Soy Manuel
Margarita Mainé
piers See
Betray
pecs
envy Core toot
Vee ae ecg
41 Manel / Marga Man ig pr Lau abe sido por Lara
Luni tito pr Cain Ao Chad Reno de Burts es
“nap Eto Non, 2080
raps llao-i4em Teoh)
Isa prt aersasers
1 Narate fel y Je Argent L Ladi Lari Linn
‘ured I Aon Caton, an Til
‘CbD asso
Soy Manuel
Marana Mao. 020 . Margarita Mainé
torial Norma, 2020
‘a Lnanro Alem 726, Chie de Buenos Aires, Argetion
tNustraciones
Revervados todos oe derechos. Probibida la produccisn
‘total o parcial de esta obra sin permiso de la editorial Juan Pablo Zaramella y Carlos Aon
Marcas y sgnos diintvos que contiene la denominacisn
AN / Nora] Carvajal bajo lisenia de Grupe Carrel Colombia).
Primera ediin enero de 2080
mpreso ena Argeatina ~ Printed n Argentina
Dicecisn editorial Laur Lather
‘ict: Laura Linea
Comeceisn Roxana Condaar
‘ela de ae: Valente Bases
Diagramaciin Nea Ferndodee
Documantacien gece: Eetelania Jindnee
Fotografie acw (Atchivo General dei Nac)
Gerene de producciés Paula Gra
‘Siege produssis: Elias Fortunato
‘cc stoaiéan
fit goat acsera Jorma
-Aaracere alae de Bane poral pin1
La ventana
Csanao abro los ojos por la mafiana,
tengo que evitar hacer ruido, Papé trabaja
hasta tarde y la casa es tan pequefia que
cualquier movimiento se convierte en un
sonido que lo despierta.
Me pero en la cama con mucho cuida-
do y, apoyado en la madera que rode la
ventana, miro. El paisaje es siempre el
mismo. A.una cuadra de mi casa, quizés
‘un poco mas, los autos pasan volando por
la autopista. A ese ruido ya estamos acos-
tumbrados, por eso papé sigue durmien-
do aun cuando se escucha el motor de los
camiones 0 de las motos con su sonidoensordecedor. En cambio a mi me dan ga-
nas de espiarlos por la ventana y pienso:
“éadénde iré toda esa gente tan apurada’”.
‘A Rocio también le gusta dormir hasta tar-
de.Ella es mi hermana mayor... Me lleva solo
un afio pero parece mas grande. Porque ella
sabe leery yo, aunque voy ala escuela, noter
mino de entender ese lio de letras y sonidos.
Dentro de un rato, cuando papé tome
Jos mates de la mafiana y comamos el pan
que quedé de ayer, Rocio y yo vamos a ir
caminando a la escuela. Alli, almorzamos
en un comedor casi tan ruidoso como la
autopista y después, cada uno a su grado.
‘Yo me siento con Laura, que vive en el
mismo barrio y ya sabe todas las letras.
La maestra llena el pizarrén de palabras.
Intento copiarlas y no me salen bien. Ella
escribe rapido, como si la tiza fuera una
moto con silenciador.
Y cuando volvemos de la escuela, mamé
ya volvié de la casa donde trabaja, y sila
tarde esté linda y no tenemos deberes,
nos deja salir con papé en el carro.
e~Si van a caminar pueden venir, pero
sin quejarse —dice papé, y por unas cua-
dras no nos deja subir porque quiere llevar
el carro liviano.
Después de dos o tres paradas, el carro
empieza a llenarse y nos subimos y nos
reimos de cualquier cosa con Rocio. De
un perro que nos ladra, de un pozo que
nos hace saltar..
El carro
P. ;pA para el carro junto a esos cajones
negros en los que la gente tira cosas. Son
para la basura, pero en el centro de la ciu-
dad la gente tira de todo. El junta los car-
tones que después vende y muchas veces
encuentra cosas que sirven.
Ayer sacé una pelota casi nueva.
Seguro que un chico jugaba dentro
de la casa y rompié un vidrio. Por eso la
mamé le tiré la pelota —dijo Rocio, porque
Je gusta inventar la historia de lo que en-
contramos.
En los tiltimos meses salvamos a cinco
mufiecas de distintos tamefios. Las traemoscasa, las bafiamos, las peinamos, y a veces
mamé nos arregla la ropa y cuando estén
listas las acomodamos en una repisa. Tam-
bign encontramos varios autos de juguete,
yccon unas maderas que papé amontona en
el fondo del patio armé mi propia autopista.
Hace unos dias, papé llené el carro de li-
bros y revistas. Que alguien tirara libros
nos parecié raro. A Rocio se le ocurrié que
seguramente era una persona tan viejita
que ya no podfa ver las letras.
Ella se agarré dos libros con dibujos
porque ya sabe leer. ¥ yo, entre las revis-
tas, encontré una que me gusté; aunque le
faltaba la tapa, adentro tenia caballos.
