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Capitulo T La civilizacion mesopotdmica La Historia, o mejor seria decte fa inercia hist6rica, suete traicionar a la verdad hist6rica, Hace apenas algunos aitos, diffcilmente se hubiese po- dlido encontrar un texto que pusiera en duda que Egipto fue la cuna de Ja civilizacién. Sin embargo, la Biblia contaba la historia de manera Giertamente distinta A orionte, Yahvé planté el Jardin det Edén para poner en é! al Hom: bre que acababa de crear, Mas alld del Jardin, en el cual crectan toca cla- se dé drbotes hermosos ala vista y gustosos al paladae, se extendian las tierras de Evila, bafiadas por el rfo FisGn, abundantes en oro fino y aga '@5; la tierra de Cus, por la que dlscucrian las aguas del Guijény al este de Asiria, fectnas tierras eran agraciadas por las aguas del Tigeis y el Buftates. {Tiene raz6n entonces la Biblia? zEmpieza verdaderamente la Historia en el Pais de Sumer, en la region de la Baja Mesopotamia que se extlende entre el Tigris y el Eutrates, la Mesopotamia, puede decirse, or excelencia? Algunos historiadores asi lo han afirmado; entre las civilizaciones més antiguas conocidas en Ia actualidad, la del epais entre rics» —traduecion del toponimo griego Mesopotamia—~ no setia, en todo caso, la mas re- ciente. La cronologia es, de cualquier manera, discutible, ¥ poco im- Porta hacerla avanzar o retrasarla en un siglo para descubrir el transito, Aificil de ser acotado en términos absolutos, que discurre de la Protohis. toria a la Historia 1.08 inicios del III milenio sefialan, tanto para el Indo como para el Nilo y fas regiones del Proximo Oriente, la aparicion de la escritura. Con los actwales conocimientos, se hace imposible establecer una eronolo. ff minimamente asentada en bases fiables més alla de mediados det IIL milenio, tomandose, para los periodos mas recientes, hitos hist6ricos como el reinaco de Hammurabi que permitan ordenar, por relacion con tos mismos, el resto de tos acontecimientos. Desechaca, por consiguiente, a cronologia que atribufa el reinado de Hammurabi al paso det [If al Il milenio, la denominada «ronologia me. dias lo centta entre 1792 y 1750, y la «cotta», que utilizaremos aqui, en tre 1728 y 1686. las terras del Jardin del Bdén pronto perdieron todo rastro de su es plendor rea! o supuesto, Los monticulos que aizaban su silueta en la de- presion formada por el Tigris y el Eufrates permanecieron olvidados durante cerca de tres milenios 260 a2 tomo al clebl de Vaden, simbolo del Jardin del Ean en el Pass de Sumo 9 Acad 1 18) B¥y SET) [Ene portman, nombre de dicho pais fubepnede Epocs suineiatempeana once, Mesto Brténco. Ruinas y descubrimientos Hl naturalista francés, y luego arqueélogo, Paul Emile Botta sac6 a a tur a mediados del siglo X1x, un mundo hasta entonces apenas conocido ede los astios. Gracias al tesdn de Botta, y también al azar, las ruinas {cl palacio del rey Sargn Il en Jorsabad, con sus terrazas, esculturas, relieves y ceramicas pucieron, a fin, ser admiradas, Los cinco vole nes de Monument de Ninive découvert et décrit par Botta, mesuré et ldessiné par Flandin (1849-1850) conmovieron al mundo de la arqueo> fogia preclisica, asentacia hasta entonces a orillas del Nito [ia aventura del Préximo Oriente apenas acababa de empezar, Austen Henty Layard descubtio, por los mismos afos, las nuinas del palacio de Ninive (1645) y explor6 las del palacio de Assurnasicpal Hl, donde en! ontié ca Calach o Kalb (actual Nira) la biblioteca de Assurbanipal {el Sardandpato biolico) con mas de 26 000 tabiilas, cn las que se com Centraba too el saber de babilonies y asirios, y que pudieron ser leidas gracias a los trabajos del aleman G, F. Grotenfeld y del briténico HL G. Rawlinson. La rica y fastuosa Babilonia, la que, segén inscripcio res antiguas, posefa 53 templos dedicados a grandes dioses, 55 consa- giados al dios imperial Marduk, 300 a las deidades de fa tierra y 600 a las del cielo, empez6 a ser una realidad a medica que Robert Koldewey iba reseatando del subsueto 4o que habian sido murallas ce fa gran ciu- dad (1887-1917). 264 BI Pais de Sumer no tard6 mucho en mostrar sus secOnditos tesoros alasombrado mundo, Desde 1877, Emest Choquin de Sarzec dirigia as ‘exeavaciones de Tello, la antigua Laga8, ciudad en la que se hallaron Jas estatuas del principe Gudea Pero no sélo el Ambito asitio-babilbnico era objeto de Investigacion. [Al este de Mesopotamia los arquedlogos franceses daban a conocer la cultura de Elam, En Susa, su capital, fue precisamente donde se ball6 €l famoso e6digo de Hammurabi (1902). En Anatolia, otra oivitizacion absolutamente perdida, la de los hititas, fue dada a conocer por el ale ‘man Hugo Winckler, quien, en 1907, descubri6 en Bogazkoy miles de {ablillas con escritos cuneiformes en las que se narraban las hazafias de los soberanos hititas Tn nuestro siglo han continuado sistematicamente las excavaciones. Los nombres de Ugart, Mari, Nimrud, Nippur, Uruk, Persepolis han ido dibujando un nuevo mapa de los inicios de la historia de la Humanidad ‘Arquedlogos como Charles Leonard Woolley, Henri Frankfort y André Parrot se esforzaron para que el desorden de nuestra memoria hist6rica 33 cempiece a cobrar sentido. Pese a ello, el mundo mesopotémico apenas “El podio del rem ha