Capitulo 2 El Poder Como Fenomeno Social - Derecho Politico Tomo Ii

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Seccién Segunda EL PODER COMO FENOMENO SOCIAL 5. Poder, politica y Estado; nfluencia y autoridad; 7. Poder, legalidad y legitimidad; 8. El titular legitimo del ejercicio del poder 6. Poder, fuerza, . PODER, POLITICA Y ESTADO En laseccién correspondiente del tomo I de esta obra el poder fue considerado como uno de los elementos o condiciones de exis- tencia del Estado. En esa oportunidad el poder fue analiza- do principalmente en su aspecto juridico- institucional. En el presente apartado-s que ello implique renunciar a la unidad conceptual- el enfoque se desplaza mas bien al estudio del fenémeno politico so- ciol6gico del poder. La palabra poder significa energia, capa- cidad, aptitud para mandar o cjecutar algo. Fllo implica necesariamente una relacion social. “Poder a solas no significa nada, porque la palabra poder no es un sustantivo, si un yerbo sustantivado que encierra, por lo tanto, no una idea sustantiva y completa, sino una idea de medio y relacién, No ‘se puede’ a secas, sino que se puede ‘algo’ Este algoes lo que delimita la competencia del poder” (Bidart). Para Max Weber “poder significa la pro- babilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relaci6n social, aun contra toda resistencia y cualquiera que sea el funda- mento de esa probabilidad”? Cuanto mayor sea esa probabilidad, mayor sera el poder. Esa probabilidad esta determinada por la capacidad de unir consecuencias daniosas 0 titiles a la conducta 0 comportamiento. La finalidad basica de los actos de poder es lade ditigir la conducta de otro hacia un objetivo predeterminado por el agente. "Ver en particular pags. 56 y ss. del tomo I 2 Economia y Sociedad, Editorial Fondo de Cultura Econémica, tomo 4, México, pag. 14. 25 El padre que ordenaa su hijo encerrarse ensu cuarto, el industrial que fija el precio de un producto, el sindicato que expulsa a un miembro de suagrupacién, el gobierno que decreta estado de emergencia, estan ¢jerciendo un poder. Un mimero variable de conductas ajenas esta siendo dirigido, a través de drdencs 0 mandatos que no siempre revisten formas imperativas, hacia finalidades descadas por la autoridad que las dicta, “Para que exista una relacion de poder debe darse un esquema bisico: un sujeto agente capaz de dirigir una conducta ajena y un sujeto pasive obligado a ajustar su conducta al mandato recibido”: Esta dualidadbasica que precisa el fendme- no del poder permite a Léon Duguit hacer la distincidn entre gobernantes y goberna- dos. Esta diferenciacién esti referida por el profesor francés s6lo al Estado y a los grupos de poder organizado, pero para que cobre efectiva validez ~como luego veremos-hay que darle un caracter mds genérico: no todo el poder dimana del Estado y los centros institucionalizados. Las relaciones entre poder politica resul- tan naturales y consecuentes si se recuerda que en gran medida la politica es, en su esencia, la actividad de quienes procuran obtener el poder, retenerlo o ejercitarlo cn vista a un fin, Como dice Grondona, esas actividades y propésitos constituyen el tema y el fundamento del “mundo”, del “Ambito” politico. En el mismo sentido puntualiza Fer- nandez Miranda, “una definicién cientifi- ca basada en la observacién y experiencia, * CARLOS MASTRORILLI, Ff Poder Politico, Editorial C. Pérez, Bs. Aires, 1969, pag. 15. JURIDICA ve cH omnicomprensiva de todos los fendémenos politicos y no sélo de alguno de sus factores o clementos, ha de basarse en el elemento constante de los hechos politicos: fendmenos sociales especificados por el poder”. Admite, no obstante, este autor, que no hay que caer en un enfoque unilateral: sin poder no hay posibilidad de una actividad politica; si bien la politica no se agota en el poder, éste es el elemento constante que la define." Larelaci6n entre poder y Estado resulta igualmente obvyia si se considera que aquél es uno de los elementos 0 condiciones de existencia del Estado. El Estado es el recinto del poder. Pero al margen de las caracteristicas es- tudiadas del poder estatal: soberana, global, juridica, existen en el Ambito territorial infinitas relaciones de mando y obediencia que no revisten caracter estatal. Cada perso- na es un “haz” de relaciones de poder; con respecto a algunas personas, serd el origen de una relacién de mando; con respecto a otras, debera obedecer. Dentro de todo grupo de la sociedad hay una serie de relaciones y fenémenos que hacen referencia al poder, en una multiple actividad que esta dirigida a la creacion, conquista, conservacién del mismo. Por consiguiente, seria un error restringir la actividad politica a la esfera del Estado. En todo grupo social organizado hay politica. El Estado no es la tnica sociedad donde los hombres se encuentran empefiados 0 comprometidos en relaciones de poder; la politica no se restringe o limita al Estado. Todo grupo social organizado desarrolla en su seno una actividad politica. En las multiples sociedades de distinta indole: clu- bes deportivos, asociaciones econdmicas 0 profesionales, sindicatos, Iglesias, etc., hay actividades caracterizadas por las tres notas del hecho politico: caracter colectivo de la conducta, finalismo y poder; es decir, en todas aquellas hay relaciones de poder y hay politica. (Ver Texto Complementario "1, Seccién Segunda.) * TORCUATO FERNANDEZ-MIRANDA, Fstadoy Const cién, Editorial Espasa-Calpe, Madrid, 1975, pig. 47. ADR roivonit JURIDICA ne cre 26 Manual de Derecho Politico Esto se ve claro incluso en las asociaciones mas alejadas de lo que vulgarmente sucle entenderse por actividad politica; tal es ¢] caso de un club deportivo, por ejemplo; un club de futbol. Aunque consideremos st finalidad como muy limitada: la compo. sicidn y preparacidn del equipo para obte. ner el titulo de campeon, hay en todo club una serie de actividades caracte} aquellas tres notas. El cardcter de tales actividades se pone de manifiesto en la disciplina del club, en su funcionamiento normal y de modo mas claro en situaciones excepcionales. Toda la serie de medios para lograr su objetivo, para “tener en forma” al equipo, descansa en una organizacién que usa medios de persuasién y presion: incentivos, primas, multas, suspen. siones, etc., en que se concretan relaciones de mandoy obediencia. Cuando el equipoya mal se producen tensiones en elseno del chub, que muchas veces terminan en la destitucién del entrenador, dimisién de la directiva, elec. cién de nueva junta, vetos y decisiones que ponen de relieve relaciones de poder en e] seno del grupo, que inciden en la estructura del mismo y en sus finalidades. Hay una vida colectiva en directa conexi6n con los objeti- vos sociales del club que suscitan en su seno relaciones de poder. Es decir, hay politica. Asi, a distinto nivel y claridad, en todo grupo social organizado. Pero cuando se habla de politica sin ninguna otra especificacién, el término esta referido a la actividad politica que se desarrolla en el Estado.