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El plan bíblico de salvación esbozado en el espacio-tiempo del santuario

Chapter · November 2012

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Silvia Scholtus
Universidad Adventista del Plata
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5

EL PLAN BÍBLICO DE SALVACIÓN


ESBOZADO EN EL ESPACIO-TIEMPO DEL
SANTUARIO

Dra. Silvia Cristina Scholtus

I NTRODUCCIÓN
La predicación del movimiento adventista de fines del siglo XVIII y
comienzos del XIX surge en relación estrecha con el estudio de la
profecía bíblica. La Iglesia Adventista del Séptimo Día (IASD) recibió
históricamente esta herencia y es por eso que tiene una escatología
bien definida y establecida en contraste con otras tradiciones cristia-
nas que no tienen la misma percepción respecto a las señales de los
tiempos.1 Por tanto, el estudio de los libros proféticos, mayormente
de Daniel y Apocalipsis, fue y es realizada dentro de la IASD como
una tarea delicada y empeñosa por conocer el cuándo y el cómo Dios

1 Le Roy Edwin Froom, The Prophetic Faith of Our Fathers, vols. 1-4 (Washington, D.C.: Review
and Herald, 1954); Frank B. Holbook, ed., Symposium on Revelation: Introductory and Exegetical
Studies, vol. 7, Daniel and Revelation Committee Series (Silver Springs, Maryland: Biblical
Research Institute, 1992); Edilson Valiante, “Principais Distrações à Escatologia Advent-
ista”, Parousia 1, nº 2 (2000): 53; Gerhard E. Hasel, “The Crisis of the Authority of the Bi-
ble as the Word of God”, Journal of the Adventist Theological Society (JATS) 1, nº 1 (1990): 16-
38; “The Totality of the Scripture versus Modernistic Limitations”, JATS 2, nº 1 (1991):
30-52; Jack J. Blanco, “Historicist Interpretation: Its Present Relevance”, JATS 2, nº 2
(1991): 67-80; Norman R. Gulley, “Dispensational Biblical Interpretation: Its Past and
Present Hermeneutical Systems”, JATS 4, nº 1 (1993): 65-93; John T. Baldwin, “Historici-
zation and Christian Theological Method”, JATS 4, nº 2 (1993): 161-171; Eta Linnemann,
“Historical-Critical and Evangelical Theology”, JATS 5, nº 2 (1994):19-36; David P. Gul-
lón, “Lacunza’s Impact on Prophetic Studies and Modern Futurism”, JATS 9, nº 1-2
(1998): 71-95; Reimar Vetne, “A Definition and Short History of Historicism as a Method
for Interpreting Daniel and Revelation”, JATS 14, nº 2 (2003): 1-14; Jon Paulien, “The
End of Historicism?: Reflections on the Adventist Approach to Biblical Apocalyptic –
Part One”, JATS 14, nº 2 (2003): 15-43.
2 EL PLAN BÍBLICO DE SALVACIÓN ESBOZADO

obra el plan de salvación. Prueba de esto son los innumerables artícu-


los, tanto académicos como de divulgación general que pueden apre-
ciarse en sus periódicos. Esta producción no se restringe a los prime-
ros años de su historia, sino que continúa con un énfasis marcado en
las últimas dos décadas,2 y esto se traslada también a la producción de
libros y folletos en general.3 El tema del estudio de los libros proféti-
cos también ha contribuido a enriquecer otras áreas desafiantes como
por ejemplo: hermenéutica bíblica, revelación e inspiración, relación
entre el AT y NT, la unidad de las Escrituras, cristología, soteriología,
por mencionar algunas.4 Una prueba más de este interés por el estudio

2 La producción académica de la IASD en sus colegios y universidades alrededor del mundo


ha ido en aumento creciente desde fines de la década de 1980. El periódico más antiguo es
de 1963, Andrews University Seminary Studies, le continúan el de la Universidad Peruana
Unión (Theologika, 1983), Southern College (Adventist Perspective, 1987 y que ha sido des-
continuado en 2002), The Journal of the Adventist Theological Society (1990), Perspective Digest
(1996), Revista Teológica Do SALT IAENE del Nordeste, (1997, y que fue discontinuada en el
2001), el del Adventist International Institute of Advance Studies (Asia Adventist Seminary
Studies, 1998), Parousia del Seminario Adventista Latinoamericano de Teología con sede en
Brasil (2000), Kerygma de México (2001 y discontinuada en 2003), la revista teológica del
Seminario Latinoamericano de Teología de IAENE, Brasil (2001), la revista DavarLogos de
la Facultad de Teología de la Universidad Adventista del Plata, Argentina (2002), la de la
Universidad de Chile (Advenimiento, 2004), el del Seminario de Berrien Springs, Michigan
(Journal of Adventist Mission Studies, 2005), Cathedra (2007).
3 Una producción académica destacada en esas décadas fue la serie de estudios de la comisión

sobre Daniel y Apocalipsis del Instituto de Investigación Bíblica de la Asociación General


