049 0.19232203
21 JM-POP-01 738 3869 0.19074696
22 VM-POP-02 1046 5871 0.17816386
23 JM-POP-02 1061 6137 0.17288577
24 JH-POP-02 838 5204 0.16102998
Total 9,776 114419
Promedio 4767.45833 0.21403151
Desv std 973.417689 0.02772792

La tabla muestra grandes diferencias entre individuos en 1970: el informante

con la RTT más baja es un hombre joven de bajos estudios, con 0.161, mientras que el

hablante con la mejor RTT es un hablante mayor de edad, hombre, de altos estudios,

con 0.275, esto es, 0.114 puntos de diferencia. Lo cierto es que la tabla confirma la

tendencia general a que los hablantes cultos presenten en general una RTT más alta

que los hablantes de pocos estudios: los ocho punteros son de aquel grupo educativo;

los cuatro informantes con menor RTT, por el contrario, son de habla popular. Otra

manera de ver la estratificación es la siguiente: de los 12 primeros, 9 son del grupo

culto y sólo tres son informantes de habla popular. La siguiente tabla presenta los

valores de RTT en los informantes del año 2000.

258
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

Tabla 5.9. 24 hablantes del año 2000 ordenados según RTT

Archivo Types Tokens TTR


1 AH-CULT-01 1443 5919 0.24379118
2 AM-CULT-02 1016 4195 0.24219309
3 VH-CULT-01 968 4186 0.23124701
4 VH-POP-01 788 3447 0.22860458
5 VH-CULT-02 1025 4499 0.22782841
6 VM-CULT-01 1087 4887 0.22242685
7 VM-CULT-02 906 4143 0.21868211
8 AH-CULT-02 1188 5685 0.20897098
9 VH-POP-02 794 3866 0.20538024
10 AM-POP-01 789 3970 0.19874055
11 JH-CULT-01 984 5018 0.19609406
12 JM-CULT-01 819 4177 0.19607374
13 JM-POP-01 863 4410 0.19569161
14 AH-POP-02 893 4603 0.19400391
15 AM-CULT-01 1275 6595 0.19332828
16 JH-POP-02 891 4635 0.19223301
17 VM-POP-01 1084 5668 0.19124912
18 JH-POP-01 908 4991 0.18192747
19 JH-CULT-02 1293 7288 0.17741493
20 JM-CULT-02 939 5419 0.1732792
21 AM-POP-02 980 5710 0.17162872
22 AH-POP-01 847 4954 0.17097295
23 JM-POP-02 819 4803 0.17051843
24 VM-POP-02 794 4829 0.16442328
Total 117897
Promedio 4912.375 0.19986265
Desv std 896.580548 0.02361757

Siete de los ocho informantes con RTT más alta en el año 2000 son del grupo

culto. El cuarto lugar lo ocupa un hombre mayor de pocos estudios. Examinando los

datos de este informante resaltan dos aspectos importantes. Delfino (el nombre del

259
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

informante) tiene la entrevista más breve de todas y en general cuando existen menos

tokens, la RTT es más alta (cf. Baayen 2008: 244); por otra parte, Delfino puede verse

más como un “informante experto” que como un informante promedio. El señor

Delfino ha sido colaborador de antropólogos e historiadores de su lugar de origen

(Milpa Alta) desde los años 1970, habla español, náhuatl y algo de inglés, es una

persona destacada en su comunidad y fue entrevistada porque los habitantes del lugar

lo sugirieron por ser un gran narrador. Evidentemente, el señor Delfino tiene recursos

léxico-discursivos mayores a los del hablante promedio del lugar y por ello pertenece

a una categoría aparte.

Al igual que en la tabla para 1970, la tabla del año 2000 confirma la tendencia a

concentrar la RTT más alta en los informantes cultos: nuevamente, 9 de los primeros

12 informantes son de este último grupo.

Para evitar el sesgo estadístico de la variación intragrupal, se decidió obtener la

desviación estándar (s2) del número de tokens y sumarla y restarla al promedio para

poder descartar entrevistas que presenten demasiados o muy pocos datos, esto

porque, como evidencia la tabla, a pesar de que regularmente se cuenta con la

transcripción de 30 mins por informante, varias entrevistas son inusualmente largas

(como la núm. 19 de 2000 y la 20 de 1970) o inusualmente breves (como la entrevista

3 de 1970 y la 4 de 2000). En el siguiente cuadro se presentan los límites inferior y

superior que permiten decidir qué informantes entran o no al análisis grupal.

260
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

Cuadro 5.12. Límites superior e inferior de tokens para muestreo final 1970 y 2000

Año Tokens Desv. Límite inferior Límite superior


2
promedio (x) Std. (x - s ) (x + s2)
(s2)
1970 4767 973 3794 5740
2000 4912 896 4015 5808

Con estos criterios se sacrifican los datos de cinco informantes en 1970: tres

que sobrepasan el límite superior (un hombre joven culto [JH-CULT-02] y dos mujeres

de habla popular, una joven [JM-POP-02] y otra mayor [VM-POP-02]) y dos que

quedan debajo del límite inferior (dos mujeres cultas, una mayor [VM-CULT-01] y una

adulta [AM-CULT-02]); los datos de cuatro mujeres se van y se descartan los datos de

sólo un hombre, por lo que queda algo descompensada la muestra en cuestión de

género. En total quedan 19 informantes en la muestra final: 10 de habla popular y 9 de

habla culta.

Tabla 5.10. RTT en 19 informantes en 1970

Archivo Types Tokens RTT


1 VH-CULT-01 1107 4018 0.27551020
2 JM-CULT-01 1027 4192 0.24499046
3 AM-CULT-01 1008 4137 0.24365482
4 VH-CULT-02 1311 5488 0.23888484
5 AH-CULT-01 988 4229 0.23362497
6 JH-CULT-01 1017 4376 0.23240402
7 AM-POP-01 1021 4668 0.21872322
8 AM-POP-02 881 4046 0.21774592
9 VM-CULT-02 1162 5406 0.21494636

261
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

10 VH-POP-02 937 4363 0.21476049


11 JM-CULT-02 1073 5079 0.21126206
12 VM-POP-01 966 4579 0.21096309
13 VH-POP-01 854 4126 0.20698013
14 AH-POP-02 976 4768 0.20469799
15 JH-POP-01 1029 5302 0.19407771
16 AH-CULT-02 853 4411 0.19338019
17 AH-POP-01 937 4853 0.19307645
18 JM-POP-01 738 3869 0.19074696
19 JH-POP-02 838 5204 0.16102998
Total 87114
Promedio 4584.94737 0.21586631
Desv Std 510.089913 0.02549181

Respecto a la muestra del año 2000, se descartaron los datos de seis

informantes: tres que sobrepasan el límite superior de tokens (los tres son cultos: un

hombre joven [JH-CULT-02] y un hombre y una mujer adultos [AH-CULT-01, AM-

CULT-01]) y tres el inferior (los tres son de habla popular: dos hombres mayores [VH-

POP-01, VH-POP-02] y una mujer adulta [AM-POP-01]); se descartan los datos de

cuatro hombres y de sólo dos mujeres. La muestra queda constituida por 18

informantes con 9 hablantes en cada grupo social.

Tabla 5.11. RTT en 18 informantes en el año 2000

Archivo Types Tokens RTT


1 AM-CULT-02 1016 4195 0.242193
2 VH-CULT-01 968 4186 0.231247
3 VH-CULT-02 1025 4499 0.227828
4 VM-CULT-01 1087 4887 0.222427

262
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

5 VM-CULT-02 906 4143 0.218682


6 AH-CULT-02 1188 5685 0.208971
7 JH-CULT-01 984 5018 0.196094
8 JM-CULT-01 819 4177 0.196074
9 JM-POP-01 863 4410 0.195692
10 AH-POP-02 893 4603 0.194004
11 JH-POP-02 891 4635 0.192233
12 VM-POP-01 1084 5668 0.191249
13 JH-POP-01 908 4991 0.181927
14 JM-CULT-02 939 5419 0.173279
15 AM-POP-02 980 5710 0.171629
16 AH-POP-01 847 4954 0.170973
17 JM-POP-02 819 4803 0.170518
18 VM-POP-02 794 4829 0.164423
Total 86812
Promedio 4822.88889 0.19719133
Desv Std 527.265631 0.02347288

A pesar de tener descartados a los informantes en los extremos de cada

muestra, las diferencias básicas se mantienen: la RTT es mayor en 1970 que en 2000,

pero en general permanece la tendencia de los grupos cultos a tener mayor número de

formas –algo muy documentado en los trabajos de Ávila (1999 a y b).

5.5.7.2.1. Informantes con mayor y menor densidad léxica en 1970

El informante con mayor densidad léxica en 1970 es un médico otorrinolaringólogo

de 62 años. Tiene bastantes recursos léxicos, incluso en una narración de temática

alejada de su profesión:

263
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

Ya con una idea fija, con una idea fija de... de adentrarme un poco más en un
campo desconocido totalmente en México. Lo único que podía hacerse por
aquella época, si acaso, pues... era una vieja escuela de sordomudos que
fundó don Benito Juárez y que, a la usanza de lo que en aquella época se... se
hacía, pues... sigue haciéndose, es decir, con procedimientos muy... muy
peculiares, que... todavía perduran y que... y que a mí en lo personal no me
satisfacen, ni me satisfacían en aquella época. Entonces... empezamos... pues,
una nueva etapa, en el año cincuenta y uno, y transcurrieron cinco años, para
mí, de una posición profesional un tanto ambigua, porque, por una parte, la
larga prole con que ya me había obsequiado esta señora... pues... me
obligaba... a muchas... necesidades que cubrir, a muchas cosas que hacer y,
por otro lado, el lanzarme de lleno a una disciplina que aún empezaba a
esbozarse en mi mente y que todavía no teníamos ni siquiera oportunidad de
echar en marcha de una manera integral... pues... resultaba una aventura. La
aventura estaba hecha, desde el momento mismo en que quemamos nuestras
naves y dimos fin con todo: hipotecamos lo que teníamos y montamos el
Centro Audiológico y Foniátrico de México.

El informante con menor densidad léxica es un joven de 22 años, de oficio

zapatero. En este fragmento, el informante hace comentarios sobre su oficio:

Para yo aconsejarle... ee... que el zapato dure... le voy a decir una cosa: El
zapato tiene que... este... cuidarse; no pisar cosa lodosa y no andar... este...
en...- digamos- en... andar en... caminos... este... muy escarbosos -digamos-
como tierra, como piedras; allí que se... que sube y baja, y toda la cosa. Como
muchas personas: agarran y se van a sus pueblos, y se agarran los zapatos y
se... se meten al cerro, se meten a muchas partes, ¿entiende? Entonces es
donde el zapato empieza a desgastarse bastante, y el corte se empieza a...
quebrar de la piel. Eso es lo que pasa. Pero si, en cambio, a él le agarra... dice:

264
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

"Mi zapato me costó tanto; yo agarro y... pos, en lugar... Yo veo un lodo allí o
yo veo un charco... ps agarro y me voy ... doy la vuelta, y ya". Entonces, el
zapato lo bolea, lo cuida, ¿entiende? No meterse en... en digamos, en esas... en
esos trances así. Usté agarra y... se va por otro lado, y lo cuida; lo bolea
bastante. Porque ése es... la vida de... de un zapato. En la piel... es la boleada,
porque lo lustra, lo cuida, ¿entiende? Al lustrar, al lustrarse -le voy a decir
una cosa- al lustrarse, el zapato se entiende que no lo va a ensuciar en
cualquier momento. Que el polvo le llegue, es diferente; pero que lo... lo trate
de meter en algún lodo, no. ¿Por qué? Porque le costó un trabajo de boliarlo,
o pagó cierta cantidad porque se lo bolién.

En este fragmento el informante repite verbos que podrían admitir sinónimos,

como agarrar en el fragmento siguiente: “Como muchas personas: agarran y se van a

sus pueblos, y se agarran los zapatos y se... se meten al cerro”; utiliza demasiados

marcadores para mantener turno como este, eh o digamos; por tratarse de su oficio,

aparece muchas veces la palabra zapato; finalmente, el tipo de habla es muy

dubitativo –y por ende repetitivo. Todos estos factores indudablemente contribuyen a

que baje el nivel de densidad léxica de su discurso.

5.5.7.2.2. Informantes con mayor y menor densidad léxica en 2000

La informante con mayor densidad léxica es una mujer médico de 41 años. En

realidad, en esta entrevista particular no existen fragmentos muy largos sin

intervención del entrevistador, pero aquí se ofrece una porción del texto:

265
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

I: fíjate que acabo de tener un problemilla ahí ahorita con la maestra de


ballet// me habló a la casa el jueves// por horarios/ a veces la dejamos
súper temprano/ porque no la podemos dejar exactamente/ al cinco para la
hora que va a empezar su clase/ tampoco la podemos recoger al cinco
después de la hora que terminó/ o sea por los horarios de trabajo// y hay
veces que sí se queda tarde pero hay ve-/ o sea normalmente los martes la
recogemos/ a buena hora/ los jueves son los días que sí/ que llega/ llegamos
a recogerla tarde// entonces/ me habla la maestra/ que es la directora/ que
en su vida me había hablado/ y yo estaba espantada/ dije/ “algo le pasó a M”
E: pues <~pus> sí
I: y me dijo// este/ “buenas…”/ por su forma de ser que ya es grande/
¿no?/ “buenas tardes señora/ habla miss M/ este”
E: la mismísima en persona/ ¡huy! [(risa)]
I: [yo dije/ “santa María”]/ dije este/ “sí dígame miss/ ¿en qué le puedo
ayudar?”/ “no pues <~pus> este/ M/ nos damos cuenta que está/ desde las
cuatro hasta las nueve de la noche// eh <~eh:>// cuando ya empieza la clase
todavía no se ha cambiado/ eh <~eh:>/ de repente trabaja muy bien/ de
repente trabaja muy mal/ eh <~eh:>/ me dijo que iba a hablar con usted/ le
dije a M que iba a hablar/ que quería hablar con usted/ y me dijo M que no/
podía”/ que yo tenía mu-/ “que usted tenía muchos pacientes y que no iba a
poder ir/ y que además este/ que iba a ver”// algo así como/ “no vas a lograr
que ella me saque de la escuela”/ algo así

La densidad léxica de esta informante en términos de RTT es de .242, algo

menor al .275 del informante con mayor densidad en 1970. Sus recursos léxicos son

claramente menores que su par de 1970 y además parecen reflejar un estilo más

relajado. Este relajamiento en el estilo de habla podría deberse a un cambio en las

circunstancias particulares de la entrevista en 30 años, como primera hipótesis, pero

como se mencionó al inicio del capítulo, es la situación entrevista la que debe

266
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

condicionar el registro y no al contrario; la segunda hipótesis sería que dicho

relajamiento estilístico no se debe a la situación de entrevista, sino a que se trata de

una propiedad generalizada en los hablantes de altos estudios en general. Esta última

hipótesis es la que se defiende aquí. El hecho de que todas las entrevistas del año 2000

presentan un menor valor de densidad léxica que en 1970, a pesar de levantarse en

condiciones similares, permite plantear la hipótesis de un cambio generalizado en la

comunidad de habla, lo que se discutirá en el Cap. 6.

El hablante con menor densidad léxica en el año 2000 es una mujer, ama de

casa, de 57 años.