> Como bien dice Bidart Campos: “Nin- gtin grupo humano puede articularse y mantenerse sin un poder, que es la acci6n dirigente y directiva de la comunidad en orden a la promocién de su fin. El Esta- do, como grupo social maximo y total, esté presidido también por un poder que es el poder politico. Esto quiere decir que en la multiplicidad de poderes que se desenvuel- ven en la sociedad —poderes econémicos, gremiales, religiosos, familiares, militares, etc.-, el poder politico o el poder del Estado es uno mas, bien que en el plano temporal 5 FERNANDEZ-MIRANDA, ob. cit., pig. [1 asume la presidencia, la coordinacién y la supremacia de todos los otros. El més alto, pero no debe ser el tinico. Su funcién no es de monopolio o de absorcién, sino de adunacién, de ayuntamiento y de confluen- cia. En definitiva, el poder estatal constituye el centro de la politica, y se define como la competencia o capacidad que tiene el Estado para cumplir su fin" 6. PODER, FUERZA, INFLUE AUTORIDAD Las voces poder, fuerza, influencia y au- toridad suelen utilizarse sin dificultad como sindnimos. Conceptualmente, sin embargo, existen marcadas diferencias. Ala pregunta Qué es cl poder? Lipson contesta; “es simplemente la fuerza, ala que se ha anadido consentimiento, Es cuestién debatida cudin grande ha de ser este consenti- miento. En verdad, la cantidad puede variar, lo que tendra consiguientes diferencias de gran importancia... Pero, por él momento basta con decir que el consentimiento mds la fuerza es igual al poder”? El hombre puede ejercer su “fuerza” sobre las cosas 0 sobre otros hombres. Cuando gjerce su fucrza sobre otros hombres y éstos la acatan en cuanto tales, en cuanto scres inteligentes y libres, ejercita “poder”. Si tomo a un hombre y lo obligo por fuerza fisica a hacer lo que deseo, no determino suactividad como hombre, sino como una cosa. No hay, en este caso, poder. Sélo hay poder cuando lo que determino es la vo- luntad de otro hombre. Cuando mando y éste, a su vez, obedece.® Decir que el poder obra por conviccién y no por coaccidn, no implica desconocer que la fuerza es un elemento tipico del poder, El poder'sin un minimo de fuerza esimpensable. Como dice Duverger, el poder del Estado “no reposa tinicamente en los soldados; pero no hay Estado sin soldados”, ° Bipart, ob. cit., pag. 325. 7 LESLIE LIPSON, Los Grandes Problemas de la Politica, Editorial Limusa, México, 1964, pag. 92. 5 MARIANO GRONDONA, ob. cit., pag. 10. Secei6n Segunda: Fl poder como fend 27 no social La coaccién material no tiene necesidad de estar continuamente en movimiento para ejercer una accién eficaz; basta que se sepa que puede enuar en acci6n: es una influencia a distancia, anota Hauriou. El poder es la posibilidad de emplear la fuerza, no su empleo real; la posibilidad de aplicar sanciones, no st aplicacién real, El poder es la posibilidad de introducir la fuerza en una situaci6n social; €s la representaciin de la fuerza. En efecto, el poder simboliza la fuerza que puede ser aplicada en cualquier situaci6n social y apoya laautoridad con que se aplica. El poder es la fuerza, si, pero con adicin del consentimiento; ¢s una fuerza que al ser consentida deja de ser fuerza para convertirse en poder, Creer que el poder es sélo fuerza es un. error, “Supdngase que todos los actos de la vida que se hacen obedeciendo hubiera que imponerlos por la fuerza. Seria imposible encontrar una organizacién semejante y tan colosal como para ser capaz de coaccionar a ‘todos’ los hombres a obedecer en ‘todos sus actos’. Harian falta mas guardias que ciudadanos, ya pesar de ello no se lograria la debida obediencia, 0 sea, la obediencia por coaccién, provocada por la fuerza, es de una extensién muy limitada. Mucho mas. extensa ¢s la obediencia por consentimiento libre, pero ésta se provoca no por la fuerza sino por el poder”? Friedrich, con criterio realista, considera que cl poder puede ejercerse tanto a través de la coercién como del consentimiento y que, lejos de ser exchuyentes, cada uno de ellos opera en la mayoria de las situaciont de poder segtin diversos grados y combinacio- nes, De ahi que la formula més gencral para el poder sea ésta: poder (p) igual coercion (cc) mas consentimiento (cs), pudiéndose considerar marginales las situaciones en que tanto (cc) como (cs) se aproximan a cero. El consentimiento y la coercién son dos fuerzas reales que generan el poder.!” Ahora bien, s6lo los grupos que tienen poder pueden amenavar con usar la fuerza, y la amenaza misma representa poder. ° CARRO, ob. cit., pag. 117. 10 ©, FRIEDRICH, El Hombre y el Gobierno, Editorial ‘Tecnos, Madrid, 1968, pag. 188, | iC i j En lo tocante a la fuerza fisica, como ya lo ramos en su oportunidad, st monopolio legitimo corresponde al poder estatal.!! Pero junto a ella existen otras formas primarias de coerci6n, de tanta o mas gravitacién que la fuerza fisica y cuyos detentadores reales no son siempre faciles de determinar: coercién econémica; coercién psiquica. De los tres elementos coercitivos cita dos, sin duda que el mas ambiguo es el timo: la manipulacién psiquica (piénsese en la propaganda) tiene la posibilidad de convertir en aparente poder consensual lo que no pasa de ser un constrefimiento puro y simple. Laexistencia de estos factores de poder=no siempre institucionalizados—deja de manifiesto Ja indigencia de los enfoques exclusivamente juridicos para comprender el funcionamiento de un sistema politico. (Ver Texto Comple- mentario N° 2, Seccién Segunda.) Asi como no debe confundirse poder y fuerza, tampoco es procedente identificar el poder con Ia influencia. La influencia es una forma de poder in- directo y sin estructurar. O bien, un tipo de poder “oculto”; una gran influencia puede ser muy secreta. Es mas, la influencia rara- mente se ejerce en forma de mandatos; sus formas caracteristicas son la persuasion, la sugestion e incluso la insinuacion. La influencia suele producirse cuando la conducta viene conformada por las pre- ferencias y a las preferencias de otra, sin que intervenga un mandato. La influencia difiere, pues, del poder formalizado, pero utiliza las mismas vias de operacion (medios fisicos, econdmicos, psi- quicos). El verbo latino “influere” indica esa condicion de “fluir en”. Las personas imagi- amos y prevemos las reacciones de aquellas otras que son afectadas por nuestras acciones y, en su virtud, alteramos nuestros primitives proyectos si no tenfan en cuenta las “conse- cuencias” reactivas de sus destinatarios. Los gobernantes mas autécratas dejan de reali- zar ciertos actos porque prevén la reaccién popular. En ese sentido, el pueblo tiene una cierta influencia sobre el autocrata. 