La filosofía, tal como la entendían los antiguos griegos, es el amor a la sabiduría, la
contemplación de cosas tan fundamentales como la existencia, el conocimiento, la verdad o la moralidad. Las cuestiones universales son tan primarias que las personas, conscientes de su presencia en el mundo, se ocupan a fondo de ellas. Este amor por la sabiduría fue el primer paso para dar al mundo occidental el primer concepto de conocimiento, que es la base de la ciencia tal como la conocemos hoy. Por lo tanto, podemos encontrar sentido en la existencia de la filosofía como una disciplina que se ha convertido en parte integral de otras ciencias de la investigación. La filosofía crea cultura, que es los ojos de la sociedad occidental para entender el mundo que les rodea, por lo que no sólo es importante, sino que constituye la piedra angular de la existencia de los valores actuales. Conducimos todos los días sin saberlo. Aunque actualmente tenemos poca o ninguna comprensión al respecto, esta ciencia es la primera en hacer avanzar y desarrollar a los humanos a través de problemas en casi todas las demás disciplinas científicas, políticas y sociales, pero lo más importante es a través del razonamiento intelectual. Precisamente por eso los hombres y las mujeres son superiores a los demás seres de la tierra, porque practicando la virtud son llevados a encontrar la verdad. Estos son los principales axiomas de la filosofía. Así, durante siglos la filosofía ha satisfecho la curiosidad de hombres y mujeres, obligándolos a analizar y reflexionar sobre el mundo que les rodea ya profundizar en el conocimiento desde una perspectiva objetiva. La filosofía puede entonces ser considerada la madre del pensamiento científico, que extrae conclusiones creando hipótesis que responden a la pregunta: ¿Qué es?, ¿cómo?, ¿Por qué? Estas son las preguntas con las que podemos comprender la realidad, o al menos, si eso no es posible, acercarnos a ella, siempre gracias a la filosofía. Porque nos enseña a pensar críticamente, examinar la lógica e identificar diferencias significativas entre la teoría y su implementación. En definitiva, la filosofía nos obliga a cuestionar el mundo, comprenderlo, establecer nuevas metas y esforzarnos por mejorar el mundo.