de la Iglesia Adventista del Séptimo Día editada por Frank B. Holbook, y que apareció en
7 vols. desde 1990 a 1992 (vol. 1, Selected Studies on Prophetic Interpretation; vol. 2, Symposium
on Daniel; vol. 3, The Seventy Weeks, Leviticus, and the Nature of Prophecy; vol. 4, Issues in the
Book of Revelation; vol. 5, Doctrine of the Sanctuary: A Historical Survey (1845-1863); vol. 6 y 7,
Symposium on Revelation: Introductory and Exegetical Studies). Otros eruditos han producido
también materiales sobre el tema recientemente (Donald Mansell, Adventists and Armaged-
don [Boise, Idaho: Pacific Press Publishing Association, 1999]; Jacques B. Doukhan, Secrets
of Revelation, The Apocalypse Through Hebrew Eyes [Hagerstown, MD: Review and Herald
Publishing Association, 2002]; William Shea, Daniel [Nampa, ID: Pacific Press Publishing
Association, 2005; ]; Jacques B. Doukhan, Secrets of Daniel, Wisdom and Dreams of a Jewish
Prince in Exile [Hagerstown, MD: Review and Herald Publishing Association, 2007]. Espa-
cio faltaría para mencionar la producción en tesis de los diferentes seminarios teológicos e
incluso los folletos de Escuela Sabática para el estudio de la Biblia.
4 Se pueden apreciar los artículos de un autor en relación con el tema hermenéutica y revela-
ción-inspiración, por ejemplo de Fernando Luis Canale, “Revelation and Inspiration”,
Andrews University Seminary Studies (AUSS) 31, nº 3 (1993): 171-194; “Revelation and Inspi-
ration: The Classical Model”, AUSS 32, nº 1-2 (1994): 7-28; “Evangelical Theology and
Open Theism: Toward a Biblical Understanding of the Macro Hermeneutical Principles
of Theology?”, JATS 12, nº 2 (2001): 16-34; “The Quest for the Biblical Ontological
Ground of Christian Theology”, JATS 16, nº 1-2 (2005): 1-20; “From Vision to System:
Finishing the Task of Adventist Biblical and Systematic Theologies. Part II”, JATS 16, nº
SILVIA C. SCHOLTUS 3

de las profecías, es este libro con una serie de artículos exclusivos


sobre el tema.
El mismo apóstol Pedro declara que conocer todo lo que tiene que
ver con la actividad salvífica de Dios a favor del hombre fue un tema
que llamó la atención y despertó el interés de investigación de parte
de los profetas.5 Al profeta Amós se le dijo que todo lo que Dios
desea hacer a favor de la salvación del hombre se lo da a conocer.6
Jesús mismo tuvo que aclarar estos conceptos a los discípulos que aún
no entendían los eventos sucedidos camino a Emaús, e inició su ex-
plicación comenzando con los libros de Moisés y aclarando lo que de
él se decía en el resto de las Escrituras.7
Este artículo continúa ese interés de los profetas y de la IASD, y se
propone realizar un estudio sobre el plan de salvación revelado en las
Santas Escrituras y esbozarlo en forma esquemática. Los esquemas se
presentarán teniendo como trasfondo hermenéutico las actividades
del santuario terrenal-celestial.8 Esta forma esquemática de presenta-
ción permitirá encontrar algunas relaciones importantes, pues no se
pretende en este breve artículo agotar toda la rica imaginería del moti-
vo del santuario. La forma de presentación elegida podría resultar de
ayuda para comprender el qué, el cómo, el cuándo,9 el dónde, el por

1-2 (2005): 114-142; “From Vision to System: Finishing the Task of Adventist Theology.
Part III, Sanctuary and Hermeneutics”, JATS 17,2 (2006): 36-80; “Deconstructing Evan-
gelical Theology?”, AUSS 44,1 (2006): 95-130; “The Revelation and Inspiration of Scrip-
ture in Adventist Theology. Part 1”, AUSS 45,2 (2007): 195-219. Estos artículos se suman
a los de la serie mencionada en Holbrook, Selected Studies on Prophetic Interpretation.
5 1 Pe 1:10-12.

6 Amós 3:7.
7 Lc 24:27.

8 Desde sus comienzos, en la IASD se ha estudiado las actividades del santuario como una
creencia clave para comprender varias doctrinas de la revelación bíblica. Algunos autores
de las últimas dos décadas han escrito sobre este tema. Véase Alberto Treiyer, El día de la
expiación y la purificación del santuario (Florida, Buenos Aires: Asociación Casa Editora Su-
damericana, 1988); Richard M. Davidson, “In Confirmation of the Sanctuary Message”,
JATS 2, nº 1 (1991): 93-114; Alberto R. Timm, The Sanctuary and the Three Angels’ Messages:
Integrating Factors in the Development of Seventh-day Adventist Doctrines (Berrien Springs, Michi-
gan: Adventist Theological Society Publications, 1995, 2002); Jon Paulien, “The Role of
the Hebrew Cultus, Sanctuary and Temple in the Plot and Structure of the Book of Reve-
lation”, AUSS 33, nº 2 (1995):c245-264; Fernando Canale, “Philosophical Foundations
and the Biblical Sanctuary”, AUSS 36, nº 2 (1998):c183-106; Edwin E. Reynolds, “The
Feast of Tabernacles and the Book of Revelation”, AUSS 38, nº 2 (2000): 245-268; Dou-
khan, Secrets of Revelation.
9 El libro de Daniel contiene mayormente fechas en relación con el cumplimiento de las
promesas de Dios e inicio de las actividades en el Santuario Celestial (véanse los capítulos
4 EL PLAN BÍBLICO DE SALVACIÓN ESBOZADO