1 Ver tomo I de este Manual, pigs. 72 y ss. ontat JURIDICA bec Manual de D 28 tio Politien E] problema mas serio que plantea ¢] ndudable de Ia influencia politica si bien son sus efectos harto visibles, P cisar con exactitud cuales hecho es qui no se puede pre han sido las causas eficientes de los mismos, es decir, en qué ha consistido exactamente Ja influenc ; Por definicidn, la influencia no es un poder formal, Su naturaleza es variada y ambigua, A menudo la influencia se ocutta yactua entremezclada con otras influencias y rodeando casi siempre el poder oficial 9 formalizado. Friedrich ~a quien seguimos de cerca en este parrafo~ explicita en estos términos la esfera de accion de la influencia “tiene un, radio muy amplio y sirve frecuentemente para ajustar una estructura institucionalizada de poder, un sistema de gobierno, a las rea- lidades de la situacién de poderio. Cuando surgen nucvas fuerzas, carentes de estructu- rao patrén formal, lo primero que hacen cs intentar influir en aquellos que ostentan cl poder formalizado. Esa influencia puede ejercerse a través de medios psiquicos, eco- nomicos ¢, incluso, fisicos, de coercién real o potencial, La concubina de un monarca, elsastre de un gran lord, el confesor de un politico, el secretario de un senador, todos ellosy muchos otros pueden tener influencia sobre personas concretas. Los individuos y los grupos pueden ser influides por un gran niimero de personas, estén organizadas o no: en toda asamblea legislativa algunos individuos son mas ‘influyentes’ que otros, los grupos de presi6n influyen sobre los gobiernos y sus departamentos dentro del marco democrati- co; un parlamento o sus comisiones pueden influir sobre los hombres que tienen asucar go la politica exterior del pais, etc. En todas estas situaciones la conducta de los influidos queda alterada por la de los que ¢jercen la influencia, y este hecho se produce de miilti- ples formas, como hemos dicho. Los medios psiquicos son, tal vez, los mas persuasivos. La fascinacion que emana de una personalidad poderosa, o la seduccién persuasiva de una persona de inteligencia superior, el encanto de un hombre o de una mujer adorables, son algunos de los medios psiquicos de influir sobre la conducta de los demas. Lo psiquico, Seccidn Segunda: El poder como fendmeno social con todo, queda casi totalmente limitado a los individuos, ya que los grupos de personas no tienen psique, excepto en aquellas oca- siones excepcionales en que se mueven por una inspiracion comin y sienten y actuan de unisono. Los medios mas caracteristicos de influencia grupal son los econdmicos, No s6lo los llamados grupos de presién, sino también las empresas particularcs, actian a través de medios influyentes aunque no son Jos tinicos: cuando un comité parlamentario influye en el departamento de politica exterior no emplea medios econémicos; en este acto, el que actia cs el poder politico residual que le corresponde. Los medios fisicos vienen claramente ilustrados por las relaciones inter- estatales, A menudo, la politica de un poder menor sc halla influida continuamente por Jas preferencias de un vecino mas poderoso, cuyo poder militar es razonablemente temible, o bien razonablemente apreciable de caraa la propia proteccion”.!” ‘Como se ha visto, por definicién, la in- fluencia no es un poder formal, Su naturaleza esvariada y ambigua. Lo tinico cierto es que ella surge siempre alrededor del poder. Con razon anota Gonzalez Casanova: “por mucho que se institucionalice la influencia (Camaras corporativas, constitucionalizacion de los par tidos, etc.) nunca podra el Derecho ‘influir’ del todo en su aéreo fluir invasor, a través de Jas instituciones y de las personas”! Finalmente, abe puntualizar que tam- poco aultoridad es lo mismo que poder. En clecto, segtin Mommsen, el término auto ritas tenia un sentido entre los romanos que derivaba del verbo augere, aumentar. La autorilas, en consecuencia, venia a “au- mentar”, a completar los simples actos de voluntad aiadiéndoles razones. El comple- mento raronable en que consistia la autoritas venfa elaborado por los mayores. Segtin D'Ors, mientras la autoridad es el saber socialmente reconocido, la potestad cs el poder socialmente reconocido. En cl vocabulario politico, los cénsules ‘an cl imperium; los gobernadores, ofi- © Ob. cit., pig. 224 1 J. A. GONZALEZ CASANOVA, Comunicaciin Hw mana y Comunidad Politica, Editorial Tecnos, Madrid, 1968, pig. 138. 29 ciales y funcionarios, la polestas, tinicamente el Senado tenia la autoritas, porque s6lo él hablaba en nombre de la res publica, juntoa los comicios populares. Se trataba de agregar sabiduria en la voluntad del pueblo, en lo que queria decidir. En nuestros dias, al margen del uso vulgar del término como sindnimo de poder, en los circulos especializados la vor autoridad contintia asociada con el “razonamiento”. Friedrich, por ejemplo, expresa: “no sélo rechazo el uso de la palabra “autoridad’ para designar cualquier tipo de poder, sino que al hablar de autoridad me reficro a que las comunicaciones de quien la tiene manifiesta una relaci6n muy particular con la razény el razonamiento, Esas comunicaciones, sean opiniones u érdenes, no se demuestran con el raciocinio, sino que tienen la polencialidad de la elaboracin razonada: son dignas de ser aceptadas”.!" “La autoridad aparece cuando Ia cap: cidad que tiene el poder politico de ganar cl asentimiento de los miembros de la co- munidad se basa en la capacidad para una claboraci6n ravonada... Cuando un poder pierde autoridad, es decir, cuando picrde Ia capacidad de razonar sus actos 0 no da rarones de ellos, entonces el poder se va haciendo cada vez. mas coercitivo y puede llegar hasta la pura violencia”. (Ver Texto Complementario N’ 3, Seccién Segunda.) En consecuencia, resulta claro que la nocién de autoridad esta estrechamente vinculada al poder legitimo. “En la me- dida en que los gobiernos respeten los derechos de los miembros de la comuni- dad y cumplan sus deberes especiticos, los individuos consienten en renunciar a algunas de sus capacidades de aecién en beneficio de las instituciones politicas. En otras palabras, le reconocen a éstas cl derecho de gobernar. La identificacién del poder y de derecho perdura micntras existe el consentimiento. Su desaparicién es signo de que ha fallado la legitimidad politica.” (Jean-Marc Coigaud, “Legitimidad Cart, FRIEDRICH, en volumen La Autoridad, Fditorial Roble, México, 1969, pag. 55. ts 2 CASANOVA, Ob. cit., paig. 139. ronal JURIDICA oc 8 y Politica’. Ver Texto Complementario N 4, Seccién Segunda.) 7. PODER, LEGALIDAD ¥ LEGITIMIDAD En relacién con el ejercicio que los go- bernantes hacen del poder estatal, se suscita controversia para fijar patrones de legalidad + legitimidad, La problemiatica es en extremo ardua para ser desarrollada en un curso propedéutico, taz6n por la cual aqui nos limitamosa enun- ciar algunos de sus aspectos clementales. Desde luego cabe puntualizar que para algunos autores la legalidad ha Hegado a ser la versién moderna de Ia legitimidad. “Hoy dia ~dice Max Weber- la forma mas corriente de legitimidad es la fe en la lega- lidad: la aceptacién de preceptos formal- mente correctos y establecidos conforme a procedimientos determinados”; ahadiendo que la caracteristica del mundo moderno es concebir la autoridad como autoridad legal: “El mando se ejerce no en nombre de una autoridad personal, sino en nombre de una norma impersonal, yasu vez el ejercicio del mando no es arbitrario, ilimitado, o gracia 0 privilegio, sino que consiste en obedecer a una norma”, De donde concluye que la “legitimidad racional” que él identifica con la legalidad, es el tinico tipo de legitimidad que sobrevive en el mundo moderno, en el que “todo” titular del poder de mando sta legitimado por un sistema de norms racionales, estando su poder legitimado en el mismo grado en que se ajusta, al ejercitarlo, a dichas normas. “La obediencia es, por tanto, someterse a normas y no a personas”.!