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La catedal er a casa de Dios, entendido este tein, 1 como un mero gat comin sino come un realidad lena ce emores Lo sobrenatral estaba steramente presente en ls edad media, emprepnando todos ls as ecto dla vida humana Bl santoario ers el msbeal el elo Se ha dicho que la arquitectura gética fue in ventada en 1141 por Suger, monje francés y ‘bad del monasterio de Saint-Denis, una po- blacién situada al norte de Paris, no lejos de Ja capital [15.1], En realidad, lo que hicieron Suger y sus arquitectos y constructores, no fue sino recopilar la serie de mejoras ya al- canzadas por la arquitectura tardorroméni- a, incluyendo entre ellas los arcos apuntados y las bévedas nervadas, De algun modo, tu- vieron la intuicién de que todos esos elemen- tos podian trabajar juntos sinérgicamente, reforzando mutuamente sus respectivos po- tenciales en Ia creacién de una arquitectura ms liviana y transparente. Porque a lo que Suger aspiraba era a sustituir los muros de piedra por vidrieras de color, para que fi- trasen y transformasen la luz solar en una representacién simbélica de la duminaciéa divina La arguitectura gética represents también la expresién de una nueva actitud mas posi- tiva ante la vida y el presente, por compara- cidn con el énfasis puesto por el roménico en Ja vida del més allé, que se consideraba cen todo caso proferible ala vida en este mun- do, La audacia manifestada por los obispos, burgueses (entendido el término como los habitantes de los burgos) y constructores, al acometer las obras de unas iglesias de tal complejidad y envergadura que precisarfan de varias generaciones para terminarse, es una prueba fehaciente de la confianza y la CAPITULO 15 Arquitectura g6ética seguridad del periodo, Para el afto 1200, el aprensivo panorama de los siglos anteriores empezaba a ser reemplazado por unos pun- tos de vista mas positivos. Esto no debe in- terpretarse como que la esperanza de vida hubiese experimentado un repeatino alar- gamiento o que se hubiese dejado definiti- vamente atras el peligro de la guerra, sino, mas bien, como un nuevo dinamismo acom- pafiado de un cambio de las expectativas de la gente ante la vida temporal. Lo parad6ji- co es que esta nueva aceplacién de la vida temporal se manifestase, precisamente, en la forma de una arquitectura que tan enféti- camente aspiraba al cielo. También resulta significativo que esa novedosa complacencia cn Ia existencia humana corriese paralela a una devocién creciente por la Virgen Maria, como ejemplo de femineidad terrenal y, por consiguiente, a una nueva consideracién ha- cia la mujer en general. El agente unificador de Europa siguis siendo la Iglesia, revigorizada ahora por las reformas introducidas por los monjes de Cluny. El centro de la conducta humana se gua siendo la vida religiosa, razén por la cual los edificios que mayores avances arquitec- tGnicos y tecnoldgicos exhibieron fueron los construidos por la Iglesia, sea en forma de catedrales, monasterios, escuela, hospitales fo de las nuevas universidades, que empeza- ban a apatecer en este periodo, Cambios politicos y sociales. El resurgir de la ciudad El principal cambio politico experimenta- do en Europa durante este periods es la con- solidacién del concepto de nacién estado, unificado por una cultura y una lengua co- 312, La historia y l significado de la arquitectura min. En Francia y en Inglaterra surgen unas poderosas monarqufas centrales que au- ‘mentan st poder'a medida que los nobles van perdiendo parte del suyo. En Francia, esta consolidacion de la autoridad real se gesta cen torno a Paris y la provincia de la He-de- dose hacia Flandes (la Bélgica actual), al norte, con su floreciente comercio lanar y textil, y hacia la Francia central y la Borgofa, al sur. Luis VI, aseso- rado politicamente por su amigo el abad Suger, impulsé notablemente este proceso de consolidacién entre 1140-y 1180. Sin em- argo, la Francia occidental, pese al naci- miento durante el siglo x1 de una burguesia enriquecida que aspiraba a gobemar las ins- tituciones urbanas auténomas, segufa sien- do feudo del dugue de Normandia, quien también reclamaba sus derechos