qué y el para qué está haciendo Dios lo que hace a favor del hombre.
Las respuestas a estas preguntas aparecen en la Biblia en forma pro-
gresiva a lo largo del tiempo.10 Dios las comunicó mientras revelaba el
plan de salvación a la humanidad mediante sus profetas11 ya desde la
primera creación del hombre y su caída, hasta la nueva creación en el
Apocalipsis. Esta progresión en la revelación del plan de salvación
muestra un diseño detallado que se va confirmando a lo largo del
tiempo con nuevos profetas que surgen recordando la explicación
anterior y ampliándola con mayores detalles a medida que se va acer-
cando el momento del cumplimiento de las promesas de salvación de
Dios.12 La figura central de la revelación es Cristo, cuya función den-
tro del plan de rescate del hombre es vital.13 Los esquemas permiten
notar sus actividades dentro del espacio-tiempo14 del santuario.

L AS ACTIVIDADES EN EL SANTUARIO

Aunque Dios reveló a los patriarcas en los primeros tiempos su plan


de rescate, la revelación sólo incluía la representación de la muerte del

8 y 9). En Apocalipsis se amplia la explicación de las mismas fechas que aparecen en el li-
bro de Daniel. Para un estudio más detallado se pueden revisar los siguientes materiales:
Shea, Daniel; Alberto R. Timm, “Simbolização em miniatura e o principio ‘dia-ano’ de in-
terpretação profética”, Parousia 3, nº 1 (2004): 33-46; Vetne, “A Definition and Short His-
tory of Historicism as a Method for Interpreting Daniel and Revelation”, 1-14; la serie
editada por Holbrook de la comisión sobre Daniel y Apocalipsis.
10 Ya las obras de Johan Bengel (1687-1752) hablaban de una revelación progresiva. Véase
además: P. Gerard. Damsteegt, “Seventh-Day Adventist Doctrines and Progressive Reve-
lation”, JATS 2, nº 1 (1991): 77-92.
11 Amós 3:7.
12 Jer 31:3; 32:40; Rom 5:8; Ef 2:4-5; Heb 13:20; 1 Jn 4:8-10.

13 D. A. Delafield, “Christ, the Key to Theology”, JATS 1, nº 2 (1990): 81-87; Louis F. Were,
The moral purpose of prophecy (Victoria, Australia: A. B. Were, 1949, reimpresión 1972).
14 Rodríguez Carmona analizó las temáticas del judaísmo e identificó los siguientes temas: (a)
una visión lineal de la historia que tiende a un punto final cuando se cumplirán las pro-
mesas de Dios. Esto llevó a ordenar en forma lineal todos los acontecimientos históricos
“que no se consideran fruto de la casualidad sino de la voluntad divina que así lo ha or-
denado y concatenado”. (b) La división de la historia en dos eones. Uno presente de “di-
ficultades y pruebas” y el futuro “ámbito de la acción divina”, del pleno cumplimiento de
las promesas de Dios. En estos eones “se combinan los dos aspectos del concepto eón
(unidad temporal-espacial), aludiendo tanto a los aspectos temporales (presente-futuro)
como a los espaciales (tierra-cielo)”. (c) Un dualismo moral: mal y bien. (d) Una visión
pesimista de este eón. € Determinismo. (f) La temática mesiánica (Antonio Rodríguez
Carmona, La religión judía: Historia y teología [Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos,
c2001, 2º ed. 2002], 156-160).
SILVIA C. SCHOLTUS 5

“Cordero de Dios” al sacrificar un animal sobre un altar de piedra


durante la adoración en el espacio abierto. Pero cuando Dios reunió
un pueblo como su representante en la tierra en la descendencia de
Abraham, el pueblo de Israel, les reveló, mediante Moisés, más deta-
lles de su plan en los rituales del tabernáculo-santuario modelo del
celestial.15 Este santuario que debía construir el pueblo de Israel en el
desierto, bajo la conducción de Dios, era una demostración constante
del esquema del espacio-tiempo dentro de la eternidad que Dios dedi-
caría para lidiar en el conflicto con el mal.16 Se concluye:
1. En cuanto al espacio, se muestran las actividades tipológicas rea-
lizadas en determinado lugar del santuario terrenal que simbolizaban
las realizadas por el antitipo en el celestial.
2. A esta actividad del santuario cabe agregar la respuesta del pue-
blo al acto salvífico de Dios mediante la celebración de las fiestas so-
lemnes.
3. En cuanto al tiempo se destacan los momentos en que se reali-
zan dichas actividades en cada espacio descrito altar del sacrifico, Lu-
gar Santo, Lugar Santísimo; tanto en el santuario terrenal y en el celes-
tial.

Esquema espacial del santuario


La Figura 1 muestra un bosquejo sencillo de los compartimentos
del tabernáculo construido en el desierto por el pueblo de Israel, y
cuyos lineamientos generales fueron adoptados posteriormente para el
templo de Salomón, en relación con espacio-actividad.

15 Éxo 25:40; 26:30; Hch 7:44; Heb 8:5.