* De acuerdo con esta concepcién, Kel sen puede sostener que “la validez de un ordenamiento dado est tinicamente de- terminada por cl orden a que sus normas pertenecen”. Cuando, como en el caso de una revoluci6n triunfante, “la totalidad del orden legal ha perdido su eficacia”, ello s6lo quiere decir que se ha establecido una nueva legitimidad: “el principio de legiti- " Ob. c fomo I, pag. 170, Manual de Derecho Polit ae politico — 1 ne midad esta condicionado por el prineig, de efectividad” . Haciéndose cargo dle estas arguments, ciones, se pregunta Passerin D’Entray “zqué clase de legitimacion es la que freq la legalidad? La legalidad es inherente a je nocidn de poder entendida como fuerza da acuerdo con la ley y en nombre de ella. Ne puede dudarse de que la ‘normalizacién' qe lafuerza es porsi misma un bien, un “valop" Efectivamente, la legalidad es un valor, perg importasubrayar que en el mismo momentg en que se empieza a hablar de un ‘valoy" asegurado por el Estado se abandona el ery. terio puramente formal que es el propio de laconsideraci6n juridica de aquél;ya que no nos preguntamos como se ejerce el poder, sino por qué. La discusién no girard yao ng girard sdlo-en torno ala estrecha correlaciin enwe la noci6n del poder y la existencia de laley sino acerca del objeto, del fin, ¥en ung palabra, del ‘contenido’ de la ley”! Legalidad y legitimidad se identifican ~agrega el mismo autor-s6lo en tanto la legalidad consista en una afirmacién de valores. Esto es, en cuanto se entienda la legalidad como actuacién no de una ley cualquicra, sino s6lo de la ley que asegu. re la tutela de ciertos valores establecidos (la vida, la libertad, la propiedad, 0, mas genéricamente, la dignidad del hombre), que son precisamente los que suministran el titulo justificativo, la legitimacién del cjercicio del poder del Estado. Reconociendo que no es facil trazar una distincién entre legitimidad y legalidad, Frie. drich también rechaza la identidad entre am- bos conceptos. “El egalismo es, ciertamente, una ideologia en si misma, justificadora del mando. Una forma especial de este tipo de legitimidad seria la creencia en que simple- mente un cierto grado de ‘imperio de la ley’ ¢s suficiente para legitimar a un gobierno, como algunos juristas han sostenido. Sin em- bargo, se han dado muchas situaciones en las que una legalidad perfecta de un gobierno dado no ha aportado legitimidad alguna, "HANS KELSEN, Teoria General del Derecho y del Estado, Editorial Textos Universitarios, México, 1969, pag. 126, *S La Nociéin det Estado, Editorial Centro de Estudios, Universitarios, Madrid, 1970, ps 7 Seccidn Segunda: El poder como fen como, por ejemplo, el de Luis XVI de Fran- cia en 1789. Las bases de la creencia habian desaparecido, la justificacin del mando, la creencia en ella por parte de los stibditos, se habia evaporado, A la inversa, en todas aquellas situaciones en donde el gobernante abusa del poder y viola la ley, la cuestion de legitimidad se perfila claramente distintaa la cuestién de su legalidad, Puede ocurrir que suacto se halla perfectamente legitimado, si se considera de acuerdo con alguna creencia generalmente compartida”."” En sintesis, para estos tiltimos autores, puede una forma politica ser “legal” y, sin embargo, no reconocerse su legitimidad yviceversa. Fste planteamiento tiende a esclarecerse si el concepto de legitimidad se entronca con el problema de la titularidad del ejer cicio del poder. 8. EL TITULAR LEGITIMO DEL EJERCICIO DEL PODER Recordamos, una vez mas, que conforme se explicara en el tomo I de este Manual, el poder politico global reside en el Estado y los gobernantes son sus meros agentes y detentadores, Por consiguiente, de acuerdo asta doctrina, la problematica se presenta solamente en relacién con Ia titularidad de su cjercicio. Determinar a quién o a quiénes les co- rresponde legitimamente ejercer el poder, equivale a contestar la pregunta: por qué un hombre debe tener el derecho de man- dary los demas el deber de obedecer? Ob- viamente, la respuesta no ha sido, ni lo es tampoco en el presente, univoca. Como expresa Duverger, no existe una legitimidad, sino varias legitimidades, segtin los grupos sociales, los paises, las €pocas. En Europa del siglo XVII, en la que la creen- cia social vigente consagraba la herencia dindstica, la aristocracia poseia una fuerte legitimidad. Hoy en Occidente la creencia socialmente vigente consagra el principio EL Hombre y el Gobierno, edicién citada, pag. 260. 31 neno social democratico; el poder debe estar en ma- nos de personas elegicas libremente por el conjunto de los miembros del pueblo: ka democracia es un principio de legitimidad. En los paises denominados “democracias populares”, la creencia socialmente vigente establece que el poder debe estar en manos del proletario, creando una forma distinta de legitimidad en funcidn del concepto de dictadura del proletariado. Debe concluirse entonces que la legitimi- dad —respecto al gobierno- tan solo se logra cuando existe una creencia comunitaria pre- dominante respectoa lo que es un gobierno justo. Sila comunidad se encuentra dividida de un modo fundamental sobre esta cuestion, entonces no hay legitimidad posible. Perosi bien no existe un concepto uni de legitimidad referido al titular del poder, no es menos cierto que todo gobierno leva consigo la conviccién de su legitimidad, 0, por lo menos, aspira a justificarse. (Ver Texto Complementario N’ 4, Seccién Segunda.) Ello se explica desde un doble punto de vista: la fundamentacién de la voluntad de poder que lo justifique en quien lo posee ante si mismo, y oa, la necesidad consciente 0 inconsciente sentida por los sometidos a ese poder de justificarse tal sometimiento. Pero hay mas, como sefiala Mendieta y Niifiez, aun cuando ello pueda considerarse una violacién del principio de la autodeter- minacidn de los pueblos: es un hecho que el gobernante no s6lo necesita el reconoci miento de sus gobernados, sino también el de los gobiernos de los otros paises con los que mantiene relaciones. Esto se ve con toda claridad cuando se instituye un gobierno de facto, pues desde luego su primer interés, aun antes de la legitimidad interna, es lograr el reconocimiento de todas las naciones del orbe para sostener su economia que se nutre, en parte, a veces en gran parte, del crédito y del comercio exterior y porque sabe que el reconocimiento internacional favorecera sus intentos de legitimacin nacional! 2» Instituciones Politicasy Derecho Constituciona Editorial Ariel, Barcelona, 1967, pag. 29. 