Ya en la cama, mi hermana lefa muy
concentrada mientras yo miraba las pé
nas de la revista.
—EDe qué se trata? —me pregunté.
—De un superhéroe —respondi.
—éVuela? —dijo.
—No, anda a caballo —le expliqué.
Los dibujos ni siquiera tenian color.
Igual habfa algo que me gustaba y era la
cara del protagonista. Era una persona.
no sé.. Tenia una cara... no sé.. que me
gustaba.
Si querés, te la leo ~me dijo Rocfo.
—No —respondi—. La voy a leer yo solo.
Pero no era cierto. Yo miraba los dibujos
y trataba de entender cuéles eran los po-
deres del superhéroe a caballo. Y también
pensaba en cuéles eran los poderes que
yo necesitaba para aprender a leer,
3La torre
Pros hace siempre el mismo recorrido
con el carro, Camina répido a la ida y des-
pacio a la vuelta, Lo mejor es la parada
en la tore. Después de atravesar el cen-
tro, donde los cajones negros estén més.
llenos de cosas, paramos un rato, Papé se
junta a conversar con mujeres y hombres
‘que también llegan con sus carros reple-
tos de cartones. Rocio y yo jugamos en
las escaleras. Subimos y bajamos y ella
siempre me gana las carreras porque tie-
‘ne las piernas més largas,
Esto es un bareo —me dijo ayer a la
tarde, y jugamos a que éramos marineros
sy ella era la capitana que me ordenaba lo
que tenfa que hacer.
Yo también quiero ser el capitan —le
edi, pero estaba mala y no me dejaba de-
cidir nada. Porque hay dias en que mi her-
mana es buena conmigo y otros que no
me quiere ni ver.
En la entrada de la torre, sobre la calle,
hay una bandera enorme que los dias de
viento parece que va a salir volando.
—Vamos que se hace tarde —dijo papé,
y se terminé el juego. Subimos al carro y,
como me pasa muchas veces, me quedé
dormido sobre los cartones.
Después de comer volvi a hojear mi re-
viste, solo por imitar a Rocio, que lefa en
Ta cama de al lado.
—éQué hace el superhéroe? —me pre-
gunté cerrando el libro.
—Va-a-ca-ba-llo-y-to-dos-lo-si-guen —le
dije despacio, simulando leer. Creo que se
dio cuenta de que yo estaba inventando y
no dijo nada. Era una de sus noches buenas.
4
La escuela
Me coststa concentrarme en la tarea
después de almorzar, La maestra era muy
amable pero los chicos eran ruidosos y yo
no podia hacer otra cosa que mirarlos.
—Estés muy distraido—me dijo ella cuan-
do miré mi cuademo y descubrié que no
habia copiado bien las letras del pizarrén.
Intentaba hacerlo, pero al rato me daba
cuenta de que me habia equivocado y ya no
me importaban la prolijidad ni el cuademo.
Ya estamos en junio, y todavia no lee
ni una palabra —le habia dicho mamé a
pap en voz baja antes de dormirse. Como
”la casa es tan pequefia y las paredes son
de madera, la escuché. ¥ también la escu-
‘ché Rocio, que me tiré con la almohade
para empezar la batalla y hacerme refr.
—Basta de lfos —dijo mama.
Rocfo y yo volvimos ala lectura.
Yo trataba de mirar las letras de la revis-
ta, pero los ojos se me escapaban hacia los
dibujos. El superhéroe llevaba una bande-
ray en la otra pagina estaba parado en la
puerta de una casa que parecia una escue-
la porque estaba rodeado de nifios.
éCudndo iban a decirme algo las letras?
éQué habia que hacer para aprender a
leer? éPor qué muchos de mis compafie-
ros ya sabfan y yo no?
gEra magia? Solo tenfa que esperar y
una majiana me iba a despertar leyendo?
Volvi preocupado de la escuela hasta
que llegé la hora de salir en el carro.
—iVamos de paseo! iVamos de paseo!
—cantamos con Rocio.
—Es trabajo, no paseo —nos respondié papa
como siempre y se le escapé una sonrisa.
See
5
El précer
tH, vamos a hablar de nuestro pré-
cer —dijo la maestra y yo escuché “postre”.
—éDe qué postre? —pregunté y algunos
chicos se rieron.
—'Précer”... no “postre” —dijo ella y ano-
16 la palabra en el cartel de las palabras
nuevas. Alli dejaba registradas todas las
palabras que ella usaba y nosotros no co-
nociamos.
PRO-CER
La copié con cuidado porque de solo mi-
rarla me parecfa complicada. La P con la O
ya sabia que sonaba PO, pero con la Ren
el medio no tenia idea.
19—éSaben quién es nuestro précer? —dijo
ella y se dio cuenta de que si no sabfamos
Jo que era un précer menos ibamos a sa~
ber su nombre.
Entonces le pidié a Laura, que ya sabe
leer bien, que buscara en el diccionario la
palabra y después completé:
eae
Ullustre? Me aclaré poco esta explica-
cién. La maestra insiste en usar el diccio-
nario, pero a mf me parece que a veces no
da respuestas sino mas preguntas.