16 Los relatos de las Sagradas Escrituras se enmarcan en grandes eventos como: (a) la rebelión
en el cielo: Ap 12:7 y Ez 28:13-17; (b) la creación del planeta tierra: Gn 1:1; Hch 17:24-28;
Col 1:16; (c) el diluvio universal: Gn 7:23-25, Mt 24:38-39, 2 Pe 3:5; (d) la encarnación,
muerte, sepultura, resurrección y ascensión de Jesucristo: Is 7:14; 9:6-7; 53, Jn 1:14; Lc 2;
19:17-18; 20:1-10; Jn 14:1-3, Hch 1:9 (e) la segunda venida de Cristo: Jn 14:1-3; Hch 1:11;
Ap 1:7; (f) el final del conflicto cósmico: Gn 3:15; Job 41; Dn 12:1-2; Mt 25:31-46; Ap
20:1-15; (g) la restauración: Is 65:17-25, Ap 21-22:6. Véase también pasajes sobre tiempo
en Dn 7:25-27; 8:13-14; Dn 12; Ap 12:13-17; Ap 18-20; Holbrook, The Seventh Weeks, Le-
viticus, and the Nature of Prophecy; Richard Davidson, “In Confirmation of the Sanctuary
Message”, JATS 2, nº 1 (1991): 93-114; Gulley, “The Cosmic Controversy”, 82-124; Ril-
loma, “Biography of the Devil: An Alternative Approach to the Cosmic Conflict”, 136-
142; Shea y Christian, “The Chiastic Structure of Revelation 12:1-15:4: The Great Contro-
versy Vision”, 269-292.
6 EL PLAN BÍBLICO DE SALVACIÓN ESBOZADO

Fig. 1. Disposición de los lugares en el Santuario.

Las actividades diarias en el santuario/templo involucraban el sa-


crificio de un animal en el atrio y el ingreso intercesor del sacerdote al
Lugar Santo. Sólo una vez al año el sumo sacerdote representaba el
plan de salvación completo, en el día de la expiación. Según lo registra
Levítico 16, ese día se tomaban dos machos cabríos y luego de arrojar
suerte sobre ellos, uno era sacrificado. La sangre de ese animal no
sólo se usaba para purificar el Lugar Santo sino que, ese día, el sumo
sacerdote ingresaba al Lugar Santísimo, ante la misma presencia de
Dios para representar su labor de juicio y eliminación completa (ex-
piación) del pecado. Al salir, colocaba sus manos sobre el macho ca-
brío vivo y éste era enviado al desierto, donde era abandonado.
En resumen, se puede decir que el santuario tenía varios compar-
timentos. En cada uno de ellos se realizaban actividades específicas.
En el atrio se hacían los lavamientos y los sacrificios; en el Lugar San-
to, actividades de intercesión; y en el Lugar Santísimo, al que se acce-
día sólo una vez en el año en ocasión de la fiesta del día de la expia-
ción, actividades de purificación y expiación. Las actividades en cada
uno de los compartimentos representaban etapas de la obra de Cristo
a favor de la humanidad y la forma en que Dios trata el problema del
pecado a nivel terrenal y cósmico. Las actividades en el Santuario; es
decir, la obra de Dios a favor de su pueblo, requerían una respuesta
de parte de éste. Las fiestas solemnes representaban esa respuesta.

EL SANTUARIO Y LAS FIESTAS SOLEMNES

El libro de Levítico, capítulo 23, describe las fiestas que se festejaban


en forma solemne y que hacían alusión a los actos de creación y salva-
SILVIA C. SCHOLTUS 7

ción de Dios. Eran siete. La primera, el sábado, simbolizaba el acto


creador de Dios y el reposo final de la liberación del pecado; y por eso
su característica de observancia perpetua cada séptimo día del ciclo
semanal del año. El resto de las fiestas se distribuían entre el primero,
el tercero y el séptimo mes del año.17
1. En el primer mes se festejaban las fiestas de la pascua,18 los pa-
nes sin levadura19 y las primicias del comienzo de la cosecha de la
cebada.20 La pascua simbolizaba el poder salvador de Dios en la libe-
ración israelita de la esclavitud egipcia y anticipaba la muerte de Cristo
que había de morir para liberar al hombre de la muerte eterna.21 La
fiesta de los panes sin levadura estaba íntimamente relacionada con la
pascua y, en la práctica, se considera a ambas como una, aunque el
propósito era diferente. La levadura simbolizaba la malicia y la mal-
dad,22 y representaba la eliminación de estos elementos de la vida per-
sonal. La fiesta de las primicias señalaba a Cristo como la primicia de
la resurrección.23
2. En el tercer mes se realizaba la fiesta de las semanas o de las
primicias de la cosecha del trigo.24 Esta fiesta es conocida en el NT
como la fiesta de Pentecostés. En esta fiesta se recordaba a Dios co-
mo el Dador de toda dádiva. Fue en ocasión de la celebración de la
fiesta de Pentecostés que Dios derramó su Espíritu sobre sus discípu-
los.25
3. En el séptimo mes había tres fiestas: la fiesta de las trompetas,26
la del día de la expiación27 y la fiesta de los tabernáculos o enrama-
das.28 El sonido de las trompetas anunciaba que se avecinaba el día de

17 Ver Francis D. Nichol, ed., Comentario bíblico adventista (CBA), 7 vols (Boise, ID: Publicacio-
nes Interamericanas, 1978-1990), 1:816-820; Treiyer, El día de la expiación y la purificación del
santuario, 28-29.
18 Éx 12:1-14, 21-28, 42-51; Lv 23:5; Nm 9:1-14; 28:16; Dt 16:1-7.