I: en esa escuela me/ me inscribieron/ pero yo creo que quedaron en


que iban a lle-/ a/ a llevar mi acta de nacimiento// como no la <~la:> tenía
mi mamá/ y tenía que ir m-/ hasta Celaya/ entonces// pues <~pus> me
sacaron// ya no// entonces ya pasó tiempo/ y hasta/ cuando tuve once
años/ ya fui a otra escuela/ en la tarde/ pe-/ ya tenía yo el acta de
nacimiento/ pero fue acá por este mm/ de donde está la iglesia de San
Miguel// por ahí no me acuerdo cómo se llama// es hasta abajo/ José
Morán/ todo José Morán [hasta abajo]
E: [mh]
I: está la iglesia de San Miguel/ ahí a una/ dos cuadras hacia abajo/
cerca de <~jeláti>/ está este/ estaba una escuela chiquita
E: y ahí
I: y/ y ahí me apuntaron// y ahí/ un año nada más fui// porque/ yo ya
me sentía mal/ en primer año/ pues <~pus> ya me sentía yo muy grande/
aparte de eso/ mi mamá estaba por aliviarse (silencio)
E: [¿y usted qué?]

267
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

I: [y al tener un bebé]
E: ¿cuidando chamacos?
I: pues <~pus> yo tenía que cuidar a mis hermanos/// sí// y por eso
ya no estudié/ me apuntó en la nocturna/ después de que se alivió/ no
terminé el primer año/ me apuntó en la nocturna/ pero pues/ se pelearon
<~peliáron>/ se fue la luz/ y no/ me dio miedo/ ya no fui/ ya no quise ir/ se
pelearon <~peliáron> dos señores/ o sea muchachos ya grandes/ pues
<~pus> yo era la única más chiquita de todo el grupo/ pura gente grande

Al igual que el informante de menor densidad léxica en 1970, la informante

repite algunos marcadores discursivos como pues, o utiliza formas pronominales que

podrían considerarse redundantes, como en el siguiente fragmento: “porque/ yo ya

me sentía mal/ en primer año/ pues <~pus> ya me sentía yo muy grande…”; rasgos de

este tipo disminuyen su riqueza léxica en términos de RTT –aunque no impactan en la

expresividad o la eficacia de su discurso.

Como puede observarse en los fragmentos de los cuatro informantes con

mayor y menor densidad léxica, todos tratan tópicos relacionados con sus historias de

vida, ocupación u oficio; sin embargo, los repertorios son muy distintos, sobre todo

cuando entra en juego la variable escolaridad.

5.5.8. Conclusiones sobre el nivel lexicoestadístico

El acercamiento general en términos de riqueza léxica medida a través de vocablos

sustantivos, los campos referenciales concentrados mayoritariamente en referentes

268
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

de lo social/abstracto y una tendencia comunitaria a la baja en términos de RTT pero

con grupos sociales un poco menos diferenciados en el año 2000, vuelven evidente

cierta tendencia a la informalidad lingüística en el habla capitalina reciente. Por otra

parte, los grupos de menores estudios han enriquecido su acervo sustantivo y hacen

un mayor uso de algunos rasgos que los asemejan a los hablantes de mayor

escolaridad, como ocurría en el reflejo léxico de los grupos consonánticos /ks/ y /kt/.

Como se pudo observar con estos resultados, existe una coincidencia con los capítulos

sobre variación fónica (3 y 4) en dos patrones sociolingüísticos: uno que indica cierto

alejamiento de los hablantes cultos del año 2000 de las hablas ‘cultivadas’ de los años

1970 y por otro, un ligero acercamiento a lo que podría llamarse una “nivelación

léxica” por parte de los hablantes de nivel bajo de estudios. Las evidencias serían el

descenso comunitario en la densidad léxica (en términos de RTT) en el año 2000,

descenso más marcado en los grupos altos y, por otra parte, un aumento en el

repertorio léxico en los hablantes de baja escolaridad del año 2000.

Si es correcta la hipótesis de que se están produciendo procesos de

convergencia o nivelación dialectal en ECM, ésta bien podría ponerse a prueba a

través de una revisión detenida de algunos ítems relativamente emblemáticos de las

hablas “cultas” (o asociadas a grupos prestigiosos) y “populares”. Si los procesos son

de nivelación dialectal, sería esperable que los grupos cultos, en procesos de préstamo

“desde arriba”, difundieran algunas de sus palabras y fraseologismos más

característicos (o estereotípicos); por supuesto, también deberían poderse observar

procesos de difusión léxica “desde abajo”, en los que los grupos socialmente

269
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

privilegiados “tomen prestadas” ciertas frases e ítems léxicos normalmente

considerados “populares”. Esta exploración servirá también para documentar las

rutas de difusión que siguen las palabras sociolingüísticamente marcadas.

5.6. “CADA PALABRA TIENE SU PROPIA HISTORIA”. PROCESOS DE DIFUSIÓN, INNOVACIÓN Y

RETRACCIÓN LÉXICA27

Esta sección trata sobre la manera en que surgen, se difunden o desaparecen algunos

vocablos seleccionados como representativos del habla cotidiana de la ciudad de

México de alrededor de los años setenta y cuál fue su evolución en un período

aproximado de 30 años. Como se ha hecho a lo largo de la investigación, el corpus base

es de lengua oral en tiempo real. En buena medida, esta exploración pondrá en

evidencia que los corpus orales como el aquí utilizado pueden ser limitados para

rastrear ítems léxicos específicos.

En esta sección se entenderá por “cambio en el nivel léxico” tres tipos de

procesos. Por un lado, el de cambio léxico propiamente, entendido como la inserción

(o desaparición) de un vocablo en el lexicón (Crowley 1997); en particular, se verá la

inserción por acuñación (coinage) o préstamo de otras lenguas debidas a un cambio

27 Una versión previa de esta sección se publicó en forma de artículo con el título “Retracción e

innovación léxica en español de la ciudad de México: 1970-2000” (Serrano 2011 a). El presente texto

incorpora más ejemplos, extiende los comentarios ahí plasmados y precisa la redacción en varios

puntos.

270
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

social o un cambio en la cultura material de los hablantes (Hock & Joseph 1996: § 8-9).

El segundo proceso es el de cambio semántico, entendido como un proceso de

modificación del significado de un vocablo a través de mecanismos como extensión

metafórica, extensión metonímica, extensión de significado, reducción, etc. (Fortson IV

2003: 648-650)28. Finalmente, el tercer tipo de proceso investigado será el de

aumento en la dispersión de algunos vocablos en la comunidad, aumento que puede

estar conducido por rutas sociales o cognitivas “desde arriba” o “desde abajo” (Labov

1972)29.

Antes de abordar los resultados de esta investigación, se presenta un breve

recorrido sobre los estudios de vitalidad y mortandad léxica en español, lo que

permitirá consolidar los objetivos de la sección.

5.6.1. Índices de mortandad y vitalidad léxica y el estudio del léxico de la ciudad de

México

J. López Chávez aseguró recientemente (2011) que el léxico básico del español de

México en el período 1964-2004 no ha cambiado sustancialmente: “Se han dado

cambios en el inventario de lexemas, algunos han salido, otros han entrado, otros más

28 Existen varios tipos de cambio léxico ligados a procesos de cambio analógico (fónico, morfológico,

rimas --cf. Hock & Joseph 1996: 292-293) que no se tratarán en esta sección.

29 Chambers & Trudgill (1998: 157-159) presentan el ejemplo del desplazamiento de la palabra

chesterfield (‘sofá’) por las opciones couch y sofa en Canadá; dicho desplazamiento léxico, que sirve a los

autores para ejemplificar el cambio estratificado por edad (age-grading), es llamado por los autores

como innovación léxica.

271
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

han modificado algunos de sus aspectos, pero al final de la jornada todo sigue ahí”

(2011: 415). Por “léxico básico” López Chávez (2011: 399-400) entiende el conjunto

limitado de vocablos basado en frecuencias que refleja el 98% del vocabulario usual30.

Por supuesto, en períodos tan breves como el aquí revisado es imposible que se

produzcan cambios sustanciales en el acervo de una lengua, sin embargo, no deja de

ser interesante investigar, por ejemplo, lo que puede ocurrir con ciertos vocablos que

funcionan como marcadores sociolingüísticos, que son aquellos que pueden devenir

en estereotipos sociolingüísticos (cf. Chambers & Trudgill 1998: 70-76).

Existen ciertos trabajos que hablan sobre índices de vitalidad o mortandad

léxica en español mexicano, principalmente centrados en la permanencia de

indigenismos, como el de Lope Blanch (1969), Léxico indígena del español de México.

En dicha investigación, basada en un enorme corpus de lengua hablada (343

entrevistas con 490 informantes de la ciudad de México, entrevistados entre 1964 y

1965 --Lope Blanch 1969: 22-23) y complementada con un volumen similar de

material escrito (2,393,750 palabras totales), se encuentra que la proporción de los

indigenismos no es estadísticamente representativa de las hablas mexicanas (10,478

en lengua oral, que sólo llegan al 0.478% del total de dicha sección del corpus,

calculado en 2,211,000 palabras totales y de los cuales el 84% corresponde a

topónimos y gentilicios); sin embargo, además del indudable valor descriptivo de

dicha investigación, ésta tiene la ventaja adicional de detallar ciertos procedimientos

30 López Chávez toma como punto de partida para su comparación diacrónica el Frequency Dictionary of

Spanish Words de Juilland & Chang-Rodríguez (1964) y compara los primeros 5,000 vocablos.

272
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

para calcular la vitalidad de dichos indigenismos. Como se documenta en el mismo

libro, se realizó un estudio vinculado al de corpus, que consistió en levantar 100

encuestas para verificar el “léxico pasivo”. Se creó un “índice de vitalidad del léxico

indígena pasivo” con cinco apartados:

I, voces de conocimiento absolutamente general; II, voces también

generalmente conocidas, pero sin la firmeza y seguridad de las anteriores [es

decir, casos en los que algunos informantes titubeaban, o en que era preciso que

hicieran un pequeño esfuerzo para reconocer la palabra o su significado…]; III,

voces de reconocimiento medio […]; IV, voces poco conocidas o de significado

impreciso para la mayoría de los informantes; V, voces prácticamente

desconocidas; VI; voces enteramente desconocidas […] [Lope Blanch 1969: 33-

34].

Los resultados indicaron que las voces de conocimiento general llegan a 95 (p.

ej., apapachar, jícama, pepenar), de conocimiento casi general son 60 (achichincle,

chilango, tlaconete), las de conocimiento medio son 62 (cacahuacincle, memela,

tlacoyo), las poco conocidas son 27 (acocil, chiltepín, temascal), las muy poco

conocidas 38 (achiote, cuescomate, uchepo) y 30 voces prácticamente desconocidas

(tequescamote, paxclal, yagual) (cf. Lope Blanch 1969: 35-37)31.

31 Trabajos recientes sobre vitalidad de indigenismos en español mexicano son los de Rosado (2013)

con hablantes yucatecos y el de Lozanova (2000) sobre indigenismos en la ciudad de México.

273
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

Por supuesto, existen trabajos sobre vitalidad y mortandad en otras variedades

hispánicas. En su trabajo “A propósito del Diccionario usual del español de Puerto Rico.

Índices de mortandad léxica”, H. López Morales (2006) presenta los resultados de un

estudio de mortandad de vocablos patrimoniales “anotados como arcaísmos

españoles vivos en Puerto Rico”, de indigenismos y afronegrismos. López Morales

describe el proceso de mortandad léxica de la siguiente manera:

El proceso por el que pasan estas palabras antes de llegar a la tumba nos es bien

conocido: su frecuencia va decreciendo cada vez más, perdiendo presencia en

ciertos estilos lingüísticos, pasa de nómina activa a la pasiva –las que se

comprenden pero no se usan—y, por último, desconocimiento total: ni se usan

ni se reconocen como unidades del inventario léxico propio. El proceso ha

llegado a su fin [López Morales 2006: 277].

Por supuesto, López Morales aclara la diferencia entre las palabras o vocablos

obsolescentes (que sólo son producidos por la generación de mayor edad) de las

palabras poco usadas o poco frecuentes, pero que sí forman parte del léxico disponible,

aquel que “formando parte de la competencia léxica de los hablantes, de todos los

hablantes o de parcelas de ellos, no se actualiza en el discurso hablado o escrito a

menos que el tema lo permita” (2006: 278, n. 2). Para determinar el índice de

mortandad léxica en el español usual de Puerto Rico, López Morales recupera los

resultados de tres cuestionarios: uno de 160 términos patrimoniales que se pone a

prueba con 210 informantes en 25 municipios; uno más de Vaquero (1983, 1986) de

274
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

183 indigenismos auscultados a 100 informantes y finalmente el estudio de López

Morales (1988) sobre 131 afronegrismos puestos a prueba con 256 encuestas

levantadas a lo largo de toda la isla. A partir de ciertos criterios estadísticos (v.g., una

palabra con índice menor a 10% se considera en mortandad, y aquellas entre 10 y

30% se consideran “de poco uso” –López Morales 2006: 280) se determinan los

grados de mortandad de los vocablos propios de esta variedad hispánica.

En el presente estudio, a diferencia de las investigaciones mencionadas, no se

pone a prueba en un cuestionario la vitalidad de los vocablos que aquí interesan, sino

que se explora solamente el uso particular de los mismos en el habla de entrevistas –lo

que ciertamente representa una desventaja, porque no es posible acceder al

conocimiento del léxico pasivo de los informantes. La hipótesis es que ciertos

vocablos, sobre todo aquellos ligados al habla juvenil de los años 1960 y 1970 (y

reflejados en la literatura de la época, como onda, chido o súper) tienen una fuerte

presencia en la actualidad y que, además, presentan un uso más generalizado (más

difundido) en términos de la edad y nivel educativo de los hablantes. Además, se

exploran vocablos ligados a la tecnología recientemente insertados en ECM --como

(teléfono) celular-- y cambio de significado en vocablos como género (en lugar de

sexo).

Una pregunta importante de este subapartado también es en qué medida los

dos corpus de español hablado en la ciudad de México que se han utilizado para el

nivel fónico, morfológico y lexicoestadístico podrían ser útiles para rastrear la

aparición, desaparición o difusión de un grupo de ítems léxicos particulares. Como se

275
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

verá a lo largo de la sección, las primeras exploraciones con el corpus original de 48

informantes muestran que es insuficiente conformarse con estos datos de lengua oral,

y que es imperativa la necesidad de rastrear la evolución de las palabras elegidas en

otros corpus, como el Corpus Diacrónico del Español (CORDE) y el Corpus de Referencia

del Español Actual (CREA), ambos de la Real Academia Española (www.rae.es), como

fuentes principales de lengua española escrita32.

5.6.2. Búsqueda de palabras en los corpus originales

Utilizando el programa Simple Concordance Program 4.0.9 (SCP)33 se exploraron

varios grupos de palabras en distintos campos referenciales en los dos corpus. La

decisión sobre qué palabras estudiar se basó en las intuiciones sociolingüísticas del

autor sobre lo que es común escuchar cotidianamente en español de la ciudad de

México, y no en el trabajo a priori sobre elementos léxicos más frecuentes. Los

vocablos pertenecen a distintos campos referenciales: formas de tratamiento y

estereotipos sociales (v.g. güey, naco), tecnología (casette), expresiones superlativas

“juveniles” (chido, súper) y términos provenientes del discurso cultivado (género vs.

32 No se utilizan los datos del Corpus del español del siglo XXI (CORPES XXI)

(http://web.frl.es/CORPES/view/inicioExterno.view) por contener datos, en su mayoría, fuera del

período de estudio (1970-2000).

33 Diseñado por Alan Reed, el programa se descarga gratuitamente en: http://www.textworld.com/scp/

para plataformas Macintosh y Windows.

276
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

sexo). En la siguiente tabla se presentan los resultados de la exploración en los corpus

orales.