comenzado a desvelar sus secretos, Las excavaciones que en 10s iti Palio Oo nos afos se llevan 2 cabo en Turangtepe, Abi Salabij, Ebla y Emar pro- 313, Aendpoll de Ela. fncten enfiquecer de manera decisiva nuestro conocimiento de las Tell Mardik, Siri. primeras culturas del Proximo Oriente 106 110 Prehistoria y Protohistoria La Prehistoria mesopotémica se remonta a etapas muy anteriores a 2300 a. J.C. En las regiones septentrionales (Alta Mesopotamia) se encuen: tran yacimientos desde el Palcolitico Inferior, y quiz la revolucién que supuso el Neolitico se inici6 en esa zona, tal Como se adivina en los res tos del asentamiento de Jarmo, Bn cualquier caso parece probado que Jos avances de Jarmo (c. 6500 a. J.C.) no fueron excepcionales, ya que, cen la cercana Palestina, ef asentamiento de Jericé (fines del VIC milenio) denota un gran conocimiento de la canstruccién (casas, templos, mura- lias), aparte de singulares costumbres, como guardar por separado los crincos y tratarlos a modo de esculturas (tecubrimiento con arcilla mol- deada y rellenado con yeso), realzando los ojos con incrustaciones de conchas. Seguir puntualmente la prehistoria de Mesopotamia conlleva clavanzar através de sus producciones cerdmicas. Asf,a las pobres vasi- 264 315 Deidad femenins con cabera de ofidin 9 un niko on brazas ‘Terracota (14 em). Ur. TV miler Bagdad, Museo de Iraq, su 4 Vata Cerdinica pincada TV milenios Jerusaléa, Museo de Irae, 316 bie Terracota (28,5 cm), usa L IV milenio, Dibyjo sobre el orginal. Pais, Louvre 317 Diase made, ‘Terrncots decorada (8 ex) ‘Tell Halal, VIV milenos. Paris, Louvre jas apenas decoradas con muescas y hendiduras, las sigue, yaaa fines det Neolitico, una ceramica cuya principal caracteristica es la decoracion pintada Dos centros productores destacan sobre los demés: el de Tell Halaf, en el alto curso del so Jabir, y el de Samarra, en la orilla izquierda del Tigris, én Iraq, La de Samarra, con seguridad la mas antigua, es una cerdmica en la que los motivos figurados (ciervos, cuerpos humanos) son fruto de una suma esencializacion de la forma, a cual, incluso cuan: do adquiere simples estructuras geométricas, crea un remoting dinémi co de figuras que giran en torno 2 un motivo central, La cecamica de Tell Halaf es mas estitica, con una total preponderan: cia de la serlaci6n de motivos, generalmente animalisticos (¢quidos, an. tilopes, aves) 0 de caracter simbélico (bueréneo, doble hacha). Mas que en la propia cerémica, el grado cultural alcanzado en Tell Halaf se mani: fiesta en pequefias figurillas que, a través de formas exageradamente abul tadas y, a la vez, esqueméticas, aluden a la figura fernenina, quizé a de la diosa-madre, 265 1m aut 33 is a6 320 La pujanza cultural de fa Alta Mesopotamia no tiene correspondencia ‘en la Baja Mesopotamia hasta los inicios del TV milenio. La zona panta rosa cercana al golfo Pérsico fue convestida en tierra fértl por gentes egadas del nordeste (Irn) que constituyeron asentamientos que, con 1 tiempo, se conyirtieron en grandes ciudades: Eridu, Ur, Uruk, lugares ‘en los que por primera vez se puede hablar de arquitectura de caracter sagrado. A mediados del 1V milenio, otzas gentes, de procedencia orien- tal probablemente, invadieron la Baja Mesopotamia; los autodenomina- dos «cabezas negras+, mds conocidos por el nombre de sumerios debido al lugar en el que se asentaron, el Pais de Sumer. Contemporineamente, el norte deséstico suftié Ia invasion de los pueblos semitas, que consti- tuyeton el nticleo del Pais de Acad. Este pertodo protohistorico se suele dividir en tres fases, que reciben el nombre de tes centr0s arqueol6gi cos: El Obeid, Uruk y Pemdet Nasr. La fase del tell colina) de El Obeid, en la que se usaba ya el metal, se caracteriza por un gran afan consteucti- vo (templos de Bridu y de Tepe Gawra) y por una definida voluntad de abstraccién en los motivos figurados de las piezas cerémicas (Tepe Gawra, Tello, Ugaér). Pero las artes tridimensionales no presentan un desarrollo similar la piedra no era utilizada regularmente, y s6lo el ba- ro servia parar modelar esbeltas, aunque igidas figurillas masculinas y femeninas, cuya cabeza humana ¢s sustituida generalimente por una off- dica. La fancion simbélica de estas imagenes, quiz referida a la ferti dad, se hace patente en la hiperdimensién que adquiere, por ejemplo, el sexo femenino, si bien bajo el aspecto formal no guardan ningin tipo de relacién con las ya citadas diosas-madre Las creaciones artisticas de la fase de El Obeid, especialmente las ce- ramicas, no son hitos culturales aislados; en el sur de Iran, la factoria de Susa no s6lo rivaliza con las de Gawra 0 Tello, sino que alcanz6 una ‘exquisitez. formal dificilmente superable, tal como se aprecia en las cu- biletes del llamado estilo $usa 1 Uruk y Yemder Nasr son dos importantes ciudades, sobre todo la pri- mera, cuyos circulos de irradiacién artistica son dificilmente separables. Ambas fases se caracterizan por un hecho fundamental: la utlizacion de 1a piedra tanto en arquitectura como en el campo de las artes plisticas y decorativas. No hay, ciertamente, una arquitectura de piedra en ese periodo, pero los basamentos de los edificios sagrados suelen ser de ca- liza. Las estructuras, por su parte, ya no se realizan casi