—Nuestro précer es Manuel Belgrano
—dijo escribiendo ese nombre y apellido
enel pizarrén.
Laura me tocé con el codo. Yo no dejé de
copiar. El corazén me latié un poco mas
fuerte.
Después la maestra dijo que todos lo re-
cordaban porque erael creadorde la bande-
ra, pero que Manuel (a maestra lo llamaba
as{, igual que como me llama a mi) habia
hecho muchas otras cosas y que fbamos a
aprender detalles sobre su vida.
Desde ese dia me gusté més ir a la es-
cual, Cada tarde, la maestra nos contaba
una historia de Manuel. Me gustaba tener
el mismo nombre que él y empecé a en-
tender lo que era un précer.w
6
Tiempos remotos
Bt uanco la rissa pag unin de
Belgrano en el pizarrén casi me caigo de
la silla, Resulta que Manuel Belgrano era
muy parecido al superhéroe que andaba a
iballo en mi revieta, ese que tenfa cara de
‘bueno y me gustaba tanto. En la imagen del
pizarrén solo se lo veia a él con una ban-
dera detrés, Estaba muy serio y con el pelo
corto y oscuro, peinado sobre la frente.
—éAndeba a caballo? —le pregunté a la
maestra y ella sonri6.
—Claro —dijo—, en esos tiempos no ha-
bia autos y las personas andaban a caballo
en carros, porque no existian los autos.
3Pensé que ahora si existian y nosotros
seguiamos yendo en carro, pera no me
animé a decirlo,
—2Y en moto? —pregunté un compatiero.
—No, ni autos ni motos ni camiones...
—explicé la maestra.
—éEntonces no habia autopistas? —pre-
gunté tratando de imaginar eémo seria
el paisaje desde mi ventana sin ese pavi-
mento leno de vehiculos que llenaban el
aire de ruido y humo.
—No—repitié la maestra—. Mejor, antes de
hablar de la vida de Manuel, vamos a recor-
dar cémo eran aquellos tiempos remotos.
iQué ganas de usar palabras dificiles! 2Re-
motos? éQué queria decir “remotos”? éTen-
dria algo que ver con el control remoto?
Por suerte esta vez la maestra no pensé
en el diccionario y nos pasé una pelicula
que mostraba cémo era el mundo cuando
Belgrano vivie. Se llamaba “documental”
y contaba algunas cosas:
“La ciudad era de casas bajas, las pare
des blancas, los techos de tejas. Las venta:
nas tenian rejas de hierro. Las mujeres de
la clase alta usaban vestidos largos, pei
netones y abanicos..
—éEran todas altas? —interrumpié Fer-
nando, que es preguntén.
La maestra explicé entonces que no (0
das las personas vivian de la misma ma
nera. Parece que los espaiioles y los que
tenian dinero eran la “clase alta” y tenian
muchos privilegios y un montén de gente
a su servicio.“Las calles eran de tierra y cuando llovia
mucho resultaba dificil andar por el barro.
Para lavar la ropa, ban al rio. Los comercian
tes tenian sus locales frente a la plaza o ven
dian sus productos en las pulperias. Habia
vendedores ambulantes”,
Lo de los vendedores ambulantes ya lo
sabia porque en la tiltima fiesta de la es-
cuela tuve que disfrazarme de vendedor
develas. ¥ no comprabain velas para cuan-
do se cortaba la luz como hacia mamé,
sino porque no habfa electricidad. ¥ si no
habja electricidad no habia televisién ni
teléfono ni computadoras, nada.
—Qué aburrido vivir asf —dijo Laura.
Yo me acordé de que cuando se corta la
luz en casa, con Rocio jugamos a las som-
bras y nos reimos un montén.
—E] mundo era distinto —dijo la maes-
tra—, pero les aseguro que nadie se abu-
tria en la época colonial.
'
¢
*
Cruzar el mar
—éEn ‘qué quedamos ayer? —pregunté
la maestra. Le gustaba saber si nos acor-
dabamos de algo.
sn que en la époea colonial no habia
nada —dijo Fernando.
=No digan que no habia nada £! mundo
era de otra manera, y por eso Manuel tuvo
que viajar a Europa para estudiar en la uni-
versidad porque querfa ser abogado,
—éFue en avién? —pregunté otro compar
fiero. Con solo mirar a la maestra nos di-
‘mos cuenta de que tampoco habia aviones.
=Viajé en bareo, un barco que tardé dos
meses en llegar.—éEstudié mucho? ~pregunté Laura,
—iMuchisimo!, porque
En el aula seescuché un murmullo de ad-
miracion. La maestra continué contando:
—20 en la Argentina? —pregunté Fer-
nando confundido.
—No era la Argentina todavia... En ese
momento se llamaba Virreinato del Rio
de la Plata ~y explicd algo del vi-rey que
no entendi, Después nos siguié contan-
do~escuela de dibujo, otra de matemética,
una de néutica
—&De dibujo? —pregunto Laura.