19 Éx 12:15-20, 34, 39; 13:5-10; 23:15; 34:18; Lv 23:6-8; Nm 28:17-25; Dt 16:3-4, 8, 16-17.
20 Lv 23:10-14; Dt 16:9.

21 1 Cor 5:7; Jn 19:14.


22 En el NT tanto Jesús como Pablo hacen referencia al significado de la levadura: 1 Cor 5:8;
Mt 16:6, 12; 22:23, 29; 23:14-36; Mr 3:6; 8:15.
23 1 Cor 15:23.
24 Éx 23:16a; 34:22a-b; Lv 23:15-22; Nm 28:26-31; Dt 16:9-12, 16-17.

25 Hch 2.
26 Nm 10:10; 28:11-15; Lv 23:24-25; Nm 29:1-6.

27 Éx 30:10; Lv 16; 23:27-22; 25:9; Nm 29:7-11.


28 Éx 23:16b; 34:22c; Lv 23:34-43; Nm 29:12:38; Dt 16:13-17.
8 EL PLAN BÍBLICO DE SALVACIÓN ESBOZADO

la expiación y el pueblo debía prepararse para esa ocasión. Luego lle-


gaba el día de la expiación. Éste era un día solemne y de ayuno obliga-
torio, y también un día de juicio, porque cualquiera que no afligía su
alma, era “cortado”.29 La fiesta de las enramadas simbolizaba la felici-
dad después de haber pasado por el día del juicio y saber que todos
sus pecados habían sido perdonados y eliminados.30 Cuando se suman
el ritual del santuario y el acompañamiento de respuesta con las fiestas
solemnes se obtiene el esquema de la Figura 2.

Fig. 2. Esquema de las actividades en el Santuario y las fiestas solemnes.

Se puede notar entonces que, al acomodar las fiestas en el orden de


festejo y acompañamiento del ritual del santuario, se podrían encon-
trar ciertas vislumbres del orden de los tiempos de cumplimiento de
las promesas de Dios. Al pasar al NT, se confirman estas vislumbres
como se verá en las explicaciones de la siguiente sección. Al menos se
puede decir que los panes sin levadura vendrían antes del sacrificio del
Cordero pascual, las primicias y las semanas un poco después, las
trompetas con cierta distancia en relación con las fiestas anteriores
pero antes del ingreso del sacerdote al Lugar Santísimo, el día de ex-
piación, y fuera de las actividades del santuario le sigue la fiesta de las
enramadas.

29 Éx 12:15; Lv 16.
30 Éx 23:16; 34:22; Lv 23:34-43; Nm 29:12-38; Dt 16:13-17.
SILVIA C. SCHOLTUS 9

Las actividades del santuario y sus fiestas solemnes dan una pista
sobre la secuencia de los eventos, pero y ¿sus fechas exactas en el
tiempo histórico?

EL ESQUEMA TEMPORAL DEL SANTUARIO

Para encontrar la respuesta hay que avanzar en el tiempo de la revela-


ción progresiva hasta los tiempos del profeta Daniel y posteriormente
la revelación se amplia con las profecías del Apocalipsis del apóstol
Juan. Dios reveló las fechas en que se iniciarían las actividades del
santuario celestial prefiguradas en las actividades del santuario terre-
nal.31 En el libro de Daniel aparecen profecías de tiempo que han
captado la atención de los estudiosos bíblicos a lo largo de los siglos.
Este libro contiene la profecía de tiempo más extensa en la Biblia y es
contenedora, a su vez, del resto de las profecías de tiempo reveladas
en ese libro; es decir, la profecía de los 2300 días-años que aparece en
Dn 8:14, con la explicación del comienzo de dicho período de tiempo
en Dn 9:20-27.32 En 9:26 se preanuncia la destrucción de Jerusalén y
del santuario-templo terrenal, “después de las sesenta y dos semanas,
se le quitará la vida al príncipe elegido. Éste se quedará sin ciudad y
sin santuario, porque un futuro gobernante las destruirá”. Por lo tan-
to, la referencia de días-años no abarca las actividades en un santuario
terrenal, sino celestial.
Este artículo sólo mencionará las fechas, no es el propósito expli-
car o fundamentar cada una de ellas. Estas fechas aparecen reveladas
a Daniel entre los capítulos 7 al 12; a saber, la profecía de los tres
tiempos y medio,33 la mencionada profecía de los 2300 días-años, las