Tabla 5.12. Ítems léxicos en dos corpus de español de la ciudad de México34

1970 popular 1970 culto 2000 bajo 2000 alto

Total de palabras 65,290 57,772 129,080 136,871

Núm. de types 5,313 6,742 7,605 9,818

Relación 0.08137540 0.11670013 0.05891695 0.07173178


type/token

Habla juvenil

Súper 0 0 3 31

Onda 1 0 4 32

Padre 0 0 0 32

Chido 0 0 3 17

Formas de tratamiento, estereotipos


sociales

Güey 0 0 16 19

Naco (a) 0 0 0 7

Fresa 0 0 0 2

34 En esta sección se utilizaron todos los datos de las 24 entrevistas del CSCM, lo que duplica los datos

totales del año 2000 respecto a 1970; la razón es que se requería compilar la mayor cantidad de texto

posible. Por token se entiende cualquier grupo de caracteres entre dos espacios en blanco y por type

una o más formas gráficas que pueden pertenecer a un solo “vocablo” o palabra de contenido léxico o

gramatical individual (v.g., fresa, fresita, fresón son types del vocablo adjetivo ‘fresa’).

277
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

Ñoño 0 0 0 1

Tecnología

Disco 8 1 2 7

Computadora 0 0 6 6

Celular * * 1 3

Grabadora 3 1 3 1

Diskette * * 0 0

Cassette 0 0 2 0

Cultismos

Género (fem/masc) 0 0 0 0

Sexo (fem/masc) 0 0 0 0

Lo que la tabla indica de entrada es que los corpus documentan de manera

pobre muchos de los vocablos estudiados (ñoño, fresa, naco), pero sí permite rastrear

la evolución y vitalidad de algunos vocablos que resultaron relativamente productivos

(súper, onda, padre, chido). Otro dato llamativo es la relación type/token

(tipo/ocurrencia, RTT) entre los diferentes grupos de datos. Por ejemplo, nótese que

la RTT es llamativamente mayor en la columna “1970 culto” que en “2000 alto”:

0.1167 en el primero, frente a un 0.0717 en el segundo, lo que sugeriría una

constricción del acervo léxico en el lapso de 30 años. Por supuesto, deben tomarse con

tiento estos resultados ya que, como se mencionó supra, se cuenta con el doble de

datos en el año 2000 (136,871 palabras de los hablantes cultos del año 2000 frente a

57,772 de los hablantes cultos de 1970).

278
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

Las palabras asociadas a la tecnología son poco productivas y hubo algunas

que, por supuesto, no se buscaron en los datos de 1970 (marcadas con asterisco) por

tratarse de objetos de muy reciente aparición. Otra aclaración importante que debe

hacerse es el término disco, cuyo referente ha cambiado de 1970 a 2000: antes refería

a los discos de acetato (de 45, 75 y 33 1/3 rpm) y ahora se utiliza la palabra para

designar generalmente a los “discos compactos” (CD); aunque conviven los términos

CD, compacto y disco, al parecer este último presenta gran vitalidad. Es el mismo caso

de carro, que refería en el siglo XVIII a un vehículo de transporte tirado por animales y

que ahora refiere principalmente a un vehículo automotor: la palabra sobrevive,

aunque el referente se haya transformado sustancialmente.

A partir de estos primeros resultados se decidió trabajar solamente con las

palabras de la tabla que fueran más productivas, con excepción de la palabra género y

su significado relativamente innovador para designar al sexo femenino/masculino,

significado de reciente introducción (al menos en el discurso político mexicano) y del

que puede rastrearse su aparición con relativa facilidad. La lista final por tanto es la

siguiente: onda, género (y su sinónimo sexo), celular, súper, chido, padre y güey35.

Además de las palabras en la tabla 5.12 se realizaron búsquedas de ciertos

ítems léxicos que consideró se encontraban en retracción, como valedor, carnal o

mano (apócope de hermano) y, por otra parte, también palabras consideradas

groseras (pendejo) para verificar si se distribuían de manera interesante en los

muestreos, pero ninguna muestra arrojó ejemplos de dichos vocablos, por lo que

35 Se excluyeron los vocablos naco, fresa, ñoño, computadora, grabadora, diskette y cassette.

279
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

resultó imposible sugerir cualquier tendencia. Estos resultados evidencian

nuevamente que los corpus utilizados presentan limitaciones cuantitativas y que, al

tratarse de materiales de entrevistas, no son representativos de la diversidad de

registros de habla en español capitalino –sobre todo de los registros más informales

que favorecen la interdicción36 o el uso de términos de relación afectiva como los

explorados.

5.6.3. En busca de otras fuentes

La primera exploración con los corpus orales evidenció que se requería de un mayor

volumen de datos y diversidad de registros sociolingüísticos que permitieran trazar

las tendencias de innovación o retracción léxica. De esta manera, se decidió explorar

en el CREA, en una primera etapa en la sección de lengua oral, México; si no arrojaba

datos, entonces se buscaban concordancias en México, todos los registros. Por lo tanto,

se sacrificó la naturalidad de los datos de lengua oral por una mayor

representatividad de estilos, aunque estuvieran de alguna manera “disimulados” en la

ficción escrita.

Se realizaron búsquedas en el CORDE para determinar las primeras

documentaciones de los vocablos estudiados, pero no hubo resultados para algunos

de estos (al menos no con el sentido particular que se buscaba). En los siguientes

36 Por interdicción lingüística se entiende “la prohibición social por la cual ciertas palabras no pueden

ser usadas en el discurso. Los motivos de esta prohibición pueden ser religiosos, mágicos, políticos,

morales, etc.” (Palacios 2002: 41).

280
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

apartados se presenta con detalle los resultados sobre cada una de las palabras

investigadas37.

5.6.4. “¡Qué buena onda!”

El Diccionario del español de México (en adelante, DEM) (http://cemc.colmex.mx/)

recoge los diversos sentidos de la palabra onda que inspiraron esta búsqueda:

II (Coloq)

1 Comportamiento o forma de actuar, actitud o actividad que se adopta en un


momento dado: "Andaba en otra onda", "Está en la onda de la música", una
onda gruesa, una onda padre, ondas diferentísimas, "Esa maestra es muy
buena onda", "¡Qué mala onda, no devolverle el libro que le prestó",
respetar la onda de cada quien

2 Agarrar, coger o captar la onda Adquirir una habilidad o entender algo: "Ya
le agarré la onda a las computadoras"

3 Írsele la onda a uno Perder el hilo del discurso, la corriente del pensamiento
o el curso de las ideas: "Se me fue la onda a la hora del examen y no supe
qué contestar"

4 Sacar de onda Confundir, ser difícil de interpretar: "Me sacan de onda sus
explosiones de violencia"

5 Entrar en onda Entrar en un determinado ambiente y adaptarse o


asimilarse a él: "Son bien fresas, no entran en onda"

37 Por supuesto, el Corpus del Español Mexicano Contemporáneo (CEMC) de El Colegio de México, base

del Diccionario del Español de México (Lara [dir.] 2011) es, con sus 2 millones de palabras, otra fuente

importantísima de datos.

281
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

6 ¡Qué onda! interj Saludo informal

III La onda Corriente que a mediados de los años 60 tomó como tema a los
jóvenes, con un énfasis especial en el rock y en la experiencia de las drogas,
como la mariguana, el peyote y el LSD, y dio tratamiento literario a su
lenguaje coloquial, lenguaje juvenil de aquella época que hoy se ha
extendido ampliamente. Entre sus principales exponentes están José
Agustín y Parménides García Saldaña.

En general estos usos de onda (o al menos muy similares) están documentados

para muchas variedades del español (Colombia, España, Perú, Argentina, etc.) y en la

publicidad reciente puede encontrarse la expresión ¡buena onda! como estereotipo del

habla de los años 196038. Se buscó en el CORDE para rastrear el surgimiento de la

palabra. La primera mención se da en Susana y los jóvenes (1954) de Jorge

Ibargüengoitia, quien trataba de reflejar el habla juvenil en sus obras de teatro. Véase

el ejemplo:

(1) Tacubaya: No se puede platicar contigo.

Susana: Al contrario, es lo único que se puede hacer.

Tacubaya: Nunca encontramos la onda.

Susana: Bueno, Tacubaya, amigo, me suicidaré.

38 En las salas de cine mexicanas se veía hace unos años (2008-2009) un comercial del refresco Pepsi

retro donde un personaje hippie exclama al probarlo: “Pepsi Retro: “¡buena ooonda!”.

282
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

En el corpus del CREA aparece desde 1975, en la obra de Rosario Castellanos,

El eterno femenino:

(2) Prostituta: Chócala. Oye ¿y cómo viniste a parar en esto?

Lupita:(Despreocupada.) Pura onda. Desde chiquita me gustaba darle


vuelo a la hilacha, y una vez que ya no tuve respeto de padre agarré y dije:
ya vas.

Tabla 5.13. Resultados para onda por año en el CREA (México)

1975-79 1980-84 1985-89 1990-94 1995-99 2000-04

65 29 19 11 17 6

Si se realiza una revisión detenida de los resultados para cada período en el

CREA salta a la luz que en realidad los tipos de texto y estilos literarios específicos son

los que fuerzan la aparición u omisión de la palabra. Por ejemplo, en 1976 hay 62

casos (de 65) que provienen de Las rojas son las carreteras, de David Martín del

Campo, una obra de temática juvenil. De igual forma, 22 de los 25 ejemplos de 1980

provienen de una misma novela: Fábrica de conciencias descompuestas, de Gerardo

María. Nótese también que entre 1975 y 1989 se concentran 103 ejemplos y a partir

de 1990 baja considerablemente su documentación -a sólo 34 ejemplos. Parece claro

que los datos del CREA sugieren una disminución en el uso del vocablo que no

283
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

coincide con los datos de lengua oral de nuestro corpus original, donde se ve que, en

realidad, la forma era inexistente en el habla culta de los años 1970 y aparece sólo una

vez en el habla popular del mismo período, pero sí se documenta para el año 2000 en

36 ocasiones, especialmente en el grupo “alto” (32 ejemplos). Si nos guiáramos por los

datos de lengua escrita podríamos concluir que el uso de onda está en franco

retroceso en español mexicano; pero si se siguieran los datos de lengua oral se tendría

que reportar lo contrario, que la expresión ha cobrado fuerza en el español capitalino.

Esta contradicción según el tipo de lengua que observemos obliga a cuestionar qué

dato puede ser más revelador, el oral o el escrito; también debería cuestionarse si la

no aparición de la expresión en los últimos tiempos se debe a la aleatoriedad de la

elección de textos en el CREA, y si el uso de la expresión se debió a una simple moda

literaria que no reflejaba necesariamente el habla de las calles de la ciudad de México.

Por lo pronto, a partir de los resultados en el corpus oral debe concluirse que los usos

de onda, en los años setenta vinculados al habla juvenil e informal, se han

generalizado a toda la comunidad de ECM.

5.6.5. La palabra género

El Diccionario de la Real Academia (DRAE)

(http://www.rae.es/recursos/diccionarios/drae) no cuenta todavía con una

definición de género que incorpore la noción de estudios de equidad entre hombres y

mujeres, algo que sí registra el DEM:

284
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

III

Conjunto de rasgos culturales, antropológicos, sociales, económicos, etc.

asociados con el sexo o la sexualidad de una persona o un grupo de personas,

especialmente las mujeres: estudios de género39

Este sentido académico del vocablo género –utilizado en lugar de sexo- es de

reciente introducción en el repertorio léxico hispánico general, y está fuertemente

asociado a la lengua escrita –recuérdese que no aparece ni un solo ejemplo en el

corpus original de lengua oral. Véase la siguiente tabla de distribución de ese sentido

de la palabra género en el tiempo.

Tabla 5.14. Resultados para género en el CREA (México)

1975-79 1980-84 1985-89 1990-94 1995-99 2000-04

0 0 9 9 17 71

La primera aparición en el CREA (México) es en 1987; el mismo texto da un

total de nueve ejemplos:

39 En una versión previa de este trabajo (Serrano 2011 a), basada en el Diccionario del español usual de

México (DEUM, Lara 1996), se reconocía un sentido de género algo distinta: “5 Estudios de género:

Aquéllos dedicados a investigar el lugar que corresponde a las mujeres en la sociedad”.

285
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

(3) la ciencia predominante en una sociedad burguesa está sellada por los
intereses de clase; de la misma manera que está en función de los
intereses de género, puesto que de manera obviamente mayoritaria son
los hombres quienes detentan el “saber”.

Este ejemplo aparece en la obra de Eli Bartra (1987), Frida Kahlo: Mujer,

Ideología, Arte. (Icaria Barcelona, 1994). En la siguiente entrevista periodística se

observa una alternancia entre “sexo” y “género” muy interesante:

(4) [Entrevistador] Mucha gente dice que usted tiene más valor que los
hombres, ¿es cuestión de sexo el saber torear?

No. Cada persona es capaz de hacerlo de una manera distinta, sin importar
si se es mujer o hombre, creo que el arte del toreo no depende del sexo, ni
el valor va con el género. Hay hombres muy miedosos y son hombres, así
como mujeres muy valientes. Que yo me ponga delante de un toro no
significa que tenga un valor mayor que el hombre.

Prensa, “El mundo del toreo, machista, pero no especulo con mi condición
femenina…”, Proceso 22/12/1996.

La revisión detallada de los ejemplos en CREA deja claro que este sentido de la

palabra se introdujo casi exclusivamente en textos que tratan sobre equidad de

género. Al aumentar el interés académico en estos temas y verse obligados por las

tendencias mundiales al respecto, el gobierno de México (sobre todo a partir del año

2000) pone en marcha programas institucionales sobre equidad de género, lo que

286
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

vino acompañado de la engorrosa tarea de dirigirse siempre “a los dos géneros”:

“maestros y maestras, chiquillos y chiquillas, ciudadanos y ciudadanas”, etc. en los

textos políticos (y oficiales) mexicanos40. Se encuentra un total de 106 ejemplos de

género en este corpus, de los cuales 71 (prácticamente el 70%) se producen después

de 1999. Por tanto, la palabra parece ir cobrando fuerza con el paso del tiempo. Los

ejemplos “sin fecha” son 34, y muchos de ellos provienen de los discursos en la

Cámara de Diputados o del Senado de la República en los años 2000-2004.

Esta palabra debe contrastarse con el uso de sexo femenino/masculino. En el

CREA se buscaron las concordancias de la frase sexo femenino/masculino, la cual

arrojó 37 casos en total.

Tabla 5.15. La secuencia sexo femenino/masculino en CREA (México)

1975-79 1980-84 1985-89 1990-94 1995-99 2000-04

11 2 9 1 6 6

Como puede observarse, los años setenta y ochenta concentran 22 de los 37

casos totales, lo que sugiere que la forma género empezó a sustituir a sexo en los años

40 Reconozco que tuve mis dudas respecto a los textos médicos, donde se habla de “género femenino” ya

que no pude determinar si el término fue tomado directamente de las ciencias médicas y biológicas, o si

se trata de una adaptación al lenguaje “políticamente correcto” en boga.

287
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

1990. Podría suponerse que se sustituyó la palabra ‘sexo’ en el discurso oficial para

evitar el tabú de dicha palabra (Hock & Joseph 1996: 231-234). La conclusión

provisional es que la palabra género está desplazando a la palabra sexo, al menos en

los formatos discursivos más formales.

5.6.6. Celular (teléfono, telefonía)

La introducción de la palabra celular puede clasificarse como cambio léxico

onomasiológico desde dos direcciones (Zgusta 1990): por un lado, la aparición de un

nuevo referente en la vida cotidiana de los hablantes y, por otro, la expansión

semántica del término celular a la esfera referencial de la tecnología, algo registrado

en el DEM: “que tiene estructura u organización de célula o como una célula: tejido

celular, teléfono celular”. Teléfono móvil compite con teléfono celular en distintas

partes del mundo hispanohablante. Al parecer, en México se prefirió celular por la

influencia tecnológica de EE. UU., donde se les conoce como cell phones. Su primera

aparición en CREA (México) es en 1991:

(5) Se estima que las comunicaciones móviles de larga distancia en tierra firme se
efectuarán principalmente por medio de redes de radio móvil celular […]

Rodolfo Neri Vela, Satélites de comunicaciones.