al trono de Inglaterra. Tras la conguista de Inglaterra por los normandos en 1066, sus territorios pasaron a formar parte del imperio anglo- normando. La subsiguiente lucha sangrien- ta entre las monarquias inglesa y francesa por el dominio de la Francia occidental, co- nocida como la Guerra de los Cien Afios y {que duns desde 1337 hasta 1453, fue un acon- tecimiento que mares indeleblemente toda Ja etapa final de la edad media. La transformacién social experimentada por Europa durante la edad media tardia hay que atribuirla, principalmente, a dos fuer-zas que se refuterzan mutuamente: el auge de las ciudades y el crecimiento del comercio. Por todas partes surgieron nuevas ciudades y, e muchos casos, se revitalizaron las viejas eiu- dades romanas construidas sobre rutas co- merciales importantes. El principal agente que colaboré a vigorizar el crecimiento ur- bano fue el de las Cruzadas. Todo lo que tu- vieron de ineficaces en el establecimiento de asentamientos oceidentales permanentes en el Mediterrénco Oriental lo tuvieron de exi- oso en la creacién de un esprit aventure- ro en la mentalidad occidental. Como resultado de los desplazamientos de los eru- zados y de la necesidad de fundacién de li- neas de abastecimiento, los europeos se desplazaron hacia el Mediterréneo, creando Ins bases para el establecimiento de una po- tente red comercial. Desde los tertitorios éra- bes del Mediterraneo Oriental, se exportaban hacia Europa especies y patios de algodén, canalizados a través de Venecia y Génova, France, extendi A cambio, los puertos italianos recibfan 4m- bar, pieles y otros productos procedentes del norte (Alemania y Rusia, principalmente), donde eran reembarcados hacia Oriente. Ea muchos lugares, las tierras de labor, ago- tadas después de siglos de agricultura, fue- ron translormadas masivamente en pastos para el ganado lanar, de manera que la in- dustria del tejido de la lana pasé a ocupar un lugar destacado en la cconomia de Inglaterra, Flandes ¢ Italia, Florencia se convirtié asi en el centro del comercio tex- til de Ia Europa meridional, en tanto que Brujas, en Flandes, hacia lo propio con el comercio de paos de Ia regisn septentrio- nal, Pisa se convirtis en un centro financie- ro, especialmente para el papado. Parts y Marsella, en Francia; Londres, Bristol y York, en Inglaterra; Brujas y Gante, en Flandes y Franefort y Nuremberg, en Alemania, se convirtieron en importantes centros de in- tercambio de mereancias. Muchas de esas ciudades eran relativa- mente pequefias (segtin los criterios actua- les), con unas poblaciones comprendidas entre los 10.000 y los 70,000 habitantes; en aguella época, sélo unas pocas ciudades, como Londres, Parfs, Florencia y Venecia, alcanzaban los 100.000 habitantes. El 95% de la poblacién europea seguia siendo rural, pero el restante 5% agrupado en las ciuda- des paso pronto a ser dominador de la vida ya cultura en Europa, La cultura del anti- guo régimen feudal comenzé a ser sustitui- da paulatinamente por Ja nueva cultura ‘mercantil urbana, El vocabulario europeo se hizo con una nueva palabra: burgués, 0 sea, hhabitante u originario de una ciudad me- dieval libre o burgo’, a cuya definicién po- dria aiadirse, ‘de clase acomodada, que no practica un oficio manual y, por lo comtn, es poseedor de un negocio o industria’. La naciente burguesta, esa nueva clase de co- merciantes y banqueros, pronto rivalizaria cn influencia con la nobleza y el clero. En el control de las ciudades emergentes, y ju- gando un papel paralelo al de los comer- ciantes, hay que hablar de los gremios artesanales, que eran unas organizaciones que, ademas de adiestrar aprendices en el ofi- Gio, establecian unas normas de conducta y de profesionalidad, y ayudaban 2 las viudas ehijos de sus asociados. La ciudad, o burgo, de este ltimo tramo de la edad media se ca- racteriza por una poblaci6n socialmente he- terogénea (negociantes a gran escala, modes- tos mercaderes, artesanos que acudian all burgo a vender mejor sus productos y cam- pesinos, a veces siervos {urtivos, que aban- donaban sus tareas agricolas para buscar en el comercio un medio de vida mas producti- vo) y un aumento de la libertad