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1.

Receptores mu (μ): Los receptores mu son los principales receptores implicados en


la acción de las endorfinas. Se encuentran en diferentes regiones del sistema
nervioso central, incluyendo el cerebro y la médula espinal. La activación de los
receptores mu por las endorfinas produce analgesia (alivio del dolor), sedación y
sensación de bienestar. Además, los receptores mu están involucrados en la
regulación de la recompensa, el control del apetito y la regulación del sistema
inmunológico.
2. Receptores delta (δ): Los receptores delta están presentes en varias áreas del
cerebro, incluyendo el hipocampo y el sistema límbico. La activación de los
receptores delta por las endorfinas también contribuye a la modulación del dolor y
está relacionada con la regulación del estado de ánimo y las respuestas
emocionales.
3. Receptores kappa (κ): Los receptores kappa se encuentran en diferentes regiones
del cerebro, como la corteza cerebral y el sistema límbico. Su activación por las
endorfinas está relacionada con la modulación del dolor y la regulación del estado
de ánimo. Además, los receptores kappa pueden desempeñar un papel en la
regulación del estrés y la respuesta inmunológica.

Estos receptores opioides se distribuyen en diferentes áreas del sistema nervioso central y
periférico y son responsables de mediar los efectos de las endorfinas y otros opioides
endógenos. La interacción entre las endorfinas y los receptores opioides es fundamental
para regular la percepción del dolor, el estado de ánimo, la respuesta al estrés y otras
funciones fisiológicas y neurológicas.
Esta región del cerebro recibe esa señal y libera una hormona llamada “hormona
liberadora de corticotropina” (CRF) que quizás muchos conozcáis porque es la
responsable de desencadenar todo el proceso de síntesis adrenal de hormonas
glucocorticoides como el cortisol y la corticosterona Esta CRF viaja hacia
la pituitaria (otra región del cerebro que se encuentra más abajo) y estimula sus neuronas
para romper la pro-opiomelanocortina (POMC) que guardan, transformándola en β-
lipotropina (β-LPH) y ésta a su vez en endorfinas, sobre todo β-endorfinas.
Se unen a ellos y desencadenan una cascada de reacciones moleculares (↓AC, ↓AMP,
↓cAMP, ↑Salida de K+, ↓Entrada de Ca2+, etc.) que termina “relajando la neurona” y
haciendo que ésta no libere los neurotransmisores que nos van a producir la sensación de
dolor.

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