exclusivamente enarcilla: una cabeza femenina ballada en Warka (Uruk) muestra como. se trabajaba ef mérmol, La quietud, la sensaci6n de rigidez expectante y el cardeter convencional que afloran en la dama de Warka se con vierte en algo mis vivo y contundente en fa configueacion de jacrones, vasijas y toda clase de recipientes rituales en tos que la naturaleza, espe- ciaimente los animales, acapara todo el interés iconografico. En tales fases no slo hay que destacar la utilizacién de la piedra, sino Ja introduccién de otras técnicas, procedimientos y estilos hasta enton- ces priicticamente desconocidos, como el denominado estilo de broca- do de los sellos cilindricos, en que la figuraci6n desaparece por completo ‘enaras de un dibujo exclisivamente ornamental; 0 la técnica de los mo: saicos (pequefias conos de terracota con base coloreada que se introdu- clan en la capa de barro ftimedo que recubria el niicleo de los pilates) que conferfa un gran cromatismo a algunos recintos arquitectOnicos. 266 a8 Gallo de sso decorado tan figura anane ‘Terns pina Hiscuna ¥ milenio, Dibujo tbre el orga Bagdad, Misco delay. 319 Cordon pintada Sumare V milenio, Dibyjo sobre el original Bagdad, Museo de Iraq 320 Le dama de Waren, Mlemol (21,5 em) Uruk, (BD” (3554, Principios It milenio. Bagdad, Museo de Iraq (En caractetes cuncifor el nombre de Uruk) 267 3at 323, 325 326 322 Pueblos y estados en la Historia Mesopotamia entra en la historia en ei paso del IV al IH milento. De esta época datan las primeras tabiillas de escritura pictogréfica, halladas en. Tell Abu Salaby, escritura que, a través de un desarrollo no muy lento, pasaré a ser Lineal para desembocar en un sistema de signas absolut mente abstractos. Estas tablillas no s6lo recogen, como se crefa hasta fecha reciente, transacciones comerciales inventarios de objetos y de animales, sino mitos, himnos, instrucciones pedagdgicas ¢ historia Sumerios y acadios A lo largo de un periodo que abarca casi 700 afios (¢. 3000-2340), el «pais entre dos trios» no existié como tal. En su suelo se alzaban numerosas ciudades-cstado independientes, bajo dominaciéa sumeria, que rivali- zaban entre si por alcanzar la hegemonfa. El centro de ellas era el ter- plo, erigido en honor de la divinidad local, pero que constituia el eje de la vida retigiosa, politica ¢ incluso econdmica. La maxima autoridad, ostentada inicialmente por la clase sacerdotal, pas6 a recaer en un «gran hombres (Jugal o patesi) que instituy dinastias de cardeter local, sin 268 a Tables com earacteres ‘Archives Reales, palacio G. Eble Mediados del I milenio Tall Mardi, Sicia Alepo, Musto Arqueolégico, 32 Soldado y portacandarte Delle del «Panel de mosaien del Fsandater ‘Concha de ndcar sobre bec, Mus. Primera ited del I] milenio’? Paris, Louvre dejar de aspirat al gobierno de las demds ciudades. En la ciudad de Kis, cl lugal Mesilim alcanzé por primera vez un poder civil segregado; alre: dedor de 2500, Mesannippadida hizo lo propio en la ciudad de Ur y, en Lagi, Uranse 0 Ur-Nina ipstituy6 la I dinastia, LagaS mantuvo ciesta he gemonia sobre las demas ciudades hasta que Lugalzaggizi de Umma, que Fecibi6 el titulo de «rey de los pafses», conquisté las ciudades de Lage’, Ur, Uruk, Larsa, Ki’ y Nippur, las mas importantes de la treintena que se levantaban en suelo mesopotimico. Esta época de dominaci6n sumeria, rica en manifestactones artisticas, quedé interrumpida cuando un funcionario de Acad de ascendencia mita, Sarrukin, se proclam6, tras apenas lucha, rey de Kis y, con el nom: bre de Sarg6n I («soberano justo»), invadi6 el territorio sumerio de Ia Baja Mesopotamia. A lo largo de su ceinado, que se inicié ¢, 2340 y que duré cerca de cincuenta afios, Sargon I consiguié dominar desde el Me- 269 diterréneo hasta el golfo Pérsico (srey de las cuatro regiones del mun do»), Su reinado supuso un primer intento de unificaci6n politica de Mesopotamia en un momento de gran interdependencia econdmica en- tue las diversas ciudades. Esta centralizacién motiv6, aparte de la crea cin de un gran aparato burocratico (los funcionarios eran conocidos ‘como «hijos de palacios), el nacimiento de una nueva consideracién del lugal o del rey, que se hizo adorar como rey-dios en vida, anteponiendo 2'su nombre el simbolo divino. Los sucesores de Sargon I conservaron con dificultad el Imperio Acadio, el cual lleg6 2 su maximo esplen dor con el reinado de su nieto Naram-Sin (2270-2230), cuyas hazafias fueron inmortalizadas en Ia famosa estela que lleva su nombre. Fl dominio acadio se resquebraj6 tras la muerte de este rey, «a quien el mundo esta ba sometidos. Siete reyes se sucedieron en cortos periodos caracteriza- dos por luchas dindsticas que facilitaron la invasi6n de los guti («dragones de las montafias»), pueblo procedente de Irn que atras6 las grandes ciu- dades del imperio, entre ellas Ur y Uruk, y que sembr6 de dolor todo el territorio acadio, tal como desgrana sui queja la diosa Ningal, esposa del dios lunar Nanna, Ningal, segin la version de H. Schmdkel, «llora amargamente dia y noche por el hundimiento de Ur, pues el viento y la ituvia pasan abora por su santuario derruido... La perdicién cayé sobre Ur en forma de torrienta, buracan, fuego, tinteblas y calor ar diente; los muertos se pudren en las muralias