individual; es de destacar que los siervos furtivos que querfan acceder a la condiciGn de hombre libre’, slo tenian que permanecer dentro del recinto dela ciudad durante un ao yun dia, para quedar liberados de los vinculos que te- La naciente burguesta disponfa de dine- ro liquido, ya que se habfa vuelto ala acu- Sacién de moneda, usando a menuda esa liquidez para la financiacién de las eampa- fhas guerreras de reyes y principes, a quienes concedian rentables préstamos, pese a la prohibicién eclesial de recargar con intere- ses el uso del dinero. Con el desarrollo de la ‘economia monelaria, en sustitucién de la eco- nomia de trueque imperante desde fines del Imperio Romano, se inici6 una serie de eam- bios en los negocios, como la introduceiéa de la contabilidad, el método de partida do- ble (utilizado por primera vez en centros co- ‘merciales italianos, como Florencia), la letra de cambio y las companias de seguros, La consecuencia de todos esos cambios, yla consiguiente reapariciGn de las ciudades ‘como principal fuerza econ6mica durante Jos siglos xu y xu, es el cardcter fundamen- talmente urbano de la arguitectura gética, Como se verd en las paginas siguientes, los grandes monumentos que caracterizan el as- censo dela arquitectura gotica no son los mo- naslerios aislados sino las eatedrales urbanas, unos ambiciosos proyectos iniciados por obispos influyentes y pagados por los hom- bres de negocios adinerados y los gremios artesanales dela ciudad, Essas catedrales géticas no sélo difieren de sus predecesoras roménicas en la forma estructural, sino también en su dedicacisn, y esto atafe a los importantes cambios so- Ciales y religiosos operados en el mundo oc- cidental. Casi todas las catedrales urbanas (en especial en Francia) estan dedicadas ala Virgen Maria, a Nuestra Senora, Notre-Dame yno a los santos locales (aunque contengan capillas secundarias dedicadas a ellos). Este cambio de dedicacién es debide a la venera- Arquitectura gétiea 313 cin a Marfa, la madre de Cristo, desarrolla- da durante los albores del siglo xu, y corre paralela al cambio de actitud hacia la mujer cen general experimentado durante la edad media tardia, Desde la época de san Agustin, cn el siglo v, la mujer habia sido conside- rada como la “tentadara’ y como fuente de pecado (cno fue Fva, acaso, quign tenté a Adan, provocando la expulsién del Paraiso Terrenal?). A medida que las cortes de los se- ores medievales dejaban de ser centros de poder militar, se emper6 a desarrollar una vida cortesana caracterizada por el refina- miento y el interés por las artes y a literatu- ra, lo que coadyuv6 a elevar la consideracion hacia Ja mujer: Se vefa a la Virgen como por- tadora de las virtudes de perfeccidn propias dela dama de la nobleza; Ja Virgen era la rei- na del cielo que intercedfa en favor de la hu- manidad, de Ia misma manera que Ja dama del seiorfo lo hacia en favor de sus stibditos. consecuencia, las nuevas eatedrales gue empevaban a salpicar las ciudades del occi- dente europeo, se fueron dedicando, una tras otra, ala Virgen Maria, Cambios religiosos. Elescolasticismo Elcristianismo, aprovechando los efectos vi- szorizantes de las reformas clunyacenses, £076 de una época de renovado fervor. Aunque el reciente interés por el mundo seglar tam- bién tuvo su impacto sobre la religion. Ese periodo se caracterizé por unas nuevas an- sias de conocimientos y una manifestacién racional de la fe, cixcunstancias ambas que propiciaron la fundaci6n de universidades en muchas ciudades importantes. La prime. ra de ellas fue la universidad de Bolonia, fun- dada en 1158, gue se ue convirtiendo gradualmente en un contro de estudios de derecho civil y eclesidstico. La universidad de Paris, fundada en 1200, se especializ6 en estudios de teologis. Conviene, sin embargo, recordar que todas esas universidades eran de la Iglesia y que sus profesores eran clé- rigos Elescolasticismo es la filosofia que se en- seiaba en las universidades y escuelas & sidsticas medievales. El primer escolasticismo estuvo caracterizado por la influencia agus- tiniana y por la penetracién del pensamien- 314 La historia y l significado de la arquitectura to aristotélico