288
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

El segundo ejemplo es: “sistema europeo digital celular” y el tercero “sistema

celular terrestre” en la misma obra. En todos los casos la forma cumple una función

adjetiva.

En 1995, en La casta divina, Felipe Victoria Zepeda utiliza “aparato celular”.

En la misma obra se documenta el primer uso de celular como sustantivo:

(6) pero no sabía de plano cómo se manejaba un celular

Tabla 5.16. La palabra celular en el CREA (México)

1975-79 1980-84 1985-89 1990-94 1995-99 2000-04

0 0 0 4 52 48

De los 29 casos de 1996, 28 son formas adjetivas de celular, principalmente

“telefonía celular” y “teléfono celular”. En 1997 son 8 de 10 los usos adjetivos, en 2001

los 18 ejemplos totales son usos adjetivos. En 2002, 7 de los 15 ejemplos ya son usos

de la palabra como sustantivo. Actualmente, en la publicidad y el habla cotidiana, se

utiliza celular casi exclusivamente como sustantivo y los datos del CREA parecen

confirmar este desplazamiento de categoría léxica de la palabra. Resulta interesante

cómo podemos ver la evolución del término, de cumplir función adjetiva a nominal en

alrededor de 20 años. Sería muy interesante explorar si este es el patrón normal que

289
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

siguen las innovaciones léxicas vinculadas a la ciencia y la tecnología, como (en

tiempos más recientes) chat, escanear o memoria USB.

5.6.7. La palabra súper

Se buscó la palabra súper con valor adjetivo o adverbial. En CREA aparece por primera

vez con dicha función en 1995 en una novela de Felipe Victoria Zepeda, La casta

divina. Historia de una narcodedocracia:

(7) yo mandé a dos hombres de súper confianza a traernos el botín

En total sólo aparece en siete ocasiones en todo el CREA. No se tomaron en la

cuenta los ejemplos que son calcos del inglés, como peso súper pesado (hablando de

boxeo), Súper Tazón, y en nombres compuestos como pistola .38 Súper -donde forma

parte indisociable del nombre del arma.

Tabla 5.17. La palabra súper en CREA (México)

1975-79 1980-84 1985-89 1990-94 1995-99 2000-04

0 0 0 0 4 3

290
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

Recuérdese que la búsqueda en el corpus de 1970 arroja cero casos de la

palabra. En cambio, el CSCM presenta un total de 34 ejemplos, que se distribuyen de

manera diferenciada según el estrato sociocultural: tres casos en habla de personas de

bajos estudios frente a 31 ocurrencias en habla de informantes de alto nivel de

instrucción.

(8) la súper fiesta [mujer, adulta, culta]

(9) a veces la dejamos súper temprano/ porque no la podemos dejar exactamente/ al

cinco para la hora que va a empezar su clase [mujer, adulta, culta]

De esta manera, podría concluirse que el uso de súper como modificador

superlativo adjetival o adverbial (o incluso como interjección), es una innovación en

ECM, que ha sido introducida en los últimos 15 años (aproximadamente, si se toma en

cuenta las fechas del levantamiento de encuestas para el CSCM), y que es utilizada

principalmente en los grupos de mayor educación.

También se realizó la búsqueda del prefijo intensificador re- que, en mi

experiencia en el D. F., suele asociarse con el habla rural: de hecho, pueden

atestiguarse en ocasiones expresiones como ¡están reteharto pobres!41, ¡está rebonito!,

entre otras, como maneras de burlarse de los acentos estereotípicamente rurales.

41 Usualmente pronunciada [re’tjarto ‘po res].

291
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

Aparece la forma tres veces en el muestreo de 1970, en habla popular: “bailaba rebien

los ojos”, “yo lloraba reteharto”, y “¡se bañaban rechistoso!”. En el año 2000 aparecen

solo dos ejemplos en el grupo de altos estudios. En total se trata de sólo cinco casos

del prefijo re- frente a los 34 de súper. ¿Podrían estar compitiendo estas formas de

intensificación? Si es así, los datos confirmarían una creciente predilección por la

forma innovadora súper.

5.6.8. La palabra chido

El surgimiento o expansión en el uso de este adjetivo es difícil de determinar con los

datos orales de esta tesis. Sin embargo, coincide la primera documentación en CREA

(con fecha 1984) con el uso de esta expresión por parte de personajes cómicos en la

televisión mexicana de mitad de los ochenta42. En los datos de 1970 no aparece la

cadena chid* en ninguna ocasión (lo que es esperable al tratarse de una expresión

informal y, en todo caso, juvenil). En el CREA aparece sólo en siete ocasiones, y el

primer ejemplo aparece en 1984 en El Rayo Macoy y otros cuentos de Rafael Ramírez

Heredia:

42 El mejor ejemplo es el Luis de Alba, actor que personificaba a “Juan Camaney” en el programa de alto

rating televisivo La carabina de Ambrosio en 1985. El grito de guerra de este personaje era la expresión

¡chido, chido, chido! El personaje tenía todas las pautas de comportamiento del naco, que refiere a una

persona sin estudios, grosera e indolente.

292
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

(10) si Acapulquito es el más chido lugar del Filaneta y la Huerta es lo más


granado del puerto de palos, pues no hay duda que están ustedes en la
mera papa de la galaxia […]

Como puede observarse, dicho texto trata de reflejar un tipo muy rebuscado de
habla popular, de barrio. El CREA la documenta débilmente:

Tabla 5.18. La palabra chido(a) en CREA (México)

1975-79 1980-84 1985-89 1990-94 1995-99 2000-04

0 1 2 1 0 3

Las búsquedas de concordancias en el CSCM, por otra parte, arrojan

resultados un poco más interesantes. Al igual que con las palabras súper y onda, el

grupo de mayor escolaridad presenta más ocurrencias de la palabra (17 vs. 3 del nivel

bajo):

(11) pues fotografiar y eso sería algo muy chido pero bueno a ver [hombre, joven.

culto]

Los resultados combinados permiten sugerir la pervivencia del vocablo en el

registro oral del español capitalino, pero ya no asociado con el habla popular como

293
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

ocurría en los años 1980. Sería, por lo tanto, una innovación léxica desde abajo, que se

ha ido adoptando en los demás estratos socioeducativos.

5.6.9. La expresión adjetiva con padre/padrísimo

Se buscaron expresiones como muy/bien padre y padrísimo. El corpus de 1970 no

documenta ni un solo caso, en habla culta o popular. En los datos del año 2000 sólo

aparecen estas expresiones en el habla de informantes de estudios universitarios (32

ocasiones), lo que permite suponer que sí está asociado a este nivel educativo43:

(12) ay no sé porque tú ves los libros de anatomía y dices “¡ay! pues qué bonito libro y
qué padre y todo” pero ya cuando lo ves dices “guau” y entonces te interesa más
[mujer, joven, culta]

(13) y después nos fuimos a Boca del Río a un hotel padre y está muy padre Boca del Río
pues es la zona más bonita ¿no? [mujer, joven, culta]

43 De hecho, mi intuición de hablante con poco más de 20 años radicando en el Distrito Federal, es que

padre es una versión aceptada o neutra para calificar algo que en un registro más popular (y grosero)

sería chingón. Se exploró esta última palabra, pero arrojó sólo 6 datos en el corpus del año 2000.

Nuevamente, la explicación debe encontrarse en el hecho de que la situación de entrevista propicia que

se eviten las palabras consideradas groseras.

294
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

La primera documentación de padrísimo (en CORDE) la encontramos en La

región más transparente, de Carlos Fuentes (1958):

(14) Doscientos más que aquí, y en un barrio padrísimo: por el rumbo de Nuevo León

Tabla 5.19. Expresiones adjetivas con padre en el CREA (México)

1975-79 1980-84 1985-89 1990-94 1995-99 2000-04

4 3 1 0 2 4

Un total de 14 ejemplos se encuentran en el CREA. Curiosamente la curva en el

tiempo sería inversa respecto a una curva de distribución normal, pero se trata de

muy pocos datos y no es prudente hacer interpretaciones por el momento. En todo

caso, puede en el futuro cercano rastrearse su evolución en corpus orales más

extensos, que son los que favorecen su aparición.

5.6.10. La palabra güey

El trabajo de Palacios (2002) es quizás el único que documenta con cierta

exhaustividad los diferentes usos de la expresión güey en México, palabra que es

analizada en dicho trabajo como un marcador discursivo, ya que independientemente

de su función gramatical, cumple funciones de tipo semántico-pragmático como

295
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

retención del turno, introducción de información nueva, conservar la atención del

interlocutor, reforzar sentimientos de identidad de grupo, etc. Se basa en datos

obtenidos a través de grabaciones secretas entre adolescentes de la ciudad de Puebla,

sin la intervención del investigador, por lo que se trata de datos muy naturales y

espontáneos44. La autora destaca que las principales funciones de güey son: 1)

establecer la identificación de los participantes al evidenciar una relación de confianza

y solidaridad, al propiciar retroalimentación afectiva, reforzar identidad, autoestima y

dignidad de los hablantes; y 2) estructurar la información: permite ganar la atención

de los interlocutores, introduce información nueva y marca una solicitud de refuerzo,

aprobación o seguimiento por parte de los interlocutores (Palacios 2002: 110-111,

Cuadros 2 y 3).

En los datos orales de esta tesis la palabra güey nunca aparece en los años

1970, pero los dos subgrupos del año 2000 presentan un número parecido de

ejemplos: 16 los del grupo educativo bajo y 19 los del grupo alto. Esta no

diferenciación entre niveles también se documenta en el mencionado trabajo de

Palacios (2002), por lo que puede suponerse que se trata de una expresión “general”

en español mexicano, al menos entre jóvenes:

44 La autora incluso desechó las grabaciones en las que se notaba que quien portaba la grabadora

estaba forzando la aparición de la interdicción (Palacios 2002: 46).

296
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

(15) y ayer le decía a a J le decía “güey es que esta impotencia no la había sentido” dice
“sí güey acuérdate Michoacán” y yo “ah neta ya nos había pasado” [hombre, joven,
culto]

Nuevamente es en La región más transparente de Carlos Fuentes donde se

tiene la primera documentación de esta expresión en datos del CREA:

(16) ¡Si no venimos a tomar tecito! -- ¡Ordéñalas, güey!

Si se observa la distribución temporal de la palabra en CREA, parecería que la

expresión güey se encuentra en franco retroceso:

Tabla 5.20. La palabra güey en CREA (México)

1975-79 1980-84 1985-89 1990-94 1995-99 2000-04

67 33 20 16 13 1

297
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

Sin embargo, volviendo a los datos del CSCM, puede verse que en realidad se

trata de una expresión productiva aún45. Se encuentra, entonces, otra contradicción

entre los datos de lengua hablada y lengua escrita46.

5.6.11. Síntesis de resultados del análisis de palabras aisladas

La siguiente tabla y su gráfica permiten entender mejor el patrón que ha seguido cada

palabra en el tiempo real, en los datos de CREA.

Tabla 5.21. Evolución reciente de algunas palabras en español mexicano (CREA)

1975-79 1980-84 1985-89 1990-94 1995-99 2000-04

onda 65 29 19 11 17 6

género 0 0 9 9 17 71

sexo 11 2 9 1 6 6

celular 0 0 0 4 52 48

súper 0 0 0 0 4 3

45 Un trabajo sociolingüístico de Wendianne Eller (2008) localizó sólo 33 casos de la palabra güey en 24

entrevistas del CSCM; cuando realizó grabaciones secretas, recogió 434 ejemplos en menos de dos

horas de grabación, lo que evidencia la alta productividad de la palabra en el discurso oral espontáneo

de la ciudad de México.

46 El panorama cambia muchísimo al revisar el CORPES XXI, que proporciona 388 datos de güey (al 20

de junio de 2014). Esto se debe al peso estadístico de los materiales mexicanos, que es mucho mayor

que en CREA.

298
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

chido 0 1 2 1 0 3

padre 4 3 1 0 2 4

güey 67 33 20 16 13 1

80

género, 71
70

60

50
celular, 48

40
N

30

20

10
sexo, 6
onda, 6
padre, 4
chido, 3
súper, 3
güey, 1
0
1975-79 1980-84 1985-89 1990-94 1995-99 2000-04

Figura 5.21. Evolución reciente de algunas palabras en español mexicano (CREA)

La gráfica indica que en realidad cada palabra sigue su propio patrón evolutivo.

Mientras que género y sexo parecen seguir direcciones totalmente opuestas (descenso

299
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

total en el uso de sexo frente al aumento decidido de género), las palabras onda y güey

van en retroceso; palabras como padre, súper y chido, por su parte, parecen tener una

presencia mínima pero relativamente estable. Por último, la palabra celular presenta

un patrón ascendente muy pronunciado a partir de los años 1990 que se ha

estabilizado durante los últimos diez años. Esta gráfica permitiría apoyar la hipótesis

de Guilliéron de que “cada palabra tiene su propia historia”.

Por otro lado, el panorama es muy distinto si sólo se atiende los datos de

los corpus originales de lengua oral de esta tesis. Véase la siguiente tabla.

Tabla 5.22. Evolución reciente de algunas palabras de español mexicano oral

1970 2000

onda 1 36

género 0 0

celular 0 4

súper 0 34

chido 0 20

padre 0 32

güey 0 35

300
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

40
onda, 36
35 güey, 35
súper, 34
padre, 32
30

25

20
N

chido, 20

15

10

5 celular, 4

0 género, 0
1970 2000

Figura 5.22. Evolución reciente de algunas palabras en español mexicano oral

Esta gráfica, a diferencia de la anterior, en que varios de los ítems léxicos

analizados presentan “claros” procesos de retracción, mostraría que todas las

palabras (con excepción de género) son innovaciones léxicas en el español de la

ciudad de México. Observando las gráficas 1 y 2, puede notarse que las palabras

celular y género presentan un patrón estadístico un poco más claro que los demás:

podemos determinar prácticamente cuándo se documentan por primera vez y

también confirmar que la tendencia es a una mayor frecuencia en su uso. La

explicación de este ascenso es diferente en cada caso. El uso del sustantivo celular es

producto del avance tecnológico y de telecomunicaciones que ha permitido la

generalización del uso del teléfono celular en prácticamente todos los estratos

socioeconómicos de la ciudad de México, por lo que se vuelve un referente sumamente

301
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

cotidiano para toda la comunidad de habla. La palabra género, como construcción

socio-cultural, por otra parte, ha sido adoptada en el lenguaje político y académico

principalmente, siguiendo las normas internacionales propuestas por la UNESCO para

diferenciarlo de sexo como realidad biológica. Podríamos decir –extendiendo un poco

la tipología de cambios lingüísticos de Labov (2006)- que se trata de una innovación

léxica desde arriba. Por otra parte, el corpus oral base de la tesis muestra que las

palabras súper, padre, y expresiones que incorporan la palabra onda, parecen ser

marcas sociolingüísticas de los grupos de mayores estudios, quienes en el año 2000

incorporan también las palabras chido y güey, que se habrían adoptado “desde abajo”.

Todos estos vocablos gozan de relativa vitalidad, según la Fig. 5.22.

¿Cuál de los dos patrones es el más fidedigno? Por un lado, las muestras aquí

analizadas constituyen apenas un volumen de 389,013 palabras, pero tienen la

ventaja de tratarse de datos de lengua oral. El corpus de CREA, por su parte, cuenta

con cerca de 17 millones de palabras para la llamada “zona mexicana” (México, El

Salvador, Honduras, Guatemala y Suroeste de EE. UU.), pero el 90% de los datos es de

lengua escrita. ¿Son realmente equiparables? ¿Cuál refleja mejor la “realidad” de la

lengua? Se tratará de buscar respuestas en el siguiente apartado.