31 George W. Reid, “Salvation and the Sanctuary”, JATS 3, nº 1 (1992): 97-104.


32 La fecha de inicio de la profecía de Dn 8:14, se da en el capítulo 9: 20-27. Para más detalles
véase: William Shea, “When did the Seventy Weeks of Daniel 9:24 Begin?”, JATS 2, nº 1
(1991): 115-138; Shea, Daniel; Timm, “Simbolização em miniatura e o principio ‘dia-ano’
de interpretação profética”; Holbrook, Symposium on Daniel; The Seventy Weeks, Leviticus, and
the Nature of Prophecy; y Symposium on Revelation, 7: 327-362; Gerhard Hasel, “The Hebrew
Masculine Plural for ‘Weeks’ in the Expression ‘Seventy Wekks’ in Daniel 9:24”, AUSS
31, nº 2 (1993): 105-118; Frank B. Hardy, “The Hebrew Singular for ‘Week’ in the Ex-
pression ‘One Weeks’ in Daniel 9:27”, AUSS 32, nº 3 (1994): 197-202; Brempong
Owusu-Antwi, “An Investigation of the Chronology of Daniel 9:24-25” (Tesis de Doc-
torado en Teología, Andrews University, Berrien Springs, Michigan, 1994).
33 Dn 7:25 y 12:7, indicada en Ap 12:14 y también como cuarenta y dos meses en Ap 11:2 y

13:5, pues tres años y medio suman esa cantidad expresada en meses.
10 EL PLAN BÍBLICO DE SALVACIÓN ESBOZADO

setenta semanas, los 1290 y 1335 días-años (véase el esquema de la


Figura 3).

Fig. 3. Esquema temporal de las actividades en el Santuario Celestial34

En este esquema de la Figura 3, se aprecia que Dios le muestra a


Daniel: (a) el momento exacto de la muerte de Cristo como el “Cor-
dero de Dios que quita el pecado del mundo”; (b) el lapso de tiempo
en que pasaría a oficiar como sumo sacerdote intercesor en el Lugar
Santo del templo celestial; y (c) el momento en que iniciaría su activi-
dad de juicio y expiación final en el Lugar Santísimo, simbolizado en
el día de la expiación (Lv 6).35 La incorporación del cuándo en la reve-
lación progresiva, permite percibir una planificación detallada de los
pasos a dar por Dios para lidiar con el problema del mal que afectó a
todo el universo.36 Agregan además un esquema de secuencia en la
interpretación de la revelación: sacrificio-intercesión-juicio.

34 Se reitera que las fechas presentadas en el esquema corresponden con una interpretación
acerca de los inicios de la profecía de los 2300 días-años de Daniel, que a su vez contiene
al resto de las indicaciones de tiempo dadas en ese libro (algunas reiteradas en Ap); a sa-
ber, los 1260, 1290 y 1335 días-años. Esto figura entre los capítulos 7 al 12 del libro del
profeta Daniel.
35 Norman Gulley, “Daniel’s Pre-advent Judgment in its Biblical Context”, JATS 2, nº 2
(1991): 35-66;
36 Ef 6:12; Ap 12; Elena G. de White, El conflicto de los siglos (Florida, Buenos Aires: Asociación
Casa Editora Sudamericana, ©1954, 1993); Norman R. Gulley, “The Cosmic Controver-
sy”, JATS 7, nº 2 (1996): 82-124; Nestor C. Rilloma, “Biography of the Devil: An Alterna-
tive Approach to the Cosmic Conflict”, JATS 13, nº 2 (2002): 136-142; William H. Shea y
SILVIA C. SCHOLTUS 11

Las fechas muestran el momento, el cuándo, en que se pasará de la


sombra (prefiguración de la promesa de rescate o redención) a la
realidad. Superponiendo los esquemas de las Figuras 1 a 3 se obtiene
una idea de las actividades de Cristo en el transcurso del tiempo. Asi-
mismo lo que aclaran estos paralelismos sobre el posicionamiento en
el tiempo respecto del plan de salvación en la historia (ver la Figura
4).

Fig. 4. Superposición de esquemas espacio-temporal de actividad en el


Santuario Celestial.

Nótese particularmente cómo las fiestas solemnes ubicadas en el


tiempo de actividad en el Santuario Celestial hacen referencia a los
siguientes eventos: (a) la fiesta de los panes sin levadura, al ministerio
de Cristo en la tierra cuando iba a dar a revelar con mayor nitidez la
verdad de Dios y quitar los errores humanos en la interpretación de la
revelación de Dios; (b) la pascua, al sacrificio de Cristo como “Corde-

Ed Christian, “The Chiastic Structure of Revelation 12:1-15:4: The Great Controversy Vi-
sion”, Andrews University Seminary Studies 38, nº 2 (2000): 269-292.
12 EL PLAN BÍBLICO DE SALVACIÓN ESBOZADO

ro de Dios”;37 (c) las primicias, a Cristo en su resurrección;38 (d) las


semanas o Pentecostés, al derramamiento de los dones de Dios por
medio del Espíritu Santo; (e) las trompetas, al anuncio de la cercanía
del tiempo de juicio de Dios según se registra en la tercera visión de
Apocalipsis;39 (f) el día de expiación, registrado en la tercera y cuarta
visión del Apocalipsis;40 y la fiesta de las enramadas que aparece en la
última visión del Apocalipsis.41

A LGUNAS RELACIONES

Lo interesante de la integración de estos esquemas es que se puede


apreciar la relación existente entre el qué, el cómo y el cuándo del plan
de salvación. Las fechas proféticas de tiempo relacionadas con los
1335, 1290 y 1260 días-años indican el tiempo que Dios permitiría
obrar el mal antes de que Cristo inicie su etapa final para expiar la
iniquidad42 en el compartimento del Lugar Santísimo en el Santuario
Celestial. Tanto Daniel como Apocalipsis describen de qué forma se
intensificarán en esos períodos la actividad contra Dios y sus fieles43
hasta que Cristo dé un poco de respiro para la proclamación final de
su último mensaje a los habitantes de la tierra.44 La lucha se torna

37 Hans K. LaRondelle, “Salvation and the Atonement”, JATS 3, nº 1 (1992): 22-51; Norman
R. Gulley, “A Look at the Larger View of Calvary”, JATS 3, nº 1 (1992): 66-96; Angel M.
Rodríguez, “Salvation by Sacrificial Substitution”, JATS 3, nº 2 (1992): 49-77.
38 Incluso en Mt 27:52-53 se menciona que en ocasión de la resurrección de Cristo también

resucitaron “muchos santos”.