de ia ciudad; las puertas estén taponadas de caddveres... jOb dotor!, clama por su ciudad. Ob dolor, por su casa, en la que se apage el canto de su pueblo y a la que ya no llevan sus ofrendas ningtin pescador, ningtin péjaro...» El dominio de los guti duré casi una centuria(c. 2150-2050), hasta que Jos gobernadores de Uruk lograron expulsar a los invasores, si bien t2- Jes reyes fueron casi inmediatamente desbancados cn su hegemonta so- bre Sumer, Acad y Elam por el rey Us-Nammu, de la tercera dinastia de Ur. La anarqufa cteada por los guti fue ripiclamente superada por Ur- Nammu, quien dict6 una nueva ley que regulaba las relaciones juridi cas, econdmicas y sociales de Sumer y Acad. Ur Narnmu estableci6, con ello, un periodo de tranquilidad en el pais. En particular florecieron las relaciones comerciales, tanto las interiores como las exteriores, lo cual contribuy6.2 que el rey pudiese emprender la reconstrucci6n de los tem- plos destruidos bajo la dominacién de los guti Aunque Ur-Nammu domind las regiones y ciudades mesopotimicas, éstas gozaron de una cierta independencia, aprovechada por sus princ pes, si juzgamos por Gudea de LagaS, para procurar beneticios a sus sab- ditos y dar agrado a Jos dioses. EI lamento de Ja diosa Ningal se ha transformado en una absoluta confianza en el presente, que el propio Gudea pone en boca del dios Ningirsu cuando éste ordena Ja construc cin de un templo: «..Cuando, ob fiel pastor Gudea, bayas comenza do por mi el trabajo de Eninnu, mi real morada, baré venir del cielo un viento htimedo. Te traeré abundancia de lo alto y el pais extenderd sus manos sobre riquezas en tus dias. La prosperidad acompattard la colocacién de los cimientos de mi casa. Todos las grandes campos pro ducirdn para ti; los diques y canales crecerdn para ti. Donde el agua no suele crecer, subird hasta las tiervas altas para ti. Se verterd el acet te abundantemente en Sumer en tus dfas. Se dard lana en gran peso en tus dias...» 270 oat Etta de Nevin Sin fee) Ee Ea =k =m (Gazal; ey aplastando srenia) Gre Gm). Seti ene. Fa Lowe Sombre aa 33 Tablets com cavactres exer, ‘ntato de compra den esclavo por cuenta dtng Usumgal de Lage, vazallo de Nara Sin “Tello (Lagat), « 22702230 a, J.C Paris, Louvre La Mesopotamia semita Bn el paso del IN al IT milenio, los semitas occidentales (Ilimados tam. bién amorritas y cananeos orientales) inquietaron continuamente los do- minios de Ur, guyos reyes se vieron obligados a levantar una muralla fronteriza en el'Bufrates medio que no consiguié frenar a las tribus né- madas llegadas del Oeste. Fs una épqea de dos sigios de conts'Sn, en Ja que el sumerio se mantuvo Gnicamente como idioma ritual; en con. rapartida se intent6 asentar al maximo las instituciones tradicionales, como la divinidad del soberano, para quien se Jevantaban templos pro. ios y a quien en los cilindros-sello se le representaba en calidad de dios al que_acuden supticantes acompafiados de una divinidad protectora. Hbi-Sin (1979-1955) fue el Gitimo soberano de Ur y et Ultimo rey de Su ‘mer; 10s semitas lograron por fin apoderarse de Sumer y Acad, Mesopotamia volvié a fraccionarse en ciudades independientes gober adas por reyes semitas; el dolor y Ia lamentacién tornaban a empaiar los cénticos sumerios: «Se ba desencadenado la mala borrasca; et hu- racdn, para recorrer el tiempo y anular ta ley, derrib6 el viejo y justo orden de Sumer. jPasé la época de los buenos soberanos! Las ciudades del pais estén abora en ruinas y vacios los apriscos... La madre no cuida Jaa ningiin nino, el padre no lama de manera carinosa a la esposa, ni la amada se alegra en el pecho del marido... ;Oh Sumer, pais del miedo porque los hombres vacilan: el rey marché y sus hijos Uorant» La semitizacién de Mesopotamia era mis una superestructuta de po. der que de civitizacion. Los reyes de Isin y de Larsa, que alternativamente pretendian alcanzar en vano la hegemonia mesopotamica, deseaban con- Hnwar la tradicién de la Ill dinastia de Ur, € incluso algunos de ellos os- tentaron nombres sumerios. El dominio semita no alcanz6, en principio, 8 todas las regiones, y fuc en Asiria, con su capital, Assur, donde perdu. £6 mds vivamente la tradicion sumerio-acadia, incluso después de que la capital cayese bajo cl dominio semita ¢. 1850. El Primer Imperio Babildnico En el siglo xvin a, J.C, el poder asiio parecia flaquear. Un principe de EShunna, Natim-Sin, extendié sus dominios hasta tervitorig astio y £€ proclaré rey de Assur, Poco tiempo después, los conflictos interns po. sibilitaron que un principe de Tirqa, ciudad proxima a Mari, avanzara sobre Assur y se apoderase de buena parte de las regiones montanosas, dle parte de Mesopotamia y Siri, asi como de Mari, estableciendo ade, mas pactos de amistad y alianzas con otras ciudades, entre ellas Babilo fla, lugac junto al Eutrates de escasa ienportancia histGrica hasta entonces cn la evolucién de Mesopotamia C {4 voluntad hegeménica de este principe, Sam¥i-Adad, que se hacia llamar erey de todos», no era sin embargo aceptada por los principes de las demas ciudades, espectalmente por los de Lacsa y Babilonia, clu. Despues de Tiglatpileser, e! Imperio Asiriotovo que Suter targas épo- cas de agonta. El peligro aramco desde el Alto y Medio Bofrates Fue cons tante en ls primera