en la ensedianza cristiana. Més gue una doctrina, era un método de especu- laciéa teolégica y filoséfica que tendia, con Ja ayuda de conceptos filosélicos, a la inda- gacién racional y a la sistematizacién de las verdades reveladas. Ira casi inevitable gue tales investigaciones terminasen por condu- cir ala duda, pero, como abservé Abelardo, uno de esos primeros fildsofos que profesé cen Paris, la duda conduce ala investigacién, yla investigacién a la verdad. En las univer- Sidades se recogian las obras de Aristételes y otros autores clésicas, muchas de ellas en rabe, obtenidas de los eruditos islamicos, y alli se estudiaban y debatian.' Este esfuer- zo por armonizar totalmente la raz6n ya fe tuvo su maximo exponente en la obra de san- to Tomas de Aguino (ea. 1225-1274), tedlogo y filosofo italiano que dedicé buena parte de su vida ala tarea de reconeiliar la igica aris- tolélica con las obras de los primeros Padres de la Iglesia. Su obra fundamental, Suma teoldgica, es una sistematizacién de todo el pensamiento de la Iglesia desde sus origenes, fen un intento de crear una doctrina lgica coherente, mediante un constructo jerarqui- zado de grandes principios que dominan so- bre las ideas secundarias. La catedral gética La catedral gética es, en cierto modo, un sub- producto de las eruzadas, Cuando los pri- meros cruzados vieron Constantinopla, quedaron maravillados por el tamano ylari- queza de la ciudad y por la magnificencia y esplendor de Santa Soffa. En toda Francia no habja una sola ciudad ni una sola eate- deal que pudieran compararse con ellas! No parece casual que la construccin de cate- drales empezase al poco de terminar la pri- mera cruzada y volver los cruzados a sus La catedral urbana también podria ser considerada como la expresisn fisica de la Suna teoldgica de santo Tomas de Aquino; fen efecto, como ésta, era una organizacién jerarquica de partes relacionadas que repre- sentaba un equilibrio de fuerzas estructu- rales correspondientes a la reconeiliacién de Ja Jogica clfsica y la fe eristiana. La catedral gotica estaba précticamente cubierta de arri- ba a abajo de representaciones escult6ricas de escenas de Ia Biblia, Sin duda, su inno- vacién mas espectacular fue la casi total eli- minacién de los muros de la iglesia, que fueron sustituidos por membranas de vidrio de colores que representaban escenas de las Sagradas Escrituras, De este modo, en pie- dra y vidrio de color, el edificio entero se con- virtié en una biblia para el analfabeto y, lo que es mas importante, las imagenes visua- les se hicieron familiares a todo el mundo, desde el noble hasta el tltimo siervo. La iglesia abacial de Saint-Denis La primera sustitucién del muro por vitrales policromos se realiz6 en Ia construccién de a nueva iglesia abacial de Saint-Denis, co- menzada por el abad Suger en 1135. Suger (1081-1151), de origen campesino, demostré tuna inteligencia tal, atin de muchacho, que fue admitido en la escuela abacial de Saint- Denis. Alls se hizo muy amigo de otro estu- diante, Luis Capeto, que con el tiempo seria el rey Luis VIL. Suger sobresalié pronto en- tre los demas monjes y pas6 a ser ayudante del abad Adam, siendo elegido, a la muerte de éste, en 1122, abad de Saint-Denis, La an- tigua abadia benedictina de Saint-Denis, si- tuada 9,6 kilémetros (6 mullas) al norte de Paris, databa de antes de Carlomagno y es- taba dedicada a san Dionisio (Saint-Denis), uuno de los primeros misioneros de la Galia y del que se dice fue el primer obispo de Paris, que muris martirizado durante el si- glo ut. Durante los siglos posteriores prolife- raron las leyendas referentes @ Saint-Denis. Apartir del siglo vi, los reyes francos y fran- ceses fueron enterrados en la abadfa de Saint- Denis, reconstruida por Carlomagno. Desde 1120, la abadfa pasé a custodiar los orna- mentos para la consagracién de los reyes de Francia y, a partir de Luis XI, también el es- tandarte que se levaba en los campos de ba- talla, Como resultado de todo esto, san Dionisio pasé a ser considerado como santo patrén de Francia. Al partir para la Segunda Cruzada (1147-1149), Luis VIT encargo a Suger la regencia de Francia; no es de ex- trafar pues, que, para