302
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

5.7. DISCUSIÓN: LA VIABILIDAD DE LOS CORPUS ORALES BASADOS EN ENTREVISTAS PARA EL ANÁLISIS

SOCIOLINGÜÍSTICO DEL LÉXICO

El debate lingüístico sobre la mejor forma de construir un corpus lingüístico es

todavía muy reciente y no ha llegado a conclusiones satisfactorias. Para Tognini-

Bonelli (2001: 55-62) todo trabajo de corpus se enfrenta a tres grandes cuestiones: la

autenticidad de los textos, su representatividad y el tipo de muestreo. Si se aplican

estos tres criterios para los corpus de español con que se cuenta actualmente, es

evidente que todos tienen puntos débiles. En general, lo que caracteriza tanto al

CORDE, como al CREA, es que la lengua escrita tiene una preeminencia

importantísima en estos y que, por el contrario, la oralidad queda relegada a un

incómodo segundo lugar (esto si un 10% de datos orales en el CREA puede ser

suficiente para concederle un “segundo lugar”). De hecho, la sociolingüística enfrenta

este problema con la mayoría de los corpus actuales, que están basados mayormente

en lengua escrita: “Perhaps the main [problem] is the emphasis within corpus

linguistics on standard written forms of language. Texts found within most corpora do

not contain the kind of material of greatest interest to most sociolinguists, namely,

casual everyday speech, often from non-standard language varieties” (Romaine 2008:

97).

Porque una pregunta pertinente para este estudio particular es la siguiente: ¿es

suficiente el registro escrito (y el grado de formalidad, estandarización y fosilización

que conlleva) para dar cuenta de procesos de cambio lingüístico en lapsos tan breves

303
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

como el que se estudia aquí? La respuesta provisional es “no”. En esta exploración

pude reconocer que mi experiencia cotidiana como hablante (y lingüista) está lejos de

ser confirmada por los hallazgos en muestreos de habla tan estructurados como los

empleados aquí (NC, HP y CSCM) que, sin embargo, reflejan una realidad lingüística

del español que puede estar muy alejada del input cotidiano con el que se interactúa,

en el que la lengua oral tiene un papel primordial. La relativa escasez de ejemplos en

estos conjuntos de datos orales obliga a concluir que, al menos en materia de léxico, la

diferencia entre lo posible desde la competencia lingüística y lo manifestado en la

actuación puede ser enorme; por lo tanto, hay que atender siempre al otro extremo

del problema: aquí se muestra el producto --en un sentido humboldtiano, el ergon--

pero hay que abordar la energeia (el mecanismo de producción) para entender mejor

la evolución del léxico, y de cualquier nivel estructural para el caso (sobre todo si se

aborda el lenguaje desde una perspectiva no modular, como la cognitivista –cf.

Morenos Fernández 2012: 38-39).

Por supuesto, una solución sería construir un corpus lo suficientemente

representativo de los usos cotidianos de la lengua para poder obtener conclusiones

más sólidas. Ha habido propuestas muy interesantes de corpus basados en el uso,

como el de Quirk para el inglés (1974), quien consideraba dos grandes tipos de

lengua: hablada y escrita. Su esquema, previo a la era de los grandes corpus

electrónicos, era bastante detallado:

304
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

Figura 5.23. Survey of English Usage (Quirk 1974)

Por supuesto, en estos tiempos habría que añadir a tal esquema la lengua de

internet (o “tecleada”, como la llama González Cáceres 2012) como otra gran variedad

en el continuum diamésico (Berruto 2010). Esto implicaría incluir en un corpus así

géneros televisivos relativamente recientes, como los reality shows y talk shows, o los

propios de internet, como videoblogs, textos en redes sociales como Facebook y de

comunicación por teléfonos celulares e inteligentes (mensajes SMS).

Volviendo a la cuestión oralidad-escritura, piénsese un experimento en el

que se realiza un conteo, en una muestra cualitativa y cuantitativamente

representativa (esto es, que fuera una muestra ponderada) de hablantes del español

305
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

de la ciudad de México, del número de oraciones –cualquiera que sea la noción de

“oración” adoptada- que escuchan y emiten por un lado, y también de aquéllas que

leen o escriben por otro. ¿Cuál sería la proporción entre un registro y otro?

Seguramente, para la mayoría de participantes en este hipotético muestreo, las

oraciones construidas e interpretadas desde la oralidad tendrían un peso estadístico

mayor que las provenientes de la lengua escrita. Por tanto, si este es el input al que

están expuestos y, como se sabe, los cambios lingüísticos se propagan en su gran

mayoría por la interacción oral cara a cara, sobre todo cuando el informante presta la

menor atención a la “corrección” en su forma de hablar (Chambers & Trudgill 1998:

48), la utilización de un corpus basado en su mayoría en registros escritos resulta una

ruta ciertamente inadecuada. Las preguntas que vale la pena formular son: ¿cuál es el

sentido de marginar los textos orales de los grandes corpus? ¿Qué tipo de español se

está documentando: el de la población hispanohablante general, o sólo el de algunos

sectores sociolingüísticos? ¿Qué proporción de la población hispanohablante

interactúa con los textos escritos? Y en última instancia: ¿cuál es el peso de la

lectoescritura en los procesos de variación y cambio?

Incluso para pensar un corpus de lengua escrita deberían considerarse los

tipos de texto escrito que la población muestreada realmente consume. La Encuesta

Nacional de Lectura realizada en México (CONACULTA 2006) señala que el perfil

lector mayoritario -en una muestra de 4,080 personas- es el de “lector esporádico”

(19%), aquél que presenta hábitos de lectura “utilitarios”, esto es, que lee libros de

texto escolares, manuales de usuario, periódicos, etc., sólo para obtener información

306
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

de utilización inmediata (63.8%). El segundo tipo de lector es el que lee “publicaciones

diversas” (periódicos, historietas, revistas, libros, etc.) y su tipo textual favorito (para

un 27.6% de ellos) es precisamente la historieta. ¿Por qué no construir un corpus en el

que estos tipos textuales más populares -libros de texto, historietas y periódicos-

fueran mayoritarios? Otro tipo de texto que no suele incluirse en los macro corpus es

el publicitario: carteles, anuncios espectaculares, etiquetas, comerciales televisivos,

slogans, entre otros. También deberían incorporarse los libros más vendidos, los best-

sellers. Esto es, si uno de los objetivos es contar con una muestra del input escrito al

que se expone la comunidad de habla, debería muestrearse precisamente lo que “las

mayorías” leen, lo que desde mi punto de vista no está suficientemente bien

representado en los corpus mencionados, algo que he discutido recientemente

(Serrano 2013).

Evidentemente, estas exigencias a los macro corpus están pensadas desde la

perspectiva del lingüista, quien prefiere una idea más realista de la lengua para poder

llegar a generalizaciones de mayor alcance descriptivo y teórico, y no desde el punto

de vista del hablante o del purista que prefiere recopilar el “tesoro” de la lengua. Una

cuestión es tratar de documentar la riqueza léxica de una lengua -que suele ser mejor

cultivada en los textos literarios y académicos- y otra muy distinta es tratar de

documentar el acervo propio de la actuación lingüística, los procesos de cambio

lingüístico en marcha o simplemente obtener un panorama de tipo realista al acervo

léxico de una lengua. En este último caso, el uso de un corpus representativo que

307
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

tomara en cuenta los hábitos de lectura de la comunidad de habla sería el más

apropiado.

Regresando al CREA, los 160 millones de palabras que lo constituían en mayo

de 2008 estaban distribuidos de la siguiente manera: 90% lengua escrita; 10% lengua

oral; 50% español de España y 50% español de América47. Afortunadamente, la

propuesta del CORPES XXI (RAE 2014) propone una distribución demolingüística más

realista, de manera que ahora las proporciones son de 30% de español de España y

70% de español de América. Por supuesto, lo ideal sería que este corpus tomara en

cuenta otros factores –mucho más difíciles de definir- como el área de influencia de

dialectos particulares en otros países, su prestigio, tradición oral y literaria, etc. De

seguir estos criterios, el habla mexicana debería ser la mayoritaria en un corpus del

español, simplemente por ser la variedad que cuenta con mayor número de hablantes

y con gran influencia mediática en Latinoamérica (Ávila 2011).

Resultados como los de esta exploración obligan a plantear una serie de

preguntas fundamentales para el quehacer lingüístico: ¿cuál es el valor de nuestros

datos? ¿Es suficiente con observar lo manifestado en un corpus o se deben explorar

otros métodos de recolección de datos? ¿Cómo trascender los límites de los corpus

lingüísticos de habla levantada en el campo? De entreada puede pensarse en un

enriquecimiento de tipo cualitativo; pueden icnrporarse materailes de distintos estilos

47 En esta época se recogieron los datos aquí discutidos. Se mantiene los datos de esta versión por

tratarse de una comparación con datos orales levantados entre 1970 y 2000.

308
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

de habla en un eje de formalidad/informalidad; pueden incorporarse textos orales

provenientes de conversaciones telefónicas, de locución de radio y televisión, blogs de

internet, etc. Por otra parte, con las facilidades de almacenamiento y procesamiento

de las computadoras actuales, un solo investigador puede manejarse corpus masivos,

de cientos de millones de palabras, de manera automatizada y rápida. Finalmente, este

trabajo ha evidenciado que la introspección del investigador, la obtención de datos a

través de la elicitación con informantes o el levantamiento de cuestionarios detallados

son herramientas que deben complementar el estudio lexicoestadístico y de los

procesos de variación y cambio léxico de palabras particulares que, como se ha visto

en este capítulo, son altamente dependientes de la constitución particular del corpus

que se utilice.

5.8. CONCLUSIONES

El estudio de niveles estructurales distintos del fonético abre la discusión sobre los

rumbos distintos que pueden tener los procesos de variación y cambio según el lugar

donde se ponga el foco de investigación. En general, los hallazgos de este capítulo, en

particular los fenómenos de los grupos consonánticos cultos y las distintas

aproximaciones lexicoestadísticas (en particular los índices de RTT y el volumen

general del vocabulario sustantivo), permiten reforzar la idea sugerida en los Caps. 3 y

4 sobre un relativo acercamiento sociolingüístico de los grupos educativos estudiados

en el tiempo real. Por otra parte, la última sección de este capítulo, sobre palabras

309
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

aisladas (5.6), hizo evidentemente algunas limitaciones de los corpus orales basados

sólo en entrevistas para el análisis de palabras “emblemáticas” de ciertos grupos

sociales y que siempre es necesario acudir a corpus de lengua escrita para poder

trazar las historias individuales.

La hipótesis de que ciertos cambios lingüísticos se llevan a cabo “palabra por

palabra” se refuerza con los hallazgos sobre los grupos consonánticos cultos y los

adverbios terminados en –mente, que complementan los resultados del Cap. 4 sobre el

debilitamiento vocálico, también vinculados a la frecuencia de ciertas palabras con el

contexto más favorecedor.

Por supuesto, la retracción registrada en el Cap. 3 sobre la asibilación de

róticas, de comportamiento más al estilo neogramático, provoca la pregunta de por

qué pueden ocurrir los dos tipos de cambio. Una respuesta puede estar en los

distintos grados de procesamiento cognitivo implicados: el comportamiento fonético

variable es, al menos en sus primeras etapas, menos prominente que, por ejemplo, la

incorporación de un grupo de palabras (p. ej., las vinculadas con la tecnología de

cómputo en tiempos recientes) al acervo léxico comunitario, o la elección de ciertas

formas morfológicas. Quizás se trata de procesos que involucran indicadores (no

presentes en la conciencia sociolingüística de los hablantes pero caracterizadores de

dialectos y sociolectos) por un lado, y marcadores (procesos variables que sí son

sensibles a la evaluación social y que pueden devenir en estereotipos), por otro (cf.

Chambers & Trudgill 1998: 71-76).

310
Capítulo 5. Los límites de los corpus orales y la hipótesis de la difusión léxica

La discusión general se retoma en el siguiente capítulo, donde se detallarán los

hallazgos de la tesis y sus posibles explicaciones.

311
CAPÍTULO 6

RECAPITULACIÓN. PROCESOS SOCIOLINGÜÍSTICOS DE CONVERGENCIA Y

NIVELACIÓN EN ESPAÑOL DE LA CIUDAD DE MÉXICO

Los diferentes acercamientos a la variabilidad del español de la ciudad de México

(ECM) en esta tesis permiten trazar ciertas historias sociolingüísticas de interés.

Algunas siguen un camino de retracción (asibilación de róticas), otras, de creciente

marcación en la conciencia sociolingüística comunitaria (debilitamiento vocálico).

Finalmente, se producen procesos en el nivel morfológico y léxico que parecen reflejar

con sorprendente fidelidad el desarrollo de la comunidad lingüística estudiada como

una entidad que, antes que nada, es una comunidad histórica y social.
Capítulo 6. Recapitulación: procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

Este capítulo, que funcionará como un espacio para la discusión y la

presentación de las conclusiones generales de la tesis, se organiza en cuatro apartados

principales. En el primero se analizan en conjunto los procesos variables del nivel

fonético, morfológico y léxico que indican cierta nivelación sociolingüística de las

hablas capitalinas. En el segundo se discuten distintas explicaciones posibles de estos

procesos de convergencia y nivelación. En el tercero se presenta un ensayo de

geolingüística urbana en el que se trata de ubicar a los líderes de algunos de los

procesos variables estudiados en la geografía del Área Metropolitana de la Ciudad de

México. Finalmente, se evalúa la importancia de los hallazgos, las ventajas y

limitaciones de los procedimientos analíticos abordados en la tesis y se señalan

algunos otros fenómenos dignos de estudiar en el tiempo aparente y el tiempo real en

ECM.

6.1. PROCESOS DE NIVELACIÓN SOCIOLINGÜÍSTICA EN EL NIVEL FONÉTICO, MORFOLÓGICO Y LÉXICO

En esta subsección se muestra cómo en el nivel fonético se presenta una tendencia

comunitaria en el año 2000 a un estándar de pronunciación más conservador respecto

a los años 1970. Estas tendencias a la convergencia sociolingüística parecen reflejar

un proceso más generalizado en el país, debido en buena medida a los grandes

procesos de urbanización y flujos migratorios a partir de los años 1940 (Martín

Butragueño 2010).

314
Capítulo 6. Recapitulación. Procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

6.1.1. Róticas asibiladas

Frente a la hipótesis de Perissinotto (1975), de que las variantes asibiladas de (ɾ) y (r)

serían mayoritarias en el futuro, los resultados en el tiempo real mostraron que, en

realidad, el proceso tomó una dirección opuesta: la asibilación sigue siendo una

variante presente en ECM, pero su probabilidad de aparición, con el paso del tiempo,

es mucho menor, tal como se muestra en la siguiente figura:

.800
.722
.700 .703

.600

.500
Probabilidad

.400 /ɾ/ --> [ʑ]


.328 /r/ --> [ʑ]
.300
.245
.200

.100

.000
1970 2000

Figura 6.1. Retracción de la asibilación de róticas (1970-2000)

La gráfica anterior muestra cómo desciende fuertemente la probabilidad de

selección de las asibiladas en el tiempo real –de hecho, pasan de ser favorecidas (esto

es, de tener una probabilidad de aparición con valor arriba de .500) a no serlo del todo

315
Capítulo 6. Recapitulación: procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

en el año 2000. Al analizar la muestra total de 48 informantes, agrupados por año de

nacimiento, se confirma esta tendencia a la retracción del rasgo de asibilación:

.700
.616 .611
.600 .593
.603 .575
.500 .519
Probabilidad

.400
/ɾ/ --> [ʑ]
.294
.300 /r/ --> [ʑ]

.200
.171
.100

.000
1905 1925 1945 1970

Gráfica 6.2. Asibilación de (ɾ) y (r) según el año de nacimiento de 48 informantes (datos

de regresión escalonada, (ɾ): f=260/1129, sig.=.000; datos de (r): f=193/2274, sig.=.000)

Esta gráfica permite observar el efecto del tiempo en la comunidad, a través de

los años de nacimiento de cada informante; la ventaja evidente es que aquí no importa

el año en que se realizó la entrevista. En ambas róticas el proceso es muy similar: hay

un punto máximo de asibilación de los hablantes nacidos en la segunda generación

(1925) --el grupo adulto de los años 1970--, para luego descender en las siguientes

dos generaciones. Como se vio en el Cap. 3, las variantes más fidedignas (en el sentido

316
Capítulo 6. Recapitulación. Procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

optimal) ganan terreno en el tiempo real, presentando gráficamente un

comportamiento en espejo a la figura 6.2.