centuria del nuevo milenio. Habrla que esperar 2 [Assurnasispal I (883-859) para que tos asiros, desce su nucva capital, 277 407 330 Calach, volviesen a ser los seftores de Mesopotamia, sometiendo a toda clase de vejaciones a los pueblos vencidlos. Las crénicas sefialan que em- palaban y degollaban a sus enemigos, extendian las picles humanas como esteras Celante de las puertas de las ciudades conquistadas, y que descuartizaban Jos cuerpos de las victimas sin ahorrarsc las ejecuciones en masa * Los sucesores de Assurnasirpal {1 Intentaron conservar Jos dominios asirios y Megaron a las puertas de la metropoli aramea, Damasco, que, sin embargo, no sucumbi6. También Babilonia resist al poderio asirio hasta su conquista por cl nieto de Assurnasirpal Ul, Sam8i-Adad V (824-810), que murié muy joven Su esposa, Semiramis, ascendi6 al trono asirio (810-805), no ocupado por ninguna otra mujer antes ni después de ella; su gobierno no fue en modo alguno de trémite, ya que, durante el mismo, se llevaron a cabo campaias de expansién hasta la India y Abisinia, y Se construyeron los, prtimeros «jardines colgantes» ‘Tras Semiramis, Asitia pareci6 atravesar un nuevo periodo de crisis, que se manifesté en la independencia cada vez mayor que fueron ad- quiriendo los gobernadores de las distintas regiones del Imperio. Tal es: tado de cosas no fue superado hasta lz legada al poder de Tiglatpile. ser III (745-727), quien cred un imperio universal y concentes en sus ‘manos el gobierno, extendiendo sus dominios a toda Mesopotamia, con- quistando el norte de Sirfa, Gaza y Damasco, y haciéndose entronizar en Babilonia Las reformas de Tiglatplleser, especialmente las tributarias, encontra ron una fuerte oposicién entre la clase sacerdotal; el hijo y sucesor del monarca fue asesinado, y entonces fue entronizado un nuevo Sargén (esoberano justo). 449 Durante el reinado de Sarg6n Hl (722-705), cl Imperio Asitio continud fortaleciendo y ampliando sus fronteras; combati6 a medos y egipcios, y Ja capital fuc trasladada al emplazamiento de la actual Jorsabad (Dar. Sarrukin o «castillo de Sargéne), cerca de Ninive. El rey levanté en ella una fastuosa residencia en cuyos muros se narraban las cruentas haza- fas de su constructor. A Sargén Il, rey apoyado principalmente por la aristocracia y por el clero, grupos a los que restituyé los privilegios que 381 ostentaban cn épocas pasada, le sucedi6 su hijo Senaquerib (705-681), 333 déspota muy interesado en el avance del conocimiento en todos los cam. pos humanos, Senaquerib trat6 de convertir Ninive en la capital del mun. do; para cllo alzé una gran muralla y fastuosas residencias con los mais Ficos y exoticos materiales, cred jardines y 2005, y abrié un canal de ands de 50 kun de largo para abastecer de agua a la ciudad, Si el afin cons- 387 wuctor de Senaquerib se revel6 grande no fue menor su voluntad des- tructiva, que se acrecent6 cuando sus tropas conquistaron Babitonia (689), La ciudad fue saqueada y devastada totalmente, y Senaquerib man- 6 abrir las compuertas det Eufrates para sepuitar bajo las aguas barrios enteros, EI Imperio Asirio alcanz6 a Ia saz6n sui maximo esplendor. Egipto cay6 en poder de tas gentes de Assur (675-671) durante el reinado del hijo de Senaquerib, Asarad6n o Assathadcion, conquista que fue conso- lidada por Assucbanipal (668-626), el rey impulsor de fa gran biblioteca de Ninive, que invadio Elam y destruyé Susa 278 an Prima de Serguei (mE KS em 2D. Descrpetn dea campatas site par voter Sir'y Canin, © 13.1. Jerusalém Maneo de nel Ena canorme, Londees, Mises Biche, 333 Enpalamienso de sldados enemigos, Relieve, Alsbastro yesoso. Detalle de la batalla de Lachi, Ninive, Palacio de Senaquerib, 701 a 1. Londres, Musto Britinico. Los sucesores de Assurbanipal no lograron dominar los levantamien- tos interinos ni hacer frente a las amenazas escitas, caldeas, medas y ba Dil6nicas. Los pueblos sojuzgados por Asiria se alizron contra ella aprovechando la debilidad del estado. Poco a poco fueron cayendo y se vieron arrasadas las principales ciudades (Babilonia, por el caldeo Na: bopolasar [626]; Assur, por el medo Ciaxares [614 Ninive, por medos yy babilonios {612}). Las m-~23.2as fueron atroces en venganza desplada da de los esclavizados durante siglos por Asiria, y el Imperio que legs fa dominar el Pais det Nilo qued6 absolutamente destruide. Doscientos alos después, Jenofonte, en su Andbasis, s6l0 hablaba de desiertos. 29 334, 335, 336 344, 348 Babilonia, centro del mundo A fines del siglo Vila. J.C., el Occidente asiitico estaba dividido en dos imperios que tendrian corta vida: el Meda, que se extendla por Anatolia ¢ lrén, y el Babil6nico-caldeo 0 NeobabilOnico, que comprendia las tierras de Asitia (excepto Ninive), Babilonia, Siria y Palestina. Bl imperio Babil6nico se afianz6 cuando Nabucodonosor Il (605-562), hijo de Na- bopolasar, venciéa los egipcios, que pretendtan las provincias occiden- tales asirias, y tomé Jerusalén (597), destrvida en 587. La Babtlonia destruida por Senaquerib, que Aseradén habia empezado a reconstruir, se conwirtié con Nabucodonosor en el centro del mundo; en ella se le. vantG la torre escalonada que ascendia hacia el ciclo (la Torre de Babel biblica), decenas de templos dedicados a los grandes dioses, la avenida