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Eqstos dis siguientes Daniel solo me
dirigié la palabra en una oportunidad, para pre-
{guntarme porel punto niimero tes de la tara de
Historia. Yo no entendia por qué se comportaba
asi, Era evidente que no queria acercarse demasia-
do, no sé si por vergienza o por temor a que lo
nuestro se nota frente a los demés. A mi se me
empezaron a derretir las expectativas, mientras
sentiaerecer el presentimiento de que, hiciera lo
que hiciera, venia el naufragio.
El sthado llegué ala plaza nervosa y mal-
‘humorada. La parte del malhumor tenia que ver
‘on que 6:4 mafana Mimi me habla dicho que
i padre podia aparecer en cualquier momento
que yo tendria que enfrentatlo. Si o si. Se lo
conté al Rey mientras nos cambidbamos y me
enfurecié descubrir que coincidia con ella.
LNo perdés nada —agregs—, escuché
lo que te diga, enojate con él, pero dejé que pase
algo.
—No.
—ienés miedo?
No —contesté, pero él ignoré mi res-
puesta,
—No esti mal tener miedo, Princesa
—siguié mientras se ponia la peluca—. Ya te lo
dlje, las estaruas somos duras pero tambicn rene-
‘mos miedo,
Después se subié al pedestal y no volvi-
‘mos a hablar.
El dia se me hizo largo como munca. Casi
todo el riempo tuve ganas de hacer pis y no pude
cvitar balancearme mientras posibamos, lo que ter-
sminé por molestar a Rey. Mi malhumor no hizo
ims que crecer a cada minuto, Intenté meterme
para adentro, cantar una cancién muda, recitar para
mf la abla del nucveo recordar as frases mis graco-
‘de mi toy pero nada fancionaba, Estab pensando
en decile al Rey que coreramos el dia mis tempra-
no cuando alguien puso una moneda, nos movi-
‘mos, lo vi. Estaba Ijos yereo que atin no habia
detectado mi presencia, pero era dl: mi pap
M6
‘Caminaba despacio, mirando para todos lados.
Como es bastante corto de vista y suee llevar los
aanteojossucios, normalmente no ve las cosas has-
ta que las tiene frente a su narz,
En un instante decid que no iba a estar
ahi cuando se acercara. Le susurré al ofdo al Rey
‘que tenia que irme urgentemente y que silo via
a Daniel Ie avisara que me habia enfermado. Me
'miré sorprendido y creo que dijo algo, pero no lo
6, Bajé de un salto del pedestal, zomé mi bolso y
cort. Cort lo mis ripide que pude
Enconces sucedi6 algo imprevisto que
fue divertido o espantoso, segin de que costado
se lo mire. Mi papi me vio y empez6 a correr
para alcanzarme mientras gritaba algo incom-
prensible. Y en ese momento me crucé con Pato.
Sélo mucho después entendi por qué actué de la
forma en que lo hizo: él creyé que papa era algtin
tipo de loco que me queria agarrar y no tuvo
mejor idea que interceder para defenderme,
como un caballero andante. Con sus propias
armas, claro: el agua jabonosa. Ese dia tenia un
balde casi leno y sin dudarlo se lo tiré a mi
papa en la cara
Cuando of el grto paréy me volva mirar-
lo, Mi padre no lo podia creet: estaba bafado
con ese liquido asqueroso que le chorreaba de la106,
remera y le cuba los antcojos. Para cuando los
limpis, ya Paro habla desapaecido y yo comria
lejos deal.
2A que ustedes nunca vieron una estatua
corriendo por Buenos Aires? Bueno, creo que la
gente con la que me crucé tampoco, porque me
‘miraban como si fuera un fantasma, A las dos cua-
dras, decidi adénde iba: a lo de mi amiga Julia,
Entonces me detuve en una parada de colectivo y
me puse en la fila. Creo que me quedé muy, pero
‘muy quieta, porque la gente pensé que estaba
posando de estatua. De pronto me di cuenta de
que alguien habia dejado una moneda sobre el bol-
s0 que yo habia apoyado en el suelo. Una mujer
{que pasaba por ahi le coments al tipo a su lado:
—Que original, una estatua en la parada
del colectivo
El tipo sacé una cémara y disparé tres 0
cuatro fotos. Después me puso otra moneda sobre
1 bolso. Enronces me acordé de una frase de mi
Mo Anconio quc dice: "Si lueve café, saci una
‘a2’. Lo que llovia no era café sino monedas, yo
fo tenia taza pero s{ una eajita de cartén dentro
del bolso. De modo que la saqué, la sostuve entre
‘mis manos extendidas hacia delante einventé una
wr
‘nueva postura de la princesa Flo. La cosa siguié
‘cuando subi al colectivo, donde practiqué una
posicién de pie y otra sentada, cuando se desocu-
‘p6 un lugar. Al legar a lo de Julia no se me habia
ido el malhumor, pero tenia bastante mas plata
Lallamé a Mim y apenas oyé mi vor lan
1 uno de esos gritos que hacen temblar la tera,
Se puede saber dénde te metiste? Lle-
86 4 pap hecho una Furia porque te escapaste y
tun loco le tiré un balde de agua con jabén,
Ment! un poco. Dije que no sabia nada
del loco ni del jabén y que simplemente me habia,
‘puesto muy nerviosa al ver a mi paps, habia sali-
do a dar un paseo y de pura casualidad me habla
‘encontrado con mi amiga Julia. Y ahora en su casa
‘me habian invitado a comer y pensaba quedarme.
Mimi suspiré.
AY qué le digo a u padre?
—Que se busque otra cosa para hacer
—Aije—, porque yo no estoy disponible.
Volvis a refunfuiar y en el fondo of
emo mi hermanito reperia efelante-efelante-
efelante, luego una pausa y otra verefelante-fe-
lante-efelante. Supe que mi papé le habia traido
el mufeco.108
i segundo llamado fue a Danicl. Habla
decidido no verlo, porque no queria volver a la
plaza ni estaba de dnimo. Igual, me costé como
‘media hora hacerlo, porque levantaba el auricular
y el estémago se me empezaba a retorcer de tal
forma que tenfa que ponerlo otra ver en su lugar.
Finalmente Julia me amenazé con echarme de su
as, rirarme un vaso de agua en la cara y cantar-
‘me entero el himno a San Martin, o las res cosas
juntas, yllamé, Adlaro que no tengo nada contra
‘San Martin, pero Julia canta muy mal. Por suerte
atendié é: le die bien ripido que no iba a poder
verlo porque renia un horrible rsfrio y bastante
ficbre. Y tos tres veces en medio de a frase, cosa
de que sonara mis veridico. Julia quiso participar
en la farsa y me grité pretendiendo hacer vor de
‘madre que volvera a la cama, que baa empeorar
‘mi estado, Pero no sé si Daniel se lo tragé porque
‘me pregunts quién hablaba con semejante vor de
Pito. Al final quedamos paral otra semana. Cuan-
do corté me agarré un ataque de risa pero en el
fondo creo que estaba triste,
Con Julia coincidimos en que a veces
‘cuando una est con un chico se pone tensa y no
sabe de qué hablar. Yo tema que me ocurtiera eso
‘con Daniel cuando saliéramos y ella me aconsejS
{que pensara antes algunos temas. Asi que me hice
tuna lista esa noche. En realidad hice dos lista, ya
{que pensé que también era bueno tener claro cué-
les temas era mejor no tocat, porque a veces de
‘puro nerviosa digo exactamente lo que me tengo
{que calla, Las escribi en mi cuaderno.