21 LUCIO MENDIETAY NUNEZ, Sociologia del Poder, México, 1969, pag. 39. pironiat JURIDICA prc Las lineas precedentes discurren en tomno al problema que en el lenguaje de los clisicos correspondia a la Hamada “legiti nidad de origen”. Pero como bien sefalan los autores, en politica interesa legitimar el poder no tan sélo por su origen, sino que también por su cjercicio. Para ello se atiende al fin que cumple, a su uso y empleo. “Quien go- bierna resulta de menor importancia que cémo gobierna y para qué gobierna. Una sana politica no se conformara nunca con que las decisiones del poder scan tomadas por quien tiene competencia para adoptarlas, sino que exigira ademas el complemento indispensable de que el contenido de tales decisiones sea bueno, sea justo. En suma, siempre vuelve a la superficie la nocién elemental de que el ejercicio del poder se justifica por el fin; una orden no es justa s6lo porque formalmente emane de persona competente, sino que debe serlo también cn su materia, en su sustancia. Y si no los, puede ser desobedecida aunque provenga de autoridad investida en forma. No se pue- de afirmar que exista autoridad alguna que cemita actos vilidos aun sin tener raz6n. Es menester que quien tiene titulo para man- dar no mande nada contario a la justicia, nada que sea ilegitimo; en otros términos, la legitimidad de origen exige completarse con la legitimidad de ejercicio, que implica la obligacién de hacer lo que en justicia debe ser hecho. El ‘cémo” se emplea el poder adquiere asi supremacia indudable, tiniendo de moralidad y de justicia al poder, mientras, el formalismo, que sdlo se preocupa de k - Derecho Politico a gitimaral poder porel origen, se cong, con que la orden sea emiitida por quien el titulo para hacerlo” 22 ene En el planteamiento actual det te se distingue entre legitimidad y fectivians “Efectiviciad significa realizacion act ‘ tual; extensién en que el sistema satisface funciones basicas del gobierno tal coe’ me son vistas por la mayoria de la poblaci, por los grupos importantes. Legitimign mplica la capacidad del sistema para qt gendrar y mantener la creencia de que fe instituciones politicas existentes son jan més apropiadas para la sociedad, B] do de legitimidad de los sistemas polices contemporaneos depende de la medi en que hayan resuclto los problemas claves que historicamente dividian la sociedad. La efectividad es primariamente instrumental la legitimidad es primariamente valorativa, Los grupos miran un sistema politico como legitimo o ilegitimo segtin que sus valores coincidan 0 no con los del grupo”, En cierta medida el problema de legitimé: dad se convierte en uno de eficacia o efect. vidad. No es una cuestion valorativa, sino de resultados ylogros. Ello implica la evaporacién tiltima del viejo tpico de la legitimidad, ab. sorbido por cl de la efectividad 2 BiDaRr, ob. cit., pag. 326. Sobre ¢l particttlar ver SEYMOUR MARTIN Lip- SEL, EL Hombre Politica, Editorial Eudeba, Bs. Aires, 1968, piigs. 57 y ss., ¥ FRANCISCO MURILLO, Estudios de Sociologia Potitica, Editorial Tecnos, Madrid, 1963, pags. 230 y ss. TEXTOS COMPLEMENTARIOS. Seccion 1, Texto atinente a parrafo 5: Poder, politica y Estado GEORGES BURDEAU, Método de la ciencia politica Editorial Depalma, Buenos Aires, 196: pags. 203-204. El poder y los poderes Mientras que en el plano conceptual es tiniea la nocién de Poder, la realidad nos hace conocer URIDICA segunda Iaexistencia de una pluralidad de Poderes. Esto no implica invalidar lo que ya dijimos acerca del Poder, sélo significa que el concepto del Poder se exterioriza en una multiplicidad de figuras concretas Se observara ante todo que el fenémeno del Poder no es exclusivo de la sociedad politica. Toda agrupacién organizada en forma dura ble para la obtencién de un fin determinado, segrega -si se puede emplear el término- un Poder, aun cuando éste no haya sido constitu- cionalmente previsto. Por consiguiente, com? 32 Seceisn Segund la sociedad politica engloba gran variedad de agrupaciones, constituye en realidad una ver- dadera constelacién de Poderes Segiin la ambicidn del fin social, el ntimero de los adherentes, los medios de que disponen estos Poderes tanto serin estrellas de primera magnicud como modestos candiles euya luz no aleanza mis que a un circulo restringido. Tendremos asi Poderes religiosos, econémi- cos, sociales (en los sindicatos, por ejemplo, fo las agrupaciones profesionales) y también los Poderes en que se encarna la energia del ub de jugadores de bolos de Forcalquier 0 la concepcién del universo musical segtin el coro. mixto de Semuren-Brionnais. Lo que autoriza a incluir a todos estos Po- deres en una categoria tinica, a pesar de la disparidad de sus repercusiones y objetivos, cs que no pretenden, abiertamente al menos, regir la sociedad entera, O bien no buscan mis que el bien de algunos individuos, 0 bien si se dirigen a todos, es por medio de un interés o de un bien limitado, Esto rige aun para el Poder religioso, que al anexarse la vida sobrenatural no pretende regir todo lo tempora palabra, estos Poderes no son poderes politicos aun cuando las preocupaciones politicas no le sean totalmente extraiias. Para la estructura politica no es indiferente su existencia, pero no llega a afectar la situacion de quienes tienen la autoridad politica. No st- cede lo propio cuando se da una pluralidad de Poderes politicos. ‘Semejante eventualidad es perfectamente nor mal, dado lo que ya sabemos acerca de la natura. leva profunda del Poder. Puesto que sla energia de la representacidn del orden social deseable, nada se opone logicamente a que existan diversos Poderes cuando en el seno de la colectividad se cenfrentan varias de esas representaciones. Desde luego que todos esos Poderes no son de la misma ‘alidad, pues ésta se halla subordinada ala fuerza persuasiva, al dinamismo, ala riqueza de la idea de derecho de que proceden, Pero no hay duda de que se trata de Poderes,yla prueba estien que segtin sean los avares de la hucha politica llegaran a encarnarse en las personalidades que ejerzan cfectivamente la autoridad politica. Lo que ocurre, salvo en periodo de crisis, es que todos esos Poderes no se imponen al mismo tiempo, Uno es el dominante mientras, que los otres permanecen en potencia: es el que ha triunfado bajo la apariencia de un hombre ode una casta que realiza sus prerrogativas. El Poder adquiere la forma con que aparece en ia: El poder como fendmeno social 33 el campo de la historia: reviste los atributos, la fuerza y la debilidad humana de los jeles. 