de las procesiones con la puerta de IBtar, las residencias de los sobera- ‘os, los jardines con terrazas escalonadas, etc. La muerte cle Nabucodo- nosor, en $62, anunciaba, sin embargo, el final del lmpetio Babil6nico. Poco mis de veinte afios después, en 539, Ciro Il el Grande, rey de los persas y de los medas, conquisté toda Babilonia, que se convirtié en una provincia dei Imperio Aqueménida. Los persas se mostraron tole- antes con la poblacin ocupada —Ios hebreos cautivos en Babilonia pu- dieton regsesat a Palestina, y la propia Babilonia fue un importante centro Cultural del judaismo—, pero, durante el reinado de Jerjes 1 (485-464), Ja ciudad fue suqueada a rafz de la usurpaciéa del trono de Babilonia por SamaS-irba. La poblacién de Babilonia fue deportada y el templo de Marduk fue asolado. Tras la dercota de Dario INI por Alejandro Mag- ‘no en Gaugamela (351), éste entré en Babilonia y, después de su campa fia en la India, teat6 de que la ciudad recuperase su antiguo esplendor Alejandro falleci6 (323) en el antiguo palacio de Nabucodonosor, y, con sus descendientes, os seléucidas, Babilonia acentué su decadencia. Ast, 280 34 Led Bajourlieve Ladkillovidriado (1 m de ale. Via procesional Primera mitad dels. via. JC, Babilonia (F5¢] ~-F ESM GE) Berlin Oriental, Masco Nacional, (En caraceres cuneiformes, el nombre de a ciudad de Babilonia) 35, 36 ‘Mapamsendbabilrico. B Getiedo sobre pedea. & Enel elbgjoy se distinguca fl ema Salador con un ret, encima ura Sot edonde no sve el Sele; ene terion del Gio te renga is montadat, J, dea, el recingule hace releccacia Sablon, A ls derecha de Babllonis, fssur CATE PIN A) Fepresentada por un pequefo Cision fee" inferior aparecen sBicYakinn (esado arsmco préximo ST golfo Perio Y alos marile Tones, Museo Brito aunque Babilonia atin proporcioné altos administradores al Imperio persa en su etapa de florecimiento, los seléucidas introdujeron la len- ‘gua aramea, por lo que la escritura cuneiforme y el acadio se vieron apar- tados y olvidados como instrumento de cultura Tn adelante, las tierras de Mesopotamia se vieron sometidas 2 impe- ios exteriotes (partos y sasinidas, en la parte oriental; romanos y bizan tinos, en la occidental), hasta la conquista de todo el territorio por los Arabes (8. Vil d. J.C). 281 38 Arte, vida y poder pn Mesopotamia, el hombre queda reducido casi ala nada: «Para of po- Sreianntitm2 un reftén sumerto— es mejor morir que seguir con woe fiitene Dan, ie falta la sal, i tiene ta sal le falta ol pans Neng carne, Kefaliard el cordero, y si tiene et cordero, le fattard la carmen Bhi rae vay uO CL hombre no mira més allé det presente. No conte en vac eg heiOr después de la muerte, Tras la muerte estd el abelian {acio 0 la desesperacién. En ningsin caso, ni siquieca para el rey, hay ssperanza de un reencueniro con una sublimada felicidad latte mesopotdmico es, en consecuencia, un arte predicador yexal: {Gor de la vida. 1a lengua sumetia y ta acadia no poscen vocations que Te na agit 2 0 artistco ni, estriceamente, alo bello. Et concepto de har lto va asociado al de bueno (dug). Bs bello, y es bueno también, aquello Gee 6s agracable y goz0s0, al igual que lo opulento y desmesursdo dug, secioe arg, designa también, segin el contexto, el miembro vind yla react Y aCe" £08...» Lo bello, por tanto, parece estat fntimamerne relacionado con el placer y con la vida Pero las manifestaciones que pueden considerarse atisticas no estén, Gc una vida comunitariamente placentera, sino al servicio de Ih vida y de a ordenacidin del mundo pretendida por la claxe dominan- 282 a7 Genio aldo, Relieve (detille) Palacio de Assurnasipal I Galach (Nimrud), 882859 4 .C. a8 Buatrespicorando los ‘cadvves del enemigo. Bayorrelieve, Sosa VIII's J.C. Paris, Louvee, te. Blarte, desde las manifestaciones plisticas hasta las arquitectoni glorifica el poder, Io separa, sin trascendencia, del nivel de la tierra y 337 lo eleva hacia los cielos. BI rey es un ungido de Ios dioses; et arte es el medio mds apropiado para suplicar la protecci6n de éstos y para expre sar las deudas de agradecimiento El artista, sin embargo, es un hombre surgido de los estratos mas po- bres de la sociedad; su salario es menor que el de los braceros del cam po; su oficio, a menudo transmitido de padres a hijos, implica un tento aprendizaje, Por su parte, el aprendiz. no puede romper nunca Ia rela ciOn con su maestro, ni tan siquiera puede ser reclamado por sus pa res; es una especie de esclavo que, cuando alcanza el grado de oficial y sila suerte lo favorece, puede aspirar, como maximo reconocimiento de su fabor, a que el soberano lo libere del pago de impuestos. No es tarea facil seguir la evoluciéa de ese arte, dominado por el po: der. A lo largo de tres mil afios, la depresion mesopotémica fue lugar de paso y de asentamiento de numerosos pueblos que buscaban su for- tuna en las fértiles riberas del Tigris y el Eufrates, a pesar de que el Edén ya habia dejado de ser el Paraiso, Estas gentes fueron sumando sus co nocimientos, sus capacidades, sus visiones de la realidad a la primitiva cultura sumerio-acadia. Por ello, el arte mesopotémico puede concebis se como un tronco de 4rbol con numerosas ramas que se van extendiendo tanto geogrifica como temporalmente. No cabe duda de que cl arte su