El Holocausto es la persecución y aniquilación sistemática, auspiciada por el estado, de los judíos europeos por parte de la Alemania nazi y de sus colaboradores entre 1933 y 1945. Los judíos fueron las víctimas principales (seis millones fueron asesinados). También los romas y sintis (gitanos), las personas con discapacidades físicas y mentales y los polacos fueron blanco de la destrucción y de la matanza por ser de determinada raza étnica o nacionalidad. Otros tantos millones de personas, entre ellos, homosexuales, testigos de Jehová, prisioneros de guerra soviéticos y disidentes políticos también fueron víctimas de opresión y muerte en la Alemania nazi.
Para conocer más detalles sobre el Holocausto, consulte la
Enciclopedia del Holocausto que el Museo tiene sobre este tema, la cual contiene artículos, fotografías, mapas y otros recursos. El nazismo fue una ideología racista cuyo objetivo era la eliminación de los judíos y otros grupos indeseables de la sociedad alemana. Dicha ideología no tenía ningún fundamento real ni lógico. Hitler y los nazis concluyeron a los judíos en objeto de la persecución y el exterminio porque eran antisemitas furibundos que odiaban a los judíos.
Los nazis hicieron dos falsas afirmaciones centrales en la
propaganda de sus primeros años: en primer lugar, que los judíos alemanes habían traicionado a Alemania durante la Primera Guerra Mundial y fueron responsables de su derrota; y, en segundo lugar, que los judíos fueron responsables de la miseria económica de Alemania durante la depresión de finales de la década de 1920 y principios de la década de 1930. Estas afirmaciones se vincularon a una mentira más amplia sobre una conspiración judía global.
Durante el Tercer Reich, el adoctrinamiento se centró en la
eliminación de los judíos como si se tratara de la extracción de un contaminante de la pureza racial “aria”. Las formas en las que este adoctrinamiento pudo haber recurrido a tradiciones más antiguas de antisemitismo dentro de Alemania sigue siendo objeto de debate. El odio hacia los judíos tiene una larga historia en la sociedad europea. Los pogromos y las expulsiones mancharon la historia de casi todos los países de Europa en la Edad Media e incluso en la era moderna. La base de este odio puede encontrarse en la descripción que han hecho las autoridades cristianas de los judíos como los “asesinos de Cristo” y la persistencia de los estereotipos antisemitas en el arte y la literatura. Durante el siglo XIX, el odio religioso hacia los judíos se combinó con creencias sobre la diferencia racial y la superioridad que se centraron en la “sangre” en lugar de en la fe para engendrar el antisemitismo moderno. Raul Hilberg, historiador pionero del Holocausto, argumentó que el odio hacia los judíos ha evolucionado a lo largo de los siglos, pero con notables continuidades en los métodos y objetivos: “Los misioneros cristianos dijeron en realidad: no tienen derecho a vivir entre nosotros siendo judíos. Los gobernantes laicos que los siguieron habían proclamado: no tienen derecho a vivir entre nosotros. Los nazis alemanes decretaron finalmente: no tenéis derecho a vivir”.
[antisemitismo: odio hacia los judíos. La labor de definición
de este término todavía suscita polémicas, pero la definición y los ejemplos elaborados por la *Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto* son ampliamente utilizados por gobiernos y otras organizaciones].