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El Deseo y La Capacidad de Morir: Editar
El Deseo y La Capacidad de Morir: Editar
En este
sentido, la persona es capaz de percibirlo. Esta muerte psicológica causa con frecuencia
ansiedad y depresión en las personas. La muerte psicológica aceptada permite que la persona
pueda adaptarse, con los recursos que le quedan, a su entorno. 19
El miedo a la muerte[editar]
El miedo a la muerte o tanatofobia se debe a dos hechos que ocurren dentro de
nuestro inconsciente:
En primer lugar, la muerte nunca es posible con respecto a nosotros mismos; es decir, la
causa de la muerte es externa, en este sentido, se le atribuye un carácter maligno; la
muerte es mala y se encuentra en el ambiente, no en nosotros mismos. Siguiendo esto,
para nuestro inconsciente es inconcebible morir por alguna causa natural o vejez.
En segundo lugar, la persona no es capaz de distinguir entre un deseo y la realización de
este (un hecho); esto justifica la muerte sobre la base de la culpa, donde el deseo y la
realidad generan un conflicto. Así, la persona se considera responsable de la muerte del
otro en el sentido de que el deseo de matarlo y el hecho de la muerte genera culpabilidad.
Asimismo, el proceso del dolor siempre lleva consigo ciertas dosis de ira. En este sentido, se
depositan en la persona muerta dos sentimientos diferenciados: el amor que se tiene y ha
tenido por esta a lo largo de su vida, y el odio generado por la sensación de abandono que
genera la pérdida de este ser querido. El miedo a la muerte surge como una negación hacia la
existencia de esta.2021 Otro aspecto que pudiese alimentar el miedo a la muerte es el
desconocimiento, entre los vivos, y la incertidumbre, sobre si el espíritu tendrá vida después
de la muerte física o no, y como sería tal vida.
El punto de vista de la persona atea es diferente. Así, en palabras del filósofo y físico Mario
Bunge:
La muerte no es un misterio para quien sepa algo de biología. La muerte no asusta a un ateo, porque
sabe que nada podrá ocurrirle después de muerto. Lo único que podrá asustarle es una muerte lenta y
dolorosa, pero la muerte asistida nos libera de este temor.
Mario Bunge22
La concepción de la muerte como fin o como tránsito, su creencia en una vida después de la
muerte, en el Juicio Final, actúan como condicionantes para la actuación de los individuos en
un sentido u otro. La idea de inmortalidad y la creencia en el Más allá aparecen de una forma
u otra en prácticamente todas las sociedades y momentos históricos. Usualmente se deja al
arbitrio de los individuos, en el marco de los conceptos dados por su sociedad, la decisión de
creer o no creer y en qué creer exactamente. La esperanza de vida en el entorno social
determina la presencia de la muerte en la vida de los individuos, y su relación con ella. Su
presencia en el arte es constante, siendo uno de los elementos dramáticos a los que más se
recurre tanto en el teatro, como en el cine o en novelas y relatos.
Mas lo característico de la experiencia humana de la muerte es que en todos los casos desemboca no
sólo en la comprensión del hecho de que hay muertes, sino del hecho de que la muerte es algo
indisolublemente ligado a la existencia. La experiencia de la muerte, en sus diversas formas, conduce a
la convicción del «tener que morir».