Suger, el destino de la abadia, de su iglesia y de la misma Francia legaran a estar estrechamente entrelazados, Al ser nombrado abad, Suger abordé un programa para devolver a los monjes a una vida de piedad y para reparar los edificios mondsticos, sumamente arruinados a Ia sa- Arquitectura gétiea 315 ges te le => ¢ + Lisle “ae PRE Pap Se \ Ea senvmnen ‘eet? WW 152, Saint Denis, 1141-14, Planta dea iglesia, com indcacén de as nuevas tere dela fachada occidental ye recites de Suge: ia adc de Suge la que ert representada con fos muro ellenae de nero ta anu igesia ‘avlingiaapeecsgefiada com fos mar sin elenar yea neve Sten etd representa con una irara de puntos: (Noa: el exremo arena del silo xno est representa ons eri para clarifier edb de ka ‘Proyecin dele eri del presitei de Suge 153, Saint-Denis Ineir det hambulatri, La cuidadoca resolu de as fuera, tracts por pare de fos “agutectos de Suger, mediante la combinacién de vedas eras y arcosepuntades, ‘dena igeeza sin precedents, (dd de uta ls pare ‘des por grandes vidas de cob 316 La historia y l significado de la arquitectura ‘26m, en especial el de la iglesia abacial, que se haba quedado demasiado pegueia para la cantidad de gente de la ciudad que actidia ella los dias festivos. En 1135-1140, Suger edilieé la nueva fachada oeste de la iglesia, con un nériex de tres crujfas rematado por dos altas torres [15.1]. Podemos destacar tres innovaciones en la nueva fachada, En primer lugar, se distingue un claro esquema com- positivo geométrico que, segiin escribis el propio Suger, fue diseado "por medio de instrumentos geométricos y maternaticos” y ue rige Ia ubicacién de los volmenes de la torre y la agrupacion de las aberturas de las ventanas/? En segundo término, la creacién de un gran rosetén entte las dos torres, para ‘luminar la antigua nave de la iglesia, que se- rfa el primero de los que tanto iban a dis- tnguir posteriormente a las iglesias géticas. Y en tereer lugar, las tres puertas de entrada dela nueva fachada oeste estan relranquea- das tras una serie de sucesivas jambas y ar- quivoltas concéntzicas, todas elas recubiertas de esculturas cuidadosamente organizadas ‘con motivos relativos a los reyes y reinas bi- blicos y, por extensién, a los reyes de Francia, Por desgracia, la mayor parte de esas escul- tuaras fue climinada deliberadamente alo lar- g0 de los siglos. ‘Sin embargo, el cambio més importante fue el nuevo coro, construido por Suger en 1141-1144, En la biblioteca de Saint-Denis, ala saz6n una de las mayores de Francia, ha~ bia unos antiguos documentos atribuidos a san Dionisio el Areopagita, confundido err6- rneamente con el propio san Dionisio, prim obispo de Paris. En esos escritos misticos se fusionaba la doctrina eristiana con lo que Erwin Panofsky ha descrito como la “unidad fundamental y la viveza luminosa del mun- do". A través de los escritos de Dionisio el Areopagila, se describe a Dios como la “ Luz Supraesencial’ o el "Padre de las Luces", ya Cristo como la "Primera Radiacién’. Tales pasajes sugieren que esta pura radiaciGn ce- lestial podria ser asimilada, a través de una analogia, ala luz terrenal. Para Suger, los hu- _manos no tienen por qué avergonzarse de sus percepciones sensoriales ni de su imagina- cin controlada por los sentidos; antes bien, en lugar de rechazar la realidad fisica sen~ sorial, pueden aspirar a trascenderla, ensal- 2éndola, Escribe Suge: ‘As, cuando en snd de mi dlectcin ea belle “ile fetus bean dene dese ha Seroedacon ninco esea sobe s innmsethenoncer epee re, {otal perenece oleate odo dela tre Doria ucla dei, puedo se taps te Elnuevo coro de Saint-Denis debfa estar ba- ado por una radiacién divina, la luz terre~ nal fltrada a través de las imagenes sagradas de los vitrales polferomos. Como eseribe Suger: “Radiante es el noble edificio invadi- do por la nueva luz" Alrededor de los ei- mientos del antiguo coro carolingio y doblando sobradamente su antigua capaci- dad, se construye un deambulatorio doble [15.2, 15.3]. Del deambulatorio exterior arrancan siete capillas radiales, eada una de cllas dotada de dos grandes vitrales que de- jan reducido el macizo a las estrechas ban- das verticales de los