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Cómo ser un pensador positivo

Parece que algunos son por naturaleza pensadores positivos, en tanto


que otros aprenden a serlo mediante rudo esfuerzo.

A mí me parece que tiene mucho de verdad es la teoría de que todos


nacemos como pensadores positivos; por lo que menos yo no recuerdo
haber visto nunca un bebé negativo; como no sea tal vez alguno que
esté muy enfermo.

En cambio, así nacen algunos, o tal vez muchos, en familias negativas,


y cómo los niños son muy sensibles a la atmósfera que lo rodea como
adquieren y absorben las características mentales y emocionales
dominantes de la familia. Por consiguiente, si el Ambiente familiar es de
negativo cómo los niños se vuelven inconscientemente negativos en sus
procesos de pensamiento.

Así, pues, quiero recalcar este hecho básico: usted puede cambiar su
pensamiento negativo por pensamiento positivo y gozar de las
bendiciones que esa conversión trae punto esto es posible aun cuando
durante mucho tiempo y de manera muy completa haya sido usted
pensador negativo.

La máxima prioridad para convertirse en una persona positiva es la


voluntad. Es necesario que usted quiera ser una persona positiva con
tanta vehemencia qué se resuelva a empezar mediatamente el proceso
de cambiar su modo de ser punto y yo le puedo asegurar que, si cree
que puede cambiar de negativo a positivo, cambiará.
Cuando se esforzaba por creer, estaba ya en el proceso de volverse
positivo. Desde el momento en que hizo el esfuerzo, entro en el flujo
poderoso del pensamiento nuevo y dinámico.

Ciertamente, el pensamiento positivo no es, Como lo afirman algunos


negativistas, concepto ingenuo o sensiblero, ni es tampoco una filosofía
fácil y alejada de la realidad.

El pensamiento positivo es todo lo contrario del pensamiento negativo.


El negativista es un descreído Mientras que el positivista es un creyente;
el uno está lleno de dudas sobre sí mismo como el otro lleno de
confianza en sí mismo. El uno se da por vencido cuando se encuentra
con una dificultad; el otro se pone a la altura de las circunstancias
cuando las cosas marchan mal el pensador negativo con su
desesperanza cierra el flujo de la potencia creadora. El pensador
positivo como apoyándose en la fe en Dios y en sí mismo, abre del todos
los canales por donde fluye la potencia y la creatividad que producen
resultados sorprendentes.

El pensamiento positivo incluye la imagen positiva.

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