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Actividades:

1.-Queridos estudiantes, para continuar con el tema “necesidades”, en esta


ocasión les proponemos que lean el cuento y respondan las preguntas:

A. ¿Consideran que las personas de Jauja tienen satisfechas sus


necesidades? ¿Por qué?
B. ¿Qué acciones creen que tienen que realizar los Jausenses para
satisfacer sus necesidades?
C. Nombren algún tipo de necesidad que tienen los Jaujenses.
D. ¿Por qué cree que Juanito pidió regresar a su casa, si estaba en un
lugar “ideal”?
E. Teniendo en cuenta la clasificación de necesidades (vista en la
actividad anterior), indique cuáles serían primaria y cuáles
secundarias en Jauja.

2.- Realice un listado de cinco necesidades (personales) y cuáles serían las


acciones que realizaría para satisfacerlas.

a)…………………………………………………………………………………

b)…………………………………………………………………………………..

c)……………………………………………………………………………………..

d)………………………………………………………………………………………..

e)………………………………………………………………………………………….
El siguiente es un relato del libro Cuentos de Calleja, de Don Saturnino
Calleja, un español cuya editorial publicó un sin número de cuentos
infantiles
El cuento “VOLVER DE JAUJA” ayudará a comprender aspectos que
hacen a la ECONOMÍA.

VOLVER DE JAUJA
Juanito abrió los ojos, bostezo, se
incorporó en la cama y exclamó: aún falta para la hora del chocolate, así que
cerró nuevamente sus ojos y se volvió a dormir.

Juanito es un muchacho muy perezoso, hasta el extremo de que no


masticaría alimentos para evitar el trabajo.

Todos los días se levanta a las once de la mañana. Así sus padres le decían
que debía haber nacido en Jauja, ya que en Jauja no hay que molestarse para
nada, es un país maravilloso y cualquiera que se lo proponga llega a jauja.

El niño quedó pensativo y al otro día preguntó a unos transeúntes


por dónde se iba a Jauja, a lo que le respondieron que una cosa era
querer ir y otra llegar.
Toma la calle de Toledo abajo, sigue el camino de Carabanchel y allí
cerca tienes a Jauja.”
El muchacho echó a andar y cansado de caminar se recostó en una
cuneta a la orilla del camino y se durmió profundamente. Cuando
despertó, bien entrado el día, se encontró sobre una alfombra de
musgo que tenía debajo muelles como los colchones.
Se levantó pesadamente y al mirar a su alrededor se le presentó un
espectáculo extraordinario.
Unas casitas de un solo piso, blancas y con techo rojo, todas en fila
formando una especie de pueblo, con la plaza en el centro.

Por todos lados se veían acostadas por el suelo una multitud de personas.
Juanito se acercó a una de ellas, admirado de que estuvieran tan quietas y
estuviesen con los ojos abiertos y le pregunto: ¿me puede decir por donde voy
a Jauja?
En ella estás y se nota que eres recién llegado, aquí nadie se mueve de la
cama sino a las horas de comer y no siempre porque hay ocasiones en que la
comida viene sola a nuestra boca.
Mira las casas, son de turrón, el techo de caramelo, en fin ya me he
molestado bastante y estoy rendido y eso que soy el incansable.
Mire Ud, a mí en mi casa me llaman el perezoso, y me parece que soy más
diligente de todos ustedes. Así comenzó a recorrer las calles de la
población, para cerciorarse de que las casas eran de terrón, dio lametones en
las paredes, el suelo estaba realizado de pastelitos de hojaldre y el campo
cubierto de árboles de cabello de ángel.
Todo estaba preparado para que no costase comer, listo para llevar los
bocados a la boca.
Juanito siguió su excursión y llamó su atención el ruido de tambores y
cornetas y para su sorpresa provenían de un inmenso depósito de juguetes
que sería el delirio de cualquier niño.
Paseando se tropezó con una especie de bombo que estaba en el suelo, era
la panza de un habitante de Jauja que por no molestarse ni se quejó y siguió
durmiendo.
Así vio un montón de barrigas sobre la hierba, eran todos los habitantes de
Jauja, por ahí sonaba como un trueno y era algún Jaujense que explotaba de
gordo y el suelo se lo tragaba.
Así siguió Juanito admirando aquel maravilloso país hasta que cansado se
acercó al primer jaujense que vio con los ojos abiertos y le hizo varias
preguntas.
El interrogado lo miró y no le contestó hasta que Juanito le abrió la boca
entonces el jaujense habló así: gracias abierto boca, pegados tenía labios,
lengua paralizada.
Juanito debió limpiarle el azúcar que le tapaba la boca y nariz y siguió
hablando así.
- Aquí no nos movemos para nada, esta es la tierra de los holgazanes
pero es tanta la comodidad que no disfrutamos nada.
- Todo está a la mano y por no extenderla, nada alzamos.
- Cada uno elige el sitio para dejarse caer porque una vez en el suelo
no hay fuerza que nos levante.
- Hay un río que en vez de agua lleva jerez, champagne, vino y ahí
duermen los borrachos, pero no son felices, porque cuando se les pasa el
mareo no tienen fuerza para moverse y ahí siguen.
- Los golosos tienen la boca metida en estanques de arroz con leche,
dulces, y el empacho los mata estando condenados a comer todo.
- Los glotones con la boca abierta reciben comida sin cesar, quisieran
cerrar la boca pero no pueden y las víctimas de la gula preferirían la
abstinencia y darían cualquier cosa por no tener que comer.
- Los perezosos que no nos movemos ni para comer, diríamos algo por
que nos hicieran levantar, pero la pereza nos mata, perdemos el uso de los
miembros y engordamos al punto de estallar al año, quedándome 15 días de
vida.

Caramba dijo Juanito, si me acuesto estoy perdido.


Preguntó ¿dónde está aquí la iglesia para orar? ¿Cómo querés que
haya iglesia en la ciudad de los vicios?
Juanito miró al cielo y dijo: ¡DIOS MIO, VOLVEDME A CASA. QUE
ME RETEN MIS PADRES TODO LO QUE PUEDAN, QUE NO ME
DEN CHOCOLATE NI DULCES NI JUGUETES!!!
Al despertar, Juanito se encontró en su cama arrodillado y al oír al reloj
dar las 7 AM, dio un salto, se vistió rápidamente y apareció en el
comedor diciendo “no necesitaré que me despierten, seré bueno y
laborioso y si no lo fuese díganme ¡acuérdate de Jauja!”

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