6.1.2. Elisión de vocales átonas

En este caso, el análisis de regresión escalonada no seleccionó como significativa la

variable año de muestreo, lo que indicaría que no habría grandes diferencias entre

1970 y 2000 en cuanto a los índices de elisión. Sin embargo, la variable año de

nacimiento (que permite combinar los dos tiempos aparentes con el tiempo real), sí es

significativa en los recorridos logísticos:

.700

.600 .584
.551
.500 .520
Probabilidad

.400
.349
.300 /V/ --> [Ø]

.200

.100

.000
1905 1925 1945 1970

Figura 6.3. Elisión vocálica según el año de nacimiento de 48 informantes (datos de

regresión escalonada, f=317/1403, sig.=.025)

317
Capítulo 6. Recapitulación: procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

Nuevamente, se traza una curva de ascenso que se retrae en la última

generación (“1970”, los nacidos entre 1961 y 1981). La recuperación del material

fónico, atestiguada en un mayor porcentaje de vocales sordas plenas (que pueden

verse como “sustitutas” de las elisiones, v. Cap. 4), es evidencia de que se trata del

mismo proceso de alejamiento de las formas innovadoras --o un acercamiento a las

formas estándar, como quiera verse-- tanto en vocales como en vibrantes.

En un sentido sociolingüístico, los grupos más extremos parecen acercarse

entre sí en el tiempo real. Véanse las siguientes figuras, donde se muestran los casos

totales de variantes asibiladas de la percusiva y de elisión vocálica.

40
35.2
30 28.4 asib ere
20 CULTA
13.8 asib ere POP
10
12.3
0
1970 2000

Figura 6.4. Frecuencia relativa de asibilación de (ɾ) en ECM (1970-2000) (N=1129)

60

40 42.4
31.1 elisión V CULTA
20 elisión V POP
11.5
0 1.4
1970 2000

Figura 6.5. Frecuencia relativa de elisión vocálica en ECM (1970-2000)

318
Capítulo 6. Recapitulación. Procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

Puede verse en la Fig. 6.5 cómo el grupo culto presenta en 2000 algunas

elisiones (prácticamente ausentes en 1970), pero el grupo de pocos estudios baja en el

mismo rubro, acortando con esto las diferencias. Por eso se interpreta éste como un

proceso de nivelación sociolingüística. La Fig. 6.6. muestra un descenso comunitario

respecto a la asibilación de (r), aunque los grupos parecen un poco más diferenciados

en el año 2000.

15
13.5
12.3
10
asib erre CULTA
6.4
5
3 asib erre POP
0
1970 2000

Figura 6.6. Frecuencia relativa de asibilación de (r) en ECM (1970-2000) (N=2274)

Por lo tanto, existe una baja global de los tres procesos, pero en especial las

gráficas 6.4 y 6.5 (que muestran el abandono de la variante asibilada de /ɾ/ y de las

elisiones vocálicas), son evidencia de un acortamiento de la brecha sociolingüística

entre los grupos educativos estudiados.

319
Capítulo 6. Recapitulación: procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

6.1.3. Los morfemas –dad y –mente como testigos de nivelación sociolingüística

El nivel morfológico muestra un patrón general de descenso comunitario en el uso de

sufijos asociados con palabras “cultivadas”. Véanse las siguientes figuras.

250 230
215
200
150
*dad CULTA
100
69 *dad POPULAR
50 52
0
1970 2000

Figura 6.7. Palabras con sufijo –dad en ECM (1970-2000) (N=566)

500
445
400
300 296 mente CULTA
200
127 mente POP
100
47
0
1970 2000

Figura 6.8. Adverbios terminados en -mente en ECM (1970-2000) (N=915)

También en cuanto a la morfología “cultivada” los hablantes de ECM de esta

investigación comparten el comportamiento hacia la baja. Las líneas de los grupos

cultos y populares en esta ocasión corren de manera casi paralela, aunque puede

320
Capítulo 6. Recapitulación. Procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

notarse un ligero acortamiento de la brecha en el caso de los adverbios terminados en

–mente.

Por lo tanto, si se toma en cuenta los niveles estructurales analizados hasta

aquí, resulta que se cuenta en el año 2000 con una comunidad que está dejando rasgos

morfológicos que indicarían un alto nivel de formalidad en el estilo de entrevista; a la

vez, recorren estos hablantes, en términos de pronunciación, un camino que los acerca

a un estándar de pronunciación un tanto más conservador. Podría decirse entonces

que están menos diferenciados entre ellos, pero que se comportan como una misma

comunidad en cuanto al abandono de la formalidad en el lenguaje.

El nivel léxico confirma este patrón general, como se ve en el siguiente

subapartado.

6.1.4. Sociolingüística de los grupos consonánticos cultos y el léxico sustantivo

El patrón de convergencia sociolingüística se confirmó con los grupos consonánticos

cultos (GCC), a pesar de tratarse de un problema más bien vinculado al léxico, ya que

en realidad los GCC no fueron el objeto en sí de análisis, sino que sirvieron para

localizar palabras cultas. El hecho de que se trate de un problema léxico podría

confirmarse con la coincidencia de este patrón de nivelación sociolingüística con el del

análisis del léxico sustantivo y la relación type/token (RTT), tal como se muestra en

las siguientes figuras.

321
Capítulo 6. Recapitulación: procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

1000
920
800
600 637
CULTA
400
262 POPULAR
200 160
0
1970 2000

Figura 6.9. Grupos consonánticos cultos en ECM (1970-2000) (N=1979)

2000

1500 1571 1453

1000 1036 Alto


949
Bajo
500

0
1970 2000

Figura 6.10. Vocablos sustantivos en ECM (1970-2000) (N=5009)

.140
.120 .115
.100 .092 .100
.080 .084
RTT Culta
.060
RTT Popular
.040
.020
.000
1970 2000

Figura 6.11. Relación type/token (RTT) global de 48 informantes (1970-2000)

322
Capítulo 6. Recapitulación. Procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

La RTT comunitaria muestra una tendencia hacia la baja, pero los grupos

sociales están un poco menos diferenciados; este acercamiento sociolingüístico es más

patente en el léxico sustantivo global y los GCC (Figs. 6.9 y 6.10), procesos en los que

los grupos de bajos estudios incluso aumentaron su contribución estadística. ¿Qué

puede explicar estos procesos? Esto es lo que se analiza en la siguiente sección.

6.2. PROCESOS DE CONVERGENCIA SOCIOLINGÜÍSTICA EN ECM: EN BUSCA DE EXPLICACIONES

En general, los patrones de variación en el tiempo real sugieren una comunidad

lingüística más homogénea y que tiende a la informalidad, con grupos sociales

extremos más cercanos entre sí en el tiempo real, lo que puede observarse en los tres

niveles estructurales revisados. En los aspectos fonéticos, lo que se documenta es una

tendencia comunitaria a un estándar de pronunciación normativo, en el que se

penalizan las variantes menos fieles al input rótico (esto es, /ɾ/ y /r/ asibiladas) y se

presenta una baja en los índices de elisión vocálica. Morfológicamente y

fonoléxicamente, se produce un descenso generalizado de las formas cultivadas,

acompañada de una diferenciación sociolingüística cada vez menor. Finalmente, el

nivel léxico en general muestra una comunidad con un acervo sustantivo de iguales

dimensiones en el tiempo real, pero con una distribución sociolingüística que también

apunta hacia la equidad entre grupos sociales.

Con excepción en la asibilación de (r) y el número de adverbios terminados en -

mente, el resto de gráficas indican una brecha sociolingüística reducida en el tiempo

323
Capítulo 6. Recapitulación: procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

real. Este panorama puede tener al menos tres posibles explicaciones: a) las

entrevistas levantadas en épocas distintas siguieron metodologías tan diferentes que

se trataría más bien de diferencias de material debidas al método de recolección

utilizado, antes que un cambio lingüístico comunitario; b) el diseño de la audiencia

(Bell 1984) ha cambiado con el paso de los años, de modo que en 1970 la entrevista

como acto comunicativo exigía una mayor formalidad y en el año 2000 se experimenta

la entrevista como un acto menos formal que se reflejaría necesariamente en el

comportamiento lingüístico de los informantes; finalmente, c) en efecto, sí hay un

cambio lingüístico comunitario que refleja lo que ha ocurrido en la sociedad capitalina

en los últimos años, que pasó de una de tipo conservador en los años 1970 a una más

“de avanzada” en algunos aspectos como mayor movilización política, ciertos procesos

de equidad económica y el aumento generalizado en el nivel educativo, factores que

explicarían el acercamiento de los grupos sociales extremos1. A continuación se

discuten estas tres posibilidades.

1 Para Bell (1984: 156), el caso del persa de Teherán (Jahangiri 1980), en el que la generación más

joven reducía las diferencias sociolingüísticas, no se debía al efecto de la equidad social porque las

muestras se habían levantado antes de la Revolución iraní de 1979. En el caso que nos ocupa –y como

se discutirá más adelante--, sí existen movimientos sociales, políticos y económicos que indican una

significativa transformación de la sociedad capitalina a partir de los años 1960.

324
Capítulo 6. Recapitulación. Procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

6.2.1. Hipótesis sobre las diferencias en el levantamiento de los datos

El propósito principal de esta revisión es mostrar que, a pesar de que los muestreos se

realizaron con una distancia temporal mayor a los 30 años, en realidad se trató de

procesos de recolección de datos muy similares.

6.2.1.1. La situación de entrevista en 1967-1975

En general, fueron estudiantes de la Licenciatura en Letras Hispánicas de la Facultad

de Filosofía y Letras de la UNAM quienes realizaron la gran mayoría de las entrevistas

para el proyecto Norma culta. Estas se realizaban partiendo de las redes sociales de

los mismos estudiantes. Estas redes sociales se caracterizan por un nivel de estudios

superior (más de 12 años de escolaridad) en la mayoría de los informantes y un nivel

de ingresos que les permitía viajes al extranjero, aprender otros idiomas

(especialmente inglés y francés) y ciertas experiencias en el ámbito de “lo cultural”,

como acceso al teatro, danza, cine, etc. --para todo esto, cf. Aguirre & Chico (2011).

Respecto a las entrevistas para el proyecto Habla popular, la mayoría de los

entrevistadores son los mismos estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la

UNAM; los informantes solían ser trabajadores de servicio doméstico en sus casas o en

las de sus familiares. Por supuesto, muchas otras entrevistas se realizaron en otros

contextos, como en los alrededores de Ciudad Universitaria, peluquerías, hospitales o

en la zona semi-rural del Ajusco, al sur de la ciudad.

325
Capítulo 6. Recapitulación: procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

Los temas abordados en las entrevistas suelen ser: ocupación del informante,

historia de vida, la familia, viajes y tiempo libre (Serrano 2009).

6.2.1.2. La situación de entrevista en 1997-2007

El CSCM, al ser un levantamiento estrictamente sociolingüístico (vinculado, como ya

se ha mencionado, al macro-proyecto PRESEEA), está muy diversificado, por lo que se

entrevistó a personas de todas las clases sociales, grupos de edad y niveles de estudio

que fuera posible. Lo que se hizo para esta tesis es una selección que pudiera emular

en lo posible las características sociales de los informantes de los años sesenta-

setenta, que como ya se comentó arriba, estaban concentrados en los extremos de la

estratificación socioeconómica capitalina. En las entrevistas seleccionadas, en general,

fueron alumnos de la Licenciatura en Letras Hispánicas de la Facultad de Filosofía y

Letras de la UNAM y de la Licenciatura en Lingüística de la Escuela Nacional de

Antropología e Historia quienes realizaron las entrevistas. La metodología para

levantar el Corpus Sociolingüístico de la Ciudad de México (en adelante CSM) (Martín

Butragueño y Lastra 2011) es de redes sociales (Milroy 1980; Lastra y Martín

Butragueño 2000). La mayoría de las redes tienen como punto de partida al

entrevistador. Estas redes sociales, al igual que en las entrevistas de los años 1970, se

caracterizan por un nivel de estudios superior en la mayoría de los informantes,

aunque el nivel de ingresos del año 2000 no permite los privilegios de los años 1970.

En general, la preparación en términos de idiomas y el acceso a la cultura son

326
Capítulo 6. Recapitulación. Procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

similares a sus pares de 1970, pero ahora existen más restricciones económicas

respecto a la posibilidad de hacer viajes al extranjero.

Las entrevistas de los informantes de baja escolaridad también las realizaron

en su mayoría los mismos estudiantes que entrevistaron a los de niveles altos de

estudio. Los contextos son variados, generalmente se trata de personas en el área

vecinal, en su contexto de trabajo o familiares, y los informantes habitan en diferentes

zonas de la ciudad, incluso en delegaciones con población semi-rural como Tláhuac, al

sureste de la ciudad.

Los temas tratados durante las entrevistas son en su mayoría: ocupación del

informante, historias de vida, la familia y tiempo libre (cf. Martín Butragueño y Lastra

2011).

6.2.1.3. Evaluación de la comparabilidad de los muestreos de 1970 y 2000

El recuento de la situación de entrevista en una época y otra en realidad denota que se

llevaron a cabo en situaciones sociolingüísticas y de interacción social muy similares:

ambos corpora partieron de proyectos de investigación con objetivos propiamente

lingüísticos, casi todos los entrevistados formaban parte de redes sociales que partían

de los entrevistadores, todas las entrevistas se grabaron magnetofónicamente con

grabadoras en presencia del entrevistado (excepto dos), casi todos los entrevistadores

fueron estudiantes de licenciatura, etc. En conclusión, no existen diferencias

327
Capítulo 6. Recapitulación: procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

metodológicas significativas entre ambos muestreos, por lo que no puede estar aquí la

explicación de los resultados2.

6.2.2. Hipótesis sobre el cambio en el diseño de la audiencia

Esta hipótesis plantearía que la manera en que los informantes responden a una

entrevista socio-lingüística ha cambiado entre 1970 y el año 2000, en el sentido de un

cambio en el diseño de la audiencia (Bell 1984) y que ello explicaría las diferencias en

su comportamiento lingüístico. Por audiencia, Bell entiende lo siguiente:

The audience is, at one level, simply the people who hear the speaker's

utterances. Yet their role is by no means passive. As in a theatre, the audience is

the responsive, critical forum before whom the utterances are performed.

Under an older meaning, speakers "have an audience with" their hearers. They

are in a real sense subject to their audience, dependent on its goodwill,

responsive to audience response. It is that responsiveness which informs a

2 Por supuesto, se reconoce aquí que las posibles diferencias en cuanto a la percepción y dinámica de la

situación de entrevista entre hablantes de los distintos estratos, sexo y edad juega un papel, “siquiera

parcialmente” (cf. Moreno Fernández 2012: 2010-211) sin embargo, también es cierto que las

diferencias de percepción, de haberlas, se dieron en condiciones socio-situacionales equivalentes en el

tiempo real, lo que otorgaría comparabilidad a los datos.

