El poder de una vida transformada

Jesús sana a un ciego de nacimiento.

Juan 9:8. Entonces los vecinos, y los que antes le habían visto decían: ¿no es este el
que se sentaba y mendigaba? Unos decían el es, y otros decían, a el se parece.
Introducción: hay tres cosas que quiero compartir con ustedes acerca del poder de
una vida transformada.
Una vida transformada es el mejor argumento para evangelizar.
No existe mayor argumento en favor del Evangelio que una vida transformada por
Jesús.
El hombre de nuestros días está cansado de oír teorías y filosofías huecas. Todo el
mundo habla, todo el mundo promete, pero el Evangelio va más allá de la simple
teoría. El Evangelio se hace vida, carne, experiencia, sale del romanticismo de la
filosofía barata y entra en la vida práctica.
En una vida transformada por Jesús; hay algo diferente.
La vida transformada del ciego perturbó a la sociedad de sus días. Había en él algo
diferente. Todos lo podían ver. No era tanto lo que él decía, era el hecho de haber
recuperado la visión.
Cualquiera puede contradecir nuestras palabras, pero nadie puede refutar nuestra
vida; Contra los hechos no hay argumentos.
Los vecinos que lo habían visto cuando era mendigo, ahora se preguntaban unos a
otros:
“¿No es éste el que se sentaba y mendigaba? Unos decían: El es; y otros: A él se
parece. El decía: Yo soy” (vers. 8-9).
El propósito de Dios en la vida de los creyentes, es, transformarlos.
A Dios le gusta grabar su evangelio en la vida del ser humano para que el mundo
pueda ver, que el evangelio si funciona.
Como lo hizo con el apóstol Pablo; enemigo del evangelio, pero cristo lo
transformó.
Conclusión: Para que podamos alcanzar a otros; Dios quiere
cambiar nuestra vida, quiere que seamos dóciles a su palabra, a su
presencia. Para eso el dio su vida para limpiarnos, perdonarnos y
transformar nuestra vida en una nueva criatura.