DE CÓMO UNAS NIÑAS REBELDES SE HAN CONVERTIDO CON SUS
HISTORIAS DE VIDA EN UN CÁNTICO POR LA IGUALDAD
“Me niego a vivir en un mundo ordinario como una mujer ordinaria. No me adaptaré al mundo, me adapto a mí misma” Esta frase de AnaÏs Nin podría describir a la perfección a muchas de las 400 mujeres que pueblan las páginas de los cuatro volúmenes de “Cuentos de Buenas Noches para Niñas Rebeldes”, el último publicado esta primavera y centrado en 100 mujeres españolas. O esta otra de Coco Chanel: “El acto más valiente de una mujer es pensar por sí misma y en voz alta”. Ellas levantaron la voz, dieron un paso adelante y cambiaron su destino y, de paso, el nuestro. Cambiaron la historia. Aunque se las silenciara, se las invisibilizara o se les parapatera detrás de un hombre. Aunque los nombres y logros de muchas de ellas no los hayamos sabido hasta hace unos pocos años, concretamente en 2016 cuando Elena Favilli y Francesca Cavallo, las sacaron a la luz. Ellas y un equipo de colaboradoras, sí, todas féminas, trabajaron como hormiguitas recopilando datos, testimonios, anécdotas, etc...de las protagonistas de esta colección de “cuentos” destinados a cambiar el panorama literario infantil-juvenil actual. Ya nada sería lo mismo. Ni por la forma de contar esas historias, con relatos breves, enérgicos, vibrantes de apenas una página, ni por la forma de ilustrarlas, a todo color, también a página completa y salidos de los dedos y pinceles de otras mujeres: mujeres grandes retratadas por grandes mujeres. Las ideólogas de esta revolución de letras y colores, de historias y voces de “chicas rebeldes” únicas que han llegado a nuestras vidas para quedarse y para lanzar un grito de empoderamiento, igualdad real y demostrarnos que TODOS, da igual el género, somos capaces de alcanzar nuestras metas, nuestros sueños, siendo fieles a nosotros mismos, respetando y haciéndonos respetar y utilizando como armas la educación, el ingenio, la cultura, la ciencia, pueden estar orgullosas de lo que han conseguido. Y es que ellas, Elena y Francesca, Favilli y Cavallo, saben bien lo que es que te menosprecien o infravaloren por cuestiones de género. Lo vivieron en primera persona. Mujeres en un mundo de hombres. Periodista y profesora una, actriz y pedagoga la otra, tuvieron que enfrentarse a decenas de barreras y tabúes. Las llamaron “soñadoras”, cómo si eso fuera malo, ingenuas, pobrecillas… Oídos sordos y adelante. Tenían una idea, varias, cien, mil… Y todas enfocadas en hacer de este mundo un lugar más bello e igualitario para todos Y TODAS. Su rebeldía se transformó en una revista digital para niños, Timbuktu, para ser leída en iPads y que causó sensación, en la creación de la marca y multiplataforma “Rebel Girls”, con la misión de ayudar al empoderamiento global y educar a la generación de niñas y niños más inspirada y segura de todos los tiempos, en obras de teatro, talleres de empoderamiento, artículos en decenas de periódicos y revistas… Lo que empezó siendo un proyecto literario pequeño, que necesitó hasta una campaña de crowdfunding para poder ver la luz, un compendio de historias de mujeres que a lo largo del tiempo hicieron grandes cosas, muchas de ellas totalmente desconocidas para el gran público, como que Hedi Lamarr, una de las más brillantes y enigmáticas actrices de la época dorada de Hollywood, fue también una gran inventora, y que entre otras cosas, desarrolló el WIFI, o que la gran Josephine Baker, la primera superestrella de raza negra y un icono de la lucha por los derechos humanos, abanderada mundial contra el racismo en todas sus manifestaciones, no dudó en enfrentarse hasta con el mismísimo Hitler colaborando con la Resistencia francesa… Como decimos, esta colección de cuentos muy reales, se ha convertido en un fenómeno que ha abierto las puertas a más libros de este estilo, como el de Cuentos para niños que sueñan con cambiar el mundo, ya tratado en otro post, o Superpoderes, donde podemos leer preciosas historias acerca de virtudes o dones tan necesarios y maravillosas como la bondad, el humor, la honestidad o la paciencia. Libros que nos hablan de que otra forma de hacer las cosas es posible, libros que tocan de lleno la línea de flotación de una sociedad como la nuestra, tan supuestamente avanzada, abierta, tan independiente, pero en la que a día de hoy persiste una visión patriarcal de la vida y en la que nos es aún difícil encontrar figuras y personajes femeninos que realmente inspiren a nuestras niñas y niños. Un mundo en el que todavía se hace necesario reivindicar el papel de la mujer como individuo fuerte, valiente, independiente y capaz. Y es que no tenemos más que mirar el panorama literario o cinematográfico que nos encontramos: en la gran mayoría se muestra que los niños son más fuertes y valientes que las niñas. Afortunadamente, los padres se están dando cuenta de ello, saben y ven que las niñas, sus hijas, necesitan aventuras, que no quieren tanto rosa y purpurina en sus vidas, ni tanta princesa, chicas cool, o modelitos, que quieren, buscan y demandan más. Ni los niños. Los niños ya están hartos del “ no llores, eres un hombre” o de no poder jugar con muñecas. Son iguales. Se saben, se sienten iguales y nos demandan que le contemplemos como tal y dejemos atrás la idea de la inferioridad de la mujer con respecto al hombre. Los niños no nacen pensando en que las chicas son inferiores a las chicas. Somos nosotros, los adultos, los que les vamos inculcando tal atrocidad. “Cuentos de Buenas Noches…” rompieron y rompen esa monotonía cromática ROSA/AZUL. Y encanta a todos. Porque no discrimina sino que iguala. No acalla sino que canta. Equilibra y pone en su sitio. Y lo hace al son de la música de Alaska o la rapera Sonita Alizadeh, los versos de Safo y las novelas de las hermanas Brontë, o sobrevolando el océano en compañía de Amelia Earthart, o surcándolo de la mano de la intrépida pirata Jacquotte Delahaye, y también abrazándonos como Jane Godall abraza a los chimpancés. Hablándonos de grandes mentes como la de la matemática Ada Lovelace o la filósofa griega Hipathia. O políticas tan comprometidas como Michelle Obama o la hispano- francesa Anna Hidalgo. Y nos pinta una sonrisa. Y nos invita a compartir noches de cuento en familia, a investigar más sobre la vida de tal o cual heroína de carne y hueso, nos recuerda que ellas también fueron niñas. Y que si ellas pudieron, nosotras podemos. Que no será fácil, nadie dijo que lo fuera, pero sí posible. Empezamos este post con una frase Anaïs Nin, permitidme que lo termine con las palabras de otra gran mujer, “chica rebelde” también ella, Audrey Hepburn: “Nada es imposible, la misma palabra lo dice: MI-POSIBLE”(Nothing is impossible: I’m possible).