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En el 

año 1837, Daguerre
Primero, se dejaba pasar luz a través de un pequeño orificio en una caja cerrada,
llamada cámara oscura. Esa luz entraba a la caja e impactaba sobre la placa de plata que
se usaba para plasmar la imagen.
Luego de mucho tiempo, se retiraba la placa y se le aplicaban algunas sustancias
químicas que revelaban una fotografía
Antes de que existieran las modernas cámaras digitales se usaban cámaras análogas o
de rollo

El funcionamiento de ambos tipos de cámara es similar, al menos en la forma como ingresa la luz a
la cámara. ¡Lo que cambia es el modo en que se guarda la fotografía!

En la cámara análoga, o tradicional, la fotografía es guardada en una película sensible a


la luz (rollo), mientras que en la cámara digital es guardada en una memoria luego de
haber sido procesada en un elemento electrónico (sensor). 
Las partes más importantes de una cámara son: el lente, el dispositivo que guarda la
imagen y el cuerpo de la cámara. 
Una cámara funciona similar a nuestros ojos: se encarga de recibir los rayos de luz del
exterior y los transforma en una imagen. Los rayos de luz entran a la cámara a través del
lente que se encarga de agruparlos en un solo punto y, según la distancia a la que esté
ubicado el objeto, la imagen resultante tendrá un tamaño diferente: será más pequeña o
más grande.
Cuando presionamos el botón de la cámara, la luz del objeto que queremos fotografiar
entra por el lente de la cámara. Luego, el lente se encarga de reunirla en un punto y allí se
forma la imagen. Si la cámara es análoga, el punto donde se forma la imagen es una
película (o un cuadrito del rollo de fotografía); si es digital, el punto es un sensor. Esto solo
ocurre cuando se presionar el obturador, o botón, ya que como la película o el sensor son
sensibles a la luz, solo deben entrar en contacto con la luz al momento en el que se desee
tomar la foto. Si no fuera así, estaríamos hablando de una cámara de video. 

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