—Es que decia que el dibujo era impor.
tante para cualquier oficio: el carpintero, el
Zapatero, el sastre o el herreto harian mejor
su trabajo si pudieran aprender en una es
cuela de dibujo para hacer sus disefos
La maestra dijo que hiciéramos un di-
bujo de todo lo que habiamos hablado y
esa tarde fue un alivio porque no copia-
mos nada del pizarrén, Asi es més linda
la escuela,
Ra
8
éPréceres o superhéroes?
—I\ Jué hermoso dibujo hiciste! —me
dijo mamé mirando el cuaderno esa noche.
Y si, me habia esforzado un montén.
Pinté sin apretar el ldpiz para que el color
del caballo quedara suave. Queria con-
tarle que Belgrano pensaba que dibujar
era importante, pero tuve miedo de que
Rocio se riera porque ese dia estaba mala
conmigo.
Porla noche, quiso quele prestara mire-
vista.
Yo te la leo —le dije.
—Dale —me respondié, pero se tapé la
cara para que no le viera la sonrisa.—No-e-xis-ti-an-las-au-to-pis-tas-y-por-
e-so-zan-da-ban-a-ca-ba-llo—Ie dije muy con-
centrado simulando leer.
Ah... dijo ella—, es un superhéroe de
Ja época colonial.
—No es un superhéroe. Es un précer
—expliqué con cuidado para que no se me
escapara la palabra “poste”, que todavia
se me confundia en la memoria.
Roefo siguié leyendo su libro y no dijo
nada. Quiz no sabia qué era un précer.
Yo miré una por una las palabras de la
revista y aunque estaban en imprenta mi-
niiscula, que era una letra dificil para mi,
pude leer dos palabras:
Manuel Belgrano
iCémo me latia el corazén! Las letras
por primera vez me habfan dicho algo.
9
Muchos hermanos
Oe accatinaastecnaten ixoaliazeee
ifa y el papa, Domingo. Tuvieron dieciséis
hijos —leyé la maestra y después dijo que
nos imaginéramos cémo habria sido la in-
fancia de Manuel con tantos hermanos.
—Debe haber jugado mucho —opiné
Elena, que tenia cinco hermanos y ya nos
parecian un montén.
~¥ también debe haberayudado enlas co-
sas de la casa porque una mamé con quince
hijos tiene mucho trabajo —agregé Laura.
—No —dijo la maestra~. éSe acuerdan de
loque les conté ayer? iin esos tiempos las fa
tmilias como la de Manuel tenfan en su casa
agente a su servicio, personas de otra clase
social que hacfan los quehaceres de la casa.
Los nifios como Manuel solo tenian que es-
tudiar. €¥ las nifies? —agregé-. Las nifias
aprendian ahacer manualidades. No podian
iralaescuela.
—ilnjus-ti-cia! ~gritaron las nenas.
Y la maestra les dio la razén:
—A Manuel también le parecia una in-
Justicia y pensaba que a las nifias habia
que ensefiarles a leer y a escribir, y cons-
truir escuelas para ellas.
—éSolo para nifias? dijo Laura.
—Si. En esos tiempos las escuelas no
eran mixtas.
—éMixtas? —pregunts Femando— Como
lnensalada mixta?
Lamaestra le explicé lo que queria decir,
pero yo estaba interesado en otro tema:
—&Y eémo aprendié a leer Manuel? —me
animé a preguntar.
—Le ensefié su mamé...o alguno de sus
tantos hermanos... ¥ también iba al Con:
vento de Santo Domingo, donde los curas
Py
fiaban las primeras letras, Cuando fue
poco més grande entré al Colegio de
Carlos, que atin existe, Ahora se llama
io Nacional de Buenos Aires.tarde no salimos con papi en el ca-
ios quedamos en le canchita porque
legian a ella primero cuando ar
al equipo. Mientras comiamos
Jas nenas jugaban mejor que los
al fitbol y mamé opiné que no
én de ser nena o varén sino de
tapé lacara con tn almohadén porque
@no me gusta que nadie me mire cuando
estoy enojado.
—Manu —me dijo Rocio, arrepentida de
haberme peleado—. éTe ensejio las letras?
—Las letras las sé, pero con eso no alcan-
za para saber leer.
Entonces ella se pasé a mi cama y en
un cuadernito que papa habia encontra-
do en los cajones negros me puso la My
me ensefié cémo sonaba con cada vocal.
Estuvimos un rato largo con cada letra.
Ahi descubri que si alguien escribia por
mi yo lo entendia mejor. Mi problema era
copiar, eso si que no me salia,
~Mafiana seguimos —dijo Rocio porque
tenfa suefio.
Me quedé repitiendo las silabas para
acordarmelas.
DA DA
DE DE
DI DI
DO DO
“Do” de “dormido”. Yo también estaba
cansado.A la mafiana siguiente Rocio le dijoa ‘
mamé que yo casi sabia leer. éLa habfa en- i
gafiado 0 solo era uno de sus dias buenos
conmigo?