2. Texto atinente a parrafo 6: Poder, fuerza, influencia y autoridad TORCUATO FERNANDEZ MIRANDA Estado y Constitucién Editorial Espasa-Calpe, Madrid, 1975, pags. 5356. Factores de poder El poder nose confunde con la fuerza, segtin veiamos, pero la fuerza es uno de los factores. del poder. Fste usa de la fuerza y del temor ala misma; fuerza, coaccidn, coercidn, son elementos, del poder. A este respecto escribe Duverger: “El poderes, en parte, una fenomeno de fuerza, de coacci6n, y de cocrcién. Coaccién fisica primero: en una banda de chiquillos o de bandidos, el mis fuerte fisicamente se convierte a menudo en el jefe. La policta, el ejército, las prisiones, las torturas, todo este aparato del Estado no es. mas que la transposicién de la coaccidn fisica a un grado superior de organizacion”, Hay, en el parrafo citado, la constatacion de una realidad innegable, pero que induce @ confusi6n al manejar Factores heterogéncos. La policia, el ejército, la tortura no estin en la misma esfera. A este respecto creo que ilustrativo el siguiente texto de Ortega y Gasset: “Meditese un poco sobre la cantidad de fervores, de altisimas virtudes, de genialidad, de vital energia, que es preciso acumular para poner en pie un buen Ejército. Gamo negarse a ver en ello una de las creaciones mas maravillosas, de la espiritualidad humana? La fuerza de las armas no es fuerza bruta, sino fuerza espiritual Esta es la verdad palmaria, aunque res de uno u otro propagandista les impida recono- cerlo, La fuerza de las armas no es, ciertamente, fuerza de razén, pero la razén no circunscribe la espiritualidad. Més profunda que ésta, fluyen en. clespiritu otras potencias, y entre ellas las que actiian en la bélica operacion. Asi el influjo de lasarmas, bien analizado, manifiesta, como todo. lo espiritual, su cardcter predominantemente persuasivo. En rigor, no es la violencia material con que un Ejército aplasta en la batalla a su adversario lo que produce efectos historicos. Rara vez el pueblo vencido agota en el combate su posible resistencia. La victoria acttia, mas mente, ejemplarmente, poniendo de manifiesto la superior calidad del Ejéreito vencedor en el que, a su vez, aparece simboli- JURIDICA pecan Manual sada, significada, la superior calidad historica del puchlo que forjé ese Fjército™ ‘Alrablar de la fuerza es necesario distinguir toda su inmensa gama de manifestaciones; el temor a la fuerza ya no es pura fuerza; la orga: nizacion de la fuerza es una creacion humana que la trasciende. La fuerza juega papel decisive enl poder, sobre todo la fuerza organizada, en la que intervienen un sinfin de factores psico- Jogicos que contribuyen, de hecho, al aurnento y eficacia de la misma fuerza. Otro factor de poder esla coaccisn econémica, La dependencia econdmica pone en manos de oto lasituacion y condiciones de vida, engendra poder, puesto que quien tiene en sus manos la situacisn econémica de otro puede unir conse- cuencias itiles 0 dafiosas.asu comportamiento, yadquiere la capacidad de determinarlo. Este factor econémico de poder ha sido puesto de manifiesto, sobre todo, por la docurina marxi ta y los socidlogos de este signo. Hoy es ya un. lugar comtin el condicionamiento econdmico de la conducta. Lo que tiene decisive interés, enesta esfera, es el hecho de que la estructura econémica ¢s determinante y condicionante del poder politico. Aqui nos basta con subrayar cémo Ja coaccién econémica es uno de los factores del poder y como Hega a veces a ser una fuerza superior a la misma coaccién fisica, Como dice Duverger: “Aquel que puede privaraalguien de sus medios de vida, puede obtener facilmente su obediencia”. Las formas de poder econémico son multiples. Tiene también interés el hecho de que el poder econdmico y el politico no estén concentrados en las mismas manos, lo que planta tensiones que ponen de relieve el condiciona- miento econdinico del mismo poder. Existen otras formas de coaccién mas com- plejasy dificiles de describir. La mas importante de ellas es la presiin social. Esa difusa presion social que rodca a todo hombre en la socie- dad en que vive, que estd hecha del conjun- to de ideas, usos, costumbres, opiniones que forman cl ambiente social de su contorno y que le exige un determinado comportaniento, impositivamente exigido desde la presién social difusa. Como dice Duverger, son tradiciones y costumbres, transmitidas por la educaci6n y la vida social en general, y que pesan en el comportamiento, engendrando formas de po- der, La llamada tivania de la moda es expresion superficial, pero clara, de lo que es la presion social. Las creencias religiosas, los usos sociales, las convenciones, las vigencias ideoldgicas, las opiniones y pantas creadoras de habitud, son rian TL RIDICA or Derecho Politico - 34 otros tantos ingredientes de esa presién social que integra formas de poder. Owra forma de poder es la coacci6n porencua- dramiento colectivo. Es forma moderna nacida de la racionalizacién de la organizaci6n y de las técnicas de incorporacidn al grupo. Es el caso de cicrtos partidos politicos yse ve con nitida clari- dad en el partido comunista. Las caracteristicas del encuadramiento es, como sefiala Duverger, la distribucién de los miembros en grupos de ase muy reducidos y de gran cohesién interna; el relativo aislamiento de estos grupos de base entre si y su estrecha dependencia del centro de la organizacion, mereed al mecanismo de las “conexiones verticales”; el empleo sistemidtico de la delegacidn y el sistema del sufragio indirecto, la promocién de una clase de jefes, un grupo burocratico de mandos. Se constituye asi una fuerte armazén social coherente, que permite cencuadrar grandes masas y ejercer sobre ellas un fuerte poder. El poder por encuadramiento adquiere en nuestra época mayor fuerza en razon de la racionalizacién de estas técnicas sociales; pero ha existido siempre, como lo demuestra la organizacién del ejército o de determinadas Grdenes religiosas También hay que referirse a las técnicas de poder contenidas en la propaganda, Este es un factor esencial de poder, como forma de coaccién psicolégica que aspira ano ser percibida por quien Ja experimenta, lo que se ha llamado coaceién por anestesia. Hoy adquiere la propaganda una importancia mayor, al ponera su servicio téenicas psicoligicas refinadisimas; en algunos Estados tiende a transformarse en una de las fuentes fundamentales de poder. La propaganda es una clara forma de poder, en cuanto factor decisivo enla determinacién colectiva de la conducta, es una indudable fuente de obediencia. 