39 La tercera visión corresponde a Ap 8:1-11:18. Veáse Kenneth A. Strand, “Mysterious
Apocalypse: Interpreting the Book of Revelation”, Andrews University Seminary Studies 34, nº
2 (1996): 347-348; Shea y Christian, “The Chiastic Structure of Revelation 12:1-15:4: The
Great Controversy Vision”, 269-292; Doukhan, Secrets of Revelation.
40 La visión central o cuarta comienza en Ap 11:18 y concluye en 14:20. Véase Strand, “Mys-
terious Apocalypse: Interpreting the Book of Revelation”, 347-348; Shea y Christian, “The
Chiastic Structure of Revelation 12:1-15:4: The Great Controversy Vision”, 269-292;
Doukhan, Secrets of Revelation; Peter M. van Bemmelen, “The Millennium and the Judg-
ment”, JATS 8, nº 1-2 (1997):150-160.
41 Esta visión correspondería al capítulo 21 y parte del 22. Véase Doukhan, Secrets of Revelation;

Reynolds, “The Feast of Tabernacles and the Book of Revelation”; Strand, “Mysterious
Apocalypse: Interpreting the Book of Revelation”, 347-348; Treiyer, El día de la expiación y
la purificación del santuario.
42 Dn 9:24; Ap 20.

43 Dn 7:25-27; 8:13-14; Dn 12; Ap 12:13-17; Ap 18-20.

44 Ap 14:6-12.
SILVIA C. SCHOLTUS 13

cósmica en una intensidad que es descrita en forma resumida en la


visión central de Ap, pues relata sus orígenes y su final.45
En los esquemas presentados no se incluyeron las revelaciones
posteriores del libro de Apocalipsis, aunque sí se hizo referencia a
ellas. Este libro no indica muchas más referencias de tiempo, ya que
las visiones sólo amplían y detallan más sobre el ministerio de Cristo
en las siguientes fases como sacerdote y luego como juez y rey, pues
son las que Jesús comenzó a realizar después de su primera venida
como “Cordero de Dios”.46 Es por eso que el Apocalipsis permanen-
temente hace mención de la actividad que se desarrolla en el Santuario
Celestial, remarcando que ya se está en la realidad y no más en la
sombra.47 Esto evidencia que las visiones no hacen referencia al san-
tuario-templo terrenal emplazado en Jerusalén, “figura del verdade-
ro”,48 sino al Santuario Celestial donde Cristo realiza su obra después
de su resurrección y ascensión.49
Se podría decir que Apocalipsis amplía aún más el espectro sobre
la actividad de la Divinidad durante la etapa judicial en el Lugar Santí-
simo del Santuario Celestial en el que Cristo oficia como Juez y Rey, y
del que saldrá para regresar a la Tierra como Rey de reyes y Señor de

45 La visión central de este libro comienza en Ap 11:18 y concluye en 14:20. Véase Kenneth
A. Strand, “Mysterious Apocalypse: Interpreting the Book of Revelation”, AUSSs 34, nº 2
(1996): 347-348; William H. Shea y Ed Christian, “The Chiastic Structure of Revelation
12:1-15:4: The Great Controversy Vision”, AUSS 38, nº 2 (2000): 269-292.
46 Algunas referencias al Santuario Celestial en Ap: (a) Cristo vestido como sumo sacerdote y
su obra de intercesión, Ap 1:12-20; (b) actividades de Cristo ante el trono de Dios, Ap 4-5;
(c) actividades de intercesión en el Santuario Celestial, Ap 8:2-6; (d) actividades de juicio
que hacen referencia al Lugar Santísimo, Ap. 11:19; (e) cesación del ministerio intercesor,
Ap 15:5-8.
47 Heb 8:5. Véase William H. Shea, “The Cultic Calendar for the Introductory Sanctuary
Scenes of Revelation”, JATS 11, nº 1-2 (2000): 120-147.
48 Heb 8:5.
49 La interpretación historicista, no preterista o futurista, permite ubicar los eventos en el

tiempo sin destruir las relaciones de las visiones de Daniel y Apcalipsis. Véase Vetne, “A
Definition and Short History of Historicism as a Method for Interpreting Daniel and
Revelation”; Kenneth A. Strand, “Foundational Principles of Interpretation”, en
Holbrook, Symposium on Revelation, 7:3-34; Hasel, “The Crisis of the Authority of the Bible
as the Word of God”, 16-38; “The Totality of the Scripture versus Modernistic Limita-
tions”, 30-52; Blanco, “Historicist Interpretation: Its Present Relevance”, 67-80; Gulley,
“Dispensational Biblical Interpretation: Its Past and Present Hermeneutical Systems”, 65-
93; Baldwin, “Historicization and Christian Theological Method”, 161-171. Véase también
cómo aclara Jesús los tiempos de la profecía en Mt 24:15; Mr 13:14; Ap 4; Merling
Alomía, “Some Basic Hermeneutic Principles Established By Christ”, JATS 10, nº 1-2
(1999): 475-485.
14 EL PLAN BÍBLICO DE SALVACIÓN ESBOZADO