\ h
La pluma
RE. larga la historia de Manuel Bel-
_ grano! Pero dia a dia la maestra nos la iba
contando:
=A los 15 afios el papé lo mandé a Espaiia,
vivir con una de eus hermanas que ya es-
tabe casada, para que pudiera estudiar la
garrera de Abogacia en una universidad
‘ ies: Salamanea. Pero él no se contents
estudiar lo que le pedian. Manuel era
lun 4vido lector y se interes6 por muchos
futores que lo llevaron a descubrir pensa-
‘Mentos nuevos: valores como la igualdad,
Talibertady la fraternidad.La maestra dijo que después ibamos a
buscar las palabras dificiles en el diccio-
nario, pero por suerte se olvid6, Le gusta-
ba mucho contar la historia de Belgrano.
—Nueve afios después, cuando ya estaba
recibido de abogado, le ofrecieron volvera su
tierra como secretario del Consulado de Co-
mercio en Buenos Aires, pensando que iba a
defender los privilegios de los espatioles.
—éNueve afios lejos de su casa? —pre-
gunté Laura.
—Si—dijo la maestra—. ¥ aquellas ideas
sobre las que tanto habia lefdo le marca-
ron nuevos caminos.
Aunque su trabajo como secretario era
escribir cartas y actas para archivar, Belgrano
no podia dejar de advertir las injusticias
que vivian todos los dias los que habfan
nacido en estas tierras. ¥ como le gusta-
ba mucho eseribir, empez6 a registrar to-
das las ideas que tenia sobre temas muy
diversos. Fue uno de nuestros primeros
periodistas: sus opiniones aparecian en
dos periddicos de la época. Escribfa con
«
uma y tintero porque en esos tiempos
habia lapiceras ni biromes.
La maestra mostré una hoja con un escri-
to de Manuel. Era incretble. iQué prolijo!Este Belgrano no dejaba de sorprender-
me, £Cémo que le gustaba escribir? Con
Jo que costaba dibujar la letra cursiva...
Y¥ después la maestra también nos sor-
prendié. Nos dio plumas y tinta y tuvimos
que escribir nuestro nombre como se ha-
cia en esos tiempos. Fue redificil pero yo
lo intenté un montén de veces y al final
me qued6 bastante bien.
rramul Aomdny
12
Pa-la-bras
Belouc bien te salié la cursiva —me
dijo Rocfo, porque creo que era la primera
vyez que se podia leer algo en mi cuaderno.
Manuel esté mejorando mucho en la es-
cuela—le dijo mamé ala vecina, yme dio un
poco de orgullo y otro de vergiienza.
Después salimos con papé pero para-
mos en una plaza sin escaleras ni torre
que estaba det
—&Por qué no paramos en la torre? —le
preguntamos desilusionados. [Era la par-
tedel paseo que més nos gustabal
—Es que... papa se puso colorado como
le pasaba cuando se enojaba por algo-,
de la estacién.
sparece que no tenemos derecho a pararnos
donde queremos. Nos pidieron los agentes
de trénsito que con los carritos paréramos
eneste lugar.
Desde esa tarde, ya no nos entusiasma-
ba tanto el paseo en el carro y nos quedé-
bamos en casa.
Por la noche, Rocio se pasaba ami cama
y me ensefiaba cémo sonaban las letras
cuando iban juntas, Hasta que una ver lle-
g6 a explicarme cémo se lefan dos conso-
nantes juntas con una vocal, eso que me
resultaba tan dificil, y me daba un ejem-
plo con una palabra:
PRA PRADO
PRE PREMIO
PRI PRIMERO
¥ cuando ella dijo “P-R-O” yo grité
“PROCER’, porque me acordé de Manuel.
Después se fue a su cama y, mirando la re-
vista, descubri unas letras que decfan “CA-
BALLO” y “BATALLA”. No dije nada. Me
dorm{ contento perisando en que yo tam-
bién podia lograr cosas como Belgrano.
“
13
Batallas
— la meestra seguia contan-
donos la historia de Manuel:
=A Manuel le gustaba més discutir
ideas que pelear can las armas, no sabia
Usarlas ni tampoco sabia nada de estrate-
ils militares; pero como los realistas, es
decir, los que apoyaban al rey de Espaiia,
querian seguir gobemandonos, entendid
que no habia més remedio que formar nn
@jéreito para derrotarlos, Qué se imagi-
nan que hizo entonces? —pregunté.
—Estudié —dije yo, porque a Belgrano le
gustaba tanto estudiar.—Si, muy bie, Manuel —dijo ella, y al-
gunos compafros se dieron vuelta para
mirarme porge a mi todos me decian
“Manu”—. Se pso a estudiar sobre ese
tema. Tomé clies para usar el fusil, leyé
todo lo que pus sobre maniobras milita
res y aprendiédmo mejorar los ejércitos
para pelear posu patria. Porque Manuel
cada cosa que tefa queria hacerla bien.
