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RENACIMIENTO Y HUMANISMO

A partir del siglo XIV, se produjo una crisis del pensamiento medieval y se fue desarrollando una
nueva mentalidad que, a través del Humanismo, daría paso al Renacimiento. El término
“renacimiento” fue adoptado orgullosamente a finales del siglo XV como expresión de la creencia
de ser un “nuevo nacimiento” de la cultura tras mil años de oscuro intermedio: la Edad Media.

Éste fue el auténtico arranque del mundo moderno y que llega hasta nuestros días. Fue un
proceso enérgico y muy creativo que tuvo su adecuado marco en las ricas ciudades italianas
donde, sin el poder de los monarcas absolutos y con un papel cada vez más secundario de lo
religioso, prosperó una economía burguesa y comercial. De esta forma apareció una cultura laica,
urbana y, en cierto modo, de “clase media”.

Por ello el Humanismo implica una ruptura, una crítica del pasado inmediato. Es la negación del
pasado medieval y la afirmación de algo distinto: ahora era el hombre la cabeza y la clave del
Universo por mandato divino. Para ello el Humanismo significó una revalorización de los estudios
clásicos que promovieron en la literatura los intelectuales italianos del siglo XIV, y que se fue
difundiendo por toda Europa.

Ahora el hombre está sujeto a una nueva perfección, y la vía que se le ofrece para realizarla no es
la fusión con Dios (tal como se planteaba en la Edad Media) sino la acción terrena, histórica. De
esta forma el trabajo substituye a la penitencia, el progreso a la gracia y la política a la religión.
AMÉRICA Y EL RENACIMIENTO

El espíritu renacentista impulsa a los hombres de los siglos XV y XVI a intentar y realizar la gran
aventura del descubrimiento, de la conquista y de la colonización, el nuevo mundo, con el
asombro que provoca, estimula a aquel espíritu y lo acompaña y penetra.

América, por su sola presencia y existencia, la exploración y conquista, con todo lo que significó de
aporte geográfico, histórico y étnico, ofrecieron a la cultura occidental nuevos campos donde
extender e irradiar su acción; motivos y acción que, a su vez, impregnan a esa cultura con matices
jamás conocidos.

En el campo de la ciencia, este proceso se revela claramente. Los viajes de la exploración y


conquista son posibles gracias a los conocimientos, nuevos unos, otros renovados, que el
Renacimiento posee sobre astronomía, náutica y cartografía.

Pero al mismo tiempo, el incremento científico europeo lleva ya el sello americano. Si al principio
no se hace ciencia en América, Europa hace ciencia con América.

Es en el campo de las ciencias naturales donde la cosecha es más abundante. El estudio de la


fauna, flora y gea que contienen los nuevos continentes y los nuevos mares; las posibilidades del
intercambio mutuo entre las especies indígenas de ambos mundos; las aplicaciones de especies
americanas a la farmacia y a la medicina; el perfeccionamiento de los métodos de los minerales en
las explotaciones americanas; son otros tantos progresos que la ciencia debe al nuevo mundo.

Colonización de América

La colonización europea del continente americano fue un proceso histórico de apropiación y


ocupación de los territorios ultramarinos recién “descubiertos” por Colón en el año 1492, por
parte de las grandes potencias europeas.
Los principales interesados en el reparto del llamado Nuevo Continente fueron el Imperio Español
y el Imperio Portugués, y posteriormente el Imperio Británico, Reino de Francia y los Países Bajos.
También existieron iniciativas mucho menores de parte de Alemania, Dinamarca, Suecia, Rusia,
Italia y Escocia.

Este proceso se inició a finales del siglo XV y culminó con las numerosas Guerras de Independencia
americanas del siglo XVIII que dieron origen a un conjunto de jóvenes repúblicas autónomas, cuyo
destino era convertirse en los actuales países americanos.

A grandes rasgos, la repartición del territorio americano entre las principales potencias europeas
se dio de la siguiente manera:

La colonia española. La primera y más extensa de todas, ocupó en su mayoría el territorio de la


actual Hispanoamérica, desde el Río de la Plata hasta los territorios mexicanos, incluyendo parte
del Caribe y de las Antillas. Este territorio se dividió en cuatro grandes virreinatos: el Virreinato de
la Nueva España, el Virreinato del Perú, el Virreinato de Nueva Granada y el Virreinato del Río de la
Plata.

La colonia portuguesa. Abarcó en su totalidad lo que hoy es Brasil, dividida en quince capitanías de
casi doscientos cincuenta kilómetros de ancho cada una, otorgadas vitalicia y hereditariamente a
nobles portugueses encargados de su explotación comercial. En 1549, sin embargo, el Rey designó
a un Gobernador General para toda la colonia.

La colonia británica. Mucho más dispersa en el origen de sus colonos, se afianzó en Norteamérica
en franca competencia con los franceses a través de trece primeras colonias, constituidas
mediante sucesivas oleadas de inmigrantes y sus esclavos negros entre los siglos XVII y XVIII. Luego
de vencer a Francia en la Guerra de los Siete Años (1756-1763), los ingleses asumieron el control
total del territorio del continente norteamericano. También tuvieron influencia en las Antillas y en
el Caribe.

La colonia francesa. Se instaló en la América del Norte, más específicamente en Quebec y otros
territorios de la actual Canadá, aunque también en importantes franjas costeras de lo que hoy es
Estados Unidos, amén de algunas islas de las Antillas. Muchas de estas colonias antillanas eran
mayoritariamente negras, a raíz del colosal movimiento de mano de obra esclava.

La colonia holandesa. Fue bastante menor en comparación con las anteriores, pero tuvo
importantes asentamientos en Norte América (la actual Nueva York fue inicialmente una Nueva
Ámsterdam holandesa), Brasil y las Antillas menores (Curazao). Sin embargo, la vida de sus
colonias fue más bien efímera.
DIVISION POLITICO-ADMINISTRATIVA DE AMERICA EN LA ACTUALIDAD

América se ubica en el hemisferio occidental casi por completo y tanto en el hemisferio norte
como en el hemisferio sur, tiene una superficie de 42 millones de km2 y una extensión de 15 mil
km de norte a sur. Esta gran extensión favorece el desarrollo de una gran diversidad climática y
ambiental, se encuentra completamente rodeada por océanos (Pacifico, Atlántico, Ártico) lo que la
separa totalmente del resto de los continentes.

Geograficamente se divide en 3 sectores bien diferenciados (America del Norte, America Central y
America del Sur) esta división se basa en las características naturales y ambientales del continente
como el clima, los biomas y el relieve.

Tambien puede dividirse teniendo en cuenta las características culturales de la sociedad, en este
caso se divide en 2 sectores: America Anglosajona (El área que fue colonizada por Inglaterra y
abarca Canada y Estados Unidos) y America Latina (El área colonizada por España y Portugal y
abarca desde Mexico hasta Argentina).

Se divide en 35 estados soberanos y 24 territorios que dependen de potencias europeas

AMERICA DEL NORTE (3 PAISES): Canadá, Estados Unidos y México

AMERICA CENTRAL (7 PAISES): Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y
Panamá.

AMERICA INSULAR (12 PAISES): Antigua y Barbuda, Trinidad y Tobago, Bahamas, Barbados, Cuba,
Dominica, San Vicente y Las Granadinas, Haití, Jamaica, Santa Lucia, San Cristóbal y Nieves y
Republica Dominicana.

AMERICA DEL SUR (12 PAISES): Colombia, Venezuela, Surinam, Guyana, Ecuador, Perú, Bolivia,
Paraguay, Brasil, Chile, Argentina y Uruguay.

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