merio fue el que alcan26 un mayor poder de irradiaci6n; de él irian sur glendo esas ramas, algunas de las cuales, como la babilGnica y 12 asitia, Parecen desgajarse del tronco y crear su propia tradicién, 283 Capitulo IL La arquitectura El abrigo natural, y luego la casa, son los medios que posibilitan la exis- tencia del ser humano ¢ incluso permiten que los dioses habiten entre Jos hombres. La arquitectura podria definirse como el arte de construit casas: la casa de los hombres, de los mis modestos a los mis poderosos; Ia casa de los soberanos; la casa de los dioses; la casa de los muertos. Seguin la concepciGn de fa vida y de la realidad, cada civilizacién con- centra todo su potencial constructivo en uno 0 en mas de uno de esos ti- pos de moradas, aunque quiz’ la casa del hombre sea el modelo o a refe- rencla més inmediata para construir las restantes moradas. En la protohistoria mesopotémica, la vivienda del hombre, construt da con barro y cafias, sefiala ya lo que sera ia arquitectura de los perio- dos histéricos: una arquitectura pobre que adquiere el caricter de monumental a pesar de las carencias del pats; un pats en que la piedra y lz madera eran muy escasas. El barro fue el principal, y casi exclusivo, material de construccién; primero era mezclado con paja y a continuaci6n apisonado en terrones: de forma irregular secados al fuego que posteriormente adquirieron una estructura inicial de paralelepipedo (ladrillo). Haba dos maneras de tra- tur el ladritlo. La mas simple consistia en amasat el barro, disponerlo en moldes y secatlo al sol. Una vez obtenido ese adobe, podia ser cocido en un horno para que adquiriese mayor consistencia. Bn la €poca presargénida apareci6 en el Sur de Mesopotamia un tipo de ladtillo con una de sus caras convexas (ladtillo plano convexo) cuya funcionalidad parece dudosa, si bien se lo ha querido asociar a un cier {0 sentido religioso 0 simbélico. L. Woolley, extrafiado ante la utiliza "epe Gawra (nivel XIII), alcanzaba una de sus expresiones mAs monumentales en dos templos de Gruk: el templo D y el denomi ado templo blanco. El templo D (c. 3000) es el mayor de todos los st- merios conocidos; su perimetro rectangular (50 x 80 m) muestra una siquisima modulaci6n de los muros a través del juego escalonado de en- trantes y salientes, y su interior, de manera parecida a fo que seran mil ios después las plantas de las iglesias cristianas, se esteuctura segén una gran nave central y otra transversal en la que se abren la capilla principal y dos secundarias, lo que permitia rendir culto a una tiada, EI templo blanco de Uruk, consagrado al dios del cielo Anu, parte de una concepcién distinta. Ya no se trata del espacio que acoge libremen- te a los fieles, sino del espacio concebido como punto de unién con cl empirco. El santuatio, en sf, es de pequefias dimensiones en compa: racién con el del templo D (18,7 x 4,8 m); lo grandioso, en cambio, es la montaia artificial sobre la que se alza y a escalinata que permite alcanzar la cima. Esta tipologia (zigusat) del templo blanco de Uruk (lamado asf en raz6n de las paredes encaladas del santuario) alcanz6 la mayor dle Tas resonancias en fa historia mesopotimica, si bien no leg a convertirse en la construcci6n imprescindible de cualquier recinto sagrado hasta fines del 111 milenio. 359) Del periodo protodinastico destacan los templos de Mari, de Assur, 356 de Diyaia y de Hafafia, entre otros. Aunque en la mayoria de ellos se utiliza la planta rectangular, los templos de perimetro exterior oval son frecuentes en este perfodo (Hafaja). En ambos casos, no todas las de 357 pendencias del templo eran utilizadas para los rituales divinos. Los dio. Ses eran seres que podian intervenir en las cosas de los hombres, y eran también los poseedores de Ia tierra, de sus frutos y de sus riquezas, Los campesinos cultivaban las tierras de las divinidades y entregaban las co- sechas al templo. Los artesanos ofrecian también parte de su produc: cién a la casa de los dioses. Fl templo aseguraba los tiles peecisos, los animales de carga € incluso las semillas, Los gobernantes cran s6lo los ad. ministradores de los dones de las divinidades, de las raciones periédi cas y especiales que se repaitian a la comunidad. Este »socialisino (eo: cratico» convirti6 los recintos sagrados en verdaderos nticleos centrali zadores de la produccién y dle sus medios en toda una ciudad, y el recinto. del templo s¢ integr6 plenamente en cl entorno urbano sin apenas esci- si6n espacial El zigurat Esta tipologta del templo, aunque se mantuvo en algunos casos hasta cl milenio, sufti6 una lenta variaciGn que culminé en la conversion del zigurat en centro y maximo exponente de la arquitectusa sagrada. Dos fueron los presupuestos que propiciaron tal adopeion: la progresiva eli minacién del espacio interior de los templos, en aras de la valoraci6n de voltimenes macizos que ocupan espacio en lugar de crearlo, y el aban. dono de la concepcién del templo como almacén proveedor de toda Ja ciudad, lo cual Hlevaba aparejada la desapariciGn de Ia estructura teo- crética sumeria. Las raices tipoldgicas del zigurat se hallan en los tem: los construidos sobre plataformas o montafas artificiales, algunas veces con dos terrazas superpuestas, que aparecieron en Mesopotamia