Después unaiena pregunté qué queria
decir “patria” selgunos chicos se rieron.
Pero cuando lanaestra insisti6 en que al-
quien lo explicra, nadie sabia responder.
Entonces mané a Laura otra vez a bus-
car la palabra eel diccionario.
PATRIA: pafo lugar en el que se ha na-
cido o al que sertenece.
—8Y quierenaber cémo fue la primera
vez que tuvo ae pelear para defender a
nuestra patria —dijo, y sin esperar res-
puesta siguis on la historia—: En 1806,
un buque ingle llegé a Buenos Aires con
intencién de iradir la ciudad.
—Pero... no sandaban los espafioles?
e
Si —dijo la maestra—. Gobernaban los
lespatioles pero los ingleses querian apro-
Spiarse de estas tierras también. Belgrano
los enfrents con un pequefio grupo de
hombres que no estaba bien preparado y
Stuvo que retirarse al primercafionazo. Fue
EBtiprimera derrota como soldado.
*Pobre Manuel”, pensé.—Z2Y se acuerdan de lo que pasé el a5 de
mayo? —dijo la maestra—. Alli también es-
taba Manuel Belgrano formando parte de
la Primera Junta, el primer gobierno pa-
trio, Luego fue uno de los elegidos para
liderar las tropas que llevaron las ideas
de la Revolucién al Paraguay. Y més ade-
lante, el gobierno lo mandé como jefe de!
ejército que luchaba en e! norte contra los
que seguian apoyando al rey de Espaiia, y
peleé en muchas batallas..
~Y seguro que las gané todas —dijo Fer-
nando.
No —aclaré la maestra—, gané unas y
perdié otras y se desanimé, pero... saben
qué? Siguié adelante con el mismo es-
fuerzo y la misma conviceién.
Después la maestra siguié hablando y
hablando de batallas... y dijo nombres ra-
ros come Vilcapugio y Ayohuma,
A mi no me interesaban las batallas, A
mi me gustaba e] Manuel que lefa, eseri-
bia y pensaba en tantas cosas.
so
14
Derechos
CC candoteguéacassme sent apracticar
Ja cursiva en el cuademito en el que Rocio
me habia dibujado todas las letras mientras
mami cosfa los bolsillos de mi delantal.
=8Te dijo la macetra que practiques?
—me pregunté.
=No. Yo lo pensé porque lo que hago
quiero hacerlo bien —dije, y mamé me re-
galé una sonrisa tan linda que pensé que
iba a practicar cursive todos los dias. ~
Alrato vinieron a buscarme para un par-
tido. Cerré el cuadernito y fui corriendo.
Rocfo tenfa muchos deberes asi que, con
suerte, me tocarfa a mf hacer los goles.
sDespués de cenar, me concentré en las
letras de mi revista, En una parte vi a
Belgrano con otro hombre y pude leer yo
solo: San-Mar-tin.
—éQuién es el santo Martin? —le pre-
gunté a Rocio yella se rio.
—No es santo. Ya lo vas a aprender en la
escuela,
No dijo nada més y pensé que ella no se
acordaba y-no podia inventar como cuan-
do encontrébamos algo en los cajones,
Por lo que se veia en la revista, San Martin
y Manvel eran de! mismo bando.
Al dia siguiente me animé a preguntar-
lea la maestra por San Martin.
—Muy bien, Manuel —dijo y otra vez
pronuncié mi nombre igual que cuando
lo nombraba a él.
Después conté que cuando Belgrano ya
estaba muy cansado y enfermo, le tuvo
que dar su ejército al general José de San
Martin. Dijo que era el préximo précer so-
bre el que fbamos a investigar.
s
Manuel, en su camino de batallas, fue
Poniendo en préctica algunas de sus
ideas. Funds pueblos, ered escuelas y-dis-
uso que aun los més pobres tuvieran
jane parcela para poder sembrar. Insistié
con la importancia de la escuela publica,
gratuita y obligatoria. Incluso doné un
premio que le otorgaron por su valentia,
[pare construir cuatro escuelas. Establecié
que los criollos y los naturales tuvieran
Jos mismos derechos.
Yo ya sabfa qué son los derechos. No
son andar sin doblar. Los derechos son
algunas cosas que todas las personas me-
Tecemos tener, no importa dénde nacimos
‘ni cémo vivimos: como el derecho a co-
mer, a ira la escuela, a cuidar la salud, de
0 se hablaba mucho en mi barrio.
Esa tarde, papé dijo que nos extrafiaba y
s invité a ir en el carro. ¥ cuando pasa-
‘mos por el centro le dije:
—Papé, épor qué no vamos ala torre? Sito-
"dos tenemos los mismos derechos —dudé si
‘una cosa tenia que ver con la otra pero me
3parecié que si. Papa detuvo el carro y me
miré sorprendido.
—Ay, Manu, iedmo hablés desde que sa-
bés leer! ~dijo Rocfo riendo, y no supe si
lo decia porque estaba buena o solo me
estaba cargando porque estaba mala.