328
Capítulo 6. Recapitulación. Procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

speaker's style design. [Bell 1984: 161]

La siguiente figura muestra el modelo básico de Bell:

Fig. 6.12 Modelo básico de diseño de la audiencia de Bell (1984: 159)

El importante trabajo experimental de Douglas-Cowie (1978) sobre cambio de

estilo en un poblado rural irlandés apoya la idea de Bell de que este cambio por parte

del hablante está más orientado hacia el destinatario del mensaje (el adressee o

“segunda persona” en la figura anterior) que hacia el oyente-audiencia (auditor,

tercera persona presente en la entrevista –Bell 1984: 172). La naturaleza del

destinatario está construida culturalmente y puede ser más imaginada que concreta

(como sucede en los medios masivos como TV o radio); el diseño de la audiencia por

parte del hablante es tan importante que lo obliga a mantener su estilo a pesar de que

cambie el entrevistador (un destinatario en sí), como sucede en el clásico estudio de

329
Capítulo 6. Recapitulación: procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

Labov (1966) sobre la variable (r) en tiendas departamentales de Nueva York, en el

que, a pesar de tener al mismo entrevistador anónimo, los hablantes de las tres

tiendas se comportaron como lo hacen con su clientela habitual (Bell 1984: 170).

En todo caso, debe recordarse que Bell reconoce dos tipos de cambio de estilo:

responsive (como reacción ante la situación) y por iniciativa del hablante, pero el más

importante de los dos sigue siendo el primero: “It is clear that the use of style to

redefine situations draws its force from the regular association of certain styles with

certain situations. Without the basis that a given style regularly results from a given

situation type, the style could not be used as a means to create that type of situation”

(Bell 1984: 183-184, énfasis en el original). Esta idea coincide con los propuesto por

Halliday (1978: 31 y ss.) –ya citado en el Cap. 2--, respecto a que el registro es una

forma de predicción.

La propuesta de Bell (1984) permite suponer dos aspectos fundamentales: 1)

que el cambio de estilo del hablante sí está condicionado por el diseño de audiencia, y

2), que dicho cambio es ante todo una respuesta a la situación comunicativa particular

–de esta segunda suposición puede concluirse, por ejemplo, que todos los informantes

de este estudio, al encontrarse en la misma situación de entrevista, presentan un

estilo de habla perfectamente comparable--. Un punto que resulta crucial, sin

embargo, es que el modelo de Bell (1984) estaba pensado desde una perspectiva

330
Capítulo 6. Recapitulación. Procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

básicamente sincrónica3. ¿Cómo demostrar, entonces, que el diseño de la audiencia en

los entrevistados ha cambiado con los años (específicamente, que una entrevista no es

un evento comunicativo altamente formal en el año 2000, como sí lo era en 1970) y

que los cambios en el comportamiento lingüístico comunitario son el resultado de

dicho efecto4? Creo que es lícito suponer que el cambio en el diseño de la audiencia

puede ser el resultado de un cambio de perspectiva más general. La pregunta que se

hace aquí es: ¿acaso este cambio de perspectiva puede estar reflejando un cambio

social más general? Esta es la ruta que se explora a continuación.

3 La propuesta de Bell (1984), que discutía problemas esenciales en sociolingüística, como la noción de

estilos contextuales –basados en la atención prestada al habla, según la propuesta original de Labov

(1966, 1972)—y su distinto estatus respecto a los factores sociales interindividules como sexo, edad,

etc., o los efectos de la acomodación lingüística (Douglas-Cowie 1978, Trudgill 1981,Coupland 1984), ha

tenido un gran impacto en la investigación del estilo en sociolingüística y se ha explorado a lo largo de

los años en ámbitos tan diversos como el lenguaje infantil (Youssef 1993), la entrevista judicial

(Haworth 2013) o los monólogos realizados por video bloggers (o vloggers) (Frobenius 2014).

4 Aunque debe tomarse en cuenta que “las percepciones que intervienen en la dinámica de la entrevista

pueden tener proyecciones de naturaleza lingüística; esto significa que existen rasgos del discurso

hablado capaces de reflejar tales percepciones y que, en consecuencia, es posible categorizarlos y

analizarlos” (Moreno Fernández 2012: 204, Escolio 10-B). No puedo ofrecer en este momento un

análisis del discurso de las entrevistas de esta naturaleza, sin embargo, mi percepción general sobre la

interacción en las entrevistas es que ésta no ha cambiado sustancialmente entre 1970 y 2000, sobre

todo en aquellas entrevistas donde entrevistador y entrevistado no se conocían.

331
Capítulo 6. Recapitulación: procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

6.2.3. La hipótesis histórica: los cambios lingüísticos documentados reflejan un cambio

social más general

La idea que se defendería desde esta perspectiva es que la comunidad lingüística de

ECM, más nivelada, tiende a la informalidad lingüística como parte de un proceso

social más general. Existen varios indicadores sociales, políticos y económicos que

permiten confirmar un cambio social en la comunidad estudiada (el Área

metropolitana de la ciudad de México --AMCM), que sería compatible con una

comunidad lingüística relativamente más igualitaria (o nivelada).

El interesante estudio de Vázquez Laslop (2014), “El discurso político en

México (1968-1994): la emergencia del diálogo”, en palabras de la autora, “busca

demostrar […] la participación cada vez más diversificada de la deliberación de los

ciudadanos en las instituciones del estado mexicano” (2014: 1783). En su extenso

ensayo se documenta y explica, a través del análisis del discurso político de tres

grandes períodos (los sucesos de 1968, la reforma política de 1977 y el levantamiento

del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en 1994) cómo el estado mexicano tuvo

que abrir las puertas al diálogo con fuerzas políticas y movimientos ciudadanos que

tradicionalmente no tenían “ni voz ni voto” en el devenir político del país. En sus

conclusiones, Vázquez Laslop destaca que “la emergencia del diálogo político

deliberativo se observa más claramente en los momentos de las últimas cuatro

décadas del siglo XX en las que se construyeron mecanismos de interlocución

332
Capítulo 6. Recapitulación. Procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

innovadores, con la participación de los actores en conflicto y, en ocasiones, de otros

grupos o individuos de diversos perfiles sociales” (2014: 1889).

En efecto, la evolución política del AMCM hacia formas más democráticas de

acción inicia claramente con los movimientos sociales de 1968, según comenta

Álvarez Enríquez (2005):

En muchos sentidos el movimiento estudiantil de 1968 representó un

parteaguas tanto en la historia nacional como en la historia local recientes.

Significó, por una parte, el inicio del debilitamiento de las bases de consenso

del Estado fuerte emergido de la Revolución Mexicana […]. Por otra parte,

significó también el límite de la tolerancia ciudadana ante la política

autoritaria del grupo en el poder, el desbordamiento de las vías tradicionales

para la canalización de la demanda social y el inicio de un reclamo

sistemático de democratización del sistema político mexicano [Álvarez

Enríquez 2005: 140]

Producto directo de los conflictos de 1968 fue la reforma política del estado

mexicano en forma de la Ley federal de organizaciones políticas y procesos electorales

(LFOPPE), publicada el 30 de diciembre de 1977 y que permitía a distintas

agrupaciones políticas constituirse como partidos políticos y salir así de la

clandestinidad (cf. Vázquez Laslop 2014: 1814). Esta tendencia a prácticas más

333
Capítulo 6. Recapitulación: procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

democráticas se consolida, “desde abajo”, con la fuerte politización y cambio en el tipo

de participación ciudadana tras los terremotos de septiembre de 1985 (Álvarez

Enríquez 2005: 205).

Incluso las formas de manifestación política se han emulado entre los distintos

grupos sociales en la metrópoli. En el trabajo de S. Loaeza (1995), sobre una historia

política de la ciudad de México en el siglo XX, se señala que:

Unos de los aspectos más importantes del desarrollo político del Distrito

Federal, durante la década de los ochenta, se refiere a la generalización de los

comportamientos políticos, como si los capitalinos se imitaran unos a otros y

recurrieran a formas de participación política que durante mucho tiempo les

habían sido ajenas, porque estaban supuestamente identificadas con un

determinado estatus social. En la última década [1985-1995], la población del

Distrito Federal ha demostrado una increíble flexibilidad y capacidad de

adaptación a las demandas del medio político […]. Si las formas colectivas y no

convencionales de participación estuvieron identificadas durante años con la

acción comunitaria de los barrios pobres de la ciudad, su eficacia fue una

invitación para que las colonias de clases media y alta, también recurrieran a

plantones, bloqueos y marchas para hacerse escuchar por las autoridades […]

(Loaeza 1995: 148, énfasis mío]

334
Capítulo 6. Recapitulación. Procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

Esto es, si existe una tendencia a una mayor participación ciudadana en la vida

política del país, a una mayor interacción entre todos los grupos sociales y a una

asimilación de las formas de expresión ciudadana, ¿puede este comportamiento

político compartido venir aparejado con un acercamiento sociolingüístico? Es posible.

Por otra parte, la economía mexicana, que se ha caracterizado tradicionalmente

como generadora de desigualdad en el siglo XX (Tello 2010), en realidad es más

equitativa en cuanto a la distribución del ingreso, importante índice económico. Esta

es la tesis de Cortés (2013), quien hace una revisión crítica de varias fuentes para

medir el ingreso en México en los últimos 50 años (como la Encuesta Nacional de

Ingresos y Gastos de los Hogares [INEGI 1977, 1984]) y encuentra que México presenta

fluctuaciones en la desigualdad que pueden verse en tres fases (o tal vez cuatro):

La primera se extendería desde los años sesenta hasta mediados de la

década de los ochenta y se caracterizaría por una reducción [de la

desigualdad en la distribución del ingreso] a ritmo lento. La primera

medición de la segunda fase, que se extenderia hasta el año 2000, se realizó

en 1989 y estaria signada por un aumento marcado en los niveles de

desigualdad […]. La tercera iniciaría después del año 2000, con una

reducción de la desigualdad en 2002, localizándose en un escalón inferior

que en la segunda fase; no es muy claro si el dato de 2010 pertenece a la

serie que inicia en 2002 o es el comienzo de una nueva etapa […] [Cortés

2013: 25].

335
Capítulo 6. Recapitulación: procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

Por supuesto, la primera fase vino acompañada de una baja generalizada en los

ingresos de toda la población (Cortés 2013: 17)5. En general, si la brecha económica

entre ricos y pobres en realidad ha disminuido en los primeros 20 años del período

analizado, ¿podría ser un factor que propicie la nivelación social en la capital del país?

¿Esta nivelación social podría asociarse también a una nivelación lingüística? Esta es

otra posibilidad.

Otro índice puede ser la reivindicación de las manifestaciones culturales

“populares” rescatadas –“desde arriba”, podría decirse-- en el movimiento literario de

“la onda”, surgido precisamente en los años 1960. En obras como De perfil de José

Agustín (1966), o Pasto verde (1968) y El rey criollo (1972) de Parménides García

Saldaña, donde existe una reivindicación del habla juvenil, relativamente inédita

respecto a la generación “de medio siglo” (la de Carlos Fuentes y José Emilio Pacheco,

entre otros), se recuperaba las hablas cotidianas, sobre todo de los jóvenes: “[…] la

5 “La disminución de la desigualdad en 1984 con respecto a 1977 […], desató una ríspida controversia

[…] y fue un acicate para emprender investigaciones sobre el tema. Considerando que el país había

atravesado por una fuerte recesión económica iniciada en el año 1982 se esperaba que la desigualdad

hubiese aumentado entre esos dos años. Los estudios realizados mostraron, por primera vez, que la

crisis fue seguida por fuertes reducciones en la participación relativa del décimo decil […], que se

complementó con los aumentos en las participaciones de los deciles inferiores (del primero al séptimo).

¶ Por otra parte, la disminución de la desigualdad fue acompañada por una fuerte retracción en los

ingresos de todos los hogares del país (lo que llevó a acuñar el concepto “equidad por

empobrecimiento” (Cortés y Rubalcava 1991), pero que fue mucho más marcada en los hogares de los

deciles superiores” [Cortés 2013: 17].

336
Capítulo 6. Recapitulación. Procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

obra de Parménides [García Saldaña] muestra una irreverencia desenfadada que

criticó sin temor su entorno social. Así lo reflejaba en el lenguaje que utilizaba. Él

mismo decía: ‘El lenguaje de los barrios bajos es escudo y puñal; afrenta, reto, desafío

a las buenas costumbres y defensa de costumbres prohibidas. Diferencia de un mundo

que vive en la aventura, y de otro que niega toda posibilidad de vivirla’” (Aguilar

García (2013)6. Otro movimiento cultural que indicaba una visión fresca de lo popular

es el de “Tepito Arte Acá”; también surgieron grupos musicales como Botellita de

Jerez, quienes defienden que “lo naco es chido”7, frase de gran fuerza en los años 1980.

Los medios masivos, como la televisión abierta y el radio, también han

recuperado, sobre todo a partir de la modificación en 2002 de la Ley de Radio y

Televisión, las formas de hablar cotidianas, al grado de que los niveles de interdicción

lingüística, inserción de coloquialismos y fraseologismos “populares”, con poca

presencia en la programación anterior a 2002, reflejan (al menos al oído de este

investigador), los niveles que uno encuentra en la vida cotidiana capitalina. La

impresión general de personajes importantes en los medios masivos de México a

finales del siglo XX, como Jacobo Zabludowsky o Sergio Sarmiento, es de que el

6 Juan Carlos Aguilar García, “A 25 años de su muerte, Crónica evoca a Parménides García Saldaña,

notable escritor, cronista y crítico de rock, a quien ‘se lo tragara la locura’”, la Crónica de Hoy, 10 de

febrero de 2013. Consultado en: http://www.cronica.com.mx/notas/2007/324134.html.

7 En la serie Tragicomedia Mexicana de José Agustín (1990, 1992, 1998, México, Ed. Planeta), de hecho,

se analizan estos movimientos culturales y sociales como síntomas de una relativa nivelación cultural

de la sociedad mexicana.

337
Capítulo 6. Recapitulación: procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

lenguaje en los medios se ha “empobrecido” en los años recientes (v. el recuento de

Ávila 2006: 118-121), aunque, como lo señaló Sarmiento en el Primer Congreso

Internacional de la Lengua Española en Zacatecas (1997), este lenguaje “no es más

pobre de lo que usualmente encontramos en las calles de nuestras ciudades […] El

bajo nivel educativo de nuestra sociedad se manifiesta en los medios” (apud Ávila

2006: 121). Al parecer, la locución como estilo de habla altamente regulado y

estandarizado ha pasado a segundo término en la mayoría de las emisiones, al menos

en las de alta audiencia, con excepción eso sí, de los noticieros, que conservan la

tendencia a la unidad de la lengua (Ávila 2006), aunque no faltan, sobre todo en los

últimos años, alternativas como El Mañanero, noticiero de radio y TV conducido por el

comediante Víctor Trujillo, quien representa a un payaso (Brozo, El Payaso

Tenebroso), que posee un estilo de habla desenfadado, o El Almohadazo, noticiero

nocturno conducido por Fernanda Tapia, también con un fuerte componente cómico.

Por supuesto, se trata de desarrollos mediáticos posteriores a los años investigados,

pero que sin duda pueden verse como consecuencias de un proceso de informalidad

que se inició al menos a finales del período analizado8. Aquí sí puede hablarse de un

8 Para una visión de los medios como impulsores y a la vez obstaculizadores de la información y la

cultura democrática en México, v. Sánchez Ruiz (2005). Otro índice no menos importante que ilustra

esta tendencia a la informalidad se encuentra también en la comunicación de, por ejemplo, importantes

líderes políticos: simplemente compárese la oratoria tradicional de Luis Echeverría (1970-1976) con la

de Vicente Fox en su campaña política que lo llevó a la presidencia de la república en el año 2000, de

carácter muy informal.