contrafuertes, Suger las describe como “una sarta circular de capi- las, en virtud de la cual el conjunto [de la iglesia] brillard con la maravillosa y conti- nua luz de los més luminosos vitrales, satu- rando la belleza interior”? El deambulatorio interno y las capillas del deambulatorio ex- terno se cubren con bévedas articuladas por nervios en forma de arcos apuntados, Para situat la clave de los nervios apuntados jus- to sobre el centro geométrico de la béveda, Ia proyeccisn horizontal de los nervios (es decir, la vista en planta de los mismos) no pudo ser una recta, sino una linea quebrada, La seguridad en la resolucién de las fuerzas estructurales es tal, que las bivedas se apoyan sobre las doce columnas mas esbelias (que, segiin eseribe Suger, representan a los doce apéstoles), confiriendo una ligereza al inte- rior que produce una impresion de que las bévedas quisieran ascender y sélo su unién alas columnas les impidiera hacerlo; un efec- to, por otra parte, radicalmente opuesto a la sensacién de pesadez y de gravedad que twansmiten las bévedas roménicas, Lo que ha- bfa sido, valga la comparacién, el sombrfo salmo fanebre de la arquitectura roménica, de pronto se convierte aguf en el himno de alabanza de la liviana arquitectura gética ‘318 La historia y l significado de la arquitectura 15.6, Rober de Luzrches, Thomas de Cormonty Regnlt de Cor 1220-1268 Porertarconstnisa ou lapro de tempo reatvament ale gti faces pure Conviene destacar que en el francés medie- val se usaba el término estilo ojval (estilo de arco apuntado) para identificar esta nueva técnica constructiva; Ia palabra gético (deri- vada literalmente de ‘godo’, ‘harbaro’) fue acufada por los humanistas italianos del re- nacimiento para calilicar peyorativamente cl arte medieval Notre-Dame de Amiens En el plazo de medio siglo, el estilo gotico se expandi6 répidamente por un abanico de ciu- dades que itradiaba de Saint-Denis y Paris, tre Dame de Amiens, Amiens (Brac ‘ta caleral sun magico eempl del inspirado por la ligereza y articulacién es- tructural de la iglesia de Suger. Ya antes de 1450, sélo en Francia se habian construido mas de 80 catedrales, ademas de las mas de 500 iglesias abaciales y los centenares de pe- quefias iglesias parroquiales. Como ha su- gerido Jean Gimpel, una ver aceptada la evidencia de que Ia reconquista militar de Tierva Santa era una empresa imposible, se abords la conquista del espacio arquitects- nico que conducirfa a la nueva “cruzada de las catedrales” Los albasiles medievales no abrieron inmediatamente los mutos al vidrio, pese al elocuente escrito de Suger; sin em bargo, poco a poco, a medida que iban ex- perimentando y llevando la teenologta de la albafilerfa hasta sus limites, las catedrales se fueron haciendo més grandes y més lige- ras, Después de Saint-Denis, se erigieron las catedrales de Noyon, iniciada en 1151; Laon, en 1160; y Paris, en 1163 [15.4]. Hasta ese ‘momento las bovedas nervadas no sobrepa- saban los 24,3 metros (80 pies) de altura. Sin embargo, por debajo de ellas, abrieron gran- des ventanales de linterna sobre la nave cen- tral, lo que va suponia un radical avance con respecto a ia pesadez y oscuridad de las bo- vedas de cafién roménicas. En Notre-Dame de Paris, al ampliar la nave, de 32,9 metros (108 pies) de altura, desde el deambulatorio hacia el veste, se tomé la decisin de au- mentar el tamaso de las ventanas de la ga- Jerfa, lo cual implicaba que las bévedas dela nave debfan ser arriostradas forzosamente de manera no convencional. Previamente, se hhabjan oculiado los arcos inelinados oblicuos (encargados de resistir el empuije de las béve- das de la nave) bajo las cubiertas de las na- ves laterales, pero ahora se hacfa necesario disponerlos por encima de las cubiertas la- terales, al exterior y vistos, bajando desde el borde superior del muro de la nave central hasta las prolongaciones verticales de los con- tb dL PELE MP rr eee ee Wr se eccee Berrretst - 157, Note Dame de Amiens fn I plenta se aprecia el ami ceciente del cor en as ate Arquitectura gétiea 319 trafuertes de las fachadas laterales [15.5]. Es decir, se habia inventado el arbotante o bo- tarel. Esta innovacisn se