—8Ya sabe leer? —pregunté papé.
—Algunas palabras —respondi, y era la
verdad.
Y papé no dijo nada. No desvié el carro
y paramos en la torre. Se senté a descan-
sar y pudimos jugar con Rocio como an-
tes. Ella me dejé ser un ratito el capitan
del barco, pero no me hizo caso cuando le
diuna orden.
Por suerte, nadie vino a decirnos que no
podiamos estar ahi. A la vuelta, papé iba sil-
bando una cancién que me pone contento.
15
iLa bandera!
a@ sabemos que a Manuel le interesa-
smuchas cosas. Y también lo preocupa-
‘eémo se identificaban sus soldados. Los
ejércitos tenian bandera... Pero el suyo,
Por eso propuso que los soldados usa-
escarapelas que log diferenciaran de los
iigos. Desde Buenos Aires lo autoriza-
pero eso nolle aleanzé Entonces, ordend
a bandera que acababa de creer. ¥ todos
‘vencer @ nuestros enemigos al grito
“VIVA LA PATRIA”.“Igual que nosotzos en la fiesta del 25 de
mayol”, pensé.
—éFue en el rio Parand? ~pregunté Lau:
ra~, En este rio que queda cerca de mi
casa? Nosotros vamos @ pescar algunos
domingos.
Si, ese es el rio —respondié la maes-
tra-, por eso para mafiana les tengo pre-
parada una sorpresa.
‘Aunque los chicos insistieron mucho para
que la contara, la maestra dijo que tenia que
consultarlo con la directora y que cruzéra-
mos los dedos para que nos saliera bien.
‘Amfme encantaban las sorpresas. Qué
iba a proponerla maestra?
Esa tarde, la tarea fue hacer una bandera
argentina en el cuademo. Mama me ayu-
dé a pegar papeles pequefiitos y me quedé
preciosa.
—Estés més prolijo, Manu —me dijo
cuando terminamos, y me puse contento.
—Mamé
—2Sf? —pregunté ella.
8—éMe podés llamar “Manuel”? Ese es mi
nombre, éno es cierto?
Sf, claro, Manuel —dijo ella. ¥ aunque
Rocio se burlé, mamé le dijo que yo tenia
derecho a decidir cémo queria que me
lamaran.
iQué bueno era esto de tener derechos!
16
iQué sorpresa!
A aia siguiente esperébamos la sorpre-
sa dela maestra.
~Para terminar de investigar sobre a vida
de Belgrano vamos a salir de excursién aun
" lugar muy especial dijo, contenta.
Los chicos festejaron, porque les encan-
taba salir de excursién. A mi no me pasa
Jo mismo porque si hay que pager el mi-
cro papé y mamé se hacen problema.
—éEn micro? —pregunté Laura porque a
ella le pasa lo mismo.
—No —dijo la maestra—, vamos a ir ca-
‘nando. éSaben adénde? Al Monumento
ala Bandera,Algunos chicos se desilusionaron.
—Uhhh, ya lo conocemos —dijeron, y la
maestra explicé que fbamos a hacer una vi-
| sita guiada y que una sefiora nos iba a ex-
plicar muchos detalles que no sabfamos.
! “éMonumento? éCuél monumento®, pen-
séy me quedé callado porque no queria ser el
\inico que no sabia de qué estaban hablando.
¥ llegé el dia. iCémo nos gustaba salir
dela escuela!Llevabamos gorra para el sol, y una mo-
chila con agua y algo para comer porque
no solo fbamos a ver el monumento, sino
que bajarfamos al rio, donde Manuel le
habia presentado por primera vez la ban-
dera celeste y blanca a su ejército.
Caminé junto a Laura conversando de
una y otra cosa, Pasamos por una de las,
esquinas donde estén los cajones negros y
le conté que ahf habfamos encontrado un
montén de libros. La dejé impresionada
Después doblamos en la misma cuadra
ena que lo hace papé con el carro y cuan-
do la maestra dijo “llegamos” yo no podia
creerlo: iestébamos en la torrel, ique no se
Iamaba “torre”! iSe lamaba “Monumento
ala Bandera’!
17
Y otra sorpresa
Loamaeszaataba de hacemos callar para
quela sefora gufa nos explicara los detalles:
—El menumento tiene una altura de se-
tenta metros y desde su mirador se puede
observarel rio Parané, donde Belgrano y
gu ejército enarbolaron la bandera por pri
mera vez. Al monumento tardaron eator-
ée afios en construitlo y tiene tres partes:
Ia torre, el patio eivice y el propileo.
No estébamos equivocados con Rocio
entonces.. ise lamaba “torre” también! Lo
del propileo supuse que la maestra nos he-
ria buscarlo en el diccionario porque nos
miramos sin saber de qué estaba hablando.
%
SEES eee SHEE tH EEEn medio del recorrido, nos detuvimos
frente a una estatua de Manuel Belgrano.