3. Texto atinente a parrafo 6: Poder, fuerza, influencia y autoridad XIFRA HERAS Introduccién a la Ciencia Politica Editorial Credsa, Barcelona, 1965, pags. 115- 116. Poder y autoridad La motivacién ejemplar se centra en la idea de autoridad, consistente en la creencia generalizada en el derecho de mandar que Seecién Sey asiste a los gobernantes. Para tener autori« dad no es suficiente tener poder, sino que es preciso saber hacer creer que se tiene poder 0, como dice Jouvenel, tener habilidad para que los propésitos propios sean aceptados por Jos demas. Cierto -y en esto tienen razén los defenso- res del realismo politico que un Estado sin fuerza no seria tal Estado, Pero a esto hay que anadir—con los contractualistas— que la fuerza debe complementarse con el consentimiento. La coaccion, sin la convicci6n, corre el riesgo de degenerar en corrupcién. Mas atin, en las circunstancias de legitimidad democratica que vivimos, ¢l consentimiento tiene que ser racio- nal, pucs si adquiere una base pasional puede disolverse en la anarquia o en la rebeli6n. En cl concepto de autoridad se funden como afirma Fucyo- “los elementos mas valiosos de la integracién comunitaria”, por lo que, si bien la fuerza y el habito sostienen el poder, slo el crédito implicito en la autoridad puede aumentarlo. La autoridad es, pues, una dimensién del poder distinta de la fuerza. Es la vis directiva frente a la vis coactiva, el poder reconocido como legitimo frente a la imposicién coercitiva. Mientras la autoridad determina un comporta- miento voluntario (espontaneo 0 provocado), la coaccién determina un comportamiento impuesto Precisamente porque la idea de autoridad postula una integracidn entre el gobernante y cl pueblo, cuyo vinculo se refleja en el asenti- micnto de éste, ostenta una primacia entre las diversas modalidades del poder, como observara ya Rousseau cuando afirmé que “el mas fuerte no lo es nunca suficientemente paraser siempre el dueno, sino wansforma la fuerza en derecho yla obediencia en deber”. La autoridad adquiere asi una dimension juridica que trasciende la relaci6n actualentre el gobernante y los stibditos (autoridad en sen- tido sociolégico), para configurarse como una. relacién permanente prescrita por un sistema de normas que facultan para gobernar y obligan a obedecer (autoridad en sentido juridico). He aqui la doble dimensién de la autoridad: por un lado es poder reconocido como legitimo por los gobernados -o por parte de ellos cuya cficacia es proporcional al prestigio y cualida- des personales de su titular; por otro lado es poder formal cuyo ejercicio se halla regulado juridicamente, o sea, poder no sélo consentido, sino, ademas, institucionalizado. 35 unda: El poder como fenémeno social 4, Texto atinente a parrafo 7: Poder, legalidad y legitimidad JEAN-MARC COIGAUD Legitimidad y politica Presses Universitaires de France, Paris, 1997, traduccién HomoSapiens Ediciones, Santa Fe, 2000, pags. 25 a 2 Las normas 0 la sustancia de la legitimidad politica La legitimidad no puede prescindir de la consideracién de las normas, en la medida en que supone un entendimiento acerca de lo que debe ser la actividad de gobernar. Pues gober- nar es un acto de derecho a condicién de que aquellos que gobiernan yaquellos que obedecen se pongan de acuerdo sobre los valores que la politica quiere promover. Esto se deduce del andlisis de la relacin enwe los valores y el derecho, del vinculo existente entre los valores y la identidad de una sociedad, dada y de la relaci6n del poder politico y det aspecto normativo de los valores. Los valores constituyen la sustancia de los derechos. La existencia de un derecho supone un valor previo. Teniendo en cuenta que un valor, considerado de una manera general, dice lo que es preferible (Luhmann), seria, en efe to, contradictorio e incluso absurdo imponer el respeto de lo que no es deseable y erigirlo entonces como un valor. Esto conduciria, por ejemplo, a acordar el derecho al robo recono- ciendo al mismo tiempo que el robo es un acto condenable. Por cierto, no todos los valores engendran derechos, Para adquitir el estatuto de un derecho, aquellos deben ser absolutamente estimables y, por la misma raz6n, inalienables (Devorkin). El derecho se establece entonces en relacién con lo que es vivido como un bien y con respecto a este es un medio de oficializacion, proteccién y promocién. Los valores, al ser el fundamento de los derechos, le confieren sentido a la practica juridica. Su triple rol de oficializacién, protec- cidn y promocién expresa la jerarquia entre lo deseable y lo menos deseable. Es evidente que el ejercicio de la actividad juridica es posible solo en la medida en que los valores sean co- munes, es decir, reivindicados y reconocidos por un cierto ntimero de personas. El hecho de compartir valores permite contabilizar las acciones de los individuos, posibilitando de este modo el intercambio. También sus contenidos ‘onal JURIDICA Manmal de Derecho Politico esti ligados a esta comunidad de valores. Co- mumes ¥ sustanciales, son a la ver lo que facilita cl intercambio entre las personas y lo que se intereambia. El valor de la amistad, por ejemplo, eso que relaciona al mismo tiempo dos amigos yel bien que entre ambos se intercambia Sin embargo esta contabilidad no asegura necesariamente la cooperacién entre los ind viduos. En realidad es muy a menudo causa de conflictos. Asi, por ejemplo, la rivalidad es sindnimo de divergencia de intereses basados, en una misma escala de valores. O la busqueda, de beneficios que engendra tensiones entre los actores implicados porque en ella ven un bien deseable Para que los valores comunes produzcan ectivamente una relacion de cooperacién sin provocar una multiplieacién de los conflictos, es esencial que la determinacién de lo que es descable y que es tarea del derecho, no pierda amas de vista la regia de la reciprocidad. Cua ‘do esta sirve de referencia paradigmatica, los valores suscitan la obligacidn y no [a oposicién, constituyéndose en factores de integracién. De esto depende la preservacin de la sociabilidad encarnada en el grupo. Lainstauracion de una situacién de derecho presupone pues valores que Uenen en cuenta la dimensién publica, Pero esta condicién no implica que la sustancia de derechos y debe- res sea la misma para todas las sociedades. La forma del espacio piiblico varia segtin los tipos sociales y politicos. Aunque la cuestin de la reparticién de las riquezas, por ejemplo, sea una preocupacién inherente a cualquier grupo social, existen distintas maneras de proceder a la distribucién de los recursos. El anilisis de los términos de la relacién de reciprocidad debe pues tomar en consideracién el lazo que existe entre [a identidad de una sociedad y los valores que esta promueve. Laidentidad de un grupo o de una sociedad es lo que asegura su continuidad y cohesién. Aquella presenta una doble caracteristica: por un lado determina la manera en que la sociedad se distancia de su entorno natural; por otro, establece el modo de pertenencia de los indivi- duos a su sociedad, fijando al mismo tiempo las condiciones de su exclusién (Habermas). La identidad expresa los valores de una so- ciedad determinada y los individuos, en tanto miembros de la comunidad, extraen de ella sus idades propias. Pero estas cualidades no son tinicamente modos de ser, Se manifiestan asimismo en acciones que pueden adoptar for- JURIDICA pr enue 36, mas variadas, Esto es lo que permite deseribir Ia identidad de una sociedad como el conjunto de las acciones que los individuos se atribuyen reciprocamente en el seno del grupo y en dis- tintos niveles de su funcionamiento. Los valores se institucionalizan en el seno de lo que Talcott Parsons denomina sistemas de accion. Los individuos 0 asociaciones que componen la sociedad actiian en el marco de estos sistemas. Sin embargo, no todos los valores, y sistemas de accién conciernen a la organi- Zaci6n estructural del grupo. Solamente una minima fracci6n de la cultura y del sistema de accién de la sociedad global es