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El ser humano ha tenido siempre el objetivo de conocer más allá de lo que existe de nuestro

planeta. Para poder investigar de forma presencial todo ello existen los cohetes espaciales. Se
trata de un dispositivo que se desplaza por el aire a gran velocidad y que se utiliza como arma de
manera principal. Sin embargo, también sirve para la exploración espacial.

Los principios de la cohetería tuvieron lugar hace más de 2000 años, aunque ha sido en los últimos
setenta años cuando se han utilizado estas máquinas para la exploración espacial. Hoy en día,
estas máquinas se emplean para llegar a otros planetas de nuestro sistema solar. Además, son
capaces de aterrizar e incluso volver solos a la Tierra.

Cohetería temprana

En el 400 antes de Cristo, Arquitas de Tarento, un filósofo y matemático griego, inventó la primera
máquina voladora autopropulsada de la antigüedad. Se trataba de una paloma de madera que
podía volar gracias al vapor de agua.

Sin embargo, los historiadores creen que los chinos fueron los primeros en desarrollar los cohetes
modernos en el siglo I después de Cristo. Estos se empleaban en festivales religiosos, por lo que
eran similares a los fuegos artificiales. Durante los siguientes años, los cohetes se utilizaron
principalmente como armas militares.

Impulsores de la cohetería

En la era moderna, destacan principalmente tres impulsores de los cohetes: Konstantin


Tsiolkovsky (1857-1935), Robert Goddard (1882-1945) y Hermann Oberth (1894-1989).
Desafortunadamente, solo uno de los tres vivió lo suficiente para ver la aplicación de los cohetes
en la exploración espacial.

Konstantin Tsiolkovsky, físico soviético, llegó a publicar más de 500 trabajos relacionados con los
viajes espaciales. Además, también desarrolló ‘la ecuación del cohete’, una ecuación matemática
que describe la relación entre la velocidad y la masa del cohete.

Por su parte, Robert Goddard fue un físico estadounidense a quien se le atribuye la creación del
primer cohete de combustible líquido. Fue lanzado con éxito el 16 de marzo de 1926. Asimismo,
llegó a desarrollar 214 patentes, entre las que destacan un cohete de varias etapas y el cohete de
combustible líquido.

Por otro lado, Hermann Oberth centró sus investigaciones en los cohetes de varias etapas y en
cómo usar un cohete para escapar de la Tierra. Su cohete V-2 fue utilizado por la Alemania nazi
durante la Segunda Guerra Mundial. Oberth vivió varias décadas después de que comenzara la
exploración espacial y vio cómo los cohetes llevaban a la gente hasta la luna.

Nave espacial nasa

iStock.

Cohetes en el espacio

Después de la Segunda Guerra Mundial, varios científicos alemanes emigraron tanto a la Unión
Soviética como a los Estados Unidos, ayudando a esos países en la carrera espacial de la década de
los sesenta. En esa batalla, ambos países compitieron por la conquista del espacio para demostrar
su superioridad tecnológica y militar.

Aunque los cohetes funcionaban bien dentro de la Tierra, descubrir cómo enviarlos fuera del
espacio resultó complicado. Sin embargo, con el tiempo lograron progresar y ambos países
enviaron sus primeros cohetes llenos de animales (perros y monos principalmente). Finalmente, el
cosmonauta ruso Yuri Gagarin fue el primer hombre en llegar al espacio en 1961, a bordo del
cohete Vostok-K. Tres semanas después, Alan Shepard, astronauta americano, realizó su primer
vuelo suborbital.

Hoy en día los cohetes se emplean para enviar naves espaciales más lejos de nuestro sistema
solar, llegando a decenas de lunas y planetas. Por esta razón, los astrónomos tienen imágenes de
todos los planetas y de numerosas lunas, cometas y asteroides. Además, gracias a los cohetes
avanzados la nave espacial Voyager pudo abandonar nuestro sistema solar y llegar hasta el espacio
interestelar.

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