No estaba peleando ni arriba de un ca-
ballo, como en la revista. Estaba sentado
con un libro en la mano, pensando mucho.
Asilo habia imaginado cuando la maestra
nos contaba que estudiaba y escribia so-
bre tantos temas para mejorar nuestra pa-
tria. Yo sabia bien que no lo habia logrado
todo y que muchas de las injusticias que
le molestaban seguian sucediendo, pero
me gustaba que lo hubiera intentado una
y otra vez sin darse por vencido,
Después la maestra nos dejé jugar un
rato y los chicos corrian por las escaleras
como lo haefamos con mi hermana.
Yo me quedé mirando las letras que ha-
bia en un costado del monumento... Pare-
efa que me decian... me decian algo..
—Pro-cu-ra-ré-ha-cer-me-dig-no-de-lla-
mar-me-hi-jo-de-le-pa-tria “lef en voz alta
sin darme cuenta de que atrés estaba la
maestra.
iLo lefste, Manuel! —me dijo contenta
y se agaché para abrazarme.
Me lo dijeron las letras...—le dije, pero
pensé: “Me lo dijo Manuel Belgrano”.
6Después eruzamos hasta la costa del rio
Parand. Comimos, tomamos, nos refmos y
tiramos piedritas al agua.
—&Belgrano tiraba piedras al agua? —le
pregunté Laura a la maestra.
~Y... quiz4 sf dijo ella-. Manuel tam-
bién fue nifio como ustedes.
Me imaginé que estaba entre nosotros,
jugando y riendo.
La maestra tonté entonces que » Manuel
también le gustaba mucho la danza y que
hasta habia creado un paso de baile.
ZY silo bailamos en la fiesta de la ban-
dera?—pregunt6 entusiasmada y algunos
festejaron la idea.
“Ufa —pensé-, ahora que sé leer voy a te-
ner que aprender a bailar... /Es que siempre
hay algo nuevo para aprender?”
Epilogo
Cando ma denparo tampa 7020
miro la autopista por la ventana. No me
importa adénde van todos tan apurados.
Me quedo acostado y solo me muevo
para buscar uno de los libros que saqué
de la biblioteca de la escuela. ¥ me pongo
leer.
Porque ahora que por fin aprendi, las le-
tras empezaron a decirme un montén de
cosas. .Margarita Maing
Nacié en Ingeniero Maschwitz, provincia de
Buenos Aires. Trabajé como docente y en el
aula nacieron sus primeras historias. Es autora
de més de cien obras literariss para nifios y
varias novelas para jévenes.
En Norma ha publicado Betina y yo, Cuentos
para salir al recreo, La familia Lépez, Un
incendio desastroso, Las cortinas rojas, Malku
y los cabritos: y en la serie Lucia y Nicolés:
‘Michupete, mi almohada, Quiero pis y Yano
somos bebés,
En 1997 fue finalista del concurso Norma
Fundalectura con su novela Ldstima que
estaba muerto, que forma parte de la coleceién
Zona Libre, en la que también ha publicado
El (h)ijo la libertad y El secreto de la ctipula.
Juan Pablo Zaramella
Nacis en Buenos Aires. Es ilustrador y director
de animacién. Sus ilustraciones fueron
publicadas en importantes medias grificos.
Ha ganado premios internacionales. Su corto
“Luminaris” fue preseleccionado para el Oscar
al Mejor Corto Animado, Es creador de la serie
“El hombre més chiquito de! mundo”.
Carlos Aon
‘Nacié en Buenos Aires, en 1978. De chico
queria ser inventor, pero el gusto por dibujer
lo llevé a serilustrador de historietas. *
Junto a otros artistas funds el colective “La
Productora”, en el que edité sus primeras
‘obras. Desde 2001 trabaja como historietista
e ilustrador de libros infarstiles y publica en la
Argentina, Estados Unidos, China, Francia y
Espajia.indice
1. Laventana......
2.Elearro.....
3. Latorre..
4. Laescuela.
5.El précer-cee--s
6. Tiempos remotos....
7.Cruzar el mar .
é éPréceres 0 aapechheved?.
g. Muchos hermanos.
Be REBSRES
10, Fiitbol.......---
an. Lapluma...........-
12. Pa-la-bras .
13. Batallas...
14, Derechos...
15. iLa bandera!
16. iQué sorpresa! ..
17. otra sorpresa
Epflogo ..........
ggeuesansApartirdelos7afios TORRE Gm 8
HISTORIA
Tom Etelttde
Veneer ee Crd
Mientras oe a leer, un nifio
descubre al héroe que nos legd
mucho mds que la bandera.
peel etic ect
Prmmtrrter sett sean
que alguien descarté encuentra una revista. Dentro
Perr eee etd
eri tee ese ead
superhéroe..? Muy pronto, de la mano de su maestra,
Manuel conocer no solo las letras y el significado
eee ete od
Peete tr end
con tanto carifio y lo llamamos “précer”.
JRorma srscrintansiyjuveniteonyar