338
Capítulo 6. Recapitulación. Procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

cambio en el diseño de la audiencia, algo que Bell ha investigado en los medios

masivos (Bell 1994), pero el punto es: ¿qué está detrás de este cambio?

En suma, en realidad existen evidencias históricas, políticas, económicas y

sociológicas sobre una transformación social en la ciudad de México que puede estar

aparejada con un cambio lingüístico comunitario. Esta hipótesis es compatible con los

recientes estudios del cambio y su relación con factores sociales y cognitivos. Los

estudios sociolingüísticos de cambio en tiempo real, que tienen su inicio más genuino

en la importante investigación de Labov en Martha’s Vineyard (1963), suelen destacar

el peso de los factores sociales --en ese caso, los efectos de la migración y el cambio en

la actitud de los jóvenes por preservar rasgos estereotípicos del dialecto originario (la

centralización de (ay) y (aw)). Por mencionar sólo algunos ejemplos recientes, en el

trabajo de Poplack & St. Amand (2007) en francés de Quebec se documenta la

importancia de las mujeres en el cambio socioestilístico del morfema de negación ne

(extremadamente raro ya en el siglo XIX):

Our comparison of ne usage in 19th- and 20th-century Québec French leads us

to conclude that there has in fact been a recent change in ne usage, but, contrary

to claims based on written representations of speech, it does not involve a

decrease in rate. Rather, the change is FUNCTIONAL: ne has become a

sociostylistic marker of formality. Interestingly, this change seems to have been

driven by women, traditionally the exponents of standard speech [Poplack & St.

Amand 2007: 726; énfasis en el original].

339
Capítulo 6. Recapitulación: procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

En Nevalainen, Raumolin-Brunberg & Mannila (2011) se documentan seis

cambios lingüísticos en inglés (entre los siglos XV y XVII) y se discute el papel de

hablantes conservadores e innovadores; las redes sociales a las que pertenecen los

hablantes juegan un papel importante en los patrones de difusión. Incluso en estudios

con poblaciones muy homogéneas, como en el de Wagner (2012) sobre la variable (–

ing) en un panel de adolescentes de Filadelfia, se encuentra que:

But even in this relatively homogenous sample, the retreat from [ɪn] over time

was not evident for all speakers. A minority exhibited little to no change in the

direction of the standard norm, and this was especially the case for speakers

who were affiliated with Second Street, an iconic Irish neighborhood […]. A

second minority—those speakers who enrolled in nationally oriented

colleges—exhibited a significant decline in [ɪn] use after high school, when

compared with peers at regionally oriented colleges [Wagner 2012: 197].

La importancia del contacto dialectal y el catastrofismo (fenómenos sociales

como migraciones masivas o guerras de conquista, como ocurrió en el México del siglo

XV y colonial) como motores del cambio han sido señalados por Martín Butragueño

(2004 y 2010, respectivamente). Por su parte Kerswill habla sobre el contacto como la

principal fuente de cambios (Kerswill 1996); finalmente, los mencionados estudios de

cambio en tiempo real en diferentes lenguas confirman el peso de factores

extralingüísticos en los cambios estudiados. Como parte de dicha argumentación

340
Capítulo 6. Recapitulación. Procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

basada en el peso de factores externos, en la siguiente sección se revisa la posibilidad

de que los fenómenos de nivelación documentados en ECM estén vinculados con

movimientos migratorios dentro de la gran AMCM.

6.3. ENSAYO DE GEOLINGÜÍSTICA URBANA: UBICACIÓN DE LOS LÍDERES DE LA VARIACIÓN

Al investigar a los líderes de los procesos variables investigados a nivel fonético y

léxico, un fenómeno que no se había pronosticado es que la distribución espacial de

los rasgos lingüísticos mostraría un patrón relativamente regular: en este caso, una

interesante oposición entre el centro y la periferia del AMCM, particularmente en los

casos de elisión vocálica y riqueza léxica (RTT). Aunque estos resultados requieren

una revisión a fondo y son todavía muy preliminares, vale la pena mostrar lo que

parecen ser indicios de una distribución geolingüística particular de los procesos

lingüísticos involucrados.

El patrón geolingüístico muestra que los hablantes que patrocinan la elisión

vocálica y un menor índice de RTT (ambos rasgos asociados a los grupos con menos

estudios) se localizan en la periferia de la metrópoli, mientras que sus contrapartes

(las personas bajos índices de elisión vocálica y con mayor índice de RTT) se

encuentran ubicadas en las zonas centrales.

341
Capítulo 6. Recapitulación: procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

En el siguiente mapa se ubica geográficamente a los hablantes que concentran

más del 50% de los casos totales de elisión en el AMCM9. Estos mismos hablantes son

los punteros en la gráfica de Frecuencia relativa acumulativa de la elisión (cap. 4, Fig.

4.12):

9 Ese mapa no muestra toda el AMCM, sino la llamada “zona pertinente” para levantar el CSCM (Lastra

& Martín Butragueño 2000). Agradezco a Itzel Nájera su apoyo para la elaboración de estos mapas.

342
Capítulo 6. Recapitulación. Procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

DISTRITO FEDERAL ESTADO DE MÉXICO


I Álvaro Obregón 1 Atizapán
GUILLERMO M II Azcapotzalco 2 Coacalco
III Benito Juárez 3 Cuautitlán
IV Coyoacán 4 Chimalhuacán
V Cuajimalpa 5 Ecatepec
FELIPE DE J VI Cuauhtémoc 6 Huixquilucan
FAUSTINO VII Gustavo A. Madero 7 Naucalpan
JOSÉ LUIS R VIII Iztacalco 8 Nezahualcóyotl
IX Iztapalapa 9 La Paz
X Magdalena Contreras 10 Tlalnepantla
XI Miguel Hidalgo 11 Tultitlán
RODOLFO XII Milpa Alta
CRISTOBALINA XIII Tláhuac
XIV Tlalpan
XV Venustiano Carranza
JAVIER XVI Xochimilco

Mapa 1. Distribución espacial de los líderes de la elisión vocálica en el AMCM, año 2000

343
Capítulo 6. Recapitulación: procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

El mapa muestra que los hablantes que más eliden vocales en el año 2000

tienen su domicilio en zonas periféricas o relativamente alejadas del centro de la

ciudad: Ecatepec, Nezahualcóyotl, La Paz o Magdalena Contreras. Por otra parte, el

léxico ofrece un panorama similar y complementario. El siguiente mapa muestra la

distribución de los hablantes con mayor y menor índices de riqueza léxico-

morfológica (RTT):

Jovita

Faustino
LILIANA JOSÉ LUIS R.

JUSTINE
RODOLFO Ana L A
Berta

Mapa 2. Distribución espacial de los hablantes con MAYOR (en mayúsculas) y menor (en

minúsculas) riqueza léxico-morfológica en el AMCM, año 2000

344
Capítulo 6. Recapitulación. Procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

La distribución de la riqueza léxico-morfológica confirma el patrón de la elisión

vocálica. Es muy importante recordar que estos resultados se basan en los recorridos

de regresión escalonada de las vocales (con buena significatividad), en la gráfica de

frecuencias acumulativas y en los índices de Relación Type Token; esto es, no se trata

sólo de frecuencias absolutas o relativas individuales: estos hablantes líderes emergen

del análisis de la muestra total de 48 informantes.

Los resultados permiten sugerir que algunos rasgos de las hablas “populares”

de los años 1960-1970 se han desplazado a las regiones periféricas de la metrópoli.

Por otra parte, hay que considerar que dichas áreas se habitaron con una población

mixta, de habitantes de los estados circunvecinos de pocos recursos (Martín

Butragueño & Lastra 2011) y población originaria de la zona central del AMCM,

desplazada por razones económicas y de vivienda (como los terremotos de 1985);

esto vuelve plausible que dichos inmigrantes hubieran formado una koiné dialectal

(Berruto 2010)10, en este caso particular, de base sub-estándar (Carriscondo 2001).

En parte, este proceso permitiría entender el porqué de esta tendencia a la nivelación

dialectal en la metrópoli.

6.4. PROCESOS SOCIOLINGÜÍSTICOS EN LA CIUDAD DE MÉXICO

Los resultados del presente estudio en tiempo aparente y tiempo real permiten

afirmar que nos encontramos con una comunidad lingüística de la ciudad de México y

“A koine´, from Greek κοινη´ ‘common (language)’, is “the stabilized result of mixing of linguistic
10

subsystems such as regional or literary dialects” (Siegel 1985: 363, apud Berruto 2010: 232).

345
Capítulo 6. Recapitulación: procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

su área metropolitana que tiende a la recuperación del estándar de pronunciación y

que, a la vez, reduce la brecha sociolingüística entre los grupos extremos de esta

sociedad capitalina en términos fónicos, morfológicos y léxicos. Evidencia de esto es la

gran regularidad que se presenta en casi todos los fenómenos analizados, en

particular, el retroceso estadístico de las formas fonéticas muy desviadas del estándar

de pronunciación (elisión vocálica y róticas asibiladas), la disminución con el tiempo

de la riqueza léxica individual (relación type/token), y el descenso comunitario en el

uso de grupos consonánticos cultos, de adverbios terminados en –mente y de sufijos

abstractos como –dad (cap. 5), todos rasgos asociados a las variedades cultas o

estándar.

En general, los resultados del análisis de las variables fonéticas confirman los

hallazgos en otros estudios sobre la preferencia de las mujeres por las variantes

prestigiosas --la asibilación de róticas en los años sesenta-setenta-- y el evitar las

variantes innovadoras no prestigiosas como la elisión vocálica11.

En general, los resultados de la presente tesis pueden verse como argumentos

a favor de una perspectiva que, como señalara Meillet (1921), debía estudiar qué

cambios sociales están vinculados con qué cambios lingüísticos. Quedan varios

procesos por analizar. Particularmente fenómenos fonéticos, léxicos y sintácticos de

los últimos 10 años, muchos de los cuales podrían verse como productos del contacto

11 Queda pendiente el análisis detenido de la riqueza léxica de mujeres y hombres. Los primeros

resultados indican un patrón en el que las mujeres presentan una menor riqueza léxico-morfológica

que los hombres. Debe profundizarse más en el análisis para poder asegurar que existe una diferencia

sexual correlacionada significativamente con el volumen léxico.

346
Capítulo 6. Recapitulación. Procesos sociolingüísticos de convergencia y nivelación

con el inglés: pronunciaciones de (ɾ) como aproximante con cierto grado de

retroflexión, una incorporación ingente de anglicismos vinculados a la tecnología de

las telecomunicaciones e internet (accesar, u-ese-bé (USB), no-break); innovaciones

fraseológicas y léxicas, a partir de anglicismos, que pueden atestiguarse en habla de

adolescentes, como LOL (de lot of laugh, ‘mucha risa’); YOLO (acrónimo de you only live

once, ‘sólo se vive una vez’), parijardear (de party hard, ‘estar de fiesta’); etc.; falsos

amigos en ciertos estilos periodísticos (facilidades [< ingl. facilities] por

‘instalaciones’); incorporación del sentido de agentividad en verbos como crecer –y su

conjugación correspondiente--: crece tu empresa por ‘haz crecer tu empresa’, entre

otros procesos. La futura exploración de fenómenos de este tipo permitirá confirmar,

matizar o poner en tela de juicio los hallazgos, métodos y perspectivas analíticas de

este trabajo de investigación.

347
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385
APÉNDICE

CARACTERÍSTICAS SOCIALES DE LOS 48 INFORMANTES BASE

En los siguientes cuadros, los datos sobre profesión u ocupación se anotan tal como se

registraron en las bases de datos originales. El orden de los informantes en cada

cuadro es por grupos de edad: de jóvenes a mayores. Los 48 informantes de las

siguientes tablas constituyeron la base de datos para los capítulos 3 y 4 sobre

variación fónica. Tal como se indicó en el cap. 5, no siempre se contaba con la

transcripción completa de la entrevista de todos estos informantes, por lo que algunos

de ellos fueron sustituidos por informantes con características sociales equivalentes

(mismo grupo de edad, sexo y tipo de ocupación) en los análisis fonoléxicos,

morfológicos y lexicológicos abordados en dicho capítulo.

La disposición de los cuadros permite hacer la comparación directa entre los

informantes según el año de la entrevista (1970 y 2000) para facilitar al lector la

evaluación de la comparabilidad de los informantes de una y otra época.

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INFORMANTES BAJA INSTRUCCIÓN 1970 INFORMANTES BAJA INSTRUCCIÓN 2000

Sexo Edad Año Nac. Estudios Ocupación Sexo Edad Año Nac. Estudios Ocupación
Masc 31 1941 Primaria Peluquero Masc 26 1980 Primaria Mensajero
concluida
Masc 24 1948 5to año primaria Obrero Masc 22 1981 1er año Policía
("semianalfabeta") bachillerato
Fem 21 1951 6to año primaria Obrera Fem 30 1969 Primaria Cocinera
("semianalfabeta") (desempleada)
Fem 23 1949 4to. año primaria Hogar Fem 27 1979 1ro de Comerciante
("semianalfabeta") primaria
Masc 46 1926 Primaria Carpintero Masc 44 1957 2do de Albañil
primaria
Masc 36 1936 No se indica Conserje Masc 51 1955 No Chofer de
(“semianalfabeta”) especificado taxi
Fem 37 1935 3er año primaria Trabajadora Fem 49 1962 Primaria Limpieza,
doméstica hogar
Fem 47 1925 2do año primaria Hogar, Fem 54 1952 No Hogar
comerciante especificado
Masc 58 1914 Ninguno Jardinero Masc 69 1927 No Comerciante,
("analfabeta") especificado campesino
Masc 72 1900 Semianalfabeta Pensionado Masc 55 1946 Primaria Pintor
inconclusa
Fem 66 1906 Sabe leer y escribir Lavandera Fem 57 1949 1ro primaria Ama de casa
(“semianalfabeta”) inconcluso
Fem 57 1915 2do año primaria Cocinera Fem 91 1910 2do primaria Vendedora
("semianalfabeta") inconcluso de flores

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INFORMANTES ALTA INSTRUCCIÓN 1970 INFORMANTES ALTA INSTRUCCIÓN 2000

Sexo Edad Año Nac. Estudios Ocupación Sexo Edad Año Nac. Estudios Ocupación
Masc 26 1938 3er año Derecho, Estudiante Masc 29 1972 Licenciatura Arquitecto
1 año Ciencias Pol.
Masc 26 1942 Contador Público Funcionario Masc 26 1978 Licenciatura Ingeniero
(“culto”) bancario
Fem 22 1945 Educadora. Lee Educadora Fem 25 1972 Licenciatura Estudiante
inglés.
Fem 30 1939 Maestra en Maestra Fem 23 1973 Licenciatura Estudiante
Geografía. Inglés.
Masc 39 1925 Abogado Investigador Masc 39 1965 Maestría Musicólogo,
UNAM escritor
Masc 36 1928 Químico Investigador Masc 45 1960 Licenciatura Biólogo
bacteriólogo. IPN
Fem 35 1934 Normal Superior. Traductora, Fem 41 1963 Licenciatura Cirujano
Inglés y francés. maestra inglés dentista
Fem 35 1935 Normal Superior. Directora de Fem 37 1967 Pasante de Hogar
3 años Letras Hisp. escuela licenciatura
Masc 56 1911 Medicina Médico Masc 64 1940 Licenciatura Médico,
investigador
Masc 68 1899 Primaria y Jubilado, Masc 56 1941 3er semestre Contratista
comercio ("culto") exmilitar licenciatura
Fem 80 1887 Obstetricia en Hogar Fem 65 1936 Licenciatura Arquitecta,
escuela libre profesora
Fem 55 1912 Maestra Maestra de Fem 62 1941 Licenciatura Maestra
normalista. Inglés. secundaria jubilada

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