trasladé alas eate- drales géticas de Chartres, en 1194, Ruan, en 1202, y Reims, en 1211. Para la época del ini- cio de esta itima, la arquitectura catedra- licia ya habia alcanzado la fase conocida como alto gético, es decir, el estado de ma- durer en todas sis partes constitutivas: ar- cos apuntados y bovedas de eruceria con nervios quebrados, estructura de esqueleto y arbotantes. La catedral de Notre-Dame de Amiens, el edificio que siguis a esas grandes iglesias, aprovechs todos estos avances y fue cons ‘tuida en un plazo relativamente corto, pues se comenzé en 1220 y se terminé en 1269, de manera que incorpora menos modificacio- nes del proyecto original que la mayoria de las otras catedrales, cuya construccibn se di- Jat6 més en el tiempo. Esta es la razén porla {gue se acostumbra a poner este edificio como ejemplo clasico de eatedral gética francesa plenamente desarrollada [15.6]. Notre-Dame de Amiens, como tantas otras catedrales 26- ticas, y Chartres entre ellas, sustituy6 a otra iglesia més antigua, destruida por un incen- dio. La decisién de reconstruirla se tomé in- mediatamente después del incendio de 1218, pero la construccién no pudo iniciarse has- PEL eee ty + oe eat ys + eee es eticasfrancesas, tsnpujndo al ansepo hacia una posit ds central dentro dl conju 320. La historia y el significado de la arquitectura 158, None-Dame de Amiens ‘Seccintensversa Se utletron parejas de arborantes para transmit Ios eer de le cxbieta las ‘over de la nave a contratuerer csteriores, (kas ermaduras de ‘ubterts que agus musta hon Sido adaptadas de wor dibujo dels de Reims. retzao por Viole Duc las armaduras de cublerta oginales de mins fueron reemplacader hace suche tem). ta 1220, Los obispos que ditigieron la obra fueron Evrard de Fouilly y su sucesor, Godofredo d'Eu. Tres arquitectos se suce- dieron en la supervision de las obras, aun- que parece demostrado que el proyecto de base fue realizado por el que las inicis, Robert de Luzarches, quien empezé la cons- truccién de las torres de la fachada oceiden- tal, el nértex yla nave central, El transepto y el core fueron dirigidos por Thomas de Cor- mont, mientras que su hijo, Regnault de Cormont, se encargé de la fase final, hasta su terminacin en 1269 (con excepcién de los remates de las torres de la fachada occi- dental). Las torres se remataron a finales del siglo xwv. La planta y los componentes bisicos de Ja catedral gética, més que en cualquier otra tipologfa medieval anterior, se normalizaron ripidamente. Por supuesto, hubo distincio- nes entre escuclas regionales, como el pre- dominio de la horizontalidad en las catedrales inglesas o la ornamentacién colorista de los ejemplos italianos, peo la organizacién bé- sica permanecié relativamente uniforme. La planta deriva de las iglesias de peregrinacién rominicas, on nave central, naves laterales, Drazos del ransepto y espacio del erucero, ¥ presbiterio, con el deambulatorio y las capi- lias radiales encerrando el extremo redondo del coro [15.7]. Las eapilla radiales del pres- biterio, oabsidiolas, se dediean a varios san- tos, a menudo los martires locales, mientras que la central se dedica a la Virgen, Notre- Dame o Nuestra Sefora, El cambio més importante en planta es el mayor tamafo del coro, el cual, a menu do, llega a tener tantas crujias como el euer- po principal de la iglesia, por lo que el transepto queda situado aproximadamente enla mitad del cuerpo de la iglesia, Esta dis- posicién no hace sino rflejarla forma en que eran financiadas las catedrales y cémo se uti- lizaban, ya que, por lo comiin, sélo el coro (¥, aun ast, excluyendo, a menudo, el deam- ulatorio circundante y las absidiolas) per- 322, La historia y l significado de la arquitectura tenecfaJegalmente al elero de la didcesis. Por cleontrario, la nave central, el wansepto y Jas naves laterales, pertenecfan legalmente a Ja ciudad, eran pagados por los diversos er ios artesanales, y fecuentemente se utili zaban para reuniones seglares. El otro gran cambio con respecto a la planta romanica es Ja ereacidn de puertas de entrada muy ela- boradas, no sélo en lextremo oecidental de Ia iglesia, sino también en los de los brazos del transepto. Exteriormente, aparte