señores.50 Todas las visiones de Apocalipsis apuntan en un crescendo


descriptivo con su clímax final en los últimos tres capítulos de la Bi-
blia. Es decir, este libro incorporaría más detalles sobre lo que aconte-
ce más allá de la segunda venida. Por ejemplo, en Ap 20 se completa
la imaginería de Lv 16, cuando se describe el envío del macho cabrío a
la soledad del desierto.51 El retorno de Cristo con la Nueva Jerusalén
en su tercera venida completa el cuadro de la creación-recreación del
ser humano.52
Los esquemas de las Figuras 1 a 4 muestran que la actividad de to-
da la Divinidad, y de Cristo en particular, no termina en la cruz. Su
lugar de operación es en la tierra y en el cielo, el dónde de la revela-
ción. En la cruz se juntan todas las promesas de salvación y de allí
parten todas las evidencias de que Dios está obrando aún en favor del
hombre y en pleno control de la historia. El porqué de esto sólo se
puede encontrar en las promesas hechas por Dios al hombre durante
la historia de la revelación resumida en Jn 3:16: “Porque de tal manera
amó Dios al hombre”. El amor de Dios por la humanidad es algo
incomprensible, está más allá de toda reflexión, y sólo resta aceptarlo
en un acto de fe.
El para qué se puede entender también con muchas relaciones o
promesas, pero se podría resumir en el versículo de Ap 21:3 “oí una
gran voz del cielo, que decía: ‘El tabernáculo de Dios está ahora con
los hombres. Él morará con ellos, ellos serán su pueblo y Dios mismo
estará con ellos como su Dios’”. De esta manera la Escritura, expresa
la forma en que Dios quiere continuar unido a la humanidad por la
eternidad.

C ONCLUSIÓN
Este estudio sobre el plan de salvación revelado en forma progresiva
en las Santas Escrituras y esbozado esquemáticamente en figuras para
responder al qué, al cómo, al cuándo, al dónde, al por qué y al para
qué de lo que Dios está haciendo a favor del hombre, se podría resu-
mir como sigue:

50 Ap 19:16.
51 Joel Badina, “The Millennium”, en Holbrook, Symposium on Revelation: Book 1, 6:225-242;
van Bemmelen, “The Millennium and the Judgment”, 150-160.
52 Ap 20-22.
SILVIA C. SCHOLTUS 15

1. El qué y cómo Dios está haciendo realizando su plan se puede


observar en las actividades realizadas por la Divinidad en pleno, y
particularmente por Cristo, en el Santuario como Cordero, Sumo Sa-
cerdote, Intercesor, Juez y Rey. Esto es acompañado por la actitud de
fe del pueblo de Dios, expresada en las fiestas solemnes judías.
2. El cuándo Dios realiza en la historia el cumplimiento de su
promesa de salvación, de concretar los tipos, se vislumbra en las fies-
tas solemnes y se detalla en las fechas proféticas de los libros de Da-
niel y Apocalipsis.
3. El despliegue de la actuación salvífica de Dios es en la tierra y en
el cielo; es decir, el dónde.
4. ¿Por qué Dios quiere salvar a la humanidad? Por un acto de
amor incomprensible.
5. La morada final de la humanidad por toda la eternidad con Dios
revela el para qué de todo el diseño del plan de salvación.
Esta información revelada por Dios a los profetas utiliza un es-
quema espacio-temporal del santuario y,
1. Se basa en una interpretación historicista ya que cualquier otro
método de interpretación anularía la comprensión completa de la obra
de Dios a favor de la humanidad y del universo. El esquema espacial y
temporal descrito apunta a un comienzo y un fin de la historia del
pecado y del mal en toda su extensión.
2. Permitiría relacionar los aspectos y las etapas del plan de salva-
ción en Cristo. El carácter de Dios se revela así en forma más plena,
mostrando su gracia, su amor, su bondad, su misericordia y su justicia.
3. La comprensión de la etapa de cumplimiento actual en que se
encuentra el plan de salvación revelado en la Biblia es un fuerte lla-
mado a prestar atención a los continuos mensajes que se hacen en
Apocalipsis, particularmente enfocados en la última generación cuan-
do Dios realiza el último llamado a su pueblo a salir de la Babilonia
simbólica antes de la segunda venida de Cristo.53

53 Los llamados a salir de Babilonia pueden identificarse como tres en la historia: (a) a
Abraham, para escoger en él a un pueblo como depositario de la revelación de Dios a la
humanidad (Rom 3:2b); (b) el segundo después de la deportación a Babilonia, durante el
período persa en cumplimiento de la profecía de los 70 años de Jeremías (Esdras; Nehe-
mías; 1 Cr 36:22-23); (c) el último mensaje de Dios a los hombres antes de la segunda ve-
nida (Ap 14:6-12).

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