verdaderamente decisiva para su identidad. Esta aparece ligada a valores esenciales ¢ instituciones de base que son objeto de un consenso indiscutible y poscen un tipo de validez fundacional. Es por eso que cada miembro de la comunidad, considerado: individualmente, percibira la destrucci6n 0 vio- lacién de esos conjuntos de valores como una amenava a su propia identidad. Fs en relacién con estos conjuntos que se constituye tanto la personalidad individual como la unidad del grupo, siendo asi posible distin- guir diferentes formas de identidad colectiva, (Origen y horizonte de la vida colectiva cumplen la funcién de normas fundamentales. De un modo general, las normas son ante todo criterios cle interpretacidn que sirven como, elementos de apreciacién y evaluacion de la realidad, y como guiasde accién (Raz). En este sentido todos los valores poseen una dimensién normativa. Desde el momento en que a uno de ellos se le atribuye un comportamiento 0 un objeto, se vuelve, para aquellos, que a el adhie- ren, un modelo de evaluaci6n en funcin del cual conviene actuar. Existe, sin embargo, una jerarquia entre los valores, segiin pongan mds ‘0 menos en juego el funcionamiento global de una sociedad, Los valores mais universales son cvidentemente aquellos que expresan con ma- yor fuerza la identidad del grupo. Cumpliendo la funcién de normas fundamentales, de ellos derivan, simbélica 0 pricticamente, en forma directa 0 no, las demas normas que se practican en el seno de la sociedad. Las relaciones de reciprocidad que existen entre los individuos en los diversos sectores de actividad de la comunidad aparecen, en efecto, vinculados con los principios que le confieren su especificidad. A fin de que la identidad del grupo se preserve, los valores que presiden las actividades sectoriales no deben entrar en con- tradiccién con esos principios. Esta exigencia explica el peyo de las instituciones politicas y dacuentaa lavez de la posibilidad del derecho. de gobernar y del poder politico como poder normativo. La funcidn politica de coordinacién y direc: ciénde a sociedad es legitima tan solo cuando expresa su identidad. Pero la legitimidad del poder permanece indisociable de la difusi de los valores del grupo al conjunto de sus sis temas de accion. De la realizacidn de esta warea de difusion dependen el derecho de gobernar yelcaricter normative del poder politico. Las instrucciones de este Ultimo obligan a los indi- siduos solo en caso de responder a la identidad comunitaria. Para contribuir ala oficializacién, proteceién ypromocién de valores que son esenciales a la sociedad, es decir, a su institucionalizacién en. calidad de normas legales, el poder politico di pone de dos tipos de instituciones: aquellas que Crean las leyes como los parlamentos y asambleas constitucionales y aquellas que aplican y hace respetar dichas leyes, como los tribunales y la policia (Raz). Es la homogeneidad entre las normas sociales y politicas la que engendra una continwidad entre los valores de la sociedad y las leyes. Asi es como estos tiltimos no solo son respetados sino también deseados. En otros términos, la legitimidad tiene la funcion de responder a la necesidad de inte- gracién social que caracteriza ala identidad de una sociedad, Se trata de mostrar cémo y por qué las instituciones, existentes 0 propuestas, poscen la capacidad de organizar el poder poli- tico de modo tal que los valores constitutivos de la identidad social estructuren efectivamente la realidad. Alcanzar este objetivo de legitimidad presupone evidentemente un éxito empirico: la realidad conereta de la vida de una comunidad debe corresponder, en proporciones cretbles, los principios fundacionales enunciados. Pero, este objetivo no se obtiene independientemente de la fuerza justificativa contenida en las normas. En tanto las instituciones politicas aparecen como garantes de la desintegracién social mediante las disposiciones de cardcter obligatorio que de cllas emanan, el ejercicio del poder tiene por corolario el imperative de mantener la identidad social. Este es un criterio para poder apreciar la legitimidad del poder politico. Esevidente que el consentimiento no basta para engendrar el derecho de gobernar: Se deben tener en cuenta los valores que aseguran el rol de las normas fundamentales. Estableciendo el contenido de derechos y deberes ya partir de la mn Seccisn Segunda: El poder como fensmeno social 37 identidad social, estos incitan a los individuos ala accion y al acuerdo. Los valores represcntan pues una marca de la legitimidad politica, permitiendo compren- der el lugar que le corresponde a la ley en lat fundamentacion del derecho de gobernar. ‘Texto atinente a parrafo 8: El titular legitimo del ejercicio del poder MAURICE DUVERGER Instituciones politicas y Derecho Constitucional Editorial Ariel, Barcelona, 1967, pags. 11-12. Las ideologias de la legitimidad Pero si la existencia de un poder al cual se debe obedicncia parece tan normal, cada sociedad se forma ideas particulares sobre la- naturaleza y las modalidades del poder y la obediencia. Tiende a definir un poder “leg timo” que rechaza a los otros como ilegitimos, y no son, por tanto, verdaderos poderes, sino solamente “poderios” apoyados en la coaccién. Lanocién de legitimidad es, pues, uno de los, elementos fundamentales del poder. La legiti- midad no ¢s mas que un sistema de creencias. No existe poder legitimo en si, sino solamente los poderes que s¢ consideran legitimos. Se puede definir la legitimidad como la cualidad que presenta un poder de ser conforme a la imagen del poder que se considera valida e: la sociedad considerada. Para aquellos qu creen que el poder ha de ser ejercide por un monarca de linaje real, el poder es legitimo si se halla en manos del descendiente de los reyes precedentes. Para aquellos que creen que el poder debe reposar en la eleccin popular, los gobernantes son legitimos si emanan de elecciones libres. Las idcologias relativas a la legitimidad re- flejan mas 0 menos los intereses de aquellos que las desarrollan y que creen ellas. Dados los, conilictos de intereses en una misma sociedad, estas ideologias son normalmente diferentes. Diversos sistemas de legitimidad se oponen y, por tanto, ningiin gobierno puede ser considerado como legitimo por todo el mundo. El poder es legitimo a los ojos de una parte de la poblacion, (ia que eree en la ideologia en que se basa) ¢ ilegitimo a los ojos de las otras partes de la poblacion. Asi, en el siglo XIX, se oponian en Europa occidental la legitimidad monarquica y la legitimidad demoeratica; actualmente en RIDICA q 3 Manual de Derecho Politico hacer compartir, al menos en parte, su concep cion de Ia Jegitimidad a las clases que dominan, El concepto de derecho tiene un importante papel a este respecto. Francia y en Talia se oponen la legitimidad libe- raly la legitimidad comunista, etc. No obstante, estas situaciones son relativamente raras, porque Jas clases dominantes consiguen generalmente RIDICA vr cH 38

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