de los arbotantes vistos y cada vex. mas estiizadas, entre los mayores cambios se cuentan las torres g6- ticas, En Francia, este cambio adopta la for~ ra de una pareja de torres sobre la entrada occidental, mientras que en Inglaterra es més cortiente la disposicidn de una gran torre so- bre el erucero. Interiormente, la catedral gética tiene na- ves laterales (a veces, dos a eada lado), por Jo general mas bajas que la central, cubier~ tas con bévedas nervadas o de cruceria [15.8 159], Esas naves se comunican con la een tral a través de alas arcadas apuntadas Sobre las naves laterales corren unas pe- aquctas palerias de arcadas, porlo general tri foras (es decir, divididas verticalmente en tres partes, por dos columnitas), que quedan comprendidas entre las arcadas de las naves Jaterales y las ventanas de linterna, y corres- ponden alos tinglados de cubierta de las na- ves laterales. Esas galerias ciegas reeiben el nombre de tiforio. Sobre el tiforio, se abren grandes vityales de vidtio de brllantes ¢ in- tensos colores, subdivididos por una delica- da taceria de piedra. Los vitrales estén enmarcados por unas esbeltas columnitas due forman un conjunto de arcos apuntados, cayo coronamiento esté perforado con un circulo en el centro, generalmente de forma polilobuslada La red de delgadas cohumnitas del trifo- rio, asf como la tracerfa de piedra, coadyu- vvan a poner un acento vertical ala catedral {ética, Este poderoso sentido de verticalidad viene también acentuado por una thusin 6p- tica, En realidad, si hiciéramos sendas sec- ciones transversales de la catedral de Amiens yy del Pantedn de Roma, comprobariamos, on sorpresa, quel primera casi encaja den- tro de Ta segunda, ya que el pantesn tiene 43,4 metros (142'/,pies) de didmetzoy de al tra, mientras que las bévedas de Amiens se alzan a 42,1 metros (138 pies) del suelo y la anchura total incluyendo las naves laterales es de unos 45,7 metros (150 pies). Sin em- bargo, la catedral de Amiens, como las de mis catedrales géticas, parece mucho més alta de lo que en realidad es, ya que todos los elementos constructivos se estiran hacia lo alto. Las proporciones de la nave también contribuyen lo suyo a esta ilusidn éptica de gran altura. En Amiens, la nave central tic- ne unos 13,7 metros (45 pies) de ancho, por To que la relacién anchojalto es de 1:3,1, mien- tras que en las iglesias roménicas de Sainte Foi de Conques y de Saint Sernin de Tou- Touse, esa misma relacidn es de 1 :2,5. La en- twada superior de luz.en las catedrales géti- ceas ayuda alin mss a fortalecer esa sensacién de altura, ya que, filtrada a través de la de- licada tracerfa de los vitrales, la luz que se difunde al interior no parece provenir de una fuente natural, difumina los contornos de la iglesia, produciendo ilusién de lejanta y ere- ando una atmésfera célida y luminosa que transmite una sensacién de éxlasis. De he- cho, los muros superiores de la iglesia no son tales, sino un conjunto de estilizadas co- umnitas que sostienen la sombrilla de béve- das de piedra y a través del cual se filtra un bafo de luz etérea, arrojando motivos mul- ticolores sobre los pilares y arcadas de pie~ dra situadas debajo [lamina 4]. Sobre las naves de piedra de Ia catedral gética atin hay otra estructura importante, In armadura de madera de la empinada cu- dierta a dos aguas. En Amiens, el vértice de In cubierta se alza a 60,9 metros (200 pies) del suelo. Esas empinadas cubiertas, muy cefectivas para la rapida evacuacién del agua ylanieve, estan, sin embargo, muy expues- tas a los empujes del viento, por lo que, nor- malmente, se requieren dos juegos de arbotantes: los arbotantes inferiores, para ransmitir los empujes de las bévedas de la nave a los contrafuertes exteriores, y los ar- botantes superiores, destinados a trasladar las cargas del viento soportadas por las em- pinadas cubiertas hacia la parte alta de los. contrafuertes externos, Saint-Pierre de Beauvais Los maestros albaniles medievales, como los arquitectos del siglo xx, buscaban desmate- alizar la estructura, aunque por distintas azones. El objetivo de aquéllos era el de ha-

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