en cl 300 387 4 Escena ritual de Sit Sar Bronce (60cm) usa 5. Yara J.C, Paris, Lovee 358 acinar del sigue de Agwass (Duran) 57 ode al Planta condeada (69% 67,6 3) Ladsilococido y cfs. El acceso principal se leva» esbo mediante una Igtrales adja, Fpoes esti Suv a JC 301 339, 44 sot 360, 361 365 ae IV milenio. A fines del III milenio, sin embargo, el zigurat se convicti6 en ia parte fundamental del templo o en templo propiamente dicho, des: de este perfodo hasta la época del Imperio Neobabilbnico se conocen referencias de cerca de treinta y cinco torres-zigurat distribuidas en vein- tisiete ciudades, lo que indica que \una misma ciudad pudo poseer a ve- ces mis de vn zigurat Silas primeras noticias literarias'sobre este tipo de remplo daali de la epoca de Gudea, patesi que, entre otras construcciones, levant6 en honor de Ningirsu, dios de Ia ciudad de Laga’, el #-Pa o stemplo de las siete zonasm, las primeras construcciones que poscen plenamente el ca- racter de torre escalonada corresponden al fundador de la tercera di nastfa de Ur, UrNammu, en cuyo reinado se construyeron los zigurats de Ur, Eridis, El Obeid y Nippur, Bl zigurat de Ur, al igual que la mayo- ta de los restantes, dispone su planta rectangular (56 x 52 m) en senti- do aproximadamente diagonal en relacién a los puntos cardinales, Su masa de ladrillos crudos, ordenada en tres estructuras troncopiramida: les superpuestas en altura y coronadas por un templete, quedaba recu- bierta por un s6lido cascarén de ladrillos cocicios que ha posibititado la relativa buena conservaci6n del edificio hasta nuestros dias. En este edificio de barro, que alcanzaba algo mas de 21 m de altura, 1 impronta de monumentalidad no s6lo le era conferida por los ues cucrpos, ct con- junto de Jas terrazas y el templo que coronaba la estructura, sino tam- ign por las escaleras que permitian el acceso a las distintas zonas. En Ur, por primera ver en la Historia, la comunicaci6n entre los distintos niveles de una construccién lleg6 a'ser un elemento fundamental de mo- numentalidad. BI eje del templo estaba seflalado por una gran escalera central que se iniciaba muy por delante det cuerpo del zigurat y que, 4 la altura del primer nivel, se unfa con otras dios escaleras, totalmente simétricas, que comunicaban lateralmente el patio del templo con el men- cionado piso; este eje escalonado, que se prolongaba en 10s niveles su- periores para ise estrechando progresivamente, debfa poscer una asombrosa grandiosidad, En su larga historia, reflejada abundantemente en la glfptica y en los relieves, asf como en ia literatura, el zigurat presenta variaciones que se han intentado resumir en tres tipos bisicos: el rectangular, propio de las tierras meridionales, cuyo acceso est resuelto por medio de escale ras (Ur, Uruk, Nippun) el de planta cuadrada, més frecuente en el nor- te de Mesopotamia (Assur, Nimrud, Jorsabad), en el que las rampas de acceso sustituyen 2 las escaleras, y el denominado tipo combinado, en ‘el que se utilizan escaleras para acceder 2 los pisos inferiores y rampas para los superiores. A estos tres tipos, propuestos pot el arquestogo B, Unger, A. Parrot incorpora un cuarto, constituido por el santuario Sobre terraza alta como antecedente de la definitiva forma del zigurat. Babilonia oftecta el modelo mis perfecto y famoso del tipo combina do: Ia torre denominada Etemen-an-ki (scasa del fundamento del cielo. y de la tierra»), que frecuentemente ha sido asociada 2 la biblica torre de Babel, nombre que coincide con ia denominacién acadia de Babi- lonia, Bab ili (spuerta de dios»). De la torre de Babel o del Etemen-an-ki no queda en la actualidad absolutamente nada: el agua del Bufrates oct- pa el lugar de la torce construida con ladrillo y beta que, segin ol Ge: resis, causé la ira de Yahvé. Pero la torre no s6lo caus6 Ia ira de Yahvé 302 “ample lence de Uruk, seein Leyen Toe teveido de at Panta ecanguae (735223 1H milen | i 34 pitforne 22 plaaforaia 58 plataforma. Ree Fue destruida numerosas veces y otras tantas fue reconstrulda con ahinco, ae Spee de Us especialmente por Nabopolasar y Nabucodonosor Il, que revistieron et Ladle coda, templo superior con Jadrillos vidriados de color 22ul. A partis del siglo V 239 mde aes 2. J.C., su suerte decay6: Jerjes intent6 demolerla, Jo que consiguid en Fe Sree "> parte; Alejandro Magno wat6 de ceconsteuica sin llegar a buen fin en el ‘cmpefio, hasta que Jos arabes la tomaron por inusitada cantera de ladri- llos para sus propias edificaciones. Slo Ia sagacidad det arqueélogo Robert Koldewey, las deseripciones antiguas, y los datos que proporciona la denominada tablilla de Esargil, permiten hacerse una idea de lo que era el zigurat mas famoso de Meso- potamia, No hay duca de que la torre Etemen-an-ki poseia siete pi- Sos coronados por un templo (el primer piso, de perimetro cuadrado, de 90 m de lado y 33 m de alto, y el titimo, de planta rectangular, de 24 x 21 my 15m de alto), con una altura total de mis de 90 m, y cada ppiginas 308 y 305: uno de los pisos recubiesto de ladrillos vidriados de distinto color. La torre se alzaba sobre un amplisimo patio 0 temenos de mds de 400 m x Sep de lado, y era el pumto final de una majestuosa via sacra que atravesa-

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